CASTIGO

v. Corrección, Disciplina, Pena
Gen 4:13 dijo Caín a Jehová: Grande es mi c
Exo 32:34 el día del c, yo castigaré .. su pecado
Job 31:23 porque temí el c de Dios, contra cuya
Job 34:31 he llevado ya c, no ofenderé ya más
Psa 39:11 con c por el pecado corriges al hombre
Psa 149:7 ejecutar venganza .. c entre los pueblos
Pro 3:11 no menosprecies, hijo mío, el c de Jehová
Pro 13:24 el que detiene el c, a su hijo aborrece
Pro 19:5 el testigo falso no quedará sin c, y el
Isa 10:3 ¿y qué haréis en el día del c? ¿A quién
Jer 11:15 ¿crees que los .. pueden evitarte el c?
Jer 11:23; Jer 48:44 yo traeré mal .. el año de su c
Jer 17:16 yo no he ido .. para incitarte a su c
Jer 23:34 yo enviaré c sobre tal hombre y sobre
Lam 4:22 se ha cumplido tu c, oh hija de Sion
Hos 9:7 vinieron los días del c, vinieron los días
Amo 1:3, 6, 9 por el cuarto, no revocaré su c
Mic 7:4 tu c viene .. ahora será su confusión
Mat 25:46 éstos al c eterno, y los justos a la vida
Rom 3:5 ¿será injusto Dios que da c? (Hablo como
Rom 13:5 sujetos, no solamente por razón del c
Heb 10:29 ¿cuánto mayor c .. el que pisoteare al
Jud 1:7 por ejemplo, sufriendo el c del fuego eterno


Ver justicia ® juicio ® pecado.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

La muerte era el castigo por los siguientes pecados: herir o aun injuriar a los padres (Exo 21:15-17), blasfemia (Lev 24:14, Lev 24:16, Lev 24:23), violar el sábado (Num 15:32-36), brujerí­a (Exo 22:18), adulterio (Lev 20:10), violación sexual (Deu 22:25), incesto o unión contranatural (Lev 20:11, Lev 20:14, Lev 20:16), secuestro (Exo 21:16) e idolatrí­a (Lev 20:2). Ser cortado del pueblo significaba excomunión o proscripción; significaba pérdida de los privilegios del pueblo del pacto (Lev 18:29). La mano de Dios ejecutaba la sentencia en algunos casos (Lev 23:30; Lev 20:3; Num 4:15, Num 4:18, Num 4:20). La pena de muerte era por lapidación (Deu 22:24), quema en el fuego (Lev 20:14), la espada (Exo 32:27), la horca (el ahorcado era considerado maldito, de modo que era sepultado de noche, siendo que el cuerpo colgado profanaba la tierra [2Sa 21:6, 2Sa 21:9; Gal 3:13]) y la estrangulación (no aparece en la Escritura, pero sí­ en los escritos rabí­nicos).

Otros tratos crueles, incluyendo métodos torturantes de matar, eran el aserrar a las personas en dos (Heb 11:37); consignar a la labor ardua (2Sa 12:31); arrojar a personas desde precipicios (2Ch 25:12; Luk 4:29); azotaina (únicamente se permití­an 40 azotes [Deu 25:2-3], por lo tanto, para estar seguro, solamente se daban 39 [2Co 11:24]). El convicto que debí­a ser azotado era desnudado hasta la cintura y luego le daban los azotes de un látigo de tres correas mientras yací­a sobre el suelo (Deu 25:2) o atado a una columna en una posición doblada. Si el que azotaba excediese lo permitido o número de azotes prescritos, serí­a castigado. Las personas que cometieran crí­menes contra otros muchas veces eran castigadas con la misma moneda (la ley del talión, Exo 21:23-25), incluyendo también la recompensa del tiempo o restitución de un artí­culo o su equivalente (Exo 21:19, Exo 21:30). El calumniar al honor de una esposa era castigado con una multa y azotaina (Deu 22:18-19). La crucifixión no era practicada hasta los tiempos romanos. El castigo por el pecado es ampliamente reconocido en la Biblia y está en las manos de Dios (directamente, Gen 4:1-16, Lam 3:37-39; Lam 4:6; Zec 14:19; indirectamente, 1Pe 2:14; en castigo eterno, Mat 25:46).

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

En el Antiguo Testamento Dios daba “castigos temporales” si se desobedecí­a: el Diluvio, Sodoma y Gomorra, las Plagas de Egipto, Deut.28, Exo 10:5.

En el Nuevo Testamento los castigos son eternos, el Infierno: Mat 25:46. un castigo eterno, sin descanso, noche y dí­a, “y por los siglos de los siglos”, Rev 14:10, Rev 10:10.

Motivos: El pecado, rechazar el amor de Dios: Jua 3:18-19, Jua 3:36, Mat 25:41-46, Mat 22:13, Rom. 1:Rom 18:32, Rev 21:6, Rev 14:9-11.

El Evangelio de Cristo es un “evangelio de eternidad”. Nos espera irremediablemente una eternidad: Eternamente feliz, con Dios y con los santos; o eternamente desgraciados, con Satanás y los demonios, ¡y tú y yo tenemos que elegir!: zCuántos van al infierno? Las cuatro veces que Jesús habla de eso, usa la palabra “muchos”: Mat 7:13-14, Mat 7:22, Mat 22:14, Luc 13:23-30. pero ¡gracias a Dios! son billones de billones los que van al cielo, Rev 5:10-11, Rev 7:9. Ver “Infierno”.

Diccionario Bí­blico Cristiano
Dr. J. Dominguez

http://biblia.com/diccionario/

Fuente: Diccionario Bíblico Cristiano

Retribución que se recibe o aplica por un delito cometido. La enseñanza bí­blica es que todo pecado es una ofensa a Dios, que no puede dejarlo sin c. Los hechos y palabras que perjudiquen a otra persona, a la familia, a la sociedad, a la nación, o aun al mismo individuo que los ejecuta, son juzgados primeramente por su implicación en cuanto a Dios. Todo delito o pecado es una afrenta al carácter de Dios, que es santo (†œSeréis santos, porque yo soy santo† [Lev 11:44]) y justo (†œJehová es justo† [Exo 9:27]). Su santidad y justicia le impiden dejar sin retribución los pecados del hombre o de los seres angelicales. El c., entonces, tiene como primer propósito la satisfacción de la santidad y justicia divinas.

Si †¢Abimelec hubiera tocado a †¢Sara, habrí­a pecado †œcontra† Dios, en primer lugar (Gen 20:6). Faraón confesó a Moisés: †œHe pecado contra Jehová vuestro Dios, y contra vosotros† (Exo 10:16). Samuel entendí­a que dejar de orar por su pueblo era un pecado †œcontra Jehovᆝ (1Sa 12:23). Para juzgar la severidad de los c. del AT, lo que muchos han criticado, debe recordarse primeramente quién es el ofendido. Estos c. deben verse con la perspectiva de la época y sin cometer el anacronismo de juzgarlos con los criterios de hoy. En el AT no se hací­a énfasis en los premios o c. de la vida venidera, sino que el pensamiento que regí­a era que los c. y las bendiciones se recibí­an en la vida presente.
Dios establece sus mandamientos por medio de Moisés, incluye junto con ellos, los c. que se recibirí­an en caso de no cumplirlos. éstos no tení­an por propósito conseguir la reforma del delincuente o lograr un efecto de admonición en el resto de la sociedad. Estas cosas eran, ciertamente, subproductos del c. Pero hay que enfatizar que lo que habí­a que satisfacer en primer lugar era la justicia y santidad de Dios. Luego viene el concepto de equilibrio, de justicia, de equidad, aplicándose el principio general de †œvida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe† (Exo 21:23-25), que afecta a las relaciones humanas.
í­an varias formas de c., incluyendo la pena de muerte y la flagelación. La cárcel llegó a usarse como una situación transitoria del reo, mientras se le juzgaba. También se conoció el cepo (Jer 20:2; Jer 29:26). La pena capital se aplicaba en los casos de asesinato (Exo 21:12-14), secuestro (Exo 21:16), hechicerí­a (Exo 22:18), idolatrí­a (Lev 20:1-5), adulterio (Lev 20:10), incesto (Lev 20:11-12), blasfemia (Lev 24:14) y violación del sábado (Num 15:32-36), utilizándose para ello la lapidación, la hoguera o la horca. Algunos opinan que en el caso de ahorcamiento, éste era realizado después de haber sido ejecutado el delincuente en otra forma. Los jueces de Israel podí­an sentenciar a azotes, lo cual tení­a que hacerse en su presencia. El número de azotes dependí­a de la gravedad de la culpa (†œsegún su delito†), pero †œse podrá dar cuarenta azotes, no más† para que no †œse sienta tu hermano envilecido† (Deu 25:1-3). †¢Azote. Si alguien provocaba un †¢aborto accidentalmente y el feto morí­a, habí­a que pagar una multa †œconforme a lo que les impusiere el marido de la mujer y juzgaren los jueces†. No se aplicaba la pena capital en atención a que la muerte del feto habí­a sido accidental. Pero si la mujer morí­a, el criterio era otro (Exo 21:22-23).
concepto de multa iba asociado a la idea de restitución. Así­, †œsi el buey de alguno hiriere al buey de su prójimo de modo que muriere, entonces venderán el buey vivo y partirán el dinero de él, y también partirán el buey muerto† (Exo 21:35). El ladrón tení­a que pagar el doble de lo robado (Exo 22:3-4). Si alguien difamaba a una virgen de Israel y se comprobaba el infundio, tení­a que pagar una multa al padre de la joven (Deu 22:13-19). Las restituciones se hací­an directamente al agraviado. En todo caso, cuando se constataba la comisión de un delito †œen alguna de todas aquellas cosas en que suele pecar el hombre, entonces, habiendo pecado y ofendido† era necesario hacer restitución (†œrestituirá aquello que robó, o el daño de la calumnia, o el depósito que se le encomendó, o lo perdido que halló, o todo aquello sobre que hubiere jurado falsamente, lo restituirá por entero† [Lev 6:2-7]). También se hací­a un sacrificio a Dios, que era el primer ofendido.
la carta de Artajerjes a Esdras se habla de que †œcualquiera que no cumpliere la ley de tu Dios, y la ley del rey, sea juzgado prontamente, sea a muerte, a destierro, a pena de multa, o prisión† (Esd 7:26). Puede verse allí­ la mención de una especie de c. del cual no se habla mucho en otras partes de la Biblia: el destierro. †¢Prisión por deudas.
NT enseña que es deber de las autoridades civiles †œcastigar al que hace lo malo† (Rom 13:1-4). En adición a esto, se habla claramente sobre la †¢disciplina, tanto la que aplica Dios a sus hijos como la llamada †œeclesiástica†. Dios castiga a los creyentes en diversas maneras (1Co 11:32). †œYo reprendo y castigo a todos los que amo† (Apo 3:19). †œPorque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo† (Heb 12:6). En el contexto de la Iglesia, los pastores deben estar †œprontos para castigar toda desobediencia† una vez que ellos mismos hayan encontrado perfecta su obediencia personal (2Co 10:6).
c. definitivo vendrá después del †¢juicio final, cuando Dios †œpagará a cada uno conforme a sus obras† (Rom 2:6). No obstante se señala que †œlos pecados de algunos hombres se hacen patentes antes que ellos vengan a juicio, mas a otros se les descubren después† (1Ti 5:24). Estas palabras, relacionadas con una enfermedad que padecí­a †¢Timoteo, encierran la idea de que es posible la retribución en esta vida como consecuencia del pecado, pero se concede que a veces eso no acontece aquí­. No faltará, sin embargo, en el siglo venidero.
c. que han de aplicarse mientras tanto por los delitos cometidos en la vida social se dejan a la autoridad civil, a los prí­ncipes, a los reyes, a los gobernadores, que son enviados por Dios †œpara c. de los malhechores y alabanza de los que hacen bien† (1Pe 2:14).

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

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Pena que se impone por una acción u omisión y que tiene una importancia grande en todo tipo de educación natural.

Entre los castigos los hay de muchos tipos, desde los fí­sicos (azotes, posturas penosas, encierros) hasta los morales, como son la reprensión y la privación de honor o de comunicación. El castigo es un hecho pedagógico y también es posible, y a veces conveniente, su aplicación pedagógica en la catequesis.

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa

En el A. T., Dios castiga reiteradamente, como medio de educación, a su pueblo por sus muchos pecados, con el fin de provocar en él el arrepentimiento y hacerle cambiar de conducta (Ex 20,5; 34,7; Ez 11,10; Os 11,9).

Los evangelios nos hablan del castigo temporal como pena por un delito o una falta. Nos hablan, también, de un castigo eterno, que se impondrá en el juicio final a los pecadores, a los egoí­stas y egocéntricos, que no tuvieran caridad (Mt 25,46; cf. 2 Pe 2,9).

E. M. N.

FERNANDEZ RAMOS, Felipe (Dir.), Diccionario de Jesús de Nazaret, Editorial Monte Carmelo, Burbos, 2001

Fuente: Diccionario de Jesús de Nazaret

(-> infierno, pecado). Uno de los motivos fuertes de la antropologí­a bí­blica es el tema de la “sanción”, vinculado a la ley* de Dios y a la responsabilidad* del hombre: “el dí­a en que comas del árbol del conocimiento del bien/mal morirás” (Gn 2,17). Del castigo de los vigilantes violadores trata 1 Hen; y el libro de la Sabidurí­a se ocupa también del castigo (y del retardo del castigo) de los egipcios y los cananeos. En un nivel, ese tema sigue vigente en el Nuevo Testamento, como Jesús formula cuando habla del no juicio: “Con el juicio con que juzguéis seréis juzgados…”. Pero ya no se trata de un castigo externo, impuesto por Dios desde fuera, sino de una expresión de la responsabilidad del hombre, a quien Dios (la Vida) ha puesto en manos de sí­ mismo, de manera que él mismo puede destruirse, incluso volviéndose infierno* (cf. Mt 25,31-46). Pero la Biblia sabe que por encima de ese castigo humano sigue estando siempre la creación bondadosa de Dios.

PIKAZA, Javier, Diccionario de la Biblia. Historia y Palabra, Verbo Divino, Navarra 2007

Fuente: Diccionario de la Biblia Historia y Palabra

Véase DELITO Y CASTIGO.

Fuente: Diccionario de la Biblia

A través de la Biblia se insiste en que el pecado merece castigo. En sentido último, Dios se preocupará de que esto sea hecho; pero en sentido temporal los que ejercen autoridad tienen la obligación de ver que sean castigados los malhechores. La lex talionis (ley del Talión) de Ex. 21:23–25 no es la expresión de un espíritu vengativo. Más bien garantiza una justicia sin discriminación (el rico y el pobre deben ser tratados con igualdad), y un castigo proporcional al delito.

Del uso de este concepto en el AT, surgen dos puntos importantes: El verbo usado en el sentido de castigar es pāqaḏ que significa «visita». Si Dios entra en contacto con el pecado, es para castigarlo. La mayoría de sustantivos usados para expresar la idea de castigo, se derivan de la palabra pecado. El pecado necesaria e inevitablemente involucra castigo.

En el NT la palabra «castigo» no es tan común como «condenación», lo que podría ser significativo. Ser condenado es suficiente. El castigo está implícito. La remoción del castigo es traída por la muerte expiatoria de nuestro Señor. No se nos dice en palabras literales que Jesús llevó el castigo, a menos que se considere que llevar nuestros pecados (Heb. 9:28; 1 P. 2:24) significa esto; pero que sus sufrimientos fueron penales parece ser claramente la enseñanza del NT.

Véase también Castigo Eterno.

León Morris

Harrison, E. F., Bromiley, G. W., & Henry, C. F. H. (2006). Diccionario de Teología (99). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.

Fuente: Diccionario de Teología