ENCANTAMIENTO

v. Hechicería
Exo 7:11 mismo los hechiceros de Egipto con sus e
Isa 47:9 pesar de .. tus hechizos y tus muchos e


Encantamiento (heb. lajash). Procedimiento empleado en las artes mágicas u ocultas por medio del cual se invoca un poder sobrenatural para conseguir efectos deseados u obtener información (Exo 7:22; Isa 47:9; etc.): para producir conjuros mágicos se usaban la magia, la hechicerí­a y la brujerí­a; para predecir eventos venideros, la adivinación; para averiguar la voluntad de los dioses o conocer el futuro, la astrologí­a (observar estrellas); para una supuesta comunicación con los muertos, la necromancia (una forma del espiritismo moderno). La adivinación tomó diversas formas: examen de las entrarí­as de animales sacrificados, interpretación de sueños, observación de diversos aspectos del mundo natural. En la Biblia, las variadas formas de encantamiento se mencionan por sus nombres. Véanse adivinación; Magia.

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

ver, ADIVINACIí“N

vet, Encantador, de “chabar”, “unir juntamente, fascinar”. Se asocia con otro término, “lachash”, “hablar de una manera suave y gentil”, y se aplica después al encantamiento de las serpientes (Sal. 58:5). Similarmente el hombre es engañado y baja la guardia de su aversión a relacionarse con los espí­ritus malignos, hasta llegar a verse bajo su influencia. En Is. 19:3, otro término, “ittim”, se traduce “evocador” con un sentido similar, como aquel que da un suave sonido en los encantamientos de los hechiceros. Véase ADIVINACIí“N.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

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Estado artificial que alude a las fuerzas mágicas, cuando actúan sobre las personas y se la priva de la libertad, de los movimientos naturales interiores y exteriores y de la relación consciente con los demás o con el mundo exterior.

De hecho es una situación más literaria que real. Pero pueden darse estados singulares relacionados con el diabolismo, o sobre todo con la hipnosis o con la simple sugestión a todo lo cual puede denominarse con este término.

En este caso si existen situaciones preternaturales, que muchas veces se confunden con los sí­ntomas de posesión diabólica, si ello es posible, se provoca el empleo de exorcismos.

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa

El vocablo hebreo ´it·tí­m se utiliza en Isaí­as 19:3 para referirse a los †œencantadores† egipcios. La palabra hebrea jé·ver (vertida †˜maleficio†™, o †˜hechizo†™) se refiere a un conjuro que puede expresarse de palabra, por canción o por escrito, con el fin de †œatar† a alguien. (Sl 58:5; Isa 47:9, 12.) †œLas conchas zumbadoras ornamentales† de las hijas de Sión, que muy probablemente llevaban puestas, eran, sin duda, amuletos. La palabra hebrea que se emplea para referirse a ellos (leja·schí­m) proviene de una raí­z que significa †œcuchichear; encantar†. (Isa 3:20; compárese con 2Sa 12:19; Sl 58:5.) Tales prácticas espiritistas figuraban entre †œlas cosas detestables† que Jehová habí­a prohibido a su pueblo. (Dt 18:9-11.) Los babilonios, egipcios y otros pueblos de la antigüedad se distinguieron por su fe en los encantamientos y maleficios. (Isa 19:3; 47:9, 12.)

Encantamiento de serpientes. El encantamiento de serpientes puede ser una forma de espiritismo, y es un vestigio de los antiguos ritos practicados por los adoradores de serpientes. El encantador debe hechizar a la serpiente, por lo general una cobra, para que parezca que está encantada cuando él toca una flauta u otro instrumento similar. Las serpientes no son sordas ni tienen ningún impedimento en el oí­do, como algunos creen, sino que, como se desprende del Salmo 58:4, 5, pueden oí­r la voz y la música de los encantadores. Quizás se piense que tan solo es un truco, y que la serpiente ha sido amaestrada, del mismo modo que se harí­a con cualquier otro animal, colocándola en una cesta con una tapa, tocando música suave y bajando la tapa en seguida cuando tratara de salir, de modo que por fin aprendiera a obedecer la música y a erguirse sin intentar escapar. Aunque esto puede darse en algunos casos, en otros la influencia de los espí­ritus parece evidente.
El hecho de que se mencione esta práctica espiritista en la Biblia da prueba de su antigüedad. (Sl 58:4, 5; Ec 10:11; Isa 3:3; Jer 8:17.)

Fuente: Diccionario de la Biblia