ENTRADA

v. Puerta
Psa 121:8 guardará tu salida y tu e desde ahora
Pro 8:3 en el lugar de las puertas, a la e de la
Mat 27:60 de hacer rodar una gran piedra a la e
Rom 5:2 tenemos e por la fe a esta gracia en la
Eph 2:18 por medio de él los unos y .. tenemos e
2Pe 1:11 os será otorgada amplia .. e en el reino


(heb. pé·taj; Gé 19:11).
Paso por el que se accede a una habitación, casa o cualquier otro edificio. Consiste en: 1) la †œparte superior de la entrada† (heb. masch·qóhf; Ex 12:7), es decir, el dintel, una viga horizontal de madera o piedra que se encuentra en la parte superior de la abertura de la puerta y sostiene el peso del muro que descansa sobre ella; 2) las dos †œjambas† (heb. mezu·zóhth; Ex 12:7, nota) o postes verticales, uno a cada lado de la entrada, sobre los que se apoya el dintel; 3) la puerta (heb. dé·leth; gr. thý·ra) misma, y 4) el †œumbral† (heb. saf; Jue 19:27), situado debajo de la puerta.
En Egipto, los israelitas obedecieron el mandato de salpicar el dintel y las jambas de las entradas de sus casas con la sangre de la ví­ctima pascual, como una señal para que el ángel de Dios las pasara por alto y no matara a sus primogénitos. (Ex 12:7, 22, 23.) Según la Ley, si un esclavo (hombre o mujer) deseaba permanecer indefinidamente al servicio de su amo, este lo poní­a contra la jamba de la casa y le agujereaba la oreja con un punzón. (Ex 21:5, 6; Dt 15:16, 17.) La palabra hebrea para jamba (mezu·záh) con el tiempo se aplicó a una cajita llamada †œmezuzᆝ que contiene un pergamino con las palabras de Deuteronomio 6:4-9; 11:13-21, y que suele verse clavada en las jambas de las casas de los judí­os ortodoxos. (Véase MEZUZí.)
La puerta por lo general se hací­a de madera, y en muchos casos giraba sobre quicios empotrados en el dintel y en el umbral. (Pr 26:14.) Los quicios de las puertas solí­an ser de madera, aunque los egipcios en ocasiones usaron bisagras metálicas atadas a la parte superior e inferior de la puerta para permitir su movimiento. Las encajaduras de las puertas del templo que construyó Salomón eran de oro. (1Re 7:48, 50.)
Las puertas de las casas de término medio eran pequeñas y no estaban ornamentadas. Sin embargo, la entrada del templo de Salomón tení­a dos puertas de doble hoja hechas de madera de enebro, y habí­a otras dos de madera de olivo que daban al Santí­simo, todas ellas con entalladuras de querubines, palmeras y flores revestidas de oro. (1Re 6:31-35.) En otros lugares también se utilizaron puertas grandes de dos hojas o secciones que se plegaban. Por ejemplo, Jehová hizo que las †œpuertas de dos hojas† de cobre de Babilonia quedaran abiertas delante del rey Ciro. (Isa 45:1, 2.)
Para el umbral solí­a utilizarse madera o piedra, aunque los umbrales de †œla casa de Jehovᆝ que Salomón edificó estaban revestidos de oro. (2Cr 3:1, 7.)
Las puertas de las casas a veces se aseguraban mediante barras o travesaños de madera o hierro (Isa 45:2; Dt 3:5; 2Cr 8:5; 14:7), que solí­an sujetarse de manera que se pudiesen introducir en los huecos de las jambas de las puertas. Algunas puertas de ciudades tení­an barras y cerrojos. (Ne 3:3; 7:3; Dt 33:25.) Es posible que el cerrojo fuera una barra o espigón que se introducí­a en un hueco practicado en el umbral por la parte interior de la puerta. Igualmente, las puertas de las casas podí­an tener cerrojos o cerraduras. (2Sa 13:17, 18; Lu 11:7; véanse CERRADURA; PUERTA, PASO DE ENTRADA.)
También se usaban aldabas de metal, pero la Biblia no especifica que los hebreos las empleasen. Para despertar a los ocupantes de una casa, se llamaba a la puerta de la casa o de la entrada. (Can 5:2; Hch 12:13.)

Uso figurado. Jesucristo animó a tener perseverancia, diciendo: †œSigan tocando, y se les abrirᆝ. (Mt 7:7.) En Revelación 3:20 Cristo dice que †˜está de pie a la puerta, y toca†™, y asegura beneficio y compañerismo espirituales al que abra la puerta y lo reciba.
Si la sulamita hubiera sido inestable en amor y virtud como una puerta que gira sobre sus quicios, sus hermanos la habrí­an †˜atrancado con un tablón de cedro†™, de modo que no se abriera a nadie malsano. (Can 8:8, 9.)
Se dice que Leviatán, con su quijada doble, tiene †œpuertas† en la cara. (Job 41:1, 13, 14.) El congregador observó que en el caso del hombre de edad, †˜las puertas que dan a la calle han sido cerradas†™, quizás a fin de indicar que las dos puertas de la boca ya no se abren mucho, o nada, para mostrar lo que hay en la casa del cuerpo. (Ec 12:1, 4.)
Jesucristo recomendó esfuerzo vigoroso para obtener la salvación, para †œentrar por la puerta angosta†. (Lu 13:23, 24; Flp 3:13, 14; compárese con Mt 7:13, 14.) En otra ocasión se comparó a sí­ mismo a la puerta de un aprisco figurativo, siendo él el pastor excelente que conduce a su †œrebaño pequeño† a una relación con Jehová sobre la base del nuevo pacto sellado con su propia sangre. (Lu 12:32; Jn 10:7-11.) El que Jesús se comparara a una puerta está de acuerdo con el hecho de que mediante él, y en virtud de su sacrificio de rescate, las personas de condición de oveja pueden acercarse a Dios, ser salvas y obtener la vida. (Jn 14:6.)
Jehová fue quien abrió a las naciones †œla puerta a la fe†. (Hch 14:27.) Pablo permaneció por un tiempo en Efeso porque allí­ se le habí­a abierto †œuna puerta grande que conduce a la actividad† de declarar las buenas nuevas. (1Co 16:8, 9; Hch 19:1-20; compárese con 2Co 2:12, 13; Col 4:3, 4.)
Juan vio en visión †œuna puerta abierta en el cielo† que le permitió vislumbrar acontecimientos futuros y entrar, en sentido figurado, ante la presencia de Dios. (Rev 4:1-3.)

Fuente: Diccionario de la Biblia

ENTRADA

Fuente: Diccionario Vine Nuevo testamento

La RV60 usa esta palabra para traducir la palabra griega prosagōgē, y que sólo aparece dos veces en el NT (Ro. 5:2; Ef. 2:18. (En Ef. 3:12 se lee «acceso»). Su verbo correspondiente es prosagō, el cual significa «llevar hacia» (trans.) o «acercarse a», «allegarse» (intrans.), y se halla en seis lugares (Mt. 18:24; Lc. 9:41; Hch. 12:6; 16:20; 27:27; 1 P. 3:18). Sólo el uso que Pedro hace del verbo tiene significado doctrinal, pero cada uno de los usos del sustantivo es de nuestro interés.

El problema principal tiene que ver con la traducción del sustantivo griego. Algunos le dan el sentido intransitivo de «entrada», otros prefieren el sentido transitivo de «introducción», que le fuera dado antiguamente por Crisóstomo. «El que todo se refiere a Cristo se ve otra vez en la palabra traducida inadecuadamente por ‘entrada’, ya que ella no describe una acción nuestra, sino de Cristo, no nuestro acercarnos, sino su traernos» (así E.H. Gifford comentando Ro. 5:2 en su The Epistle of St. Paul to the Romans, p. 110, Londres, 1886). Gifford es imitado en el significado transitivo por Sanday y Headlam, Godet y otros. En general, el sentido transitivo de «introducción» debe preferirse, a lo que 1 P. 3:18 añade apoyo adicional.

El verbo fue usado en la LXX para referirse a la acción de traer víctimas para el sacrificio a Dios (Lv. 3:12; 4:4), para traer hombres a Dios para que fueran ordenados como sacerdotes (Ex. 29:4), y en el griego secular para la presentación de un orador delante de la asamblea, para la acción de traer a una persona a la presencia de un juez, o para presentar a alguien delante de un rey (Xenophon Cyropaedia 1:3.8; 3.12; 7.5.45). La idea general es la de presentar a alguien delante de alguna alta autoridad y poder. Aunque es imposible probar que los escritores del NT tenían algunas de estas figuras en mente, con todo, ellas nos proveen de sugestivas ilustraciones del hecho espiritual de que los creyentes han sido traídos en Cristo a la presencia de un Padre real y todopoderoso por medio de la cruz.

BIBLIOGRAFÍA

Arndt; William Barclay, A New Testament Workbook, pp. 104–107; J.O.F. Murray en HDB; W. Sanday y A.C. Headlam, Epistle to the Romans (ICC), p. 121.

  1. Lewis Johnson, Jr.

RV60 Reina-Valera, Revisión 1960

LXX Septuagint

HDB Hastings’ Dictionary of the Bible

ICC International Critical Commentary

Harrison, E. F., Bromiley, G. W., & Henry, C. F. H. (2006). Diccionario de Teología (209). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.

Fuente: Diccionario de Teología