FRUTOS DEL ESPIRITU

En Gal 5:22-23, se mencionan 9: Amor, gozo, paz, paciencia, bondad, benignidad, fidelidad, mansedumbre y templanza (dominio propio). Iremos al Cielo, no por los “dones” (manos, fe, Biblia), sino por los “frutos” que obtuvimos con esos “dones”, Mat 25:31-46, Rom 2:5-11, Efe 2:10, 2Co 5:10, Rev 20:11-15.

Diccionario Bí­blico Cristiano
Dr. J. Dominguez

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Fuente: Diccionario Bíblico Cristiano

(-> Espí­ritu Santo, dones). Pablo ha puesto de relieve la oposición que existe entre las obras de la carne (que brotan de la violencia y deseo de una vida donde domina el egoí­smo) y los frutos del Espí­ritu, que no son el resultado de un esfuerzo ascético, sino expresión de la capacidad creadora del Espí­ritu de Dios, que actúa y se despliega en la vida de los hombres: “amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, continencia” (Gal 5,25). Son nueve, pero entre ellos destacan los tres primeros, que están relacionados entre sí­. (1) Amor. Más que fruto se le podrí­a llamar esencia: el espí­ritu de Dios se identifica en sí­ con el amor, como supone 1 Cor 13. En esa lí­nea, podemos afirmar que el amor es la verdad y sentido de la salvación, es decir, la presencia de Dios en la vida de los hombres. (2) Gozo, que nace del amor y que aparece también como signo del Espí­ritu. Frente al mensaje del Bautista, que puede condensarse como amenaza de juicio (cf. Mt 3,7-12), el Espí­ritu de Cristo se despliega y actúa como experiencia de alegrí­a mesiánica. (3) El tercero es la paz, entendida como culminación mesiánica. En otro lugar, Pablo identifica el reino de Dios con una trí­ada muy semejante a la anterior: “El reino de Dios no es comida ni bebida (no es un ritual de pureza alimenticia, en la lí­nea de cierto judaismo legalista), sino justificación, paz y alegrí­a en el Espí­ritu” (Rom 14,17). Comparando este pasaje con Gal 5,25, se puede afirmar que Espí­ritu y Reino se identifican y que, en el lugar del amor*, entendido como experiencia de vinculación mutua, se puede hablar de justificación, que es la fuente creadora de ese mismo amor.

PIKAZA, Javier, Diccionario de la Biblia. Historia y Palabra, Verbo Divino, Navarra 2007

Fuente: Diccionario de la Biblia Historia y Palabra