GONZALEZ GARCIA. MANUEL

[971] (1877-1940)

Fundador de las Misioneras Eucarí­sticas de Nazareth en 1921, fue un entusiasta catequista a cuya labor dedicó todo su inmenso corazón de pastor y apóstol.

Los años que le tocaron vivir fueron violentos. Su tarea sacerdotal se distinguió por su corazón compasivo. Y sus años de Obispo conocieron duros ataques a la Iglesia. Por eso, supo mucho de tristeza, de soledad y de esperanza; y tuvo que enfrentarse con los enemigos de la fe a fuerza de sufrir en silencio.

En su oración aprendió a trabajar con la claridad que dan los ojos de la fe y con la bondad de un corazón sencillo.

Nació en Sevilla en 1877. De niño frecuentó la escuela del Cabildo llamada de S. Miguel, para los niños del coro.

En 1889 ingresó en el Seminario. En 1900 obtuvo el doctorado Sagrada Teologí­a. El 21 de Septiembre de 1901 fue ordenado sacerdote por el Beato Marcelo Spí­nola, Cardenal Arzobispo de Sevilla.

1902, en Febrero, en una misión en Palomares del Rí­o (Sevilla), sintió la vocación del Sagrario abandonado, al ver la incuria de la iglesia parroquial.

En 1905 fue designado cura ecónomo de la parroquia de San Pedro, de Huelva. Luego fue arcipreste de Huelva. Para combatir la propaganda protestante, fomentó escuelas y abrió bibliotecas.

En 1907 fundó la revista “El Granito de Arena”, para promover la piedad eucarí­stica. Y en 1910 inició la Unión Eucarí­stica Reparadora (Marí­as de los Sagrarios y Discí­pulos de San Juan). Se las conoció como “Obra de las Tres Marí­as” y se extendió por España y América. Ese año escribió el mejor de sus libros: “Lo que puede un cura de hoy”.

En 1915 fue preconizado Obispo Titular de Olimpo y Auxiliar de Málaga, a pesar de que intentó disuadir al Nuncio de tal nombramiento. El 16 de Enero de 1916 recibió la consagración episcopal en la catedral de Sevilla. En 1917 fue nombrado Administrador Apostólico de su Diócesis.

En 1921 fundó las “Misioneras Eucarí­sticas de Nazaret” (HH. Marí­as Nazarenas) bajo la dirección de su hermana Marí­a Antonia y jóvenes de las “Tres Marí­as”.

En 1922 fue designado titular de la Diócesis. Se entregó a intensa actividad pastoral. Construyó el Seminario. Cuidó de modo especial las catequesis parroquiales de la Diócesis.

En 1931 comenzaron los desórdenes de las turbas en la ciudad. Quemaron unos cuarenta templos y el mismo palacio episcopal. Ante los acontecimientos y las amenazas a su vida por ser el Obispo, obedeció a sus colaboradores y se refugió en Gibraltar. A los pocos dí­as regresó y se instaló en Ronda. En 1932 viajó a Roma por orden del Nunció para informar personalmente a Pí­o XI. En Noviembre recibió indicación del Nuncio de trasladarse provisionalmente a Madrid, para apaciguar la ola de calumnias que sobre él se cerní­a.

En 1933 fundó la “Asociación de Marí­as Auxiliares Nazarenas”. En 1935 fue nombrado Obispo de Palencia y el 12 de Octubre llegó a su nueva Diócesis. Desde allí­ siguió los dolorosos hechos de la Guerra civil.

En 1939. 28 de Octubre, cayó enfermo en Madrid, en la Conferencia de Metropolitanos. Regresó a Palencia y el 4 de Enero de 1940 falleció piadosamente.

Dejaba, además del recuerdo de un hombre celoso, humilde y sensible y de los movimientos e instituto eucarí­sticos fundados, una serie de escritos, sobre todo catequí­sticos, que le acreditan como un excelente profesional de la Pastoral catequética de mediados del siglo XX. Entré los más importantes, además de sus Pastorales y cartas, se pueden recordar: “Apostolados menudos”. “Arte y Liturgia”. “Arte para ser apóstol”. “Así­ ama El”,”Cartilla del Catequista”, “El abandono de los Sagrarios acompañados”, “El Corazón de Jesús al corazón del sacerdote”, “El Rosario sacerdotal”, “El sacerdote en la hora presente”, “La Gracia en educación o arte de educar con gracia”, “Lo que puede un cura de hoy”, “Partiendo el pan a los pequeñuelos”, “Partí­culas del Evangelio”, “Todos catequistas”, “Un sueño pastoral”.

Sólo los tí­tulos de estos libros y opúsculos, escritos con piedad y soltura literaria, indican su triple dimensión pastoral: la oración eucarí­stica, la animación de los sacerdotes y la tarea de catequesis.

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa