HIGADO

Eze 21:21 saetas, consultó a sus ídolos, miró el h
Lam 2:11 mi h se derramó por tierra a causa del


en las Escrituras, este órgano interno de color rojizo de los vertebrados, sólo es mencionado el de los animales usados en los sacrificios, Ex 29, 13; Lv 3, 4; 4, 9; 7, 4; 8, 16; 9, 10; 9, 19. En el libro de Tobí­as, se dice que el h. de pez, así­ como el corazón y la hiel, es un remedio útil, quemado, su humo ahuyenta al demonio y al espí­ritu malo, Tb 6, 5-8 y 17; 8, 2-3. Los israelitas creí­an que las ví­sceras eran el asiento de los pensamientos, de los sentimientos, de la ® conciencia, por esto algunas versiones traducen corazón o h., como en Pr 7, 23. Los pueblos antiguos practicaban la adivinación observando las ví­sceras de los animales, como el h., lo que estaba prohibido por la Ley, Ez 21, 26. Higo, ® higuera.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

(heb., kavedh, pesado). De los órganos internos, el más pesado y de gran importancia. Se le menciona 14 veces en el AT. Generalmente la referencia es al órgano corporal en conexión con las instrucciones para holocaustos (p. ej., Exo 29:13, Exo 29:22; Lev 3:4, Lev 3:10, Lev 3:15; Lev 4:9; Lev 7:4).

El uso del hí­gado era común entre las naciones paganas quienes lo usaban para adivinar el futuro (Eze 21:21). Se menciona cuando se describe un pesar profundo (Lam 2:11 RV-1909), y atravesarlo era fatal (Pro 7:22-23).

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

í“rgano en el cuerpo de hombres y de animales. Se menciona el h. de los animales sacrificados, pues habí­a que quitarles la grasa que estaba sobre el h. (Exo 29:13, Exo 29:22; Lev 3:4, Lev 3:10, Lev 3:15; etcétera). También existí­a la consulta al h. de aves con fines adivinatorios (Eze 21:21). Entre los hebreos el h. era donde residí­an los deseos sensuales. Así­, la expresión: †œMi h. se derramó por tierra a causa del quebrantamiento de la hija de mi pueblo† (Lam 2:11), trata de expresar la amargura, la pérdida del deseo de vivir por la tragedia que veí­a Jeremí­as.

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, LEYE

ver, ADIVINACIí“N

vet, (heb. “kabëd”, “pesado”, se refiere a la condición que tiene de ser la ví­scera más pesada). í“rgano vital, mencionado con frecuencia en las normas sacrificiales (Ex. 29:13, 22; Lv. 3:4; 4:9; 10:15, etc.). El hí­gado les serví­a a los paganos para la adivinación (véase ADIVINACIí“N, cfr. Ez. 21:21). Como otras personas de la antigüedad, los judí­os situaban el hí­gado más cerca del asiento de la vida que nosotros, empleando este término allí­ donde nosotros hablarí­amos de “corazón” (Pr. 7:23; Lm. 2:11: “Mi hí­gado se derramó por tierra”).

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

í“rgano glandular de los animales vertebrados y del hombre que segrega la bilis y realiza importantes funciones en el organismo; la principal es almacenar los hidratos de carbono. El término hebreo para hí­gado (ka·védh) proviene de una raí­z que significa †œser pesado†. La mayor parte de las veces que se usa el término †œhí­gado† en las Escrituras Hebreas es con referencia a los animales que los israelitas sacrificaban. (Ex 29:22; Le 3:4, 10, 15; 4:9.) Sobre el altar se hací­a humear el †œapéndice que está sobre el hí­gado†. (Ex 29:13.) La obra Commentary on the Old Testament describe ese apéndice de la siguiente manera: †œLa membrana que recubre el hí­gado y el estómago, […] que comienza en la división entre los lóbulos derecho e izquierdo del hí­gado, se extiende por un lado envolviendo el estómago y por el otro llega hasta la zona de los riñones. […] Esta membrana más pequeña es delicada, y aunque no contiene tanta acumulación de grasa como la membrana más grande, todaví­a puede considerarse como parte de las porciones grasas† (de C. F. Keil y F. Delitzsch, 1973, vol. 1, †œThe Third Book of Moses†, pág. 300). En el comentario de Rashi sobre Leví­tico 3:4 se define como †œla pared (membrana) protectora que cubre el hí­gado†. (Pentateuch With Targum Onkelos, Haphtaroth and Rashi†™s Commentary, traducción al inglés de M. Rosenbaum y A. Silbermann.)
El relato del rey Salomón sobre el joven inexperto que sucumbe ante la tentación de la mujer inmoral concluye diciendo: †œDe repente él va tras ella, […] hasta que una flecha le abre el hí­gado, […] y él no ha sabido que en ello está envuelta su misma alma†. (Pr 7:21-23.) Esta es una descripción muy apropiada, pues la medicina ha descubierto que en los estados avanzados de sí­filis (como en el caso de muchas otras enfermedades), diferentes organismos bacterianos se apoderan del hí­gado. El microorganismo (gonococo) responsable de la gonorrea, otra enfermedad de transmisión sexual, también causa en ocasiones graves inflamaciones del hí­gado que pueden producir la muerte. El hí­gado desempeña un papel fundamental en la vida, por lo que se hace referencia a él en lenguaje figurado en un contexto de profundo pesar. (Lam 2:11.)
Cuando el rey Nabucodonosor de Babilonia buscaba guí­a para sus maniobras militares, †œ[miró] en el hí­gado† como una forma de adivinación. (Eze 21:21; véase ADIVINACIí“N.)

Fuente: Diccionario de la Biblia

Solamente en el AT aparece esta voz. El heb. kāḇēd deriva de una raíz que significa “ser pesado”, o, por extensión, “ser honrado” por alguien. De modo que se trata del órgano pesado. De las catorce veces que aparece, once se encuentran en Ex. y Lv., y se refieren al hígado de animales destinados a sacrificios.

El “lóbulo (°nbe; “grosura”, °vrv2) del hígado” (Ex. 29.13, etc.), siempre relacionado con los riñones, se quemaba en el altar. Josefo ofrece una lista de las partes que se quemaban en el altar (Ant. 3.228): “Los riñones, el redaño, y toda la grasa y el lóbulo del hígado.”

Es poco probable, sin embargo, que “la grosura”, yōṯereṯ, se refiera al lóbulo del hígado, sino probablemente a la grasa que lo recubre, o posiblemente al páncreas. Literalmente la palabra significa “resto”, “apéndice” (rsv; “protuberancia” °lpd, “redundancia °vm )mg, de modo que no se expresa específicamente que fuera el hígado mismo el que se quemaba sobre el altar, sino la grasa interna y los riñones.

De acuerdo con Ezequiel (21.21), parecería que el hígado era el material de cierta forma de adivinación, basada en las marcas internas del órgano. Se han descubierto muchos hígados artificiales de arcilla en Medio Oriente, que se hicieron con ese propósito. Entre los etruscos se conocía una práctica similar, de quienes pasó a los romanos (lat. haruspices = “adivinadores por medio del hígado”).

B.O.B.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico