JORDAN

Gen 13:11 Lot escogió .. toda la llanura del J
Gen 32:10 pues con mi cayado pasé este J, y ahora
Deu 4:22 voy a morir en esta .. y no pasaré el J
Jos 1:2 levántate y pasa este J, tú y todo
Jos 3:17 los sacerdotes .. firmes en medio del J
2Sa 19:15 Judá vino a .. para hacerle pasar el J
2Ki 2:7 lejos; y ellos dos se pararon junto al J
2Ki 5:10 vé y lávate siete veces en el J, y tu carne
2Ki 6:4 cuando llegaron al J, cortaron la madera
Psa 114:3 mar lo vio, y huyó; el J se volvió atrás
Jer 49:19 como león subirá de la espesura del J
Zec 11:3 porque la gloria del J es destruida
Mat 3:6; Mar 1:5 y eran bautizados por él en el J


Jordán (heb. Yardên, “que desciende [el descendiente]”; egip. Yrdn; gr. Iordán’s). El rí­o más importante de Palestina. Divide al paí­s en 2 partes: la Palestina occidental (tierra de Canaán), la parte más importante y rica; y la Transjordania. Las fuentes del Jordán están ubicadas en la ladera occidental del monte Hermón, el cordón más meridional de los montes Antilí­bano. Finalmente son 4 las corrientes que forman el rí­o Jordán. La más oriental de estas 4 corrientes es el Nahr Bâniyâs, el rí­o Paneas, de unos 8 km de largo. Su fuente está a unos 331 m s.n.m. en la famosa gruta de Paneas, llamada así­ en tiempos helení­sticos en honor del dios griego Pan. El siguiente, el Nahr el-Leddan, es un rí­o mucho más corto, que surge de numerosos manantiales cerca de la antigua ciudad de Dan, ahora Tell el-Qâdî, a unos 145 m s.n.m. El tercero es el Nahr el-Hasbân§, el más largo de los 4 tributarios. Desde su naciente, a unos 528 m s.n.m., corre por unos 38,5 km a lo largo de la ladera occidental del monte Hermón. El rí­o más occidental es el Nahr Bereighith, que se origina cerca de la antigua ciudad de Ijón, ahora Tell ed-Dibbin, a unos 550 m s.n.m. Estos 4 rí­os se unen al sur del Hermón y constituyen el Jordán, llamado esh-Sherî a el-Kebîreh por los árabes. Desde esta confluencia, a unos 43 m s.n.m., el rí­o corre unos 11 km por una llanura fértil con vegetación subtropical. Parte de ella es pantanosa, con abundancia de plantas de papiro que hasta hace poco los árabes usaban para hacer esteras. El gobierno de Israel ha estado desecando esos pantanos para recuperar las tierras. 289. Vista aérea del tortuoso curso del rí­o Jordán en la conjunción de Jaboc. El primero de 3 lagos formados por el 658 Jordán era el Lago Huleh (Ba1ret el-2ûleh), llamado Semeconitis por Josefo, hasta que el gobierno de Israel lo drenó y su fondo se usa como tierras de labrantí­o, a través de la cual fluye el rí­o. Muchos escritores modernos lo han identificado equivocadamente con las “aguas de Merom”* (Jos 11: 5), que están a unos 16 km al sudoeste del antiguo Lago Huleh. Este se hallaba a unos 2 m s.n.m. y tení­a unos 5 km de largo por 3 km de ancho en su parte norte, y su profundidad variaba de 3 a 5 m. Después de salir del desecado lago Huleh, el rí­o fluye por unos 3 km a una velocidad constante hasta que llega al “Puente de las Hijas de Jacob” (Jisr Banat Ya’qub), por el que pasa la carretera principal de Galilea a Damasco. Luego atraviesa una garganta de basalto, estrecha y con pronunciada pendiente, que forma muchos saltos y caí­das, y desciende unos 183 m en los siguientes 11 km. Al salir de ese desfiladero entra a una pequeña llanura, y en el último par de kilómetros antes de desembocar en el otro lago, el Mar de Galilea, fluye serenamente. En la distancia de 16 km entre los 2 lagos, el nivel del rí­o bajó de 2 m s.n.m. a unos 209 m b.n.m., un descenso de unos 211 m. El Mar de Galilea, bien conocido por todo cristiano por su relación con la vida de Jesús, es llamado Mar de Cineret en el AT (Jos 12:3; 13:27), por la ciudad de Cineret,* cerca de su ribera noroccidental. El lago tiene unos 21 km de largo y un ancho máximo de unos 13 km cerca del centro. Su profundidad máxima es de unos 46 m. El lago está alimentado no sólo por el rí­o Jordán, sino también por corrientes menores que entran en él por la orilla noreste y por el oeste, y por numerosos manantiales de agua caliente y frí­a subacuáticas. El lago siempre ha tenido abundancia de peces. El Jordán deja el Mar de Galilea en su extremo sudoeste y se convierte en el rí­o más sinuoso del mundo, con innumerables meandros en su curso hacia el sur. Por causa de estas curvas, recorre 320 km para cubrir una distancia que en lí­nea recta es de sólo 104 km entre el Mar de Galilea y el Mar Muerto* (fig 289). Varios tributarios aumentan el volumen de agua del rí­o. Los afluentes occidentales son insignificantes, pero los rí­os, Yarmuk y Jaboc en Transjordania son importantes; el primero aporta al Jordán en su confluencia casi tanta agua como la que lleva el Jordán mismo. En su recorrido desde el Mar de Galilea, el Jordán desciende otros 183 m hasta llegar al Mar Muerto, a 396 m b.n.m., la región más baja de la tierra. El promedio de descenso del rí­o es de 0,50 m por cada km si se sigue su cauce, o de 1,70 m por cada km en lí­nea recta. Su corriente es veloz, con muchos torbellinos y rápidos que hacen peligrosa su navegación, aunque algunos lo han hecho, especialmente en pequeños botes metálicos, como lo cuenta el Tte. Lynch. El amplio valle del rí­o, que tiene entre 5 y 19 km de ancho, se llama en árabe el-Ghor, “la tierra baja”. Dentro del valle hay otra depresión, a cuya orilla se encuentran unas colinas grises de marga y arcilla de aspecto extraño, de hasta unos 30 m de altura, llamadas qattarahs, sobre las que no crece nada. La depresión inferior, en la que fluye el rí­o, recibe el nombre de Zor, “espesura” o “matorral”, un nombre apropiado, ya que en muchas partes abunda una vegetación parecida a una selva. Este matorral era refugio de animales silvestres en tiempos antiguos (Jer 49: 19). El rí­o mismo tiene entre 27 y 30 m de ancho y de1 a 3 m de profundidad. Mapa II, B-3. Los lugares habitados que surgieron en el Ghor generalmente no se encuentran en el Zor, sino por sobre ella, a orillas de los tributarios del Jordán. Sin embargo, sólo unos pocos sitios de la ribera occidental eran aptos para ser poblados. Uno de ellos estaba sobre el Nahr J~lûd, que formaba la extensión oriental del valle de Jezreel. Sobre sus orillas y cerca de ellas surgieron varias poblaciones importantes. Otra región similar estaba formada por el Wâd§ Fârah, que recibí­a el agua de un manantial que está al noreste de Siquem. El 3er lugar era la llanura de Jericó,* donde el Wâd§ Qelt se une al Jordán. Un copioso manantial de esa región, ahora llamado Ain es-Sultân, proporcionaba condiciones atractivas para una población, y desde el amanecer de la historia palestina se formó un pueblo en ese lugar, como lo demostraron excavaciones recientes. Los restos más antiguos de Tell es-Sultân, la ancestral Jericó, rernontan en la historia más que cualquier otro sitio excavado hasta ahora en Palestina. Los diversos 659 tributarios que se uní­an al Jordán desde el este formaban pequeñas llanuras en su confluencia, con tierras fértiles que permití­an la agricultura. Sobre ella se formaron poblaciones. La mayor de esas llanuras estaba inmediatamente al noreste del Mar Muerto. Su nombre, “los campos de Moab” (Num 22:1; etc.), indica que en épocas muy tempranas debió haber estado ocupada por moabitas. 290. El rí­o Jordán visto desde las colinas de Galaad. Los pasajes bí­blicos que se refieren al Jordán tratan mayormente del sector del rí­o entre el Mar de Galilea y el Mar Muerto. Como antes del tiempo de los romanos no habí­a puentes que lo cruzaran, se lo atravesaba por algún vado o en botes. En la parte superior, al norte de la confluencia con el rí­o Jaboc, en varios lugares habí­a pasos fáciles de vadear, pero en el sur la corriente es veloz (muchas personas perdieron la vida intentando pasar en esta parte). Los israelitas cruzaron el Jordán en seco, a la latitud de Jericó, en virtud de un milagro (Jos 3:1-17; 4:1-24; Psa 114:3, 5). El informe bí­blico pone en claro que lo atravesaron en primavera, cuando el Jordán desbordaba por el derretimiento de la nieve del monte Hermón. Cuando los sacerdotes entraron en el agua, el rí­o se detuvo en Adam, la moderna Tell ed-Dâmiyeh, a unos 35 km al norte del Mar Muerto, pero al sur de Adam el agua seguí­a hacia el Mar Muerto dejando seca una buena extensión del lecho del rí­o (Jos 3:14-17; 4:15, 16). En tiempos históricos se han registrado en el mismo lugar varios desprendimientos, producidos por terremotos. En la noche del 8 de diciembre de 1267 d.C., una elevada colina que domina el rí­o, cerca de ed-Dâmiyeh cayó al cauce y formó un dique que durante 16 horas dejó en seco la parte sur de esa represa natural. Entretanto, el agua al norte de ed-Dâmiyeh inundó las tierras vecinas; finalmente, abrió una brecha en ella y se restableció el nivel del rí­o en todo su curso. Casos similares se registraron en 1546 y en 1906. Otra vez, en el fuerte terremoto del 11 de julio de 1927, que destruyó muchas propiedades y costó muchas vidas, un barranco alto en ed-Dâmiyeh cayó al rí­o y formó un dique que interrumpió su curso durante 21 1/2 horas, de modo que los pobladores cruzaron y volvieron a cruzar el lecho seco a pie a voluntad. Algunos opinan que para el cruce de los israelitas bajo Josué, Dios tal vez produjo un terremoto para formar el dique que contuviera el agua del rí­o en el momento preciso cuando estaban listos para cruzarlo, usando, como en otras ocasiones, medios naturales para realizar sus milagros (fig 9). Jacob y su familia vadearon el Jordán tal vez cerca de la boca del Jaboc (Gen 33:17, 18). Los madianitas, perseguidos por Gedeón y sus fuerzas, lo habrí­an cruzado al norte del Jaboc, en las proximidades de Sucot (Jdg 7:24; 8:4, 5). David, cuando huyó de Absalón con un grupo de leales seguidores, atravesó el Jordán quizá cerca de Jericó, y esta actividad -tal vez por medio de botes- habrí­a mantenido ocupado al grupo toda la noche (2Sa 17:22). También se informa del cruce de Absalón y sus fuerzas, y más tarde el de David al regresar a Jerusalén (17:24; 19:15-18, 39). Dos veces se realizó milagrosamente el paso en seco en tiempos de Elí­as y de Eliseo:primero para permitir que los 2 profetas cruzaran el rí­o, y luego para que Eliseo lo volviera a pasar (2Ki 2:5-8, 13-15). Una vez más el Jordán desempeñó un papel en la vida de Eliseo cuando le pidió a Naamán, el oficial sirio, que se lavara 7 veces en sus aguas para ser limpiado de su lepra (5:10, 14). Jesucristo fue bautizado en el Jordán por Juan (Mat 3:13-16; cf Joh 3:23; fig 292). Bib.: W. F. Lynch, “Narrative of the United States Expedition to the River Jordan and the Dead Sea” [Narración de la expedición norteamericana al rí­o Jordán y el Mar Muerto], realizada en 1848; John Garstang, The Foundations of Bible History [Los fundamentos de la historia bí­blica] (Londres, 1931), pp 136, 137; D. H. Kallner, Amiran, IEJ 1 (1950-1951):229, 236, 245.

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

rí­o de Palestina, nace en montañas del Antilí­bano. Discurre hacia el sur, pasa por un sitio hoy llamado Hule, antiguo lago Merom, Jos 11, 57; luego a través del lago de Tiberí­ades o mar de Galilea, hasta desembocar en el mar Muerto; tiene una longitud de 320 kilómetros, y entre el lago de Tiberí­ades y su desembocadura recorre 150 kilómetros, por el valle de Ghor. Casi todo su recorrido lo hace bajo el nivel del mar, y al llegar al mar Muerto ha descendido a 395 metros, la depresión más baja del mundo. Es un rí­o de poca profundidad, poco caudal, estrecho y de lento discurrir.

Cuenta con algunos rápidos y en ciertas épocas del año crece.

La parte más importante del J. es la que va desde el sur de Galilea hasta la desembocadura en el mar Muerto, y es la que más aparece en la Biblia.

En esta región se le unen las aguas de los dos afluentes más importantes el Jarmuc y el Jabboc.

Este rí­o tiene una importancia capital en la vida del pueblo de Israel pues su paso significó el fin de la marcha por el desierto, tras salir de la esclavitud en Egipto, la conquista de la Tierra Prometida y la sedentarización de Israel; Yahvéh le dijo a Josué: †œPasa ese J., tú con todo este pueblo, hacia la tierra que yo les doy†, Jos 1, 2. Juan Bautista, el Precursor, bautizaba en el J., y el mismo Jesús fue bautizado en sus aguas, Mt 3, 6 y 13-16; Mc 1, 5 y 9-11; Lc 3, 3; Jn 1, 27-34.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

(bajar, el siempre corriente).

Es el rí­o por excelencia de la Tierra Santa: Nace en la cordillera del Hermón, desemboca en el lago de Genesaret; sale del Lago, a 2 m. sobre el nivel del mar, y corre hasta el Mar Muerto, a 208 m.bajo el nivel del mar.

Tres épocas importantres tienen origen en las orillas del Jordán.

1- Israel inició su vida como pueblo después de atravesar el Jordán con Josué: (ver Libro de Josué).

2- En el siglo IX Elí­as fue arrebatado al Cielo, después de atravesar el Jordán, y Eliseo tomo su lugar como Profeta. Aquí­, pues, se inició el “profetismo” en Israe: (2Re 2:7, 2Re 2:13). En el Jordán mandó Eliseo banarse al general sirio Naamán, y se sanó de su lepra: (2 R.5).

3- En el Jordán predicó Juan el Bautista, y ahí­ comenzó Jesús su vida pública, después de ser bautizado por Juan: (Lc.3, Mt.3, Mc.l).

Diccionario Bí­blico Cristiano
Dr. J. Dominguez

http://biblia.com/diccionario/

Fuente: Diccionario Bíblico Cristiano

(El que desciende). Rí­o que fluye hacia el S desde las montañas del Antilí­bano, entra en el mar de Galilea en su extremo N y sale por el extremo S, yendo a desembocar en el mar Muerto. Las fuentes del J. se alimentan de nieve derretida del monte †¢Hermón, así­ como de numerosos manantiales. El J. recorre una distancia de 205 km, pero con sus meandros entre el mar de Galilea y el mar Muerto su longitud llega a 300 km.

La parte baja del J., que en un tiempo incluí­a el valle de Sidim con Sodoma, Gomorra y otras ciudades (Gen 13:10; Gen 14:3; Gen 19:29), es lo que se llama †œla llanura del J.†, región que llamó la atención de †¢Lot por su fertilidad. La llamada †œespesura del J.† en Jer 12:5; Jer 49:19 y 50:44 es una referencia a la abundante vegetación y bosques que existen en ambas riberas del rí­o. Allí­ fueron los hijos de los profetas a cortar madera (2Re 6:4). †œLos vados del J.†, es decir, los lugares por donde se podí­a cruzar, no eran muchos. Por eso, en varias ocasiones era estratégico controlarlos. Así­, en tiempos de †¢Aod, luchando contra los moabitas, se †œtomaron los vados del J. a Moab, y no dejaron pasar a ninguno† (Jue 3:28). Lo mismo hizo Gedeón en la pelea contra los madianitas (Jue 7:24). En un pleito entre efraimitas y galaaditas estos últimos †œtomaron los vados del J.† y exigí­an a los que querí­an cruzar que pronunciaran la palabra †œShibolet†. Los que la pronunciaban mal eran muertos (Jue 12:1-6).
de los eventos más famosos en relación con el rí­o J. es su cruce por el pueblo de Israel para entrar en Canaán (Jos 3:1-17). Es interesante anotar que se tiene registro de otras ocasiones en que a causa de temblores de tierra que represaron el rí­o en algún lugar, el J. ha dejado de fluir. En 1267, sus aguas se detuvieron por ocho horas; en 1546 por dos dí­as; y en 1927 por algo más de veintiuna horas.
de la llegada de los israelitas el J. serví­a de lí­mite entre la tierra de Canaán y los territorios de †¢Sehón, rey amorreo, y †¢Og, rey de Basán. Esas tierras al E del J. fueron las que se dividieron entre las tribus de Rubén, Gad y parte de Manasés. Esa región, usualmente conocida como la Transjordania, serví­a de refugio a personas y grupos que por alguna razón tení­an que esconderse o ponerse a buen recaudo por haber perdido el poder. Hacia allí­ fue Abner llevando a Is-boset, después de la muerte de su padre Saúl (2Sa 2:12). David, cuando huí­a de †¢Absalón, cruzó el J. (2Sa 17:22-24).
el Bautista ministraba en el J. (Mat 3:5-6). Allí­ bautizó al Señor Jesús (Mat 3:13-17; Mar 1:5-9; Jua 1:28).

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, RIOS

sit, a2, 454, 285

vet, = “el que desciende” La corriente de agua más importante de Palestina. Tiene diversas fuentes. La fuente oriental se halla en Banias, la antigua Cesarea de Filipo, de donde brota una corriente abundante, el Banias, de una gruta elevada. La fuente central se halla en Tell el-Kadi, probablemente la antigua Dan. Allí­ brotan, en dos lugares, las aguas que forman el rí­o Leddan. La tercera fuente, la más septentrional y elevada de las tres, es perenne; brota debajo del pueblo de Hasbeya y da origen al curso de agua llamado Hasbany. Según Thomson, este rí­o tiene 64 Km. más que los otros dos, siendo que el Leddan es el más caudaloso y el Banias el más bello. Este último recorre más de 19 Km. antes de llegar al lago de Huleh. La unión del Banias y del Leddan se halla casi a mitad de camino entre el lugar llamado Banias y el lago de Huleh; la confluencia de este nuevo rí­o con el Hasbany se halla a 1,5 Km. más abajo. El lago Huleh tiene más de 6 Km. de longitud. El Jordán sale al sur de este lago, y corre casi 17 Km., hasta el lago de Galilea que mide casi 21 Km. de longitud. Después de haber cruzado esta extensión de agua, el rí­o sigue un curso sinuoso, dirigiéndose hacia el mar Muerto, a unos 105 Km., a vuelo de pájaro, del extremo meridional del lago de Galilea. Desde Banias hasta el mar Muerto, el Jordán mide más de 167 Km., si se tiene en cuenta la longitud de los dos lagos, y se descartan los meandros. Es el único rí­o del mundo cuyo curso se halla, en la mayor parte de su longitud, por debajo del nivel del mar. Cuando brota de la gruta de Banias, el Jordán se halla a unos 300 m. por encima del nivel del Mediterráneo. Cuando entraba en el valle de Huleh, este lago, desecado en la actualidad por los israelitas, tení­a 3-4 m. de profundidad, y su superficie se hallaba a unos 2 m. sobre el nivel del mar. Desciende a continuación unos 208 m., hasta llegar a la entrada del mar de Galilea. Al desembocar en el mar Muerto, el Jordán se halla a 366 m. por debajo del nivel del Mediterráneo. Es evidente que este curso de agua merece bien su nombre, de raí­z semita, “Yardën”, “el que desciende”. Desde el mar de Galilea al mar Muerto hay 27 rápidos importantes y un gran número de otras caí­das de menor importancia. La zona meridional del valle es una zona verdaderamente tropical. Josefo (Guerras 4:8, 3) dice que la irrigación permití­a cosechas lujuriantes. Lot eligió este fértil lugar sin tomar en cuenta ninguna consideración moral (Gn. 13:8-13). Antes de la llegada de los romanos, el rí­o carecí­a de puentes. Se tení­a que cruzar mediante numerosos vados de fácil acceso. Estos vados se hallaban a lo largo del descenso del Jordán, hasta la desembocadura del Jaboc, que cruzó Jacob (Gn. 32:10; 33:18). Por debajo de este lugar el Jordán sólo es vadeable durante unas pocas ocasiones en el año. Josué atravesó el Jordán a pie enjuto (Jos. 3:1-17; 4:1-24; Sal. 114:3, 5). Ha habido varias ocasiones en tiempos modernos en que ha quedado al descubierto el lecho del Jordán, debido a la formación de un dique natural. En el siglo XIII el sultán Bibars habí­a dispuesto la construcción de un puente a través del Jordán. La crecida del rí­o dificultaba los trabajos. En la noche del 7 al 8 de diciembre de 1267 se derrumbó un cerro de gran altura que dominaba las aguas al oeste, obstruyendo el curso del agua, con lo que el rí­o estuvo detenido durante dieciséis horas. Sucesos análogos tuvieron lugar en 1906 y 1927. Es posible que en época de Josué, bajo la dirección divina, sucediera algo parecido. Dios se sirve tanto de las fuerzas de la naturaleza como de acciones sobrenaturales para llevar a cabo su voluntad. En todo caso, fue bajo su dirección que tuvo lugar aquel suceso. Fue el escenario de grandes hechos históricos. David lo cruzó huyendo de Absalón y volviendo para recobrar el reino (2 S. 17:22, 24; 19:15-18). Yendo a ser arrebatado por un carro de fuego, Elí­as lo cruzó con Eliseo de forma milagrosa (2 R. 2:8-9, 14). Allí­ logró Naamán su curación de la lepra (2 R. 5:13). Juan el Bautista ejercí­a allí­ su ministerio del bautismo, y allí­ fue bautizado el Señor Jesucristo (Mt. 3:6, 13-17). En la actualidad constituye la frontera entre Israel y Jordania.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

El rí­o Jordán es el rí­o bí­blico más famoso. Nace al sur del monte Hermón; en su primera fase recorre una llanura fértil, formando el lago Merón; corre luego hacia el sur, desde el “puente de los hijos de Jacob”, para desembocar en el lago de Genesaret, tras un recorrido de unos 16 Km. Sale del lago de Genesaret por su parte suroccidental y baja, serpenteando, hasta el mar Muerto. Desde Genesaret hasta el mar Muerto hay una distancia en lí­nea recta de 110 Km., pero el Jordán tiene una longitud de 300 Km. En su descenso baja desde 208 m. de altura sobre el nivel del mar hasta los 380 m. bajo el nivel del mar Mediterráneo, que es su nivel a la entrada del mar Muerto. Tiene como afluentes el Fasail, el Kelt, el Yarmuk y el Jaboc. Divide la Cisjordania de la Transjordania. Por este rí­o pasa el pueblo hebreo a la Tierra Prometida. Junto al Jordán aparece Juan Bautista predicando el bautismo de penitencia (Mt 3, 1-6; Mc 1, 1-6; Lc 3, 1-6), y en él tuvo lugar el bautismo de Jesucristo (Mt 3, 13-17; Mc 1, 9-11; Lc 3, 21-23).

E.M.N

FERNANDEZ RAMOS, Felipe (Dir.), Diccionario de Jesús de Nazaret, Editorial Monte Carmelo, Burbos, 2001

Fuente: Diccionario de Jesús de Nazaret

Rí­o principal de la Tierra Prometida que forma una frontera natural entre la mayor parte del E. y el O. de Palestina. (Jos 22:25.) En la antigüedad, el curso del Jordán comenzaba en la cuenca del Huleh, una zona pantanosa y lago hoy dí­a desecados. El N. de la cuenca del Huleh se caracteriza por sus numerosos arroyos, que dan origen al rí­o. Entre ellos destacan, de E. a O., el Nahr Banyas (Nahal Hermon), el Nahr el-Leddan (Nahal Dan) y el Nahr Hasbani (Nahal Senir). El Yarmuk y el Jaboq son los principales afluentes del Jordán por el E. En la actualidad las aguas del Jordán son turbias en la mayor parte de su recorrido.
Dejando atrás la cuenca del Huleh, el Jordán fluye apacible unos 3 Km., para precipitarse entre gargantas de basalto hasta llegar al mar de Galilea. Luego el Jordán serpentea unos 320 Km. desde el extremo meridional del mar de Galilea hasta el mar Muerto, si bien la distancia real entre ambos puntos es de solo 105 Km. (GRABADO, vol. 1, pág. 334.)
Al recorrer los 16 Km. de distancia que separan la cuenca del Huleh del mar de Galilea, el Jordán desciende unos 270 m. Después, durante su curso desde el mar de Galilea hasta el mar Muerto, se forman en el Jordán 27 rápidos que descienden en cascada, y el nivel del cauce baja unos 180 m.
Al S. del mar de Galilea el Jordán fluye a través de un valle que mide entre 6 y 13 Km. de ancho. Pero en Jericó este valle tiene una anchura de unos 22 Km. Cuando atraviesa el nivel más bajo del valle (el Zor), que tiene una anchura de 0,5 a 3 Km., el Jordán serpentea a través de densos matorrales de espinos y cardos, vides y arbustos, adelfas, tamariscos, sauces y álamos. Antiguamente vagaban leones por los †œmatorrales orgullosos a lo largo del Jordán†. (Jer 49:19; 50:44; Zac 11:3.) Todaví­a se pueden hallar allí­ lobos y chacales. Los veranos son extremadamente calurosos y húmedos en esta espesura, con temperaturas cercanas a los 40 °C. En primavera, cuando se funden las nieves del Hermón, el Jordán inunda el Zor.
El nivel superior del valle (El Ghor) está situado a 46 m. por encima de los matorrales del Jordán, y está separado por colinas margosas de color grisáceo, desnudas y erosionadas. En la sección de El Ghor que se extiende por unos 40 Km. al S. del mar de Galilea, hay tierra cultivada y pastos. Aparte de esto, la mayor parte de El Ghor está sin cultivar. Sin embargo, en el tiempo de Abrahán y Lot, antes de la destrucción de Sodoma y Gomorra, al parecer la tierra productiva abarcaba una superficie mucho mayor, sobre todo en las inmediaciones del mar Muerto. (Gé 13:10, 11.)
Las aguas poco profundas del Jordán y sus numerosos rápidos y remolinos impiden que sea navegable. Según se informa, hay al menos 60 lugares por donde es posible vadearlo cuando no baja crecido. En tiempos antiguos el control de los vados del rí­o constituí­a una importante ventaja militar, ya que eran la principal manera de cruzar el Jordán. (Jue 3:28; 12:5, 6.)
Por lo general, el cauce del Jordán que está al S. del mar de Galilea tiene como promedio una profundidad de 1 a 3 m. y una anchura de 27 a 30 m, pero en la primavera el rí­o se desborda, y entonces es mucho más ancho y profundo. (Jos 3:15.) En la época en que baja crecido, hubiera sido peligroso para la nación israelita, compuesta de hombres, mujeres y niños, cruzar el Jordán, en especial cerca de Jericó. En este punto la corriente es tan rápida, que aun en tiempos recientes ha arrastrado a bañistas. Sin embargo, Jehová represó el rí­o milagrosamente y así­ hizo posible que los israelitas lo cruzasen sobre tierra seca. (Jos 3:14-17.) Siglos más tarde ocurrió un milagro similar, una vez en relación con Elí­as, mientras estaba en compañí­a de Eliseo, y otra vez estando Eliseo solo. (2Re 2:7, 8, 13, 14.)
Al Jordán también se le menciona en relación con la curación milagrosa de Naamán. Aunque para él los rí­os de Damasco eran mejores que todas las aguas de Israel, sus siervos le ayudaron a ver la cuestión desde el debido punto de vista, así­ que fue obediente y se bañó siete veces en el Jordán. Después de la séptima vez quedó totalmente limpio de la lepra. (2Re 5:10-14.)
En el siglo I E.C., Juan el Bautista bautizó por inmersión a muchos judí­os arrepentidos en las aguas del Jordán. También tuvo el privilegio de bautizar allí­ a Jesús, el Hijo perfecto de Dios. (Mt 3:1, 5, 6, 13-17; véase JORDíN, DISTRITO DEL.)

Fuente: Diccionario de la Biblia

La depresión del Jordán es única entre los accidentes de la geografía física. Se produjo como resultado de un valle hendido, siendo la mayor depresión que existe en la tierra. Las fuentes del río Jordán, alimentadas por manantiales, se reúnen en el lago Hulé, 70 m sobre el nivel del mar. Diez km al S del lago Tiberias el río está aproximadamente 200 m por debajo del nivel del Mediterráneo, y en el extremo septentrional del mar Muerto el piso de la fosa baja otros 177 m, y el río ya se encuentra 393 m por debajo del nivel del mar. Por eso el nombre “Jordán” (heb. yardēn) significa, adecuadamente, “el descendedor”. Este río es el más grande de los cursos perennes de Palestina, y su distancia entre el lago Hulé y el mar Muerto, de unos 120 km, está más que duplicada por sus meandros. Ningún otro río tiene más significación ni alusiones bíblicas que este.

I. Sitios arqueológicos

Los sitios arqueológicos en el valle del Jordán han revelado que es uno de los más primitivos lugares de establecimiento urbano en el mundo. La transición natufiana de la vida caracterizada por la caza a la urbana en Jericó puede llegar a retroceder al año 7000 a.C. Un pueblo alfarero llegó alrededor del 5000 a.C., y con la alfarería posterior (cultura neolítica B) se producen los primeros indicios de nexos con otros lugares del valle del Jordán y la media luna fértil del N. El cobre se introdujo en el período calcolítico (4500–3200 a.C.), como en Teleilat Ghassul, un poco al N del mar Muerto. En Ghassul existieron tres niveles de ciudades a partir del 4º milenio, con vestigios de cultivos por irrigación. Esta cultura ghassuliana está ampliamente identificada en Palestina, pero fue especialmente prevalente en el valle del Jordán, en Mefjar, Abu Habil, Jiftlik Bet-sán, En-gadi, y Tell es-Suneh, al S del mar de Galilea.

A fines del 4º milenio, por lo menos tres grupos de pueblos entraron en el valle del Jordán desde el N, para establecerse en aldeas sin muros en las llanuras de Esdraelón, o desde el E por Jericó. K. M. Kenyon ha llamado a este período protourbano. Luego empezaron a aparecer en el valle del Jordán las ciudades-estados como Jericó en el S, Bet-sán en el centro, y Bet-yerah (Jirbet Kerak) en el N, las que comerciaron con Egipto y Mesopotamia.

Alrededor del 2200 a.C. amorreos nómadas invadieron el valle y destruyeron muchos de los centros urbanos. Pueden haber sido parte de una vasta erupción general de pueblos que se produjo entre 2300 y 1900 a.C., o sea, hasta comienzos de la edad del bronce media. Es posible que Abraham haya Ilegado al valle del Jordán en este período de inquietud nomádica. A esto siguió la invasión de la cultura de los hicsos desde el N, cuando se construyeron complejas defensas urbanas en profundidad en ciudades tales como Jericó. Después de la derrota de los hicsos por los egipcios, se reconstruyeron y equiparon con guarniciones egipcias las grandes ciudades fortalezas del valle del Jordán, tales como Bet-sán y Hazor. Posteriormente, en la edad del bronce, por lo menos hacia 1220 a.C., los israelitas entraron en Palestina por el valle del Jordán. Hay indicaciones de la destrucción de las ciudades de Hazor, Debir, y Laquis. Pero las pruebas arqueológicas de la captura de Jericó por Josué son oscuras.

II. Rasgos topográficos

a. La cuenca del Hulé

El valle del Jordán comienza en el mte. Hermón (2.814 m), de cuyos manantiales en la caliza salen las aguas que forman el Jordán. Banias, posteriormente llamada Cesarea de Filipo, puede haber sido el centro de Baal-gad en el valle “del Líbano” (Jos. 12.7). Era el territorio de Dan, límite septentrional de Israel, cuyos habitantes controlaban la vital ruta comercial a Siria, y que fueron descritos como un nido de víboras (Gn. 49.17). Descendiendo por el valle superior se llega a la zona del Hulé, depresión de alrededor de 5 x 15 km, en la que antiguos flujos de lava bloqueaban el valle, de modo que el Jordán baja 280 m en 15 km de desfiladeros. Sobre la meseta que domina la llanura del Hulé se encuentra la antigua Hazor, la gran ciudad cananea.

b. El distrito de Tiberias

Más allá de los desfiladeros del Hulé, a unos 213 m por debajo del nivel del mar, el Jordán entra en el mar de Galilea, lago en forma de arpa, de 21 km de longitud, y alrededor de 13 km de ancho. Alimentadas por numerosos manantiales termales, sus aguas dulces contienen buena cantidad de peces, y su máxima profundidad de 50 m permite una migración vertical de los peces según las temperaturas estacionales. Por lo tanto, fue probablemente en el verano caluroso, cuando la temperatura invernal de 13°C se encuentra a 37 m por debajo de la superficie del lago, que Jesús aconsejó a los pescadores echar las redes en “lo profundo” (Lc. 5.4, °vm). Los métodos de pesca (* Pez) de que nos hablan los evangelios todavía se practican: el anzuelo (Mt. 17.27); la red circular (Mt. 4.18; Mr. 1.16); la red de arrastre que se arroja desde una barca (Mt. 13.47s); las redes de profundidad (Mt. 4.18s; Mr. 2.19s); y la pesca de profundidad con dos barcas (Lc. 5.10).

Una densa población vivía aglomerada alrededor del lago en la época de nuestro Señor, y sus palabras de condenación alcanzaron a los sofisticados habitantes de las ciudades de Corazín, Betsaida y Capernaum (Mt. 11.20–24). “No hay lugar en toda Palestina en el que los recuerdos se agolpen a un grado tal como en Capernaum” (G. Dalman). La vida judía palpitaba en sus sinagogas (Mt. 12.9; Mr. 1.21; 3.1; 5.22; Lc. 4.31; 6.6; 8.41). Allí vivían Jairo, el jefe de la sinagoga (Mr. 5.22), el centurión que construyó una sinagoga (Lc. 7.5) y Leví, el recaudador de tributos (Mt. 9.9; Mr. 2.14; Lc. 5.27). Al E de Capernaum se encontraba Betsaida, de la cual venían Felipe, Andrés y Pedro (Jn. 1.44), y más allá el menos populoso distrito de los gadarenos, donde los paganos mantenían rebaños de cerdos (Lc. 8.32). El lago, las llanuras y las abruptas laderas rocosas, mezcladas con cantos rodados y campos de cizaña, proporcionan el marco para la parábola del sembrador (Mr. 4.2–8), mientras que en la primavera los mantos de asfódelos, anémonas y lirios también constituyen significativos sermones.

Las montañas de los alrededores dominan esta escena lacustre, especialmente las del NO, que tuvieron un papel tan importante en la vida de oración de nuestro Señor, donde enseñó a sus discípulos (Mt. 5.1), y desde las cuales apareció como el Señor resucitado (Mt. 28.16). El extremo NE del lago se supone que es el escenario del milagro de la alimentación de los cinco mil (Lc. 9.10–17).

c. El “Ghor” o valle del Jordán

Tiene más de 105 km de longitud entre el lago de Tiberias y el mar Muerto. El Yarmuc desemboca en la ribera izquierda del Jordán, 8 km río abajo hacia el S del lago, y duplica el caudal de sus aguas; progresivamente el valle se profundiza hasta 50 m por debajo de la depresión. En este sector se distinguen tres zonas físicas. La amplia terraza superior de la depresión pliocénica, el Ghor propiamente dicho; la terraza cuaternaria inferior, y la llanura aluvial del río, el Zor; y entre ellos las laderas y tierras sedimentarias profundamente divididas del Qattara. Son el Qattara y el Zor juntos, más bien que el río Jordán, los que crearon el carácter fronterizo de este obstáculo (Jos. 22.25). La mitad septentrional del Ghor es una zona amplia y bien cultivada, pero la bóveda Judea-Galaad, que cruza la depresión, estrecha el valle al S de Galaad. Más allá, la depresión se hace cada vez más árida, hasta que en el comienzo del mar Muerto escasamente recibe un promedio de 5 cm. de lluvia anual. Las tierras sedimentarias del Qattara, grotescamente cavadas en greda y arcilla, crean un descenso pronunciado y desolado hasta el fondo del valle. El Zor, que avanza con una verde cubierta de vegetación, en violento contraste con el panorama en el fondo, recibe por ello el nombre de gā˒ôn (‘vegetación frondosa’) del Jordán (Jer. 12.5; 49.19; 50.44; Zac. 11.3; cf. Sal. 47.4; 59.12; Pr. 16.18). Guarida de animales salvajes (Jer. 49.19), se inunda parcialmente en la primavera (Jos. 3.15). De este modo podemos entender la pregunta “y si en la tierra de paz no estabas seguro, ¿cómo harás en la espesura del Jordán?” (Jer. 12.5).

Entre el Yarmuc en el N y el Jaboc hay otros nueve arroyos perennes que desembocan en la ribera izquierda del Jordán, y su provisión de agua explica por qué todos los establecimientos importantes están ubicados en el lado oriental de las aldeas del Ghor, como Sucot, Zafón, Saretán, Jabes de Galaad, y Pela. Con la ayuda de la irrigación, este probablemente fue elganorama que vio Lot “como el huerto de Jehová” (Gn. 13.10). El arroyo Querit bien puede haber sido tributario estacional del Jabes mas al N, donde Elías, nativo de Jabes de Galaad, se escondió de Acab (1 R. 17.1–7). Entre Sucot y Saretán (identificada por Glueck como Tell es-Saidiyeh) Salomón hacía fundir su cobre en moldes de tierra, utilizando arcilla y combustible locales (1 R. 7.46; 2 Cr. 4.17). En esta sección del valle hay una cantidad de vados, aunque no se construyeron puentes sobre el río hasta la época de los romanos. Abraham y Jacob cruzaron el Jaboc cerca de su desembocadura (Gn. 32.10). En algún punto de los alrededores los madianitas cruzaron perseguidos por Gedeón (Jue. 7.24; 8.4–5). Dos veces David lo cruzó en la rebelión de Absalón (2 S. 17.22–24; 19.15–18). Pero entre la confluencia del Jaboc y el mar Muerto los cruces son más difíciles a causa de las rápidas corrientes. El cruce milagroso de los israelitas parece haberse producido en Adam (Tell Damiyeh de nuestros días), 26 km al N de Jericó (Jos. 3.1–17; 4.1–24; Sal. 114.3, 5).

Entre el Jaboc y Bet-nimra, trayecto de 26 km (Is. 15.6), no hay arroyos que desemboquen en el Jordán, y hubo pocos asentamientos. Cerca de los manantiales hay aldeas vinculadas a los oasis, como Jericó al O del Jordán, y en las llanuras de Moab (Nm. 20.1) hacia el E se encontraba Sitim, desde donde partieron los espías (Jos. 2.1–7).

Bibliografía. G. Adam Smith, °GHTS, pp. 241–257; R. Leconte, Geografía de la Tierra Santa, 1966; A. Fernández, Geografía bíblica, 1959.

D. Baly, The Geography of the Bible², 1974; G. Dalman, Sacred Sites and Ways, trad. por P. P. Levertoff, 1935; J. y J. B. E. Garstang, The Story of Jericho, 1948; N. Glueck, The River Jordan, 1946; K. M. Kenyon, Jericho I, 1960; E. B. Smick, Archaeology of the Jordan Valley, 1973.

J.M.H.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico