LANGOSTA

Exo 10:4 mañana yo traeré sobre tu territorio la l
Lev 11:22 l según su especia, el langostín según
Num 13:33 éramos .. como l; y así les parecíamos
Deu 28:38 recogerás poco .. la l lo consumirá
Jdg 6:5 venían con .. en grande multitud como l
Psa 105:34 y vinieron l, y pulgón sin número
Pro 30:27 las l, que no tiene rey, y salen todas por
Isa 40:22 la tierra, cuyos moradores son como l
Joe 1:4 l comió lo que del revoltón había quedado
Amo 7:1 él criaba l cuando comenzaba a crecer
Mat 3:4; Mar 1:6 y su comida era l y miel silvestre
Rev 9:3 y del humo salieron l sobre la tierra


Langosta (heb. ‘arbeh; gr. akrí­s). Insecto común en Palestina, que a menudo representa una temida plaga que destruye toda la vegetación. Se conocen más de 50 diferentes clases de langostas en ese paí­s, y no es fácil identificar correctamente las 9 ó 10 palabras hebreas que, según se cree, se aplican al insecto y describen diversas etapas de su desarrollo. Generalmente se acepta que las langostas bí­blicas pertenecen al orden Orthoptera, bajo la cual se clasifican insectos de 4 alas, especí­ficamente la variedad migratoria. La langosta plenamente desarrollada tiene unos 5 cm o más de longitud, 4 alas y 6 patas, 2 de las cuales sirven sólo para saltar. Posee mandí­bulas fuertes como para cortar hojas, con las que incluso pueden comer la corteza de las ramas de los árboles (figs 258, 259). Las langostas figuran como comestibles en Lev 11:22, y muchos orientales todaví­a las comen, generalmente tostadas. Les quitan la cabeza, 696 las patas, las alas y los intestinos, y comen la parte carnosa. Muchos comentadores creen que Juan el Bautista comí­a langostas, mientras que otros sostienen que los akrí­s de Mat 3:4 y Mar 1:6 se refieren al fruto de una variedad similar al algarrobo. Las langostas que invadieron Egipto llevadas por un viento oriental, probablemente del Sinaí­ o del desierto de Arabia, fueron usadas por Dios en la 8ª plaga para atormentar a Faraón y a los egipcios cuando rehusaron dejar salir a los hebreos (Exo 10:12-19). En el AT se mencionan con frecuencia las plagas de langostas, como la que probablemente devastó Palestina en tiempos de Joel. En su ví­vida descripción (Jl. 1:2-7; 2:25) menciona 4 clases diferentes: la langosta cortadora, la que enjambra, la saltadora y la destructora (1:4). 302. Langostas en estado de desarrollo cruzando un muro (lo que ilustra muy bien Ji. 2:7). Como ilustración de una severa plaga de langostas en Palestina, presentamos el informe de un testigo ocular, H. Schneller, director del orfanato sirio en Jerusalén: “Tuvimos una hambruna el 2º año de la guerra [1915] tal como no se habí­a experimentado en 50 años. El cielo se oscureció por gigantescas mangas de langostas que cubrieron toda la región, y no se podí­an ver ni el sol ni la luna. Toda Palestina se transformó en un desierto en pocos dí­as. Todos los árboles, desde la copa hasta el tronco, incluyendo la corteza, quedaron pelados; nuestras huertas, cultivadas con tanto esfuerzo, desaparecieron como por magia. La primavera siguiente surgieron de los huevos miles de millones de larvas que consumieron lo poco que habí­a quedado. El resultado fue una hambruna terrible”. A continuación hay una lista de palabras que se refieren a las langostas -en sus etapas de no desarrolladas, adultas y en diferentes momentos del crecimiento- con el posible significado de ellas. Como las traducciones no siempre han sido confiables, están clasificadas según el hebreo: 1. ‘Arbeh, “langosta” (20 veces), “saltón” (2 veces), y “langostón” y “oruga” (una vez cada una). La más común de las palabras usadas y la de las 4 clases comestibles (Lev 11:22; también incluirí­a al saltamontes). Se piensa que es la langosta migratoria africana en su etapa madura, alada, que invade un paí­s en mangas y desova después de devorar insaciablemente. Esta langosta es muy común en Palestina. Algunos textos que la citan: Exo 10:4-19; Jdg 6:5; 7:12; 1R. 8:37; Jer 46:23; Jl. 1:4; etc. 2. Solâm, “langostí­n” 697 (Lev 11:22). El 2º de los 4 tipos comestibles. Sólo aparece en este pasaje, y se cree que quizá se refiera a la langosta migratoria europea. 3. Jârgôl, “argol” (Lev 11:22). La 3ª variedad comestible. Sólo se la menciona en este texto. El término hebreo tal vez describa a un insecto alado, saltador, de la familia Orthoptera, a la cual también pertenecen el saltamontes, la langosta y el grillo. Por el significado de esta palabra en los idiomas afines, algunos identifican este insecto con la langosta saltadora llamada Tettigonia vividissima. 4. Jâgâb, “hagab” (Lev 11:22). La última de las 4 comestibles. Su identificación es insegura, aunque más de un erudito ha sugerido que es la llamada Stauronotus maroccanus. Otros pasajes que la citan, traduciéndola “langosta”, son: Num 13:33; 2Ch 7:13; Ecc 12:5; Isa 40:22 5. Gâzâm, “oruga” (Jl. 1:4) y “langosta” (Jl. 2:25; Amo 4:9). Lo más probable es que se refiera a la 1ª etapa de su desarrollo, sin alas, en estado de larva. Otros la consideran una langosta adulta joven. 6. Yeleq, “pulgón” (Psa 105:34; Nah 3:15), “revoltón” (Jl. 1:4), “saltón” (Jl. 2:25) y “langosta” (Jer 51:14, 27; Nah 3:15, 16). Probablemente sea la langosta en su etapa de saltona, no voladora, caminadora y migratoria. Otros la identifican con la langosta recién nacida, en estado inmaduro, que puede saltar pero no caminar. 7 y 8. Gêb, “langosta” (ls. 33:4; única vez que aparece); y gôbay y gôb, “langosta” (Amo 7:1; Nah 3:17). Quizá representen “mangas de langostas”. 9. Tselâtsal, “langostas” (Deu 28:42; Isa 18:1). Tal vez sea un insecto que hace el ruido que expresa su nombre. Algunos eruditos lo identifican con el grillo. 10. Jâsîl, “pulgón” (1Ki 8:37; 2Ch 6:28), “oruga” (Psa 78:46; Isa 33:4), “langosta” (Jl. 1:4) y “revoltón” (Jl. 2:25). Su identificación es incierta. Bodenheimer la identifica con la cucaracha (barata), mientras que el danés Bruijel ve en ella la langosta adulta en la etapa cuando deja Palestina. Otros la consideran una langosta a mitad de su crecimiento, cuando puede caminar y saltar pero no volar. Bib.: H. Schneller, Evangelisches Sonntagsblatt für Bonn [Hoja dominical evangélica para Bonn], 26 de abril de 1925; CBA 5:296-298; ALP 313; F. Bruijel, Bijbel en Natuur [La Biblia y la naturaleza] (Kampen, 1939), pp 182-201; 0. R. Sellers, JAOS 53 (1933):405. Langostí­n. Véase Langosta 2. Langostón. Véase Langosta 1. Lanza. Arma arrojadiza o manual (1Sa 13:22; 17:7; Joh 19:34; etc.). Consistí­a en una vara o asta de madera que terminaba en una punta metálica afilada. El arma se construí­a forzando la pieza dentro del asta o colocándola en la abrazadera en la base de la misma. El término es generalmente una traducción del: 1. Heb. janîth, que en algunos lugares se ha traducido erróneamente por “jabalina” (1Sa 26:7; Job 39:23; etc.). 2. Heb. rômaj, “lanza” (“lanceta” en 1Ki 18:28; Jdg 5:8; Neh 4:13; etc.). Esta era un arma mucho más larga que el janîth, y se usaba sólo para acometer. El rômaj se describe en el documento “Guerra” de los Rollos del Mar Muerto como de 7 codos de largo con una punta de 1/2 codo. 3. gr. lógj’, muy probablemente una lanza romana larga, la que usó el soldado romano para atravesar el costado de Jesús en la cruz (Joh 19:34). 303. Dos puntas de lanzas encontradas en Palestina.

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

latí­n locusta. Insecto ortóptero saltador, de los acrí­didos.

Forma inmensos enjambres que migran y arrasan cultivos y vegetación Dt 28, 38. Animal de los más pequeños pero sabio, Pr 30, 24 y 27. La Biblia considera abominables los bichos alados que andan sobre cuatro patas, menos la l. y sus especies, y la distingue porque además de las patas tiene zancas para saltar, y la clasifica como pura, Lv 11, 22, razón por la cual se la consumí­a con miel por su sabor amargo, Mt 3, 4. Cuando el faraón se negó a dejar salir a Israel de Egipto, Yahvéh, por intermedio de Moisés y Aarón, lo castigó enviando plagas sobre su tierra, entre ellas una de langostas, Ex 10, 1-20. En su oráculo contra Kus, es decir, Egipto bajo la dinastí­a etí­ope, Isaí­as lo llama †œtierra de susurro de alas†, o sea, de langostas, Is 18, 1. Joel, al anunciar el Dí­a de Yahvéh, habla de la plaga de langostas, con aspecto de caballos, como un ejército ordenado, que arruinará a Israel, Jl 1, 1-17; 2, 3-9. Así­ también se describe esta plaga en Ap 9, 7-9.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

ver ANIMALES

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

Insecto ortóptero saltador. Las menciones de ella probablemente se refieran a la Schistocerca gregaria. Está incluido dentro de los animales limpios, que se podí­an comer, como puede verse en el estatuto de Lev 11:21-22 (†œ… estos comeréis de ellos: la l. según su especie, el langostí­n según su especie, el argol según su especie, y el hagab según su especie†). Por eso se dice que Juan el Bautista se alimentaba de †œl. y miel silvestre† (Mat 3:4).

Las diversas palabras hebreas que se utilizan para este insecto en la Biblia han sido de difí­cil traducción. Por eso se ha preferido usar los términos †œargol† y †œhagab†, que son transliteraciones del hebreo que no figuran en el castellano. Las expresiones de Joel referidas a una plaga de l. podrí­an estar relacionadas con los diversos estados por los cuales pasa la l. desde el huevo hasta el insecto desarrollado (†œLo que quedó de la oruga comió el saltón, y lo que quedó del saltón comió el revoltón; y la l. comió lo que del revoltón habí­a quedado† [Joe 1:4]). La l. se multiplica a veces de tal manera que forma verdaderas nubes que cubren una extensión de muchos kilómetros cuadrados, tan compactas que pueden tapar la luz del sol. Se convierte en una plaga que invade los campos, alimentándose de la vegetación que encuentran y resistiendo todos los esfuerzos que hacen los campesinos para erradicarla. Por eso se le asocia en la historia y en la literatura como ejemplo de destrucción.
de las plagas de Egipto fue de l. (Exo 10:4-19). Se le advirtió al pueblo de Israel que la desobediencia traerí­a como castigo plagas de l. (†œSacarás mucha semilla al campo, y recogerás poco, porque la l. lo consumirᆝ [Deu 28:38]), como en efecto sucedió muchas veces (†œDio también a la oruga sus frutos, y sus labores a la l.† [Sal 78:46]). Pero si se arrepentí­an y oraban, Dios les perdonarí­a (1Re 8:37-39). El término también es usado figuradamente para señalar abundancia de número (†œ… vení­an con sus tiendas en grande multitud como l.† [Jue 6:5]; †œ… serán más numerosos que l., no tendrán número† [Jer 46:23]). En Apocalipsis se unen las ideas de destrucción y numerosidad cuando se describe una plaga de l. que sube del †œpozo del abismo† y que se dedica, no a destruir la vegetación, sino a atormentar a los hombres (Apo 9:1-11). †¢Animales de la Biblia.

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, FAUN TIPO LEYE ESCA ALIM

vet, Hay ocho palabras que designan diversas especies o estados de la langosta. Es imposible determinar de una manera exacta los matices indicados por cada una de ellas, y nuestras versiones utilizan según los casos los términos de langosta saltón; en ocasiones se les deja su nombre heb., particularmente el hagab (Lv. 11:22), etc. En todo caso, se deben considerar como sinónimos. Los ortópteros saltadores se reparten en dos subórdenes. El primero incluye los saltamontes y langostas, con antenas largas y delicadas, que por lo general son más largas que el cuerpo; en las hembras el aparato de puesta, u oviscapto, está fuertemente desarrollado en forma de sable (“Locusta viridissima”). El otro incluye los grillos, que se distinguen en particular por sus antenas cortas y fuertes (“Pachytylus migratorius”). La langosta pasa por tres estados: la hembra deposita sus huevos en una cavidad cilí­ndrica del suelo, en abril o mayo. El insecto joven, que sale del huevo en junio, es una larva sin alas. Pasa al estado de ninfa cuando tiene alas rudimentarias, encerradas en vainas. Un mes más tarde viene a ser el insecto perfecto, alado, de una voracidad proverbial. Las devastaciones producidas por las langostas son una plaga digna de figurar entre las de Egipto (la octava, Ex. 10:4). Las dos especies más comunes son la “Aedipoda migratoria” y el “Acridium peregrinum”. Se hallan siempre en los desiertos del suroriente, pero de vez en cuando estos insectos se multiplican de manera prodigiosa, invadiendo las zonas habitadas, llevando por todas partes la ruina y la desolación. Los libros poéticos y proféticos de la Biblia abundan en descripciones casi dramáticas de su poder de destrucción y de la incapacidad humana de resistirlos. En todo caso, los orientales se han nutrido de este insecto, clasificado entre los animales limpios (Lv. 11:21-22; cfr. el ejemplo de Juan el Bautista, Mt. 3:4). Ligeramente asadas, las langostas son secadas al sol y saladas a continuación. Se consumen las partes carnosas, después de eliminar las alas y los intestinos. Jahn (Bibl. Archeol § 23 ss.) da una descripción sobrecogedora de las langostas. Inmensos enjambres de grillos migratorios, que los orientales denominan los ejércitos de Dios, asolan el paí­s. Marchan en orden, como un regimiento. Por la tarde, se abaten sobre la tierra y cubren los campos. Por la mañana, cuando el sol ya está alto, se levantan y, si no han encontrado alimento, vuelan a favor del viento (Pr. 30:27; Nah. 3:16-17). Estas langostas se desplazan en enjambres innumerables y forman frecuentemente una nube de 16 a 18 Km. de largo y de 6 a 8 Km. de ancho, de tanto espesor que el sol no puede pasar a su través; cambian la luz del dí­a en tinieblas nocturnas, y dejan la región visitada sumida en la oscuridad (Jl. 2:2, 10; Ex. 10:15). El ruido de sus alas es ensordecedor (JI. 2:10). Cuando descienden sobre la tierra forman una capa de hasta 40 cm. de espesor; si el aire está frí­o y húmedo, o si están mojadas por el rocí­o, se quedan allí­ hasta que el sol las haya secado y calentado (Nah. 3:17). Nada las detiene. Apagan por su inmensa cantidad los fuegos encendidos para auyentarlas llenan las fosas cavadas para impedirles el camino. Escalan las murallas, entran en las casas por las puertas y ventanas (JI. 2:7-9). Devoran todo el verde, arrancan la corteza de los árboles e incluso quiebran las ramas bajo su peso (Ex. 10:12-19; 11. 1:4-12; 2:2-11). En el lenguaje de Apocalipsis las langostas son la imagen de una plaga sobrenatural que se anuncia para el fin del tiempo. Estas langostas salen del pozo del abismo, teniendo a Apolión como su caudillo. No tocan las plantas verdes, sino que atormentan a aquellos de los humanos que no tienen el sello de Dios sobre su frente (Ap. 9:1- 11).

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

[010]
Insecto ortóptero herbí­voro que se desplaza volando y saltando. En la Biblia tiene diversidad de nombres y es mirado como sí­mbolo de maldición y muerte

Geográficamente es normal esa antipatí­a, pues con frecuencia llegaban al territorio las plagas de los desiertos africanos y entonces la tierra quedaba arrasada.

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa

Nombre de varias especies de insectos ortópteros, a algunas de las cuales también se las llama vulgarmente †œsaltamontes†. Algunas especies emigran formando espesas nubes. De las varias palabras hebreas que se vierten †œlangosta†, ´ar·béh es la que aparece con más frecuencia, y se cree que hace referencia a la langosta migradora en su fase alada completamente desarrollada. (Le 11:22, nota.) El término hebreo yé·leq alude a la langosta que, por estar aún en su etapa de larva, no tiene alas, de modo que puede decirse que repta (Sl 105:34, nota; Joe 1:4), mientras que el término sol·`ám se refiere a la langosta comestible. (Le 11:22.) Por último, con la palabra goh·vái se designa un enjambre de langostas. (Am 7:1.) La palabra griega a·krí­s se traduce tanto †˜langosta insectil†™ como †˜langosta†™. (Mt 3:4; Rev 9:7.)
La langosta mide unos cinco centí­metros o más de longitud. Tiene un par de antenas cortas, dos pares de alas, cuatro patas para andar y dos patas muy robustas que le permiten saltar. Las anchas y transparentes alas posteriores se doblan debajo de las gruesas y membranosas alas frontales. Con sus fuertes patas posteriores, el insecto es capaz de saltar una distancia equivalente a muchas veces la longitud de su cuerpo. (Véase Job 39:20.) En la Biblia a veces se usa la langosta para representar algo innumerable. (Jue 6:5; 7:12; Jer 46:23; Na 3:15, 17.)

Alimento †œlimpio†. La Ley decretó que las langostas eran limpias para alimento. (Le 11:21, 22.) De hecho, Juan el Bautista comí­a †œlangostas insectiles y miel silvestre†. (Mt 3:4.) Se dice que estos insectos tienen un sabor algo parecido al de la gamba o el cangrejo, y que son ricos en proteí­nas. Según un análisis realizado en Jerusalén, la langosta peregrina tiene un 75% de proteí­nas. Actualmente, para comerlas se les quita la cabeza, las patas, las alas y el abdomen. La porción restante, el tórax, se cocina o se come cruda.

Plagas de langostas. En tiempos bí­blicos una plaga de langostas representaba una calamidad severa y a veces una expresión del juicio de Jehová, como en el caso de la octava plaga que le sobrevino al antiguo Egipto. (Ex 10:4-6, 12-19; Dt 28:38; 1Re 8:37; 2Cr 6:28; Sl 78:46; 105:34.) Las langostas, llevadas por el viento, llegan de repente, pero el sonido de su llegada, que en la Biblia se compara al de carros y al de un fuego llameante que devora rastrojo (Joe 1:4; 2:5, 25), puede oí­rse desde una distancia de unos 10 Km. Su vuelo depende en gran manera del viento, que les permite recorrer muchos kilómetros cuando es favorable. Se han visto enjambres de langostas a más de 1.600 Km. mar adentro. Sin embargo, los vientos desfavorables pueden precipitarlas en el agua, donde perecen. (Ex 10:13, 19.) Un gran enjambre en vuelo (a más de 1.500 m. de altura) produce un efecto comparable al de una nube que intercepta la luz del Sol. (Joe 2:10.)
Una invasión de langostas puede transformar una tierra paradisiaca en un desierto, pues su apetito es voraz. (Joe 2:3.) Una sola langosta migradora es capaz de comer en un dí­a el alimento equivalente al peso de su cuerpo, lo que proporcionalmente representa de 60 a 100 veces más de lo que comerí­a una persona. No solo consumen vegetación, sino también lino, lana, seda y cuero, y ni siquiera dejan el barniz de los muebles cuando penetran en las casas. Se ha calculado que el alimento que consume diariamente un gran enjambre equivale al consumo de un millón y medio de hombres.
Un enjambre de langostas avanza como una fuerza militar bien organizada y disciplinada, pero sin un rey o caudillo, lo que testifica de su sabidurí­a instintiva. (Pr 30:24, 27.) Aunque muchas perecen, el ataque continúa. Los fuegos que se encienden para detener su avance quedan apagados con los cuerpos de las langostas muertas. Las zanjas llenas de agua no sirven para impedir su avance, pues también se llenan con sus cuerpos muertos. (Joe 2:7-9.) †œNo se conoce un enemigo natural que pueda refrenar su migración devastadora†, escribió un profesor de Zoologí­a. (The New York Times Magazine, †œThe Locust War†, 22 de mayo de 1960, pág. 96.)
En la obra Historia Natural (Instituto Gallach, Barcelona, 1929, vol. 2, págs. 152-156) se describe el impacto de las plagas de langostas en estos términos: †œNo es preciso acudir a la Antigüedad en busca de datos referentes a los daños de las langostas, pues sus plagas han sido muy frecuentes en épocas más cercanas a nosotros. […] En 1835, China fue devastada por los Acrí­didos. Los campos quedaron pelados; las cosechas almacenadas y encerradas en las granjas, consumidas en gran parte; los habitantes aterrados huí­an de todos los lugares en dirección a las montañas […]. En casi toda España […] en años más recientes, 1900 a 1901, se evaluó la superficie infestada en 214.000 hectáreas, repartidas en numerosas provincias. De 1910 a 1912 la plaga fue también muy considerable […]. En los Estados Unidos […] los daños producidos […] han sido muy considerables en varias ocasiones, pero sobre todo en 1874, año en que hubo una de las invasiones más desastrosas de que existe recuerdo en la historia de aquella† nación.

Uso figurado. Según las investigaciones, la vida de la langosta dura entre cuatro y seis meses. Es propio, pues, que en Revelación 9:5 se diga que las langostas simbólicas atormentan a los hombres durante cinco meses, es decir, lo que comúnmente serí­a toda su vida.
Al iniciar una descripción de las fuerzas militares asirias, Nahúm 3:16 menciona que la langosta se despoja de su piel. De hecho, este insecto muda de piel cinco veces hasta llegar al tamaño adulto. En Nahúm 3:17 a los guardias y oficiales de reclutamiento asirios se les compara a langostas que acampan en los apriscos de piedra durante un dí­a frí­o, pero que se van huyendo cuando el sol empieza a brillar. Puede ser que aquí­ se aluda al entumecimiento que el clima frí­o produce en los insectos, y que hace que se escondan en las grietas de los muros hasta que los rayos del Sol los calientan, después de lo cual emprenden el vuelo. Se ha dicho que las langostas no pueden volar hasta que sus cuerpos alcanzan una temperatura de unos 21 °C.

[Fotografí­a en la página 188]
Langosta hembra en el momento de poner los huevos; proporcionalmente, la langosta come de sesenta a cien veces más que el ser humano

Fuente: Diccionario de la Biblia

akris (a[kri”, 200) se usa en Mat 3:4 y Mc 1.6, de los animales mismos, como parte constituyente de la dieta de Juan el Bautista. Se usan como alimento. Los árabes las cuecen con mantequilla, después de quitarles la cabeza, patas y alas. En Rev 9:3,7, aparecen como monstruos representantes de agencias satánicas, dejadas sueltas en los juicios divinos desatados sobre los hombres durante cinco meses, el tiempo de la vida natural de la langosta. Para el carácter del juicio, léase todo el pasaje.¶

Fuente: Diccionario Vine Nuevo testamento