LAODICEA

Col 2:1; Col 4:13-16; Rev 1:11; 3:14


Laodicea (gr. Laodí­keia, quizá “corte [de justicia] del pueblo”, “juicio justicia] del pueblo” o “un pueblo juzgado”). Importante ciudad del oeste del Asia Menor, en Frigia. Estaba situada sobre el borde del valle del rí­o Lico, tributario del Meandro, en medio de montañas que oscilan entre 2.440 y 2.750 m de altura. Probablemente fue fundada por Antí­oco II (261-246 a.C.), que en homenaje de su hermana y esposa, Laodice, le puso ese nombre y la pobló con sirios y judí­os transplantados de Babilonia. La ciudad no alcanzó importancia hasta que formó parte de la provincia romana de Asia, organizada en el s II a.C. Fue famosa en los tiempos del NT como centro comercial de una lana negra brillante y de ropas fabricadas localmente con ella, artí­culos que eran exportados a muchos paí­ses. También muy conocido en todo el mundo oriental era su “polvo frigio”, medicinal, para la vista. Mapa XX, B-4. La ciudad se consideraba a sí­ misma tan rica que cuando un terremoto la destruyó en el 60 d.C., sus habitantes, a diferencia de los de otras ciudades, rechazaron la ayuda de Roma y la reconstruyeron con sus propios recursos. La ciudad cambió de manos varias veces en los siglos siguientes, y fue finalmente destruida por los turcos en el s XIII. Desde ese tiempo permaneció en ruinas, y ha hervido de cantera para obtener materiales de construcción para la vecina ciudad de Denizli. El sitio lleva el nombre de Eski Hissar, que significa “castillo 698 viejo”. Las ruinas quedaron sin explorar hasta que una expedición de la Université Laval, de Quebec, Canadá, excavó el antiguo Nynfaeum desde 1961 hasta 1963. Se descubrió que esta estructura fue destruida por un terremoto en el s V d.C. Parte de ella fue convertida en una casa cristiana de adoración, mientras otras partes siguieron al servicio de los ciudadanos de Laodicea. 304. Hileras de asientos sin excavar en el antiguo teatro de Laodicea. Una iglesia cristiana existí­a en la ciudad cuando Pablo escribió su epí­stola a los Colosenses (c 62 d.C.), pero el apóstol aparente mente nunca estuvo antes en ella (Col 2:1). Es posible que Epafras, nativo de la vecina Colosas, haya sido el fundador del cristianismo en esa región (1:7; 4:12). Una carta de Pablo llegó a los laodicenses al Mismo tiempo que la carta a los colosenses (4:16). Aquella carta se perdió, así­ como otras epí­stolas del apóstol (cf 1Co 5:11). Desde el tiempo de Marción (c 150 d.C.) se ha sugerido con frecuencia que la epí­stola a los Efesios es la perdida carta a los laodicenses, porque las palabras “en Efeso” (Eph 1:1) tienen poca atestación en los manuscritos. Una carta apócrifa de Pablo a los laodicenses del s IV d.C., que existe en traducciones latina y árabe, está compuesta por una mezcla de pasajes de Gálatas y Efesios. 305. Ruinas de Laodicea Una de las 7 cartas a las iglesias en el Apocalipsis está dirigida a la de Laodicea (Rev 3:14-22). Las reprensiones contenidas en ella indican que su condición espiritual no era buena. Las referencias a la riqueza, el colirio y la ropa blanca tienen su explicación en la historia de la ciudad, su importancia económica, su orgullo y su producción industrial. Bib.: S. E. Johnson, BA 13 (1950):1-18; P-W 2:2455; CBA 7:105, 106, 227, 777-779.

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

ciudad en el valle del Lico, Asia Menor, al suroeste de Frigia.

Fundada por Antí­oco II quien le dio el nombre en honor de su esposa Laodice. Era una ciudad muy próspera, Ap 3, 17. Fue de las primeras que contó con una comunidad cristiana, fundada, tal vez, por Epafras, discí­pulo del apóstol Pablo, Col 1, 7; 4, 12. L., Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardes y Filadelfia, eran las siete iglesias de Asia, Ap 1, 11. La carta mencionada por san Pablo, Col 4, 16, dirigida a los habitantes de la iglesia de L. posiblemente se perdió. Esto dio origen una de las cartas del Apocalipsis, en la que se juzga severamente la mala conducta de la ciudad, Ap 3, 14-22.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

Una ciudad rica en Asia Menor fundada por Antioco II (261-246 a. de J.C.), y ciudad principal del †œcircuito† de las siete iglesias que están en Asia (Rev 1:4). La ciudad quedaba en una de las grandes rutas de comercio asiáticas y esto le daba seguridad de prosperidad comercial.

Laodicea se destacaba como un centro bancario. Era rica y se habí­a enriquecido y no tení­a ninguna necesidad (Rev 3:17). El valle Lico producí­a una lana negra brillante, el elemento principal de mantos y alfombras que hicieron famosa a la ciudad. En Laodicea también se hallaba una escuela de medicina y la producción de colirio, un famoso ungüento para los ojos. Las figuras presentadas en el mensaje a Laodicea reflejan todas estas actividades, y también las cualidades vomitivas del agua tibia llena de soda de la cercana ciudad de Hierápolis, la fuente de origen del suministro de agua para Laodicea.

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

Laodicea, una ciudad en el extremo sudoccidental de la sección de Frigia en el Asia Menor, está situada en el valle de Lico, un tributario del rí­o Maeander. La ciudad fue construida sobre un antiguo camino que conducí­a desde Efeso hacia el oriente hasta Siria. Diecis éis kilómetros al oriente de Laodicea estaba Colosas.
Laodicea fue fundada ca. 250 a. de J.C. , por el gobernador seléucida Antí­oco III quien la llamó así­ en honor de su esposa Laodice. Después de 190 a. de J.C. , fue gobernada por Pérgamo y sufrió declinación pero cuando los romanos tomaron la ciudad (133 a. de J.C. ) la hicieron el centro de un distrito judicial retornando a la prosperidad.
El área alrededor de Laodicea es fértil. Ovejas de lana negra pastaban en los campos y los vestidos de lana y alfombras eran tejidos en la ciudad. Laodicea llegó a ser un centro financiero. Al principio del segundo siglo Laodicea acuñó sus propias monedas. La población incluí­a sirios de habla griega, romanos, nativos romanizados y judí­os.
Laodicea, junto con sus vecinas Colosas y Hierápolis (Col. 2:1; 4:13-16), fue evangelizada muy pronto, pero el conocimiento del cristianismo durante los tiempos apostólicos aquí­ está limitado a la evidencia bí­blica. El libro del Apocalipsis describe la iglesia de Laodicea como rica en asuntos materiales perotibia en asuntos del espí­ritu (Ap. 3:14-22). Para el siglo IV, Laodicea era el obispado más prominente en Frigia y la capital secular del occidente de Frigia. Bajo Seljuks y los turcos la ciudad sufrió, e inmediatamente después del siglo XIII fue abandonada. La moderna ciudad de Denizili fue construida cerca de las ruinas de Laodicea, conocida en turco como Eski Hissar.
Las lí­neas de las murallas de la antigua ciudad pueden aún ser trazadas. Una inscripción afirma que la puerta oriental triple estaba dedicada a Vespasiano. El estadio, también dedicado a Vespasiano (79 d. de J.C. ) tení­a dos extremos semicirculares de ca. 305 mts. de longitud. Combates de gladiadores fueron exhibidos en Laodicea ya para el primer siglo a. de J.C.
Cerca del estadio hay un gran edificio con arcos, pilares y columnas que han sido afectados terriblemente por el tiempo. Pudo haber servido como un gimnasio o baños y se piensa que data del tiempo de Adriano. Dos teatros están mejor preservados. El agua era traí­da a la ciudad por medio de un acueducto que tomaba agua de un manantial cerca de Denizili. Un acueducto de arcos transportaba el agua parte del camino, pero se usaron tubos de piedra para transportar el agua encima y abajo de las faldas de las montañas.
Aunque los visitantes han descrito frecuentemente las ruinas de Laodicea, el sitio no ha sido cientí­ficamente excavado y la identificación final de muchos de estos edificios no puede darse todaví­a.

Fuente: Diccionario Bíblico Arqueológico

Ciudad en el Valle de Lico, en Asia, centro de la medicina.

– Cristo le escribió su Séptima Carta en Rev 50:11, Rev 3:14-22, y condena a su Iglesia, por su tibieza.

– Pablo la nombra en su carta a los Colosenses: (Rev 2:1, Rev 4:13-16).

Diccionario Bí­blico Cristiano
Dr. J. Dominguez

http://biblia.com/diccionario/

Fuente: Diccionario Bíblico Cristiano

Ciudad de Asia Menor. Fue capital de Frigia. Situada en la confluencia de los rí­os Lico y Halis. Fue fundada por Antí­oco II, que le dio el nombre de su esposa. Situada en un cruce de famosas carreteras romanas, no disponí­a de agua potable, la cual era traí­da por medio de tuberí­as desde fuentes termales de Hierápolis. El agua llegaba tibia, lo cual probablemente esté relacionado con la mención que se hace en Apo 3:15. Fue muy rica, conocida por su producción de telas de lana negra y su comercio, especialmente la banca. Tení­a, además, una escuela de medicina muy famosa por su énfasis en oftalmologí­a. Su riqueza hizo que al ser afectada por un terremoto en el 60 d.C. lograra su recuperación sin ayuda alguna de la Roma neroniana. La predicación cristiana llegó relativamente temprano a L. Pablo la menciona en sus cartas, pero no consta que la haya visitado. Dice que habí­a sostenido “gran lucha … por los que están en L.†œ (Col 2:1). La iglesia de L. mantení­a estrecha relación con la de Colosas, de donde era Epafras, que ejercí­a el ministerio en L. e Hierápolis, pues Pablo daba †testimonio de que tiene gran solicitud” por ellos también (Col 1:7; Col 4:12-13). La carta mencionada en Col 4:16, que debí­an leer los colosenses, se perdió. Muchos piensan que se trataba de una copia de la epí­stola a los Efesios. Las alusiones que el Señor hace a la iglesia de L. en el libro de Apocalipsis hablan de su tibieza espiritual, surgida de un sentido de autosuficiencia a causa de su supuesta riqueza, por lo cual es exhortada a comprar del Señor †œoro refinado en fuego … y vestiduras blancas … [y] colirio† (Apo 3:18).

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, CIUD IGLE

sit, a9, 396, 213

vet, Llamada al principio Dióspolis, ciudad de Zeus. Probablemente agrandada por Antí­oco II (261-246 a. C.), que le dio el nombre de su esposa Laodice. Capital de la Frigia Pacatiana, en Asia Menor, algo al sur de Colosas y de Hierápolis sobre el Licus afluente del Meandro. En Laodicea se fabricaban tejidos con una lana negra procedente de unos carneros criados en aquellos parajes Habí­a allí­ un centro médico donde se preparaba el célebre polvo frigio para el tratamiento de la oftalmí­a. Laodicea albergaba numerosos judí­os (Ant. 14:10, 20). Epafras, probable fundador de la iglesia en Laodicea, trabajó en esta ciudad (Col. 4:12, 13). Pablo llevó a cabo un intenso combate espiritual en favor de los de Laodicea (Col. 2:1). Les enviaba sus saludos (Col. 4:15). Los hay que creen que la epí­stola mencionada en el versí­culo 16 podrí­a ser una copia de la epí­stola a los Efesios. Laodicea es una de las siete iglesias de Asia a las que se dirige el Apocalipsis. Los vivos reproches que se lanzan hacen alusión en particular a la riqueza y a los productos de la ciudad (Ap. 1:11; 3:14-22). Hacia el año 60 d.C. un seí­smo destruyó Laodicea, Colosas y Hierápolis. Los laodiceos reconstruyeron su dudad sin recurrir a la ayuda romana. Sus ruinas se hallan en Eski Hissar, a 88 Km. al este-sureste de Esmirna.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

Laodicea era una ciudad de Asia Menor, situada en el valle Lico, en la provincia de Frigia. Fue fundada por Antí­oco II (261-246 a. de J.C.) de Siria que la nombró por su esposa Laodike, y quien la pobló con sirios y judí­os de Babilonia. Estaba situada en la gran carretera en la unión de varios puntos, pero era de poca importancia hasta que la provincia de Asia fue formada en 190 a. de J.C. Entonces se hizo prominente por la fina lana negra y el polvo frigiano para los ojos (vea Apocalipsis 3:18). Habí­a allí­ un templo pagano como también una escuela de medicina.
En el año 60 d. de J.C. la ciudad fue destruida por un terremoto. Los ciudadanos rechazaron la ayuda que les fue ofrecida, y ellos mismos reedificaron la ciudad (vea
Apocalipsis 3:17). Era una ciudad de grandes riquezas y extensivas transacciones bancarias (vea Apocalipsis 3:18). Poco se sabe del primer cristiano allí­. Laodicea tení­a tempranamente una sede de un obispado, y el obispo Sagaris fue asesinado en 166 d. de J.C. En 1071 la ciudad fue tomada por los turcos. Fue recobrada por los cristianos en 1119, y en siglo 13 finalmente cayó en manos de los turcos.
Las ruinas ahora se llaman Eski Hissar, o castillo viejo, yacen cerca del moderno Gonjelli donde pasa el ferrocarril, y por mucho tiempo ha servido como cantera para material de construcción. Uno de los teatros romanos está en buen estado de preservación. Puede uno todaví­a ver el estadio, un peristilo, el acueducto que traí­a el agua, un sifón invertido de pipas de piedra, una gran necrópolis, y las ruinas de tres iglesias cristianas primitivas.
Parece que Epafras estableció una iglesia aquí­ con Marcos y Timoteo, Colosenses 1.8.
La carta a los Colosenses iba a ser leí­da allí­, Colosenses 4:16. Cristo en una carta condenó su frialdad, suficiencia propia y presunción,
Apocalipsis 3:14-22 (Apocalipsis 1:11).

Fuente: Diccionario Geográfico de la Biblia

Ciudad del SO de Frigia (véase el mapa que acompaña al art. sobre *Colosas), en la provincia romana de Asia, al O de lo que es actualmente la Turquía asiática. Fue fundada por el seléucida Antíoco II en el ss. III a.C., y llamada así por su mujer Laodice. Se encontraba en el fértil valle del Lico (tributario del Meandro), cerca de *Hierápolis y *Colosas, y se distingua de otras ciudades del mismo nombre por el epíteto “en el Lico”. Estaba situada en un importante cruce de caminos: la carretera principal a través del Asia Menor se dirigía hacia el O hasta los puertos de *mileto y *Efeso, a unos 160 km de distancia, y hacia el E por una suave pendiente hasta la meseta central, y desde allí hacia Siria; otra ruta iba hacia el N, a *Pérgamo, y hacia el S hasta la costa en *Atalia.

Esta posición estratégica hizo de Laodicea un centro comercial extraordinariamente próspero, especialmente bajo el dominio de los romanos. Cuando un desastroso terremoto la destruyó en 60 d.C. (Tácito, An. 14.27) pudo permitirse el lujo de recuperarse sin ayuda de Nerón. Fue un importante centro de la banca y el intercambio comerciales (cf. Cicerón, ad Fam. 3.5.4, etc.). Sus productos distintivos incluían vestimentas de lana negra brillante (Estrabón, Geog. 12.8.16 [578]), y fue un centro médico oftalmológico notable. Su ubicación tenía una desventaja: como estaba determinada por el sistema de carreteras, le faltaba una provisión adecuada y permanente de agua potable. Se canalizaba el agua hasta la ciudad desde manantiales termales que se encontraban a cierta distancia hacia el S, la que probablemente llegaba tibia. Los depósitos que todavía se encuentran en sus ruinas dan testimonio de la temperatura de las aguas. Finalmente se abandonó la ciudad, mientras que la actual (Denizli) se formó cerca de los manantiales.

El evangelio debe haber llegado a Laodicea en época temprana, probablemente en la época en que Pablo residió en Éfeso (Hch. 19.10), y quizás por medio de Epafras (Col. 4.12–13). Aunque Pablo menciona la iglesia allí (Col. 2.1; 4.13–16), no hay pruebas de que la haya visitado. Es evidente que la iglesia mantuvo una estrecha relación con los cristianos en Hierápolis y Colosas. A menudo se piensa que la carta “de Laodicea” (Col. 4.16) debe de haber sido una copia de nuestro Efesios recibida en Laodicea.

La última de las cartas a “las siete iglesias de Asia” (Ap. 3.14–22) fue dirigida a Laodicea. Las imágenes le deben relativamente poco al AT, pero la carta contiene alusiones directas al carácter y las circunstancias que prevalecían en la ciudad. A pesar de toda su riqueza, no tenía los poderes curativos del agua termal, como su vecina Hierápolis, ni los efectos refrescantes del agua fría de Colosas, sino simplemente agua tibia, utilizada solamente como emético. La iglesia fue acusada de ser tan inútil como la ciudad: se consideraba autosuficiente, antes que tibia. Como la ciudad, pensaba que “de ninguna cosa tenía necesidad”. En realidad era espiritualmente pobre, estaba desnuda y ciega, y necesitaba “oro”, “vestiduras blancas”, y “colirio” más efectivo que el que podían suministrar sus banqueros, sus proveedores de ropa, y sus médicos. Como ciudadanos poco hospitalarios al viajero que les ofrece bienes inapreciables, los de Laodicea habían cerrado sus puertas y habían dejado fuera al que podía verdaderamente ser su proveedor. Cristo se vuelve al individuo en amorosa súplica (v. 20).

Bibliografía. E. Cothenet y otros Escritos de Juan y Carta a los Hechos, 1985, pp. 240ss; C. F. Pfeiffer, “Laodicea”, °DBA, pp. 398–399; A. Díez Macho, K.H. Rengstorf, “Laodicea”, °EBDM, t(t). IV, cols. 912–917; R. Summers, Digno es el Cordero, 1954; G. E. Ladd, El apocalipsis, 1978; °AHWB.

W. M. Ramsay, The Letters to the Seven Churches of Asia, 1904; M. J. S. Rudwick y E. M. B. Green, ExpT 69, 1957–8, pp. 176–178; C. J. Hemer, NIDNTT 1, pp. 317–33.9; id., Buried History 11, 1975, pp. 175–190.

M.J.S.R., C.J.H.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico