LIDIA

Act 16:14, 15, 40.


Lidia (gr. Ludí­a, “tierra de Lido”; aparece en inscripciones y textos gr.). Mujer de Tiatira, un pueblo de la región del antiguo paí­s de Ludim o Lud.* Posiblemente Lidia no fuera su nombre real, porque el griego puede significar sencillamente “la [mujer] lidia”. Tiatira era famosa por sus tinturas, y Lidia de Tiatira se ganaba la vida en Filipos vendiendo tintura púrpura* o telas teñidas. Asistí­a al lugar de culto de los judí­os, y habí­a recibido suficiente influencia de la religión judí­a como para que se pudiera decir de ella que “adoraba a Dios”, un término técnico para los conversos al judaí­smo que todaví­a no habí­an llegado a ser prosélitos plenos (Act 16:14). Fue una de las primeras conversas de Pablo y su huésped durante su estada en Filipos, antes y después de su experiencia en la cárcel (vs 15, 40). Como quizá Lidia no fuera su nombre verdadero, algunos han sugerido que habrí­a sido alguna de las mujeres de las cuales Pablo dijo que trabajaron “juntamente conmigo en el evangelio” (Phi 4:3).

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

Nombre de mujer y de lugar. 1. Vendedora de púrpura, producto renombrado en su ciudad. Natural de Tiatira y residente en Filipos, que fue bautizada por el apóstol Pablo a quien albergó en su casa junto con sus acompañantes, Hch 16, 13-15. Es considerada como la primera cristiana de Europa. 2. Antigua región de Asia Menor, situada en los valles de los rí­os Hermo y Caí­stro, actualmente el Gediz Irmak y el Pequeño Meandro o Küçük Menderes. Célebre por su suelo fértil, sus yacimientos de oro y plata. Su capital es Sardes. Los lidios fueron los primeros en acuñar monedas en el siglo VIII a. C. L. fue transformada en un imperio en el siglo VI a. C., con las conquistas lidias. Bajo el reinado de Creso, Lidia consiguió su mayor prosperidad, luego, el imperio llegó a su fin cuando el rey persa Ciro II el Grande capturó Sardes hacia el 546 a. C. e incorporó Lidia al Imperio persa. Tras la derrota de Persia por Alejandro Magno de Macedonia, Lidia fue controlada por los seléucidas y por Pérgamo antes de convertirse en parte de la provincia romana de Asia en el 135 a. C. Bajo el emperador Diocleciano, Lidia se convirtió en provincia independiente.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

La primera convertida de Pablo en Europa. Viví­a en Filipos y vendí­a prendas de púrpura por las cuales su ciudad natal de Tiatira era famosa.

Aparentemente era una persona de dinero ya que era dueña de una casa y tení­a sirvientes. Ella era temerosa de Dios, que quiere decir que era una prosélita, y cuando Pablo y su compañí­a vinieron al rí­o donde ella y su familia se uní­an para la adoración tuvo la oportunidad de escuchar el evangelio. Ella se hizo creyente y, después de haber sido bautizada con su familia, invitó a los miembros del grupo a que se quedaran en su casa. Ellos aceptaron la invitación (Act 16:14-15). De esa manera, su hogar fue la primera iglesia en Filipos.

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

Lidia, la tierra de los lidios, estaba ubicada en el Asia Menor suroccidental. Las colonias griegas del Asia Menor colindaban con Lidia hacia el oeste y los frigios disputaban el lí­mite oriental. La capital y ciudad principal de Lidia fue *Sardis, en el valle del Hermus.
La influencia *hetea se extendió hasta Lidia; pero el imperio lidio en sí­ mismo surgió hasta el primer milenio a. de J.C. Después de describir su pasado legendario, Herodoto (1, 6–86), menciona la figura histórica de Giges ( ca. 685–652 a. de J.C. ) quien mantuvo contactos con Delfos en Grecia y con el rey asirio Asurbanipal, cuyos anales hablan de †œGuggu de Luddu†, es decir Giges de Lidia. Giges murió en el campo de batalla, defendiendo su paí­s contra las incursiones de los cimerianos, nómadas indo-europeos que invadieron el Asia Menor bajo la presión de los escitas. Los medos bajo Ciaxeres también buscaron controlar el Asia Menor hasta que se aceptó el rí­o Halys como el lí­mite entre Lidia y el imperio medo. Una hija del rey lidio Alyattes se casó con Astyages, hijo de Ciaxeres el Medo.
El rey de Lidia mejor conocido fue Creso (560–546 a. de J.C. ) quien envió regalos espectaculares a Delfos y helenizó su reinado. El nombre de Creso se conserva en el templo a Artemisa el cual él subsidió en *Efeso. La independencia polí­tica llegó a su fin para Lidia cuando Ciro de Persia capturó Sardis (546 a. de J.C. ). Lidia llegó a ser una satrapí­a persa hasta 334 a. de J.C. , cuando después de la batalla de Granicus, Lidia cayó ante Alejandro el Grande. Después de una accidentada historia llegó a ser parte de la provincia romana de Asia. Tres de las siete iglesias del Apocalipsis (Tiatira, Sardis y Filadelfia) estaban situadas en el territorio de Lidia.

Fuente: Diccionario Bíblico Arqueológico

(brava).

La primera convertida de Pablo en Europa: (Filipos); se bautizó ella, con todos los de su casa, Hec 16:14-15, Hec 16:40.

Diccionario Bí­blico Cristiano
Dr. J. Dominguez

http://biblia.com/diccionario/

Fuente: Diccionario Bíblico Cristiano

Creyente de la ciudad de Tiatira que se convirtió en Filipos. La expresión †œque adoraba a Dios† sugiere que no era judí­a. Al parecer no habí­a en Filipos una sinagoga por carecer de los diez hombres judí­os necesarios para ello, pero habí­a un lugar †œjunto al rí­o, donde solí­a hacerse la oración†. Allí­ fueron Pablo y Silas y hablaron †œa las mujeres que se habí­an reunido†, entre ellas L., †œvendedora de púrpura … El Señor abrió el corazón de ella† y fue bautizada. Luego ofreció su casa a los misioneros, desde donde éstos continuaron su labor de predicación. Esto, y el hecho de que comerciaba en la preciada púrpura, sugiere que L. era persona de ciertos recursos (Hch 16:12-15).

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, REGI BIOG MUJE MUNT

sit, a9, 354, 195

vet, (de “Ludos”, pretendido fundador de esta nación, según Herodoto 1:7). (a) Región marí­tima de occidente de Asia Menor; su capital era Sardis. Las ciudades de Tiatira y Filadelfia pertenecí­an a Lidia. Era una región fértil, de clima suave, y muy poblada. Sus habitantes tení­an unas costumbres de tipo semí­tico, y su religión estaba asociada a los cultos sirio y frigio. En el año 549 a.C., Ciro derrotó a Creso, el último rey de Lidia, e hizo de ella una provincia persa. Antí­oco III de Siria se vio obligado a ceder Lidia a los romanos (cfr. 1 Mac. 8:8). Habí­a allí­ numerosos judí­os (Ant. 12:3, 4), los cristianos fundaron iglesias allí­ (Ap. 1:11). (b) Mujer de Tiatira, en Lidia, no sabemos si el nombre de esta mujer comerciante se deriva del término geográfico. Tiatira era famosa por su industria de tintes de púrpura. Lidia viví­a en Filipo, y viví­a de la venta de los tintes o los tejidos teñidos de este color Esta mujer, de origen pagano, era prosélita del judaí­smo. Al oí­r el evangelio, el Señor abrió su corazón, y fue la primera convertida al evangelio en Macedonia y Europa, gracias a la predicación de Pablo. El apóstol y sus compañeros en la obra aceptaron posar en su casa. Cuando Pablo y Silas salieron de la cárcel, donde habí­an sido encerrados a causa de una turbamulta provocada por su testimonio, volvieron a casa de Lidia (Hch. 16:14, 15, 40).

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo; y el Señor abrió su corazón para que estuviese atenta a lo que Pablo hablaba. Hechos 16:14
Léase Hechos 16:14-40. Lidia procedí­a de la ciudad de Tiatira, pero cuando conoció a Pablo residí­a en Filipos. Era dueña de una tienda en que se vendí­an vestidos teñidos de púrpura. Es evidente que vendí­a no sólo púrpura, sino muchos otros artí­culos. Debe de haber estado en buena posición y vivirí­a en una casa espaciosa, en la que podí­a acomodar a Pablo y a Silas y a otros que les acompañaran.

No sabemos si era de estirpe judí­a. En todo caso se habí­a convertido al Dios de Israel, porque los sábados se juntaba con otras mujeres judí­as en el lugar de oración acostumbrado. Este lugar no era la sinagoga, pues en aquel entonces no habí­a ninguna en Filipos. En lugares donde no habí­a sinagogas los judí­os se reuní­an fuera de la ciudad en un prado o lugar con sombra. No se celebraba el servicio regular judí­o sino meramente se congregaban para orar. En Filipos habí­a un lugar con sombra a la orilla del rí­o que serví­a para este propósito. Este rí­o al presente se llama Maritza. Hay una islita que divide al rí­o en dos cauces, y es un lugar de agradable apariencia. Se suele indicar el lugar en que tuvo el encuentro, pero estas tradiciones son en el mejor de los casos dudosas. Sentada Lidia con las otras mujeres, Pablo y Silas fueron al lugar, y “se pusieron a hablarles a las mujeres allí­ congregadas”. Les hablaron, naturalmente, de Jesús de Nazaret.

Parece que no tuvo mucha aceptación su predicación, con la excepción de Lidia, “cuyo corazón abrió el Señor para que estuviese atenta a lo que Pablo hablaba”. Al parecer harí­a poco que Pablo habí­a llegado a Filipos. Habí­a esperado hasta el sábado para tener una audiencia. Lidia no abrí­a la tienda en el dí­a de sábado.

Lidia no se convirtió porque Pablo le predicó. Se convirtió porque su corazón fue abierto por el Señor.

La gracia es la que abre el corazón. Todas las mujeres oyeron el mensaje. Para las otras resultó incomprensible o detestable. Para ella fue una llama que hizo arder su corazón. Lidia creyó.

Pablo y Silas no podí­an estar alojados con mucho confort en una posada pública. Solí­an ser frecuentadas por gentes de baja estofa. Lidia acostumbrada al trato del público, especialmente clases pudientes, con indudable don de gentes, no tuvo inconveniente de invitarles a hospedarse en su casa. No lo hizo como un ser vicio para ellos sino que “nos obligó a quedarnos” (v. 15). Parece que los que viví­an en aquella casa (Lidia era posiblemente viuda o en todo caso no se menciona marido alguno) habrí­an compartido la fe de Lidia en el Mesí­as, porque confesaron a Cristo y fueron bautizados con ella.

Pablo y Silas se hospedaron allí­ unos dí­as. Al poco hubo un motí­n por causa de una muchacha adivina,
Y Pablo y Silas fueron arrestados. Seguirí­an muchas horas de ansiedad para Lidia, al ver que Pablo no regresaba, y más cuando Lidia supo que él y Silas estaban en la cárcel. Podemos imaginar sus fervientes oraciones en favor de Pablo, a las que se unirí­an otros convertidos de Filipo, en su casa. Pero al fin se oyó un aldabonazo en la puerta y Pablo y Silas estaban allí­ librados milagrosamente, a causa de un terremoto.

Leemos que Pablo y Silas, “saliendo de la cárcel, entraron en casa de Lidia, y habiendo visto a los hermanos los consolaron y se fueron”.

El recuerdo de Lidia y de lo que hizo por Pablo ha grabado en letras de amor su nombre en el corazón de los creyentes hasta el dí­a de hoy.

PREGUNTAS SUGERIDAS PARA ESTUDIOY DISCUSION
1. ¿Dónde viví­a Lidia? ¿En qué se ocupaba?
2. ¿En qué clase de servicios tomaba parte Lidia cuando conoció a Pablo?
3. ¿Qué nos enseña la vida de Lidia?

Fuente: Mujeres de la Biblia

Esta mujer y su casa estuvieron entre las primeras personas de Europa que aceptaron el cristianismo como resultado de la labor del apóstol Pablo en Filipos alrededor del año 50 E.C. Procedí­a de la ciudad de Tiatira (Asia Menor), conocida por su industria del tinte. Más tarde, en Filipos (Macedonia), Lidia vendí­a púrpura (que podí­a referirse tanto al tinte como a las prendas de vestir y tejidos ya teñidos). Parece ser que era cabeza de su casa —que incluirí­a esclavos y siervos—, en cuyo caso posiblemente fuese viuda o soltera. (Hch 16:14, 15.)
Lidia era †œadoradora de Dios†, probablemente una prosélita judí­a. Debido quizás a que habí­a pocos judí­os en Filipos y no tení­an sinagoga, ella y otras mujeres devotas se reuní­an los sábados junto a un rí­o, a las afueras de la ciudad. Cuando el apóstol Pablo predicó a estas mujeres, Lidia escuchó atentamente. Después de haber sido bautizada junto con los de su casa, les rogó a Pablo y a sus compañeros que se quedasen con ella, diciendo: †œSi ustedes me han juzgado fiel a Jehová, entren en mi casa y quédense†. Ellos no pudieron rechazar este sincero ofrecimiento de hospitalidad. Lucas, compañero de viaje de Pablo y escritor de Hechos, añade: †œSencillamente nos obligó a aceptar†. (Hch 16:11-15.)
Más tarde, Pablo y Silas fueron de nuevo a la casa de Lidia una vez que se les liberó de la prisión. Allí­ animaron a los hermanos y luego partieron de Filipos. (Hch 16:36-40.)
Quizás debido en parte a la hospitalidad de Lidia, Pablo escribió a los filipenses: †œSiempre doy gracias a mi Dios cada vez que me acuerdo de ustedes en todo ruego mí­o por todos ustedes, mientras ofrezco mi ruego con gozo, por causa de la contribución que ustedes han hecho a las buenas nuevas desde el primer dí­a hasta este momento†. (Flp 1:3-5.)

Fuente: Diccionario de la Biblia

Mujer de Tiatira en Lidia, que en Filipos fue la primera persona de origen europeo que se convirtió por la predicación de Pablo, a quien dio hospitalidad, junto con Silas y Lucas (Hch. 16.14–15, 40). Lidia puede ser forma adjetivada, “la mujer lidia” (tales nombres étnicos eran comunes), pero también era nombre de persona (p. ej. Horacio, Od. 1.8; 3.9). Evidentemente era una mujer de alcurnia (cf. Hch. 17.4, 12); estaba al frente de su hogar, y por consiguiente era viuda o soltera. La púrpura o tinte de Lidia, a cuyo comercio se dedicaba, era un producto renombrado (cf. Homero, Il. 4.141). Era prosélita judía, y oraba y hacía abluciones a la orilla del río en el día de reposo; su relación con la fe judía probablemente se remontaba a la colonia en Tiatira. Para la iglesia cristiana que se estableció allí, cf. Ap. 1.11; 2.18–29. Lidia puede estar incluida en la referencia de Pablo en Fil. 4.3, pero como no se la menciona por nombre, es posible que hubiese muerto o abandonado la ciudad. Su hospitalidad se hizo tradicional en la iglesia allí (cf. Fil. 1.5; 4.10).

B.F.H.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico

distrito en el centro de la ladera occidental del Asia Menor que incluía los valles del Caistro y el Hermo, las zonas más fértiles e intensamente cultivadas de la peránsula, y entre ellos, las montañas de Tmolos, que se elevan hasta los 2.000 m. Además de su riqueza natural, su ubicación sobre las rutas principales entre la costa y el interior del Asia Menor dio gran importancia comercial a sus ciudades (incluidas *Sardis, *Tiatira, y *Filadelfia). Lidia estaba rodeada por Misia, Frigia y Caria. Algunas de las ciudades costeras (entre ellas Esmira y Éfeso), se consideraban por momentos lidias y por momentos griegas.

Los orígenes de la raza lidia son oscuros, pero puede haber tenido elementos semíticos (* Lud). Creso, último rey de Lidia, dominaba toda el Asia Menor cuando fue conquistada por Ciro el persa en 546 a.C. Posteriormente la región estuvo bajo el dominio de Alejandro y sus sucesores, y formó parte del reino atálida de Pérgamo, antes de convertirse en la provincia romana de Asia en 133 a.C. Se han descubierto algunas inscripciones lidias del ss. IV a.C., pero a principios de la era cristiana el gr. se había convertido en el idioma común, y según Estrabón, poco se empleaba el lidio.

Lidia fue el primer estado que usó moneda acuñada, y fue cuna de algunas innovaciones musicales.

K.L.McK.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico