MEGUIDO

Jdg 5:19; 2Ki 9:27; 23:29


Meguido (heb. Megiddô y Megiddôn, quizá “lugar de tropas”; Cartas de Amarna, Magiddu; asir. Magidû; egip. Mkt(y)). Sólida fortaleza cananea mencionada por 1a vez en los textos cuneiformes de Ebla del perí­odo prepatriarcal. Estaba situada al pie del cordón del Carmelo, en la ladera noreste, Junto con las ciudades fortificadas de Taanac y Bet-sán al sudeste, Meguido podí­a controlar toda la llanura de Esdraelón y, de este modo, los caminos principales de Egipto a Siria y a Babilonia. Por esta razón desempeñó un papel muy importante en la historia del Reino Nuevo de Egipto, cuando este paí­s estableció su imperio asiático. Tutmosis III capturó la ciudad después de sitiarla, en el 1486 a.C. El relato de su caí­da se encuentra en una larga inscripción esculpida en los muros del templo de Karnak, en donde dejó para la posteridad el 1er registro detallado de una batalla en toda la historia. Al principio, los israelitas no conquistaron las ciudades fortificadas de la llanura de Esdraelón (Jos 17:1, 11, 12; Jdg 1:27), y Meguido 769 permaneció en manos cananeas hasta el s XI a.C., cuando los filisteos aparentemente se apoderaron de ella. No fue hasta el reinado de David y de Salomón cuando llegó a ser una ciudad hebrea. Formó parte de uno de los 12 distritos administrativos de Salomón (1 R. 4:12). Mapa VI, C-3. El rey Sisac de Egipto anota Meguido entre las ciudades conquistadas durante su campaña militar en Palestina. Un fragmento del monumento con que conmemoró su victoria, encontrado en las ruinas de la ciudad, revela que la tomó aunque, como muestran las excavaciones, no la destruyó. Alrededor del 732 a.C. toda Galilea, la llanura de Esdraelón y los territorios israelitas en Transjordania fueron separados del reino de Israel por Tiglatpileser III de Asiria, y conformados en la “provincia de Meguido”, con la ciudad como residencia del gobernador asirio. Uno de estos gobernadores, Ishtu-Adad-aninu, aparece en sus registros. El relato del intento fallido de Josí­as de detener al faraón Necao en Meguido da la impresión de que la ciudad y la región circundante habí­an llegado a estar en posesión del reino de Judá durante los años de declinación asiria. No se la menciona durante los perí­odos persa y helení­stico. Los romanos construyeron un poblado cerca de allí­ y lo llamaron Legio, nombre que todaví­a puede reconocerse en la aldea actual de el-Lejjûn, a unos 1,6 km al sur de Meguido. El sitio de la histórica ciudad lleva ahora el nombre de Tell el-Mutesellim. Mapa XI, C-4. Las excavaciones en el lugar fueron llevadas a cabo por la pionera expedición alemana de G. Schumacher (1903-1905), y con métodos más refinados por una de la Universidad de Chicago, bajo la dirección sucesiva de C. Fisher, P. Guy y G. Loud (1925-1939). La última expedición planeó excavar toda el área del tell, nivel por nivel, pero más tarde abandonó el plan por ser demasiado costoso. Por ello, sólo se escavaron los 4 niveles superiores; de los otros, sólo algunos sectores. En total, se descubrieron 20 niveles de ocupación en este montí­culo que cubre una superficie de 5,25 ha. Los restos de la ciudad que tomó Tutmosis III en el 1486 a.C. eran sólo del Nivel IX de arriba hacia abajo; esto muestra que la Meguido del s XV a.C. ya habí­a tenido una larga historia. Los 3 niveles por encima de éste (VIII a VI desde la cima) representan el perí­odo de ocupación egipcia de los ss XV a XII a.C. El Nivel V contení­a restos arquitectónicos pobres y la cerámica tí­pica de los filisteos que la habrí­an ocupado durante el reinado de Saúl. Los excavadores dividieron el nivel IV en 2 subniveles: IVB (daví­dico) y IVA (salomónico). Después de nuevos trabajos intermitentes de Y. Yadin entre 1960 y 1971, quedó claro que los niveles V y IVB son realmente uno solo y se deben atribuir al tiempo de Salomón, mientras que el IVA, que contiene los establos, data del reinado de Acab. Es decir, que en los dí­as de Salomón y del otro rey la ciudad fue completamente reconstruida. Se erigieron nuevos muros de defensa y se construyeron buenos establos para unos 500 caballos, y espacio para unos 130 carros. El plano de cada unidad de establos permití­a el acceso por una puerta doble desde las calles al final de los establos, y daba entrada a un corredor central pavimentado con argamasa (fig 210). Los caballos se ubicaban a ambos lados del corredor, con la cabeza hacia el centro del edificio, y estaban atados a los pilares de piedra que sostení­an el techo plano. Entre los pilares habí­a pesebres ahuecados en piedra, de 91 cm de largo (figs 95, 210, 410). 349. El tell Meguido. El nivel salomónico también contení­a los restos de una hermosa mansión, probablemente la residencia del gobernador provincial, y otro edificio que los excavadores creen era la residencia del comandante. La puerta norte de la ciudad correspondiente a este nivel merece una mención especial (fig 496) porque muestra gran semejanza con la puerta descripta en la visión de Ezequiel del templo (Eze 40:20-23). Esta puerta era prácticamente idéntica en disposición y tamaño con la estructura de las puertas de Hazor y Gezer construidas al mismo tiempo, y muestran que todas habí­an sido proyectadas por el mismo arquitecto, como lo implica 1Ki 9:15 cuando dice que Salomón construyó agregados a los muros de Jerusalén y también a los de Hazor, Meguido y Gezer. Parece que la ciudad perdió importancia poco después del tiempo de Acab, pero tuvo un resurgimiento bajo los asirios en el s VIII a.C., cuando hicieron de Meguido una capital provincial. El Nivel III debe ser atribuido a su actividad constructiva. Después de la ocupación asiria, Meguido fue reconstruida como una ciudad abierta, sin fortificaciones (Nivel II), y más tarde fue sólo un 770 puesto caminero fortificado, como muestran las excavaciones del Nivel 1. Entre el 450 y el 350 a.C. el sitio fue abandonado definitivamente. 350. Túnel de agua en Meguido, mirando al este desde el pozo. Entre otros hallazgos importantes en Meguido se encuentran: 1. Un tesoro de exquisitas joyas y una gran colección de marfiles bellamente esculpidos del perí­odo preisraelí­tico, que demuestra el fino gusto artí­stico de los artí­fices cananeos. 2. Un sistema ingenioso para conducir el agua, construido durante el reinado de Salomón. De la fuente subterránea, que estaba fuera de los muros, se excavó un túnel hacia la ciudad, de unos 61 m de largo. A él se llegaba desde adentro por una escalera en un pozo vertical de 25 m de profundidad. De este modo, la gente de Meguido tení­a acceso al agua aun en tiempos de sitio (fig 350). 3. Templos cananeos y muchos objetos de culto. 4. Un “escudo de David” grabado en un bloque de piedra del nivel de Salomón. 5. Capiteles proto-jónicos (figs 15, 16, 44, 277, 503). Véase Armagedón. Bib.: Y. Aharoni y. Yadin, EAEHL III:830-856.

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

Una ciudad ubicada en el gran camino que uní­a a Gaza con Damasco. Controlaba el acceso principal por las sierras del Carmelo que conectaban el llano costero y la llanura de Esdraelón. La carreterra era el medio por el cual fluí­a comercio pací­fico, pero también era la ruta por la cual marchaban las tropas de la antigüedad. Meguido estaba en el territorio de Manasés (Jos 12:21; Jos 17:11; Jdg 1:27).

Las tropas israelitas bajo Débora y Barac aniquilaron el ejército de Sí­sara en la batalla de Meguido (Jdg 5:19). Ocozí­as murió allí­ (2Ki 9:27).

En el llano de Meguido, Josí­as fue alcanzado por los arqueros egipcios y murió poco tiempo después (2Ki 23:29-30; 2Ch 35:20-27).

Armagedón, la última gran batalla, ocurrirá en el monte de Meguido (Rev 16:16).

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

Sobre un montí­culo que domina el camino principal a través de la llanura de Esdraelón, en la cabecera del paso de la montaña que conduce a la llanura costera, está el promontorio conocido como Tell el-Mutesellim, el sitio de la antigua ciudad fortalecida de Meguido. A través de los siglos, una sucesión de conquistadores pasó por Meguido: egipcios, cananeos, israelitas, filisteos, asirios, persas, griegos y romanos. Tan recientemente como en 1918 la importancia estratégica de Meguido fue notoria cuando las fuerzas aliadas al mando de Allenby entraron en el norte de Palestina a través del paso del Meguido para rescatarlo de los turcos. El comandante aliado fue honrado posteriormente con el tí­tulo de vizconde Allenby de Meguido.
Cuando Edwin Robinson se paró sobre el imponente montí­culo conocido como Tell el-Mutesellim en 1838, escribió en su diario las siguientes palabras: †œQuisiera saber en dónde pudo haber estado Meguido.† El promontorio en el cual él estaba parado, que se levantaba a unos 21 mts. sobre la llanura cercana y ocupaba un área de 4 hectáreas en su cima (con niveles más bajos y aun más amplios) pronto se comprobó que era el sitio de Meguido.
El trabajo arqueológico serio empezó en Tell el-Mutesellim en 1903 cuando Gottlieb Schumacher empezó a excavar en favor de la Sociedad Alemana Palestinense. Durante cerca de tres años de trabajo en Meguido, Schumacher cavó una trinchera a través de la cima del promontorio e identificó 7 niveles de ocupación, el 50 de los cuales era del perí­odo israelita. Schumacher descubrió cerámica, un cuchillo de bronce y algunos escarabajos sagrados enchapados en oro en un estrato que fechó como anterior al 2000 a. de J.C. Entre los restos israelitas encontró un sello que representaba un león con la inscripción: †œPerteneciente a Sema, el siervo de Jeroboam.† El sello fue encontrado entre los restos de un palacio israelita.
El trabajo de Schumacher muestra la importancia del promontorio; pero el conocimiento limitado de la cerámica en ese tiempo impidió seriamente a los eruditos una evaluación de los resultados. En 1925, sin embargo, el Instituto Oriental de Chicago, dirigido por J. H. Breasted, empezó una serie de excavaciones en Meguido bajo el liderazgo sucesivo de C. S. Fisher (1925–27), P. L. O. Guy (1927–35) y G. Loud (1935–39). El propósito de los excavadores de Chicago era remover el promontorio enteramente, de nivel a nivel, hasta su base. Tuvieron éxito en la identificación de veinte niveles de ocupación, el más antiguo de los cuales data de la primera parte del cuarto milenio a. de J.C. Los 4 niveles superiores fueron completamente removidos, pero el trabajo fue interrumpido por el comienzo de la Segunda Guerra Mundial y la excavación de los sitios de la edad anterior a la del hierro no fue completado. En 1958 la Comisión para Mejoramiento y Preservación de las Antigüedades del Gobierno de Israel reanudó el trabajo y Yigael Yadin, un arqueólogo israelí­, condujo una breve campaña en 1960.
La primera referencia histórica a Meguido ocurre durante el reinado del faraón egipcio Thutmose III, quien derrotó una coalición de gobernadores cananeos dirigida por el prí­ncipe de Cades en 1468 a. de J.C. Más tarde, un registro de esta victoria fue inscrito en las paredes de un corredor en el templo de Amun en Karnak. El hijo de Thutmose, Amenhotep II, hizo una campaña en la misma region treinta años más tarde y se jactaba de que él se sentó en juicio sobre los †œprí­ncipes rebeldes† de la vecindad de Meguido.
Un texto descubierto en *Taanac, al sureste de Meguido, que data de ca. 1450 a. de J.C. , menciona un general egipcio que urgió al rey de Taanac a pagar sus tributos: †œEnví­ame tus cocheros y caballos, regalos para mí­ y enví­a todos tus prisioneros. Enví­alos mañana a Meguido.† Evidentemente, Meguido era un centro administrativo egipcio durante el siglo XV a. de J.C.
Las condiciones en Meguido durante el siglo XIV a. de J.C. están reveladas en las *tabletas de Amarna descubiertas en Egipto en 1887. Seis de las cartas fueron enviadas al faraón Amenhotep IV (Akhenatón) por Biridiya, rey de Meguido. Biridiya afirmó su firme lealtad a Egipto y pagó sus tributos fielmente. El advirtió a Akhenatón, sin embargo, que necesitaba un contingente de unos cien hombres para salvar a Meguido de los insurgentes de esa área. La edad de Amarna fue una en la cual el poder egipcio estaba mermando en Palestina y Biridiya tení­a dificultad de sostenerse a sí­ mismo como vasallo de Akhenatón.
Durante la conquista de Canaán, Josué obtuvo una victoria temporal sobre el rey de Meguido (véase Jos. 12:21) y Meguido fue asignada a la tribu de Manasés (Jos. 18:11). Manasés fue incapaz de ocupar la ciudad (Jue. 1:27) y las fuerzas cananeas continuaron controlando el área.
Durante los dí­as de Débora se lee que los cananeos pelearon †œen Taanac, junto a las aguas de Meguido† (Jue. 5:19). No se hace mención de la ciudad de Meguido y algunos eruditos afirman que la ciudad no estaba ocupada en aquel tiempo. Taanac y Meguido fueron ciudades vecinas y parecen haber tenido tiempos alternados de colonización entre las dos.
Durante los dí­as de apogeo del reinado de Salomón, sin embargo, Meguido inició el suyo propio. Salomón reconstruyó y fortificó a Meguido durante el siglo X a. de J.C. y la hizo una de sus ciudades para carros (1 R. 9:15). Un siglo más tarde, Azarí­as de Judá fue herido por una flecha del arco de Jehú, quien trajo la dinastí­a de Omri en Israel a su fin. Azarí­as alcanzó la fortaleza de Meguido y murió allí­ (2 R. 9:27). Meguido fue también el sitio de la muerte trágica de Josí­as en el 610 a. de J.C. Josí­as se habí­a apresurado a marcharse a Meguido para impedir que el faraón Necao de Egipto fuera en ayuda de Asiria para resisistir el poder emergente del imperio neobabilónico o caldeo. El piadoso Josí­as fue herido, †œy sus siervos lo pusieron en un carro, y lo trajeron muerto de Meguido a Jerusalén, y lo sepultaron en un sepulcro† (2 R. 23:30).
El nombre hebreo Har Meguiddon, †œla colina de Meguido†, es la base para el Armagedón del Nuevo Testamento, el lugar del encuentro de la gran batalla apocalí­ptica en la que el poder de Dios se manifiesta en la destrucción de sus enemigos. Esta escena, descrita en Apocalipsis 16:16, es comparable con la de Ezequiel 39:1–6, en donde un enemigo del norte viene †œcontra los montes de Israel† (v. 4).
A lo largo de la senda que conduce hacia la bajada norte del promontorio, unos pocos metros más allá del museo del Meguido del dí­a de hoy, hay un camino que sirve de acceso principal a la antigua ciudad. Del lado izquierdo hay restos de la doble puerta construida durante el tiempo de Salomón. Un enemigo que entrara por la fuerza por la puerta exterior se encontrarí­a en un recinto pequeño pavimentado y encerrado, con grandes murallas y bastiones de la puerta real que da a la ciudad la cual aún provee un obstáculo casi insuperable. La puerta interior, más maciza que la exterior, tení­a cuartos para guardias en cada lado. En plan y estilo la puerta que da a Meguido es similar a las puertas de Hazor y Gezer, las otras dos ciudades de los carros de Salomón.
El profeta Ezequiel describió puertas similares al representar la pared oriental del templo en su visión profética: †œdespués vino a la puerta que mira hacia el oriente, y subió por sus gradas, y midió un poste de la puerta †¦ y la puerta oriental tení­a tres cámaras a cada lado †¦† (Ez. 40:6-10). Ezequiel estaba probablemente familiarizado con las ruinas del templo de Salomón en Jerusalén y su visión reflejaba un modelo similar. La puerta oriental del templo evidentemente hizo uso del mismo modelo arquitectónico que el usado en Meguido y en otras ciudades salomónicas.
Al oriente de la doble puerta de Meguido están los restos de una muralla de piedra de la ciudad de Salomón con amplias plataformas. Hacia el noroeste de la puerta salomónica habí­a una muralla cananea más antigua, cerca de la cual estaban los palacios de los reyes cananeos. En uno de estos palacios, que se sacó más tarde para exponer estratos más bajos, los excavadores hallaron una colección de 282 marfiles labrados que datan de los siglos XIII y XII a. de J.C. Incluidos estaban un estuche para lápiz, platos cosméticos, cucharas, marfil labrado en forma de jeroglí­ficos egipcios y una placa que representa la celebración de una victoria real. Esta placa nos da un cuadro contemporáneo de la vida social en la corte cananea. El gobernador, sentado sobre el trono conun lado en forma de esfinge, está bebiendo de una taza. Detrás de él hay dos sirvientes, un gran jarrón y un ave. En frente del rey hay un servidor de pie, seguido por una mujer que toca una lira. Detrás de ella hay una procesión encabezada por un soldado armado con un escudo y una lanza. Luego vienen dos prisioneros con las manos atadas a sus espaldas, unidos por un lazo a un carruaje tirado por dos caballos. Sentado en el carruaje hay un hombre cuyos vestidos y apariencia general son similares a los del rey en su trono. Probablemente esto representa al rey que retorna victorioso. Detrás del carruaje hay otro soldado con la espada desenvainada. La placa es tanto un ejemplo del antiguo arte cananeo como un documento representativo de las prácticas militares y conceptos de lujo entre los antiguos cananeos.
En el filo occidental del promontorio de Meguido se encuentran restos bien conservados de un sistema de agua que data del siglo XII a. de J.C. Los antiguos ingenieros excavaron una hoya a una profundidad de 36 mts. Desde el fondo del pozo perforaron un túnel a través de la roca por una distancia de 90 mts. hasta un manantial fuera de la ciudad, de modo que el agua podia ser traí­da a Meguido aun en tiempos de sitio. La entrada del manantial estaba escondida por una muralla y cubierta de tierra para que las fuerzas sitiadoras no pudieran encontrarla.
Las ruinas de los establos que una vez guarnecieron los caballos de Salomón son aún visibles desde el lado sur del promontorio. Son idénticos en su plan a otros establos desenterrados cerca de la puerta y sacados después de la excavación. En frente del complejo de establos estaba un patio cerrado de 3.000 mts. 2 con un piso de mezcla de cal, en el centro del cual habí­a una inmensa cisterna para dar de beber a los caballos. Los establos mismos pueden distinguirse de las filas de pilares de piedra alternadas con pesebres. Los pilares serví­an tanto de soportes para el techo como de postes para amarrar los caballos. Habí­a 5 techados cobertizos en todo, cada uno conteniendo 22 compartimientos en filas paralelas de 11. Al oriente del área del establo, en el sector sur del promontorio, están los restos de un inmenso edificio rodeado por una muralla cuadrada. Este edificio, que también data del tiempo de Salomón, se cree que fue la residencia del gobernador de Meguido.
En el centro del promontorio hay restos de un gran silo del siglo VIII, de forma de un cono invertido con gradas que conducen hacia abajo desde los dos lados. Los edificios más antiguos, del lado oriental del promontorio, incluyen las ruinas de 3 templos cananitas del tercer milenio a. de J.C. Cada uno consistí­a de una cámara grande con un altar en el lado sur, rodeado por 2 grandes pedestales. El templo del lado sudoriental, que data de ca. 2700 a. de J.C. , tení­a escalones que conducí­an a un †œlugar alto† circular. Un segundo templo, construido de adobe, mira hacia el oriente y fue probablemente dedicado al dios sol. Su altar domina una vista de la salida del sol sobre el monte Tabor y el valle del Jordán.
Rara vez están todos los eruditos de acuerdo con el significado y con la fecha de los descubrimientos arqueológicos y Meguido no es la excepción. J. W. Crowfoot ha insistido en que los así­ llamados edificios salomónicos, incluyendo los establos, son en realidad del tiempo de Omri y Acab. P. L. O. Guy, sin embargo, sostuvo que son salomónicos y su interpretación ha sido seguida generalmente por los arqueólogos contemporáneos. Yigael Yadin, después de sus excavaciones en Meguido, atribuyó los establos al reinado de Acab, de quien se sabe que tení­a una fuerza de dos mil carruajes en su batalla contra Salmanasar III en *Qarqar. Meguido es tal vez el sitio más extensamente estudiado del mundo bí­blico, pero todos sus misterios no han sido aún resueltos.
BIBLIOGRAFIA: C. S. Fisher, The Excavations of Armageddon, University of Chicago Press,Chicago, 1929. P. L. O. Guy, New Light from Armageddon, University of Chicago Press, Chicago, 1935, Robert S. Lamon, The Megiddo Water System, University of Chicago Press, Chicago, 1935. Gordon Loud, The Megiddo Ivories, University of Chicago Press, Chicago, 1939; Megido II, Seasons 1935–39 (2 vols.), University of Chicago Press, Chicago, 1948. Yigael Yadin, †œNew Light of Solomon†™s Megiddo†, BA , XXIII, 1969, págs. 62–68.

Fuente: Diccionario Bíblico Arqueológico

(Lugar de tropas ?). Antigua ciudad cananea, luego israelita, en la parte sur del valle de Jezreel o de Esdraelón, como parte del sistema montañoso del monte Carmelo, a unos 35 km al SE de Haifa. Situada en el camino principal que uní­a a Egipto con Siria, durante mucho tiempo fue clave para el comercio, puesto que la mayor parte del tráfico tení­a que pasar por allí­. Entre los reyes derrotados por Josué se nombra a uno de M. (Jos 12:21), pero la tribu de Manasés, a la cual se le adjudicó el territorio, no pudo desalojar a los habitantes de M. (Jos 17:11-12; Jue 1:27; Jue 5:19). En dí­as de Débora tuvo lugar allí­, †œjunto a las aguas de M.†, la famosa batalla en la cual †¢Sí­sara fue derrotado (Jue. 4 y 5). Pero parece que fue en tiempos de David cuando M. fue totalmente subyugada, porque Salomón realizó grandes obras allí­ y nombró un gobernador (1Re 4:12 :1Re 9:15). Por ser el sitio tan estratégico, con una colina fortificada ante una llanura extensí­sima, en M. han tenido lugar muchas batallas. Tutmosis III y Sisac, entre otros faraones egipcios, conquistaron M. en distintas épocas. El lugar ha sido ampliamente explorado arqueológicamente, identificándose edificaciones, muros, caballerizas, palacios, etcétera, superpuestos en estratos que corresponden a los muchos asentamientos que allí­ han existido. Existe en la colina un depósito de granos o silo de gran capacidad excavado en la tierra con una escalera en forma de espiral que va descendiendo pegada a la pared y siguiendo su circunferencia hasta el fondo. De la misma manera, es interesante otra excavación parecida, hecha hasta los niveles de la llanura, al final de la cual hay un túnel que conduce a fuentes de agua que en realidad están fuera del perí­metro de la colina.

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, LOCA ARQU

ver, EGIPTO, HICSOS, HITITAS, FARAí“N

sit, a2, 308, 63

vet, Nombre de significado dudoso. Es una localidad palestina de gran importancia estratégica. Dominaba la llanura de Esdraelón y el desfiladero que, a través de los montes, se dirigí­a a la llanura de Sarón. La localidad moderna es Tell el-Mutesellim, explorado desde 1903, al principio por alemanes, y después especialmente por el Instituto Oriental de la Universidad de Chicago; las excavaciones en este lugar son de las que más resultados han dado de toda Palestina. Se han encontrado diversos niveles que, en la interpretación arqueológica convencional, se atribuyen a los restos de veinte ciudades sucesivas. El tell tiene 23 m. de altura. Este lugar ha estado ocupado a lo largo de toda la historia. La cronologí­a convencional da alrededor del año 3500 a.C. para la construcción de la primera ciudad, aunque se asigna la fecha de 4.500 a.C. para las primeras señales de ocupación humana. Sin embargo, estas fechas han sido asignadas en base a correspondencias arqueológicas con Egipto de algunas cerámicas, y deben ser revisadas a la luz de nuevos datos que han surgido acerca de la cronologí­a de Egipto (véanse EGIPTO, HICSOS, HITITAS, etc.). Para un penetrante examen de las cuestiones involucradas en la arqueologí­a de Meguido, véase Courville, D. A.: “Archaeology of Megiddo”, en “The Exodus Problem and his Ramifications” (Challenge Books, Loma Linda, Ca. 1971, PP. 189-202). Un ejemplo de los problemas en la datación e identificación de los distintos niveles puede serlo el nivel IX, datado por la cronologí­a convencional en alrededor de 1580, época en que la ciudad fue conquistada, pero no destruida, por Tutmose III. En base a la cronologí­a revisada, este faraón es identificado con el Sisac bí­blico. Josefo (Ant. 8:10, 2) afirma especí­ficamente que, en el año 927 a.C., las ciudades de Judá se rindieron a Sisac sin luchar (véase FARAí“N, etc.). Por cierto que Courville muestra que con la revisión cronológica se desvanecen muchos problemas y paradojas que surgen con la cronologí­a convencional. Entre otros, un notable descubrimiento ha sido el del sello de “Schema, funcionario de Jeroboam” (sin duda se refiere a Jeroboam II, rey de Israel, 782-743 a.C.). Cuando Josué entró en el paí­s, Meguido estaba gobernada por un rey cananeo que fue muerto (Jos. 12:21). Rodeada por territorio de la tribu de Isacar, fue sin embargo asignada a Manasés, que no echó de ella a los cananeos (Jos. 17:11; Jue. 1:27; 1 Cr. 7:29). Dotada de impresionantes murallas de piedra con un espesor original de 4 m., que posteriormente fue doblado, presentaba, en el momento de ser descubierta, una altura de 3,5 m. (cfr. Dt. 1:28). Habí­a cerca de ella un curso de agua (Jue. 5:19), que pasaba no lejos de Bet-seán y de Taanac (Jue. 1:27; 1 R. 4:12). Se construyó un túnel para poder conseguir agua de un pozo sin tener que salir al exterior, en previsión de futuros asedios. Una fascinante descripción de este túnel, con su entrada y galerí­a, se halla en la novela de James Michener “The Source”, en la que se sitúa en un imaginario Tell Makor. Salomón (971-931 a.C.) mejoró sus fortificaciones (1 R. 9:15-19; 10:26). En el marco cronológico convencional, se atribuyen a Salomón los establos hallados en los niveles IVB-VA. Sin embargo, evidencias internas demandan la atribución de estas caballerizas a Acab (874-853 a.C.). Este es el punto de vista que ha sido propuesto en base a la investigación de Yigal Yadin en 1960; ello armoniza con las inscripciones asirias que afirman que este rey tení­a 2.000 carros como parte de sus fuerzas militares, aunque no se dé ninguna indicación de dónde estaban acuarteladas. Otros incidentes sucedidos en Meguido fueron la muerte de Ococí­as, rey de Judá, que habí­a huido allí­ después de haber sido herido por los soldados de Jehú (2 R. 9:27). El rey Josí­as fue muerto en la llanura vecina, durante la batalla entablada entre él y el faraón Necao (2 R. 23:29; 2 Cr. 35:22). Por él hicieron gran clamor y duelo sus súbditos (2 Cr. 35:25; Zac. 12:11) Las excavaciones han sacado a la luz la ciudadela que coronaba la eminencia del Tell el-Mutesellim, el campamento de la legión romana que estaba en Meguido se hallaba a cinco minutos de marcha, en el lugar conocido como el-Lejjûn, nombre derivado del lat. “leggio”, legión. Se han hallado ladrillos llevando la marca de la 6ª legión. El nombre de Meguido forma parte del de Armagedón (véase ARMAGEDí“N). Bibliografí­a: Cole, D.: “How water tunnels worked”, en Biblical Archaeology Review, vol. VI n 2 marzo/abril 1980. Courville, D. A.: “Confusion in the archaeology of Megiddo” en “The Exodus Problem and his Ramifications” (Challenge Books, Loma Linda, California, 1971) Fargo, V. M.: “Is the Solomon City Gate at Megiddo Really Solomonic?” Biblical Archaeology Review, vol. IX, sep /oct 1983, PP. 8 13, Velikovsky, I.: “Ages in Chaos” (Donbleday, Garden City, N. Y., 1952); Velikovsky, I.: “Ramses II and His Time” (Abacus, London, 1978).

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

Una de las ciudades más importantes de la Tierra Prometida, situada a unos 90 Km. al N. de Jerusalén y a unos 31 Km. al SE. de la moderna Haifa. Ocupaba un terreno de algo más de 4 Ha. sobre un montí­culo conocido en la actualidad como Tell el-Mutesellim (Tel Megiddo) y que se eleva casi 21 m. por encima del valle en el que se encuentra. (GRABADOS y MAPA, vol. 1, pág. 953.)

Ubicación estratégica. Situada en este lugar estratégico que domina la fértil sección occidental del valle de Jezreel (la llanura de Esdrelón, conocida también como †œla llanura-valle de Meguidó†, 2Cr 35:22; Zac 12:11), controlaba fácilmente las importantes rutas comerciales y militares que allí­ se cruzaban. Tanto en la historia bí­blica como extrabí­blica se habla de las muchas batallas decisivas que se libraron cerca de Meguidó debido a su posición dominante. En las proximidades de este lugar, †œjunto a las aguas de Meguidó†, el juez Barac derrotó a las poderosas fuerzas de Jabí­n mandadas por Sí­sara, unas fuerzas que contaban con 900 carros equipados con hoces de hierro. (Jue 4:7, 13-16; 5:19.) En Meguidó murió el rey Ocozí­as de Judá después de haber sido herido mortalmente cerca de Ibleam por órdenes de Jehú. (2Re 9:27.) En esta misma ubicación encontró la muerte el rey Josí­as de Judá cuando salió al paso del ejército egipcio del faraón Nekoh, que se dirigí­a al rí­o Eufrates para ayudar a los asirios. (2Re 23:29, 30; 2Cr 35:22.)
Como muestran las excavaciones arqueológicas, en diversas ocasiones durante su larga historia Meguidó estuvo bien fortificada. En las excavaciones allí­ efectuadas se han encontrado ruinas que muestran que en un tiempo los muros tení­an un grosor de 4 a 5 m., y que fueron ensanchados hasta sobrepasar los 7,5 m. de espesor. Algunas secciones aún medí­an más de 3 m. de altura cuando se desenterraron.

Historia. La primera vez que se menciona a Meguidó se da el nombre de su rey junto con los de los otros 30 reyes a los que derrotó Josué en la conquista inicial de la Tierra Prometida. (Jos 12:7, 8, 21, 24.) En el reparto de la tierra, Meguidó y sus pueblos dependientes se convirtieron en un enclave que pertenecí­a a la tribu de Manasés, pese a estar situado en el territorio de Isacar. (Jos 17:11; 1Cr 7:29.) Sin embargo, durante el perí­odo de los jueces, Manasés no logró expulsar a los cananeos de esta fortaleza. Todo lo que consiguió, después que el poderí­o de Israel aumentó, fue someter a los habitantes de esta ciudad a trabajos forzados. (Jue 1:27, 28.)
Durante el reinado de David, cuando las fronteras del reino se extendieron hasta sus lí­mites máximos, se logró someter a todos los cananeos que se hallaban dentro de la Tierra Prometida, incluso los que se encontraban en Meguidó. Por tanto Salomón pudo incluir a Meguidó en el quinto de los distritos creados para abastecer de alimentos a la casa real un mes al año. (1Re 4:7, 8, 12.)
Salomón también fortificó Meguidó, y puede que fuese una de sus ciudades de carros en las que albergaba parte de sus 12.000 corceles. (1Re 9:15-19; 10:26.) En Meguidó los arqueólogos han encontrado restos extensos de lo que algunos eruditos, aunque no todos, creen que eran cuadras con capacidad para 450 caballos. Al principio se atribuyeron estas construcciones al tiempo de Salomón, pero muchos arqueólogos posteriores creen que son más recientes, posiblemente de los dí­as de Acab.
La profecí­a de Zacarí­as (12:11) habla de un †˜gran plañido†™ que ocurrió †œen la llanura-valle de Meguidó†, plañido que tal vez haga referencia al lamento por el rey Josí­as, quien murió allí­ en una batalla. (2Re 23:29, 30.) Hay una pequeña diferencia en la grafí­a hebrea de Meguidó en este texto de Zacarí­as. En vez de la grafí­a hebrea convencional Meghid·dóh, utiliza la forma prolongada Meghid·dóhn, similar a la que se halla en Revelación 16:16. (Véase HAR-MAGEDí“N.)

[Fotografí­a en la página 358]
Puerta de Meguidó. Al igual que las de Hazor y Guézer pertenece a la época de Salomón

Fuente: Diccionario de la Biblia

GRACIAS a su emplazamiento estratégico y a que dominaba las principales rutas comerciales y militares, en tiempos bí­blicos Meguidó fue un centro de interés internacional. La llanura donde estaba ubicada fue escenario de muchas batallas decisivas. Por eso, es apropiado que el libro de Revelación denomine Har–Magedón (del hebreo, †œMontaña de Meguidó†) a la †œguerra del gran dí­a de Dios el Todopoderoso†. No obstante, no es en la Meguidó literal donde se peleará esta guerra, ya que en ella participarán †œlos reyes de toda la tierra habitada†. (Rev 16:14, 16.) En esta ocasión el vencedor no será ningún rey humano, sino que el reino de Dios triunfará sobre todos ellos, y así­ vindicará la soberaní­a universal de Jehová Dios, el Todopoderoso.

[Fotografí­as en la página 953]

Arriba: Maqueta de la antigua Meguidó.

Derecha: Vista aérea de las ruinas de Meguidó, desde donde se domina la llanura de Esdrelón

[Mapa en la página 953]
(Véase la publicación para ver el texto completo)
Rutas principales
Rutas secundarias

Mar Grande
A Tiro
A Damasco
Joqneam
Dor
Meguidó
Jezreel
Taanac
A Jerusalén
A Egipto

Fuente: Diccionario de la Biblia

Importante ciudad veterotestamentaria que se encontraba en la cadena del Carmelo, unos 30 km al SSE del actual puerto de Haifa.

I. Testimonios bíblicos

La ciudad de Meguido (heb. meḡiddô) se menciona primeramente entre las ciudades que capturó Josué durante la conquista de Palestina (Jos. 12.21), y que fue posteriormente asignada a Manasés, en el territorio de Isacar (Jos. 17.11; 1 Cr. 7.29). Manasés, sin embargo, no destruyó a los cananeos de la ciudad, sino que los destinó a trabajos inferiores (Jue. 1.28). Una referencia curiosamente indirecta se hace a Meguido en el cántico de Débora, donde se describe a *Taanac como “junto a las aguas de Meguido” (˓al-mê meḡiddô, Jue. 5.19), pero no se hace ninguna mención de Meguido como ciudad, por oposición al nombre de un arroyo (* Cisón). La referencia siguiente a esta ciudad ocurre en tiempos de Salomón, cuando fue incluida en el quinto distrito administrativo bajo Baana (hijo de Ahilud) (1 R. 4.12), y fue elegida por Salomón, con Hazor y Gezer, para constituir una de sus principales ciudades fortificadas fuera de Jerusalén, en la que había espacio para carros y caballos (1 R. 9.15–19). Meguido se menciona brevemente como el lugar donde murió Ocozías de Judá tras haber sido herido cuando huía de Jehú (2 R. 9.27), y fue luego escenario de la muerte de Josías cuando intentó impedir que *Necao de Egipto saliera en auxilio de Asiria (2 R. 23.29–30; 2 Cr. 35.22, 24). Este nombre aparece en la forma meḡiddôn en Zacarías (12.11), y es esta forma la que se usa en el *Armagedón neotestamentario (Ap. 16.16), de harmeḡiddôn, ‘monte de Meguido’.

II. Fuentes extrabíblicas

El sitio de la antigua Meguido ha sido identificado con el actual montículo abandonado de Tell el-Mutesellim, que se encuentra en el lado N del Carmelo y domina el paso más importante de la llanura costera al valle de Esdraelón. El tell tiene una altura de casi 21 m, en la cumbre, con una superficie, en la parte superior, de más de 400 áreas, y las ciudades más antiguas, que se encuentran más abajo en el montículo, eran más grandes todavía.

Las primeras excavaciones las llevó a cabo una expedición alemana bajo la dirección de G. Schumacher entre 1903 y 1905. Se cavó una trinchera a través de la parte superior del montículo, y allí se encontró una cantidad de edificios, pero debido a los conocimientos limitados acerca de la alfarería en esa época poco se pudo aprender. No hubo más excavaciones hasta 1925, cuando el instituto orientalista de la Universidad de Chicago, bajo la dirección de J. H. Breasted, eligió el lugar como el primer proyecto grande de un ambicioso plan de excavaciones en todo el Cercano Oriente. La tarea fue dirigida sucesivamente por C. S. Fisher (1925–7), P. L O. Guy (1927–85) y G. Loud (1935–9). La intención original era la de limpiar todo el montículo, nivel por nivel, hasta la base, y con este fin se excavó, en una etapa temprana, una zona al pie de la ladera para poder utilizarla luego para amontonar la tierra que se sacaba del tell. La guerra impidió la prosecución de la tarea, y aun cuando se logró revelar la estructura de la ciudad correspondiente a la edad del hierro, los niveles más primitivos sólo se estudiaron tomando como base una extensión relativamente pequeña. Las excavaciones posteriores se llevaron a cabo en 1960, 1966–67 y 1971, por Y. Yadin, con el fin de dilucidar ciertos problemas pendientes de las campañas anteriores.

Veinte niveles principales de ocupación fueron identificados, que llegan hasta los asentamientos calcolíticos en la primera parte del 4º milenio (niveles XX, XIX). Un aspecto interesante del nivel XIX es un pequeño santuario con altar en su interior. Durante la edad del bronce temprana (3º milenio) hubo una ciudad importante en Meguido (niveles XVIII-XVI), de la que un rasgo de interés lo constituía una plataforma circular de canto rodado, al que se llegaba por una escalinata, que se encontraba cubierta de huesos de animales y pedazos de cacharros. Es posible que se tratase de una bāmâ o *“lugar alto”. Esta plataforma se siguió usando en la edad del bronce media (niveles XV-X; primera mitad del 2º milenio), período de influencia egp. cuyo comienzo se caracterizó por una intensa campaña de reedificación, en la que la plataforma circular constituyó el núcleo de tres templos en forma de megarón con *altares. También se encontró en estos niveles un hermoso portal de tres columnas, de un tipo que se originó en la Mesopotamia, y la necesidad de puertas tan fuertes se desprende del hecho de que hubo una cantidad de grandes destrucciones en la última parte del período, que culminaron en una gran devastación probablemente relacionada con la reconquista de Palestina por Egipto después que los hicsos fueron expulsados de este último país.

Las pruebas de violencia periódica son menos frecuentes en la edad del bronce tardía (niveles VIII, VII), y si bien esta fue una época de dominación egp. la cultura de Palestina reflejaba la civilización cananea septentrional en medida considerable. Fue durante este período que probablemente se libró la batalla de la antigüedad más detalladamente relatada, cuando Tutmosis III derrotó a una coalición asiática en Meguido ca. 1468 a.C. Los restos arquitectónicos de este período incluyen un templo, un palacio, y una puerta, y se ve con claridad la influencia cultural del N en una gran acumulación de más de 200 objetos de marfil labrado que se encontró en un depósito subterráneo debajo del palacio del nivel VII. Esta es una de las colecciones más primitivas de un tipo de arte muy conocido en la época de la edad del hierro procedente de *Samaria y de lugares tan distantes como Asiria, y, aunque prácticamente no se han encontrado ejemplos todavía en Fenicia, es probable que muchos de ellos fueron realizados ya sea en talleres fenicios o por artesanos fenicios expatriados. El descubrimiento reciente, llevado a cabo en la orilla del montículo, de un fragmento del relato épico babilónico de Gilgamés, que puede fecharse, por su escritura cuneiforme, en el ss. XIV a.C., indica que había contactos con Mesopotamia en esta época.

Otro descubrimiento, probablemente de este período, fueron los sistemas de suministro de agua para la ciudad. Una zona no edificada del montículo fue excavada mediante un pozo de 37 m de profundidad, la parte inferior de la cual consistía en un foso con una escalinata en caracol labrada en la base rocosa. A partir del pie del foso la escalera entraba en un túnel que, a la par que terminaba nivelándose, conducía, unos 50 m más adelante, a una cueva con una fuente de agua en el otro extremo. Parecería que originalmente (VIA) esta fuente daba a la ladera fuera de la ciudad, que en alguna época posterior se había perforado la roca para hacer el túnel desde dentro de la ciudad, y luego la cueva fue ocultada y disimulada del lado de afuera por razones estratégicas.

Si bien hay señales de destrucción hacia fines del ss. XII, algún tiempo después de la llegada de los israelitas, y también indicaciones de un abandono temporario de la ciudad, posteriormente a dicha destrucción, los que repoblaron el montículo (V) no parecen haber sido israelitas. Esto concordaría con la afirmación bíblica de que los habitantes de Meguido no fueron echados en la época de la conquista, y que posteriormente fueron obligados a realizar trabajos forzados (Jue. 1.27–28). Una cantidad de objetos cúlticos, *altares para incienso en piedra caliza y con cuernos, pedestales de arcilla para incienso y braseros, pertenecientes a este nivel y los siguientes, se deben probablemente a dichos cananeos, quienes, contrariamente a lo indicado por Dios, no fueron destruidos. Probablemente deba asignarse a la última parte de este nivel, y a la primera del siguiente (VA-IVB), una puerta de entrada a la ciudad con seis cámaras y muro de casamata (* Arquitectura), como lo ha demos trado Y. Yadin. Son casi idénticas, en su trazado, a ejemplos encontrados en Hazor y Gezer, y probablemente deban asignarse, con muy pocas dudas, a la época de Salomón, hecho que ilumina lo que se afirma en 1 R. 9.15–19.

Las excavaciones anteriores a la guerra pusieron al descubierto una amplia serie de establos, con capacidad para acomodar hasta 450 caballos, y los excavadores los relacionaron con Salomón, del que se sabía que había creado una unidad con *carros como parte de sus fuerzas; pero las investigaciones de Yadin han demostrado que dichos establos pertenecen a la última parte del nivel IV (IVA), que probablemente fue reedificado después de la destrucción de la ciudad salomónica por el Faraón Sesonc (* Sisac). Muy probablemente, por lo tanto, los establos fueron obra de Acab, el que, como se sabe por los anales de Salmanasar, tuvo una fuerza constituida por carros compuesta de 2.000 vehículos. Es probable que el nivel israelita final (III) haya sido destruido en 733 a.C. por Tiglat-pileser III, cuando la ciudad se convirtió en capital de una provincia asiria. Con la declinación de la suerte de Asiria, esta ciudad (nivel II) pasó a integrar una vez más el territono de Israel, y la derrota y muerte de Josías allí en el 609 a.C están probablemente señaladas por su destrucción.

Las excavaciones en Meguido han demostrado que, bajo Josué, los israelitas tuvieron que enfrentarse con una civilización formidable cuando invadieron el territorio.

Bibliografía. J. González Echegaray, “Megido”, °EBDM, t(t). V, cols. 28–37; M. Noth, El mundo del Antiguo Testamento, 1976; R. de Vaux, Historia antigua de Israel, 1975, t(t). II, pp. 296–297; J. Bright, La historia de Israel, 1970, pp. 43ss; G. E. Wright, Arqueología bíblica, 1975; W. F. Albright, Arqueología de Palestina, 1962.

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T.C.M.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico