MEJILLA

v. Cara, Rostro
2Ch 18:23 se le acercó y golpeó a Micaías en la m
Psa 3:7 tú heriste a todos mis enemigos en la m
Son 1:10 ¡hermosas son tus m entre los pendientes
4:3


parte saliente del rostro humano debajo de los ojos. Pegarle a alguien en la mejilla, arrancarle la barba, era un ultraje, una humillación, 1 R, 22, 24; 2 Cro 18, 23; Lm 3, 30; Mi 4, 14; Is 50, 6. Jesús, cuyo mensaje es el amor aun a los enemigos, en contra de la ley del talión, †œojo por ojo y diente por diente†, dice a sus discí­pulos: †œNo os resistáis al mal; antes bien, al que te abofetee en la m. derecha ofrécele también la otra†, Mt 5, 39; Lc 6, 29.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

El término lehi se usa en hebreo para señalar a la quijada y a la m. Sansón mató a mil filisteos con una quijada de asno, por lo cual llamó al lugar †¢Ramat-lehi (altura de la quijada) (Jue 15:15-19). El golpear a una persona por la m. significaba algo muy injurioso (†œAbrieron contra mi su boca; hirieron mis m. con afrenta† [Job 16:10]). El falso profeta †¢Sedequí­as †œgolpeó a Micaí­as en la m.†, negando que ese siervo de Dios hablara en nombre de Dios (1Re 22:24; 2Cr 18:23). El profeta Miqueas anunció: †œCon vara herirán en la m. al juez de Israel† (Miq 5:1). Pero el golpe final lo dará Dios (†œPorque tu heriste a todos mis enemigos en la m.; los dientes de los perversos quebrantaste† [Sal 3:7]). El Señor Jesús enseñó en el Sermón del Monte, diciendo: †œNo resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la m. derecha, vuélvele también la otra† (Mat 5:39).

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, TIPO

vet, En el Sermón del Monte del Señor pronunció el dicho de “dar la otra mejilla” al que hiera al discí­pulo en una de ellas (Mt. 5:39). Con esto expresaba el principio de la gracia que debe gobernar el andar del cristiano. Cristo calló en medio del sufrimiento y de la afrenta (cfr. Is. 53:7; 1 P. 2:19-24). El cristiano tiene que tener muy presente, si quiere andar como fiel discí­pulo, que “el siervo no es mayor que su señor” (Jn. 15:20). Así­, el cristiano es llamado a la paciencia y a obrar siempre en gracia y abnegación hacia los demás, buscando siempre vencer el mal con el bien (Ro. 12:21, etc.). Podemos verdaderamente esperar el dí­a de nuestra vindicación en aquel dí­a en que el Señor mismo será vindicado públicamente (cfr. Fil. 2:5-11).

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

Sí­mbolo de la fuerza del hombre (Sal 3,8; ls 30,28). Pegarle a uno en la mejilla, abofetearle, es signo de gran afrenta y humillación, a lo que Jesús quiso someterse (Is 50,6; Mc 19,43; Jn 18,22; 19,43). Los cristianos tampoco deben rehuir esta afrenta, y cuando les den una bofetada en una mejilla, deben presentar la otra (Mc 5,39; Lc 6,29).

E. M. N.

FERNANDEZ RAMOS, Felipe (Dir.), Diccionario de Jesús de Nazaret, Editorial Monte Carmelo, Burbos, 2001

Fuente: Diccionario de Jesús de Nazaret

Cada una de las prominencias que hay en el rostro humano debajo de los ojos; en hebreo es lejí­, y en griego, si·a·gon. La Biblia habla de golpear en la mejilla, no tanto en el sentido de infligir daño fí­sico, sino de censura, reproche o insulto. Por ejemplo, a Micaya, el profeta de Jehová, le golpearon en la mejilla por haberle profetizado a Acab, el inicuo rey de Israel, un desenlace fatal. (1Re 22:24; 2Cr 18:23.) A Job le †˜hirieron con oprobio en las mejillas†™ aquellos que no le tení­an respeto y que se burlaban de él durante la prueba que le infligió Satanás. (Job 16:10.)
Los profetas Isaí­as y Miqueas profetizaron que los enemigos del Mesí­as le golpearí­an en la mejilla y le arrancarí­an el pelo de las mejillas, expresiones con las que se hace referencia al amargo oprobio al que se le someterí­a. (Isa 50:6; Miq 5:1.) Los judí­os llevaron a cabo estas acciones cuando se estaba juzgando a Jesucristo ante el Sanedrí­n, y los soldados romanos hicieron lo mismo poco antes de matarlo en el madero de tormento. (Mt 26:67, 68; Jn 18:22, 23; 19:3.) Sin embargo, Jesús no pagó con la misma moneda ni perdió la calma, ni contestó con palabras amargas y airadas.
Jesús habí­a aconsejado a sus discí­pulos: †œOyeron ustedes que se dijo: †˜Ojo por ojo y diente por diente†™. Sin embargo, yo les digo: No resistan al que es inicuo; antes bien, al que te dé una bofetada en la mejilla derecha, vuélvele también la otra†. (Mt 5:38, 39.) Con estas palabras Jesús no propugnaba el pacifismo ni negaba el derecho a la defensa propia, sino que el cristiano no ha de devolver golpe por golpe con el fin de desquitarse o vengarse. Inculcaba así­ el principio de no replicar ni responder a una provocación con la misma moneda a fin de evitar las riñas. Una bofetada en la mejilla no tiene el propósito de herir fí­sicamente, sino tan solo de insultar o provocar una pelea. Jesús no dijo que si alguien le da un puñetazo a un cristiano, este debe poner el otro lado de la cara. Lo que quiso decir es que si alguien intenta provocar a un cristiano abofeteándole o hiriéndole con palabras insultantes para que pelee o discuta, serí­a impropio desquitarse. Las declaraciones posteriores de los apóstoles a este respecto confirman esta idea. (Ro 12:17-21; 1Pe 3:9.)

Fuente: Diccionario de la Biblia

siagon (siagwvn, 4600), denota primariamente la mandí­bula, y, luego, “mejilla” (Mat 5:39; Luk 6:29).¶

Fuente: Diccionario Vine Nuevo testamento