NEGUEB

hebreo seco. Territorio estepario y desértico de Israel que abarca la mitad sur del paí­s, entre Gaza y los montes de Judá, al norte, y el desierto de la pení­nsula de Sinaí­, al sur, hasta el lí­mite con el mar Rojo en Elat. La capital y centro administrativo del actual N., con una extensión aproximada del 60% del territorio nacional de Israel, es Berseba.

En la época israelita el N. sólo era cultivable en pequeñas zonas por falta de pozos y a causa de las escasas precipitaciones, pero las numerosas colinas en ruinas que aún existen y los hallazgos arqueológicos prehistóricos testimonian que existieron importantes poblaciones en la época preisraelita, cuando el territorio formaba parte del ámbito de influencia egipcia.

Tras la conquista de N. por los israelitas Jos 11, 16, la zona septentrional pasó a formar parte del territorio de la tribu de Judá, Jos 15, 21-32, en el que también recibió una heredad la tribu de Simeón, Jos 19, 1-9.

También se establecieron aquí­ los quenitas al sur del desierto de Judá, y la tribu de Caleb, al sur de Hebrón.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

(Sur).
Se cree que la palabra hebrea né·ghev se deriva de una raí­z que significa †œestar reseco†, y suele referirse a la región semiárida situada al S. de las montañas de Judá. Debido a que esta región está al S. de Judá, né·ghev también llegó a significar †œsur†, y se usaba con referencia a un †œlado del sur† (Nú 35:5), un †œlí­mite del sur† (Jos 15:4) y una †œpuerta del sur† (Eze 46:9). En algunas traducciones no se distingue entre la designación geográfica y el punto cardinal, lo que provoca cierta confusión. Por ejemplo, si en Génesis 13:1 se traduce né·ghev por †œsur† (CI, HM, MK), †œmediodí­a† (Scí­o; Val, 1909) o †œregión meridional† (BR; SA, 1972; TA), parece que se indica que Abrahán fue de Egipto hacia el S., cuando en realidad se dirigió hacia el N., hacia Betel a través del Négueb. Esta dificultad se ha eliminado en la mayorí­a de las traducciones modernas (BJ, DK, NM, Val y otras).

Topografí­a. Parece ser que el Négueb de tiempos antiguos abarcaba la zona que se extendí­a desde el distrito de Beer-seba, al N., hasta Qadés-barnea, al S. (Gé 21:14; Nú 13:17, 22; 32:8.) El profeta Isaí­as dijo que esta región era una tierra de duras condiciones, guarida de leones, leopardos y serpientes. (Isa 30:6.) En la región septentrional pueden hallarse de vez en cuando manantiales, pozos y estanques, así­ como uno de los pocos árboles que crecen en este lugar: el tamarisco. (Gé 21:33.) Hacia el SO. de Beer-seba hay tres zonas de dunas, dos pequeñas y otra relativamente grande. Gran parte del Négueb es una meseta que oscila entre los 450 y los 600 m. sobre el nivel del mar, con picos que se acercan a los 1.050 m. Al S. y al E. de Beer-seba hay cordilleras escarpadas que generalmente van de E. a O.

Historia. Tanto las cisternas, como los muros de terrazas y las ruinas de muchas ciudades que se han hallado en el Négueb indican que la zona estuvo bastante poblada en la antigüedad. En esta región, los patriarcas Abrahán, Isaac y Jacob hallaron pasto para sus grandes rebaños. (Gé 13:1, 2; 20:1; 24:62.) En el tiempo de Abrahán, el rey elamita Kedorlaomer y sus tres aliados derrotaron a los habitantes del Négueb. (Gé 14:1-7.)
Siglos después, los espí­as israelitas que Moisés envió entraron en la Tierra Prometida desde el Négueb, que para ese tiempo habitaban los amalequitas. (Nú 13:17, 22, 29.) Más tarde, bajo el acaudillamiento de Josué, todos los habitantes del Négueb fueron derrotados (Jos 10:40; 11:16), y las ciudades de esta región finalmente llegaron a formar parte del territorio de la tribu de Simeón. (Jos 19:1-6.) También se establecieron en el Négueb los quenitas nómadas, pueblo emparentado con Moisés por lazos matrimoniales. (Jue 1:16; compárese con 1Sa 15:6, 7.) Los israelitas no debieron mantener el control de esa zona. A través de los años se produjeron repetidos enfrentamientos con los cananeos del Négueb, en particular con los amalequitas. (Jue 1:9; 6:3; 1Sa 15:1-9; 30:1-20.) Desde la ciudad de Ziqlag, que el rey filisteo Akí­s le dio a David, este último hizo incursiones contra los guesuritas, los guirzitas y los amalequitas del Négueb. (1Sa 27:5-8.) Al parecer, Israel no obtuvo el control completo del Négueb hasta la gobernación de David, después de la derrota de los edomitas. (2Sa 8:13, 14.) Seguramente un rey posterior de Judá, Uzí­as, edificó torres y labró cisternas en esta región. (2Cr 26:10.)
Después que los babilonios destruyeron Jerusalén, Abdí­as predijo que se volverí­a a llevar a los israelitas a su tierra, lo que incluí­a el Négueb. (Abd 19, 20.)

[Fotografí­a en la página 476]
El Négueb —al S. de Judá—; aunque por lo general es un terreno árido, en un tiempo sustentó a una población considerable

Fuente: Diccionario de la Biblia