NEHEMIAS

Nehemí­as (heb. Nejemyâh, “Yahweh ha consolado [consuela]” o “consolación de Yahweh”; también aparece en un antiguo sello heb. y en un trozo de tiesto de Arad). 1. Dirigente que regresó de Babilonia con Zorobabel (Ezr 2:2; Neh 7:7). 2. Judí­o del perí­odo postexí­lico; era hijo de Hacalí­as (Neh 1:1). Fue nombrado gobernador de Judea por Artajerjes I, rey de Persia, y se distinguió como reconstructor del muro de Jerusalén. Cuando se lo menciona por la 1a vez era un oficial de confianza en la corte del mencionado monarca (año 20º del reinado; 445/444 a.C.; vs 1, 11). Una seria rebelión en Egipto, y posteriormente otra en la satrapí­a de Más Allá del Rí­o, en la que estaba Judea, habí­a interrumpido las comunicaciones entre Susa, la capital persa, y Palestina. Finalmente le llegó un informe a Nehemí­as que decí­a que sus conciudadanos en Jerusalén sufrí­an un “gran mal y afrenta”, y que el muro habí­a sido derribado y las puertas quemadas (vs 1-3). Nehemí­as ayunó e hizo duelo por un tiempo. El rey lo notó y le preguntó la razón de su apariencia triste (1:4-2:3). Nehemí­as aprovechó la oportunidad para hacerle un pedido en favor de su pueblo y, en respuesta, recibió el encargo de volver a Jerusalén por un tiempo determinado para llevarles la ayuda necesaria (2:4-6). Con la carta real que autorizaba su misión y le daba poderes para obtener los materiales que necesitarí­a en la restauración del muro, de la fortaleza y del templo de Jerusalén (vs 7, 8), Nehemí­as, también nombrado gobernador de Judea, viajó a la satrapí­a de Más Allá del Rí­o, presentó sus credenciales reales a las autoridades correspondientes y llegó a Jerusalén (vs 9-11). Mientras mantení­a sus planes en secreto, inspeccionó el muro de noche y luego presentó su idea para reedificar la muralla a los dirigentes de la ciudad (vs 12-18). El trabajo se comenzó enseguida y, a pesar de los repetidos intentos en detenerlo (4:1-23), fue completado en un tiempo relativamente breve (6:1-19). 3. Dirigente de la mitad del distrito de Betsur. Reparó una sección del muro de Jerusalén bajo la dirección de Nehemí­as (Neh 3:16). Nehemí­as, Libro de. Libro histórico del perí­odo posterior al cautiverio o a la restauración. En el antiguo canon hebreo, los libros de Esdras y Nehemí­as formaban parte de uno solo, llamado Esdras. Así­ Esdras-Nehemí­as es la continuación de Crónicas, ya que retoma el hilo de la historia judí­a con la restauración del cautiverio babilónico. El estilo y el lenguaje de Crónicas, Esdras y Nehemí­as sugieren que son obra de un mismo autor. En vista de que la lista de sacerdotes y levitas en Neh_12 no contiene nombre alguno de quienes vivieron después de c 400 a.C., se conjetura que Nehemí­as fue escrito más o menos por esa fecha. I. Autor. El Talmud (Baba Bathra 15a) identifica a Esdras como el principal autor, y a Nehemí­as, contemporáneo de Esdras, como la persona que completó el trabajo. Nehemí­as sirvió como gobernador de Jerusalén, y Esdras, un sacerdote, como dirigente espiritual. Por un tiempo, sus esfuerzos conjuntos hicieron mucho para lograr bendiciones materiales y espirituales para el pueblo. II. Ambientación. El decreto del 457 a.C. otorgó a los judí­os una autonomí­a virtual bajo los persas. Los poderes civiles y judiciales les fueron devueltos a los lí­deres locales, y la ley de Moisés llegó a ser una vez más la ley nacional. Exceptuando el pago de impuestos, los judí­os tení­an libertad de acción, y en lugar de ciertos gravámenes se les dieron generosos subsidios reales de la tesorerí­a de la satrapí­a de Más Allá del Rí­o. Las actividades de Esdras durante los 13 años anteriores a la llegada de Nehemí­as son poco conocidas. Sin embargo, se sabe que siguió silenciosamente con sus reformas; una de ellas tuvo que ver con los casamientos mixtos (Ezr_9 y 10). Durante este perí­odo, Megabises, gobernador de la provincia conocida como Más Allá del Rí­o (que incluí­a Judea), se rebeló por varios años contra el rey de Persia. Los judí­os siguieron leales a Artajerjes, pero fueron acusados falsamente 836 por sus enemigos samaritanos como partidarios de Megabises. Artajerjes concedió permiso a los samaritanos para detener la construcción del muro de Jerusalén, quienes se tomaron la libertad de destruir porciones del muro y quemar las puertas de la ciudad (Ezr 4:21; Neh 1:3). Cerca del fin del 445 a.C., Hanani, hermano de Nehemí­as, y otros judí­os llegaron a la capital persa, aparentemente con las primeras noticias de Jerusalén desde que la rebelión de Megabises habí­a sido aplastada. III. Contenido. Aunque era un judí­o fiel, Nehemí­as habí­a progresado hasta un cargo de responsabilidad en la corte persa. Aparentemente era muy instruido, y tení­a una habilidad natural como administrador y organizador. Al recibir la noticia de la triste situación en Jerusalén, unos 12 años después del regreso de Esdras a la ciudad, Nehemí­as quedó muy afectado (Neh 1:1-3), y como Daniel (cf Dan 9:3) ayunó y oró por muchos dí­as (Neh 1:4-11). Unos 4 meses más tarde (2:1; cf 1:1) ya tení­a listo un plan efectivo para llevar alivio a sus conciudadanos que sufrí­an y eran molestados en Jerusalén. Parece que esperó una situación apropiada para hacer el pedido al rey (2:1-6), a quien solicitó un encargo real que le permitiera ir y restaurar la suerte de su pueblo (v 5). Artajerjes aprobó la sugerencia y le entregó cartas para que el gobernador de la satrapí­a le proporcionara transporte, maderas y otros elementos que necesitaba para reconstruir la muralla de la ciudad (vs 6-8). Provisto de los poderes necesarios para cumplir su misión, fue a Jerusalén acompañado por un grupo de hombres a caballo y oficiales reales del ejército (vs 9, 11). Después de inspeccionar el muro de noche (vs 12-16), Nehemí­as citó a los dirigentes y los llamó a levantarse y edificarlo (vs 17, 18). Respondiendo de todo corazón, los obreros se organizaron para reparar sectores que habí­an sido derrumbados y reconstruir algunas de las puertas (cp 3). Cuando los enemigos tradicionales de los judí­os en los territorios vecinos tuvieron noticias de la reconstrucción, conspiraron para anular el propósito de Nehemí­as. Entre ellos estaba Sanbalat,* gobernador de Samaria; Tobí­as,* un importante oficial o un noble de Amón; y Gesem,* un alto oficial árabe (2:10, 19). Pero Nehemí­as demostró ser un lí­der decidido, capaz e intrépido. No pasó por alto la amenaza que planteaban sus enemigos, pero por otro lado no se dejó amedrentar. Sencillamente continuó su obra. Durante todo el tiempo en que se reconstruí­a la muralla, estos enemigos intentaron perturbarla; aparentemente abandonaron su empeño sólo cuando la tarea se terminó apenas 52 dí­as después de iniciada (Neh 6:15). Una solemne e impresionante ceremonia señaló la dedicación del muro (12:27-43). Después, Nehemí­as se dedicó a su trabajo de gobernador: instituyó reformas sociales y abogó en la causa de los oprimidos por los ricos (5:1-14); repobló la ciudad (cps 7; 11:1 -19); y, en cooperación con Esdras, atendió las necesidades espirituales del pueblo, incluyendo la lectura pública de la ley y la instrucción religiosa (cp 8-10). Cuando preparó un pacto de reforma y llamó a la gente a suscribirlo, los dirigentes, los sacerdotes y el pueblo lo ratificaron solemnemente con su firma, comprometiéndose a adorar al verdadero Dios (cps 9 y 10). Después de servir como gobernador de Judea por 12 años (5:14), Nehemí­as regresó a Susa por un tiempo no especificado, pero más tarde volvió a Jerusalén para un 2º perí­odo como gobernador (13:6, 7). En el intervalo, la gente habí­a recaí­do en el pecado, de modo que fueron necesarias nuevas reformas (vs 10-31; véase CBA 3:321-326). Para mayores detalles, véase Esdras, Libro de. Nehilot. Véase Salmos, Los (III.B.3).

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

judí­o nacido en la cautividad de Babilonia. Alcanzó la categorí­a de copero, cargo honorí­fico, de la corte del rey Artajerjes. Ese rey, en el año 445 a. C., le envió temporalmente como gobernador con plenos poderes a la provincia de Judá para restaurar y construir, respectivamente, las puertas de la ciudadela del Templo y la muralla de Jerusalén, Ne 2. El pueblo participó gozoso en la empresa de construcción y se dividí­a de tal manera que cada familia edificaba una parte en un tiempo indicado, Ne 3, 1-23.

El libro de Nehemí­as del A. T., data de mediados del siglo IV, unos cien años después de su muerte, es el final de los libros históricos veterotestamentarios, que relata los hechos de N. en Jerusalén, quien termina la muralla en cincuenta y dos dí­as, Ne 6, 15, a pesar de la oposición de los pueblos vecinos. Nehemí­as instituyó reformas religiosas y sociales, incluyendo la prohibición de los préstamos usureros, que habí­an esclavizado a los hebreos de clase baja, y la condonación de las deudas de los pobres, Ne 5; excluyo los no israelitas de la †œasamblea de Dios†, Ne 13, 1; creó reglamentos sobre el sábado, Ne 13,15-21, y sobre la prohibición de los matrimonios con no israelitas, Ne 13, 23-28. Además, adoptó medidas para asegurar la ocupación hebrea y para mantener el Templo y sus servicios religiosos, Ne 11; 9, 38-10, 39.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

(heb., nehemyah, Jehovah ha consolado).
1. Uno de los lí­deres en el regreso, bajo Zorobabel, de los judí­os cautivos en Babilonia (Ezr 2:2; Neh 7:7).
2. El hijo de Azbuc (Neh 3:16).
3. El gobernador de la provincia persa de Judá después del año 444 a. de J.C. Nehemí­as fue copero del rey Artajerjes (Neh 1:11; Neh 2:1), quien reinó del año 465 al 423 a. de J.C.

Cuando Nehemí­as llegó a Jerusalén, primeramente hizo un reconocimiento, en forma privada, de la magnitud del deterioro (Neh 2:1-16). Luego organizó a la comunidad para llevar a cabo el esfuerzo de reconstruir los muros derribados. Nehemí­as colaboró con Esdras en numerosas reformas, en especial con la enseñanza de la ley al pueblo (Nehemí­as 8). No obstante partió hacia Persia en el año 431 a. de J.C. (Neh 13:6), probablemente en misión especial. Más adelante regresó a Jerusalén.

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

(Dios consoló).

El “Libro de Nehemí­as” está estrechamente relacionado con el de Esdras; los dos formaban un solo volumen en el canon judí­o: Cuenta ta historia de Nehemí­as que regresa a Jerusalén, con la cooperación del Rey Persa, y gobierna desde el año 444. Reconstruye la muralla de Jerusalén, a pesar de una gran oposición de parte de algunos judí­os, y cooperó con Esdras en muchas reformas.

El cap. 9 es precioso: Muestra la gran misericordia y paciencia de Dios ante la repetida desobediencia del pueblo. Ver Biblia

Diccionario Bí­blico Cristiano
Dr. J. Dominguez

http://biblia.com/diccionario/

Fuente: Diccionario Bíblico Cristiano

(Jehová ha consolado). Nombre de personas del AT.

1. Uno de los lí­deres de aquellos que regresaron del exilio con †¢Zorobabel (Esd 2:2; Neh 7:7).

. †œGobernador de la mitad de la región de Bet-sur†, en tiempos de Esdras. Participó en la reconstrucción del muro de Jerusalén. Era †œhijo de Azbuc†. Es posible que sea el mismo #1 (Neh 3:16).

. Gobernador de Judá durante el perí­odo persa. Todo lo que se sabe de él aparece en el libro que lleva su nombre. Algunos piensan que N. era de linaje real, deduciendo esto de sus palabras en Neh 2:3 (†œ¿Cómo no estará triste mi rostro, cuando la ciudad, casa de los sepulcros de mis padres está desierta…?†). Era †¢copero del rey †¢Artajerjes, a quien solicitó el encargo de ir a Judea a reorganizar la provincia y reconstruir los muros de Jerusalén. Gran autoridad y recursos le fueron concedidos, con los cuales se trasladó a esa ciudad y emprendió la obra que propuso en su corazón. No sólo reconstruyó el muro en un tiempo relativamente corto, sino que también levantó viviendas para muchos del pueblo y llevó a cabo un programa de reformas sociales.

N. sufrió mucha oposición de parte de los pueblos vecinos a Jerusalén, especialmente del gobernador del distrito de Samaria. Evitando siempre un conflicto frontal con ellos, eludiéndolos y concentrándose en su obra, N. pudo finalmente llevar a feliz término sus propósitos. Se dedicó entonces a poner en orden algunos asuntos de carácter civil en la pequeña comunidad judí­a. N. no era levita ni sacerdote. Según la opinión de algunos, incluso es posible que fuera un eunuco. Pero colaboró ampliamente con †¢Esdras en los aspectos religiosos. Después de unos doce años, N. regresó a la capital persa. No se sabe cuánto tiempo quedó allí­, pero luego volvió a Jerusalén, donde siguió gobernando y haciendo justicia en el pueblo. No se sabe cuándo ni dónde murió.

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, BIOG HOMB HOAT

ver, CANON

vet, = “Jehová ha consolado”. (a) Uno de los prí­ncipes que volvieron de Babilonia con Zorobabel (Esd. 2:2; Neh. 7:7). (b) Hijo de Azbuc y gobernador de medio distrito de Bet-sur. Colaboró en la restauración de las murallas de Jerusalén (Neh. 3:16). (c) Judí­o de la cautividad, hijo de Hacalí­as y autor del libro de Nehemí­as (Neh. 1:1). Como copero de Artajerjes Longimano, rey de Persia, le ofrecí­a el vino. Dándose cuenta el soberano de la tristeza de Nehemí­as, le preguntó su causa. Respondió él que Jerusalén, la ciudad de sus antepasados, yací­a en ruinas. Nehemí­as pidió permiso para ir a reconstruir sus murallas (445 a.C.). El rey se lo permitió, y le concedió una escolta de jinetes y cartas de recomendación para los gobernadores de los diferentes distritos que debí­a cruzar, nombrándolo además gobernador de Judea, como lo habí­a sido Zorobabel (Neh. 1:1-2:9; 5:14). Nehemí­as llegó a Jerusalén en el año vigésimo del reinado de Artajerjes (444 a.C.). Esdras, el sacerdote que habí­a llegado de Babilonia hací­a trece años con el fin de reconstruir el Templo, se hallaba en Jerusalén a la llegada de Nehemí­as. Este último hizo una ronda nocturna alrededor de las destruidas fortificaciones. Después anunció al pueblo su intención de reconstruirlas, pidiendo su ayuda. Los judí­os asintieron, y cada notable entre ellos se dedicó a reconstruir un sector de las murallas (Neh. 3). Las tribus paganas vecinas se enojaron y se opusieron a este esfuerzo. Tres de sus jefes, Sanbalat horonita, Tobí­as amonita y Gesem el árabe se esforzaron en hacer detener la reconstrucción. Pero no lograron ni detener ni intimidar a Nehemí­as. Para impedir cualquier ataque, los constructores se dedicaron a trabajar con una sola mano, empuñando de continuo un arma en la otra (Neh. 2:10; 4-6). Se tardaron cincuenta y dos dí­as en reconstruir las fortificaciones (Neh. 6:15), en el año 444 a.C., unos 70 años después de la reconstrucción del Templo. Nehemí­as se dedicó después a enseñar la Ley al pueblo (Neh. 8). Siguió un avivamiento de la fe, y todos los jefes religiosos y civiles pusieron sus sellos, junto con Nehemí­as, al pacto por el cual se comprometí­an a adorar a Jehová (Neh. 8:9; 10). Después de haber gobernado Judá durante 12 años, Nehemí­as volvió a Susa, en el año 433 o 432 a.C. Pidió entonces una nueva licencia (Neh. 13:6) y volvió a Jerusalén. Este gran reformador se esforzó en llevar a todos aquellos que habí­an firmado el compromiso a que observaran estrictamente la Ley de Moisés (Neh. 13:8-31). Josefo afirma que llegó a una edad avanzada (Ant. 11:5, 8). Nehemí­as parece haber tenido hasta su muerte el cargo de gobernador de Jerusalén. Bagohi, uno de sus sucesores, era gobernador de Jerusalén en el año 411 a.C. (Papiro de Elefantina). En cuanto a la relación de Nehemí­as con la formación del canon de las Escrituras, véase CANON.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

[012]
Personaje que se considera central en el libro Bí­blico postexí­lico que lleva tal nombre. Se relata en este texto sagrado cómo el año 20 de Artajerjes (445 a C) regresó a Jerusalén con permiso del rey para reconstruir las murallas y poder salvar la ciudad de los atentados de los adversarios del entorno, enemigos del restablecimiento judí­o.

Regresó de nuevo a su cargo cortesano en el palacio del gran rey. Pero el año 32 del mismo reinado volvió a Judea para acelerar la restauración de los judí­os. Por eso se le atribuye la reconstrucción de la ciudad, la recopilación de los libros bí­blicos y la purificación del pueblo.

El libro de Nehemí­as fue escrito en unión del llamado de Esdras. Sólo luego se diferenciaron ambos y se separaron.

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa

(ver ESDRAS)

PACOMIO, Luciano [et al.], Diccionario Teológico Enciclopédico, Verbo Divino, Navarra, 1995

Fuente: Diccionario Teológico Enciclopédico

(Jah Consuela).

1. Posiblemente un principal de los que regresaron con Zorobabel del exilio babilonio. (Esd 2:1, 2; Ne 7:7.)

2. Hijo de Azbuq y prí­ncipe de la mitad del distrito de Bet-zur. Puesto que la ciudad de Bet-zur estaba situada en la región montañosa de Judá (Jos 15:21, 48, 58), Nehemí­as debe haber sido judaí­ta. Colaboró en la reparación del muro de Jerusalén en el año 455 a. E.C. (Ne 3:16.)

3. Hijo de Hacalí­as y hermano de Hananí­. Fue copero del rey persa Artajerjes Longimano y, más tarde, gobernador de los judí­os, reedificador del muro de Jerusalén y escritor del libro de la Biblia que lleva su nombre. (Ne 1:1, 2, 11; 2:1; 5:14, 16.)
Durante el vigésimo año del rey Artajerjes, en el mes de Kislev (noviembre-diciembre), recibió la visita de su hermano Hananí­ y otros hombres de Judá mientras estaba en el castillo de Susa. Nehemí­as se interesó por los judí­os, así­ como por Jerusalén, y aquellos le refirieron la difí­cil situación del pueblo y que tanto el muro como las puertas de Jerusalén todaví­a estaban en ruinas. Este informe le hizo llorar. Durante varios dí­as se lamentó y se dedicó al ayuno y la oración. Más tarde confesó el pecado de Israel y, sobre la base de las palabras de Dios a Moisés (Dt 30:1-4), rogó a Jehová que †˜lo hiciese objeto de piedad†™ delante del rey Artajerjes a fin de que su plan de reedificar el muro de Jerusalén tuviese éxito. (Ne 1.)
Más adelante, en el mes de Nisán (marzo-abril), las oraciones de Nehemí­as fueron contestadas. El rey se dio cuenta de que Nehemí­as estaba cariacontecido, por lo que le preguntó qué le sucedí­a. Nehemí­as le reveló el motivo de su preocupación: el lamentable estado de Jerusalén. Cuando se le preguntó qué intentaba conseguir, inmediatamente oró a Dios y solicitó permiso al rey para regresar y reedificar Jerusalén. Se le concedió esta petición y además el rey le dio cartas que le garantizaban la libre circulación a través de las zonas bajo la jurisdicción de los gobernadores del O. del rí­o Eufrates y también para conseguir madera para el proyecto. De modo que partió para Jerusalén con jefes de la fuerza militar y jinetes. (Ne 2:1-9.)

Se reedifica el muro de Jerusalén. Después de estar en Jerusalén durante tres dí­as, Nehemí­as hizo una inspección nocturna de la ciudad sin que nadie lo supiese, excepto unos pocos hombres que estaban con él. Mientras que el resto iba a pie, Nehemí­as montó en un animal, probablemente un caballo o un asno, y cuando las ruinas le impidieron el paso, desmontó y continuó a pie. (Ne 2:11-16.)
Después de haber realizado la inspección, Nehemí­as reveló su plan a los judí­os y les hizo notar que la mano de Jehová intervení­a en el asunto. Animados por esto respondieron: †œLevantémonos, y tenemos que edificar†. A pesar de las palabras de mofa de Sanbalat el horonita, Tobí­as el ammonita y Guésem el árabe, la obra de reconstrucción empezó aproximadamente el 4 de Ab (julio-agosto). (Ne 2:17-20; compárese con Ne 6:15.)
Durante la obra Sanbalat y Tobí­as siguieron burlándose y mofándose de los esfuerzos de los judí­os por reparar el muro de Jerusalén. Nehemí­as presentó esta situación a Dios en oración, †œy el pueblo continuó teniendo corazón para trabajar†. Cuando el muro alcanzó la mitad de su altura, Sanbalat, Tobí­as y los pueblos vecinos intensificaron su oposición hasta el punto de que tramaron luchar contra Jerusalén. En ese sentido, Nehemí­as repetidas veces recibió informes de los judí­os que viví­an cerca de la ciudad, y nuevamente manifestó su confianza orando a Jehová. Para enfrentarse a esa tensa situación, armó a los trabajadores, dispuso que otros hiciesen guardia y planeó un sistema de alarma. Nehemí­as ni siquiera se quitó la ropa durante la noche, seguramente a fin de estar preparado para luchar en caso de que el vigí­a diera una señal de alarma. (Ne 4.)
Aunque la situación era muy apremiante, Nehemí­as no estaba demasiado ocupado como para no dar debida consideración a las protestas de los judí­os. Cuando oyó sus quejas sobre la opresión que para ellos suponí­a tener que pagar interés, censuró a los nobles y a los gobernantes diputados, convocó una gran asamblea y, una vez expuesto el mal, dio instrucciones para remediar la situación. (Ne 5:1-13.)
Después de esto, los enemigos trataron de detener los trabajos de reconstrucción. En cuatro ocasiones intentaron apartar a Nehemí­as de su proyecto, pero él les informó que no podí­a restar tiempo de la gran obra que estaba efectuando. Posteriormente, Sanbalat le envió una carta abierta que contení­a acusaciones falsas y en la que pedí­a una reunión, a lo que Nehemí­as contestó: †œCosas tales como las que tú estás diciendo no se han efectuado, sino que de tu propio corazón las estás inventando†. Tobí­as y Sanbalat aún tramaron otra artimaña: contrataron a un judí­o para atemorizar a Nehemí­as, a fin de que se escondiese de manera ilegal en el templo; sin embargo, Nehemí­as no cedió al temor, y el trabajo de reparación terminó con éxito en el dí­a 25 de Elul (agosto-septiembre), exactamente cincuenta y dos dí­as después de haber empezado. A pesar de todo, Tobí­as continuó enviando cartas amenazadoras a Nehemí­as. (Ne 6.)
Una vez terminado el muro, Nehemí­as dirigió su atención a la tarea de organizar a los servidores del templo. A continuación, colocó a dos hombres al mando de la ciudad, uno de los cuales era su hermano Hananí­. También dio instrucciones sobre cuándo abrir y cerrar las puertas de la ciudad, así­ como en cuanto a su protección. (Ne 7:1-3.)

Inscripción genealógica. La cantidad de personas que residí­a entonces en Jerusalén era muy pequeña. Al parecer, esa fue la razón por la que Dios puso en el corazón de Nehemí­as el reunir a los nobles, gobernantes diputados y al pueblo para que se registraran genealógicamente, ya que esa información podrí­a servir para tomar medidas a fin de aumentar la población de Jerusalén. Parece ser que Nehemí­as encontró el registro de los que habí­an regresado con Zorobabel del exilio en Babilonia mientras daba la debida atención a esta inscripción genealógica. (Ne 7:4-7.)

Se vuelve a observar la Ley. Probablemente fue Nehemí­as quien convocó la asamblea en la plaza pública, cerca de la Puerta del Agua. Aunque Esdras, el sacerdote, tení­a que llevar la delantera en dar instrucción sobre la Ley, Nehemí­as también participó. (Ne 8:1-12.) A continuación se celebró la fiesta de las cabañas, de ocho dí­as de duración. Dos dí­as más tarde los israelitas se volvieron a reunir. Durante esta asamblea se hizo una confesión general del pecado de Israel. Luego se extendió un contrato de confesión escrito, o †œarreglo fidedigno†, que autenticaron los prí­ncipes, los levitas y los sacerdotes. Nehemí­as, el †œTirsatá [gobernador]†, fue el primero en autenticarlo con su sello. (Ne 8:13–10:1.) Todo el pueblo concordó en abstenerse de celebrar matrimonios mixtos con extranjeros, en observar el sábado y apoyar el servicio del templo. A continuación, se seleccionó por suertes a una persona de cada diez para que morara permanentemente en Jerusalén. (Ne 10:28–11:1.)
Después de estos hechos se inauguró el muro de Jerusalén. Para esta ocasión, Nehemí­as nombró dos grandes coros y procesiones de acción de gracias para efectuar un recorrido del muro en direcciones opuestas. Al terminar, todos se reunieron en el templo para ofrecer sacrificios. Además, se nombró a algunos hombres para que estuviesen al cargo de las contribuciones para los sacerdotes y levitas. (Ne 12:27-47.)
Unos doce años más tarde, en el trigésimo segundo año de Artajerjes, Nehemí­as se marchó de Jerusalén. Cuando regresó, halló condiciones lamentables entre los judí­os. Eliasib, el sumo sacerdote, habí­a hecho un comedor en el patio del templo para el uso de Tobí­as, el mismo hombre que antes se habí­a opuesto furiosamente al trabajo de Nehemí­as. Este tomó medidas de inmediato. Arrojó todos los muebles de Tobí­as fuera del comedor y dio instrucciones para que lo limpiaran.
Asimismo, tomó medidas para garantizar las contribuciones para los levitas e hizo que se observara estrictamente el sábado. También administró disciplina contra aquellos que habí­an tomado esposas extranjeras, los hijos de cuyas mujeres ni siquiera sabí­an hablar el idioma judí­o: †œY empecé a señalarles sus faltas y a invocar el mal contra ellos y a golpear a algunos hombres de ellos y a arrancarles el cabello y a hacerles jurar por Dios: †˜No deben dar sus hijas a los hijos de ellos, y no deben aceptar a ninguna de las hijas de ellos para los hijos de ustedes ni para ustedes mismos†™†.
El que Nehemí­as †˜señalara las faltas†™ de aquellos hombres probablemente implicó censura y reprensión mediante la ley de Dios, y poner al descubierto su acción impropia. Esos hombres estaban llevando a la nación restaurada al disfavor de Dios, después de que se les habí­a repatriado bondadosamente de Babilonia con el fin de restablecer la adoración verdadera en Jerusalén. Nehemí­as †˜invocó el mal contra ellos†™ en el sentido de enumerar los juicios de la ley de Dios sobre los transgresores. Los †˜golpeó†™: parece probable que no lo hiciese personalmente, sino que ordenase flagelarlos como medida judicial. Les †˜arrancó [una porción] de cabello†™, un sí­mbolo de indignación moral e ignominia delante del pueblo. (Compárese con Esd 9:3.) Luego Nehemí­as ahuyentó al nieto del sumo sacerdote Eliasib, quien habí­a llegado a ser yerno de Sanbalat el horonita. (Ne 13:1-28.)

Nehemí­as, un ejemplo sobresaliente. Nehemí­as se destaca como un ejemplo excelente de fidelidad y devoción. Fue desinteresado, pues dejó atrás una posición importante como copero de la corte de Artajerjes para emprender la reconstrucción de los muros de Jerusalén. Puesto que habí­a muchos enemigos, se expuso voluntariamente al peligro en favor de su pueblo y de la adoración verdadera. No solo dirigió el trabajo de reparación del muro de Jerusalén, sino que tuvo también una participación personal activa en la tarea. No perdió el tiempo, fue valeroso y no tuvo temor. Confió completamente en Jehová y mostró discreción en todo lo que hací­a. Nehemí­as tení­a celo por la adoración verdadera, conocí­a la ley de Dios y la aplicaba. Estaba interesado en edificar la fe de sus compañeros israelitas y demostró tener el debido temor a Jehová. Aunque insistió celosamente en el cumplimiento de la ley de Dios, no ejerció dominio sobre otros para provecho propio, sino que más bien se interesó en los oprimidos. Nunca solicitó el pan que le correspondí­a al gobernador; al contrario, proporcionó alimento a su costa a un buen número de personas. (Ne 5:14-19.) Nehemí­as pudo orar apropiadamente: †œAcuérdate de mí­, sí­, oh Dios mí­o, para bien†. (Ne 13:31.)

Fuente: Diccionario de la Biblia

El único conocimiento que tenemos de Nehemías proviene del libro que lleva su nombre. Era copero del rey persa Artajerjes I (465–424 a.C.). Se trataba de una posición privilegiada. Como no hay mención alguna de su esposa es posible que haya sido eunuco. Al recibir las noticias de la desolación en que se encontraba Jerusalén (probablemente resultado de los acontecimientos en Esd. 4.7–23), obtuvo permiso para volver a su propio país, y fue designado gobernador. A pesar de la intensa oposición (* Sanbalat; * Tobías), él y los judíos reedificaron los muros de Jerusalén en 52 días. Luego él y los otros judíos pidieron a Esdras que les leyese la ley, y se comprometieron a observar sus mandamientos. Durante su ausencia en Persia, algunos de los abusos que él había sofocado reaparecieron, y a su regreso tuvo que efectuar nuevas reformas. Sus memorias personales ocupan buena parte del libro de Nehemías, y lo revelan como un hombre de oración, de acción y de devoción al deber.

Para fechar sus movimientos tenemos las siguientes referencias:

2.1. Su designación como gobernador en el 445 a.C.

5.14; 13.6. Su regreso a Persia en el 433 a.C.

13.7. Su regreso a Jerusalén “al cabo de algunos días”.

La sugerencia en 2.6 es que su primera designación fue breve, y puede haber regresado a Persia por un lapso breve entre 445 y 433 a.C. Ya que su ausencia de Jerusalén en 13.6 fue lo suficientemente prolongada como para que surgieran abusos, y para que los levitas se viesen obligados a trabajar en los campos, debemos suponer que esos “algunos días” fueron por lo menos 18 meses, y posiblemente más.

J.S.W.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico

Contenido

  • 1 Introducción
  • 2 Sección I: Capítulos 1 a 6
  • 3 Sección III: Capítulos 13,4 a 31
  • 4 Sección II: Capítulos 7 a 13,3

Introducción

También llamado el Segundo Libro de Esdras (Ezra). El Talmud y la Iglesia cristiana primitiva, por lo menos hasta el tiempo de Orígenes, lo consideraban como un solo libro con Esdras, y San Jerónimo en su prefacio (ad Dominionem et Rogatianum), siguiendo el ejemplo de los judíos, todavía continuaba tratándolo como parte del Libro de Esdras. La unión de los dos en un solo libro, sin duda, tiene su origen en el hecho de que los documentos de los que se componen los libros de Esdras y Nehemías, como la mayoría de los críticos piensan, fueron sometidos juntos a compilación y redacción por las manos, probablemente, del autor de los Libros de las Crónicas, cerca del 300 a.C. La separación del Libro de Nehemías del de Esdras, conservada en nuestras ediciones, puede a su vez justificarse por la consideración de que el primero relata de forma distinta la labor realizada por Nehemías, y está compuesto por, al menos en gran parte , a partir de las memorias auténticas del personaje principal. El libro se compone de tres secciones:

  • Sección I: Capítulos 1 a 6;
  • Sección II: Capítulos 7 a 13,3;
  • Sección III: Capítulos 13,4 a 31.

Se tratarán primero las secciones I y II, y la sección II se discutirá al final, pues ésta presenta problemas literarios especiales.

Sección I: Capítulos 1 a 6

(1) Comprende el relato, escrito por Nehemías mismo, sobre la restauración de las murallas de Jerusalén. Ya en el reinado de Jerjes (485-65 a.C.), y especialmente durante la primera mitad del reinado de Artajerjes I (465-24 a.C-), los judíos había intentado, pero sólo con éxito parcial, reconstruir los muros de su capital, una obra, hasta entonces, nunca sancionada por los reyes persas (véase Esdras 4,6-23). Como consecuencia del edicto de Artajerjes, dado en Esd. 4,18-22, los enemigos de los judíos en Jerusalén detuvieron la obra por la fuerza (Esd. 4,23) y derribaron una parte de lo que ya se había construido.

(2) El inicio del Libro de Nehemías está relacionado con estos eventos. Nehemías, el hijo de Jakalías, relata cómo en la corte de Artajerjes en Susa, donde realizaba el oficio de portador de la copa del rey, recibió la noticia de esta calamidad en el año veinte del rey (Neh. 1), y cómo, gracias a su prudencia, logró que lo enviaran a una primera misión a Jerusalén con plenos poderes para reconstruir los muros de la capital judía (Neh. 2,1-8). Esta primera misión duró doce años (5,14; 13,6); tenía el título de gobernador (Pehah) (5,14; 12, 26) o Athersatha (8,9; 10,1). Durante mucho tiempo la opinión de la mayoría de los historiadores de Israel fue que el Artajerjes de Nehemías fue sin duda el primero de ese nombre, y que en consecuencia la primera misión de Nehemías cayó en el año 445 a.C. Los papiros arameos de Elefantina, publicados en el siglo XIX por Sachau, colocan esta fecha más allá de la sombra de la duda; pues en la carta que ellos escribieron a Bahohim, el gobernador de Judea, en el año decimoséptimo de Darío II (408 a.C.), los sacerdotes judíos de Elefantina dicen que ellos también habían hecho una solicitud a los hijos de Sambal-lat en Samaria. Ahora bien, Sambal-lat fue contemporáneo de Nehemías, y el Artajerjes de Nehemías, por lo tanto, fue el predecesor, y no el sucesor de Darío II.

(3) A su llegada a Jerusalén, Nehemías no perdió tiempo; inspeccionó el estado de las paredes, y luego tomó medidas y dio órdenes para emprender los trabajos en curso (2,9-18). El capítulo 3, un documento de la mayor importancia para determinar el área de Jerusalén a mediados del siglo V a.C., contiene una descripción de la obra, llevada a cabo en todos los puntos a la vez bajo la dirección del celoso gobernador judío. Entre los compañeros de trabajo de Nehemías se menciona en primer lugar al sumo sacerdote Elyasib (3,1). Para llevar la empresa a un feliz término este último tuvo que luchar contra todo tipo de dificultades.

(4) Primero que todo, el elemento extranjero tuvo gran influencia en Judea. Los judíos que habían regresado del cautiverio casi un siglo antes, habían encontrado el país ocupado en parte por personas pertenecientes a las razas vecinas, y que, al ser incapaces de organizarse políticamente, poco a poco se habían visto reducidos a una posición humillante en su propia tierra. Y así, en la época de Nehemías, vemos a ciertos extranjeros que toman una actitud muy arrogante hacia el gobernador judío y su obra. Sambal-lat el joronita, gobernador de los samaritanos (4,1-2), Tobías, el amonita y Guésem el árabe reclamaban el ejercicio de un control constante sobre los asuntos judíos, y trataban por todos los medios a su alcance, por la calumnia (2,19), la burla (4, 1 ss), las amenazas de violencia (4,7 ss), y con artificios (6,1 ss.), de obstaculizar la obra de Nehemías o de arruinarlo. La razón de esto era que el levantar de nuevo las murallas de Jerusalén estaba destinado a provocar el derrocamiento de la dominación moral, que por circunstancias de muchos años habían asegurado esos extranjeros.

(5) La causa de los extranjeros era apoyada por un grupo de judíos, traidores a su propia nación. La profetisa Noadía y otros falsos profetas trataban de aterrorizar a Nehemías (6,14); hubo algunos que, como Samaías, se dejaron contratar por Tobías y Sambal-lat para ponerle trampas (6,10-14). Muchos judíos se alinearon con Tobías debido a las alianzas matrimoniales existentes entre su familia y algunas familias judías. Sin embargo, Nehemías no habla de matrimonios mixtos como si realmente estuviesen prohibidos. El suegro del hijo de Tobías, Messul-lam, hijo de Berekías, por el contrario, fue un compañero de trabajo de Nehemías (3,4; 6,18). La Ley del Deuteronomio sólo prohibía los matrimonios entre los judíos y cananeos (Deut. 7,1.3).

(6) Las dificultades de naturaleza social, el resultado del tratamiento egoísta de los ricos hacia los pobres, que utilizaron el sufrimiento común para sus propios fines, también requirieron la intervención enérgica de Nehemías (5). En esta ocasión Nehemías recuerda el hecho de que los gobernadores anteriores habían practicado la extorsión, mientras que él fue el primero en mostrarse desinteresado en el desempeño de sus deberes (5,15 ss.)

(7) A pesar de todas estas dificultades, la reconstrucción de la muralla hizo rápidos progresos. Sabemos por 7,15 que la obra fue terminada por completo dentro de cincuenta y un días. Josefo (Ant., V, 7, 8) dice que duró dos años y cuatro meses, pero su testimonio, a menudo lejos de ser confiable, no presenta ninguna razón plausible para dejar de lado el texto. La duración relativamente corta de la obra se explica si tenemos en cuenta que Nehemías tuvo que reparar solamente los daños causados después de la prohibición de Artajerjes (Esd. 4,23), y terminar la construcción, la que podría estar ya muy adelantada en ese momento (vea el 1 arriba).

Sección III: Capítulos 13,4 a 31

Luego de cumplir su primera misión, Nehemías había regresado a Susa en el trigésimo segundo año de Artajerjes (433 a.C.; 1,6). Poco tiempo después, se le encomendó una nueva misión a Judea, y los capítulos 13,4 a 31 tratan sobre sus quehaceres durante esta segunda misión.. El relato al principio parece mutilado. Nehemías relata cómo, en el tiempo de su segunda llegada a Jerusalén, él comenzó por poner fin a los abusos que Tobías, el amonita, apoyado por el sumo sacerdote Elyasib, practicaban en el Templo respecto al depósito de las ofrendas sagradas (13,4-9). Censura severamente la violación del derecho de los levitas en la distribución de los diezmos, y toma medidas para prevenir su ocurrencia en el futuro (13,10-14); insiste en que se respete estrictamente el Sabbath, incluso por los comerciantes extranjeros (13,15-22). Finalmente intervino severamente con los judíos que eran culpables por haberse casado con mujeres extranjeras, y desterró a un nieto de Elyasib, que se había casado con una hija de Sambal-lat (13,23-28). A este yerno de Sambal-lat se le atribuye generalmente la inauguración de la idolatría en el templo de Garizim. Es evidente que la actitud de Nehemías durante su segunda misión en lo que respecta a los matrimonios mixtos difiere mucho de su actitud en el comienzo de su primera estancia en Jerusalén [vea la sección I (5)].

Sección II: Capítulos 7 a 13,3

(1) Contiene relatos o documentos relativos a la organización político-social y religiosa efectuada por Nehemías, luego que las murallas hubieron sido terminadas. Aquí ya no tenemos a Nehemías hablando en primera persona, excepto en 7,1-5, y en el relato de la dedicación de las murallas (12,31.37.39). Narra cómo, luego de mandar a reconstruir los muros, tuvo que proceder a erigir casas, y tomar medidas para traer al pueblo una población más en proporción a su importancia como la capital (7,1-5; cf. Eclo. 49,13).

(2) Él da (7,5 ss.) la lista de las familias que habían regresado del cautiverio con Zorobabel. Esta lista aparece en Esdras 2. Es notable que en el Libro de Nehemías, siguiendo a la lista, encontramos reproducida (7,70 ss.) con variantes la observación de Esd. 2,68-70 sobre los regalos hechos para la obra del Templo por compañeros de Zorobabel, y el establecimiento de éstos en el país; y de nuevo que Neh. 8,1 reanuda la narración con las mismas palabras de Esdras 3. Esta dependencia se debe probablemente a que el redactor, que en este lugar dio una nueva forma a las notas suministradas por las memorias del gobernador judío, que también explica el que se hable de este último en tercera persona (Neh. 8,9).

(3) Hay una descripción de una gran reunión celebrada en el séptimo mes bajo la dirección de Nehemías (8,9-12) en la que Esdras lee la Ley (8,13). Luego celebraron la Fiesta de los Tabernáculos (8,13-18). Cuando esta fiesta hubo terminado, la gente se reunió de nuevo en el vigésimo cuarto día del séptimo mes (9,1 ss.) para alabar a Dios, confesar sus pecados, y se comprometieron por un pacto escrito a observar fielmente sus obligaciones. El capítulo 10, después de dar la lista de los suscriptores del pacto, establece las obligaciones que la gente se comprometió a cumplir, en particular la prohibición de los matrimonios mixtos (v. 30); la observancia del Sabbath, en especial en su tratamiento de los comerciantes extranjeros (v. 31), el tributo anual de una tercera parte de un siclo para el Templo (v. 32), y otras medidas para asegurar la celebración regular de los sacrificios (v. 33-34), la ofrenda de las primicias y del primogénito (v. 35-37), y el pago y distribución del diezmo (v. 35-39). Después del capítulo 10, es aconsejable leer 12,43 – 13,1-3; el nombramiento de una comisión para la administración de las cosas llevadas al Templo, y la expulsión de los extranjeros de la comunidad. El cap. 11,1.2 recuerda las medidas adoptadas para repoblar a Jerusalén; los versículos 3-36 dan el censo de Jerusalén y de otros pueblos según dispuesto por Nehemías. En el capítulo 12,27-43, tenemos el relato de la solemne dedicación de las murallas de Jerusalén; se menciona a Esdras, el escriba, como a la cabeza de un grupo de cantantes (versículo 35). La lista en 12,1-26 no tiene relación alguna con los acontecimientos de esta época.

(4) Los procedimientos establecidos en los caps. 8 a 9 están estrechamente relacionados con las otras partes de la historia de Nehemías. Las obligaciones impuestas por el pacto, descritas en el cap. 10, tienen que ver sólo con los mismos asuntos de los que se ocupó Nehemías durante su segunda estancia (vea la sección III, arriba). En 13,31 Nehemías les recuerda las regulaciones relativas al suministro de la madera para el altar (10,34), y en 13,11 encontramos las mismas palabras utilizadas en 10,39 (final del versículo). El pueblo había violado el pacto que hizo con Nehemías durante su primera misión. En el momento de su segunda misión erradicó los abusos con severidad. Por ejemplo, la actitud que asume ante los matrimonios mixtos es muy diferente de su actitud al comienzo de su primera estancia (vea arriba la sección I (5); sección III]. Este cambio se explica precisamente por la prohibición absoluta pronunciada contra estos matrimonios en la asamblea descrita en los caps. 9 a 10. Se ha presentado la opinión de que los caps. 8 a 9 dan un relato de los acontecimientos que pertenecen al período de la organización del culto con Zorobabel, y que los nombres de Nehemías (8,9; 10,1) y Esdras (8,1 ss.) fueron añadidos después. Pero ciertamente había razón suficiente para la reorganización del culto en el tiempo de Nehemías (cf. el Libro de Malaquías y Neh. 13). Otros por el contrario considerarían a Neh. 8 a 9 como la secuela de la narración de Esdras 9 a 10, y ellos también sostienen que el nombre de Nehemías ha sido interpolado en Neh. 8,9 y 10,1. Esta teoría es igualmente insostenible. Es cierto que en el tercer libro de Esdras (I Esdras el griego) el relato de Nehemías 8, se reproduce inmediatamente después del de Esdras 9 – 10, pero el autor del tercer libro de Esdras tuvo que hacer esto por el hecho de que Neh. 8 presenta a su héroe como lector de la Ley. Además, ha conservado (III Esd. 9,50) la información de Neh. 8,9 sobre la intervención del Athersatha (Nehemías), jefe de Esdras, lo cual prueba claramente que este relato no se refiere a la época en que Esdras había regresado a Jerusalén encargado por el rey con plenos poderes para la administración de la comunidad judía. Véase, además, el párrafo siguiente.

(5) De acuerdo con nuestra opinión, el regreso de Esdras con sus emigrantes y la reforma efectuada por él (Esd. 7 a 10) debería estar situada cronológicamente después de la historia de Nehemías; y el Artajerjes, en el séptimo año de cuyo reinado Esdras regresó a Jerusalén, es Artajerjes II (405-358 a.C.). Como cuestión de hecho, Esdras encuentra la muralla de Jerusalén ya reconstruida (Esd. 9,9), a Jerusalén poblada (10,1 ss.), el tesoro del Templo bajo una administración adecuada (8,29 y ss.), a Jonatán, hijo de Elyasib como sumo sacerdote (10,6; cf. Neh. 12,23, texto hebreo), y la ilegalidad de los matrimonios mixtos reconocida por todos (9,1 ss.). La reforma radical que Esdras introdujo a este respecto, sin ser molestado por los extranjeros que todavía tenían el dominio en la época de la primera llegada de Nehemías, definitivamente puso fin a los abusos que habían resultado rebeldes a todas las medidas preventivas (10) . La situación política y social que se describe en los primeros seis capítulos de Nehemías [vea la sección I (4), (5), (6), arriba], la situación religiosa de la que los trabajos de la reunión en Neh. 10 dan testimonio [vea la sección II (3), arriba], no admiten que se expliquen como inmediatamente siguientes a la misión de Esdras, que en particular, en virtud del edicto del rey, disponía de recursos muy valiosos para la celebración del culto (Esd. 7 – 8,25 ss). Esdras pasa completamente inadvertido Neh. 1 a 6 y en la lista de los suscriptores del pacto (10,1 ss.). Se le menciona en Neh. 8,1ss. y en 12,35 como realizando funciones subordinadas. Teniendo en cuenta el número singular de los verbos en Neh. 8,9-10, es probable que en el primero de estos dos versos el que “Esdras y los levitas” sean nombrados como parte del sujeto de la frase se deba a una mano posterior . Por lo tanto, en la época de Nehemías Esdras estaba comenzando su carrera, y debe haber ido un poco más tarde a Babilonia, de donde regresó a la cabeza de un grupo de emigrantes en el séptimo año de Artajerjes II (398 a.C.).

(6) Muchos críticos han sostenido que en Neh. 7, tenemos la historia de la primera promulgación del “Código Sacerdotal” por Esdras, pero el relato en cuestión no autoriza tal interpretación. Esdras era probablemente un hombre muy joven en este momento, y lo único que hace es leer la Ley ante el pueblo reunido. Es muy cierto que en Esd. 7 se hace mención en el edicto real de la Ley de su Dios que Esdras tiene en mente (versículo 14), pero además el hecho de que afirmamos que los eventos relatados en Esd. 7 son posteriores a Neh. 7 [vea el (5) arriba], estas palabras no deben entenderse literalmente como un nuevo documento del que Esdras era portador. En los mismos términos se habla de la sabiduría de su Dios, que Esdras tiene en mentes (versículo 25), y en este mismo pasaje se supone que los compatriotas de Esdras ya conocen la Ley de su Dios.

Fuente: Van Hoonacker, Albin. “Book of Nehemiah.” The Catholic Encyclopedia. Vol. 10. New York: Robert Appleton Company, 1911.
http://www.newadvent.org/cathen/10737c.htm

Traducido por Luz María Hernández Medina.

Fuente: Enciclopedia Católica