OVEJA

v. Cabra, Cabrío, Carnero, Cordero
Gen 4:4 Abel trajo .. de los primogénitos de sus o
Exo 3:1 apacentando Moisés las o de Jetro su
Exo 12:5 lo tomaréis de las o o de las cabras
Num 27:17 la congregación .. no sea como o sin
Deu 8:13 tus vacas y tus o se aumenten, y la plata
1Sa 15:14 ¿qué balido de o es este que yo oigo
1Sa 15:15 el pueblo perdonó a lo mejor de las o
1Sa 25:2 que estaba esquilando sus o en Carmel
2Sa 7:8; 1Ch 17:7 te tomé .. de detrás de las o
2Sa 24:17; 1Ch 21:17 ¿qué hicieron estas o?
1Ki 22:17; 2Ch 18:16 vi a todo Israel .. como o
Psa 44:11 nos entregas como o al matadero, y nos
Psa 44:22 somos contados como o para el matadero
Psa 78:52 hizo salir a su pueblo como o, y los
Psa 79:13; Psa 95:7; Psa 100:3 somos pueblo tuyo, y o de
Psa 119:176 yo anduve errante como o extraviada
Isa 53:6 todos nosotros nos descarriamos como o
Isa 53:7 como o delante de sus .. enmudeció, y no
Isa 65:10 Sarón para habitación de o, y el valle de
Jer 23:2 dispersasteis mis o, y las espantastéis
Jer 50:6 o perdidas fueron mi pueblo .. pastores
Eze 34:3 coméis .. mas no apacentáis a las o
Eze 34:17 yo juzgo entre o y o, entre carneros y
Eze 34:31 vosotros, o mías, o de mí pasto .. sois
Zec 10:2 por lo cual el pueblo vaga como o
Mat 7:15 que vienen a vosotros con vestidos de o
Mat 10:6 sino id antes a las o perdidas de .. Israel
Mat 10:16 os envío como a o en medio de lobos
Mat 12:12 ¿cuánto más vale un hombre que una o?
Mat 15:24 no soy enviado sino a las o .. de Israel
Mat 18:12; Luk 15:4 si un hombre tiene cien o, y
Mat 25:32 aparta el pastor las o de los cabritos
Mat 26:31; Mar 14:27 y las o serán dispersadas
Mar 6:34 eran como o que no tenían pastor
Joh 5:2 cerca de la puerta de las o, un estanque
Joh 10:3 y las o oyen su voz; y a sus o llama por
Joh 10:16 tengo otras o que no son de este redil
Joh 10:26 no creéis, porque no sois de mis o
Joh 21:16 que te amo. Le dijo: Pastorea mis o
Act 8:32 como o a la muerte fue llevado; y como
Rom 8:36 somos contados como o de matadero
Heb 13:20 a Jesucristo, el gran pastor de las o
1Pe 2:25 erais como o descarriadas, pero ahora


Oveja (heb. râjêl, sêh y tsô’n; gr. próbaton y probátion). La oveja más común en Palestina difiere de la de los paí­ses nórdicos por sus orejas colgantes y su cola ancha y gruesa, y porque pesa de 5 a 7 kg y llega hasta los 9 kg o más. Las hembras no tienen cuernos. La cola gruesa (heb. zalyâh) es considerada un bocado especial por los árabes. Las leyes de los sacrificios especificaban que debí­a ser quemada (Lev 3:9; 7:3; 8:25; 9:19). La lana es generalmente blanca (Psa 147:16; Isa 1:18; Dan 7:9), pero la de algunas ovejas es negra o pardo oscura (Gen 30:32, 33), y se usaba para hacer ropa (Job 31:19, 20). Tanto los carneros como las ovejas eran animales de sacrificio (Exo 29:3; Lev 4:32; 5:6; 8:18; etc.). El tiempo de la esquila se consideraba de alegre fiesta (véase Ga. 38:12; 1Sa 25:4-8). Las ovejas eran tenidas por animales tí­midos, tontos, indefensos, pacientes en el sufrimiento (Psa 119:176; Isa 53:6, 7; Jer 11:19; Mat 9:36). El pueblo de Dios es con frecuencia comparado con las ovejas (Psa 78:52; 95:7; Mat 10:6, 16; Joh 10:1-6; 1Pe 2:25; etc.). Véanse Cordero/a; Ganado (II). Overo. Traducción del heb. bârôd, “manchado” (Gen 31:10, 12, “abigarrado”; Zec 6:3, 6). La palabra está relacionada con el árabe ‘arbad, “manchado”. Oxirrinco. Importante ciudad durante los primeros siglos de la era cristiana, ahora llamada Behnesa. Está a unos 175 km al sur de El Cairo, en lí­nea recta sobre el Bahr Youssef. Durante el perí­odo preislámico, Oxirrinco era conocida como una ciudad de innumerables 865 monasterios y 12 iglesias. En el s V d.C con taba con 10.000 monjes y 12.000 monjas entre sus habitantes. El sitio es ahora un montón de ruinas informes. Sin embargo, en 1897 y los años siguientes, B. P. Grenfell y A. S. Hunt extrajeron de él enormes cantidades de documentos escritos sobre papiro en griego, copto y árabe, de los cuales hasta 1977 la Sociedad exploradora de Egipto, de Londres, habí­a publicado 45 tomos bajo el tí­tulo Oxyrhynchus Papyri (Papiros de Oxirrinco). Entre ellos, algunos fragmentos que contienen “Dichos de Jesús” han llegado a ser un tanto famosos. Una de esas declaraciones apócrifas, atribuidas a Cristo, más tarde llegó a formar parte del Evangelio de Tomás, del que se descubrió un ejemplar entre los papiros de Nag Hamadí­,* y que afirma que Jesús dijo: “A menos que os abstengáis del mundo no encontraréis el reino de Dios; y a menos que hagáis del sábado un verdadero sábado, no veréis al Padre”. Bib.: C. M. Cobern, The New Archeological Discoveries and Their Bearing Upon the New Testament [Los nuevos descubrimientos arqueológicos y su relación con el Nuevo Testamento] (Nueva York, 1929), pp 211-219.

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

latí­n ovis. Mamí­fero artiodáctilo, bóvido, rumiante, animal doméstico, hembra del carnero, produce lana, carne y leche, Dt 32, 14. A diferencia del macho, la o. no tiene cuernos. Animal puro, Lv 11, 2-3; Dt 12, 20-28. Se le crí­a desde muy antiguo en rediles, Nm 32, 16; 1 S 24, 4, y fue básica en la alimentación de los hebreos; Abel fue el primer pastor de o., Gn 4, 2; Abraham tuvo ovejas, Gn 12, 16; también Lot, Gn 13, 5; tenerlas, indicaba riqueza, Gn 24, 35.

Siendo el carnero el animal propio para los sacrificios pocas veces se ofrecí­an ovejas, Lv 4, 32 ss. Anualmente, entre abril y mayo, se llevaba a cabo el esquileo, cuyas primicias se entregaban al sacerdote, Dt 18, 4; Is 53, 7, y se celebraba una fiesta, Gn 38, 12; 1 S 25, 2; 2 S 13, 23 ss.

La Escritura recurre a la imagen de la oveja como animal manso y noble que necesita de la guí­a del pastor, Nm 27, 17; Ez 34, 5-6; Za 10, 2; Mt 9, 36; el pueblo es el rebaño y Dios su pastor, Sal 23 (22); Ez 34, 11-31 y 37, 24. La bondad de la o. frente a la rapacidad del lobo es contraposición que se usa para caracterizar a los falsos profetas, Mt 7, 15; los apóstoles enviados al mundo a predicar son comparados a ovejas en medio de lobos, Mt 10, 16.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

ver ANIMALES

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

(hembra del carnero).

Término usado frecuentemente en las Escrituras para decirnos que Cristo es el “pastor” y nosotros las “ovejas”.

– Sal 23, 78:52, 79:13, 95:7, 100:3. -Isa 53:6, Jer 23:2, Jer 50:6, Eze 34:3, Eze 34:17, Eze 34:31, Za. 10:2, 1Re 22:17, 2Cr 18:16.

– Lc. 15, Jn. 10,2Cr 21:15-17, Mat 10:6, Mat 12:12, Mat 15:24, Mat 18:12, Mat 25:32, Mat 26:31, Mar 6:34, Mar 14:27, 1Pe 2:25.

2- Cristo se entregó como oveja: Isa 53:7, Sal 44:11, Sal 44:22, Hec 8:32, Rom 8:36.

3- La “puerta de las ovejas”, Jua 5:2.

Diccionario Bí­blico Cristiano
Dr. J. Dominguez

http://biblia.com/diccionario/

Fuente: Diccionario Bíblico Cristiano

Hembra del carnero. Es un mamí­fero rumiante, muy mencionado en la Biblia. Era el animal doméstico por excelencia, con el cual se hací­an grandes rebaños, y se interpretaba como una bendición el que las o. de una persona o una comunidad fueran fecundas (Deu 8:13; Sal 144:13). En el hebreo bí­blico existe toda una nomenclatura con nombres distintos que se aplicaban a este animal según su edad y sexo, pues eso influenciaba su uso y valor comercial. En español se traducen como o., carnero o †¢cordero. La cantidad de o. en posesión de una persona denotaba su riqueza o pobreza (2Sa 12:2; Ecl 2:7). Job tení­a siete mil y luego catorce mil o. (Job 1:3; Job 42:12).

La o. es muy frugal y se adaptaba bien a pastos escasos en lugares semiáridos. La lana que produce era básica para la fabricación de tela para vestidos, pero también se apreciaba mucho su leche, tanto como la de vaca. Era apta para comerse (Deu 14:4) y se le criaba con ese propósito (Isa 53:7) o para aprovechar mayormente su lana. También su piel, que se usaba para sandalias, correajes y otros utensilios. El carnero, el macho, era el más usado para los sacrificios y para comer su carne, prefiriéndose conservar las o. por su vientre y leche. Sin embargo, a veces también se hací­an ofrendas de o. Es un animal muy manso. El macho de la o., el carnero, tiene cuernos que pueden tomar una forma curva en espiral, pero la o. es completamente indefensa. Esto hace que se le use como sí­mbolo del justo inocente, ví­ctima del mal. Así­, éste es llevado †œcomo o. al matadero† (Sal 44:11). Hablando proféticamente del Señor Jesús, Isaí­as dijo que †œcomo cordero fue llevado al matadero y como o.† (Isa 53:7). Siendo tan común el espectáculo de los rebaños de o., se le utilizaba para expresar la comunidad del pueblo de Dios, †œo. de su prado† (Sal 100:3). Por lo cual satisface al Señor guiarlos como pastor (Sal 23:1-6; Sal 77:20; Jua 10:11) y mantenerlo unido (Jer 23:3), y le disgusta que sus hijos anden †œcomo o. sin pastor† (Sal 119:176; Isa 13:14; Jer 23:1; Zac 10:2; Mat 9:36). Así­ como a veces una o. distraí­da se apartaba del rebaño, †œtodos nosotros nos descarriamos como o.† (Isa 53:6), pero el Señor las busca y las apacienta (Eze 34:11, Eze 34:15; Luc 15:4). Nombre cientí­fico: Ovis vignei platyura. †¢Animales de la Biblia.

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, FAUN LEYE ALIM CUAD

ver, CORDERO, CARNERO

vet, La oveja fue domesticada desde el principio (Gn. 4:2). Los patriarcas hebreos tení­an rebaños de ellas (Gn. 12:16). Sus descendientes, primero en Egipto y después en Canaán, siguieron ocupándose de su crí­a (Ex. 10:9; 12:32, 38; 1 Cr. 27:31), hasta el tiempo de Cristo (Lc. 2:8). El desierto de Judea, la región meridional y los campos de Moab ofrecí­an tierras de pastos (Nm. 32:1; Jue. 5:16; 1 S. 16:11; 25:2), lo mismo que los alrededores de Harán (Gn. 29:2), el paí­s de Madián (Ex. 2:16), el paí­s de Uz y de los agarenos (Jb. 1:1-3; 1 Cr. 5:20, 21), y los paí­ses frecuentados por las tribus de Cedar y de Nebaiot (Is. 60:7; Ez. 27:21; cfr. 1 S. 15:7, 9). A causa del calor y de lo seco del clima de estas regiones, las ovejas tení­an que ser abrevadas cada dí­a (Gn. 29:7-10; Ex. 2:16-19). La carne de estos animales, ceremonialmente puros, era consumida (1 S. 14:32; 25:18; 2 S. 17:29; 1 R. 4:23), como también su excelente leche (Dt. 32:14; Is. 7:21, 22; 1 Co. 9:7). Con sus pieles se hací­an vestidos burdos (He. 11:37; cfr. Zac. 13:4; Mt. 7:15) y se usaban en ocasiones para cubrir las tiendas (Ex. 26:14). La lana de la oveja, tejida, daba telas muy apreciadas (Lv. 13:47, 48; Jb. 31:20; Pr. 27:26; Ez. 34:3). Los vencedores exigí­an como tributo cantidades de lana (2 R. 3:4; Is. 16:1). El esquileo daba lugar a festejos (Gn. 38:12; 1 S. 25:4, 11, 36; 2 S. 13:23). Los cuernos de los cameros serví­an como trompas y recipientes (Jos. 6:4; 1 5. 16:1). La oveja, animal puro, era ofrecida en sacrificio por los hebreos y por otros pueblos (Ex. 20:24; Nm. 22:40; Jn. 2:14). Los israelitas la inmolaban en holocausto (Lv. 1:10). El común del pueblo ofrecí­a una cordera como sacrificio de expiación (Lv. 4:32), y un carnero por el sacrificio de culpa (Lv. 5:15, 25) y por el sacrificio de acción de gracias (Lv. 22:21). (Véanse CORDERO, CARNERO.). La oveja es: afectuosa (2 S. 12:3), dócil (Jn. 10:3, 4), mansa (Is. 53:7; Jer. 11:19), incapaz cuando es dejada a sí­ misma (Mi. 5:7; Mt. 10:16); no puede ir sin ser conducida (Nm. 27:17; Ez. 34:5; Mt. 9:36; 26:31). Las ovejas de Palestina y de las regiones vecinas son por lo general blancas (Sal. 147:16; Is. 1:18; Ez. 27:18); ocasionalmente pueden ser de color negro, pardo o blanco con manchas (Gn. 30:32). Hay dos razas de ovejas en la tierra de Israel: al norte, los carneros y las ovejas tienen cuernos. Pero la especie de cola larga (“Ovis laticaudata”) es más común. Ya en la antigüedad se criaba esta especie en Arabia y en tierra de Canaán (Herodoto 3:113; cfr. Ex. 29:22; Lv. 3:9; 7:3; 8:25). El peso de estas colas que se venden en los mercados, varia entre los 4,5 kg. y casi los 7 kg. Si la oveja ha sido bien cebada, la cola se vuelve enorme; cortada en piezas y frita constituye un delicado manjar de la cocina del Medio Oriente. *** P

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

La oveja bí­blica es generalmente negra, de pelo rizado, orejas caí­das y cola ancha y larga llena de grasa. Muy estimada y útil por su carne, leche y piel. Se ofrecí­a en sacrificio (Dt 15,19; Jn 2,15). En el N. T. el rebaño de ovejas es sí­mbolo del pueblo de Dios (Mt 10,6; 15,24; Jn 10,1-16; 21,1517; 1 Pe 2,25). El pastor solí­cito, cuidador de las ovejas, es también el sí­mbolo de la solicitud de Dios por todos los hombres y de una manera especial de los pecadores; todo lo contrario de lo que son los pastores perversos, que sólo piensan en esquilmar a las ovejas (Ez 34,5; Mt 9,36; 18, 12-14; 26,31; Mc 6,34; 14,27; Lc 15,4-6; Jn 10,11-27; 21,16-17). La oveja es considerada como un animal poco inteligente, pero lleno de bondad (Mt 7,15; 10,16). Con frecuencia aparece como animal desamparado (Mt 9,36; Mc 6,34). Jesucristo, que fue enviado a buscar a las ovejas perdidas de Israel (Mt 15,24), dice que hay muchas ovejas que no son aún de su redil y que es necesario que se junten todas para que haya un solo rebaño y un solo pastor (Jn 10,16), es decir, para que todos los pueblos (judí­os y gentiles) formen una sola comunidad, el pueblo de Dios.

E. M. N.

FERNANDEZ RAMOS, Felipe (Dir.), Diccionario de Jesús de Nazaret, Editorial Monte Carmelo, Burbos, 2001

Fuente: Diccionario de Jesús de Nazaret

Mamí­fero rumiante caracterí­stico de la vida pastoril. (Gé 24:35; 26:14.) Al igual que en la actualidad, la variedad predominante en la antigua Palestina puede que haya sido la de prominente cola ancha, que se caracteriza por la grasa que acumula en ella, que llega a pesar unos 4,5 Kg. (Compárese con Ex 29:22; Le 3:9.) Las ovejas por lo general eran de color blanco (Can 6:6), aunque también las habí­a de color moreno oscuro y abigarradas. (Gé 30:32.) En una sociedad de pastores, los hombres muy ricos, como Job, poseí­an miles de ovejas. (Job 1:3, 16; 42:12.) A veces los israelitas tení­an un cordero como animal favorito. (2Sa 12:3; Jer 11:19.)
Las ovejas domésticas se sienten indefensas y temerosas sin pastor. Se pierden y desparraman, y quedan completamente a merced de sus enemigos. (Nú 27:16, 17; Jer 23:4; Eze 34:5, 6, 8; Miq 5:8.) Las ovejas se dejan llevar y siguen fielmente a su pastor. Pueden aprender a reconocer su voz y a responder únicamente a esta. (Jn 10:2-5.) Un pasaje del libro Researches in Greece and the Levant (de J. Hartley, Londres, 1831, págs. 321, 322) lo demuestra:
†œComo la noche anterior me habí­a fijado en las palabras de Juan X. 3 […], le pregunte a mi asistente si en Grecia era común poner nombre a las ovejas. Su respuesta fue afirmativa, y añadió que las ovejas obedecí­an al pastor cuando las llamaba por nombre. Esta mañana se me presentó la oportunidad de comprobar la veracidad de su comentario. Al pasar junto a un rebaño de ovejas, hice al pastor la misma pregunta que antes habí­a hecho a mi sirviente, y obtuve la misma respuesta. Luego le pedí­ que llamara a una de sus ovejas. Lo hizo, y al instante la oveja abandonó el prado en el que se hallaba y a sus compañeras y corrió contenta hacia los brazos del pastor, con una presurosa obediencia como jamás habí­a visto en ningún otro animal. También se cumple en este paí­s que al extraño no seguirán, sino huirán de él […]. El pastor me dijo que muchas de sus ovejas todaví­a eran salvajes y aún no habí­an aprendido su nombre, pero que, con el tiempo, todas lo aprenderí­an.† (Véase PASTOR.)
Entre las zonas donde antiguamente se criaban ovejas estaban: el Négueb (1Sa 15:7, 9); Harán (Gé 29:2-4); la tierra de Madián (Ex 2:16); la región montañosa de Judá, donde estaba situada la ciudad de Carmelo (1Sa 25:2) y la tierra de Uz (Job 1:1, 3), así­ como Basán y Galaad (Dt 32:14; Miq 7:14).
El ganado ovino proporcionaba numerosos productos a los hebreos y a otros pueblos. Los cuernos de carnero se utilizaban como recipientes y para fabricar trompetas. (Jos 6:4-6, 8, 13; 1Sa 16:1.) A veces, las pieles de oveja serví­an de vestidura (Heb 11:37), y en la construcción del tabernáculo se utilizaron pieles de carnero teñidas de rojo. (Ex 26:14.) La lana de oveja era probablemente la fibra que más se usaba para hacer ropa. (Job 31:20; Pr 27:26.) Las ovejas eran un importante artí­culo comercial (Eze 27:21), e incluso se usaban para pagar tributo. (2Re 3:4; 2Cr 17:11.) Tanto la leche como la carne de las ovejas se utilizaban como alimento. (Dt 14:4; 32:14; 2Sa 17:29; Isa 7:21, 22.) Los reyes, gobernadores y otros comí­an cordero con regularidad. (1Sa 8:17; 1Re 4:22, 23; Ne 5:18; Am 6:4.)
La carne se podí­a cocer o asar. Para la celebración de la Pascua, se asaba entero un carnero joven o un macho cabrí­o de un año al que se habí­a quitado la piel y limpiado sus partes interiores. (Ex 12:5, 9.) Cuando se iba a cocer la carne, lo primero que se hací­a era desollar el animal y después se le descoyuntaba. A veces, los huesos se quebraban para extraer la médula y a continuación se poní­an a cocer junto con la carne en una olla grande. (Eze 24:3-6, 10; Miq 3:1-3.) Cuando la carne estaba bien hecha, se retiraba de la olla, y el caldo que quedaba se serví­a aparte. (Compárese con Jue 6:19.) Se consideraba una muestra de hospitalidad servir cordero a un invitado. (2Sa 12:4.)
El esquileo se esperaba con gran expectación, pues era semejante a una cosecha. Iba acompañado de banquetes y regocijo. (1Sa 25:2, 11, 36; 2Sa 13:23, 24, 28.)
La ley mosaica prohibí­a comer grasa de oveja (Le 7:23-25), así­ como degollar una oveja y su crí­a el mismo dí­a. (Le 22:28.) También decí­a lo que debí­a hacerse con relación a las ovejas perdidas y a su muerte accidental, mutilación o robo. (Ex 22:1, 4, 9-13; Dt 22:1, 2.) El que se bendijera o maldijera a los rebaños y manadas de Israel dependí­a de que el pueblo obedeciese las leyes de Dios. (Dt 7:12, 13; 28:2, 4, 15, 18, 31, 51.)
Desde tiempos remotos se han ofrecido ovejas como sacrificio. (Gé 4:2, 4; 22:7, 8, 13; Job 42:8.) Bajo la Ley, habí­a que sacrificar a todos los primogénitos machos de los corderos, pero no antes de los ocho dí­as. Para redimir a un primogénito de asno, se debí­a ofrecer una oveja. (Ex 34:19, 20; Le 22:27.) Se presentaban carneros como ofrendas por la culpa (Le 5:15, 16, 18; 6:6), ofrendas quemadas (Le 9:3; 16:3; 23:12) y sacrificios de comunión (Le 9:4); también se usó un carnero como ofrenda de instalación del sacerdocio aarónico. (Ex 29:22; Le 8:22-28.) La ofrenda quemada constante que se hací­a diariamente consistí­a en dos carneros de un año de edad. (Ex 29:38-42.) Además de dicha ofrenda, se sacrificaban carneros y corderos tanto al comienzo de cada mes como cuando se celebraban las fiestas anuales. (Nú 28:11, 17-19, 26, 27; 29:1-38.) Tan habitual era el carnero en las ofrendas de Israel, que el profeta Samuel habló de †œgrasa de carneros† como sinónimo de †œsacrificio†. (1Sa 15:22.) No obstante, también se podí­an presentar corderas como sacrificios de comunión (Le 3:6), ofrendas por el pecado (Le 4:32; Nú 6:14) y ofrendas por la culpa (Le 5:6).

Uso profético y figurado. En las Escrituras las †œovejas† a menudo denotan la condición indefensa, inocente y a veces denigrada del pueblo de Jehová. (2Sa 24:17; Sl 44:11, 22; 95:7; 119:176; Mt 10:6, 16; Jn 21:16, 17; Ro 8:36.) Al estar bajo pastores o caudillos infieles, los israelitas, como ovejas de Dios, sufrieron en gran manera. Por medio de su profeta Ezequiel, Jehová describió su situación de abandono: †œEl rebaño mismo no apacientan. A las enfermas no han fortalecido, y a la doliente no han sanado, y a la quebrada no han vendado, y a la dispersada no han traí­do de vuelta, y a la perdida no han procurado hallar, sino que con dureza las han tenido en sujeción, hasta con tiraní­a. Y gradualmente fueron esparcidas por no haber pastor, de modo que llegaron a ser alimento para toda bestia salvaje del campo†. (Eze 34:3-5.) En cambio, las ovejas de Jesús, tanto el †œrebaño pequeño† como las †œotras ovejas† que siguen su dirección, están bien cuidadas. (Lu 12:32; Jn 10:4, 14, 16; Rev 7:16, 17.) Jesús comparó con ovejas a los que hací­an el bien a los más pequeños de sus hermanos, mientras que a los que rehusaban hacerlo los asemejó a cabras. (Mt 25:31-45.)
Los †œcarneros† a veces representan a personas, en especial a los caudillos opresivos de una nación destinados a la destrucción. (Jer 51:40; Eze 39:18.) En Ezequiel 34:17-22 los carneros, los machos cabrí­os y las ovejas gordas representan a los caudillos infieles de Israel que se apropiaron de lo mejor para sí­ mismos y luego ensuciaron lo que quedaba para las ovejas delgadas y enfermas, es decir, el pueblo oprimido, explotado y maltratado.
Se habló proféticamente de Jesucristo como si fuera una oveja llevada al degüello y como una oveja que permanece en silencio delante de sus esquiladores. (Isa 53:7; Hch 8:32, 35; compárese con 1Pe 2:23.) Debido al sacrificio de Jesús, Juan el Bautista lo identificó como el †œCordero de Dios que quita el pecado del mundo†, y en el libro de Revelación, al Hijo de Dios se le llama repetidas veces el †œCordero†. (Jn 1:29; Rev 5:6; 6:16; 7:14, 17; 14:1; 17:14; 19:7.)
A la potencia mundial medopersa se la representó como un carnero con dos cuernos de altura desigual. El más alto debió indicar la supremací­a de los reyes persas. (Da 8:3-7, 20.) En Revelación 13:11, a la bestia salvaje que salí­a de la tierra se la muestra con dos cuernos como los de un cordero, dando así­ la apariencia de ser inofensiva. De manera similar, Jesús dijo que los falsos profetas eran como lobos con ropa de oveja, es decir, peligrosos aunque de apariencia inofensiva. (Mt 7:15.)
Parece ser que la referencia a †˜montañas que anduvieron brincando como corderos†™ (Sl 114:4-6) se refiere al temblor que ocurrió en el monte Sinaí­ cuando Jehová entregó la Ley a Israel. (Ex 19:18; compárese con Sl 29:5, 6; 68:8.)

Ovejas silvestres. La palabra hebrea te´óh se ha traducido de diversas maneras: †œbuey salvaje [o, montaraz]† (Val, 1909), †œbisonte† (DK), †œtoro [o, buey] silvestre† (Fer, HM), †œbúfalo† (BR), †œgamo† (Isa 51:20, Alba), †œantí­lope† (Val) o simplemente transliterada †œt(h)eo† (Dt 14:5; Alba, BM). Sin embargo, el Lexicon in Veteris Testamenti Libros (de Koehler y Baumgartner, Leiden, 1958, pág. 1016) da como una posible traducción †œoveja silvestre [o, salvaje]†, y así­ es como se traduce en Deuteronomio 14:5 e Isaí­as 51:20.
Las ovejas silvestres o salvajes se distinguen de las domésticas por tener un pelaje tosco en lugar de lana. En la actualidad, la variedad de oveja salvaje más cercana geográficamente a Palestina es el muflón de Asia Menor (Ovis ammon gmelini, que se halla en las cordilleras de Asia Menor y de la parte oriental de Irán. El macho de esta especie apenas llega a medir 90 cm. de altura.

Fuente: Diccionario de la Biblia

1. probaton (provbaton, 4263), de probaino, ir adelante, esto es, del movimiento de los cuadrúpedos, se utilizaba entre los griegos para denotar ganado menor, ovejas y cabras. En el NT, solo de ovejas: (a) literalmente (p.ej., Mat 12:11, 12); (b) metafóricamente, de aquellos que pertenecen al Señor, las ovejas perdidas de la casa de Israel (Mat 10:6); de aquellos que están bajo el cuidado del Buen Pastor (p.ej., Mat 26:31; Joh 10:1, lit., “el redil de las ovejas”, y vv. 2-27; 2.16, 17 en TR y otras autoridades; Heb 13:20); de aquellos que en un dí­a futuro, cuando la introducción del reinado milenial, habrán mostrado bondad hacia su pueblo terrenal perseguido en su gran tribulación (Mat 25:33); de los vestidos de los falsos profetas (Mat 7:15); (c) en sentido figurado, en forma de sí­mil, de Cristo (Act 8:32); de los discí­pulos (p.ej., Mat 10:16); de verdaderos seguidores de Cristo en general (Rom 8:36); de la condición anterior de aquellos que se han cobijado bajo su cuidado de Pastor (1Pe 2:25); de las multitudes que buscaron la ayuda de Cristo en los dí­as de su carne (Mat 9:36; Mc 6.34). 2. probation (probavtion, 4263), diminutivo del Nº 1, oveja pequeña. Se encuentra en algunos textos en Joh 21:1617 (TR y otras autoridades presentan Nº 1); distinto de arnia, corderos (v. 15), se usaba sin embargo como término cariñoso.¶

Fuente: Diccionario Vine Nuevo testamento

Las palabras principales para designar una oveja son el hebreo ṣōʿn y el griego probaton. Tanto en el AT como en el NT, se describe a los hijos de Dios como ovejas (Sal. 79:13; 95:7; 100:3; Mt. 10:16; 26:31; Jn. 10:2, 7, 27). Cristo es su pastor (Sal. 23:1; Ez. 34:23; Jn. 10:10, 14; Heb. 13:20; 1 P. 5:4; Ap. 7:17).

Como ovejas, los creyentes son caracterizados de la siguiente manera: (1) escuchan—la voz del pastor (Jn. 10:3, 27); (2) con conocimiento—conocen a su pastor (Jn. 10:4, 14); (3) son obedientes—siguen a su pastor (Jn. 10:4s.; Ap. 7:17).

El buen pastor (véase) confiere a sus ovejas las siguientes bendiciones: (1) sacrificio—da su vida por ellas (Jn. 10:11, 15, 17; cf. Zac. 13:7); (2) salvación—las salva (Jn. 10:9s.); (3) satisfacción—provee para sus ovejas ahora (Sal. 23:1; Ez. 34:23; Jn. 10:9), y en la eternidad (Ap. 7:17); (4) separación—las separa de los cabritos en su regreso en gloria (Mt. 25:32s.); (5) seguridad—les da vida eterna y «jamás perecerán» (Jn. 10:28).

Wick Broomall

Harrison, E. F., Bromiley, G. W., & Henry, C. F. H. (2006). Diccionario de Teología (440). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.

Fuente: Diccionario de Teología