PALOMA

Gen 8:8 envió .. una p, para ver si las aguas se
Psa 55:6 y dije: ¡Quién me diese alas como de p!
Son 1:15 que tú .. eres bella; tus ojos son como p
Son 2:14 p mía, que están en los agujeros de la
Son 4:1 tus ojos entre tus guedejas como de p
Son 5:12 sus ojos, como p junto a los arroyos de
Isa 60:8 vuelan como . y como p a sus ventanas?
Jer 48:28 sed como la p que hace nido en la boca
Hos 7:11 Efraín fue como p .. sin entendimiento
Mat 3:16; Mar 1:10; Luk 3:22; Joh 1:32 al Espíritu .. que descendía como p
Mat 10:16 prudentes como .. y sencillos como p
Mat 21:12; Mar 11:15 sillas de los que vendían p
Joh 2:14 a los que vendían bueyes, ovejas y p, y a


latí­n palumba, columba. Ave de los colúmbidos, cuya primera mención bí­blica se hace en la narración del diluvio, Gn 8, 8-12, de la cual existen muchas especies, desde domésticas hasta salvajes. De esta última se habla en Jr 8, 7 y 48, 28; Ez 7, 16. En el Cántico de Ezequí­as, éste dice que en su enfermedad zurea como p., Is 38, 14; 59, 11; también, se le llama gemido, Na 2, 8. La p., en diferentes culturas, es figura de la persona bondadosa y sencilla, Os 7, 11; Mt 10, 16. Los libros poéticos acuden a la figura de la p., como cuando es comparada con la novia, Ct 1, 15; 2, 14; 4, 1.

La paloma era la única ave que se podí­a ofrecer en sacrificio. Dentro de las aves, el único holocausto aceptable es el de tórtolas y pichones, Gn 15, 9; Lv 1, 14; 12, 6; 15, 14; Nm 6, 10; era el sacrificio de los pobres, Lv 5, 7; 12, 8; 14, 22; Lc 2, 24. Para estos sacrificios, existí­an expendios de palomas en el Templo, comercio que fue objeto de la ira de Cristo, Mt 21, 12; Mc 11, 15; Lc 19, 45; Jn 2, 14. La p. es el sí­mbolo cristiano del Espí­ritu Santo, Mt 3, 16; Jn 1, 32-34. Paltí­, hebreo salvación. Nombre de varón. 1. Hijo de Rafú. Explorador de la tribu de Benjamí­n enviado por Moisés, desde el desierto de Parán, a la tierra de Canaán, Nm 13, 9. 2. Hijo de Layis, a quien el rey Saúl le entregó como esposa a su hija menor Mikal, que estaba casada con David, 1 S 25, 44. Muerto Saúl, David hizo le fuera devuelta Mikal, como condición para hacer un pacto con Abner, y reunificar el reino, 2 S 12, 16.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

ver AVES

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

Sí­mbolo del Espí­ritu Santo, Mat 3:16, Mar 1:10. Ver “Espí­ritu Santo”.

– En el Arca de Noé, Gen 8:8.

– Cantar de los Cantares,Gen 1:15, Gen 2:14, Gen 2:5.

12, Isa 38:14, Isa 59:11, Isa 60:8, Jer 48:28, Neh 2:7, Sal 68:18.

– Sed sencillos como palomas, Mat 10:16

Diccionario Bí­blico Cristiano
Dr. J. Dominguez

http://biblia.com/diccionario/

Fuente: Diccionario Bíblico Cristiano

Esta ave es abundante en Israel. Los nombres cientí­ficos de las más conocidas allí­ son Columba doméstica y Columba livia. Era considerada como animal limpio y se utilizaba como la ofrenda que podí­an hacer los pobres (Lev 5:7). Un palomino es un pichón de p. La p. gusta de hacer sus nidos en huecos de rocas altas y acantilados, por lo cual se dice en un oráculo contra Moab: †œ…sed como la p. que hace nido en la boca de la caverna† (Jer 48:28). La primera p. mencionada en la Biblia es la que Noé envió †œfuera del arca† y regresó a él trayendo †œuna hoja de olivo en el pico† (Gen 8:10-11).

La p. es utilizada en lenguaje poético por su inocencia (†œ… como p. incauta, sin entendimiento† [Ose 7:11]); por su hermosura (†œ… tus ojos son como p.† [Can 1:15; Can 5:2]); por el peculiar gemido que emite el macho en los momentos de crí­a (†œ… gemimos lastimeramente como p.† [Isa 59:11]); por su vuelo ágil y hermoso (†œÂ¡Quién me diese alas como de p.! Volarí­a yo, y descansarí­a† [Sal 55:6]). En la tradición judí­a se dice de la p. que fue escogida para ser usada en sacrificios en vista de que es la más perseguida de las aves. Quizás esté relacionada con esta idea las palabras del Sal. 56, en cuyo encabezamiento se lee: †œSobre la p. silenciosa en paraje muy distante†. Y en su v. 1: †œTen misericordia de mí­, oh Dios, porque me devorarí­a el hombre; me oprime combatiéndome cada dí­a†.
el Señor Jesús †œfue bautizado … los cielos le fueron abiertos, y vio al Espí­ritu de Dios que descendí­a como p., y vení­a sobre él† (Mat 3:16). Esto habí­a sido revelado como una señal a †¢Juan el Bautista para que pudiera identificar al †œque bautiza con Espí­ritu Santo† (Jua 1:32-33). Es de notar que cuando el Señor hizo †œun azote de cuerdas† y †œechó fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes†, dio un tratamiento diferente a †œlos que vendí­an p.†, a los cuales dijo: †œQuitad de aquí­ esto…† (Jua 2:15-16). †¢Animales de la Biblia.

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, LEYE FAUN TIPO AVES

ver, FAUNA DE LA BIBLIA

vet, Ave (Sal. 55:7; Cnt. 1:15; 5:12) con un grito lastimero (Is. 38:14); la paloma es dulce y afectuosa (Cnt. 2:14; 5:2; 6:9), pero incauta (Os. 7:11), tí­mida, asustadiza. En estado silvestre mora en ocasiones en los valles (Ez. 7:16) haciendo su nido en las paredes de las barrancas, en las grietas de las peñas (Jer. 48:28). La paloma doméstica huye hacia su palomar o hacia la ventana de su dueño (Is. 60:8; cfr. Gn. 8:8-12). Jesús hace alusión a su proverbial inocencia (Mt. 10:6). Esta ave era comprada y vendida en los recintos del Templo (Mt. 21:12; Mr. 11:15; Jn. 2:14), porque era usada en los sacrificios (Lv. 5:7; 12:8; Lc. 2:24). La paloma simboliza al Espí­ritu Santo (Lc. 3:22). Las palomas forman una familia de aves (“columbidae”) de las que Tristram enumera cuatro especies en Palestina: la paloma torcaz (“columba palumbus”), que entra en las ciudades. Grandes bandadas de estas palomas frecuentan Palestina en primavera y en otoño, durante las migraciones anuales; hay algunas torcaces aisladas que se quedan allí­ todo el invierno. La palomina (“columbacenas”) se halla especialmente al este del Jordán, o en el mismo valle de este rí­o. El pichón de roca (“columba livia”) abunda en la costa del oeste del Jordán y en la región montañosa de Judea y Samaria. La paloma silvestre, de color grisáceo (“columba schimperi”) es muy común en el interior de Palestina y en el valle del Jordán; se refugia en las cavernas y en las grietas de las peñas. Esta es la especie a la que se hace alusión en Jer. 48:28. (Véase FAUNA DE LA BIBLIA.)

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

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Especial hermosa ave, abundante en diversas especias y géneros en todo el Mediterráneo. Es sí­mbolo de la paz por sus formas suaves y mansas. Pero ya desde la Biblia se la presenta como la figura de las buenas nuevas (Noé Gn. 8. 11)

Aparece con frecuencia en la Escritura como ave hermosa (Cant. 2.14) y amistosa (Jer. 48. 28; Ez. 7.16), apta para el sacrificio de las personas pobres (Lev. 5.7; Lev. 12.6 y 8; Lc. 2. 24 ).

Jesús mismo la propone como modelo de mansedumbre (Mt. 10.16), pero no le agrada que la convierta en objeto de negocio en el templo (Mt. 21.12)

Fue la forma, sí­mbolo del amor, de la paz y de la presencia divina, que adoptó el Espí­ritu Santo cuando se hizo presente en Jesús en el Bautismo (Mt. 4.16).

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa

En los tiempos bí­blicos abundaban en Palestina las palomas salvajes (Cant 2, 14; Jer 48, 28). Era la única ave que podí­a ofrecerse en sacrificio, en el de la purificación de la mujer (Lev 12, 6. 8; Lc 2, 24). Esto explica que se vendiera en el templo (Mt 21, 12; Mc 11, 15; Jn 2, 14. 16). Es proverbial la sencillez y la mansedumbre de la paloma (Os 7, 11; Mt 10, 16). El simbolismo de la paloma como figura del Espí­ritu Santo (Mt 3, 16; Mc 4, 10; Lc 3, 22; Jn 1, 32) es difí­cil de precisar; tal vez haya que interpretarlo como la nueva creación, de acuerdo con la exégesis rabí­nica, que se figuraba al Espí­ritu de Dios sobre las aguas como una paloma (Gén 1, 2).

E. M. N.

FERNANDEZ RAMOS, Felipe (Dir.), Diccionario de Jesús de Nazaret, Editorial Monte Carmelo, Burbos, 2001

Fuente: Diccionario de Jesús de Nazaret

En el Antiguo Testamento aparece como ave incauta (Os 7,1), cuyo arrullo se asemeja al llanto (Is 38,14). Se utiliza para diversos sacrificios de menor importancia (cf. Lv 1,14; 5,7; 5,11; etc.) y es famosa como sí­mbolo de amor (Cant 5,2; 6,9), pero, sobre todo, porque en Gn 8,8-14 ella responde como ave doméstica, aliada de Noé y sus familiares, a quienes anuncia el fin del diluvio, en contra del cuervo salvaje que se despreocupa de ellos y no vuelve al arca. Así­ se muestra como señal de la bendición y vida de Dios sobre las aguas. Ese mismo simbolismo retorna en el Nuevo Testamento en el relato del bautismo de Jesús: “Aconteció en aquellos dí­as que Jesús vino de Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el Jordán. Y, en seguida, mientras subí­a del agua, vio que los cielos se abrí­an y que el Espí­ritu descendí­a sobre él como paloma. Y vino una voz desde el cielo: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia” (Mc 1,9-11). Juan* Bautista anunciaba la llegada de las aguas de un nuevo diluvio destructor, con el gran viento y el fuego de Dios, que vendrí­an como portadores y signo del gran juicio final sobre la historia de los hombres pecadores (cf. Mt 3,1-12). Pues bien, el diluvio ha llegado con el bautismo de Jesús, que sale de las aguas; pero en vez del huracán y fuego de la ira de Dios viene el Espí­ritu, en forma de paloma, anunciando el final del cataclismo y la venida del tiempo de paz, con Jesús como Hijo de Dios. De aquí­ derivan los dos grandes simbolismos de la paloma en la tradición occidental: la paloma de la paz, con el ramo de olivo en el pico (Gn 8,11); y la paloma del Espí­ritu Santo, descendiendo sobre Jesús mientras sale del agua (Mc 1,10).

PIKAZA, Javier, Diccionario de la Biblia. Historia y Palabra, Verbo Divino, Navarra 2007

Fuente: Diccionario de la Biblia Historia y Palabra

(heb. yoh·náh, goh·zál [pichón; paloma volantona]; gr. pe·ri·ste·rá).
Una de las dos primeras aves que se mencionan especí­ficamente en la Biblia, en la ocasión en que Noé la envió tres veces después del Diluvio para determinar la altura de las aguas. (Gé 8:8-12.) Se cree que el sustantivo hebreo yoh·náh se deriva de ´a·náh, †œlamentar†, una palabra que parece imitar el triste zurear de la paloma. (Isa 38:14; 59:11, 12; Eze 7:16; Na 2:7.)

Variedades y caracterí­sticas. La paloma pertenece a la familia de las colúmbidas. Las variedades más comunes que se hallan en Palestina son la paloma brava (Columba livia), la paloma torcaz o de collar (Columba palumbus) y la paloma zurita (Columba oenas). La paloma torcaz se puede encontrar sobre todo en los bosques de Galaad y Carmelo. La paloma zurita vive principalmente alrededor de Jericó y en el lado oriental del Jordán, mientras que la paloma brava se crí­a en los litorales, junto a los desfiladeros del valle del Jordán y en las tierras altas occidentales. Las palomas se caracterizan por su cuerpo rechoncho, pechuga rolliza, cuello grácil, cabeza pequeña y redondeada, pico bastante fino y patas cortas. Las plumas son muy compactas, lo que da al ave una apariencia lisa y lustrosa. Suelen tener un color gris azulado y algunas, un brillo iridiscente en partes de su plumaje, lo que les da una apariencia metálica bajo la dorada luz del Sol. Puede que el Salmo 68:13 se refiera a este hecho, aunque hay quien opina que la mención que allí­ se hace de †œlas alas de una paloma cubiertas de plata, y sus plumas remeras de oro verde amarillento†, se refiere a alguna pieza de arte lujosamente labrada que se tomó como despojo.
La paloma tiene una apariencia y una disposición apacible y mansa, por lo que se ha ganado el calificativo de †œla oveja del mundo de las aves†. Debido a eso, el nombre Jonás (Yoh·náh) era, y sigue siendo, un nombre corriente entre los muchachos judí­os. (Jon 1:1.) Estas aves se destacan por la devoción y afecto que se tienen el macho y la hembra; durante el cortejo juntan sus cabezas y cada una toma el pico de la otra con el suyo de manera muy parecida a un beso de amor. Por lo tanto, †œpaloma mí­a† fue una apropiada expresión de cariño con la que el enamorado pastor se refirió a la sulamita. (Can 5:2; 6:9.) El asemejó los ojos de la doncella a los ojos apacibles y tiernos de una paloma (Can 1:15; 4:1), mientras que ella comparó los del pastor a las palomas de color gris azulado que se bañaban en estanques de leche. Con este hermoso sí­mil probablemente se referí­a al oscuro iris rodeado por el blanco brillante del ojo. (Can 5:12.) A las palomas les gusta bañarse, por lo que prefieren anidar cerca de donde hay agua.
La paloma es un ave tí­mida, que tiembla cuando se le asusta. (Os 11:11.) En su estado silvestre suele anidar en los valles (Eze 7:16), aunque la paloma brava anida en los salientes y en los agujeros de los acantilados y los desfiladeros rocosos. (Can 2:14; Jer 48:28.) Si se las domestica, vuelan de regreso a sus palomares, y cuando lo hacen, la parte inferior blanca de las alas de una gran bandada de palomas semeja una nube en movimiento. (Isa 60:8.) En Israel se han descubierto algunos palomares de tamaño considerable.
La paloma tiene alas fuertes, puede volar largas distancias en busca de alimento y es lo bastante rápida como para eludir a la mayorí­a de sus enemigos. (Sl 55:6-8.) Sin embargo, suele ser bastante confiada ante el hombre, por lo que es posible entramparla o cazarla fácilmente con una red. Por eso, a la tribu apóstata de Efraí­n, que confió tontamente primero en Egipto y después en Asiria, se la asemejó a una †œpaloma simple†, porque la iban a entrampar en una red. (Os 7:11, 12.) Jesús aconsejó a sus discí­pulos que fueran †œinocentes como palomas†, pero también †œcautelosos como serpientes† a causa de los opositores lobunos. (Mt 10:16.)
En el bautismo de Jesús y su posterior unción con el espí­ritu santo de Dios, se hizo que este apareciera †œen forma corporal como una paloma†, lo que quizás quiera decir que su descenso visible sobre Jesús fue similar al revoloteo de la paloma que se acerca al lugar donde se va a posar. (Lu 3:22; Mt 3:16; Mr 1:10; Jn 1:32-34.) Fue un sí­mbolo apropiado, en vista de su †˜inocencia†™ caracterí­stica. (Mt 10:16.)
Las palomas se usaban en algunos sacrificios, como lo indica el que se vendieran en el templo de Jerusalén, si bien el término †œpalomas [gr. pe·ri·ste·rás]† puede que aquí­ designe las †œtórtolas† o los †œpichones† que se mencionan en la ley mosaica. (Mr 11:15; Jn 2:14-16.)
El significado literal de la expresión hebrea para †œpichones† es †œhijos de la paloma†. La Ley aceptaba las palomas y las tórtolas (heb. to·rí­m) para las ofrendas quemadas. (Le 1:14.) Los que eran demasiado pobres para costear una cordera o una cabrita para una ofrenda por la culpa podí­an presentar un par de tórtolas o dos pichones. (Le 5:5-7.) En la ceremonia de purificación que debí­a hacer una mujer después de dar a luz, tení­a que ofrecer un pichón (o una tórtola) como ofrenda por el pecado, además de la ofrenda de un carnero joven o, si no podí­a presentar el carnero, de †œdos pichones† (Le 12:6-8) (como en el caso de la purificación de Marí­a después de dar a luz a Jesús; Lu 2:22-24). Entre las ofrendas de purificación de una persona que se habí­a recuperado de un flujo tení­an que incluirse un par de pichones o de tórtolas. (Le 15:13, 14, 28, 29.) También eran aceptables en la ceremonia de limpieza de un nazareo que se hubiera contaminado. (Nú 6:10.)
Aunque muchas familias judí­as debí­an tener sus propias palomas, el que se diga: †œAhora bien, si carece de medios para dos tórtolas o dos pichones†, indica que probablemente la costumbre era comprar las palomas cuando se trataba de sacrificios. (Le 5:11.)
En el relato sobre la ocasión en que Abrahán hizo una ofrenda y †œJehová celebró un pacto† con él, se cree que el término hebreo que se utiliza (goh·zál) alude a un †œpichón†. (Gé 15:9, 18.) La razón es que en los sacrificios prescritos en la Ley que después se dio a Israel, la paloma aparecí­a siempre junto con la tórtola. En Deuteronomio 32:11 la misma palabra se traduce †œpolluelo†. Es posible que la paloma formara parte del sacrificio de Noé, puesto que entre otras cosas incluí­a †œalgunas […] de todas las criaturas voladoras limpias†. (Gé 8:20.)
El que la Ley permitiera optar entre pichones y tórtolas ayudaba a los judí­os de Palestina, pues la mayorí­a de las tórtolas migraban de aquella tierra durante los meses de invierno, mientras que los pichones, que no migraban, estaban disponibles todo el año.
El vuelo de la paloma es rápido y vigoroso, llegando a alcanzar velocidades de más de 80 Km/h. Debido a que su instinto le permite regresar a su hogar, desde tiempos antiguos se le ha utilizado para llevar mensajes. Mientras que los marinos necesitan cronómetros y sextantes para determinar su posición, la paloma mensajera sabe casi al instante —por el campo magnético de la Tierra y la posición del Sol— en qué dirección volar aunque se la haya soltado en territorio desconocido a cientos de kilómetros de su hogar. Asimismo, toma en cuenta el movimiento del Sol en el cielo para que no cambie su ángulo de vuelo.
Si bien en muchos lugares son tan comunes como las aves de corral, difieren de estas no solo en su habilidad para volar, sino también en su complexión y monogamia. A diferencia del gallo, el palomo ayuda fielmente a la hembra a construir el nido y empollar los huevos. También se diferencian de otras aves por la forma peculiar de alimentar a sus crí­as, con †œleche de paloma†, secreción láctea producida en el buche de los padres. En muchos paí­ses, los pichones —palomas de pocas semanas— se emplean como alimento.

Fuente: Diccionario de la Biblia

La naturaleza dócil de la paloma es algunas veces un símil para la confianza ingenua (Os. 7:11), o lo indefenso (Sal. 74:19); pero también se usa para señalar la falta de malicia. Así, Jesús exhorta a los discípulos a que sean «inocentes como palomas» (Mt. 10:16), es decir, a que sean puros y abiertos tanto en motivos como en acciones. Esta cualidad de una pureza perfecta entonces llega a ser el emblema apto del Espíritu Santo (Mt. 3:16; cf. Heb. 7:26; Hag. 15a; S. de Salomón 2:12). También la paloma es un término de ternura (S. de Salomón 2:14; 5:12) y un sinónimo de belleza (S. de Salomón 1:1–5; 4:1), y ocasionalmente aparece en la literatura judía para expresar la felicidad marital (bErub. 100b; bBaba Kamma 93a). Algunas veces, el arrullo de la paloma, aunque en realidad es un signo de felicidad, se usa para señalar el sufrimiento (Ez. 7:16; cf. S. de Salomón Rabba 1:15).

La paloma junto con la tórtola, fue usada en general en las ofrendas de purificación (Lv. 12:6; 14:4–8), especialmente la ofrecían los pobres (Lv. 12:8; Lc. 2:24). Sin embargo, nunca estuvo envuelta en alguna comida sacrificial ni existen evidencias que la paloma formara parte de la dieta hebrea. A lo mejor esto se relaciona con el carácter sacrosanto de la paloma en otras partes del Antiguo Oriente (cf. W. Robertson Smith, The Religion of the Semites, Adam y Charles Black, London, 1894 (2nd. ed, pp. 219 (nota 2) 225, 294).

Robert B. Laurin

Harrison, E. F., Bromiley, G. W., & Henry, C. F. H. (2006). Diccionario de Teología (449). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.

Fuente: Diccionario de Teología

(Latín columba).

En la antigüedad Cristiana la paloma aparecía como símbolo y como un envase eucarístico.

Como un símbolo artístico

Como un símbolo cristiano, aparece frecuentemente en el arte eclesiástico primitivo.

  • (a) Como símbolo del Espíritu Santo, aparece especialmente en las representaciones del bautismo de Nuestro Señor (Mt. 3,16) y de Pentecostés. A San Gregorio Magno (590-604) generalmente se le representa con una paloma en su hombro, la cual simboliza la inspiración o guía un tanto divina. En el baptisterio de Reims se colgó una paloma de oro después del bautismo de Clodoveo; en general, el símbolo aparece con frecuencia en relación con las primeras representaciones del bautismo. En tiempos antiguos, una vasija en forma de paloma era suspendida a menudo sobre la pila bautismal y en ese caso se usaba a veces para contener los santos óleos (Aringhi, Roma Subterr., II, 326).
  • (b) Como símbolo del martirio indicaba la acción del Espíritu Santo en el otorgamiento de la fortaleza necesaria para padecer el sufrimiento.
  • (c) Como símbolo de la Iglesia, el agente a través del cual el Espíritu Santo obra en la tierra. Cuando aparecen dos palomas el simbolismo puede representar, según Macario (Hagioglypta, 222), la Iglesia de la circuncisión y la de los gentiles.

En un sarcófago o en otros monumentos funerarios la paloma significa:

  • (a) la paz del alma del difunto, especialmente si, como suele ocurrir en los ejemplos antiguos, lleva una rama de olivo en su pico;
  • (b) la esperanza de la resurrección.

En cada caso el simbolismo se deriva de la historia de Noé y el Diluvio. Tal es el significado de la paloma (columbula, palumba sine felle) en numerosos epitafios de las catacumbas romanas. De vez en cuando las lámparas funerales se hicieron en forma de paloma. Dos palomas en un monumento funerario a veces significan el amor conyugal y el afecto de las partes enterradas allí. La paloma en vuelo es el símbolo de la Ascensión de Cristo o de la entrada a la gloria de los mártires y los santos (Sal. 124(123),7-8: “Nuestra alma como un pájaro escapó del lazo de los cazadores. El lazo se rompió y nosotros escapamos.” De igual manera, la paloma enjaulada significa el alma humana aún encarcelada en la carne y mantenida cautiva durante el período de la vida mortal. En general, la paloma como símbolo cristiano representa al Espíritu Santo, ya sea personalmente o en sus obras. Significa también el alma del cristiano, no el alma humana como tal, sino como la morada del Espíritu Santo; sobre todo, por lo tanto, como libre de los afanes de la carne y dentro del descanso y la gloria.

Como envase eucarístico

Sin duda, desde principios de la Edad Media, en muchas partes de Europa la reserva de la Eucaristía para el uso de los enfermos se efectuaba por medio de un recipiente en forma de paloma, suspendido por cadenas del baldaquino y, por lo tanto, colgado sobre el altar. Cabe hacer mención aquí las (dos) palomas bebiendo de un cáliz eucarístico que de vez en cuando eran representadas en las catacumbas romanas (Schnyder, “Die Darstellungen des eucharist. Kelches auf altchr. Grabinschriften”, in “Stromation Archaeologicon”, Roma, 1900, 97-118).

La idea del envase eucarístico fue tomada probablemente del recipiente en forma de paloma que en una época temprana se usaba en los baptisterios y a menudo suspendido encima de las fuentes. Estos vasos generalmente se hacían de oro o plata. Sin duda, este era el caso si el envase era diseñado para ser el recipiente inmediato del Santísimo Sacramento, ya que fue temprano y general el principio de que ningún material de base debía ser utilizado para este propósito. Pero cuando, como parece haber sido el caso en los últimos tiempos, la paloma era sólo la envoltura exterior que encerraba el píxide, el que a su vez contenía el Santísimo Sacramento, ocurrió que se podía usar cualquier material que a su vez fuese adecuado y digno. Mabillon (Iter Ital., 217) nos dice que en el monasterio de Bobio vio uno hecho de cuero dorado, y todavía se muestra uno en la iglesia de San Nazario en Milán, que es esmaltado en el exterior y de plata dorada en su interior.

Es motivo de controversia el momento exacto en que se comenzó a usar estos envases, pero fue sin duda en una fecha temprana. Tertuliano (C. Valentiniano. Cap. III) habla de la Iglesia como columboe domus, la casa de la paloma, y a veces se cita sus palabras como que muestran el uso de dichos envases en el siglo III. La referencia, sin embargo, es claramente al Espíritu Santo. En la vida de San Basilio, atribuida a San Anfiloquio, está quizás la primera mención clara de la paloma eucarística. ” “Cum panem divisisset in tres partes . . . tertiam positam supercolumbam auream, desuper sacrum altare suspendit” (Cuando él hubo partido el pan en tres partes … colocó la tercera parte en una paloma de oro, la suspendió etc., Vita Bas ., PG, XXXIX). La expresión de San Juan Crisóstomo sobre la Sagrada Eucaristía, convestitum Spiritu Sancto, vestida con el Espíritu Santo (Hom. XIII, ad pop Antioch.) se toma generalmente como alusiva a esta práctica de reservar la Sagrada Eucaristía en una paloma, el emblema del Espíritu Santo. Sedulio expresa la misma idea (Epist. XII) en los versos, “Sanctusquecolumbae Spiritus in specie Christum vestivit honore” — “Y el Espíritu Santo en forma de paloma ha vestido a Cristo en honor.”

La costumbre general, y ciertamente la primera, tanto en Oriente como en Occidente, era suspender la paloma del dosel o del baldaquino. En un período posterior en algunas partes de Occidente, especialmente en Roma, creció la costumbre de colocar sobre el altar una torre de material precioso, e incluir la paloma con el Santísimo Sacramento dentro de dicha torre. Así, en el “Liber Pontificalis”, el cual contiene amplios registros de los principales regalos hechos a las grandes basílicas en los siglos IV y siguientes, nunca nos encontramos con que la paloma fuese presentada sin la torre como su complemento. Así en la vida del Papa San Hilario se dice que le presentó al baptisterio en Letrán turrem argenteam . . . et columbam auream. En la vida de San Silvestre (ibid). se dice que Constantino le había regalado a la Basílica Vaticana pateram . . . cum turre et columba. Inocencio I (ibid.) le regaló a otra iglesia turrem argenteam cum columba.

Fuente: Barnes, Arthur. “Dove.” The Catholic Encyclopedia. Vol. 5. New York: Robert Appleton Company, 1909. 31 Jan. 2012
http://www.newadvent.org/cathen/05144b.htm

Traducido por Luz María Hernández Medina.

Fuente: Enciclopedia Católica