TARSIS

1Ki 10:22 el rey tenía .. una flota de naves de T
2Ch 9:21 porque la flota del rey iba a T con los
Jon 1:3 a T .. y halló una nave que partía para T


Tarsis (heb. Tarshîsh, tal vez “sobre el mar” o “que se rompe”). Es una palabra fenicia, derivada a su vez del acadio, que significa “fundición”, “refinerí­a”. Este nombre se le dio a las localidades donde los fenicios desarrollaban actividades mineras, como ser el sudeste de España, Túnez y la isla de Cerdeña. 1. Descendiente o descendientes de Javán (Gen 10:4; 1Ch 1:7). Esta Tarsis se relaciona generalmente con la Tartessus de España, conocida por los autores clásicos, una región ubicada alrededor del Baetis central e inferior (el moderno rí­o Guadalquivir). Esta identificación probablemente sea correcta, porque cuando Jonás se fue al puerto de Jope y se embarcó en una nave que tení­a a Tarsis como destino, su propósito era huir a un paí­s lejano (Jon 1:3), y Tarsis, ubicada en España, en el otro extremo del Mediterráneo, podrí­a haber sido ese lugar. De acuerdo con Isa 60:9 y 66:19 se trataba de una tierra distante. Según los profetas Jeremí­as y Ezequiel, la plata (Jer 10:9), el hierro, el estaño y el plomo (Eze 27:12) provení­an de Tarsis, por la cual muy probablemente se referí­an a la Tartessus de España. Sin embargo, en 2Ch 9:21 se puede referir a una región de Ofir, a menos que este versí­culo se lea de la misma manera que su texto paralelo de 1Ki 10:22, en el cual Tarsis es el nombre de la flota de barcos de Salomón. Mapa IV B-1. Véase Tarsis 2. Bib.: Herodoto iv.152. 2. La expresión “naves de Tarsis” se ha interpretado generalmente como una referencia a una gran flota de barcos capaces de navegar hasta España. Sin embargo, recientemente se ha sugerido que probablemente se la deba traducir como “flota de mineral refinado”, pues así­ se designaba a los barcos que traí­an a los mercados los metales procedentes de las diversas refinerí­as del mundo. En algunos de los pasajes del AT donde se mencionan estas naves, los fenicios colaboraban con los israelitas en empresas conjuntas (1Ki 10:22; 2Ch 9:21), o eran los dueños de ellas o sus tripulantes (Isa 23:1, 14; Eze 27:25). Otros pasajes que mencionan estas naves son 1Ki 22:48, Psa 48:7 e Isa 2:16 Bib.: W. F. Albright, BASOR 83 (1941):21, 22. 3. Benjamita, hijo de Bilhán (1Ch 7:10). 4. Nombre de uno de los 7 notables prí­ncipes del Imperio Persa en tiempos del rey Asuero (Jerjes; Est 1:14). Puesto que se le aplica a él, el nombre parece persa, pero su etimologí­a es desconocida.

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

nombre de varón, de una piedra y de una ciudad. 1. Hijo de Javán, Gn 10, 4. 2. Uno de los siete prí­ncipes de Persia y de Media. Gozaban de privilegios especialmente el rey Asuero, Est 1, 14. 3. Hijo de Bilhán, 1 Cr 7, 10. 4. Piedra preciosa que algunas veces es traducida en la Biblia como berilo, Ex 28, 20; 39, 13; Dt 10, 6. Otras veces es traducida como crisólito, Ez 1, 16; 10, 9; 28, 13; y como zafiro, Ct 5, 14. 5. Ciudad que no se identifica con claridad, hacia la que se embarcó Jonás, con el propósito de huir de la presencia de Yahvéh, Jon 1, 3. Se supone que T. era un puerto en el mar Mediterráneo, distante de Palestina.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

1. Hijo de Javán, bisnieto de Noé (Gen 10:4).
2. Un lugar presumiblemente en la región mediterránea occidental, que muchos conjeturan identificable con Tartesos, antigua ciudad situada en la costa atlántica de España (Jon 1:3).
3. Flota de Tarsis parece referirse a grandes naves de la clase y tamaño utilizadas en el comercio de Tarsis (1Ki 10:22).
4.
Un bisnieto de Benjamí­n (1Ch 7:10).
5. Uno de los siete prí­ncipes de Persia y Media que estuvieron en la presencia de Jerjes, quien fue Asuero (Est 1:14).

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

(ávido).

Puerto en el Mediterraneo de donde vino uno de los Reyes Magos: (Sal 72:10). Se piensa que pueda ser Espana o Túnez.

Diccionario Bí­blico Cristiano
Dr. J. Dominguez

http://biblia.com/diccionario/

Fuente: Diccionario Bíblico Cristiano

(Berilo, jaspe amarillo?). Nombre de personas y de lugares del AT.

1. Segundo de los hijos de †¢Javán (Gen 10:4).

. Nombre con el cual se designa en la Biblia a una región lejana, una tierra desde la cual se traí­an grandes riquezas, vinculada de alguna manera con †¢Javán, esto es, Grecia. La lejaní­a de esta tierra obligaba al uso de naves grandes, capaces de largas travesí­as, de donde vino el nombre de †œnaves de T.† para los barcos con esas caracterí­sticas (1Re 10:22; 1Re 22:48; Sal 48:7). Pero la palabra se usaba para aludir a tierras extrañas, en sentido general, por lo cual nos parece hoy algo vago. Los fenicios eran los que más manejaban el comercio con esas tierras lejanas, por lo cual a Tiro se le llama †œhija de T.†, ya que dependí­a de ese comercio para su prosperidad (Isa 23:10; Eze 27:12). De allí­ se traí­a †œplata, hierro, estaño y plomo† (Jer 10:9; Eze 27:12), por lo cual se deduce que T. era un paí­s del Mediterráneo.

Salomón, asociado con el rey fenicio †¢Hiram, envió naves a T., que traí­an †œoro, plata, marfil, monos y pavos reales†. El tiempo que se necesitaba para estas expediciones (tres años) indica la lejaní­a de las tierras (1Re 10:22; 2Cr 9:21). El término T. se usa para designar a tierras lejanas que estuvieran en el Mediterráneo, hacia occidente. Así­, †¢Jonás tomó en Jope una nave para irse a T. (Jon 1:3). Pero también se utiliza para señalar a tierras que quedaban al oriente, puesto que el rey Josafat, asociándose con Ocozí­as de Israel, trataron de construir barcos en †¢Ezión-geber †œque fuesen a T.† †œLas naves se rompieron y no pudieron ir a T.† (1Re 22:48; 2Cr 20:35-37).
muy lejos vendrán los expatriados de Israel, que regresarán en †œnaves de T.† a su tierra (Isa 60:9). Dios promete enviar mensajeros a las naciones, aun a la lejana T., diciendo: †œpublicarán mi gloria entre las naciones† (Isa 66:19). †œLos reyes de T. y de las costas traerán presentes† ante el Mesí­as (Sal 72:10). La mayorí­a de los eruditos acepta que posiblemente el nombre de T. proviene de Tartesus, una colonia fenicia a orillas del Guadalquivir, en España.

3. Personaje en la descendencia de Benjamí­n (1Cr 7:10).

. Uno de los siete consejeros del rey Asuero, †œque veí­an la cara del rey y se sentaban los primeros del reino† (Est 1:14).

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, PAIS BIOG HOMB HOAT

vet, Término fenicio derivado del acádico; pos. “refinerí­a”. (a) Pueblo surgido de Javán (Gn. 10:4) y de su territorio. Jonás (Jon. 1:3) se embarcó en Jope para llegar a Tarsis, en el punto más opuesto a Ní­nive, y por tanto en occidente (cfr. Is. 66:19). De Tarsis se importaba plata batida a hojas y láminas (Jer. 10:9), hierro, estaño, plomo (Ex. 27:12). Identificación plausible: Tartesos, en el sur de España, no lejos de Gibraltar (Herodoto 4:152). Los fenicios, atraí­dos por las riquezas mineras de la región, fundaron allí­ una colonia. El término “naves de Tarsis” designaba al principio las naves que hací­an la travesí­a entre este lugar y los paí­ses lejanos. Después se usó la misma expresión para designar a las naves de mayor tonelaje, fuera cual fuera su destino (Sal. 48:7; Is. 2:16; 23:1, 14; 60:9; Ez. 27:25). Josafat construyó naves de esta clase para enviarlas a Ofir, pero se rompieron en la rada de Ezión-geber (1 a. 22:49). La expresión “naves de Tarsis” ha sido interpretada como “naves que van a Tarsis” (2 Cr. 9:21; cfr. 1 R. 10:22) o “naves destinadas a ir a Tarsis” (2 Cr. 20:36). Sin embargo, es posible que el significado original del término “Tarsis”, aplicado a estas naves, haya sido “naves de refinerí­as”, nombre de naves similares que comunicaban las minas y las refinerí­as de Cerdeña y Fenicia. Más tarde mantuvieron la comunicación con las refinerí­as del sur de España. Una inscripción fenicia del siglo IX a.C. descubierta en Nora, en Cerdeña, habla de un “tarsis” (o refinerí­a) en esta isla. (b) Benjamita, hijo de Bilhán (1 Cr. 7:10). (c) Uno de los siete prí­ncipes de Persia (Est. 1:14).

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

[023]

Ciudad griega que comerciaba con Tiro (Gen 10.4 Jon. 1.3 y 4.2); Ez. 27.12). La localización es muy incierta y varí­an sus atribuciones desde los que la sitúan en “Tartesos” de la lejana Bética de Iberia, o acaso en Cartago, hasta los que la colocaba en el Mar Negro o acaso en Sicilia.

Las naves de Tarsis (1. Rey. 10.22) acaso se identifiquen con las naves de Tiro y Sidón, que desde antiguo bogaban en el Mediterráneo en busca de productos nuevos procedentes de lejanas tierras.

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa

(de una raí­z que significa: †œhacer añicos†).

1. Uno de los cuatro hijos que le nacieron a Javán después del Diluvio. (Gé 10:4; 1Cr 1:7.) Se le incluye entre los 70 cabezas de familia procedentes de los cuales †œse esparcieron por la tierra† las naciones. (Gé 10:32.) Como en el caso de los demás hijos de Javán, el nombre Tarsis aplicó con el tiempo a un pueblo y a una región.

2. Descendiente de Benjamí­n e hijo de Bilhán. (1Cr 7:6, 10.)

3. Uno de los siete prí­ncipes y consejeros del rey Asuero que consideraron el caso de la rebelde reina Vasti. (Est 1:12-15.)

4. Región que poblaron inicialmente los descendientes de Tarsis, hijo de Javán y nieto de Jafet. Hay algunos indicios de la dirección hacia la que emigraron los descendientes de Tarsis durante los siglos posteriores al Diluvio.
El profeta Jonás (c. 844 a. E.C.), comisionado por Jehová para ir a Ní­nive (Asiria), intentó eludir su asignación yendo a Jope (la moderna Tel Aviv-Yafo), puerto marí­timo del Mediterráneo, donde compró un pasaje para †œuna nave que iba a Tarsis†. (Jon 1:1-3; 4:2.) Por consiguiente, es obvio que Tarsis tení­a que estar en el Mediterráneo o junto a él y en dirección opuesta a Ní­nive. Además, debí­a ser más fácil llegar a Tarsis por mar que por tierra. En Ezequiel 27:25, 26 se usa la expresión: †œEl corazón del alta mar† en relación con †œlas naves de Tarsis†. (Compárese con Sl 48:7; Jon 2:3.)
Una inscripción del emperador asirio Esar-hadón (del siglo VII a. E.C.) hace alarde de sus victorias sobre Tiro y Egipto, y afirma que le pagaron tributo todos los reyes de las islas desde Chipre †œhasta Tarsisi†. (Ancient Near Eastern Texts, edición de J. B. Pritchard, 1974, pág. 290.) Como Chipre está en la parte oriental del Mediterráneo, puede deducirse de esta referencia que Tarsis se encontraba en la parte occidental de dicho mar, por lo que algunos eruditos la identifican con la isla de Cerdeña.

Posible identificación con España. La mayor parte de los eruditos relacionan Tarsis con España, basándose en referencias antiguas a un lugar o región de España que los escritores griegos y romanos llamaban Tartesos. Aunque el geógrafo griego Estrabón (del siglo I a. E.C.) emplazaba una ciudad llamada Tartesos en la región del rí­o Guadalquivir, en Andalucí­a (Geografí­a, 3, II, 11), parece ser que Tartesos aplica de manera general a toda la parte S. de la pení­nsula ibérica.
Numerosas obras de consulta dan por sentado que los fenicios colonizaron las costas españolas, y se refieren a Tartesos como una de sus colonias. Sin embargo, no parece haber suficiente prueba que respalde esta teorí­a. Por ello, la Encyclopædia Britannica (1959, vol. 21, pág. 114) dice: †œNi fenicios ni cartagineses dejaron en esa tierra una huella permanente. Sin embargo, los griegos ejercieron en ella una profunda influencia. Las naves de Tiro y Sidón quizás hayan comerciado más allá del estrecho y en Cádiz por lo menos en época tan temprana como el siglo IX a. de J.C.; sin embargo, la arqueologí­a moderna, que ha hallado y excavado ciudades griegas, í­beras y romanas, no ha sacado a la luz un solo asentamiento fenicio, ni se han hallado restos fenicios más importantes que algunas baratijas, joyas y otros artí­culos de trueque. Se desprende, por lo tanto, que, con la posible excepción de Cádiz, los fenicios no construyeron ciudades, sino simples puestos en los que comerciar y donde sus naves pudieran hacer escala†. La historia también muestra que cuando los fenicios y los griegos empezaron a comerciar en España, el lugar ya estaba poblado y los nativos llevaban la plata, el hierro, el estaño y el plomo que iban buscando los comerciantes.
Por consiguiente, parece haber buena razón para creer que los descendientes de Javán (los jonios) por la lí­nea de Tarsis llegaron hasta la pení­nsula ibérica, donde constituyeron el grupo étnico más destacado. Esta posible ubicación de Tarsis también armoniza satisfactoriamente con las demás referencias bí­blicas a este lugar.

Relaciones comerciales con Salomón. El comercio fenicio con Tarsis está corroborado claramente por el registro del tiempo del rey Salomón (unos trece siglos después del Diluvio), cuando la nación de Israel también empezó a efectuar comercio marí­timo. Salomón tení­a una flota de naves en la zona del mar Rojo, parte de cuya tripulación eran marineros expertos que el rey fenicio Hiram de Tiro le habí­a proporcionado, y estaba dedicada especialmente al tráfico con la tierra de Ofir, rica en oro. (1Re 9:26-28.) Después se hace referencia a †œuna flota de naves de Tarsis† que Salomón tení­a en el mar †œjunto con la flota de naves de Hiram†, y se dice que estas naves hací­an viajes cada tres años para importar oro, plata, marfil, monos y pavos reales. (1Re 10:22.) Se cree que la expresión †œnaves de Tarsis† con el transcurso del tiempo representó un tipo de nave, como dice cierto léxico: †œNaves grandes, propias para la navegación de altura, adecuadas para hacer el trayecto a Tarsis†. (A Hebrew and English Lexicon of the Old Testament, de Brown, Driver y Briggs, 1980, pág. 1077.) De manera similar, el nombre inglés Indiamen se aplicó originalmente a las grandes naves británicas que participaban en actividades comerciales con la India, pero con el tiempo el término aplicó a todas las naves de ese tipo sin importar su origen o su destino. De modo que en 1 Reyes 22:48 se muestra que el rey Jehosafat (c. 936-911 a. E.C.) †œhizo naves de Tarsis para que fueran a Ofir por oro†.
No obstante, el relato de las Crónicas especifica que las naves que utilizó Salomón para los viajes trienales †œiban a Tarsis† (2Cr 9:21); además, comenta que las naves de Jehosafat estaban diseñadas para que †œfueran a Tarsis†, pero †œse destrozaron, y no retuvieron fuerza para ir a Tarsis†. (2Cr 20:36, 37.) Estos textos indican que Ofir no era el único puerto de escala de las †œnaves de Tarsis† israelitas, sino que también navegaban por aguas del Mediterráneo. Naturalmente, esto plantea un problema, pues se muestra que el lugar de botadura de al menos algunas de estas naves fue Ezión-guéber, en el golfo de `Aqaba. (1Re 9:26.) Para que las naves llegasen al mar Mediterráneo, tení­an que atravesar por un canal desde el mar Rojo hasta el rí­o Nilo y luego hasta el Mediterráneo, o circunnavegar el continente africano. Aunque hoy resulta completamente imposible determinar los detalles de las rutas de navegación (y los canales) que existí­an o se utilizaban en el tiempo de Salomón y en el tiempo de Jehosafat, no es suficiente razón para poner en tela de juicio el registro de sus actividades marí­timas.

En la profecí­a. Parece ser que Tarsis fue un importante mercado para la ciudad comercial de Tiro, y quizás el que le proporcionó las mayores riquezas durante parte de su historia. Desde tiempos antiguos, España ha tenido minas para explotar sus ricos depósitos de plata, hierro, estaño y otros metales. (Compárese con Jer 10:9; Eze 27:3, 12.) Por consiguiente, la declaración formal profética de Isaí­as en cuanto a la caí­da de Tiro dice que las naves de Tarsis †˜aullarí­an†™ cuando llegaran a Kitim (Chipre, quizás su última escala en su trayecto hacia el E.) y recibieran las noticias de que el próspero puerto de Tiro habí­a sido †˜despojado violentamente†™. (Isa 23:1, 10, 14.)
Otras profecí­as predicen que Dios enviarí­a a algunos de su pueblo a Tarsis para proclamar allí­ su gloria (Isa 66:19) y que †œnaves de Tarsis† traerí­an a los hijos de Sión desde lejos. (Isa 60:9.) Se dice que los †œreyes de Tarsis y de las islas† tienen que pagar tributo al que Jehová designa como rey. (Sl 72:10.) Por otra parte, en Ezequiel 38:13 se dice que los †œmercaderes de Tarsis†, junto con otros pueblos comerciantes, expresarí­an interés egoí­sta en el saqueo que se proponí­a hacer Gog de Magog de aquellos a quienes Jehová habí­a reunido. Como las naves de Tarsis están incluidas entre otros sí­mbolos de vanagloria, altivez y altanerí­a, tienen que ser rebajadas, y solo Jehová ha de ser ensalzado en el †œdí­a que pertenece a Jehová de los ejércitos†. (Isa 2:11-16.)

Fuente: Diccionario de la Biblia

1. Nieto de Benjamín, hijo de Bilhán (1 Cr. 7.10) 2. Uno de los siete príncipes destacados de Asuero, gobernante de Persia (Est. 1.14).

3. Hijo de Javán, nieto de Noé (Gn. 10.4; 1 Cr. 1.7). El nombre Tarsis (taršı̂š) se refiere tanto a los descendientes como a la tierra.

Varias de las referencias en el AT se relacionan con barcos y sugieren que Tarsis se encontraba a la orilla del mar. Así Jonás se embarcó en una nave que partía para Tarsis (Jon. 1.3; 4.2) desde Jope a fin de huir a una tierra distante (Is. 66.19). La tierra era rica en metales tales como la plata (Jer. 10.9), el hierro, el estaño, el plomo (Ez. 27.12), que se exportaban a lugares como Jope y Tiro (Ez. 27). Una región en el Mediterráneo occidental donde hay buenos depósitos de mineral parecería ser una identificación probable, y muchos han pensado en Tartessos en España. Según Herodoto (4.152), Tartessos se encontraba “más allá de las columnas de Hércules”, y Plinio y Estrabón la ubicaban en el valle del Guadalquivir. Por cierto que la riqueza mineral en España atrajo a los fenicios, quienes fundaron colonias allí. Indicios interesantes proceden de Cerdeña, donde inscripciones monumentales erigidas por los fenicios en el ss. IX a.C. contienen el nombre Tarsis. W. F. Albright ha sugerido que la palabra Tarsis misma sugiere la idea de minería y fundición, y que en un sentido cualquier territorio que produjese minerales podría llamarse Tarsis, aunque parecería más probable que fuese España la tierra de que se trata. Una antigua raíz semítica que se encuentra en el ac. rašāšu significa “derretir”, “fundir”. Es posible que un sustantivo derivado, taršı̄šu, se uso para definir una planta de fundición o refinería (ár. ršš, ‘gotear’, etc., con referencia a líquidos). De allí que cualquier lugar donde se efectuaban tareas de minería o fundición podría llamarse Tarsis.

Hay otra posibilidad en cuanto al sitio de Tarsis. Según 1 R. 10.22 Salomón tuvo una flota de barcos de Tarsis que llevaba oro, plata, marfil, monos y pavos reales a Ezion-geber en el mar Rojo, y 1 R. 22.48 menciona que los barcos de Josafat de Tarsis zarpaban de Ezion-geber hacia Ofir. Más todavía, 2 Cr. 20.36 dice que estos barcos se hacían en Ezion-geber para navegar a Tarsis. Estas últimas referencias parecerían descartar cualquier destino mediterráneo pero a la vez indican un lugar en el mar Rojo o en África. La expresión ˒°nı̂ ṯaršı̂š, marina de Tarsis o flota de Tarsis, podría referirse en forma más general a barcos que transportaban metal fundido ya sea a tierras distantes de Ezion-geber o a Fenicia desde el occidente del Mediterráneo. Para el punto de vista de que los navíos de Tarsis eran de gran calado conocidos por dicho nombre debido al puerto de Tarso, o el gr. tarsos, ‘remo’, véase * Naves y Barcos.

Estos barcos simbolizaban riqueza y poder. Un gráfico cuadro del día del juicio divino consistía en representar la destrucción de estos grandes barcos en ese día (Sal. 48.7; Is. 2.16; 23.1, 14). El hecho de que Is. 2.16 compare los barcos de Tarsis con las “pinturas preciadas” (“barcos cargados”, °bj; “barcos preciosos”, °vp) sugiere que cualquiera haya sido la identificación original de Tarsis, en literatura se convirtió, como también en la imaginación popular, en un paraíso distante donde se podía obtener toda suerte de artículos suntuosos a fin de llevarlos a lugares tales como Fenicia e Israel.

Bibliografía. S. Bartina, “España en la Biblia”, °EBDM, t(t). III, cols. 161–163; L. García Iglesias, Los judíos en la España antigua, 1978, pp. 31–34; J. M. Blázquez, Tartessos y los orígenes de la colonización fenicia en Occidente, 1975.

W. F. Albright, “New Light on the Early History of Phoenician Colonization”, BASOR 83, 1941, pp. 14ss; “The Role of the Canaanites in the History of Civilization”, Studies in the History of Culture, 1942, pp. 11–50, esp. pp. 42; C. H. Gordon, “Tarshish”, IDB, 4, pp. 517s.

J.A.T.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico