TIATIRA

Act 16:14; Rev 1:11; 2:18


Tiatira (gr. Thuátira o Thuáteira, “ciudad de la hija”). Ciudad de Lidia, en el camino entre Pérgamo y Sardis, junto al rí­o Lico, un tributario del Hermo. Seleuco I la volvió a fundar entre el 301 y el 281 a.C. como una colonia militar macedónica, pero se desarrolló después como un importante centro comercial e industrial. Se hizo famosa por sus gremios de tejedores y tintoreras que teñí­an lana y lino; también por sus productos de cuero y por ser un centro productor de objetos de metal. La 1a conversa de Pablo en Filipos fue Lidia, una vendedora de prendas teñidas de púrpura (un rojo brillante obtenido de las raí­ces de ciertas plantas) procedente de Tiatira (Act 16:14), y quizá miembro del gremio de los tintoreras de esa ciudad. Que existiera una iglesia cristiana en ella antes de la terminación del s I d.C. se comprueba por la carta que le escribiera Juan en el Apocalipsis desde la isla de Patmos (2:18-29). La moderna ciudad de Akhisar ha sido construida en el lugar de Tiatira. Pocos restos quedan visibles de sus antiguos edificios u otros recuerdos de su historia (fig 507). Mapa XX, B-4. 507. Sarcófago de piedra en Akhisar, la Tiatira antigua. La inscripción griega menciona Tiatira.

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

ciudad de Asia Menor, situada en Lidia, en el camino de Pérgamo a Sardes; fundada por Seléuco I de Siria, que hacia 133 a. C., fue una guarnición fronteriza al imperio romano. Fue famosa en la antigüedad por su red de carreteras y su industria textil. De esa ciudad era Lidia, una vendedora de púrpura que adoraba a Dios, Hch 16, 14. A la Iglesia de T. está dirigida la más extensa de las cartas del Apocalipsis. En ella se le reprocha que siga tolerando a Jezabel, la llamada profetisa difusora de la falsa doctrina de los nicolaí­tas, Ap 2, 18-29.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

Ciudad de la provincia de Asia, en la frontera entre Lidia y Misia.

Tiatira no tiene una historia ilustre, y es apenas mencionada por los escritores antiguos. El sistema monetario sugiere que, situada como estaba sobre una gran carretera que uní­a dos valles fluviales, Tiatira fue por muchos siglos una ciudad guarnición. Su antigua diosa Anatolia era una figura guerrera armada con un hacha de combate y montada sobre un caballo de guerra. Una o dos monedas raras muestran una deidad femenina haciendo una corona almenada. La ciudad era un centro comercial, y los registros conservan referencias a más gremios comerciales que los mencionados en ninguna otra ciudad de Asia. Lidia, a quien Pablo encontró en Filipos, era una vendedora de púrpura, el producto de la raí­z de la rubia, de Tiatira (Act 16:14). Es curioso encontrar otra mujer con el nombre de la princesa que por matrimonio selló la asociación comercial de Acab con los fenicios, liderando un grupo de compromiso en la iglesia de Tiatira (Rev 2:20-21). La necesidad de afiliación a un gremio comercial invitaba a los creyentes de Tiatira a acomodarse y abrí­a la puerta a muchas tentaciones. Tiatira jugó una parte significativa en la historia posterior de la iglesia.

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

Ciudad en Asia Menor. Originalmente era parte del reino de Lidia. Conquistada por Alejandro Magno, la dejó a Lisí­maco, uno de su sucesores. éste fue vencido por Seleuco I en el año 301 a.C., pasando así­ T. a formar parte de Siria. Seleuco la reconstruyó y le dio el nombre de T. al recibir la noticia de que le habí­a nacido una hija (gr. thigater). La ciudad tení­a mayormente una función militar, como puesto de vigilancia por el importante cruce de carreteras en que se encontraba, pero poco a poco se fue convirtiendo en un centro comercial, adquiriendo fama por su industria de teñir paños. Posiblemente con ésta estaba relacionada †¢Lidia, la comerciante de púrpura que se convirtió en Filipos (Hch 16:12-15). Algunos especulan que fue ella quien trajo el evangelio a T. tras su conversión. Los arqueólogos han descubierto allí­ inscripciones que denotan el alto grado de organización de la fuerza de trabajo en T. Casi todos los oficios eran ejercidos por artesanos que formaban †œgremios† de alfareros, tintoreros, panaderos, traficantes de esclavos, y así­ sucesivamente. La deidad más adorada en T. era Apolo en su representación como dios del Sol, coronado de rayos. Así­ aparece en algunas de sus monedas. Otras monedas presentan a T. como una mujer con una corona de almenas, por su original carácter de puesto militar.

T. es una de las siete iglesias a las cuales Juan dirige sus cartas (Apo 2:18-29). Algunos piensan que el lenguaje que se usa para presentar la figura de Cristo tiene algo que ver con el trasfondo religioso de T. Se le introduce como †œel Hijo de Dios, el que tiene ojos como llama de fuego, y pies semejantes al bronce bruñido†. Su mensaje es sumamente severo, a causa del pecado de †¢Jezabel y sus seguidores, y termina con unas palabras que resuman autoridad: †œAl que venciere … yo le daré autoridad sobre las naciones, y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero†. T. es conocida hoy con el nombre de Ak-Hisar.

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, CIUD IGLE

sit, a9, 355, 184

vet, Ciudad de Asia Menor, en, Lidia, cerca del lí­mite con Misia, en el camino de Pérgamo a Sardis. Entre el año 301 y 281 a.C., Seleuco Nicátor estableció allí­ una colonia de macedonios, y la llamó Tiatira. La ciudad existí­a anteriormente con el nombre de Pelopia y de Eutipia (Plinio, Historia Natural 5:31). Sus habitantes sobresalí­an en el arte de teñir las telas de púrpura. Lidia, la comerciante de púrpura, era originaria de Tiatira (Hch. 16:14). Una de las siete iglesias de Asia, estaba situada en esta ciudad (Ap. 1:11; 2:18-29). En la localidad de Ak Hissar, sobre el emplazamiento de la antigua Tiatira, se hallan fragmentos de columna que datan de la ciudad antigua.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

Ciudad reedificada a principios del siglo III a. E.C. por Seleuco Nicátor, uno de los generales de Alejandro Magno. Estaba situada a unos 60 Km. de la costa egea, a orillas de un afluente del Gediz (antiguo rí­o Hermos), en Asia Menor occidental. La congregación cristiana de Tiatira recibió un mensaje escrito por el apóstol Juan según se lo reveló el Señor Jesucristo. (Rev 1:11.)
Tiatira se llama actualmente Akhisar, y está situada a unos 250 Km. al SSO. de Estambul y a unos 375 Km. al E. de Atenas. (GRABADO, vol. 2, pág. 946.) Nunca fue una gran metrópoli o un centro de importancia polí­tica especial; pero era un centro industrial próspero, destacado por sus diversas actividades artesanales: la tejedurí­a, el tinte, el trabajo del cobre, el curtido, la alfarerí­a, etc. En las inscripciones se menciona con frecuencia su negocio de tintura. Los que trabajaban con los tintes en Tiatira utilizaban la raí­z de la rubia (llamada también granza) como fuente de su famoso color púrpura escarlata, conocido en tiempos posteriores como laca.
Lidia era una †˜vendedora de púrpura de la ciudad de Tiatira†™ que se convirtió al cristianismo durante la primera visita de Pablo a Filipos (Macedonia). Es posible que fuera una representante en el extranjero de los fabricantes de Tiatira, una mujer de negocios de buena posición económica que poseí­a una casa lo bastante espaciosa como para hospedar a Pablo y a sus compañeros durante su estancia en Filipos. (Hch 16:12-15.)
No se sabe cuándo llegó por primera vez el cristianismo a Tiatira ni quién lo llevó. Tampoco hay registro de si Pablo u otros evangelizadores visitaron la ciudad ni de si Lidia regresó a ella. Posiblemente el mensaje llegó a Tiatira durante los dos años (c. 53-55 E.C.) que Pablo estuvo trabajando en Efeso, a unos 115 Km. al SO. de Tiatira, pues durante aquel tiempo †œtodos los que habitaban en el distrito de Asia oyeron la palabra del Señor, tanto judí­os como griegos†. (Hch 19:10.) Lo que sí­ se sabe es que unos cuarenta años después habí­a una congregación activa de cristianos en Tiatira. (Rev 1:10, 11.)

El mensaje de Jesucristo a la congregación de Tiatira. Esta congregación, la cuarta de las siete a las que se dirigió un mensaje, fue encomiada por el amor, la fe y la perseverancia que habí­a mostrado. También se aprobó su ministerio; sus †œhechos recientes [eran] más que los de antes†. Pero aunque la congregación tení­a estas cualidades encomiables, habí­a permitido que surgiera y continuara un mal ambiente. A este respecto, el Señor declaró en tono reprobatorio: †œToleras a aquella mujer Jezabel, que a sí­ misma se llama profetisa, y enseña y extraví­a a mis esclavos para que cometan fornicación y coman cosas sacrificadas a los í­dolos†. Esta †œmujer† probablemente recibió el nombre Jezabel debido a su conducta inicua parecida a la de la esposa de Acab y a su obstinada negativa a arrepentirse. Sin embargo, parece ser que solo una minorí­a de los miembros de la congregación de Tiatira aprobaba esta influencia de Jezabel, ya que el mensaje continúa dirigiéndose †œa los demás de ustedes que están en Tiatira, a todos los que no tienen esta enseñanza, a los mismí­simos que no llegaron a conocer las †˜cosas profundas de Satanás†™†. (Rev 2:18-29.)

Fuente: Diccionario de la Biblia

(véase el mapa que acompaña al art. sobre Colosas). Ciudad en la provincia romana de Asia, al O de lo que es hoy la Turquía asiática. Ocupaba una posición importante en un “corredor que conectaba a los valles Hermo y Caico. Era una guarnición fronteriza, primeramente en la frontera occidental del territorio de Seleuco I de Siria, y más tarde, después de cambiar de manos, en la frontera E del reino de Pérgamo. Con ese reino pasó a depender del gobierno romano en 133 a.C. Pero siguió siendo punto importante del sistema carretero romano, por cuanto se encontraba entre Pérgamo y Laodicea, sobre la carretera que la unía y luego continuaba hacia las provincias orientales. También fue un importante centro manufacturero; entre los oficios que se sabe que existían allí figuran la confección de ropa, la industria del teñido, la cerámica, y los trabajos en latón. En el mismo sitio de la ciudad existe todavía hoy una población grande (Akhisar).

Lidia de Tiatira, “vendedora de púrpura”, a quien Pablo conoció en Filipos (Hch. 16.14), probablemente era agente de algún fabricante de Tiatira en las regiones de ultramar; probablemente estaba organizando la venta de artículos de lana teñidos que se conocían simplemente por el nombre de la correspondiente tintura de teñir. Esta “púrpura” se obtenía de la raíz de la rubia, y se siguió produciendo en la zona, bajo el nombre de “rojo turco”, hasta el siglo actual.

La iglesia de Tiatira es la cuarta (Ap. 1.11) de las “siete iglesias de Asia”. Algunos de los símbolos en la carta a esta iglesia (Ap. 2.18–29) parecen aludir a las circunstancias de la ciudad. La descripción de Cristo (v. 18) es apropiada para una ciudad renombrada por los trabajos en latón (jalkolibanos, traducido “bronce bruñido”, cf. °vrv1, “latón fino”, podría ser un término técnico para algún tipo local de artesanía en latón o bronce). Los términos de la promesa (vv. 26–27) podrían reflejar la larga historia militar de la ciudad. “Jezabel” (nombre que probablemente sea simbólico) era una mujer que evidentemente fue aceptada en la comunión de la iglesia (v. 20). Su enseñanza probablemente abogaba por la aceptación de alguna medida de transigencia con actividades implícitamente paganas. Posiblemente consistía en la integración de los clubes sociales o “sindicatos” en que estaban organizados los oficios. Estas entidades cumplían muchas funciones admirables, y prosperar en algún oficio podía resultar imposible si no se pertenecía al sindicato; pero sus reuniones estaban inevitablemente mezcladas con actos de inmoralidad y de culto pagano. (Véase W. M. Ramsay, The Letters to the Seven Churches of Asia, 1904, cap(s). 23–24; C. J. Hemer, Buried History 2, 1975, pp. 110–118.)

M.J.S.R., C.J.H.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico