TRIBUTO

Exo 1:11 pusieron sobre ellos comisarios de t que
Num 31:28 apartarás para Jehová el t de .. guerra
2Sa 8:2 fueron los moabitas siervos .. pagaron t
1Ki 9:21 hizo Salomón que sirviesen con t hasta
Ezr 4:13 no pagarán t, impuesto, y rentas, y el
Ezr 7:24 ninguno podrá imponerles t .. ni renta
Dan 11:20 uno que hará pasar un cobrador de t
Mat 9:9; Mar 2:14; Luk 5:27 sentado al banco de los t públicos
22:17


Tributo (heb. maí‘í‘â’, mekes, middâh, minjâh, ônesh; gr. fóros, kensos). En general, contribuciones forzadas de dinero, bienes o trabajo en momentos predeterminados por parte del pueblo sometido al gobernante que los vencí­a y bajo cuya jurisdicción viví­an. Moisés dio instrucciones a Israel (Deu 20:11) con respecto a cómo debí­an poner a otras naciones bajo “tributo” (el heb. mas, “trabajos forzados”, aparece como “tributo” en la RVR: Gen 49:15; Jdg 1:28; 1Ki 4:6; etc.). Un “tributo” del botí­n conseguido por el ejército debí­a ofrecerse al Señor (Num 31:28-41). Los israelitas pagaron tributo en diversas ocasiones a Moab (Jdg 3:15; “presente”, RVR), Egipto (2Ki 23:33; “multa”, RVR; 2Ch 36:3), Asiria (2Ki 17:3; 2Ch 28:21) y Persia (Est 10:1; etc.). Los tributos siempre eran más pesados en momentos de emergencia, porque los pueblos sometidos estaban encargados de financiar las campañas militares de reyes y emperadores. Jerjes (Asuero), rey de Persia, se hizo famoso como gran recaudador de tributos (Est 10:1). Sus desastrosas campañas contra los griegos significaron una pesada carga tributario para los pueblos sometidos (Dan 11:20). En dí­as de Esdras los judí­os seguí­an pagando tributo a Persia (Ezr 4:13). Pablo aconsejó a los cristianos a pagar fóros, “tributos”, “impuestos”, al gobierno civil (Rom 13:6, 7; figs 269, 516). 516. Tributo pagado a Salmanasar III por el pueblo de Carquemis, sobre las puertas de bronce de Balawat.

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

Lo que se cobraba en el puesto del cual Mateo fue llamado para seguir a Cristo (Mat 9:9), probablemente un impuesto de †œpeaje†. Los romanos impusieron un tributo o impuesto a todos los judí­os como también a todos los súbditos para poder mantener el gobierno provincial. Los cobradores de impuestos, o publicanos, eran despreciados por razón de su deshonestidad notoria y por su disposición de colaborar con un poder extranjero.

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

(tasas, impuestos).

Contribución forzosa al gobierno o al templo.

– Se prescribe el pago, Mat 22:21, Mar 12:13, Luc 20:25, Rom 13:6, 1Pe 2:13.

– Ejemplo de Cristo, Mat 17:24-27.

– Se pagaba con oro, o con el fruto del trabajo, 2Re 23:33-35, 1Sa 3:15, 1Re 4:7, 1Re 5:13-14, 1Re 9:15-21.

– Estaban exentos los sacerdotes y levitas, Esd 7:24.

Diccionario Bí­blico Cristiano
Dr. J. Dominguez

http://biblia.com/diccionario/

Fuente: Diccionario Bíblico Cristiano

†¢Impuestos. Tributos.

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, LEYE

ver, PUBLICANO

vet, (a) EPOCA de los JUECES. Bajo los Jueces no habí­a ejército ni corte. Se entregaban los diezmos y las ofrendas para el mantenimiento del Tabernáculo y del sacerdocio. Los levitas disfrutaban de las tierras que les habí­an sido entregadas. (b) EPOCA de la MONARQUíA. Bajo la Monarquí­a los recursos del Estado provení­an de diversas fuentes: (A) Impuestos en especie (1 R. 4:7-28; cfr. Am. 7:1). (B) Contribuciones especiales a la accesión de un soberano (1 S. 10:27) o en tiempos de guerra (1 S. 16:20; 17:18). (C) Tributos de los pueblos vencidos (2 S. 8:6, 14; 1 R. 10:15; 2 R. 3:4; Jue. 1:28, 30), y levas (1 R. 9:20, 21). Cuando los israelitas quedaron sometidos a un prí­ncipe extranjero, se vieron obligados a pagar un tributo y a subvenir además los gastos de su propio gobierno. (D) Impuestos sobre las operaciones comerciales (1 R. 10:15). David no impuso exacciones, ni en especie. Repartió a los hombres capaces de llevar armas en doce divisiones de veinticuatro mil hombres cada una. Cada uno de ellos debí­a dar un mes al año de servicio militar (1 Cr. 27:1). Salomón cargó al pueblo con muchos impuestos (1 R. 12:4). Esta fue la causa externa del cisma nacional. La exención de impuestos era una recompensa (1 S. 17:25; Ant. 17:2, 1). (b) EPOCA PERSA. En la época persa, Darí­o Histaspes obligó a los sátrapas de cada provincia a que pagaran una suma fija al tesoro real (Herodoto 3:89). El pueblo tení­a que mantener la casa del gobernador. Judá le entregaba los ví­veres diarios y cuarenta siclos de plata (Neh. 5:14, 15; Esd. 4:13, 20). Los sacerdotes, levitas y netineos estaban exentos de estos impuestos, mientras que, a fin de pagarlos, muchos israelitas se vieron obligados a hipotecar sus campos y viñas (Neh. 5:4; 9:37). En la época helení­stica, los soberanos egipcios y sirios sometieron a los judí­os a fuertes cargas, y llegaron a apropiarse de una parte de los diezmos pagados al Templo de Jerusalén (Ant. 12:3, 3; 12:4, 1-5; 1 Mac. 10:29-31; 11:34, 35; 13:37, 39). (c) EPOCA ROMANA. En el año 63 a.C., los romanos impusieron a los judí­os un tributo que pronto quedó fijado en más de diez mil talentos (Ant. 14:4, 4 y 5). Julio César lo aumentó (Ant. 10:5 y 6). Herodes el Grande gravó las mercancí­as (Ant. 15:9, 1; 17:8, 4). Bajo los procuradores, la recaudación se hací­a por arrendamiento (véase PUBLICANO). Los judí­os pagaban a los romanos las siguientes exacciones: (A) Impuesto sobre el suelo: se podí­a pagar en especie o con dinero. (B) Capitación (Mt. 22:17), que incluí­a además un impuesto sobre el patrimonio. (C) Gravámenes sobre la exportación y la importación, que se percibí­an en las ciudades marí­timas y en las puertas de las ciudades. Los habitantes de Jerusalén pagaban un impuesto de radicación (Ant. 19:6, 3). Al volver del exilio, todo israelita mayor de veinte años se vio obligado a pagar anualmente medio siclo para el servicio del Templo (Mt. 17:24). Los recaudadores recorrí­an las ciudades en fechas determinadas. Los judí­os de la diáspora hací­an efectivo este pago en lugares determinados. Después de la destrucción de Jerusalén, Vespasiano ordenó que todos los judí­os dispersados por el imperio romano enviaran a Roma, a Júpiter Capitolino, el medio siclo (dos dracmas) que habí­an pagado hasta entonces al Templo (Guerras 7:6, 6).

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

[851]
Pago que se hace como impuesto a una autoridad o como colaboración a los gastos globales de una comunidad o sociedad. En los sistemas sociales jerárquicos y absolutistas, como son las dictaduras y los imperios, los impuestos son coacciones abusivas del que tiene el poder y explota a los subordinados. En las democracias y en los gobiernos rectamente organizados, los impuestos son colaboraciones imprescindibles para la marcha de la comunidad.

Esta distinción es muy importante para juzgar la moralidad de los impuestos: deber de colaborar, posibilidad ética de ocultar, etc. Si el impuesto es justo y colaborativo, en conciencia hay que pagar los tributos. Si el impuesto es abusivo y opresivo, el ocultar o eludir puede ser un derecho de legí­tima defensa. Por lo tanto, hay que educar a las personas para que disciernan, piensen, actúen en conciencia y diferencien bien lo que hay detrás de la palabra “tributo”

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa

Tras las invasiones se solí­a someter a tributo a los pueblos vencidos. Así­ lo hizo Israel con los pueblos sometidos en la conquista de Palestina (Jos 17,13; Jue 1,28) y los reyes David (2 Sam 8,2.6) y Salomón (1 Re 5,1) con los pueblos dominados. Salomón gravó con fuertes impuestos a su propio pueblo (1 Re 4,7; 12,3). Pero así­ también, a la inversa, Israel tuvo que pagar tributo en las diversas dominaciones que sufrió. En la época del N. T. paga tributo al imperio romano. Jesucristo declara que debe pagarse el tributo (Mc 12,14; Lc 20,22), aunque le acusen de lo contrario; y lo mismo dice San Pablo (Rom 13,1-7). Existí­a también el llamado tributo del templo, impuesto anual que debí­an pagar todos los israelitas varones mayores de veinte años para el sostenimiento del culto en Jerusalén. Jesucristo lo pagó (Mt 17,24-28); debí­an pagarlo incluso los israelitas de la diáspora, lo que dio origen al establecimiento de los cambistas en los atrios del templo (Mt 21,12; Jn 2,15). -> contexto.

E. M. N.

FERNANDEZ RAMOS, Felipe (Dir.), Diccionario de Jesús de Nazaret, Editorial Monte Carmelo, Burbos, 2001

Fuente: Diccionario de Jesús de Nazaret

Por lo general, dinero u otras cosas valiosas, como ganado, que un estado o gobernante pagaba a una potencia extranjera en señal de sumisión, para mantener la paz o conseguir protección. (Si se desean considerar las palabras del idioma original, véase IMPUESTOS.) Las naciones que exigí­an tributo de otros pueblos solí­an recibir oro y plata o productos escasos en su paí­s. De esta manera fortalecí­an su economí­a mientras mantení­an débiles a las naciones subyugadas al gravar pesadamente sus recursos.
Los reyes de Judá que recibieron tributo de otros pueblos fueron David (2Sa 8:2, 6), Salomón (Sl 72:10; compárese con 1Re 4:21; 10:23-25), Jehosafat (2Cr 17:10, 11) y Uzí­as (2Cr 26:8), y de Israel, el rey Acab (2Re 3:4, 5). Sin embargo, debido a su infidelidad, los israelitas estuvieron sometidos muchas veces y se vieron obligados a pagar tributo a otros pueblos. Ya en el tiempo de los jueces, pagaron tributo cuando estuvieron bajo la dominación del rey moabita Eglón. (Jue 3:12-17.) En años posteriores, tanto el reino de Judá como el reino septentrional de Israel pagaron tributo a las potencias extranjeras que los sometieron. (2Re 17:3; 23:35.) En varias ocasiones pagaron lo que equivalí­a a una forma de tributo cuando compraron el favor de naciones enemigas o sobornaron a otras para recibir ayuda militar. (2Re 12:18; 15:19, 20; 18:13-16.)

Fuente: Diccionario de la Biblia

1. foros (fovro”, 5411), relacionado con fero, traer, denota tributo pagado por una nación que está sometida (Luk 20:22; 23.2; Rom 13:6,7.)¶ 2. kensos (kh`nso”, 2778), lat. census, castellano censo, denota un impuesto cobrado por cabeza, y se traduce “tributo” en Mat 22:17, 19; Mc 12.14; “impuestos” en Mat 17:25: Véase IMPUESTO.¶ 3. telos (tevlo”, 5056), un fin, terminación, sea de tiempo o de propósito. Denota, en su sentido secundario, lo que se paga con fines públicos, una tasa, tributo (Mat 17:25; Rom 13:7, dos veces). En Palestina los Herodes de Galilea y de Perea recibí­an los tributos; en Judea eran pagados al procurador e iba destinado al gobierno romano. Véase FIN, A, Nº 1, y también CUMPLIMIENTO, EXTREMO. 4. telonion (telwvnion, 5058), traducido “banco de los tributos públicos” (Mat 9:9), se trata bajo BANCO.

Fuente: Diccionario Vine Nuevo testamento

El tributo en el sentido de gravamen que debe pagar un estado a otro, como señal de subyugación, es un rasgo común de las relaciones internacionales en el mundo bíblico. El tributario podía ser un estado hostil o un aliado. Como la deportación, su propósito era debilitar al estado hostil. La deportación tenía como fin reducir el potencial humano. El propósito del tributo era doble probablemente; empobrecer al estado subyugado y al mismo tiempo aumentar los ingresos del estado vencedor a la vez que adquirir productos que escaseaban en el propio país. Como instrumento de administración se trataba de uno de los más sencillos que se hayan ideado; al país subyugado se lo podía responsabilizar del pago de un tributo anual. Si no llegaba se podía tomar el hecho como indicación de rebelión, y en ese caso se mandaba una expedición a arreglar cuentas con el tributario reacio a pagar. Esta fue probablemente la razón del ataque que se registra en Gn. 14.

Ya en la literatura sumeria hay referencias al tributo, si bien no parece existir un término específico todavía. La escena en el reverso del “Estandarte” de Ur es con toda probabilidad una escena de tributo, ya que, en apariencia, los portadores son idénticos a los enemigos representados en el anverso (Wooley, Ur Excavations, 2, pp. 266ss). En el antiguo Egipto, también, se hace referencia frecuentemente al pago de tributo. Por ejemplo, en las inscripciones de la tumba tebana de Tnn leemos lo siguiente: “El aporte de gabelas de Rtnw (Siria, etc.), y las entregas de los países septentrionales: plata, oro, malaquita, piedras preciosas, de la tierra del dios, de los grandes de todas las tierras, cuando venían al buen dios (e. d. al rey) a suplicar, y a pedir aliento” (Urkunden des äg. Altertums, 4, 1007, 8ss). Los reyes egp., empero, eran capaces de representar regalos como si fuesen tributos. Tutmosis III afirma que recibió tributo de los asirios, pero sabemos que él reciprocó con un regalo de 20 talentos de oro a Asur-nadinahi (EA 16, 21).

Fue en Asiria donde el papel del tributo adquirió su mayor importancia. Una de las primeras referencias al tributo es la de Samsi-adad I en el ss. XVIII a.C. Se sigue mencionando luego hasta la época neobabilónica. Ciro afirma que todos los reyes desde el Mediterráneo hasta el golfo Pérsico le llevaban tributo.

Por fuentes asirias sabemos que Israel también fue obligada a pagar tributo. Salmanasar III (858–824 a.C.) le exigió tributo a Jehú. En uno de los paños del Obelisco negro se muestra a Jehú postrado ante el rey asirio. Adad-nirari III (810–782) sostiene que Israel se encontraba entre varios estados (Tiro, Sidón, Edom y Filistea) de los que recibía tributo (DOTT, pp. 51). Tiglat-pileser III (745–727) recibió tributo de Manahem de Israel y de Acaz (llamado por él Joacaz). Más tarde afirma que depuso a Peka y puso a Oseas en el trono (como rey títere), y recibió tributo en oro y plata (DOTT, pp. 54ss, y 2 R. 15.17–30; 16.7–18). Sargón II (722–705) no sólo exigió tributo a Israel sino que deportó parte de la población de Samaria (2 R. 17.6, 24–34; 18.11). La lista más detallada de un pago de tributo es la que ofrece Senaquerib (705–681). Consiste no sólo en grandes cantidades de oro y plata sino también en muebles ricamente incrustados, y hasta músicos enviados por Ezequías (DOTT, pp. 67). A Manasés, rey de Judá, se lo menciona como tributario de Esar-hadón (681–669) y Asurbanipal (668–627).

Hay una cantidad de términos en el AT que denotan impuestos en general, pero ninguno parece reducirse exclusivamente al significado de tributo. ˒eškār, que se usa sólo dos veces (Sal. 72.10; Ez. 27.15), podría tener el significado de tributo, por lo menos en el salmo mencionado. mas aparece 22 veces, pero en general parece tener el significado de servidumbre no remunerada (cf. Ex. 1.11 ó 1 R. 5.13); en un pasaje como Est. 10 se referiría a tributo. maśśā˒ dos veces parece significar impuesto o contribución (Os. 8.10 y 2 Cr. 17.11). ˓ōneš en 2 R. 23.33, y posiblemente también en Pr. 19.19, denota tributo, pero el verbo de la misma raíz puede significar imponer una multa (cf. Ex. 21.22). mekes, traducido “tributo” en Nm 31.28, 37–41, era una exacción sobre los despojos de guerra. be (arm.), dado que se usa en relación con un grupo en la comunidad, no puede referirse a “tributo” en el sentido estricto (Esd. 4.13, 20; 7.24). middâ, usado tanto en contextos heb. como arm. (Esd. 4.13, 20; 6.8; 7.24; Neh. 5.4), puede referirse a tributo.

En varios pasajes el heb. minḥâ podría referirse a tributo, como °vrv2 en 2 S. 8.2, 6, entregado por moabitas y sirios vencidos por David, o 2 R. 17.4, mandado por Egipto a Asiria, pero en 2 R. 20.12 se trata claramente de un regalo, porque *Merodac-baladán no era vasallo de Ezequías.

El que no se le diera más prominencia al tributo en el AT puede deberse al hecho de que Israel, al ser una nación pequeña, tenía poca posibilidad de imponerle tributo a otras. Los regalos que Hiram, rey de Tiro, llevó a Salomón eran los regalos de un aliado y amigo, y probablemente se descontaba que Salomón habría de proceder en forma recíproca (1 R. 5.10 y pass.; 9.11).

(* Impuestos; * Templo; * Dinero; * Tesoro.)

Bibliografía. J. Jeremias, Jerusalén en tiempos de Jesús, 1977, pp. 143ss; R. de Vaux, Instituciones del Antiguo Testamento, 1985, pp. 199–204, 342–345.

W. J. Martin, Tribut und Tributleistungen bei den Assyrern, 1936; J. N. Postgate, Neo-Assyrian Royal Grants and Decrees, 1969, pp. 9–16; J. Nougayrol, PRU, 3, pp. 31–32.

W.J.M., A.R.M.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico