Miles participan en el Corpus Domini en Roma, por primera vez realizado un domingo

(ZENIT – Roma, Abr. 2017).- El papa Francisco presidió este domingo por la tarde en Roma, la celebración de Corpus Domini. Después de la misa vespertina en la basílica de San Juan de Letrán, la procesión acompañada por miles de fieles llegó hasta la basílica de Santa María la Mayor.

La festividad se ha celebrado por primera vez el domingo, como en muchas diócesis del mundo, en cambio del jueves como era habitual. El Santo Padre tomó esta decisión para permitir una mayor participación de los fieles.

La Misa
En la misa celebrada en la explanada delante de la catedral de Roma, el sucesor de Pedro señaló que “el Pan vivo que ha bajado del cielo, es el sacramento de la memoria que nos recuerda, de manera real y tangible, la historia del amor de Dios por nosotros”. Y que nuestra historia personal de salvación se funda en el recuerdo de lo que el Señor ha hecho por nosotros”. Añadió que “recordar es esencial para la fe, como el agua para una planta”.

El Pontífice advirtió que “eliminando los recuerdos y viviendo al instante, se corre el peligro de permanecer en lo superficial, en la moda del momento, sin ir al fondo, sin esa dimensión que nos recuerda quiénes somos y de dónde venimos”. Y que en cambio, “la solemnidad de hoy nos recuerda que, en la fragmentación de la vida, el Señor sale a nuestro encuentro con una fragilidad amorosa que es la Eucaristía”.

La Procesión
Concluida la solemne misa partió la procesión desde la basílica de ‘San Giovanni in Laterano‘, acompañada por miles de fieles que por la via Merulana se caminaron hasta la basílica de ‘Santa María Maggiore‘. Los cantos y oraciones eucarísticas tradicionales acompañaron la procesión en este recorrido de casi dos kilómetros. Participaron también cardenales, clero, religiosos e instituciones varias.

A diferencia de las procesiones anteriores, cuando el Santísimo Sacramento iba encima de un vehículo, hoy la custodia dorada e iluminada fue llevada en un anda adornada con flores y cargada por cuatro personas de la Casa Pontificia. Sobre el Santísimo estaba un palio con bastones dorados llevado por otras seis personas, todas de traje y corbata.

La bendición final
A la llegada a la basílica de Sant María la Mayor, el Papa que fue hasta allí en un vehículo, concluyó la ceremonia impartiendo la bendición con el Santísimo Sacramento, después del canto del Tantum Ergo, y seguido por las alabanza al Santísimo. La festividad concluyó con el canto en latín de la Salve Regina.

Fuente: es.zenit.org

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