Comentario de 2 Reyes 2:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Aconteció que cuando Jehovah iba a arrebatar a Elías al cielo en un torbellino, Elías venía de Gilgal con Eliseo.

Cuando quiso Jehová alzar a Elías. Gén 5:24; 1Re 19:4; Luc 9:51; Hch 1:9; Heb 11:5; Apo 11:12.

en un torbellino. 1Re 18:12; 1Re 19:11; Job 38:1.

Eliseo. 1Re 19:16-21.

de Gilgal. Jos 4:19; Jos 5:9.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Elías, delega su autoridad a Eliseo, con su manto divide el Jordán, 2Re 2:1-8;

y, concediéndole a Eliseo su petición, es llevado por un carro de fuego al cielo, 2Re 2:9-11.

Eliseo, divide el Jordán con el manto de Elías es reconocido como su sucesor, 2Re 2:12-15.

Los jóvenes profetas, que afanosamente fueron enviados a buscar a Elías, no lo pudieron encontrar, 2Re 2:16-18.

Eliseo con sal sana las aguas insalubres, 2Re 2:19-22.

Los osos destruyen a los muchachos que se burlan de Eliseo, 2Re 2:23-25.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Gilgal … Bet-el … y Jericó eran probablemente centros de actividad profética que miraban a Elías como líder. Gilgal y Bet-el llegarían a ser centros paganos de idolatría en el siguiente siglo (Ose 4:15Ose 9:15Ose 12:11Amó 4:4Amó 5:5), lugares donde hubo una verdadera adoración de Dios degeneraron en centros de enseñanzas falsas y apostasía.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

alzar a Elías al cielo: La historia que sigue es tan extraordinaria que el narrador se introduce subjetivamente.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Elías, Arrebatado al Cielo.
Esta narracion es considerada como perteneciente al ciclo de Elíseo, con la finalidad de probar que éste era su legítimo sucesor, o como parte integrante de la historia de Elías, admitiendo que se formó a su muerte. El ciclo de Elíseo se caracteriza por referir algunos episodios aislados de la vida privada de Elíseo sin datos cronológicos ni detalles sobre lugares y personas. Pudo esta perícopa haber sido redactada durante la primera mitad del siglo VIII a.C. (De Vaux).

De Caígala a Jericó (2:1-8).
1 Aconteció que, cuando quiso Yahvé arrebatar al cielo a Elías en un torbellino, salió Elías de Caígala con Elíseo, 2 y dijo a Elíseo: “Quédate aquí, te ruego, pues Yahvé me manda ir a Betel.” Elíseo respondió: “Vive Yahvé, y vives tú, que no te dejaré.” Y bajaron ambos a Betel. 3 Los hijos de los profetas que había en Betel salieron al encuentro de Elíseo y le dijeron: “¿Sabes tú que Yahvé alzará hoy a tu señor sobre tu cabeza?” El respondió: “Sí, lo sé; callad.” 4 Elías le dijo: “Elíseo, quédate aquí, te lo ruego, pues Yahvé me manda ir a Jericó.” El le respondió: “Por la vida de Yahvé y por tu vida que no te dejaré.” Y llegaron a Jericó. 5 Los hijos de los profetas que había en Jericó se acercaron a Elíseo y le dijeron: “¿Sabes tú que hoy ya a elevar Yahvé a tu señor sobre tu cabeza?” Y él les respondió: “Sí, lo sé; callad.” 6 Elías le dijo: “Quédate aquí, te lo ruego, pues Yahvé me manda ir al Jordán.” Y él le respondió: “Por la vida de Yahvé y por tu vida que no te dejaré.” Y siguieron ambos su camino. 7 Vinieron cincuenta hombres de los hijos de los profetas y se pararon enfrente, a distancia, y ellos dos siguieron, parándose a la orilla del Jordán. 8 Tomo entonces Elías su manto, lo dobló y golpeó con él las aguas, que se partieron de un lado y de otro, pasando los dos a pie enjuto.

Discípulo y maestro salieron de Caígala y, a través de Betel y desierto de Judá, marcharon en dirección a Jericó. Se encontraba Caígala sobre una colina escarpada, a doce kilómetros al norte de Betel, en el lugar conocido hoy por Gilgilia. Desde este lugar a Jericó se calcula una distancia de veintisiete kilómetros. El relato da a entender que el momento era solemne, patético y sublime, cargado de misterio. Todos los círculos proféticos barruntaban que algo muy importante se avecinaba, pero ignoraban cuándo, cómo y de qué se trataba. Elías forcejea para deshacerse de la compañía de su discípulo, significándole implícitamente que su presencia le era embarazosa. La primera vez pide le permita marchar a Betel, adonde Dios le manda. Elías no le revelaba el término del viaje; solamente le habla de las diversas etapas. Al llegar a Betel, “los hijos de los profetas” comunicaron a Elíseo el rumor que circulaba acerca de la desaparición próxima de Elías. Bajo la denominación de “hijos de los profetas” se puede entender, o bien los profetas en cuanto formaban parte de una cofradía o colectividad, o de discípulos que se formaban bajo la dirección de un maestro para llegar a ser profeta (1Sa 10:5-12; 1Sa 19:20-24; 1Re 20:35). Debía de ser Betel sede de muchos celadores fervorosos de la casa de Yahvé, sobre los que veremos a Elíseo ejercer mucha influencia.

Paso del Jordán (1Re 2:9-10).
9 Cuando hubieron pasado, dijo Elías a Elíseo: “Pídeme lo que quieras que haga por ti antes que sea apartado de ti.” Y Elíseo le dijo: “Que tenga yo dos partes en tu espíritu.” 10 Elías le dijo: “Difícil cosa has pedido. Si cuando yo sea arrebatado de ti me vieres, así será; si no, no.”

Las aguas del Jordán interceptaron el paso de los dos misteriosos viajeros; pero Elías, con naturalidad, se despojó de su manto, doblóle y golpeó con él las aguas, que se partieron para dejarles paso libre. El manto es símbolo de la personalidad. A la muerte de Elías pasará en posesión de Elíseo, que realizará con él el mismo milagro que su maestro. Las aguas se dividieron como en tiempos de Moisés hicieron las del mar Rojo (Exo 14:21) y las del Jordán en los días de Josué (Jos 3:13). Llegados a la otra orilla, manifestó Elías a Elíseo que había llegado el momento de separarse; pero, en prueba de afección y estima, quiere dejarle un recuerdo, invitándole a que pida lo que quiera. A lo que respondió Elíseo: “Que venga sobre mí una doble parte de tu espíritu” (literalmente: “una parte de dos”). La frase de explica rectamente en caso de relacionarla con Deu 21:17, en donde se dice que los bienes que deja el padre de familia se dividen en tres partes, recibiendo el primogénito “dos partes del todo.” La iconografía cristiana ha representado este doble espíritu por el águila a dos cabezas, que es el emblema de Elíseo. Elías responde que no está en su mano concederle lo que pide; pero no se lo niega.

Rapto de Elías (Deu 2:11-14).
11 Siguieron andando y hablando, y he aquí que un carro de fuego con caballos de fuego separó a uno de otro, y Elías subía al cielo en el torbellino. 12 Elíseo miraba y clamaba: “¡Padre mío! ¡Carro de Israel y auriga suyo!” Y no le vio más, y, cogiendo sus vestidos, los rasgó en dos trozos, 13 y cogió el manto de Elías, que éste había dejado caer. Volvióse después, y, parándose a la orilla del Jordán, 14 tomo el manto que Elías había dejado caer, golpeó con él las aguas, diciendo: “¿Dónde está ahora Yahvé, el Dios de Elías?” Y en cuanto golpeó las aguas, se partieron éstas de un lado y de otro y pasó Elíseo.

Mientras hablaban, un carro de fuego y dos caballos también de fuego se interpusieron entre los dos, y Elías subió al cielo en un torbellino. Caballos y carro de fuego aparecen en la visión de Elíseo (Deu 6:17). Según Eze 1:15, el fuego, el torbellino y el carro son elementos de la majestad de Yahvé, que apareció para llevarse consigo a Elías. Este rapto de Elías se recuerda en 1Ma 2:58; Ecl 48:9. Elíseo pudo seguir con la vista lo que a los ojos humanos profanos no era dado ver (Ecl 6:17). Una vez desapareció Elías de su vista, en señal de duelo rasgó Elíseo sus vestiduras (1Sa 4:12; 2Sa 1:2); o también podemos entender la acción en el sentido de que Elíseo vestirá en adelante el manto de Elías. El lugar donde se produjo este acontecimiento se coloca en una colina al este del Jordán, junto al wadi kharrar 1.
Por los detalles que da el texto, comparados con los que aparecen en otros lugares bíblicos (Ecl 48:9; 1Ma 2:58), se deduce que Elías fue arrebatado violentamente en alas de un torbellino; el carro y los caballos sirvieron únicamente para separar a los dos profetas. Elíseo fue el único que contempló la desaparición misteriosa de su maestro.
Podemos buscar, dice Steinmann, los orígenes psicológicos de esta visión de Elíseo, como se hace con la de Amos o de Isaías. A los ojos de los profetas como de sus contemporáneos, Yahvé, maestro del universo, habita en los cielos. Tiene a su disposición ejércitos concebidos a imagen de los de la tierra, con caballos de fuego y carros de guerra. Es posible que el hombre encuentre a Yahvé sobre la tierra, sobre el Horeb, como fue el caso de Moisés Y del mismo Elías, o en Betel, donde lo encontró Amos (1Ma 9:1), o en el templo de Jerusalén, como Isaías. Pero, en este caso extremo, Yahvé convoca cerca de sí, en pleno cielo, a un profeta, con el que se quiere comunicar directamente. En este sentido, el rapto de •Elías es como la teofanía de Horeb. Es una visita, un rendezvous del profeta a la corte celestial, en cuyas deliberaciones asistió en visión Miqueas (1Re 22:19-22). Con palabras modernas, diríamos hoy que Elías, en presencia de su discípulo Elíseo, tuvo un transporte extático 2.
Sin embargo, es preciso admitir un milagro, al menos quoad modum, en la desaparición de Elías. ¿Adonde fue trasladado? Esta cuestión se relaciona con la de su muerte. Del texto que examinamos no podemos deducir si Elías murió o no; el testimonio dudoso de Ecl 48:11 de que Elías vive todavía se basa en una reconstrucción hipotética de un texto mutilado. Elíseo prohíbe a los hijos de los profetas que lo busquen (v. 16-17); pero no se pronuncia abiertamente en pro o en contra de su muerte. Aunque el texto sagrado, escribe Garofalo, da la impresión de que Elías no murió, no se puede, sin embargo, concluir que lo afirme. De todos modos no puede apelarse al hecho de que, si Elías hubiese muerto, no habría su cuerpo recibido sepultura, lo que era considerado por los hebreos como castigo grave y una desgracia. También la sepultura de Moisés está envuelta en un misterio (Deu 34:6). La tradición cristiana, con la hebraica – no siendo posible determinar en qué medida aquélla depende de ésta -, habla de que Elías no murió, pero no consta que el mencionado hecho esté en conexión explícita con la fe en tanto que la Iglesia no se pronuncie sobre este punto.
Se habla de la vuelta de Elías antes del “día del Señor” en Mal 3; Deu 1:23-24; Ecl 48:10. En tiempos de Cristo se esperaba la vuelta de Elías (Mat 11:14; Mat 16:14; Mar 6:15; Mar 8:28; Mar 9:11; Luc 9:9-19; Jua 1:21). Cristo definio la cuestión diciendo que “Elías ha venido ya” (Mar 9:13). Es Elías el que revive en la persona del Bautista para preparar los caminos del Mesías; es Elías el que aparece también en el momento del tránsito de la Antigua a la Nueva Alianza, como si quisiera retransmitir a las nuevas generaciones la antorcha de la profecía, eterna como el Espíritu de Dios 3.

Búsqueda inútil (Mar 2:15-25).
15 Los hijos de los profetas que había en Jericó frente por frente, habiéndole visto, dijeron: “El espíritu de Elías reposa sobre Elíseo.” Y le salieron al encuentro y se prosternaron ante él rostro a tierra, 16 diciendo: “Hay entre tus siervos cincuenta hombres fuertes que, si quieres, irán en busca de tu señor; quizá el espíritu de Yahvé le ha llevado y le ha echado contra algún monte o algún valle.” El les respondió: “No, no los mandéis.” 17Pero ellos le importunaron, hasta que por fin dijo: “Mandadlos.” Mandaron ellos a los cincuenta, que estuvieron durante tres días buscando a Elías, pero no lo hallaron.18 Cuando estuvieron de vuelta, Elíseo, que continuaba en Jericó, les dijo: “¿No os decía yo que no fuerais?” 19 Las gentes de la ciudad dijeron a Elíseo: “El sitio de la ciudad es bueno, como lo ve mi señor; pero las aguas son malas, y la tierra, estéril.” 20 £1 les dijo: “Traedme un plato nuevo y poned sal en él.” Trajé-ronselo ellos, 21 y” yendo a la fuente de las aguas, echó en ella la sal, diciendo: “Así dice Yahvé: Yo saneo estas aguas y no saldrá de ellas en adelante ni muerte ni esterilidad”; 22 y las aguas quedaron saneadas hasta el día de hoy, como lo había dicho Elíseo. 23 De allí subió a Betel, y, según iba por la pendiente, salieron de la ciudad unos muchachos y se burlaban de él, diciéndole: “¡Sube, calvo! ¡Sube, calvo!” 24 Volvióse él a mirarlos y los maldijo en nombre de Yahvé; y saliendo del bosque dos osos, destrozaron a cuarenta y dos de los muchachos. 25 De allí subió al monte Carmel, desde donde se volvió a Samaría.

De regreso tomó Elíseo el manto de Elías, golpeó con él las aguas del Jordán, que se abrieron, pasando al otro lado. Con este milagro demostraba Dios que el poder taumatúrgico de Elías lo había heredado Elíseo. Los cincuenta profetas que habían seguido sus pasos (v.7) le reconocieron inmediatamente por maestro suyo, postrándose en tierra en señal de acatamiento a sus órdenes. Dado que Elías aparecía y desaparecía como un meteoro, los discípulos de los profetas propusieron a Elíseo organizar una búsqueda a fondo, a lo que se opuso éste. ¿Dónde estaba Elías? No creían ellos que su desaparición fuese definitiva, ni tampoco Elíseo les dio una respuesta categórica sobre su paradero; su destino era un misterio. Los hijos de los profetas no soñaban siquiera en la posibilidad de que Elías hubiese sido arrebatado al cielo.
Con otro milagro prueba Elíseo que es el heredero del espíritu de Elías. Las aguas de Jericó eran malas tanto para beber como para el regadío. Pide un plato nuevo con un poco de sal. Para que la sal conserve su virtud de purificar, debe colocarse en una escudilla que no haya servido para ningún uso profano.
Un tercer hecho extraordinario atestigua la virtud que poseía Elíseo. Al llegar a Betel fue recibido entusiásticamente por la corporación de los profetas, pero su presencia despertó la hostilidad de los partidarios del becerro de oro, que instigaron a un nutrido grupo de niños a que se mofaran del profeta, gritándole: “¡Sube, calvo!” (ale, quereah), aludiendo quizá al cerquillo o tonsura que denotaba su carácter profético (1Re 20:41). Pero es posible que Elíseo fuera calvo del todo (Lev 13:40-41). Dos osos destrozaron a cuarenta y dos de aquellos insolentes burlones. Se pretende disminuir el estrago diciendo que los osos limitáronse a sembrar el pánico entre la muchachada, que huyó a la desbandada. Como anota Dhorme, ni Elías ni Elíseo son modelos de mansedumbre. Su conducta contrasta con la que recomienda Jesús: “Dejad que los niños se acerquen a mí” (,Mat 19:14; Mar 10:14; Luc 18:16). Elíseo fijó su residencia en el monte Carmelo, desde donde encaminábase con frecuencia a Samaría.

Fuente: Biblia Comentada

en un torbellino al cielo. Lit. «en el torbellino». Se trata de una referencia a la tempestad específica con rayos y truenos en la que Elías fue arrebatado al cielo (v. 2Re 2:11). La presencia del Señor es vinculada con un torbellino en Job 38:1; Job 40:6; Jer 23:19; Jer 25:32; Jer 30:23; Zac 9:14. Eliseo. La historia de este profeta, que fue el sucesor de Elías, comienza en 1Re 19:16 y se extiende hasta su muerte en 2Re 13:20 (vea la nota sobre 1Re 19:16). Gilgal. Aunque algunos consideran que se trata de la Gilgal situada al oeste del río Jordán cerca de Jericó (cp. Jos 4:19; Jos 5:9), su estrecha vinculación con Bet-el (v. 2Re 2:2) y su distancia de Jericó (v. 2Re 2:4) parecen indicar que la Gilgal mencionada aquí se encontraba en la serranía de Efraín a unos 11 km al norte de Bet-el.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

2Re 2:1-25; 2Re 3:1-27; 2Re 4:1-44; 2Re 5:1-27; 2Re 6:1-33; 2Re 7:1-20; 2Re 8:1-29 : Estrechamente vinculada a la de Elías (2Re 2:1-18), la historia de Eliseo se enmarca en el reinado de Jorán de Israel, con fugaces apariciones en los reinados de Jehú y Joás. Literariamente ofrece menos homogeneidad y concentración que la historia de Elías, de la que repite algunos episodios y motivos. También cambia el modelo de profetismo: en Eliseo, vinculado frecuentemente con las comunidades proféticas, pasan a segundo plano las luchas religiosas contra el baalismo, mientras que predominan los intereses humanitarios y las intervenciones en el ámbito político.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

— Guilgal: Entre Betel y Siló, distinta de la ciudad homónima mencionada en Jos 4:19.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

La partida de Elías. La jornada en esta narración abarcó sitios que estaban llenos de asociaciones con el pasado de Israel. Gilgal (1) fue el primer lugar donde los israelitas pararon después de cruzar el Jordán. Los israelitas varones que habían nacido durante los años en el desierto fueron circuncidados allí y también fue allí donde celebraron la Pascua (Jos. 5). Betel (2), a unos 24 km. dentro del área montañosa, fue el lugar donde Jacob se encontró con Dios (Gén. 28). JericoŒ (4), en el valle del Jordán no muy lejos de Gilgal, fue la primera ciudad que Josué tomó (Jos. 6), y el JordaŒn (6) había dejado de correr milagrosamente para permitir que Israel entrara a la tierra prometida (Jos. 3).

Aparte del desvío a Betel, la jornada tiene como foco los sitios asociados con la entrada de Israel a la tierra prometida. El propósito de esto, o al menos el propósito que el autor tuvo para relatarlo, es atraer la atención a los importantes papeles que Elías y Eliseo desempeñaron en la historia de Israel. Eventos previos en la vida de Elías recuerdan aspectos del ministerio de Moisés, p. ej. igual que Moisés Elías recibió una revelación de Dios en el monte Horeb, y la matanza de los profetas de Baal hace eco de la tragedia del incidente de la adoración del becerro de oro (Exo. 32:25-29). Ahora lo vemos cruzando al lado este del Jordán (de manera similar a como se cruzó el mar Rojo cuando Moisés era el líder), donde también terminó el ministerio de Moisés. Ciertamente, el fin de la vida de Moisés fue casi tan misterioso como el de Elías (Deut. 34:6). Las semejanzas entre las vidas de estos dos hombres se destacan en el NT cuando ambos aparecen para hablar con Jesús en su transfiguración (Mat. 17:3).

Hay un significado teológico en las semejanzas entre Elías y Moisés. Moisés fue el mediador del pacto en Sinaí/Horeb, también fue el profeta (Deut. 18:15; 34:10) por medio del cual Israel ocupó una relación de pacto y llamado el pueblo de Dios. Elías fue el profeta por medio del cual el pueblo volvió al pacto del Sinaí y se salvó la posición especial de Israel. En breve, las semejanzas con Moisés intensifican dramáticamente la importancia de Elías en la historia de Israel y en los libros de los Rey. en particular. H. H. Rowley (“Elijah on Mount Carmel”, BJRL, 43 [1960], 190-219) hábilmente resume la relación entre los ministerios de Moisés y Elías: “Sin Moisés la religión de Jehovah como figuraba en el AT nunca hubiera existido. Sin Elías habría muerto.”

Si se identifica a Elías como un segundo Moisés, entonces sería adecuado que Eliseo siguiera el molde de Josué. Tal como Josué sucedió a Moisés como líder del pueblo, Eliseo sucedió a Elías al cruzar el Jordán sobre tierra firme y seca del este al oeste tal como lo hizo Josué (14) y siguiendo en los pasos de Josué al pasar por Jericó (15-22). (Hasta el mismo nombre de Eliseo nos hace recordar el de Josué. Eliseo significa “Dios es salvación”, y Josué quiere decir “Jehovah es salvación”.)

La partida de Elías demostró el poder y misterio de Dios. Eliseo y los grupos de profetas en Betel y Jericó lo sabían de antemano (3, 5) pero finalmente ocurrió de manera imposible de describir claramente (11). La petición de Eliseo que recibiera una doble porción del espíritu de Elías (9) refleja el derecho a la herencia que le pertenecía al primogénito (Deut. 21:17), y podemos ver una conexión entre esto y la manera en que Eliseo se refiere a Elías como su padre (12). Viene a ser un pedido oficial de ser el heredero del ministerio de Elías. La condición que Elías impuso (10) probablemente se refiere a que Eliseo entendiera su partida y no solo que fuera testigo de ella. El grito de Eliseo, carro de Israel y sus jinetes (12), demostró que él apreció el hecho de que Elías era la verdadera fortaleza y protección del pueblo de Dios. Rasgó sus ropas como señal de luto por la gran pérdida que esto representaba para el pueblo.

Cuando Eliseo se acercó al Jordán y éste se partió para él tal como se había partido para Elías, ese evento confirmó que el espíritu que había sido activo en Elías ahora reposaba sobre él. De modo que los profetas de Jericó lo reconocieron como su nuevo señor (15). Sin embargo, ellos no habían entendido la partida de Elías tan bien como Eliseo porque insistieron en ir a buscarlo. Eliseo sabía que eso era inútil (16-18).

En el siglo V a. de J.C., el profeta Malaquías predijo que el regreso de Elías iba a predecir “el día de Jehovah, grande y terrible” (Mal. 4:5). En su contexto esto indica a un profeta que repita el ministerio de Elías, en particular llamando al pueblo a volver a Dios (Mal. 4:6), pero condujo a muchas especulaciones de que Elías iba a volver en persona (ver Mat. 17:10; Mar. 8:28). Jesús indicó que el ministerio de Elías se había reanudado con Juan el Bautista, cumpliendo las palabras de Malaquías (Mat. 11:14; 17:11-13).

Las compañías de profetas en Betel y Jericó probablemente estaban entre los 7.000 israelitas fieles mencionados en 1 Rey. 19:18. Para más comentario ver más adelante sobre 2 Rey. 6:1-7.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

2.3 «Los hijos de los profetas» formaban parte de algo así como una escuela, un conjunto de discípulos reunidos alrededor de un profeta reconocido como lo eran Elías o Eliseo. Estas compañías de profetas estaban localizadas a lo largo de la nación, para ayudar a contener la marea de decadencia espiritual y moral que comenzó bajo el gobierno de Jeroboam. Los estudiantes en Bet-el fueron testigos oculares de la sucesión del ministerio profético de Elías a Eliseo.2.8 El manto de Eliseo era un símbolo de su autoridad como profeta.2.9 Eliseo pidió una doble porción del espíritu de Elías (ministerio profético). Deu 21:17 nos ayuda a explicar la petición de Eliseo. De acuerdo con la costumbre, el primogénito recibía una doble porción de la herencia del padre (véase la nota a Gen 25:31). Eliseo estaba pidiendo ser heredero de Elías, o sucesor, el que continuaría con el trabajo de Elías como líder de los profetas. Pero la decisión de conceder la petición de Eliseo dependía de Dios. Elías sólo le mencionó cómo se daría cuenta si esa petición era otorgada.2.9 Dios le concedió a Eliseo su petición porque sus motivos eran puros. Su meta principal no era la de ser mejor o más poderoso que Elías, sino lograr más para Dios. Si nuestros motivos son puros, no debemos tener miedo de pedir a Dios grandes cosas. Cuando le pedimos a Dios gran poder o habilidad, necesitamos examinar nuestros deseos y deshacernos de cualquier egoísmo que encontremos. A fin de tener la ayuda del Espíritu Santo, debemos estar dispuestos a pedirla.2.11 Elías fue llevado a los cielos sin morir. Es la segunda persona en las Escrituras que tuvo esa experiencia. Enoc fue el primero (Gen 5:21-24). Quizá los otros profetas no vieron a Dios llevarse a Elías, o quizá fue difícil para ellos creer lo que vieron. En cualquier caso, quisieron buscar a Elías. El no encontrar una huella física de Elías confirmaría lo que sucedió y fortalecería su fe. La única persona llevada a los cielos en cuerpo fue Jesús, después de su resurrección (Act 1:9).2.13-25 Estos tres incidentes fueron testimonios de la comisión de Eliseo como profeta de Dios. Son registrados para demostrar el nuevo poder y autoridad de Eliseo como jefe de los profetas de Israel bajo el poder y autoridad supremos de Dios.2.14 Cuando Eliseo golpeó el agua, no fue por falta de respeto a Dios o a Elías. Fue una súplica a Dios para que confirmara que El lo había designado sucesor de Elías.2.23, 24 Estos muchachos que se burlaban eran de Bet-el, el centro religioso de la idolatría en el reino del norte, probablemente estaban advirtiendo a Eliseo que no hablara de su inmoralidad como Elías lo había hecho. No sólo estaban molestando a Eliseo por ser calvo, sino que estaban mostrando una gran falta de respeto por el mensaje de Eliseo y por el poder de Dios. Además también debieron haberse burlado debido a su incredulidad acerca del carro de fuego que se había llevado a Elías. Eliseo los maldijo pero no llamó a los osos que fueron enviados como juicio de Dios.2.23-24 Estos jóvenes se burlaron del mensajero de Dios y pagaron por ello con sus vidas. El burlarse de los líderes religiosos ha sido un deporte popular a través de los tiempos. El levantarse a favor de Dios significa ser diferente al mundo y vulnerable al abuso verbal. Cuando somos cínicos y sarcásticos contra los líderes religiosos, estamos en peligro de burlarnos no sólo del hombre, sino de su mensaje espiritual. Necesitamos orar por nuestros líderes, no reírnos de ellos. Se debe escuchar, respetar y alentar a los verdaderos líderes que siguen a Dios en su ministeri

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

NOTAS

(1) Que significa: “Dios Es Salvación”. LXXBagster(gr.): He·li·sai·é; Vgc(lat.): E·li·sé·us.

(2) No la Guilgal cerca de Jericó en la parte baja del valle del Jordán, sino la Guilgal de la región montañosa cerca de Betel, desde la cual podían ‘bajar’ a Betel, como dice 2Re 2:2. Véase 2Re 4:38.

REFERENCIAS CRUZADAS

a 38 1Re 17:1

b 39 2Re 2:11

c 40 1Re 19:16

d 41 2Re 4:38

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Gilgal. Este Gilgal probablemente no es el asociado con Josué que estaba cerca del río Jordán (Jos 4:19), sino el que se encontraba a unos 12 km al norte de Betel, y estaba situado en el terreno montañoso a unos 19 km al norte de Jerusalén.

Fuente: La Biblia de las Américas

Al parecer no es la Gilgal en el valle del Jordán (Jos 4:19), sino la que está en los montes de Efraín, a unos 13 km. al NO de Bet-el.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

[.] El fin de Elías es como una última manifestación de Dios que vive y que da vida al hombre. Elías, el profeta solitario, parece vivir en las alturas, lejos de la corrupción de los hombres. Por eso, Dios no deja que muera como los demás. Igual que Moisés, del cual nadie ha sabido jamás el lugar de su tumba (Dt 34,6), también Elías dará en cierta manera la impresión de escapar a la muerte; ahora bien estas de la Antigua Alianza, Moisés y Elías, son los que rodearán a Jesús el día de su Transfiguración. Nada, ni siquiera la muerte, puede vencer al que ardió de amor celoso por Yavé, su Dios, y que peleó por él solo. Yavé se llevó a Elías al cielo en un remolino (1). Aquí vale lo que decimos respecto de la Ascensión de Jesús. La gente de ese tiempo creía que Dios vive en las alturas, y Dios, que habla a la gente de cada siglo conforme a su propia cultura, quiso que Elías desapareciera visiblemente, como llevado al cielo. ¡Padre mío, carro de Israel y su caballerías! La exclamación de Eliseo se explica por el pasado de Israel. Frente a sus adversarios cananeos que tenían carros de guerra y caballos, los israelitas, mal equipados, ponían su confianza en Yavé, que era la única fuerza de los suyos y, para ellos, hacía las veces de carros y caballerías. Eliseo ve desaparecer al que era el símbolo vivo de la presencia y la fuerza de Dios en medio de Israel. La extraña desaparición de Elías alentará a los judíos que esperan una venida triunfante de Yavé para empezar el reino definitivo. Entre los judíos nace la convicción de que Elías volverá en ese momento y preparará la venida de Yavé (Sir 48,1 y Mal 3,32). Ver al respecto la palabra de Jesús (Mc 9,12). La Biblia nos deja inciertos sobre la suerte de Elías, después de la muerte. De esta manera, prepara el anuncio de la Resurrección de Jesús y la fe de la Iglesia en la Asunción de María, su madre.

Fuente: Notas de la Biblia Latinoamericana

[9] El hijo mayor recibía dos veces más que sus hermanos en la herencia del padre. Eliseo pide ser el heredero espiritual de Elías.[12] Su apoyo y columna. La fortaleza espiritual era más importante que los carros de combate para Israel.

Fuente: Notas Torres Amat