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Comentario de 2 Reyes 5:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de 2 Reyes 5:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Naamán, jefe del ejército del rey de Siria, era un hombre muy importante delante de su señor y tenido en gran estima, porque por medio de él Jehovah había librado a Siria. El hombre era un guerrero valiente, pero leproso.

Año 894 a.C.

Naamán … era varón grande. 2Re 4:8; Éxo 11:3; Est 9:4; Est 10:3.

por medio de él. Pro 21:31; Isa 10:5, Isa 10:6; Jer 27:5, Jer 27:6; Deu 2:37; Jua 19:11; Rom 15:18.

pero leproso. 2Re 5:27; 2Re 7:3; Lev 13:2, Lev 13:3, Lev 13:44-46; Núm 12:10-12; 2Sa 3:29; 2Cr 26:19-23; 2Co 12:7.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Naamán, por el informe de la muchacha cautiva, es enviado a Samaria para ser curado de su lepra, 2Re 5:1-7.

Eliseo, lo envía al Jordán para ser curado, 2Re 5:8-14.

Eliseo rehúsa recibir el regalo de Naamán, 2Re 5:15-19.

Giezi, usando el nombre de su amo con Naamán, es castigado él con lepra, 2Re 5:20-27.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

El relato de Naamán el arameo es fascinante por varias razones:

(1) un extranjero confió en el Dios vivo.

(2) la historia provee aspectos de las dimensiones interculturales de la propagación del evangelio del gran Dios de Israel.

(3) el contraste entre el carácter de Eliseo y su sirviente Geizi.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Este general, Naamán era una figura prominente en la historia bíblica. Este verso está lleno de frases que describen su carácter, su honor y sus habilidades. Sorpresivamente, nosotros leemos que sus victorias militares fueron garantizadas por Jehová. La palabra hebrea traducida leproso se refiere a la piel contagiada (Lev 13:1-46; Núm 5:1-4). El rey de Siria era Ben hadad II (860-842 a.C Él era una constante amenaza para el reino del norte y guiaría una invasión contra este más tarde (2Re 6:24-33; 2Re 7:1-20).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

NAAMÁN. El relato de Naamán demuestra la providencia de Dios (vv. 2Re 5:1-14), su poder y gracia salvadora (vv. 2Re 5:15-19), y su juicio sobre el pecado (vv. 2Re 5:20-27). Se destaca en el relato la verdad de que la gracia y la salvación de Dios no estaban limitadas a Israel, sino que Él deseaba tener compasión de los que no eran israelitas y llevarlos al conocimiento del único Dios verdadero (véase Luc 4:18-19; Luc 4:25-27).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

Curación de Naamán (5:1-14).
1 Naamán, jefe del ejército del rey de Siria, gozaba el favor de su señor y era tenido en mucha estima, pues por medio de él había salvado Yahvé a Siria. Pero este hombre robusto y valiente era leproso. 2 Habían salido los árameos por escuadras y habían cautivado a una jovencita de tierra de Israel que estaba al servicio de la mujer de Naamán; 3 y dijo un día a su señora: “¡Oh! si mi señor estuviese cerca de un profeta que hay en Samaría, el profeta le curaría su lepra.” 4 Fue él a su señor y le dijo: “Esto y esto ha dicho una jovencita de tierra de Israel”; 5 y el rey de Siria dijo: “Pues anda, vete a la tierra de Israel, y y0 mandaré una carta al rey de Israel.” Partió él, llevando diez talentos de plata, seis mil siclos de oro, diez vestidos nuevos 6 y una carta para el rey de Israel, en que se decía: “Cuando recibas esta carta, sabrás que te mando a mi servidor Naamán para que le cures de la lepra.” 7 Leída la carta, el rey de Israel rasgó sus vestiduras y dijo: “¿Soy yo acaso Dios para dar la vida o la muerte, que así se dirige a mí para que yo cure a un hombre de su lepra? Sabed, pues, y ved que me busca querella.” 8 Cuando supo Elíseo que el rey de Israel había rasgado sus vestiduras, mandó a decir al rey: “¿Por qué has rasgado tus vestiduras ? Hazle venir a mí, y sabrá que hay en Israel un profeta.” 9 Vino Naamán con sus caballos y su carro, y se detuvo a la puerta de la casa de Elíseo. 10 Elíseo le mandó a decir por un mensajero: “Ve y lávate siete veces en el Jordán, y tu carne sanará y quedarás puro.” 11 Enojóse Naamán y se fue, diciendo: “¡Cómo! Yo esperaba que saldría en persona, se presentaría a mí, invocaría el nombre de Yahvé, su Dios; rne tocaría y curaría así al leproso. 12 Los ríos de Damasco, el Abana y el Parpar, ¿no son mucho mejores que todas las aguas de Israel? ¿No podía yo lavarme allí y quedar limpio ?” Y se iba muy enojado. 13 Pero sus siervos se acercaron a él para hablarle, y le dijeron: “Padre mío: Si el profeta te hubiera mandado algo muy difícil, ¿no lo hubieras hecho? ¿Cuánto más habiéndote dicho: Lávate y quedarás limpio?” 14 Bajó él entonces y se bañó siete veces en el Jordán, según la orden del hombre de Dios; y su carne quedó como la carne de un niño, quedó limpio.

El momento histórico de este episodio nos es desconocido. Se sospecha, sin embargo, que aconteció en los últimos años de Ben Hadad II, el rey que se enfrentó con Salmanasar III en Qarqar (853). La finalidad de la intervención de Elíseo en este asunto es la de probar la superioridad de Yahvé, cuya acción no está limitada a los estrechos límites de Palestina. Naamán tuvo conocimiento de Elíseo a través de una sirvienta de su mujer. El rey tomó cartas en el asunto y prometióle enviar al de Israel letras de recomendación. Este detalle prueba que entre ambos monarcas existían relaciones Amistosas. Naamán, pagano, compara a Elíseo a los profetas de Ajab, que profetizaban a sueldo; de ahí la suma de dinero que llevó consigo. Naamán púsose en contacto con Elíseo. Aunque no se tratara de un período alanzado de la enfermedad, no obstante, por estar considerada la lepra como enfermedad impura (Lev 13:45-46), no es admitido a la presencia de Elíseo. Creía Naamán que Elíseo lo podía todo; pero el profeta le quiere demostrar que únicamente Dios tiene poder de obrar milagros. Habituado el general a los exorcismos de los profetas de Baal, esperaba que Elíseo pusiera manos a la obra de manera espectacular. Sin embargo, el profeta le manifestó que el único medio de curación era bañarse en las aguas del Jordán durante siete veces consecutivas. El siete es un número simbólico y sagrado; en Lev 4:6-17 hablase de siete aspersiones con la sangre de las víctimas. Los ritos de purificación asirio-babilónicos incluían frecuentemente siete aspersiones o inmersiones en aguas del Eufrates. El río Abana corresponde al Barada, que riega Damasco y su huerta, y al que los griegos llaman Chrysorrhoas. El Parpar o Farfar es el actual Nahr el-Awady. Por insinuación de sus criados, el general depuso su actitud altiva y desdeñosa; humillóse, tuvo fe en la palabra del profeta y quedó limpio de la lepra.

Conversión de Naamán (Lev 5:15-19a).
15 Volvió Naamán al hombre de Dios con todo su séquito, y, cuando llegó, se presentó a él, diciendo: “Ahora conozco que no hay en toda la tierra Dios sino en Israel. Dígnate aceptar un presente de parte de tu siervo.” 16 Elíseo respondió: “Vive Yahvé, a quien sirvo, que no aceptaré.” Naamán insistió, pero él se negó. 17 Entonces Naamán le dijo: “Pues te niegas, permite que den a tu siervo tierra de ésta, la carga de dos mulos, pues en adelante no ofrecerá tu siervo sacrificio ni holocausto a otros dioses sino a Yahvé. 18 Yahvé perdonará a tu siervo que, cuando mi señor entre en el templo de Rimón para adorar y se apoye en mi mano, me prosterne yo también en el templo de Rimón. Perdone Yahvé a tu siervo si me prosterno en el templo de Rimón.” 19a Elíseo le dijo: “Vete en paz.”

Naamán quiere compensar a todo trance a Elíseo por el favor alcanzado, a lo que se niega rotundamente el profeta. Este ejemplo de desprendimiento y el milagro obrado en su cuerpo movieron a Naamán a reconocer a Yahvé como único y supremo Dios. Según la concepción de los antiguos, cada dios ejercía su dominio e influencia dentro de su propio territorio (1Sa 26:19; 1Re 20:23; 2Re 17:26). Por lo mismo, y a consecuencia de haber reconocido a Yahvé como Dios, pide una carga de tierra de Israel para esparcirla sobre su huerta de Damasco, que, por una ficción jurídica, convirtióse desde entonces en tierra de Yahvé. Pero un caso de conciencia asalta a Naamán. Por su condición está obligado a asistir a los cultos oficiales que se rinden al dios Rimón o Ramán (l Rev 15:18); de no hacerlo perdería su rango y acaso la vida. El profeta le autoriza una participación puramente externa a los mismos. Su respuesta no se consigna en el libro, pero de sus palabras: “Vete en paz,” se deduce que no ve inconveniente alguno en la participación externa y protocolaria a los ritos paganos.

Avaricia y castigo de Guejazi (Rev 5:19b-27).
19 Cuando Naamán hubo dejado a Elíseo y estaba ya a cierta distancia, 20 Guejazi, el criado de Elíseo, dijo para sí: “Mi señor ha tratado demasiado bien a Naamán, ese sirio, no queriendo aceptar de él lo que traía. Vive Yahvé que voy a correr tras él a ver si me da algo.” 21 Y Guejazi echó a correr tras Naamán. Viéndole Naamán correr tras él, bajó de su carro para ir a su encuentro, y le preguntó: “¿Hay novedad?”; 22 y él respondió: “No, todo está bien; pero me manda mi señor para decirte: Acaban de llegar a mi casa dos jóvenes de la montaña de Efraím, de los hijos de los profetas; haz el favor de darme para ellos un talento de plata y dos vestidos nuevos.” 23 Naamán dijo: “Toma dos talentos,” y los metió en dos sacos, y le dio dos vestidos, haciendo que sus criados se los llevasen a Guejazi. 24 Llegado a la altura, tomólos Guejazi de sus manos y los metió en casa, despidiendo a aquellas gentes, que se fueron. 25 Luego fue a presentarse a su señor, que le dijo: “¿De dónde vienes, Guejazi?” El le respondió: “Tu siervo no ha ido a ninguna parte.” 26 Pero Elíseo le dijo: “¿Estaba yo ausente en espíritu cuando el hombre se bajó de su carro para salirte al encuentro? Ya tienes dinero y vestidos, y luego podrás tener olivares, viñas, ovejas y bueyes, siervos y siervas, 27 pero la lepra de Naamán se te pegará a ti y a tu descendencia para siempre.” Y Guejazi salió de la presencia de Elíseo blanco de lepra como la nieve.

El siervo de Elíseo no aprobó la conducta desinteresada de su amo, por lo que corrió detrás de Naamán, reclamándole en nombre de Elíseo una cantidad relativamente módica y dos vestidos. Creía Guejazi que Elíseo no se enteraría de su proceder, pero nada puede exultarse a los ojos de los profetas. No tanto por la mentira y la avaricia cuanto por el escándalo y abuso de su nombre y autoridad le castigó Elíseo severamente, enviándole la lepra. No obstante, este nuevo estado no le impedirá en adelante mantener relaciones con su amo (Rev 8:4); puede ser que la enfermedad de Guejazi se pareciera externamente a la lepra, sin serlo en realidad.

Fuente: Biblia Comentada

Naamán. Un nombre común en la antigua Siria, que significa «afable, leal». Cuatro frases describen la importancia de Naamán: 1) era el comandante general del ejército de Siria, como se indica con el término «general», que se usa del oficial de mayor grado de un ejército (Gén 21:22; 1Sa 12:9; 1Cr 27:34); 2) era «varón grande», un hombre de alta posición social, muy destacado; 3) el rey de Siria «lo tenía en alta estima», era muy considerado por el monarca debido a las victorias militares que había conseguido; y 4) era «hombre valeroso en extremo», término que se usa en el AT tanto para un hombre de gran riqueza (Rut 2:1) como para un guerrero valeroso (Jue 6:12; Jue 11:1). Pero frente a todo esto había el hecho de que padecía de lepra, una grave enfermedad de la piel (cp. v. 2Re 5:27; vea las notas sobre Lev 13:1-59; Lev 14:1-57). rey de Siria. Quizá Ben-adad I o, más probablemente, Ben-adad II. vea la nota sobre 1Re 15:18. por medio de él había dado Jehová salvación a Siria. El éxito militar de Naamán era atribuible al Dios de Israel, que es soberano sobre todas las naciones (cp. Isa 10:13; Amó 9:7).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

2Re 5:1-27 : Nuevo episodio milagroso que pone a Eliseo en contacto con un personaje extranjero y destaca la universalidad del poder del Dios de Israel.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

— el Señor había dado la victoria a Siria: Era creencia común que los dioses tenían sus poderes limitados al territorio donde recibían culto; el caso del Dios de Israel es distinto: actúa también fuera de Israel.

— tenía lepra: Posiblemente se trata de alguna enfermedad de la piel, pues la lepra lo habría marginado automáticamente de la vida pública y social.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

La sanidad de Naamán. Las batallas de Israel contra Siria estaban entremezcladas con épocas de paz entre los dos países (p. ej. 1 Rey. 22:1). La historia de Naamán está situada en uno de esos períodos. Uno de los temas que ocurren en varias partes de la historia es que el Dios de Israel es el Dios del mundo; es el único Dios; y su poder y sus intereses no son locales sino de nivel cósmico.

Este tema emerge tan pronto como se introduce a Naamán. El era un general sirio por medio del cual Jehovah había librado a Siria. Jehovah estaba en control de la subida y caída de las naciones, y no sólo de Israel. La enfermedad que sufría Naamán no era necesariamente lepra porque la palabra heb. para lepra cubría una variedad de enfermedades que afectaban la piel.

Naamán había escuchado de la fama de Eliseo como sanador por medio de la criada de su esposa, que era israelita. A pesar del hecho de que Naamán había derrotado a su propio pueblo y la había llevado cautiva, la muchacha demostró un sincero interés en su bienestar. Su fe simple en que Eliseo era capaz de curarlo ofrece gran contraste con la reacción del rey de Israel. La manera en que le sobreviene el pánico en el v. 7 es casi cómica y está llena de ironía. El rey no podía ejercer el poder de Dios sobre la vida y la muerte, pero no se le ocurrió mandar a Naamán al hombre de Dios que sí podía.

Al principio Naamán estaba indignado por las instrucciones de Eliseo de que se lavara siete veces en el Jordán (10-12). Sus siervos, sin embargo, tenían más fe (tal como la criada israelita había mostrado más fe que el rey israelita). Le explicaron juiciosamente que si él estaba dispuesto a hacer lo difícil, entonces por qué no hacer lo que era más fácil. La obediencia a las instrucciones simples de Eliseo produjeron la cura. Muy a menudo Dios pide fe y obediencia en asuntos pequeños cuando pensamos que requiere hechos valerosos.

La respuesta de Naamán demostró gran humildad y agradecimiento. No sabemos qué creía anteriormente acerca del Dios de Israel, pero ahora declara que es el único Dios (15). De ahora en adelante él solo adoraría a Jehovah (17). Cuando pidió llevar tierra de Israel sobre un par de mulas no quiere decir que pensaba que Jehovah sólo podía obrar en el territorio de Israel. Al contrario, es probable que reflejaba la creencia de que la tierra de la nación de Jehovah era santa y entonces necesitaba la tierra para crear un área consagrada para el culto del Señor en Siria. El pedido en el v. 18 no significa que deseaba seguir adorando a RimoŒn (un título del dios sirio Hadad) y a Jehovah al mismo tiempo. Esto iría en contra de lo que declaró en los vv. 15 y 17. El problema que tenía era que, como miembro de la corte de Siria, tenía que pretender adoración a Rimón para cubrir las apariencias aunque ahora daba su fidelidad sólo a Jehovah. La bendición de Eliseo le aseguró del perdón que pedía. Todo este pasaje nos debería hacer más comprensivos hacia los que tratan de servir a Dios en medio de gente de otras creencias.

El intento de engaño por parte de Guejazi (20-27) provee un apéndice triste y saludable a la historia. Ya que era un oficial de alto rango, Naamán había traído con él muchos obsequios de gran valor, los cuales Eliseo no quiso aceptar. La tentación de obtener algunos de estos regalos para sí mismo fue muy fuerte para Guejazi el cual tomó ventaja de la gratitud y generosidad de Naamán de manera muy cruel. Estar en el servicio de Dios no protege a sus siervos de la tentación. En verdad, muy seguido los pone en una posición en la cual es posible abusar de su prestigio y de aprovecharse de otros. Las palabras de Eliseo en el v. 26 sugieren que habría épocas en las cuales era correcto aceptar obsequios, pero esta vez (por razones que no se explican) no era una de esas.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

5.1 La lepra, muy similar al SIDA de hoy, era una de las enfermedades más temidas de la época. Algunas formas eran extremadamente contagiosas y, en muchos casos, incurables. En su peor forma, la lepra llevaba a la muerte. Muchos leprosos eran forzados a salir de las ciudades a campos de cuarentena. Ya que Naamán todavía conservaba su puesto, probablemente tenía una forma leve de la enfermedad, o quizá estaba aún en las primeras etapas. En cualquier caso, su vida se vería trágicamente acortada por su enfermedad. (Para mayor información acerca de la lepra en tiempos bíblicos, véase la nota a Levítico 13.1ss.)5.2 Siria era el vecino de Israel al noroeste, pero las dos naciones rara vez estuvieron en términos amigables. Bajo el gobierno del rey David, Siria pagó tributo a Israel. En los días de Eliseo, Siria estaba creciendo en poder y condujo incursiones frecuentes en Israel, tratando de frustrar al pueblo y traer confusión política. Los israelitas a menudo eran llevados cautivos a Siria luego de las incursiones exitosas de estos. La sierva de Naamán era una israelita, secuestrada de su casa y de su familia. Irónicamente, la única esperanza para Naamán de ser curado venía de Israel.5.3, 4 La fe de la pequeña y la petición de Naamán contrastan con la terquedad del rey de Israel (5.7). Un líder de la poderosa Siria buscó al Dios de Israel. El propio rey de Israel no lo hizo. No conocemos el nombre de la niña ni mucho acerca de ella, pero sus breves palabras a su señora trajeron sanidad y fe en Dios a un poderoso capitán sirio. Dios la había colocado allí con un propósito, y ella fue fiel. ¿Dónde lo ha puesto Dios a usted? No importa cuán humilde o pequeña sea su posición, Dios puede utilizarlo para difundir su Palabra. Busque las oportunidades para decirle a otro lo que Dios puede hacer. Nunca se sabe quién puede prestar atención a su mensaje.5.9-15 Naamán, un gran héroe, estaba acostumbrado a recibir respeto y se sintió agraviado cuando Eliseo lo trató como a una persona común. Como hombre de orgullo, esperaba un trato preferencial. El bañarse en un gran río era una cosa, pero el Jordán era pequeño y sucio. Lavarse en el Jordán, pensó Naamán, era indigno de un hombre de su jerarquía. Pero tuvo que humillarse y obedecer los mandatos de Eliseo para poder sanarse.La obediencia a Dios comienza con la humildad. Debemos creer que su camino es mejor que el nuestro. Quizá no entendamos su manera de trabajar, pero al obedecerlo humildemente, recibiremos sus bendiciones. Debemos recordar que (1): Los caminos de Dios son mejores; (2) Dios quiere más nuestra obediencia que cualquier otra cosa; y (3) Dios puede utilizar cualquier cosa para alcanzar sus propósitos.5.12 Naamán se fue enfurecido debido a que la cura de su enfermedad parecía demasiado simple. El era un héroe y esperaba una cura heroica. Lleno de soberbia y de egocentrismo no pudo aceptar la simple cura por la fe. En algunas ocasiones la gente reacciona de la misma manera al ofrecimiento de perdón de parte de Dios. Sólo creer en Jesucristo de alguna manera no parece ser lo suficientemente significativo para alcanzar la vida eterna. Seguir el consejo de Dios no parece heroico. Lo que Naamán tuvo que hacer para limpiarse de su lepra es similar a lo que tenemos que hacer para que nuestro pecado sea limpiado: aceptar con humildad la misericordia de Dios. No permita que su reacción ante el camino de la fe le evite curarse de lo que más necesite.5.16 Eliseo rechazó el dinero de Naamán para mostrar que el favor de Dios no podía comprarse. Nuestro dinero, como el de Naamán, es inútil cuando nos enfrentamos a la muerte. No importa cuánta riqueza acumulemos en esta vida, se evaporará cuando estemos de pie delante de Dios, nuestro Creador. Será nuestra fe en Jesucristo la que nos salvará y no nuestras cuentas bancarias.5.18, 19 ¿Cómo podía ser perdonado Naamán al inclinarse ante un ídolo pagano? Naamán no estaba pidiendo permiso de adorar al dios Rimón, sino de hacer su deber civil, ayudar al rey a agacharse y a enderezarse cuando se inclinara. Conocido además como Hadad-Rimón el dios de Damasco era considerado el dios de la lluvia y los truenos. Naamán, a diferencia de sus contemporáneos, mostró una aguda conciencia del poder de Dios. En vez de añadir a Dios a la colección de ídolos de su nación, reconoció que sólo había un único Dios verdadero. No intentó adorar otros dioses. El pedir perdón en esta área muestra el contraste marcado entre Naamán y los israelitas, los que constantemente adoraban muchos ídolos.5.20-27 Giezi vio una oportunidad perfecta para enriquecerse al pedir egoístamente la recompensa que Eliseo había rechazado. Desafortunadamente, había tres problemas en este plan: (1) gustosamente aceptó el dinero por algo que él no había hecho; (2) dejó entender erróneamente que el dinero podía ser cambiado por el regalo de Dios de sanidad y misericordia; (3) mintió y trató de encubrir sus motivos para aceptar el dinero. A pesar de que Giezi había sido un siervo útil, el beneficio personal había llegado a ser más importante para él que el servir a Dios.Este pasaje no enseña que el dinero sea malo o que los pastores no debieran ser remunerados. Por el contrario, nos advierte contra la avaricia y el engaño. El verdadero servicio es motivado por el amor y la devoción a Dios y no busca un beneficio personal. Cuando sirva a Dios, analice sus motivos: no puede servir a Dios y al dinero (Mat 6:24). ELISEOPocos «sustitutos» en las Escrituras fueron tan efectivos como Eliseo, quien sucedió a Elías como profeta de Dios en Israel. Eliseo tuvo un gran ejemplo al seguir al profeta Elías. Permaneció con su maestro hasta los últimos momentos de la vida en la tierra. Estuvo dispuesto a seguirlo y a aprender para obtener poder para hacer el trabajo al que Dios lo había llamado.Tanto Elías como Eliseo, concentraron sus esfuerzos en las necesidades particulares de la gente que los rodeaba. El valiente Elías confrontó y expuso la idolatría, ayudando así a crear una atmósfera donde la gente podría adorar a Dios libre y públicamente. Después le tocó el turno a Eliseo para demostrar la naturaleza poderosa, y amorosa, de Dios para todos los que vienen a El en busca de ayuda. Pasó menos tiempo en conflicto con la maldad y más tiempo en dar cuidado compasivo a la gente. La Biblia registra dieciocho encuentros de Eliseo con gente necesitada.Eliseo vio más en la vida que la mayoría de la gente porque reconoció que con Dios había más para vivir. El sabía que todo lo que somos y tenemos proviene de Dios. Los milagros que ocurrieron durante el ministerio de Eliseo pusieron a las personas en contacto con el Dios personal y todopoderoso. Elías habría estado orgulloso de su sustituto.También nosotros tenemos grandes ejemplos para seguir: los personajes de la Biblia y los que han influido positivamente en nuestra vida. Tenemos que resistir la tendencia de pensar en las limitaciones que nuestros antecedentes familiares o ambiente crea para nosotros. En vez de eso, debemos pedirle a Dios que nos utilice para su propósito. Quizás, como Elías, debamos tomar una postura en contra del error o, como Eliseo, mostrar compasión por las necesidades diarias de aquellos que nos rodean. Pídale a Dios que lo use como sólo El pude hacerlo.Puntos fuertes y logros :– Sucesor de Elías como profeta de Dios– Tuvo un ministerio que duró aproximadamente cincuenta años– Tuvo un gran impacto en cuatro naciones: Israel, Judá, Moab y Siria– Fue un hombre íntegro que no trató de enriquecerse a costa de los demás– Realizó muchos milagros para ayudar a los necesitadosLecciones de su vida :– A los ojos de Dios, la medida de nuestra grandeza es la disponibilidad para servir al pobre así como al poderoso– Un sustituto eficaz no sólo aprende de su maestro, sino que además edifica sobre los logros de su maestroDatos generales :– Dónde: De la tribu de Isacar, profetizó en el reino del norte– Ocupaciones: Granjero, profeta– Familiares: Padre: Safat– Contemporáneos: Elías, Acab, Jezabel, JehúVersículo clave :»Cuando habían pasado, Elías dijo a Eliseo: Pide lo que quieras que haga por ti, antes de que yo sea quitado de ti. Y dijo Eliseo: Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí» (2Ki 2:9).La historia de Eliseo se relata en 1 Reyes 19.16-2Ki 13:20. También se lo menciona en Luk 4:27.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

NOTAS

(1) “Su señor (amo).” Heb.: ’adho·náv, pl. de ’a·dhóhn, para denotar excelencia.

(2) Lit.: “levantado de rostro”.

(3) O: “rescate; liberación”.

(4) O: “herido con una enfermedad de la piel”. El término bíblico para la lepra abarca lo que hoy en medicina recibe el nombre de enfermedad de Hansen.

REFERENCIAS CRUZADAS

a 218 2Re 5:14; Luc 4:27

b 219 Pro 21:31

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

un gran hombre. La descripción indica que Naamán era hombre rico, influyente y tenía experiencia en asuntos militares; gozaba de la confianza del rey.

leproso. Este término, así como la palabra lepra, indicaba graves condiciones de la piel (Lv 13:1– 56; 14:33– 57), posiblemente la enfermedad Hansen (lepra tradicional).

Fuente: La Biblia de las Américas

del ejército… TM añade del rey. Se sigue LXX → §194.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

O, salvación

Fuente: La Biblia de las Américas

Lit. salvación.

Fuente: La Biblia Textual III Edición

[.] La curación de Naamán ocupa un lugar especial entre los milagros de Eliseo. Fácilmente descubrimos en ella como una figuración anticipada del bautismo. Naamán, por general y famoso que sea, no puede nada contra la lepra. Quiere renovarse, dejando su piel contaminada, y se le ofrece una esperanza en Israel se producen tales milagros. Ella dijo a su patrona (3). Todo empieza con la palabra de una muchachita, sirvienta de Naamán. Del mismo modo, cualquier creyente en el tiempo actual tiene muchas oportunidades para decir la palabra o hacer el gesto pequeño del cual resultará mucho bien, y para orientar hacia , la Iglesia, al que busca remedio. La Buena Nueva no se comunica y difunde solamente por obra de grandes apóstoles. Naamán es del país de Aram, enemigo de Israel. Sin embargo, viene recomendado por su rey. Su enfermedad los lleva al uno y al otro a que superen las rivalidades de pueblos. En el Evangelio (Lc 4,27), Jesús señala la curación de este extranjero con preferencia a todos los leprosos de Israel, como una prueba de que Dios se interesa por todos y no solamente por los que son oficialmente sus fieles. Eliseo mandó un mensajero (10). Ante el profeta, el generalísimo no es más que cualquier hombre. No hay privilegios para él, ni atención especial en consulta privada. Ya que no bajó de su carro, tampoco se anticipará Eliseo a saludarlo. Anda al río Jordán y lávate (10). Naamán esperaba algo como gestos o palabras cargados de poder divino. Su curación vendrá sin embargo del simple contacto con las aguas que corren en la tierra de Dios. Israel es una nación muy pequeña, pero tiene escondidas las riquezas del Señor. Si el profeta te hubiera mandado hacer una cosa difícil, ¿no lo habrías hecho? (13). La gente espera maravillas Dios pide la simple obediencia a una palabra. Jesús procederá en igual forma (Jn 4,46). Lo importante no es hacer cosas sacrificadas, sino lo que Dios pide. Muchas veces, pasamos al lado de su Reino porque queremos realizar grandes esfuerzos, en vez de hacer las cosas sencillas que él pide. La curación es gratuita. El tesoro fabuloso que trajo Naamán no sirve de nada. Acompañaré a mi rey cuando vaya al templo de su dios Rimón (18). Naamán sabe ahora que no hay más Dios que el de Israel. Pero no puede salirse del mundo en que vive, donde se honran otros dioses. La respuesta de Eliseo indica la comprensión de Dios ante estas situaciones. La misma comprensión con los hombres de buena voluntad que tienen otras religiones se expresa en algunos textos del Génesis y del Exodo que fueron escritos precisamente por profetas de los mismos grupos que rodeaban a Eliseo (ver Gén 20,1-7 y Ex 18,1-20). Naamán figura al adulto de buena voluntad infectado por esa enfermedad incurable que es el pecado, y que viene a Cristo para pedir su salud. Es el hombre que viene de muy lejos a la Iglesia, porque descubre que en ella hay una fuente de vida escondida. El agua del bautismo no actúa por sí sola. Su eficacia viene de que por ella entramos en el pueblo de Cristo, la Iglesia.

Fuente: Notas de la Biblia Latinoamericana

[2] Partidas de tropa ligera. 2 Sam 3, 22.

Fuente: Notas Torres Amat