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Comentario de 2 Reyes 17:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de 2 Reyes 17:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

En el año 12 de Acaz, rey de Judá, comenzó a reinar Oseas hijo de Ela sobre Israel en Samaria, y reinó 9 años.

Año 730 a.C.

En el año duodécimo. 2Re 15:30; 2Re 18:9.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

El reinado malo de Oseas, 2Re 17:1-2.

Comienza su reinado siendo dominado por Salmanasar, y conspira contra él, buscando la ayuda del rey de Egipto, 2Re 17:3-4.

Samaria por su pecado es llevada en cautiverio, 2Re 17:5-23.

Las naciones extranjeras las cuales fueron trasplantadas a Samaria, son atacadas por una plaga de leones, hacen una mezcla de religiones, 2Re 17:24-41.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

año duodécimo: Oseas se convirtió en rey en el año 732 a.C por lo que los doce años de Acaz apuntan a un período de gobierno en conjunto con su padre Jotam, lo que se debió quizás a las presiones de la primera campaña occidental de Tiglat-pileser en el año 744-743 a.C. Oseas: este nombre quiere decir: «Salvación».

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Caída de Samaría y deportación (17:1-23).
1 El año doce de Ajaz, rey de Judá, comenzó a reinar en Israel, en Samaría, Oseas, hijo de Ela, y reinó nueve años” 2 Hizo lo malo a los ojos de Yahvé, aunque no tanto como los reyes de Israel que le precedieron. 3 Subió contra él Salmanasar, rey de Asiría, y Oseas se le sometió y le pagó tributo; 4 pero el rey de Asiría descubrió luego una conspiración que tramaba Oseas, que había mandado embajadores a So, rey de Egipto, y había dejado de pagar el tributo anual al rey de Asiría, y el rey de Asiría le hizo encarcelar y encadenar en una prisión. 5 Recorrió el rey de Asiría todo el territorio y subió contra Samaría, que tuvo asediada durante tres años. 6 El año noveno de Oseas, el rey de Asiría tomó a Samaría y llevó cautivos a sus habitantes a Asiría, haciéndolos habitar en Calac y Jabor, junto al río Gozan, y en las ciudades de la Media. 7 Los hijos de Israel habían pecado contra Yahvé, su Dios, que los había sacado de la tierra de Egipto, de bajo el dominio de Faraón, rey de Egipto, temiendo a los dioses ajenos. 8 Siguieron las costumbres de las gentes que Yahvé había expulsado ante los hijos de Israel y las que habían introducido los reyes de Israel.9 Los hijos de Israel hicieron contra Yahvé ocultamente cosas detestables, edificaron altos en todas sus ciudades desde la torre de atalaya hasta la ciudad murada. 10Se alzaron cipos y “aseras” en todo collado alto y bajo todo árbol frondoso, 11 y quemaron perfumes en todos los altos, como las gentes que Yahvé había expulsado ante ellos, e hicieron maldades, con las que irritaron a Yahvé. 12 Sirvieron a los ídolos, de quienes había dicho Yahvé: “No haréis tal.” 13 Yahvé advertía a Israel y a Judá por todos sus profetas, por todos sus videntes, y les decía: “Convertios de vuestros perversos caminos y guardad mis leyes y mis mandamientos, siguiendo fielmente la Ley que yo prescribí a vuestros padres y os he inculcado por medio de mis siervos los profetas.” 14 Pero ellos no le escucharon y endurecieron su cerviz, como lo habían hecho sus padres, que no creyeron en Yahvé, su Dios. 15 Rechazaron sus leyes, y la alianza que había hecho con sus padres, y las amonestaciones que les había hecho. Se fueron tras las vanidades, y cayeron así ellos mismos en la vanidad como los pueblos que los rodeaban, y a quienes Yahvé les había prohibido imitar. 16 Traspasaron todos los mandamientos de Yahvé, su Dios, y se hicieron imágenes fundidas, dos becerros, “aseras,” y se postraron ante todo el ejército de los cielos, y sirvieron a Baal. 17 Hicieron pasar por el fuego a sus hijos y a sus hijas, se dieron a la adivinación y a los encantamientos y se entregaron a cuanto era malo a los ojos de Yahvé, para irritarle, i” Por eso Yahvé se irritó fuertemente contra Israel, y le arrojó de su presencia, y no quedó más que la tribu de Judá. 19 Pero tampoco Judá guardó los mandamientos de Yahvé, su Dios, y ha imitado las costumbres de Israel. 20 Por eso arrojó Yahvé de sí a toda la descendencia de Israel, la humilló y la entregó en manos de salteadores, hasta arrojarla de su presencia. 21 Israel se separó de la casa de David y se dio por rey a Jeroboam, hijo de Nabat, que los apartó de Yahvé e hizo cometer a Israel un gran pecado 22 Los hijos de Israel se dieron a todos los pecados de Jeroboam, que él comenzó, y no se apartaron de ellos 23 hasta que Yahvé arrojó a Israel lejos de su presencia, como lo había anunciado por todos sus siervos los profetas. E Israel ha sido llevado cautivo lejos de su tierra, a Asiría, donde está hasta el día de hoy.

Oseas subió al trono de Israel (732-724) con la aprobación de Teglatfalasar, del que se separó por influencias de los partidarios de Egipto, con cuyo rey entró en negociaciones a través de Hannón, rey de Gaza. Nuestro texto dice que Oseas “mandó embajadores a So, rey de Egipto.” Por aquel entonces ejercía su autoridad sobre el Delta Tafneth, de la XXIV dinastía, teniendo como generalísimo a Šibu, Šibe, como se le llama en los anales de Sargón. Era Sibe un turtan, es decir, un alto oficial militar y administrativo, que ocupaba el segundo lugar en el reino (Pritchard, 285). Fácilmente estos jefes del ejército arrogábanse el título de reyes, aunque estaban sometidos a la autoridad suprema del Faraón. En la primera visita que hizo Salmanasar V (727-722) a Israel no encontró nada grave contra el imperio asirio. Todo el imperio habíalo reconocido por rey; Babilonia hizo lo mismo, dándole el nombre de Ululaia. Israel le entregó el tributo anual que le debía (Isa 5:22-29).
En esta ocasión era Egipto el que pretendía apoderarse de Israel. Oseas se prestó al juego. Supo Salmanasar las veleidades del rey de Israel y las razones por las cuales negóse a enviar el tributo anual a Asiría. Salmanasar no esperó a que el complot llegase a madurar; mandó encarcelar al rey, mientras él y su ejército poníase en marcha para castigarle. Desde este momento desaparece Oseas de la faz de la historia; no sabemos en qué circunstancias fue preso ni cuándo murió. Pero no por esto el partido antiasirio doblóse ante Salmanasar. Confiando en que Tiro resistiría al cerco y esperando en la ayuda de Egipto, los enemigos de Asiría encerráronse en Samaría dispuestos a defenderse del rey Salmanasar. El año 724 empezó el cerco. Ni Tiro logró romper el sitio, ni Egipto mandó soldado alguno en ayuda de Samaría.
Entre tanto, apoyado por los sacerdotes, subió al trono el generalísimo del ejército, Sargón. Samaría seguía resistiendo al cerco asirio; pero su caída era inminente, convirtiéndose en una realidad a principios de otoño del año 722. De ahí que, mientras Sargón se vanagloria de haber expugnado la ciudad, el texto bíblico atribuye a Salmanasar la toma de la misma (Isa 18:9-10) 1.
Sargón II aplicó a Samaría el sistema bélico de la deportación 2. En un principio se deportó al personal directivo y a los notables del reino, sacerdotes, militares, grandes terratenientes; más tarde siguieron otras deportaciones. La masa fue conducida a las regiones septentrionales del imperio asirio, Jabor, y Harán, en la provincia asiría de Guzana, Gozan (v.6); otros fueron mandados a la Media. Los habitantes fueron reemplazados por gentiles (v.24; Pritchard, 284).
Entre tanto, aprovechando la rebelión de Merodacbaladán contra Asiría (721), se formó de nuevo una liga antiasiria, a la que se unieron los israelitas que quedaron en el país, bajo la dirección de Ilubit, rey de Hamat. Sargón los atacó, consiguiendo sobre ellos una victoria aplastante, que describe en sus anales 3.
El texto sagrado señala que fueron varias las causas que contribuyeron a este desastre nacional. La principal de todas debe buscarse en el cisma religioso de Israel y en el culto al becerro de oro (1Re 12:26-33). Otra de las causas fue el sincretismo religioso y la erección de santuarios locales (v.7:16). Se hace notar que esta moral se concibe desde el punto de vista deuteronómico y de los profetas (Dhorme, De Vaux).

Origen de los samaritanos (17:24-41).
24 El rey de Asiría mandó gentes de Babilonia, de Cuta, de Avá, de Jamat y de Sefarvaím, y las estableció en las ciudades de Samaría en lugar de los hijos de Israel. Se posesionaron de Samaría y habitaron en sus ciudades. 25 Cuando comenzaron a habitar allí, no temían a Yahvé, y Yahvé mandó contra ellos leones, que los devoraban. 26 Dijeron, pues, al rey de Asiría: “Las gentes que tú has trasladado, para establecerlas en las ciudades de Samaría, na conocen el modo de servir al dios de aquella tierra, y éste ha mandado contra ellas leones, que los devoran porque no saben el modo de servir al dios de la tierra.” 27 El rey de Asiría dio esta orden: “Mandad que vaya allá uno de los sacerdotes que de allí habéis traído en cautividad, que vaya a establecerse allí y les enseñe el modo de servir al dios de aquella tierra.” 28Vino, pues, a establecerse en Betel un sacerdote de los que habían sido llevados cautivos a Samaría, y les enseñó cómo habían de servir a Yahvé. 29 Pero las gentes aquellas se hicieron cada una sus dioses en las ciudades que habitaban, y los pusieron en los altos edificados por los de Samaría. 30 Las gentes de Babilonia se hicieron su Sucot Benot; las de Cuta, su Nergal; 31 las de Jamat, su Asima; las de Avá, su Nibján y Tar-tac, y las de Sefarvaím pasaban a sus hijos por el fuego en honor de Adarmelec y Anamelec, dioses de Sefarvaím. 32 También servían a Yahvé, y se dieron sacerdotes de los altos de entre todo el pueblo; estos sacerdotes ofrecían por ellos sacrificios en los templos de los altos. 33 Así que temían a Yahvé y le servían al mismo tiempo que a sus dioses, según la costumbre de las gentes de que provenían. 34 Todavía hoy siguen haciendo como hicieron al principio. Ni temen a Yahvé ni se conforman con sus leyes y mandamientos, dados por Yahvé a los hijos de Jacob, a quien dio el nombre de Israel. 35 Yahvé había hecho alianza con ellos y les había dado este mandato: “No temeréis a otros dioses, ni os prosternaréis ante ellos, ni les serviréis, ni les ofreceréis sacrificios. 36 Temeréis a Yahvé, que os ha sacado de la tierra de Egipto con gran poder y brazo tendido. Sólo a El temeréis, sólo ante El os prosternaréis y sólo a El ofreceréis sacrificios. 37 Guardaréis y pondréis por obra las leyes y mandamientos, los estatutos y decretos que El ha escrito para vosotros, y no serviréis a otros dioses. 38 No olvidaréis la alianza que yo he hecho con vosotros, y no temeréis a otros dioses, 39 sino que temeréis a Yahvé, vuestro Dios, y El os librará de las manos de todos vuestros enemigos.” 40 Ellos no le han obedecido y siguen sus antiguas costumbres; 41 estas gentes temen a Yahvé y sirven a sus ídolos, y sus hijos y los hijos de sus hijos han seguido haciendo siempre hasta hoy como hicieron sus padres.

Según la costumbre asiría, otras gentes fueron enviadas para ocupar el lugar dejado vacío por la deportación de muchos israelitas. Debido a que el país quedó medio despoblado, multiplicáronse las fieras, que invadieron ciudades y poblados Que 14:6-9; 1Sa 17:34-37; 2Sa 23:20). Las gentes supersticiosas lo achacaron a la falta de culto debido al Dios de la tierra (1Sa 26:19; 2Re 5:17), que, enojado, los castigaba. Enterado de ello Sargón, mandó que un sacerdote de entre los deportados se trasladase a Samaría y les enseñara a servir al Dios de la tierra, restableciendo el culto a Yahvé. La deportación de gentes de Babilonia a Israel tuvo lugar una vez restablecido el orden en Babilonia después de la revuelta de Merodacbaladán II, que reinó en Babilonia aproximadamente los años 722-711.
El sacerdote enviado por el rey era probablemente de ascendencia aaronítida. Su acción religiosa debió consistir en mantener puros los ideales del yahvismo en los israelitas de condición humilde que quedaron en el país. Las gentes advenedizas no se desprendieron de sus dioses, cuyas estatuas colocaron en los lugares edificados anteriormente (1Re 12:31; 1Re 13:32). Los de Babilonia veneraron a Sucot (Sikkut, Amo 5:26), nombre babilónico del dios Saturno (Sakkut); los de Cuta, a Nergal, dios de los infiernos; los de Hamat, a Asima, quizá la paredra del dios fenicio Ashmún o del dios babilónico Ishum. Tenía este último probablemente un santuario en Betel, ya que los colonos de la Elefantina veneraban al dios Ashim-Betel. Los dioses Nibján y Tartac son desconocidos. Los de Sefarvaím practicaban sacrificios humanos en honor de su dios Adarmelec. Quizá sea éste el dios Adad-Milki 4. Cabe a estos cultos se concedió un lugar a Yahvé, Dios de la tierra (numen loa). Por su parte, los israelitas radicados en el país dejáronse arrastrar por el culto de los falsos dioses, sin abandonar totalmente el de Yahvé. El autor sagrado acaba el capítulo con un juicio muy severo de los samaritanos. Pero, como demuestra la historia posterior, parte de ellos contribuyeron a la reconstrucción del templo de Jerusalén (2Cr 34:9). En la fiesta de la Pascua del año 621 celebrada en Jerusalén asistieron samaritanos (2Cr 35:18), extendiéndose a su territorio la reforma de Josías (2Cr 23:15-19). El antagonismo entre judíos y samaritanos subsistirá todavía en tiempos de Cristo (Jon 4:9; Luc 10:30-37).

1 R. Dussaud, Les Monuments Palestiniens (Musée De Louvre; París 1912) 4-22; Prit-Chard, 320-321; H. Michaud, Sur la pierre et l’argille (París 1958) 33-45; A. Parfot, Le Musée du Louvre et la Bible (París 1957) 84-90.
1 Epíst. 124, ad Rusticum.
l A. Vaccaw, Le Lettere di Lachis: Β 20 (1939) l84·
1 Parrot, Ninive et l’Ancien Testament p.48-49.
2 L. Gautier, A propos des Rékabites: “Etudes sur la Religión d’Israel” (Lausana 1927) 104-129; P. Humbert, Osee le prophéte bédouin: “Revue d’Histoire et de Philosophie Reli-seuse” 1 (1921) 97-118; S. Nystrom, Beduinentum und Yahvismus (Lund 1046); Neher, Amos, Contrtbution α l’étude du prohétisme (París 1950) 173-186.
1 P. Lemaire, Crise et efrondement de la monarchie davidique: RB 45 (1936) 161-183·
1 A. Parrot, Ninive et Γ Anden Testament (Neuchátel-París 1953) 26; R. De Vaux t 14 chronulogie de Hazael et Benhadad III, rois de Damas: RB 43 (1934) 515-^18,
2 En el comentario sobre los libros profetices se hallará solución a los múltiples problemas que plantea el profetismo hebreo en parangón con el de los pueblos gentiles. Entre la inmensa literatura sobre el particular citamos: M. A. van oudenrijn, L’expression fik des prophétes” et ses analogies: Β 6 (1925) 165-171; G. Rinaldi, Alie origini della letteratura ρτο/etica: “Aevum,” 19 (1945) 195-228; A. Herranz, Eí profetismo en Israel: “Revista Española de Estudios Bíblicos,” 1 (1926) 3-120; 4 (1929) 113-114; 233-264.
1 Van Der Ploeg, Le sens de gibbor hail: “Vivre et Penser,” 1 (1941) 120-125,
2 Pritchard, 284; Parrot, Ninive et Γ Anden Testament 29.
1 O. Eissfeldt interpreta Molek (Molok traducen los LXX en 2Re 23:10-23) como nombre común de una especie de sacrificio votivo (Molok ais Opferbegriff im punischen und iri Hebraischen und das Ende der Gottes Moloch, Halle 1935). En contra: N. Schneider, Melchom, oas Scheusal der Ammoniter: Β i8 (1937) 337-343; A. Βεα, Kinderopfer far Moloch in den Μαπ -Τα /efn: Β 18 (1937) 95-107-
2 J. De Fraine, Le sacerdoce du Roí, l.c., 546,
1 Dice Sargón: “Puse sitio y conquisté Samaría (Sa-me-ri-na); deporté a veintisiete mil doscientos noventa habitantes que habitaban en ella; tomé cincuenta carros que allí había. Al resto (de los habitantes) dejé continuaran sus actividades. Puse a mi general sobre ellos y les impuse el mismo tributo que al rey anterior” (Pritchard, 285; Parrot, Ninive el VAnden Testament, 31). Ninguna contradicción entre ambos textos por haber contribuido ambos eficazmente a la rendición de Samaría. Recientemente Hayin Tadmor ha intentado probar ique Samaría capituló a finales de verano del año 722, reinando todavía Salmanasar (“Journal of Cuneiform Studies,” 12 [1958] 22ss).
2 Escribe Sargón en sus anales: “Al principio de mi gobierno y en el primer año del mismo. conquisté Samaría. deporté a 27.290 habitantes.”
3 “En el segundo año de mi reinado, Ilubidi, de Hamat. un potente ejército reunió en Qarqar, y el juramento de los supremos dioses violó. A Arpad, Simirra, Damasco y Samaría, produjo él a rebelarse contra mí. A Sibe, su turtan, hizo entrar en la liga, y para dar batalla levantóse contra mí. Infligí a ellos (a Hanno de Gaza y a Sibe), en nombre de Asur, mi señor, una derrota. Sibe escapó solo; como un pastor al que se roban las ovejas, huyó y desapareció, a Hanno hice prisionero y lo conduje encadenado a mi ciudad Asur” (Pritchard, 285).
4 A. Pom. In 4 Kon 17:1: Β 22 (1941) 35-

Fuente: Biblia Comentada

el año duodécimo. 732 a.C. Esta fecha de la accesión de Oseas como rey de Israel queda bien establecida según los datos bíblicos y extrabíblicos (vea la nota sobre 2Re 15:27). Por tanto, Acaz de Judá tiene que haber sido corregente con su padre Jotam, que era él mismo corregente con su padre, Azarías, en aquel tiempo (vea las notas sobre 2Re 15:30; 2Re 15:33), en 744 a.C. (vea la nota sobre 2Re 16:2). nueve años. 732-722 a.C. según el sistema de año de accesión. Oseas fue encarcelado (v. 2Re 17:4) durante el asedio de Samaria por Asiria en 724-722 a.C. (v. 2Re 17:5).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

— Oseas: Último rey del Reino del Norte; lo mismo que Jorán (ver 2Re 3:2), recibe un juicio negativo mitigado.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

El fin de Israel. Sabemos por medio de textos asirios que Oseas fue nombrado rey (o al menos confirmado como rey) por Tiglat-pileser III. De modo que comenzó su reinado como un rey títere y vasallo.

Se dice (2) que como rey no fue tan malo como sus antecesores: Un veredicto que se compara favorablemente con Acaz de Judá en vista de 16:3. De modo que es irónico que su reinado terminara con la destrucción de Israel.

Oseas causó la ira de Asiria al negarse a pagar el tributo anual y al negociar una alianza con Egipto (4). La identidad de So, rey de Egipto es incierta. (Pudo haber sido el faraón libio Osorcon IV. Otra manera de leer sugiere que So era el nombre de un lugar: “ … a So, al rey de Egipto.”) Sin embargo, Egipto en este momento era demasiado débil para poder dar un apoyo eficaz, así que el intento de la independencia resultó tan catastrófico como el de Pécaj anteriormente.

Para esa época, el hijo de Tiglat-pileser III, Salmanasar V (726-722 a. de J.C.) le había sucedido. En el v. 4 se cuenta que Salmanasar detuvo y encarceló a Oseas. Dado que es improbable que esto haya sucedido antes de la invasión y sitio de Samaria que se menciona en el v. 5, lo más probable es que los eventos no se han dado en orden cronológico. El sitio de tres años debe haber traído gran hambre y todos los horrores relacionados con eso (como en 2 Rey. 6:24-30), al menos nos ahorra tener que leer los espantosos detalles. Dos veces Samaria había sido sitiada y dos veces se salvó (1 Rey. 20; 2 Rey. 6:24-7:20), pero esta vez no iba a venir ayuda. La ciudad cayó en 722 a. de J.C., al mismo tiempo de la muerte de Salmanasar V. En documentos asirios, su hermano y sucesor, Sargón II, se atribuye a sí mismo la toma de la ciudad. Los que fueron deportados (6) eran 27.290 según Sargón. Esta cifra parece ser muy alta para Samaria así que debe tomar en cuenta gente de otras ciudades de Israel también. Los deportados fueron reubicados en distintas partes del Imperio Asirio (6), algunas de las cuales no se pueden ubicar con certidumbre.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

17.3 El rey Salmanasar era probablemente Salmanasar V, el que llegó a ser rey de Asiria después de Tiglat-pileser (727-722 a.C.). Continuó demandando grandes tributos de Israel. Oseas, el rey de Israel, decidió rebelarse en contra de Asiria y unir fuerzas con el rey So de Egipto (17.4). Esto no sólo fue una acción muy tonta, sino que además iba en contra de los mandatos de Dios. Para destruir esta conspiración, Salmanasar atacó y sitió a Samaria durante tres años. Pero antes de que Samaria cayera, Salmanasar murió. Su sucesor, Sargón II, se acreditó el triunfo por la captura de la ciudad, destruyendo la nación de Israel y llevando cautiva a su gente.17.5, 6 Esta fue la tercera y última invasión de Asiria a Israel. (Las primeras dos invasiones están registradas en 15.19 y 15.29.) La primera oleada fue sólo una advertencia para Israel: para evitar ataques posteriores, paga y no te rebeles. El pueblo debió haber aprendido la lección y vuelto a Dios. Al no hacerlo, Dios permitió que Asiria los invadiera otra vez, esta vez llevándose algunos cautivos de la frontera norte. Pero el pueblo continuó sin tomar conciencia de que ellos habían causado sus propios problemas. Así, Asiria invadió por tercera y última vez, destruyendo a Israel completamente, llevándose a la mayor parte de su gente y repoblando la tierra con extranjeros.Dios estaba cumpliendo lo que había prometido (Deuteronomio 28). Había advertido a Israel lo suficiente, ellos sabían lo que vendría, pero aun así ignoraron a Dios. Ahora Israel no era mejor que las naciones paganas que había destruido en los días de Josué. La nación se había vuelto amargada y rechazó su propósito original: honrar a Dios y ser una luz para el mundo.17.7-17 Dios juzgó al pueblo de Israel porque imitó las costumbres malvadas de las naciones vecinas, adoró dioses falsos, adaptó costumbres paganas y siguió sus propios deseos. No es bueno imitar las costumbres del mundo porque la gente que no tiene a Dios tiende a vivir egoístamente. Vivir para uno mismo, como lo aprendió Israel, acarrea graves consecuencias de parte de Dios. En ocasiones es difícil y doloroso seguir a Dios, pero considere la opción. Usted puede vivir para Dios, o morir para usted. Tome la determinación de ser una persona de Dios y de hacer lo que El dice sin pensar en el costo. Lo que Dios piensa de usted es infinitamente más importante que lo que piensan los de su alrededor. (Véanse Rom 12:1-2; 1Jo 2:15-17.)17.9 La ruina llegó a Israel tanto por los pecados públicos como por los pecados secretos. No sólo toleraron la maldad y la idolatría en público, sino que cometieron pecados aun peores en privado. Los pecados secretos son aquellos que no queremos que otros conozcan, porque son vergonzosos o incriminatorios. Los pecados que se cometen en privado no son secretos para Dios. Desafiar a Dios en secreto es tan dañino como la rebelión declarada.17.13-15 El pueblo tomó las características de los ídolos e imitó a las naciones impías que lo rodeaban. Israel había olvidado la importancia de los beneficios de obedecer la Palabra de Dios. El rey y el pueblo estaban atascados en la maldad. Muchas veces, Dios había enviado profetas para advertirles lo lejos que estaban de El y para llamarlos al arrepentimiento.La paciencia y la misericordia de Dios están más allá de nuestra habilidad de comprensión. Nos buscará con afán hasta que le respondamos o, por decisión propia y dureza de corazón, nos hagamos inalcanzables. Entonces el juicio de Dios es rápido y firme. El único camino seguro es volvernos a El antes que nuestra necedad nos ponga fuera de su alcance.ISRAEL ES REPOBLADO POR EXTRANJEROSDespués de que los israelitas fueron deportados, los extranjeros del Imperio Asirio fueron enviados para repoblar la tierra. Esta política ayudó a Asiria a mantener la paz en los territorios conquistados.17.16 «Todo el ejército de los cielos» se refiere a la práctica cananea de adorar al sol, la luna y las constelaciones. Estos eran dioses asirios que estaban siendo añadidos a su religión. (Véanse también 21.1-6; 23.4, 5.)17.17 Adivinación significa brujería y agüeros es consultar a espíritus malvados. Formas de brujería, adivinación del futuro y magia negra estaban prohibidas por Dios (Deu 18:9-14). Estaban mal porque buscaban poder y guía totalmente apartados de Dios, su ley y su Palabra. Isaías repitió esta ley y profetizó la destrucción completa que esta práctica oculta traería a aquellos que participaran en ellas (Isa 8:19-22).17.23 Israel fue llevado al exilio de la manera que los profetas de Dios lo habían advertido. Cualquier cosa que Dios prediga sucederá. Esto, por supuesto, son buenas nuevas para aquellos que confían en El y lo obedecen ya que pueden estar confiados en sus promesas. Pero son malas noticias para aquellos que ignoran y desobedecen a Dios. Tanto las promesas como las advertencias que Dios nos ha dado en su Palabra con seguridad se harán realidad.17.24 El sacar a los israelitas e introducir extranjeros era la política de restablecimiento de Asiria para prevenir revueltas. El esparcir a los cautivos a lo largo de Asiria evitaba que se unieran, y al repoblar Israel con cautivos extranjeros hacía difícil que los israelitas restantes se unieran también. A esta mezcla de gente establecida en Israel se la llamó «samaritanos». Fueron despreciados por los judíos, aún durante los días de Jesús (Joh 4:9).17.27-29 Los nuevos pobladores de Israel adoraban a Dios sin dejar sus costumbres paganas. Adoraban a Dios para apaciguarlo en vez de hacerlo para agradarle, tratándolo como si fuera un amuleto de buena suerte o como otro ídolo para añadir a su colección. Una actitud similar es común en la actualidad. Mucha gente dice creer en Dios mientras que se niega a dejar las actitudes y acciones que Dios denuncia. Dios no puede ser sumado a los valores que ya tenemos. El debe estar en primer lugar, y su Palabra debe moldear todas nuestras acciones y actitudes.17.29-31 Israel fue conquistado debido a que perdió la visión del único Dios verdadero y del porqué era importante seguirlo. Cuando conquistaban una tierra, se les había dicho que destruyeran todas las influencias paganas que pudieran alejarlos de Dios. El no haber hecho eso trajo su ruina. Ahora enfrentaban una mayor afluencia de dioses de los muchos pueblos paganos que se habían mudado a la tierra.ISRAEL LLEVADO AL CAUTIVERIO : Finalmente los pecados del pueblo de Israel lo alcanzaron. Dios permitió que Asiria lo derrotara y dispersara al pueblo. Fueron llevados en cautiverio, tragados por el poderoso y malvado Imperio Asirio. El pecado siempre acarrea disciplina y las consecuencias de ese pecado son en ocasiones irreversibles.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

REFERENCIAS CRUZADAS

a 957 2Re 15:30

b 958 Isa 7:9

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

el año doce. El subir Oseas al trono de Israel en el año doce de Acaz hace suponer que Acaz había sido corregente con los reyes Azarías (o Uzías) y Jotam (v. coment. en 15:32).

Oseas…reinó nueve años. Esto es, del 732– 722 a.C.

Fuente: La Biblia de las Américas