Comentario de 1 Crónicas 21:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Satanás se levantó contra Israel e incitó a David a que hiciese un censo de Israel.

Año 1017 a.C.

Pero Satanás se levantó. 2Sa 24:1; 1Re 22:20-22; Job 1:6-12; Job 2:1, Job 2:4-6; Zac 3:1; Mat 4:3; Luc 22:31; Jua 13:2; Hch 5:3; Stg 1:13; Apo 12:10.

e incitó a David. Luc 11:53; Heb 10:24.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

David, tentado por Satanás, obliga a Joab a realizar un censo, 1Cr 21:1-4.

Habiendo contado al pueblo, David se arrepiente de ello, 1Cr 21:5-8.

David teniendo tres plagas propuestas por Dios, escoge la pestilencia, 1Cr 21:9-13.

Después de la muerte de setenta mil, David por su arrepentimiento, evita la destrucción de Jerusalén, 1Cr 21:14-17.

David, por el consejo de Gad, compra la era de Ornán, donde habiendo edificado un altar, Dios le da una señal de fuego de su favor, y detiene la plaga, 1Cr 21:18-27.

David ofrece sacrificios allí, es restringido de ir a Gabaón por temor al ángel, 1Cr 21:28-30.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

La palabra Satanás significa: «adversario». Si bien es cierto que en un principio se le llamaba «el Satanás», posteriormente se llegó a utilizar como un nombre propio, Satanás (Zac 3:1Zac 3:2). El NT. lo identifica como el malvado, el demonio y el dragón, relacionándolo con la serpiente en el jardín del Edén (Gén 3:1).

incitó a David: Samuel atribuyó el impulso de David de censar al pueblo a Dios mismo (2Sa 24:1). La aparente contradicción se puede resolver al reconocer que, si bien Satanás es el autor de todo mal, no puede ejercer sus intenciones malvadas sin el permiso de Dios. Además, Dios podía utilizarlo para lograr sus propios propósitos de juicio (1Re 22:19-23) o disciplina (como aquí con David).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

SATANÁS… INCITÓ A DAVID A QUE HICIESE CENSO DE ISRAEL. Dios permitió que Satanás tentara a David después que David había logrado mucho y obtenido grandes victorias (véase 2Sa 24:1, nota). Deben notarse las siguientes verdades en cuanto a la tentación de David por parte de Satanás.

(1) «Satanás» significa «adversario» (véase Job 1:6). Él se opone activamente al esfuerzo del creyente por conformarse a la voluntad y a las justas normas de Dios (véanse Efe 6:11-12; 1Pe 5:8; Apo 12:17).

(2) Con frecuencia Satanás orienta su actividad a la mente humana, principalmente mediante el engaño (véanse Gén 3:1-7; Gén 3:13; 2Co 4:4; Efe 2:2; 1Ti 4:1). Él engañó a David haciéndole pensar que Dios aprobaría ese censo de la nación.

(3) A Satanás le encanta hacer caer a los creyentes en los pecados del orgullo y de la vanagloria (véanse Gén 3:5; 1Cr 21:8, nota). Obsérvese que fue después de las grandes victorias y logros de David (caps. 1Cr 14:1-17; 1Cr 15:1-29; 1Cr 16:1-43; 1Cr 17:1-27; 1Cr 18:1-17; 1Cr 19:1-19; 1Cr 20:1-8; 1Cr 21:1-30) que Satanás pudo ganar pie en la vida del rey (vv. 1Cr 21:7-8; véase 1Ti 3:6).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

El censo del pueblo (21:1-15 = 2Sa 24:1-16).
1 Alzóse Satán contra Israel e incitó a David a hacer el censo de Israel. 2 David dijo a Joab y a los jefes del pueblo: “Id a hacer el censo de Israel, desde Berseba hasta Dan, y traédmelo, para que sepa yo su número.” 3 Joab respondió a David: “¡Ojalá hiciera Yahvé a su pueblo cien veces más numeroso! Pero, rey y señor mío, ¿no son todos servidores tuyos? ¿Para qué pide esto mi Señor ? ¿Para qué hacer una cosa que será imputada como pecado a Israel ?” 4 El rey persistió en la orden que había dado a Joab, y Joab partió y recorrió todo Israel, y vino luego a Jerusalén. Joab entregó a David el rollo del censo del pueblo, 5 y había en todo Israel un millón cien mil hombres de guerra, y en Judá cuatrocientos setenta mil. 6 No hizo entre ellos el censo de Leví y Benjamín, porque abominaba Joab la orden del rey. 7 Desagradó la orden a Dios y castigó a Israel. 8 Entonces dijo David a Dios: “He cometido con esto un gran pecado. Perdona, te ruego, la iniquidad de tu siervo, pues he obrado como un insensato.” 9 Yahvé habló así a Gad, el vidente de David: 10 “Ve a decir a David: Así habla Yahvé: tres plagas te propongo para que elijas una con que te heriré.” 11 Gad vino a David y le dijo: “Así habla Yahvé: 12 Elige: o tres años de hambre, o tres meses durante los cuales huirás de tus enemigos y te alcanzará la espada de tus enemigos, o tres días durante los cuales la espada de Yahvé y la peste estarán sobre la tierra, y el ángel de Yahvé llevará la destrucción a todo el territorio de Israel. Ve, pues, lo que he de responder al que me envía.” 13 David respondió a Gad: “En gran aprieto me veo, pero caiga yo en las manos de Yahvé, cuya misericordia es inmensa, y no caiga en las manos de los hombres.” 14Mandó Yahvé la peste sobre Israel, y cayeron setenta mil hombres de Israel. 15Dios mandó un ángel a Jerusalén para destruirla, y, cuando ya estaba destruyéndola, miró Yahvé y se arrepintió de aquel mal, y dijo al ángel destructor: “Basta, retira ya tu mano.” El ángel de Yahvé estaba junto a la era de Ornan, jebuseo.

Es Satán quien impulsa a David a ordenar este censo (Job 1:6-8; Zac 3:1-2). él hecho se refiere en el lugar paralelo de Samuel, aunque con sensibles divergencias; quizá el autor se inspiró en otro documento.

La erección del altar (Zac 21:16-30 = 2Sa 24:17-25).
16 Y David alzó los ojos y vio al ángel de Yahvé entre la tierra y el cielo, teniendo en su mano, desnuda, la espada, vuelta contra Jerusalén. Entonces David y los ancianos, vestidos de saco, cayeron sobre sus rostros, 17 y David dijo a Dios: “¿No soy yo el que he mandado hacer el censo del pueblo? Yo soy quien ha pecado y ha hecho el mal; pero estas ovejas, ¿qué han hecho? ¡Yahvé, Dios mío! Pese tu mano sobre mí y sobre la casa de mi padre y no haya plaga en tu pueblo.” 18 El ángel de Yahvé dijo a Gad que hablase a David para que subiese a alzar un altar en la era de Ornan, jebuseo, 19 y subió David, cumpliendo la orden que Gad había dado en nombre de Yahvé 20 Ornan, que estaba trillando el trigo, se volvió y vio al ángel y se escondió con sus cuatro hijos. 21 Cuando llegó David cerca de Ornan, miró Ornan y vio a David, y, saliendo de la era se prosternó ante David rostro a tierra. 22 David dijo a Ornan” “Cédeme el campo de tu era para que yo alce en ella un altar a Yahvé; cédemelo por su precio en plata, para que se retire la plaga de sobre el pueblo.” 23 Ornan respondió a David: “Tómala, y que mi señor el rey haga en ella lo que bien le parezca; mira, te doy los bueyes para el holocausto, los trillos para leña y el trigo para la ofrenda. Todo te lo doy.” 24Pero el rey dijo a Ornan: “No, quiero comprártela por su valor en plata, pues no voy a presentar yo a Yahvé lo que es tuyo ni a ofrecerle un holocausto que no me cuesta nada.” 25 Y dio David a Ornan seiscientos siclos de oro por el lugar, 26 y edificó allí un altar a Yahvé, y le ofreció holocaustos y sacrificios eucarísticos. Invocó a Yahvé, y Yahvé le respondió por el fuego que del cielo descendió sobre el altar del holocausto. 27 Entonces habló Yahvé al ángel, que volvió la espada a la vaina. 2 8 Viendo David que Yahvé le había oído en la era de Ornan, jebuseo, sacrificaba allí, 29 pues el tabernáculo de Yahvé, que Moisés había hecho en el desierto, y el altar de los holocaustos estaban entonces en la altura de Gabaón, 30 y David no podía ir allá a buscar a Yahvé, pues la espada del ángel le había llenado de espanto.

Debido a que el autor considera este altar como definitivo, ha tenido que introducir algunas vacantes al texto paralelo de Samuel, por ser distintas las perspectivas en uno y otro lugar.

Fuente: Biblia Comentada

Hay aproximadamente un intervalo de veinte años entre 1Cr 20:8 y 1Cr 21:1, ca. 995-975 a.C.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Satanás … incitó. 2Sa 24:1 informa que fue Dios quien «incitó» a David. Esta aparente discrepancia queda resuelta comprendiendo que Dios emplea de forma soberana y permisiva a Satanás para cumplir sus propósitos. Dios usa a Satanás para juzgar a los pecadores (cp. Mar 4:15; 2Co 4:4), para afinar a los santos (cp. Job 1:8-22; Job 2:1-10; Luc 22:31-32), para disciplinar a los miembros de la iglesia (cp. 1Co 5:1-5; 1Ti 1:20) y para purificar más a los creyentes obedientes (cp. 2Co 12:7-10). Ni Dios ni Satanás forzaron a David a pecar (cp. Stg 1:13-15), pero Dios permitió que Satanás tentara a David y él escogió pecar. El pecado emergió de su corazón orgulloso, y Dios le pasó cuentas por el mismo. que hiciese censo de Israel. El censo de David causó una tragedia porque, a diferencia del censo en tiempos de Moisés (Núm 1:1-54; Núm 2:1-34) que Dios había mandado, este censo por parte de David fue llevado a cabo para gratificar su soberbia en la gran fuerza de su ejército y en su consiguiente poder militar. También estaba poniendo más confianza en sus fuerzas que en su Dios. Estaba aceptando el mérito por sus victorias al constituir este gran ejército. Esto suscitó la ira de Dios, que movió a Satanás para que llevara el pecado a un punto crítico.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Para la explicación de esta sección, vea las notas sobre 2Sa 24:1-25.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Esta sección relata de forma selectiva el reinado de David con un gran énfasis en el traslado del arca en Jerusalén y en los preparativos para construir el templo.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Esta sección relata selectivamente las hazañas militares de David.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

1Cr 21:1-30; 1Cr 22:1 : Por primera vez el Cronista incorpora un episodio en que su gran protagonista, David, adopta un proceder censurable y aparece como pecador. Sin embargo, el pecado será perdonado, tras el correspondiente proceso penitencial de arrepentimiento, castigo y expiación.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

— Satán: Mientras que en 2Sa 24:1 Dios es el instigador del censo, el Cronista introduce aquí un nuevo personaje, Satán, concebido como un fiscal de la corte celestial encargado de poner a prueba la virtud de los mortales (ver Job 1:1-22; Job 2:1-13 y Zac 3:1-2), sin otras connotaciones demoníacas.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Censo y epidemia. Por primera vez el cronista marca un pecado de David. La razón por la cual se desvía de su práctica normal de presentar a David como el rey ideal es que esto era malo a los ojos de Dios (7); lleva (como ya notamos) a la designación del sitio para el templo. Lo que provocó a David a cometer este pecado ahora resulta en un castigo que según 2 Sam. 24:1 se debe principalmente a algún pecado previo por parte de la nación. Teniendo en mente quizá el principio de Stg. 1:13, el cronista introduce inesperadamente la figura de Satanás (1). El es quien, como en Job 2:3, causa los problemas, aunque sólo con el permiso de Dios y dentro de los límites impuestos por él.

No está claro por qué hacer un censo era malo. La ley lo permitía, con ciertas condiciones (Exo. 30:11-16); un censo dio el nombre al libro de Núm., y los primeros capítulos de 1 Crón. contienen listas muy similares. A lo mejor ya que esta fue una lista militar (5), los motivos de David eran malos. Crón. indica frecuentemente que la verdadera seguridad de Israel yace en confiar en su Dios, no en el tamaño de su ejército (por ej. 2 Crón. 14:11; 16:8). No es David sino Joab quien aquí se presenta en buena luz, aunque en la historia anterior no es un personaje muy agradable (1 Rey. 2:5, 6). El lleva a cabo el censo bajo protesta, pero con Leví y Benjamín tuvo que hacer una excepción: se presume que fue debido a Núm. 1:47-50 (quizá consideraban que ambas tribus eran custodios del tabernáculo que quedaba en el territorio de Benjamín, 16:39). Los números del censo difieren de los de 2 Sam. 24:9; otra vez, ver la Introducción.

Un ángel con una espada se aparece también a Balaam (Núm. 22:31) y a Josué (Jos. 5:13-15), y tanto en esos pasajes como aquí el lugar donde aparece se considera santo. Aquí es el que trae la epidemia (11). David está en camino al norte saliendo de Jerusalén con un grupo de ancianos cuando lo ve; quizá van a Gabaón a ofrecer holocaustos como arrepentimiento (ver vv. 29, 30). Otra variación posible del v. 17 es más conmovedora: “y yo soy un pastor” (en lugar de he actuado mal).

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

21.1 El censo de David acarreó el desastre debido a que, a diferencia de los censos tomados en el libro de Números (Números 1, 2) los cuales Dios había ordenado, este censo se llevó a cabo para que David pudiera sentirse orgulloso de la fortaleza de su ejército. Al determinar su poder militar, estaba comenzando a confiar más en este poder que en la fuerza de Dios. Existe una línea muy delgada entre la dependencia que confía en el poder de Dios y la soberbia porque Dios lo ha usado para grandes propósitos.21.1 El texto bíblico dice que Satanás incitó a David para hacer un censo. ¿Acaso puede forzar Satanás a la gente a hacer cosas malas? No, Satanás sólo tentó a David con la idea, pero fue David el que decidió hacerlo. Desde el huerto del Edén, siempre Satanás ha estado tentando a la gente a pecar. El censo de David no iba en contra de la ley de Dios, pero el motivo del censo estaba mal: sentía orgullo por su ejército poderoso, mientras olvidaba que su verdadera fortaleza provenía de Dios. Incluso Joab, quien no era conocido por sus ideales de alta moral, reconoció que el censo era un pecado. Del ejemplo de David podemos aprender que un acto que por sí mismo no es malo, puede llegar a ser un pecado si lo motivan la codicia, la arrogancia o el egoísmo. A menudo nuestros motivos, y no nuestras acciones, originan el pecado. Debemos sopesar constantemente nuestros motivos antes de actuar.21.1-3 David cayó en la tentación de Satanás. Dios proporcionó una salida con el consejo de Joab, pero la curiosidad de David se vio estimulada por la arrogancia. Su fe estaba en su propia fortaleza y no en la de Dios. Si nos sentimos autosuficientes y depositamos nuestra confianza lejos de Dios, pronto caeremos en los esquemas de Satanás. En la autosuficiencia perdemos nuestra seguridad. Para escapar de la tentación, examine los deseos internos de su corazón para comprender por qué la tentación externa es tan atractiva. (Véase 1Co 10:13 para más información acerca del escape de la tentación.)21.8 Cuando David se dio cuenta de su pecado, tomó plena responsabilidad de ello, admitió que estaba mal, y pidió a Dios que lo perdonara. Muchas personas quieren contar con Dios y sus bendiciones en sus vidas sin reconocer sus pecados personales ni su culpabilidad. Pero la confesión y el arrepentimiento deben llegar antes de recibir el perdón. Al igual que David, debemos admitir la plena responsabilidad de nuestros actos y confesarlos a Dios antes que El nos perdone y continúe su obra en nuestras vidas.21.13, 14 El pecado tiene un efecto de dominó. Una vez que se ha cometido un pecado, lo siguen una serie de consecuencias. Dios perdonará nuestro pecado si se lo pedimos, pero las consecuencias de ese pecado ya están en marcha. David suplicó misericordia, y Dios respondió al detener al ángel antes de que completara su misión de muerte. Sin embargo, las consecuencias del pecado de David ya habían causado un gran daño. Dios siempre perdonará nuestros pecados y a menudo intervendrá para hacer menos severas sus amargas consecuencias, pero permanecerán las cicatrices. El pensar en las posibles consecuencias antes de actuar puede evitarnos a nosotros mismos y a los demás mucha pena y mucho sufrimiento.21.14 ¿Por qué murieron setenta mil inocentes por el pecado de David? Nuestra sociedad hace un gran énfasis en el individuo. En los tiempos antiguos, sin embargo, los líderes familiares, los líderes de las tribus y los reyes representaban al pueblo que dirigían, y todos esperaban compartir sus triunfos al igual que sus fracasos y castigos. David merecía castigo por su pecado, pero su muerte podía haber ocasionado un caos político y la invasión del ejército enemigo, causando cientos de miles de muertos. En cambio, Dios mostró su gracia al salvar la vida de David. Además detuvo la plaga para que se salvara la mayor parte del pueblo de Jerusalén.Dios nos hace trabajar juntos, en forma interdependiente. Ya sea que pensemos que eso es justo o no. Queramos o no, nuestras acciones siempre afectan a otras personas. No podemos conocer por completo la mente de Dios en este juicio severo. No sabíamos dónde estaban los profetas, los líderes de las tribus y los otros consejeros durante este incidente y ya sea que lo hubieran decidido o no permanecieron junto al rey. Nosotros sí sabemos que depositar nuestra confianza únicamente en el poder militar es idolatría. Cualquier cosa que tome el lugar de Dios es pecado, y el pecado origina consecuencias desastrosas.21.22-24 Cuando David quiso comprar la tierra de Ornán para construir un altar, Ornán la ofreció generosamente como regalo. Pero David lo rechazó, diciendo: «No tomaré para Jehová lo que es tuyo, ni sacrificaré holocausto que nada me cueste». David quería ofrecer un sacrificio a Dios. La palabra sacrificio implica dar aquello que le haya costado al dador algo de sí mismo, tiempo o dinero. ¿Le está costando algo el servir a Dios, o lo sirve cómodamente debido al exceso de lo que tiene? El dar a Dios lo que nada cuesta, no demuestra su compromiso.21.29-22.1 Gabaón fue una ciudad de Benjamín. Luego que Saúl venció a Nob, quien era benjaminita, Saúl trasladó el tabernáculo a Gabaón. Gabaón se encontraba al noroeste de Jerusalén, aproximadamente a dos horas de viaje.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

NOTAS

(1) O: “un resistidor”. Heb.: Sa·tán; sir.: Sa·ta·na’; LXX: “Diablo”; lat.: Sá·tan.

REFERENCIAS CRUZADAS

a 1340 2Sa 24:1

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Satanás. Esta es la única vez que en el A.T. se usa la palabra hebrea Satanás como nombre personal, pues normalmente aparece con el artículo definido, i.e., como el acusador, o el adversario (v. Job 2:1, 2; Zac 3:1, 2). Crónicas interpreta el suceso paralelo de 2 S 24:1 (v. coment. allí) donde se dice que la ira del S eñor incitó a David a que hiciera un censo del pueblo. El cronista atribuye a Satanás esta acción de David (v. coment. en el vers. 7).

censo de Israel. David hizo un censo, aparentemente para saber el número de tropas que había. Pero por esta decisión, David cometió pecado, porque el censo fue motivado por orgullo y apoyo en el poder militar de Israel y no en la confianza en Dios.

Fuente: La Biblia de las Américas

En realidad Dios permitió que Satanás incitase a David a realizar un censo de la población y David insistió en realizarlo a pesar del consejo de Joab (véase nota en 2Sa 24:1). Si bien no era algo inherentemente malo, tal acción demostraba que David confiaba más en el número de sus guerreros que en Dios. El censo se completó en unos diez meses (2Sa 24:5-8).

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

Satán…2Sa 24:1 nota.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

g 2Sa 24:1 nota.

Fuente: La Biblia Textual III Edición

[1] 2 Re 23, 13.

Fuente: Notas Torres Amat