Comentario de 2 Crónicas 7:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Cuando Salomón terminó de orar, descendió fuego del cielo y consumió el holocausto y los sacrificios, y la gloria de Jehovah llenó el templo.
Cuando Salomón. 1Re 8:54-61; Isa 65:24; Dan 9:20; Hch 4:31; Hch 16:25, Hch 16:26.
el fuego de los cielos. Gén 15:17; Éxo 29:43; Lev 9:24; Jue 6:21; 1Re 18:24, 1Re 18:38; 1Cr 21:26; Mal 3:1, Mal 3:2.
y la gloriade Jehová. 2Cr 5:13, 2Cr 5:14; Éxo 40:34, Éxo 40:35; Lev 9:23; 1Re 8:10, 1Re 8:11; Isa 6:1-4; Eze 10:3, Eze 10:4; Eze 43:5; Eze 44:4; Hag 2:7-9; Apo 21:23.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Dios da testimonio de haber escuhado la oración de Salomón enviando fuego del cielo y mostrando su gloria en el templo, es adorado por el pueblo, 2Cr 7:1-3.
El sacrificio solemne de Salomón, 2Cr 7:4-7.
Salomón despide al pueblo, después de haber observado la fiesta de los tabernáculos, y la fiesta de dedicación del altar, 2Cr 7:8-11.
Dios se aparece a Salomón, y le da promesas bajo condición, 2Cr 7:12-22.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Dios respondió positivamente a las plegarias de Salomón al iniciar los sacrificios con un fuego de los cielos, un acto de aprobación que se registra también en otras partes de la Biblia (Jue 6:21; 1Re 18:38).
la gloria … llenó: Esto era en la forma de una espesa nube que llenaba el Templo con oscuridad. Los sacerdotes ya no podían ministrar debido a su respeto y reverencia ante la gloria de Dios.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
LA GLORIA DE JEHOVÁ. «La gloria de Jehová» se refiere a la manifestación visible de la presencia y el esplendor de Dios (véase el ARTÍCULO LA GLORIA DE DIOS, P. 1086. [Eze 10:4]).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
Sacrificio solemne; fiestas y nueva teofanía (7:1-22. = 1Re 6:2-99)
1 Cuando Salomón acabó de orar, descendió del cielo fuego, que consumió los holocaustos y las víctimas, y la gloria de Yahvé llenó la casa. 2 No podían los sacerdotes estar en la casa de Yahvé, porque la gloria de Yahvé llenaba la casa de Yahvé. 3 Al ver los hijos de Israel descender el fuego y la gloria de Yahvé sobre la casa, cayeron a tierra sobre sus rostros en el pavimento y adoraron y confesaron a Yahvé: “Porque es bueno, porque es eterna su misericordia.” 4 Entonces el rey y todo el pueblo sacrificaron víctimas delante de Yahvé, 5 y le ofreció el rey Salomón en sacrificio veintidós mil bueyes y ciento veinte mil ovejas, y así fue dedicada la casa de Dios por el rey y todo el pueblo. 6 Los sacerdotes asistían en su ministerio, y los levitas, con los instrumentos de música de Yahvé, que había hecho el rey David para alabar a Yahvé, “cuya misericordia es eterna,” y con los que le alababa también David. Asimismo, los sacerdotes tocaban trompetas delante de ellos, y todo el pueblo estaba en pie. 7 También santificó Salomón el atrio que estaba delante de la casa de Yahvé, ofreciendo allí los holocaustos y el sebo de las víctimas, por ser el altar de bronce que Salomón había hecho insuficiente para tantos holocaustos, la ofrenda y el sebo. 8 Hizo Salomón fiesta con todo Israel por siete días, reuniéndose una gran muchedumbre desde la entrada de Jamat hasta el torrente de Egipto. 9 Al octavo día celebraron asamblea santa, pues habían hecho la dedicación del altar durante siete días y celebrado por siete días la solemnidad. 10 A veintitrés del séptimo mes envió al pueblo a sus estancias, alegres y gozosos en su corazón por los beneficios que Yahvé había hecho a David, a Salomón y a su pueblo Israel. 11 Acabó, pues, Salomón la casa de Yahvé y la casa del rey; y todo cuanto se había propuesto hacer en la casa de Yahvé y en su casa lo consiguió. 12 Entonces se le apareció Yahvé durante la noche y le dijo: “He oído tu plegaria y he elegido este lugar como la casa en que se me habrán de ofrecer sacrificios. 13 Cuando yo cierre el cielo y no haya lluvia, cuando mande a la langosta devorar la tierra, cuando mande la peste entre mi pueblo, 14 si mi pueblo, sobre el que se invoca mi nombre, se humilla, ruega y me busca la cara, si se aparta de sus malos caminos, yo oiré desde los cielos y le perdonaré su pecado y curaré a la tierra. 15 Mis ojos estarán siempre abiertos, y atentos mis oídos a su plegaria hecha en este lugar. 16 Yo elijo y santifico esta casa para que en ella sea invocado mi nombre y para morar en ella por siempre, y la tendré siempre ante mis ojos y en mi corazón. 17 Y tú, si andas en mi presencia como anduvo David, tu padre, haciendo todo cuanto yo he mandado, y guardas mis leyes y mis preceptos, 18 yo afirmaré el trono de tu reino, como se lo prometí a David, tu padre, diciendo: No faltará jamás un hijo tuyo que reine en Israel, i9 Pero, si os volvéis y dejáis los mandamientos y preceptos que yo os he prescrito y os vais a servir a dioses ajenos, adorándolos, 20 yo os arrancaré de mi tierra, que os he dado; y esta casa que a mi nombre he santificado, la rechazaré de ante mí y será la burla y el escarnio de todas las gentes; 21 y por ilustre que haya sido, será el espanto de cuantos cerca de ella pasen, que dirán: ¿Por qué ha hecho Yahvé así con esta tierra y esta casa? 22 Y se responderá: Porque dejaron a Yahvé, Dios de sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto, y se adhirieron a dioses ajenos y los adoraron y los sirvieron; por eso ha traído El sobre ellos todos estos males.”
Como en tiempos del autor la bendición se reservaba a los sacerdotes (1Cr 23:13; Num 6:22-27), omite la que se halla en el lugar paralelo de los Reyes (Num 8:54-61). Todo el pueblo vio cómo bajaba el fuego del cielo (1Re 18:38) y la gloria de Dios sobre la casa. También los sacerdotes y levitas dieron realce a la fiesta, aquéllos ejerciendo sus oficios y éstos cantando salmos de David, acompañándose con instrumentos músicos.
Fuente: Biblia Comentada
descendió fuego. Esto sucedió también cuando se llevó a cabo la dedicación del tabernáculo (Lev 9:23-24). Esta fue la verdadera dedicación, porque solo Dios puede santificar verdaderamente.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
2Cr 7:1-10;1Re 8:54-61 añade a la oración de Salomón una segunda bendición sobre el pueblo. El Cronista la sustituye por una manifestación teofánica de Dios que expresa la aceptación divina del Templo y, más concretamente, de la súplica del rey.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
— fuego del cielo: La teofanía remite a 1Cr 21:26, donde el fuego constituía también la respuesta divina a la súplica de David y a los sacrificios ofrecidos en lo que sería más tarde el recinto del Templo. Lo que David inició en aquel momento encuentra ahora su culminación.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
2Cr 5:14; 1Cr 21:26+; (ver Éxo 24:16).
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
La respuesta de fuego. Aunque la aparición de la gloria de Dios se menciona a cada extremo de la oración de Salomón, no quiere decir que apareció dos veces (tanto en el v. 1 como en el v. 3 se puede leer algo parecido a “el fuego tanto como la gloria”), pero el v. 3 sí indica que ahora estaba sobre el templo y dentro del templo, de modo que todos lo podían ver. Confirmó que los planes y diseños de Salomón habían sido hechos como Dios lo había querido. Pero el fuego simbolizaba más que eso. Lo que Dios aprobaba ahora era el uso del templo por primera vez para lo que lo había ordenado, o sea, para el encuentro entre Dios mismo y su pueblo por medio de la oración de Salomón. Por lo tanto, ésta es una señal pública para que Israel la experimente y la recuerde, distinta a la respuesta personal que Dios está por dar a Salomón (12-22). En otros encuentros cruciales entre Dios e Israel el fuego también descendió: En el tiempo de Moisés (Lev. 9:24), de David (en este mismo lugar, 1 Crón. 21:26) y de Elías (1 Rey. 18:38). Nuevamente David y su hijo están agrupados como colegas iguales en el plan de Dios (10).
La “fiesta del mes séptimo” (5:3), que era la de los Tabernáculos, aparentemente caía después de esta semana adicional de celebración por la dedicación del templo (9).
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
7.1, 2 Dios envió fuego del cielo para que consumiera la ofrenda y para comenzar el fuego que debía permanecer encendido bajo el altar del holocausto (véase Lev 6:8-13). Este fuego continuo simbolizaba la presencia de Dios. Dios hizo lo mismo en la inauguración del tabernáculo (Lev 9:22-24). Esta era la dedicación verdadera del templo, porque sólo el poder purificador de Dios puede hacer que algo sea santo.7.4, 5 El templo estaba dedicado a Dios, y Salomón y el pueblo se prepararon para adorarle. Dedicación significa separar un lugar, objeto o persona para un propósito exclusivo. El propósito de esta dedicación era apartar el templo como un lugar para adorar a Dios. Actualmente, nuestros cuerpos son el templo de Dios (2Co 6:16). La dedicación que Salomón hizo del templo, es una ilustración de la forma en la que cada uno de nosotros debemos dedicar nuestra vida a llevar a cabo el propósito especial que Dios tiene para nosotros (Eph 1:11-12).7.8 Arroyo se puede referir también al lecho seco de un riachuelo.7.12 Había pasado meses, quizá años, desde la oración de dedicación de Salomón (capítulo 6). Se habían terminado algunos otros proyectos de construcción después del templo (7.11; 8.1). Después de todo ese tiempo, Dios le dijo a Salomón que había escuchado su oración. ¿Cuán a menudo buscamos las respuestas inmediatas a nuestras oraciones y, cuando no sucede nada, nos preguntamos si Dios nos ha escuchado? Dios sí escucha, y debemos confiar en que nos responderá en el momento adecuado.7.14 En el capítulo 6, Salomón pidió a Dios que tomara provisiones para el pueblo cuando este pecara. Dios contestó con cuatro condiciones para el perdón: (1) humillarse y admitir los pecados, (2) orar a Dios pidiendo perdón, (3) buscar a Dios continuamente y (4) volverse de los malos hábitos. El verdadero arrepentimiento es algo más que palabras, es un cambio de conducta. Ya sea que pequemos individualmente, como grupo, o como nación, el seguir estos pasos nos llevará al perdón. Dios responderá sus oraciones sinceras.7.17-22 Dios estableció ciertas condiciones que Salomón tenía que cumplir si quería que su reino continuara. Si seguía a Dios, Salomón y sus descendientes prosperarían; si no, él y la nación serían destruidos. En Deuteronomio 27 y 28, estas condiciones fueron subrayadas ante todo el pueblo.Pero el pecado es engañosamente atractivo, y Salomón a la larga se apartó de Dios y sus descendientes perdieron la mayor parte del reino. El seguir a Dios trae consigo beneficios y recompensas (no necesariamente material). El apartarse de Dios acarrea sufrimiento, castigo y al final destrucción. Hoy en día, las condiciones de Dios son tan claras como lo fueron en los días de Salomón. ¿Decidirá obedecer a Dios y vivir?7.21, 22 Muy poco tiempo después del reinado de Salomón, el templo fue saqueado (12.9). Es difícil para nosotros imaginar que ese rey tan sabio y grandioso pudiera verse corrompido por la idolatría: símbolos de poder, prosperidad y sexualidad. Pero aún hoy, estos ídolos nos hacen caer en sus trampas. Cuando permitimos en nuestra vida que cualquier cosa ocupe el lugar de Dios, hemos dado el primer paso hacia la decadencia moral y espiritual.
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
REFERENCIAS CRUZADAS
a 376 1Re 8:54
b 377 1Re 18:38
c 378 Lev 9:24; 1Cr 21:26
d 379 Éxo 40:34; 1Re 8:11
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
descendió fuego. El descenso del fuego al altar da la misma señal de aceptación divina que la dada en la inauguración del ministerio sacerdotal en el tabernáculo (Lv 9:23– 24) y en las ofrendas de David en el sitio donde el templo sería construido (1 Cr 21:26).
la gloria del S eñor llenó la casa. Crónicas incluye un segundo relato de la nube gloriosa que no es mencionada en el paralelo de 1 R 8:54. La primera nube tal vez se limitara a los que estaban dentro (5:13), mientras que la segunda fue visible para todos (vers. 3).
Fuente: La Biblia de las Américas
descendió fuego. Tal como sucedió en la inauguración del tabernáculo (Lev 9:24).
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
[1] 2 Mac 2, 8.[5] 1 Re 8, 63.[9] 1 Re 8, 1, 2.[11] 1 Re 9, 1.