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Comentario de Esdras 8:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Esdras 8:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Estos son los jefes de las casas paternas y el registro de aquellos que vinieron conmigo de Babilonia, cuando reinaba el rey Artajerjes:

los jefes de casas paternas. Esd 1:5; 1Cr 9:34; 1Cr 24:31; 1Cr 26:32; 2Cr 26:12; Neh 7:70, Neh 7:71.

y la geneología. Esd 2:62; 1Cr 4:33; 1Cr 9:1.

de aquellos que subieron conmigo. Esd 7:7, Esd 7:13.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Los compañeros de Esdras, quienes volvieron de Babilonia, Esd 8:1-14.

Pide ministros a Iddo para el templo, Esd 8:15-20.

Esdras y el pueblo ayunan, Esd 8:21-23.

Entrega el tesoro a la custodia de los sacerdotes, Esd 8:24-30.

Viene a Jerusalén, Esd 8:31-32.

El tesoro es pesado en el templo, Esd 8:33-35.

La comisión es entregada, Esd 8:36.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

estos son los jefes de casas paternas: La lista de la gente que regresó a Jerusalén recuerda las listas de los hombres para la guerra en los tiempos de la anterior conquista de la tierra de Canaán (Núm 1:26).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Familias repatriadas (8:1-14).
1 He aquí los jefes de familias y las genealogías de los que subieron conmigo de Babilonia en el remado de Artajerjes: 2 de los hijos de Finés, Gersón; de los hijos de Itamar, Daniel; de los hijos de David, Jatús, 3 hijo de Secanías; de los hijos de Ρ aros, Zacarías, y con él ciento cincuenta varones registrad 4 de los hijos de Pajat Moab, Elyoenai, hijo de Zazajías, y con él doscientos varones; 5de los hijos de Zatú, Secanías, hijo de Jacaziel, y con él trescientos varones; 6 de los hijos de Adín Ebed, hijo de Jonatán, y con él cincuenta varones; 7de los hijos de Elam, Isaías, hijo de Atalía, y con él setenta varones; 8de los hijos de Sefatías, Zebadías, hijo de Micael, y con él ochent6 varones; 9 de los hijos de Joab, Abdías, hijo de Jejiel, y con él doscientos dieciocho varones; 10 de los hijos de Baní, Selomit hijo de Josifía, y con él ciento sesenta varones; 11 de los hijos de Bebaí, Zacarías, hijo de Bebaí, y con él veintiocho varones. 12 de los hijos de Azgad, Jojanán, hijo de Acatan, y con él ciento diez varones; 13 de los hijos de Adonicam, los últimos; he aquí los nombres: Elifelet, Jeuel, Semeyas, y con ellos sesenta varones; 14 de los hijos de Bigvaí, Utaí y Zabub, y con ellos sesenta varones.

En el texto se emplea la primera persona, lo cual sugiere que utiliza el cronista los apuntes o recuerdos personales de Esdras, que inserta total o parcialmente en su libro. Entre las familias de repatriados se mencionan en primer lugar dos de ellas unidas con la familia sacerdotal de Aarón. Gersón desciende de él a través de Finés (Exo 6:25); Daniel, por Itamar, cuarto hijo de Aarón (Exo 6:23; Num 26:60; 1Cr 5:29). Es muy interesante que suba con Esdras una familia descendiente de Itamar. Los de Itamar habían sido englobados en la desgracia de su antepasado Abiatar (1Re 2:27), prestando sus servicios en santuarios provinciales. En tiempos del cronista representan en Jerusalén a ocho clases sacerdotales, mientras que los descendientes de Eleazar (sadocitas) representan a dieciséis (1Cr 24:4). También los sumos sacerdotes posteriores al exilio descendían de la familia de Finés (1Cr 3:2; 1Cr 5:29-41; 1Ma 2:54).
La tercera familia representa la casa de David (1Cr 3:22), en donde se señala a Jatús como hijo de Secanías. La casi totalidad de nombres que se mencionan en esta lista figuran en la de los tiempos de Zorobabel (1Cr 2:2-20), de lo cual se deduce que parte de los miembros de las familias repatriadas se quedaron en Babilonia, de donde regresaron con Esdras. De la familia de Adonicam, 666 se enrolaron en la caravana conducida por Zorobabel (1Cr 2:13)· En el texto hebreo del v.10 falta el nombre de Baní, que figura en 3 Esdr 8:36 y en la versión griega.
La suma de los repatriados es de 1.504. Pero, si a este numere añadimos el de los sacerdotes, levitas y netineos (8:18-20), se llega a la cifra de 1.800, sin contar las mujeres y los niños. Una intensa muchedumbre enfervorizada regresaba a Palestina con el fin α inyectar nueva vida al judaísmo, que, influenciado por las gentes del país, llevaba una vida religiosa languida.

Concentración de repatriados (8:15-20).
15 Los reuní cerca del río que corre hacia Aha va, y acampamos allí tres días; y habiendo buscado entre el pueblo y los sacerdotes, no hallé ninguno de la casa de Le vi. 16 Entonces llamé a los jefes Eliezer, Ariel, Semeyas, Jarib, Elnatán, Natán, Zacarías y Mesulam, 17 y los mandé al jefe Ido, que habitaba en Casifía, poniendo en su boca lo que habían de decir a Ido y a sus hermanos los netineos que había en Casifía, para que nos mandasen servidores para la casa de nuestro Dios.18 Como estaba con nosotros la buena mano de nuestro Dios, nos trajeron a Serebía, hombre de sentido, de entre los hijos de Majlí, hijo de Leví, hijo de Israel, y con él sus hijos y sus hermanos, en número de dieciocho; 19 Jasabía, y con él Isaías, de entre los hijos de Merarí, sus hermanos y sus hijos, en número de veinte; 20 y de entre los netineos, que David y los jefes habían puesto al servicio de los levitas, doscientos veinte netineos, todos designados por sus nombres.

De diversas regiones del imperio persa, principalmente de Babilonia y su provincia, respondieron al llamamiento de acompañar a Esdras. El lugar de concentración fue un sitio cercano al río que corre junto a Ahavá. Para algunos, Ahavá es el nombre del río en cuyas orillas se concentraron los repatriados, basando su opinión en los v.21 y 31; otros consideran Ahavá como nombre de región; otros, en fin, ven en él una ciudad o uno de tantos canales que riegan las tierras de los alrededores de Babilonia. No distaría mucho de esta ciudad la región, pueblo, canal o río de nombre Ahavá, sobre “cuya identificación es inútil perderse en conjeturas, ninguna de las cuales puede apoyarse sobre base suficientemente sólida” (Fernández). La concentración tuvo lugar del día primero al tercero del primer mes. Habiendo pasado revista a todas las familias y después de haberlas individualizado, comprobó Esdras con profunda pena la falta de levitas. Mandó entonces una comisión de once personas con el encargo de presentarse a Ido, jefe de una colonia levítica de la localidad de Casifía, y retransmitirle su mensaje sobre el asunto de los levitas. Nueve de estos mensajeros eran cabezas de familia; los restantes son llamados mebinim, los inteligentes, los “que hacen comprender” (Neh 8:7-9; 1Cr 25:8), los instructores, hombres encargados de explicar la Ley, Algunos autores se basan en este término para admitir una clase especial de maestros, distintos de los sacerdotes y levitas, encargados de explicar la Ley a los judíos de Babilonia.
No se ha identificado Casifía. Existía allí una colonia judía Importante formada preferentemente por levitas y netineos. Acaso había allí un lugar alto, un templo, en el cual prestaban los levitas s servicios. Los judíos de Egipto tenían sus templos; puede también darse que los exilados de Babilonia hubiesen edificado Guarios a Yahvé. Aquel lugar debía de ser muy conocido a causa en su carácter religioso, por lo cual Esdras, ante la carencia de levitas, pensó inmediatamente que podría encontrarlos en Casifia. Probablemente era Ido jefe de los levitas, con los cuales convivían los netineos. Los enviados presentáronse a Ido, le expusieron lo que les había dictado Esdras. Pedían ellos “servidores” para la casa de Dios. El resultado fue que pocos levitas, treinta y ocho en total y doscientos veinte netineos, se unieron a la expedición. El texto atribuye a una intervención divina el feliz éxito de la embajada ya que anteriormente rehusaron ellos ir a Palestina, prefiriendo la vida cómoda de Babilonia a los riesgos de un futuro incierto en Palestina. El v.18, tal como se presenta en el texto hebraico, puede sugerir que se habla de dos individuos, a saber, de un personaje anónimo, del cual se dice que era “hombre inteligente” (ishsekel) de los hijos de Majlí, hijo de Leví, hijo de Israel, y de Serebía! Unos autores opinan que el nombre del primer personaje cayó en el anonimato por obra de los copistas; otros piensan que no existe más personaje que Serebía, del cual se dice que era hombre inteligente, en cuyo caso suprimen la partícula waw que antecede inmediatamente al nombre: Y Serebía. Finalmente, una tercera hipótesis une las dos palabras hebraicas ish shekel = hombre inteligente, formando el nombre propio Ishsekel.
Sabemos que los netineos se remontan a los tiempos de Josué (Jos 9:21-23; 2Sa 21:1-9). Supone Michaéli que la frase del v.20: “Que Daviól y los jefes habían puesto al servicio de los levitas,” es, probablemente, una adición posterior para explicar el término netinírn = donados, que David puso al servicio de los levitas. El carácter tardío de esta frase aparece sobre todo por el empleo de un pronombre relativo, el único que figura en los libros de Esdras y Nehemías, y que es de uso tardío (she).

Preparación espiritual (8:21-23).
21 Allí, cerca del río Ahavá, publiqué un ayuno de penitencia ante nuestro Dios, para implorar de él un feliz viaje para nosotros, para nuestros hijos y para toda nuestra hacienda. 22 Me hubiera avergonzado de pedir al rey una escolta y caballería para protegernos del enemigo durante el camino, pues habíamos dicho al rey: “La mano de nuestro Dios está, para bien de ellos, sobre cuantos le buscan; pero su poder y su ira se desencadenan contra los que le abandonan.” 23 Por eso ayunamos e invocamos a nuestro Dios, y El nos escuchó.

La fe en la Providencia divina se refleja en toda la conducta de Esdras. Los hebreos acudían al ayuno cuando querían implorar la ayuda divina en un trance difícil (Dan 3:38; Tob 12:8; Est 4:15) La protección divina era en esta ocasión tanto más necesaria cuanto que había rechazado Esdras la escolta que le había ofrecido el rey. Esdras habíale dicho que confiaba más en Dios que en los hombres. Ahora bien, en caso de un asalto de parte de los bandoleros de desierto, podía Artajerjes dudar del poderío de Yahvé al abandonar a los “que le buscan” en manos del enemigo. En cambio, ante la noticia de un viaje sin incidentes desagradables, reafirmaría su fe en el Dios de los judíos. En el v.21 se habla del “río Ahavá,” lo cual no empecé que existiera un pueblo o una región con este mismo nombre.

Los encargados del tesoro (Est 8:24-30).
24 Elegí doce jefes de los sacerdotes: Serebía, Jasabía y diez de sus hermanos. 25 Pesé delante de ellos la plata, el oro y los utensilios donados en ofrenda para la casa de nuestro Dios por el rey, sus consejeros y sus jefes, y por todos los de Israel que habían sido hallados, 26 y pesé en sus manos seiscientos cincuenta talentos de plata, utensilios de plata por cien talentos, cien talentos de oro, 27 veinte copas de oro por valor de mil dáricos y dos vasos de un hermoso bronce bruñido, tan precioso como el oro. 28 Luego les dije: “Vosotros estáis consagrados a Yahvé; estos utensilios son cosas santas, y esta plata y este oro son ofrenda voluntaria hecha a Yahvé, el Dios de vuestros padres. 29 Velad y guardadlos hasta que los peséis ante los jefes de los sacerdotes y levitas y ante los jefes de las familias de Israel en Jerusalén, en las cámaras de la casa de Yahvé.” 30Los sacerdotes y levitas recibieron a peso la plata, el oro y los utensilios para llevarlos a Jerusalén, a la casa de nuestro Dios.

Doce sacerdotes y doce levitas compartieron con Esdras la responsabilidad de trasladar a Jerusalén los tesoros que el rey, sus consejeros y jefes y todos los israelitas habían entregado para el templo de Jerusalén. Los tesoros se pesaron escrupulosamente. El talento de plata equivale a 8.600 francos oro; el de oro, a 132.000; el dárico, a 37. Batten pone en duda esta fabulosa cantidad, atribuyéndola a la fantasía popular; quizá las cantidades fueron aumentadas posteriormente (Schneider). Esdras hace hincapié en el carácter sagrado de los tesoros. De los sacerdotes dice Esdras: “Vosotros sois santidad de Yahvé” (qodesh layahweh), es decir, consagrados a Yahvé. Son santos porque sus funciones tienen por objeto el culto del Dios tres veces santo. Esta condición suya exige que su conducta moral se ajuste a su dignidad, cuidando de que todo cuanto ha sido entregado con vistas al templo sea custodiado escrupulosamente y llegue al lugar sagrado. Su responsabilidad durará hasta que entreguen los tesoros a las autoridades religiosas de Jerusalén. El peso en este segundo control debía corresponder al que tenían en el momento de recibirlos de manos de Esdras.

Viaje a Jerusalén (Est 8:31-34).
31 Partimos del río de Ahavá, para dirigirnos a Jerusalén, el día doce del mes primero. La mano de Dios fue con nosotros y nos preservó de ataques de enemigos y de toda emboscada durante el camino. 32 Llegamos a Jerusalén y descansamos tres días; 33 el cuarto día pesamos en la casa de nuestro Dios la plata, el oro y los utensilios, y lo entregamos todo a Merimot, hijo de Urías, sacerdote, que tenía consigo a Eleasar, hijo de Finés y con ellos los levitas Josabad, hijo de Josué, y Noadías, hijo de Biní. 34 Después de recontarlo y repesarlo todo, se puso por escrito el peso total.

En las riberas del Ahavá permanecieron doce días, dedicándolos a hacer el censo de las familias, a la busca de levitas y al peso y entrega de los tesoros a los veinticuatro escogidos entre los sacerdotes y levitas. El día 12 de Nisán, la muchedumbre de los repatriados se puso en marcha, llevando consigo ganado mayor y menor, bestias de carga, camellos, asnos. Penetraron en Palestina, llegando a Jerusalén el día primero del mes Ab, mes quinto, hacia el 15 de julio. Según el calendario sacerdotal, el día 13 del primer mes era el primer día de la semana, muy apropiado para emprender la marcha, llegando a Jerusalén en un viernes. Parece que los datos del libro de Esdras concuerdan con este calendario sacerdotal, que se ha puesto en evidencia en los descubrimientos de Qumrán1.
El rey tenía interés por el feliz éxito de la misión de Esdras. Las autoridades de Abarnahara habían tomado medidas para que no ocurriera nada desagradable a la caravana. Desde el lugar de origen, en un punto cercano a Babilonia, hasta Jerusalén, emplearon unos ciento ochenta días. Teniendo en cuenta la distancia de unos 1.400 a 1.500 kilómetros entre ambas ciudades, se calcula una marcha de unos quince kilómetros diarios. Pero Esdras, considerando más tarde el camino recorrido, la multitud que se movía y el viaje sin ningún incidente serio, comprende que todo salió a pedir de boca porque Dios les acompañó y protegió durante el trayecto. Después de un breve descanso, los encargados del tesoro lo consignaron a las autoridades religiosas de Jerusalén. De Merimot se habla en Neh 4:3-41. En el momento de regresar a Jerusalén tuvo dificultades la familia a causa de no poder probar su origen sacerdotal (Neh 7:63), aunque, según 1Cr 24:10, remontaba a la época de David.

Sacrificios en acción de gracias (1Cr 8:35-36).
35 Los hijos de la cautividad vueltos del destierro ofrecieron en holocausto al Dios de Israel doce novillos por todo Israel, noventa y seis carneros, setenta y siete corderos y doce machos cabríos, como víctimas expiatorias, todo en holocausto a Yahvé. 36 Transmitieron las órdenes del rey a los sátrapas del rey y a los gobernadores del lado acá del río, y éstos honraron al pueblo y a la casa de Dios.”

Fueron “los hijos de la cautividad” quienes ofrecieron sacrificios en acción de gracias y por expiación de sus pecados. Aunque la mayoría de los repatriados descendía del reino de Judá, sin embargo, se consideran ellos los auténticos representantes de las doce tribus de Israel (1Cr 6:17). De ahí que ofrezcan doce novillos en holocausto (Lev 1:1-9; 2Cr 29:24); otras víctimas (8 X 12 = 96) en sacrificios latréuticos, y doce machos cabríos (Lev 4:1-5:3) en expiación de los pecados. La frase “sátrapas del rey” es considerada corno adición posterior de un amanuense inexperto. La palabra correspondiente a gobernador (peha) es de origen babilónico. La yuxtaposición de estas dos palabras sugiere que se trata de una explicación del uno por el otro; pero en Ester (3:12; 8:9) y Daniel (3:2-27) aparecen también juntas. Parece que la palabra peha se usó en la época persa para designar a los gobernadores subalternos, dependientes de los sátrapas (Michaelí).

1 A. Jaubert, Le Calendaire des Jubiles et de la secte de Qumrán. Ses origines VT 3 (1953) 250-264; E. Vogt, Antiquum Kalendarium sacerdotale: Β 35 (1955) 403-410 Y. Kaufman, Der Kalender und das Alter des Priesterkodex: VT 4 (1954) 307-313; Jof Gestern, The Calendar of the Book of Jubilees, its Origin and its Charakter: VT 5 (I955) 34-76; J. B. Segal, Intercalation and the Hebrew Calendar: VT 7 (1957) 250-307.

Fuente: Biblia Comentada

Esta sección cubre el retorno del segundo grupo a Judá, dirigido por Esdras (ca.458 a.C.).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

— vinieron conmigo: Esta lista corre paralela a la Deu 2:3-19. Muchos nombres de las familias coinciden aunque el número es muy inferior. Habían pasado unos ochenta años desde el regreso de la caravana de Zorobabel y, seguramente, los vínculos económicos y familiares hacían más difícil dejar Mesopotamia.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

El viaje de Esdras a Jerusalén

La mayor parte de este capítulo es un relato relativamente sencillo y directo el cual, como ya se observó antes, llama la atención sobre la obediencia de Esdras a su comisión real. Sin embargo, los tres temas principales de ésta son atribuidos no sólo a sus habilidades sino a la bondadosa mano de nuestro Dios [la cual] estaba con nosotros (18; ver vv. 22 y 31).

En primer lugar, Esdras estaba ansioso de que hubiese levitas (15-20) entre los que regresaban con él (1-14). Ya que el papel que desarrollaban en el servicio del templo era de importancia menor a lo mejor no les atraía mucho regresar a Jerusalén, pero es posible que su presencia en el viaje fuese con siderada necesaria para que correspondiera simbólicamente con el viaje por el desierto después del éxodo (ver Núm. 10:11-28). En esa ocasión ellos también habían estado a cargo especialmente del transporte de los utensilios sagrados.

En segundo lugar, cuando Esdras rechazó la oferta de llevar escolta armada, el hecho de que el viaje terminó sin contratiempos fue atribuido a la bondadosa mano de Dios (21-23). Este aparente alarde precipitado hizo que el pueblo se arrodillara, y su fe recibió la recompensa adecuada. La actitud de Nehemías (ver Neh. 2:9) fue diferente y le recuerda al lector que Dios es capaz de obrar para bien de su pueblo por medios “normales” tanto como por extraordinarios, un principio que llega a su clímax en la encarnación misma.

A veces los creyentes tienen la tendencia a caer en la trampa de pensar que Dios sólo obra en milagros y eventos especiales y considerar que otros procedimientos más mundanos son “menos espirituales”, p. ej. decisiones tomadas por comisiones. Sin embargo, ya que para lograr nuestra salvación Dios se hizo ser humano en la persona de Jesu cristo, es correcto esperar poder reconocer sus obras tanto en el uso consagrado de medios humanos como al pasarlos por alto. Jehovah es el Dios de la vida entera y debemos tener cuidado de no dividir sus acciones por áreas. A la larga, esa decisión sólo llega a excluirle de la mayor parte de nuestras vidas o, en otras palabras, a la hipocresía.

En tercer lugar, el transporte de ofrendas costosas (ver comentario sobre cap. 7) sin la interferencia de bandidos también fue atribuido a la bondadosa mano de Dios. Aquí también los procedimientos de informar detalladamente las cuentas que seguía Esdras demuestran que sería un error decir que se apoyaba un enfoque “espiritual” en lugar de uno “práctico”.

No es sorprendente que los viajeros ofrecieron holocaustos de acción de gracias una vez que llegaron a Jerusalén y reposaron (35). Al llegar tanto tiempo después del primer grupo descubrieron que la idea de un segundo éxodo no era un evento solitario sino una experiencia que compartirían sucesivas generaciones. Su promesa y esperanza no fueron agotadas por el primer grupo que regresó, y tampoco se les culpó a quienes decidieron ir más tarde. Por lo contrario, la posibilidad de liberación y de nueva vida enfrenta a cada nueva generación desafiándola a tomar la decisión correcta.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

8.15 El regreso de Esdras a Jerusalén se frenó mientras esperaba poder reclutar levitas. Dios había llamado a estos hombres a un servicio especial y aun así pocos estaban dispuestos a ofrecerse cuando se necesitaron sus servicios. Dios nos ha dotado a cada uno de nosotros con habilidades para que podamos hacer una contribución a la obra de su reino (Rom 12:4-8). No espere ser reclutado, sino busque oportunidades para alistarse voluntariamente. No obstaculice la obra de Dios por falta de disposición. «Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme sabiduría de Dios» (1Pe 4:10).8.21 Esdras y el pueblo viajaron aproximadamente 1,440 kilómetros a pie. El viaje los llevó por territorio difícil y peligroso y duró aproximadamente cuatro meses. Oraron para que Dios los protegiera y les diera un buen viaje. Nuestros viajes pueden no ser tan difíciles ni peligrosos en la actualidad como lo fue el de Esdras, pero debemos reconocer nuestra necesidad de pedir a Dios su guía y protección.8.21-23 Antes de hacer todos los preparativos físicos para el viaje, Esdras se preparó espiritualmente. Sus oraciones y ayuno los prepararon espiritualmente al mostrar su dependencia en la protección de Dios, su fe de que El tenía el timón, y su afirmación de que no eran lo suficientemente fuertes como para realizar el viaje sin El. Cuando nos tomamos el tiempo para poner a Dios en primer lugar en cualquiera empresa, nos estamos preparando correctamente para cualquier cosa que surja más adelante.8.23 Esdras conocía las promesas de Dios de proteger a su pueblo, pero no las dio por concedidas. También sabía que las bendiciones de Dios pueden hacerse propias mediante la oración, así que él y el pueblo se humillaron en ayuno y oración. Y sus oraciones fueron contestadas. El ayuno los humilló porque, el pasar tiempo sin comer, les recordó su completa dependencia de Dios. El ayuno también les dio tiempo extra para orar y meditar en Dios.Muy a menudo oramos sin reflexionar y de manera superficial. La oración seria, por el contrario, requiere concentración. Nos pone en contacto con la voluntad de Dios y realmente nos puede cambiar. Sin este tipo de oración reducimos a Dios a una farmacia de servicio rápido con analgésicos para cada una de nuestras dolencias.8.26 Seiscientos cincuenta talentos de plata serían aproximadamente 25 toneladas. Esta era una cantidad muy grande de tesoro para transportar con o sin un destacamento de soldados para protección.8.28, 29 Todos los objetos utilizados en el servicio del templo eran dedicados a Dios; cada uno era considerado un tesoro santo que debía ser guardado con cuidado y apartado para su uso específico. La mayordomía consiste en hacerse cargo con dedicación de todo lo que Dios le ha confiado. Hacerlo significa considerar que estas cosas provienen de Dios y son para El. ¿Qué es lo que Dios le ha confiado a su cuidado?8.36 Sátrapas era el equivalente a gobernadores provinciales.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

REFERENCIAS CRUZADAS

a 440 1Cr 24:31

b 441 1Cr 4:33; 1Cr 9:1

c 442 Esd 7:7

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

los jefes de sus casas paternas. Véase coment. en 1:5.

Fuente: La Biblia de las Américas