Comentario de Ester 6:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Aquella noche se le fue el sueño al rey, y pidió que le trajesen el libro de las memorias, las crónicas, y fueron leídas delante del rey.
aquella noche. Est 5:8; Gén 22:14; 1Sa 23:26, 1Sa 23:27; Isa 41:17; Rom 11:33.
se le fue el sueño al rey. Dan 2:1; Dan 6:18.
el libro de las memorias. Debido a la manera en que las crónicas fueron compuestas entre los Persas, no podía ser traído delante del rey un trabajo más instructivo e interesante, porque estaban escritos en verso, y eran generalmente el trabajo de los más eminentes poetas del imperio. Est 2:23; Mal 3:16.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Asuero, leyendo en las crónicas del buen servicio hecho por Mardoqueo, se preocupa por su recompensa, Est 6:1-3.
Amán, próximo a demandar que Mardoqueo sea colgado, da consejo al rey respecto a lo que cree es su honra, Est 6:4-11.
Quejándose luego, sus amigos le hablan de su destino final, Est 6:12-14.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Este versículo marca un giro en la historia. Dentro del capítulo se observan una serie de acontecimientos que sin duda muestran que Dios tiene en sus manos soberanas todo lo que ocurre. Sólo por el insomnio, el rey se enteró del valiente pasado de Mardoqueo.
el libro de las memorias y crónicas era un registro oficial de todo lo que ocurría en el imperio persa. Se hace referencia a esto en Est 2:23 y nuevamente en Est 10:2. En Esd 4:15 también se menciona esta obra. Al parecer durante mucho tiempo, se leyeron estas crónicas en su presencia.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
DIJO QUE LE TRAJESEN EL LIBRO. Las obras providenciales de Dios son evidentes en el cap. Est 6:1-14. Él usó el insomnio del rey para causar la exaltación de Mardoqueo por su enemigo (vv. Est 6:2-3). Día y noche Dios cuida a los que son fieles (véanse 1Sa 2:8; Sal 121:1-8; Hch 5:17-19; Hch 18:9-10; Apo 3:8-9).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
El insomnio del rey (6:1-5).
1 Aquella noche, no pudiendo el rey conciliar bien el sueño, hizo que le llevaran el libro de los anales, las crónicas; y leyéndolas ante el rey, 2 hallóse escrito lo que había revelado Mardoqueo, descubriendo que Bigtán y Teres, los dos eunucos del rey, guardias del atrio, habían querido llevar su mano sobre el rey Asuero. 3 El rey preguntó: “¿Qué honores y distinciones se han concedido por esto a Mardoqueo?” “Ninguna ha recibido,” respondieron los servidores. 4 Entonces dijo el rey: “¿Quién está en el atrio?” Aman había venido al atrio exterior de la casa para pedir al rey que mandara colgar a Mardoqueo de la horca que le había preparado. 5 Los servidores le respondieron: “Ahí está Aman en el atrio.” Y dijo el rey: “Que entre.”
No es probable que los sucesos del día narrados en el capítulo anterior quitaran el sueño a un monarca acostumbrado a resolver negocios mucho más trascendentales. El texto griego expresa claramente lo que aparece de manera velada en el original hebraico. No es de extrañar que al rey se le antojara llenar las horas de insomnio con la lectura de las crónicas de su reinado (2:23; 10:2; Esdr 4:15), aunque tuviera al alcance otros pasatiempos. Del atentado de los dos eunucos se habla en 2:21-23. El texto hebreo ignora, o al menos no menciona, la recompensa que recibió Mardoqueo por sus servicios (12:5).
Asuero se aconseja con Aman (6:6-11).
6 Entró Aman, y el rey le dijo: “¿Qué ha de hacerse con aquel a quien el rey quiere honrar?” Aman se dijo a sí mismo: “¿A quién otro ha de querer honrar el rey?” 7 Y contestó: “Para honrar a quien el rey quiere honrar, 8 habrán de tomarse las vestiduras reales que se viste el rey, y el caballo en que el rey cabalga, y la corona real que ciñe su cabeza, 9 y dar el vestido, el caballo y la corona a uno de los más nobles príncipes del rey, para que vistan a aquel a quien el rey quiere honrar, y, llevándole en el caballo por la plaza de la ciudad, vayan pregonando ante él: Así se hace con el hombre a quien el rey quiere honrar.” 10 El rey dijo a Aman: “Coge luego el vestido y el caballo, como has dicho, y haz eso con Mardoqueo el judío que se sienta a la puerta del rey. No omitas nada de cuanto has dicho.” 11 Cogió Aman el vestido, vistió a Mardoqueo y le paseó a caballo por la plaza de la ciudad gritando delante de él: “Así se hace con el hombre a quien el rey quiere honrar.”
Solían los reyes persas recompensar espléndidamente a sus bienhechores. Según Herodoto (8:85), había en Persia unos hombres llamados orosangai, bienhechores del rey. Aman gozaba de la confianza real, y por lo mismo le admite en su presencia sin necesidad de pedir audiencia. Ni que decir cabe que su ida a palacio en aquellas primeras horas del día fue por disposición providencial de Dios. Nótese que el rey no nombra a Mardoqueo al pedir su parecer a Aman. El autor del libro cuenta los hechos con reticencias y palabras equívocas para hacer más apasionante la narración. Es difícil creer que Aman propusiera al rey se concedieran honores reales a aquel a quien el rey quería honrar. No puede concebirse que el orgullo llevara a Aman a proponer tales honores a un ministro de la corona. Aman cumple la orden de Asuero (v.10-11). En la respuesta hace el rey hincapié en que no se omita ningún detalle del ceremonial que le ha propuesto. Sabe el rey que Mardoqueo se hallaba habitualmente en la puerta del palacio real (2:19; 3:2; 5:9).
Aman, corrido (6:12-14).
12 Volvióse Mardoqueo a la puerta del rey, y Aman se fue corriendo a su casa, desolado y cubierta la cabeza. 13 Contó Aman a Zeres y a todos sus amigos todo lo que le había sucedido, y sus amigos y Zeres, su mujer, le dijeron: “Si el Mardoqueo ese, delante del cual has comenzado a caer, es de la raza de los judíos, no le vencerás; antes de cierto sucumbirás ante él.” 14 Y cuando todavía estaba ella hablando, vinieron los eunucos del rey y se lo llevaron apresuradamente a Aman al festín que Ester había preparado.
El autor ama los contrastes. Mardoqueo vuelve a la puerta real, confiado más que nunca en el éxito de las gestiones que ha emprendido Ester; Aman, corrido, marcha a su casa a ocultar la humillación que ha sufrido, i Qué diferencia entre ayer y hoy! Sus amigos y aun su mujer le predicen la derrota. El presagio de Zeres iba a cumplirse fatalmente y más pronto de cuanto podía sospechar. La presencia de los eunucos en casa, llevándose apresuradamente a Aman, indica que el desenlace final se aproxima. El banquete que antes esperaba con ansia (5:14), será el anzuelo en el que quedará prendido. Entre el primer banquete y el segundo corre el espacio de veinticuatro horas. Por lo cual vemos difícil que en tan poco tiempo se hayan podido desarrollar los acontecimientos que se narran en el capítulo 6.
Fuente: Biblia Comentada
el libro. Habían transcurrido cinco años (cp. Est 2:16 con Est 3:7) desde la leal pero todavía no premiada acción de Mardoqueo (cp. Est 2:23). Dios intervino precisamente en el momento apropiado para que el rey sufriera insomnio, pidiera el libro de las memorias, leyera acerca de aquella acción no recompensada de Mardoqueo de hacía cinco años, y luego deseara premiarlo por ello (cp. Dan 6:18).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
el Rey Honra a Mardoqueo
Es fascinante observar la serie de coincidencias, ninguna de las cuales podrían haberse previsto, que dio respuesta a las oraciones de los judíos durante los días de ayuno. Las acciones de Ester, tan calculadas como parecían, reflejaban la sabiduría más que mundana que le fue dada durante el ayuno.
1-3 Aquella noche se le fue el sueño al rey. Este detalle sin importancia fue el punto decisivo en la secuencia de eventos que cambió el curso de esta his toria, porque el rey escuchó la lectura de lo que se había escrito sobre la denuncia de Mardoqueo en relación con el complot para asesinarlo. El gran cambio que sucedió inmediatamente fue por la obligación que el rey sentía de dar una recompensa digna al que le había salvado la vida. Era natural que consultara con su ministro principal en la toma de una decisión tan importante.
4-14 Amán llegó temprano al palacio porque necesitaba el consentimiento del rey para ajusticiar a Mardoqueo, pero antes de que pudiera articular su petición el rey había traído a luz otro asunto: Cómo honrar a un súbdito que bien lo merecía. Imaginándose que él sería el que recibiría tal honor, Amán en forma entusiasta describió su propia ambición. Deseaba recibir el prestigio y alabanza que pertenecían a un hombre honrado por su soberano; ponerse la vestidura real, cabalgar en su caballo y, en realidad, hacerse pasar por él y recibir un homenaje digno del rey.
Su equivocación fue total. El rey ignoraba las esperanzas de Amán y de ironía amarga en el dilema de Amán al pedírsele que honrara a Mardoqueo en vez de colgarlo. Lo peor fue la pérdida de su presti gio ante el pueblo, ya que todos sus amigos sabían de la horca que se había construido y que se podía ver en lo alto de la ciudadela, y del complot de Amán en contra de Mardoqueo. En vez de ser ahorcado, Mardoqueo regresó a la puerta del rey, indiferente a los eventos, pero sin duda fascinado por el cambio súbito de su enemigo. Amán por su lado estaba mortificado y no recibió consuelo de parte de su esposa; el ambiente en la casa había cambiado. Las mentes supersticiosas interpretaron las señales y le retiraron su confianza. Los eventos ahora se suceden rápidamente. Los mensajeros del rey ya estaban a la puerta para llevar a Amán al segundo banquete de Ester. Le había llegado la hora.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
6.1, 2 Cuando no pudo dormir, el rey Asuero decidió leer la historia de su reino y sus sirvientes le leyeron acerca de la gran hazaña de Mardoqueo. Esta parece una coincidencia, pero Dios no se detiene. El ha estado trabajando silenciosa y pacientemente a lo largo de su vida. Muchas de las situaciones que se han dado para obrar en favor del bien son algo más que meras coincidencias, son el resultado de la intervención soberana de Dios en la vida de su pueblo (Rom 8:28).6.7-9 Amán tenía riqueza, pero anhelaba algo que ni siquiera el dinero podía comprar: respeto. Podía comprar los adornos del éxito y del poder, pero su hambre de popularidad se había vuelto una obsesión. No permita que su deseo de aprobación, aplauso y popularidad lo lleven a cometer actos inmorales. ESTERAtesoramos seguridad, aun cuando sabemos que la seguridad en esta vida no tiene garantías. Las posesiones las podemos perder, la belleza desaparece, las relaciones se pueden romper, la muerte es inevitable. La verdadera seguridad, entonces, debe encontrarse más allá de esta vida. Sólo cuando nuestra seguridad descansa en Dios y en su inalterable naturaleza podremos enfrentarnos los desafíos que la vida sin duda nos traerá.La belleza de Ester y su carácter ganaron el corazón del rey Asuero y la hizo su reina. Aun en esa posición de privilegio, sin embargo, arriesgaría su vida al intentar ver al rey cuando no había sido requerida su presencia. No había garantía de que siquiera el rey aceptara verla. Aunque era reina, todavía no estaba segura. Pero, con precaución y con valor, decidió arriesgar su vida al acercarse al rey en nombre de su pueblo.Trazó sus planes con cuidado. Les pidió a los judíos que ayunaran y oraran con ella antes de ir a ver al rey. Luego, en el día escogido fue ante él, y el rey le pidió que se acercara y hablara. Pero en lugar de emitir su petición directamente, lo invitó a él y a Amán a un banquete. Asuero fue lo suficientemente astuto como para darse cuenta de que ella tenía algo en mente. Sin embargo, ella sugirió la importancia del asunto al insistir que asistieran a un segundo banquete.Mientras tanto, Dios estaba trabajando detrás del escenario. Hizo que una noche, ya tarde, Asuero leyera los registros históricos del reino y descubriera que Mardoqueo había salvado su vida con anterioridad. No perdió tiempo en honrar a Mardoqueo por ese hecho. Durante el segundo banquete, Ester le contó al rey acerca del complot de Amán en contra de los judíos, y Amán fue condenado. Hay una justicia inflexible en la muerte de Amán en la misma horca que este había construido para Mardoqueo, y no deja de llamar la atención que el día en el cual los judíos iban a ser muertos llegara a ser el día cuando los enemigos murieron. El riesgo que corrió Ester confirmó que Dios era la fuente de su seguridad.¿Cuánta de su seguridad yace en sus posesiones, posición o reputación? Dios no lo ha colocado en su posición presente para su propio beneficio. Lo colocó ahí para que lo sirva. Como en el caso de Ester, puede que esto involucre arriesgar su seguridad. ¿Está dispuesto a permitir que Dios sea su seguridad máxima?Puntos fuertes y logros :– Su belleza y su carácter ganaron el corazón del rey de Persia– Combinó valor con un buen planeamiento– Estuvo abierta al consejo y dispuesta a actuar– Estaba más preocupada por los demás que por su propia seguridadLecciones de su vida :– Servir a Dios a menudo demanda que arriesguemos nuestra propia seguridad– Dios tiene un propósito para las situaciones en las que nos coloca– El valor, si bien es a menudo vital, no reemplaza a la planeación cuidadosaDatos generales :– Dónde: Imperio persa– Ocupación: Esposa de Asuero, reina de Persia– Familiares: Primo: Mardoqueo. Esposo: Asuero. Padre: AbihailVersículo clave :»Ve y reúne a todos los judíos que se hallan en Susa, y ayunad por mí, y no comáis ni bebáis en tres días, noche y día; yo también con mis doncellas ayunaré igualmente, y entonces entraré a ver al rey, aunque no sea conforme a la ley; y si perezco, que perezca» (Est 4:16).La historia de Ester se narra en el libro de Ester. 6.10-13 Mardoqueo había dado a conocer un complot para asesinar a Asuero y así había salvado la vida del rey (2.21-23). Aunque esta buena acción quedó registrada en los libros de historia, Mardoqueo no había sido recompensado. Sin embargo, Dios estaba guardando la recompensa de Mardoqueo para el momento adecuado. Así como Amán estuvo a punto de colgar injustamente a Mardoqueo, el rey estaba listo para recompensarlo. Si bien Dios promete recompensar nuestras buenas obras, a veces sentimos que nuestra «recompensa» está demasiado lejos y nos sentimos desalentados con mucha facilidad. Sea paciente. Dios aparecerá cuando lo crea pertinente.
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
REFERENCIAS CRUZADAS
a 204 Pro 21:1; Dan 2:1; Dan 6:18
b 205 Est 10:2
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
el rey no podía dormir. Esta frase denota el principio del tema de la inversión. Hasta ahora, el peligro para los judíos, y especialmente para Mardoqueo, había ido aumentando. De aquí en adelante Mardoqueo recibiría honores, y él y sus compatriotas verían la liberación divina por la intercesión de Ester con el rey.
Fuente: La Biblia de las Américas
se le fue el sueño. Otra demostración de la providencia de Dios.
crónicas. Cp. Est 2:23.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
Lit., el sueño del rey huyó