Comentario de Job 2:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Aconteció cierto día que vinieron los hijos de Dios para presentarse ante Jehovah, y entre ellos vino también Satanás, para presentarse ante Jehovah.
presentarse delante Dios. Job 1:6; Isa 6:1, Isa 6:2; Luc 1:19; Heb 1:14.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Satanás se presenta otra vez ante Dios y consigue otro permiso para tentar a Job, Job 2:1-6.
Hiere a Job con unas llagas malignas, Job 2:7-8.
Job reprende a su esposa, quien lo incitaba a maldecir a Dios, Job 2:9-10.
Sus tres amigos se condolieron con él en silencio, Job 2:11-13.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
La primera oración de este versículo se repite literalmente en Job 1:8, enfatizando que el carácter de Job se había mantenido sin mancha a pesar de los ataques de Satanás. En la segunda oración el Señor afirma que Job ha mantenido su integridad (la misma raíz hebrea de perfecto en Job 1:1, Job 1:8), aunque Satanás ha incitado a Dios para destruir a Job sin causa. «Sin causa» traduce la misma palabra hebrea que Satán usó al insinuar que Job no servía a Dios «en balde» (Job 1:9). Ahora el Señor se lo saca en cara.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
2. Nuevas y Terribles Pruebas de la Virtud de Job.
A quilatada la virtud del justo Job con las calamidades múltiples narradas – pérdida de toda la hacienda y de los hijos -, no queda sino probarlo de nuevo atacando a su persona, lo que antes había sido prohibido a Satán; la pérdida de la salud sería una nueva prueba a la que no podrá resistir, según los cálculos malignos del “adversario” de la humanidad. El hagiógrafo – siguiendo su escenificación dramática – va a mostrar que tampoco la enfermedad tiene necesariamente por causa el pecado, como comúnmente se creía en la sociedad israelita.
Nuevo consejo en la corte celestial (1-6).
1 Y sucedió que vinieron (otro) día los hijos de Dios a presentarse ante Yahvé, y vino también Satán entre ellos, presentándose ante Yahvé. 2 Y dijo Yahvé a Satán: “¿De dónde vienes?” Respondió Satán a Yahvé: “De dar una vuelta por la tierra y pasearme por ella.” 3 Y dijo Yahvé a Satán: “¿Has reparado en mi siervo Job, que no hay como él en la tierra, varón íntegro y justo, temeroso de Dios y apartado del mal, y que aún persevera en su perfección a pesar de que me incitaste contra él para que sin razón lo arruinara?” 4 Respondióle Satán a Yahvé, diciendo “¡Piel por piel! Y todo cuanto el hombre tiene lo dará gustoso por su vida. 5 Si extendieses tu mano y tocaras su hueso y su carne, (veríamos) si no maldeciría tu rostro.” 6 Yahvé replicó entonces a Satán: “Ahí lo tienes a tu disposición, pero guarda su vida.”
De nuevo una escena en el cielo: Yahvé rodeado de sus ángeles, y entre ellos el fatídico Satán. Como en el fragmento Deu 1:6-8, también aquí Dios se siente orgulloso de la integridad intachable de Job. Irónicamente pregunta a Satán si ha reparado en la virtud del jeque edomita, la cual ha permanecido intacta aun después de la terrible prueba a que injustamente le ha sometido Satán. La expresión de Yahvé es antropomórfico, ya que le echa en cara a Satán el haberle incitado injustamente contra Job. Los hagiógrafos no distinguían, como nuestros teólogos, entre voluntad positiva y permisiva, y por eso se lo aplican globalrnente a Dios, de quien todo depende y todo proviene en el mundo.
Satán no está todavía convencido del desinterés de la virtud de Job, y dice que lo que le ha ocurrido no tiene importancia en comparación con el valor de la vida: ¡Piel por piel! está dispuesto a dar el hombre por salvarla. La expresión es proverbial, y parece que significa que el hombre estaría dispuesto a entregar su propia piel por salvar su piel o vida, si fuera posible. La frase misma de Satán parece ser una explicación del proverbio: Todo cuanto el hombre tiene (incluso su piel) lo dará gustoso por su vida (v.4)l. Para calibrar la virtud de Job, pues, es necesario poner en peligro su propia vida, que es el don más precioso. Así, Satán insinúa que, si le permitiese tocar el hueso y la carne – enviándole una dura enfermedad -, Job terminaría por desesperarse y aun maldecir a Yahvé. Es la prueba decisiva de su virtud. Sólo entonces quedará probado su desinterés en la vida.
La respuesta de Yahvé es concesiva: se le permite a Satán atentar contra la salud de Job con tal de que no le quite la vida (v.6) 2.
La enfermedad ulcerosa de Job (7-10).
7 Salió Satán de la presencia de Yahvé e hirió a Job con una úlcera maligna desde la planta de los pies hasta la coronilla de la cabeza. 8 Rascábase con un tejón y estaba sentado sobre la ceniza. 9 Díjole entonces su mujer: “¿Aún sigues tú aferrado a tu integridad? ¡Maldice a Dios y muérete!” 10 Pero él le replicó: “Como mujer necia has hablado. Si recibimos de Dios los bienes, ¿por qué no también los males?” En todo esto no pecó Job con sus labios.
Inmediatamente de recibir la permisión para atentar contra la salud de Job, el espíritu maligno de Satán envió una úlcera que afectó a todo el cuerpo del probado edomita. Sin concretar en qué consistía la enfermedad, parece que era una especie de lepra, caracterizada por manifestaciones purulentas, por las que el paciente se hacía impuro desde el punto de vista legal 3. Por ello, Job abandona su morada para instalarse a las afueras del poblado, en el lugar de las inmundicias o residuos, la “mazbala” de las actuales aldeas palestinianas. Es el lugar donde pululan los mendigos para buscar algo comestible entre los residuos. El hagiógrafo contrapone este triste estado al que ha llegado Job a su anterior opulencia para poner más de relieve su virtud; desde la más alta capa social ha caído a la situación de mendigo y leproso, despreciado de todos, cuya compañía no se soporta en la vida social.
Sin embargo, Job permanece resignado a la nueva situación enviada por Dios, sin dar muestras de impaciencia ni desesperación. Esto exacerba a su mujer, que no tenía los quilates de virtud del varón de Hus. Y con toda impudencia le invita a maldecir a Dios, pues ya no le queda nada que esperar sino la muerte, y, por tanto – en su mezquina mentalidad -, nada tiene que agradecerle; al contrario, Dios es el responsable de esta injusta situación. La reacción de Job fue digna de su conducta: su mujer no sabe lo que dice y se muestra como necia, ya que no sabe valorar las diversas situaciones de la vida. El “sabio” descubre los caminos de la Providencia y acepta de ella lo bueno y lo malo. Todo viene de Dios, y si se aceptan los bienes por El enviados, ¿por qué no los males y calamidades? Sin hacer disquisiciones filosóficas sobre el origen del mal, el jeque edomita declara que todo lo que ocurre – por voluntad positiva o por mera permisión – tiene su origen en la omnipotencia divina, que gobierna misteriosamente al mundo.
La respuesta sabia de Job confirmaba su probada virtud; ni siquiera en la enfermedad más cruel desplegó los labios contra su Dios. El hagiógrafo registra enfáticamente el hecho para destacar su tesis de que los males físicos y morales no suceden siempre por la culpabilidad moral del paciente. La posición tradicional, por tanto, debe ser revisada; y de esto se trata en su libro, que no es sino la exposición dramatizada del problema de los misterios de la Providencia en la vida.
Los amigos de Job intentan consolarle (11-13).
11 Tres amigos de Job se enteraron de todas las desgracias que le habían sobrevenido, y se llegaron cada uno de su lugar – Elifaz, de Teman; Bildad, de Suaj, y Sofar, de Naamat -, que se habían convenido juntarse para darle el pésame y consolarle. 12 Ya de lejos alzaron sus ojos, sin reconocerle, y, levantando su voz, empezaron a llorar a voz en grito, al par que rasgahan sus vestiduras y esparcían al aire polvo sobre sus cabezas. 13 Estuvieron con él sentados en tierra siete días y siete noches, y ninguno habló palabra viendo cuan grande era su dolor.
Los tres amigos de Job son edomitas: Elifaz, de Teman, coincide con lo que se dice en Gen 36:11.15 sobre la posteridad de Esaú: Elifaz y su hijo Teman. En los textos bíblicos, Teman es localizada en territorio idumeo4, y era famosa por su “sabiduría”5. Era la Atenas de los semibeduinos orientales. Estaba cerca de Petra, no lejos, pues, del país de Hus, patria de Job6. Bildad es de Suaj, que en Gen 25:2-3 es nombre de un jeque. Se supone que está cerca de la región de Medina, al este de Hedjaz. Sofar es de Naamat, cerca del desierto de Nefud7.
Enterados de las desgracias del amigo Job, deciden hacerle una visita para interesarse por su salud y consolarle. Pero el estado en que le encontraron es tan lamentable, que no le reconocieron. Impresionados terriblemente, hacen los tradicionales ritos de duelo: rasgar las vestiduras y esparcir polvo sobre la cabeza, tirándolo antes hacia el cielo en signo de desaprobación8. Después, en silencio, permanecieron los siete días y siete noches del ritual 9 acompañando al infortunado. Este silencio largo e impresionante sirve para que cada uno reflexione atentamente sobre la situación y las causas del infortunio del amigo; el resultado de esta larga meditación son los discursos que cada uno va a lanzar por turno, respondiendo a las objeciones del propio Job. En su mentalidad todo lo ocurrido es un misterio, pero para ellos es una tesis intocable el supuesto de que las desgracias y enfermedades se deben exclusivamente a pecados cometidos por el paciente. Es el eco de la “sabiduría” tradicional contra la que reaccionará Job, convencido de su inocencia. Cumplidos los duelos rituales, durante los cuales, por respeto al infortunado, ninguno de los tres desplegó los labios, empieza el diálogo en verso entre los diversos protagonistas, y todo conforme a una distribución convencional literaria.
1 Otra interpretación erudita seguida por Calmet y Duhum: la piel es la moneda de cambio entre los beduinos (cf. pecus y pecunia del latín); así aquí se daría a entender que Job había hecho buen negocio al perder todo, conservando la vida; lo daba por bien empleado: entregaba la piel (símbolo del valor de su hacienda) por salvar la piel propia: “Supone que Job ha hecho un trueque con Yahvé, cambiando sus hijos y bienes por su vida.” Steinmann, o.c., p.8g, Es el sentido del proverbio español: “Con tal de salvar el pellejo…” – 2 Tomás comenta el fragmento en sentido espiritual: “Non enim totaliter Deua – suram convenientem.” El refrán es- – servos suos voluntan Satán exponit, sed secundum men pañol expresa lo mismo: “Dios aprieta, pero no ahoga.” – 3 Cf. Lev C.I3-I4; Job 7:51Job 19:171Job 38:17·38. – 4 Cf. Jer 49:7; Eze 25:13. – 5 Cf. Abd 1:8.9; Jer 49:7; Bar 3:22-23. – 6 Véase P. Dhorme, o.c., 19. – 7 Cf. Abel, Géog. I p.278 11.4. – 8 Cf. Hec 22:23; Jos 7:6; 2Sa 13:19; Sam4:12; Eze 27:30; Lam 2:10; Riada XVIII 235. – 9 Cf. Lam 2:10; Gen 50:10; Sam 31:13; Eco 22:12.
Fuente: Biblia Comentada
a La escena cambia de nuevo a la corte celestial, donde los ángeles se presentan ante el Señor, con Satanás también presente, después de haber vuelto a rebuscar la tierra por víctimas a las que atacar. vea la nota sobre Job 1:6-8.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Job 1:6.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Escena 4: Nuevamente la reunión celestial
El informe de Dios sobre Job es que todavía se aferra a su integridad, o sea que su vida sigue siendo tan justa como siempre. Satanás ahora acepta que Job puede sufrir cualquier dificultad externa piadosamente siempre y cuando no sea él afligido en lo físico; dice que sería una cuestión muy distinta si fuera perjudicado personalmente. ¡Piel por piel! (4) puede significar que Job ha salvado su propio pellejo debido a que aceptó en forma pía la muerte de sus hijos; pero es más probable que si Dios ataca ahora a Job mismo, se encontrará con que éste le atacará a él, maldiciéndolo.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
2.3-6 ¿Puede Satanás persuadir a Dios para que cambie sus planes? Al principio, Dios dijo que no quería que se dañara físicamente a Job, pero luego decidió permitirlo. Satanás no puede persuadir a Dios para que vaya en contra de su carácter: Dios es completa y eternamente bueno. Pero en este caso estuvo dispuesto a proseguir con el plan de Satanás debido a que conocía el final de la historia de Job. Dios no puede ser engañado por Satanás. El sufrimiento de Job fue una prueba para él, Satanás y nosotros, no para Dios.2.4, 5 «Piel por piel» fue el comentario de Satanás respecto de la respuesta de Job a la pérdida de su familia. Satanás continuaba con la opinión de que Job era fiel debido a las bendiciones de Dios. Y creía que Job era tan egoísta que no había sido conmovido por la pérdida de su familia. El siguiente paso de Satanás, por lo tanto fue provocarle un sufrimiento físico a Job para probar su acusación original (1.9).2.6 Una vez más Satanás tuvo que buscar el permiso de Dios para causar sufrimiento a Job. Dios limita a Satanás y, en este caso, no le permitió destruirlo. JOBLos niños nunca se cansan de preguntar «¿por qué?» Mientras más crecemos, menos nos gusta preguntar. Los niños preguntan acerca de todo, los adultos se preguntan acerca del sufrimiento. Es evidente que el mundo funciona de acuerdo a un sistema de causa y efecto, sin embargo, hay algunos efectos para los que no podemos encontrar una causa clara y algunas causas que no nos llevan a los efectos esperados. Era de esperar que la riqueza y la familia de Job le darían una vida muy feliz y, por un tiempo, se la dieron. Pero la pérdida y el dolor que experimentó nos impacta. Los dos primeros capítulos de su historia son algo más de lo que podemos soportar. Para aquellos que ante el más pequeño problema preguntan rápidamente «¿Por qué?», la fidelidad de Job les parecerá increíble. Pero hasta Job tuvo algo que aprender. Nosotros podemos aprender con él.Nuestra era, en donde todo es «instantáneo», nos ha hecho perder la capacidad de esperar. Pretendemos adquirir paciencia en forma instantánea, y en nuestra prisa, pasamos por alto la contradicción. De todo lo que queremos ahora, el consuelo para el dolor está al principio de nuestra lista. Queremos una cura instantánea para todo, desde el dolor de muelas hasta las angustias del corazón.Aunque algunos dolores han sido curados, seguimos viviendo en un mundo donde mucha gente sufre. Job no estaba esperando respuestas instantáneas para el intenso dolor físico y emocional que soportó. Pero al final, lo que quebrantó su paciencia no fue el sufrimiento, sino el no saber por qué sufría.Cuando Job expresó su frustración, sus amigos tenían listas sus respuestas. Creían que la ley de causa y efecto se aplicaba a todas las experiencias de la gente. Su punto de vista acerca de la vida se redujo a: las cosas buenas le suceden a la gente buena y las cosas malas a la gente mala. Debido a esto, sintieron que su rol era ayudar a Job a que admitiera que lo malo que había hecho había originado su sufrimiento.En realidad, Job miraba la vida casi de la misma manera que sus amigos. Lo que no pudo comprender era por qué estaba sufriendo tanto cuando tenía la seguridad de que no había hecho nada para merecerlo. El último de sus amigos, Eliú, ofreció otra explicación para el dolor al señalar que Dios estaría permitiendo el sufrimiento para purificar a Job. Pero eso fue útil sólo en parte. Cuando finalmente Dios habló, no le dio una respuesta a Job. En cambio, recalcó que es mejor conocer a Dios que conocer las respuestas.A menudo sufrimos las consecuencias de malas acciones y decisiones equivocadas. La disposición de Job para arrepentirse y confesar lo que sabía que había hecho mal es una buena pauta para nosotros. A veces el sufrimiento nos moldea para un servicio especial hacia los demás. A veces el sufrimiento es un ataque de Satanás en nuestra vida. Y a veces, no sabemos por qué sufrimos. En todas esas ocasiones, ¿estamos dispuestos a confiar en Dios aunque nuestras preguntas no tengan respuesta?Puntos fuertes y logros :– Era un hombre de fe, paciencia y resistencia– Era conocido como una persona generosa y sensible– Era muy ricoDebilidades y errores :– Permitió que su deseo de entender por qué sufría lo abrumara y lo llevó a dudar de DiosLecciones de su vida :– Conocer a Dios es mejor que conocer las respuestas– Dios no es arbitrario ni insensible– El dolor no es siempre un castigoDatos generales :– Dónde: Uz– Ocupación: Propietario adinerado de tierras y ganado– Familiares: Esposa y primeros diez hijos no nombrados. Hijas de su segundo grupo de hijos: Jemima, Cesia, Keren-hapuc– Contemporáneos: Elifaz, Bildad, Zofar, EliúVersículos clave :»Hermanos míos, tomad como ejemplo de aflicción y de paciencia a los profetas que hablaron en nombre del Señor. He aquí, tenemos por bienaventurados a los que sufren. Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo» (Jam 5:10-11).La historia de Job se relata en el libro de Job. Además se menciona en Eze 14:14, Eze 14:20 y Jam 5:11. 2.9 ¿Por qué fue respetada la vida de la esposa de Job, cuando el resto de su familia fue destruida? Es posible que su sola presencia causara a Job aun más sufrimiento por sus reproches o debido a su propia pena por todo lo que habían perdido que si hubiese muerto.2.10 Mucha gente piensa que creer en Dios la protege de los problemas, de modo que cuando las calamidades vienen, se rebelan contra la bondad y la justicia de Dios. Pero el mensaje de Job es que usted no debe renunciar a Dios sólo porque le suceden cosas malas. La fe en Dios no garantiza la prosperidad personal, y la falta de fe no garantiza problemas en la vida. Si eso fuera así, la gente creería en Dios sólo para hacerse rica. Dios es capaz de rescatarnos del sufrimiento, pero también puede permitir que este venga por razones que no podemos entender. Es en momentos como este que Satanás emplea su estrategia de llevarnos a dudar de Dios. Job nos muestra aquí una perspectiva más amplia que su propia comodidad personal. Si siempre supiéramos por qué sufrimos, nuestra fe no tendría espacio para crecer.2.11 Elifaz, Bildad y Zofar no eran sólo amigos de Job, también eran conocidos por su sabiduría. Al final, sin embargo, se notó que su sabiduría era incompleta y ponía de manifiesto una mente estrecha.2.11 Al saber de las dificultades de Job, tres de sus amigos llegaron para consolarlo. Más tarde veremos que sus palabras de consuelo no lo consolaron, pero al menos estuvieron allí. Si bien Dios los reprendió por lo que dijeron (42.7), no los reprendió por lo que hicieron. Hicieron el esfuerzo de acercarse a alguien que tenía necesidad. Desafortunadamente, cuando llegaron su consuelo fue muy deficiente porque eran soberbios en su propio consejo e insensibles ante las necesidades de Job. Cuando alguien tenga necesidad, vaya a él, pero sea sensible en la manera en la que lo consuela.2.13 ¿Por qué sus amigos llegaron y se sentaron en silencio? De acuerdo con la tradición judía, la gente que llega a consolar a alguien que está de luto no habla sino hasta que esa persona hable. A menudo, la mejor respuesta hacia el sufrimiento de otra persona es el silencio. Los amigos de Job se dieron cuenta de que su dolor era demasiado profundo para consolarlo con meras palabras, por lo que no dijeron nada. (¡Si tan solo hubieran continuado así, sentados en silencio!) Con frecuencia, sentimos que tenemos que decir algo espiritual y atinado a un amigo que sufre. Quizá lo que más necesita es tan solo nuestra presencia, y mostrarle que nos interesa. Respuestas preparadas y citas trilladas dicen mucho menos que empatía manifestada por medio del silencio y del compañerismo afectuoso.
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
NOTAS
(1) “Los ángeles”, LXX.
(2) Véase Job 1:6, n: “Satanás”.
REFERENCIAS CRUZADAS
a 50 Job 1:6
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
I.e., el adversario, y así en el resto del cap.
Fuente: La Biblia de las Américas
[3] Ya ves la firmeza de su virtud. El Señor habla como los hombres. 1 Re 22, 21.[8] Fuera de la ciudad para no profanar la población.[12] Jos 7, 6; Lam 2, 10.