Biblia

Comentario de Salmos 30:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Salmos 30:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

(Salmo. Cántico para la dedicación del templo. De David) Te glorificaré, oh Jehovah, porque me has levantado y no has dejado que mis enemigos se alegren de mí.

Año 1017 a.C. (Título).

Un salmo. O, “Un salmo o cántico de David, para la dedicación de la Casa” en el lugar que David compró la era de Arauna, después de la grave plaga que estuvo a punto de desolar el reino. 2Sa 24:25; 1Cr 21:26.

en la dedicación de la casa. Deu 20:5; 2Sa 5:11; 2Sa 6:20; 2Sa 7:2; 2Sa 20:3.

Te glorificaré. Sal 34:3, Sal 34:4; Sal 66:17; Sal 145:1; Dan 4:37.

porque me has exaltado. Sal 27:6; Sal 28:9.

no permitiste que mis enemigos se alegraran de mí. Sal 13:4; Sal 25:2; Sal 35:19, Sal 35:24, Sal 35:25; Sal 41:11; Sal 79:4, Sal 79:10; Sal 89:41-46; Sal 140:8; Lam 2:15.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

David alaba a Dios por su liberación, Sal 30:1-3.

Exhorta a otros a alabarle como ejemplo de los tratos de Dios con él, Sal 30:4-12.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

un salmo de declarativa de alabanza, conmemora cuando Dios liberó a David de la enfermedad mortal. El salmo tiene cinco movimientos:

(1) una determinación de alabar al Señor (v. Sal 30:1);

(2) un informe de la liberación (vv. Sal 30:2, Sal 30:3):

(3) un llamado a los demás para que se unan en la alabanza del Señor (vv. Sal 30:4, Sal 30:5);

(4) un informe de la mortal enfermedad del salmista (vv. Sal 30:6-10);

(5) una presentación de la alabanza del salmista al Señor (vv. Sal 30:11, Sal 30:12).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Te glorificaré: David inicia su canto con una fuerte determinación de alabar a Dios.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Salmo 30 (Vg 29): Acción de Gracias después de una Enfermedad grave.
E ste salmo es un himno eucarístico de un justo que, después de hallarse postrado en el lecho del dolor, fue liberado, gracias a la intervención divina, de la muerte segura. Después de invitar a los piadosos a gozarse con él por el favor conseguido, ensalzando la bondad de Yahvé, relata cómo, a causa de un acto de presunción, apartó su rostro de él, privándole de su protección y dejándolo en un estado de postración física y de peligro de muerte. Angustiado, clamó a El, quien le salvó de aquella situación comprometida. Por ello, su duelo se cambió en alegría, pues se veía ya a las puertas del sepulcro. Agradecido, cantará eternamente las alabanzas de su Dios.
El valor literario de esta composición es grande dentro de su simplicidad; aunque sus pensamientos no sean muy originales, pues aparecen en otros salmos, sin embargo, la expresión es sobria y vigorosa: “Abunda en figuras poéticas expresivas, ya vigorosas, ya llenas de frescor. El alma del salmista remonta la ruta del seol; recupera la vida en medio de los cadáveres que se lleva a la tumba… A la tarde, el llanto viene como un huésped a pasar la noche. Pero, desde la aurora, los gritos de alegría resuenan. Al canto del duelo sucede el ruido alegre de la danza; al lúgubre cilicio, un cinturón de fiesta…”1. La distribución estrófica es regular, y el texto ha llegado a nosotros bastante correcto.
Según el título, este canto fue compuesto para la consagración de la casa de Yahvé, y se atribuye a David. Como canto (shir), se ejecutaba con acompañamiento de instrumentos músicos. Los que mantienen la paternidad davídica suponen que fue compuesto con motivo de la inauguración de su palacio en Sión 2, de la dedicación del lugar del futuro templo 3, después de la plaga que asoló el país; en ese caso, las alusiones al peligro de muerte se referirían no sólo a la suerte personal del salmista, sino a la de todo el pueblo. En general, los críticos modernos, por razones de estilo y léxico, se inclinan por una época tardía de composición no anterior al exilio 4. Hay mucha analogía, por su contenido, con el salmo 6, que parece de composición reciente. Generalmente se considera la alusión a la consagración de la casa o templo como adición litúrgica para adaptarlo a la fiesta de la janukkáh, o “dedicación,” instituida por Judas Macabeo en 165 a.C., cuando purificó el templo, profanado por los sirios bajo Antíoco IV Epífanes5. Algunos autores prefieren ver aquí una alusión a la dedicación del segundo templo en tiempos de Esdras6.

Acción de gracias por la salud otorgada (1-4).
1Canto para la consagración del templo. Salmo de David. 2 Quiero ensalzarte, ¡oh Yahvé! porque me has puesto en salvo 7 y no has alegrado a mis enemigos por causa mía. 3 Yahvé, mi Dios, clamé a ti, y tú me curaste. 4 ¡Oh Yahvé! has sacado mi alma del seol, me has hecho revivir de entre los que bajan a la fosa.

El salmista prorrumpe en un himno de acción de gracias al sentirse libre de un peligro inminente de muerte. Con ello se habrían alegrado sus enemigos 8, pues hubieran deducido de su desaparición que Yahvé no era ya su protector. El salmista se siente tan próximo a la muerte, que supone, por licencia poética, que ha visitado ya su alma la región tenebrosa del seol, donde están las sombras de. los muertos 9. Por ello ahora se siente como resucitado de entre los que bajan a la fosa o sepulcro. Se daba ya por difunto, pero la intervención divina le devolvió la vida 10.

Invitación a los piadosos a celebrar su curación (5.-8)
5 Cantad a Yahvé vosotros, sus piadosos, y ensalzad su santo recuerdo. 6 Porque un instante dura su cólera, y su benevolencia es de por vida. Alberga la tarde llantos, mas a la mañana está la exultación. 7 Yo dije en mi prosperidad: “No seré jamás conmovido.” 8 Tú, ¡oh Yahvé! por tu benevolencia me asegurabas honor y fortaleza, Apenas escondiste tu rostro, fui conturbado.

Radiante de alegría por la recuperación de la salud, el salmista invita a los piadosos, que saben apreciar los secretos caminos de la Providencia en la vida de los justos, a entonar un himno en acción de gracias en honor del santo recuerdo de Yahvé, es decir, sus proezas y favores extraordinariosn. En ellas se manifiesta su “nombre” o gloria; por eso en los salmos la expresión “celebrad su santo recuerdo”12 equivale a “alabar su nombre sagrado”13; el nombre de Yahvé, su acción gloriosa, ha dejado un santo recuerdo en la historia en favor de Israel y de sus fieles. Su “nombre” sintetiza su naturaleza y sus acciones gloriosas 14. Y el salmista concreta en qué consiste el santo recuerdo o la huella del Dios santísimo en la vida: su providencia se guía por las exigencias de sus justicias y de su misericordia; pero en su proceder prevalece siempre la benevolencia, pues mientras su cólera dura un instante para castigar justamente las transgresiones, su benevolencia tiene un efecto permanente durante toda la vida (v,6). La protección de Yahvé hacia los justos es permanente, y sólo es interrumpida momentáneamente por alguna falta cometida 15. Las pruebas a que son sometidos los justos son transitorias, mientras que la amistad benevolente de Yahvé permanece por toda la vida. Para probar su afirmación, el salmista trae a colación un proverbio: Alberga la tarde llantos, mas a la mañana esta la exultación (v.6b). El duelo y los llantos son como un huésped inoportuno, al que se le da hospedaje a regañadientes, pero después al día siguiente se convierte en motivo de exultación 10. En realidad, el llanto para el justo es un peregrino que a lo sumo pasa una noche con él; pero al día siguiente cambia la situación, y con la luz del día renace la alegría y bienestar.
El salmista confiesa haber tenido un pecado de presunción, pues viviendo en una situación de prosperidad, creyó que esta situación había de continuar indefinidamente: no seré jamás conmovido (v.7). Esta afirmación parece hacer caso omiso de los caminos secretos de la Providencia y se aproxima a la postura de los ateos prácticos y autosuficientes, que creen poder gobernar su vida con sus propios recursos. Por ello, Dios ha querido probarlo, y si antes, en su benevolencia, le aseguraba honor y fortaleza, ahora ha querido desampararlo escondiendo su rostro, es decir, le ha privado de su protección y auxilio 17, y entonces el salmista, reducido a sus propias fuerzas, quedó conturbado.
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Súplica de salvación (943).
9 A ti clamé, ¡oh Yahvé! y a Yahvé pedí piedad. 10 ¿Qué provecho hay en mi sangre, en que yo descienda a la fosa? ¿Te alabará el polvo? ¿Cantará tu fidelidad? 11 Escúchame, Yahvé, y ten piedad de mí. Vino Yahvé en mi socorro. 12 Mudaste mi lamentación en júbilo, desataste mi saco y me ceñiste de exultación. 13 Por eso cantaré tu gloria y no callaré, y te alabaré, Yahvé, Dios mío, por la eternidad.

Postrado y abandonado a sus fuerzas, el salmista clama ansioso a Yahvé para que tenga piedad de él. Y su argumentación en favor de su liberación de la muerte está en consonancia con la mentalidad viejotestamentaria, cuando aún no había luces sobre la vida en ultratumba al lacio de Dios. En realidad, la muerte del salmista no reporta ningún provecho o ganancia a Dios, pues, convertido en polvo, no podrá alabarle ni cantar su fidelidad con los justos 1S. Según la mentalidad del A.T., Dios premiaba en esta vida los actos de virtud, y el primer don era una larga vida hasta ver los hijos de los hijos en la tercera o cuarta generación. Quitar la vida a uno, entregándole a una muerte prematura, era un castigo reservado a los impíos; equivalía a matarle, derramar su sangre (v.10). La muerte significaba, en realidad, para los justos del A.T., la interrupción de una vida de amistad con Dios; por eso, al morir, no se podía continuar las alabanzas de Yahvé. Por ello, el salmista ansiosamente pide a su Dios que le escuche y le salve de la situación de peligro en que se halla de descender a la fosa o sepulcro.
Conforme a la dramatización literaria habitual en el estilo salmódico, el justo se presenta ya con la salud recuperada, cambiando su lamentación en júbilo (v.1a). Ha pasado la hora del duelo, porque el mismo Yahvé le ha desatado el saco, o signo externo de penitencia y dolor 19, y le ha ceñido del vestido alegre de la exultación, del atuendo de los días de fiesta y de triunfo 20. Por ello, el salmista entona un himno de alabanza a la gloria de Yahvé, que ha de perdurar por siempre. La expresión por la eternidad es enfática e hiperbólica, para recalcar su decisión de alabar constantemente al Dios Salvador.

1. Calés, o.c., I 335. – 2 Cf. 2Sa 5:11. – 3 Cf. 1Cr 21:26; 1Cr 22:1. – 4 Cf. E. Podechard, O.C., I 142. – 5 Cf. 1Ma 4:52s; 2 Mac 10:1s. – 6 Cf. Esd 6:16. – 7 Lit. “me has sacado” de la fosa del sepulcro. – 8 Cf. Sal 35:19; Sal 37:16; Lam 2:17. – 9 Cf. Sal 6:5; Sam 2:6. – 10 Cf. Sal 9:13; Sal 9:87, Sal 9:4s. – 11 Cf. Ex 3:15. – 12 Qf. Sal 97:12. – 13 Cf. Sal 106:47. – 14 Cf. Sal 97:12; Sal 122:4. – 15 cf. Sal 26:9. – 16 Cf. Isa 17:14; Isa 54:7-8; Miq 7:18; Sal 103:8-9. – 17 Cf. Isa 54:8; Sal 104:29. – 18 Cf. Job 22:3; Isa 38:18-19; Sal 7:5; SS.ios; Sal 115:17. – 19 Cf. Sal 35.13; Sal 69:12; Lam 5:15.

Fuente: Biblia Comentada

Salmo 30 (29): Salmo de acción de gracias individual en que se recuerda el peligro pasado y se canta la intervención salvadora de Dios que hace recobrar la vida y el gozo. Este salmo formaría parte de la liturgia conmemorativa de la fiesta de la consagración del Templo en tiempos de Judas Macabeo (1Ma 4:52-59).

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Salmo 30. Gracia de Principio a Fin

La palabra templo en el título debería ser “casa”. Esta puede ser una referencia a la casa de David (2 Sam. 5:11), la casa del Señor (2 Sam. 7:5; 1 Rey. 6:1) o al uso del Salmo en la rededicación del templo después que fuera profanado por Antíoco Epífanes en el año 165 a. de J.C. En la época de la propia casa de David su sentido de seguridad (6) había sido tremendo: Sion había sido capturada y fortificada (2 Sam. 5:6, 7), su poder iba en aumento (2 Sam. 5:10), su ejército era fuerte, su familia crecía (2 Sam. 5:13 ss.), es posible que también los filisteos habían sido vencidos (2 Sam. 5:17-25) mientras la casa todavía estaba en construcción. Si, en ese período conducente al orgullo, el Señor en su gracia humilló a David con una enfermedad que arrebató la copa de su mano antes de que pudiera beberla, los términos del Salmo concuerdan perfectamente y David aprendió que, así como la gracia lo había mantenido seguro hasta el momento, sólo la gracia podía ahora llevarlo a puerto seguro. Era cuando se sentía seguro que debía clamar pidiendo misericordia (8).

1-5 Peligro mortal: Alabanza en respuesta a la oración contestada. Han de haber sido muchos los que eran leales a Saúl, resentidos por lo que considerarían la usurpación del trono por parte de David. ¡Cómo se alegrarían al verlo decepcionado del éxito! Pero dice clamé, y me sanaste … hizo subir su alma o sea que fue perdonado. 4, 5 David convoca a los fieles (aquellos a quienes Dios ama y que le corresponden con su amor) para celebrar, no por lo que fuera la experiencia de él, sino por lo que había sido revelado acerca del Señor: dentro de la naturaleza santa de Dios (santidad … ira) está lo que enseguida lo mueve a otorgar su favor duradero.

6, 7 Arrogancia y complacencia mortales. Sentirse seguro (tranquilidad, 6) tiene su propio peligro, convirtiendo la seguridad en seguridad propia, la confianza en presunción (7). El favor divino había traído prosperidad a David, pero se necesitaba sólo la sombra de un nubarrón para cubrir el rostro del Señor y para que David quedara turbado, “aterrorizado”.

8-12 Peligro mortal: Oración contestada y alabanza como respuesta. Invocaré … suplicaré son los verbos de presente de indicativo, “seguí invocando … seguí suplicando”; misericordia: “gracia” (también 10). Dado que David sentía que moría fuera del favor de Dios (9, cf. 5, 7) no tenía esperanza de eternidad (cf. 73:24). Pero la única manera de huir de Dios es huir a él y orar pidiendo gracia que se expresará en alabanza y transformación (11), gozo interior y un verdadero sentido de una relación permanente con Dios (Dios mío … para siempre) (12).

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

30.1ss David pudo haber escrito este salmo cuando dedicó la era de Arauna (que llegó a ser el terreno del templo) y después de que Dios detuvo la gran plaga que había utilizado para disciplinarlo (1 Crónicas 21.1-22.6). La enfermedad grave mencionada en 30.2, 3 pude referirse a una enfermedad que tuvo David o a la plaga misma.30.5 Como una inyección aplicada por un doctor, la incomodidad de la ira de Dios es momentánea, pero los efectos buenos duran un tiempo. Permita que la ira de Dios sea una incomodidad breve que lo advierta y lo ayude a volverse del pecado.30.6, 7 La prosperidad había hecho que David se sintiera invencible. A pesar de que sabía que sus riquezas y su poder provenían de Dios, se le habían subido a la cabeza, haciéndolo soberbio. La riqueza, el poder y la fama tienen un efecto tóxico sobre la gente, la hace sentir muy confiada en sí misma, muy segura de sí misma e independiente de Dios. Pero esta es una seguridad falsa que se hace añicos fácilmente. No se deje atrapar por la seguridad falsa de la prosperidad. Dependa de Dios para su seguridad y no será estremecido cuando las posesiones terrenales desaparezcan.30.11 Cilicio se refiere a las prendas gastadas que usaban como señal de duelo.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

NOTAS

(1) Véase Ap. 1C, sec. 10.

REFERENCIAS CRUZADAS

a 866 2Sa 5:11

b 867 Sal 28:9

c 868 Sal 25:2; Sal 41:11

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Salmo 30 Es un himno público de gratitud, alabando a Dios por ser librado de la muerte. El rey David fue librado de una situación que amenazaba su vida como resultado de una actitud de no depender de Dios (vers. 6). Conforme al título en heb., el Salmo se cantó en la dedicación del templo. El Salmo hace referencia a la gran plaga que afligió a la nación por razón del pecado de David al hacer el censo del pueblo (1 Cr 21:1-22:1). En esa ocasión el corazón del rey se enorgulleció y en su prosperidad él confió en el poderío de su ejército (1 Cr 21:1-7). Dios entonces envió una horrible plaga (1 Cr 21:8-17). Las siguientes alusiones parecen apropiadas a este respecto: menciona el pecado de no depender de Dios como resultado de su prosperidad material (vers. 6), la aflicción del Señor (vers. 7), y su oración por salvación (vers. 2, 8-10). Fue escrito por David para ser usado en la dedicación del templo para el cual se preparó (1 Cr 22:2-26:32), planificó (1 Cr 28) y proveyó materiales (1 Cr 29:1-20), pero que su hijo Salomón construyó (1 R 8:63). Este Salmo contiene características comunes a los Salmos de gratitud o acción de gracias: una introducción (vers. 1-5), una descripción de las anteriores peticiones del salmista (vers. 6-10) y una descripción de liberación y alabanza (vers. 11, 12).

Fuente: La Biblia de las Américas

dedicación de la Casa… La Escritura no menciona que este salmo haya sido cantado en la dedicación de la primera Casa. Su connotación profética es notable, pues es probable que este salmo sea entonado por su compositor resucitado, en ocasión de la dedicación de la futura Casa → Sal 17:15; Ose 3:5; Eze 37:25; Eze 44:3; Eze 45:17.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

Tit. La Escritura no menciona que este salmo haya sido cantado en la dedicación de la primera Casa. Es notable entonces su connotación profética, pues el mismo será entonado por el rey David, resucitado, en ocasión de la dedicación de la futura Casa g 17.15; Ose 3:5; Eze 37:25; Eze 44:3; Eze 45:17.

Fuente: La Biblia Textual III Edición

SALMO 30 (29)[5] Israelitas fieles.[12] Este saco de penitencia se deja y se rehabilita con el vestido de alegría.

Fuente: Notas Torres Amat