Comentario de Génesis 33:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Alzando Jacob sus ojos miró, y he aquí que Esaú venía con los 400 hombres. Entonces él repartió sus hijos entre Lea, Raquel y sus dos siervas.
venía Esaú. Gén 27:41, Gén 27:42; Gén 32:6.
repartió él. Gén 32:7, Gén 32:16.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Jacob y Esaú, Gén 33:1-16.
Jacob llega a Sucot, Gén 33:17.
En Siquem, compra un campo, y erige un altar llamado El-Elohe-Israel, Gén 33:18-20.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Todo lo que Jacob sabía era que Esaú se acercaba acompañado de 400 hombres con el fin de acabar con su familia.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
33. El Encuentro de Jacob y Esaú.
1Alzó Jacob los ojos, y vio venir hacia él a Esaú con cuatrocientos hombres. Había repartido sus hijos entre Lía, Raquel y las dos siervas, 2poniendo en cabeza a estas dos con sus hijos; después a Lía con los suyos, y en último lugar a Raquel con José. 3El se puso delante de todos y se postró en tierra siete veces antes de llegar su hermano. 4Esaú corrió a su encuentro, le abrazó, cayó sobre su cuello y le besó. Ambos lloraban. 5Luego, alzando los ojos, vio Esaú a las mujeres y a los niños, y preguntó: “¿Quiénes son estos que traes contigo?” Jacob le contestó: “Son los hijos que Dios ha dado a tu siervo.” 6Aproximáronse las siervas con sus hijos, y se postraron. 7Luego se acercaron José y Raquel, y se postraron. 8Esaú les preguntó: “¿Qué pretendes con todos estos hatos que he ido encontrando?” “Hallar gracia a los ojos de mi señor.” 9Contestóle Esaú: “Tengo mucho, hermano mío; sea lo tuyo para ti.” 10“No, te ruego – respondió Jacob ; si es que he hallado gracia a tus ojos, acepta de mi mano el presente, ya que he visto tu faz como si viera la de Dios, y me has acogido favorablemente, 11Acepta, pues, el presente que te hago, pues Dios me ha favorecido y tengo de todo.” Tanto le instó, que aceptó Esaú. 12Este le dijo: “Pongámonos en marcha; yo iré delante de ti.” 13Jacob le respondió: “Bien ve mi señor que hay niños tiernos y que llevo ovejas y vacas que están criando, y si durante un día se les hiciera marchar apresuradamente, todo el ganado moriría. 14Pase, pues, mi señor delante de su siervo, y yo seguiré lentamente al paso de los rebaños que llevo delante y al paso de los niños, hasta llegar a Seir, a mi señor.” 15Dijo Esaú: “Dejaré, pues, detrás de mí una parte de la gente que llevo.” Pero Jacob respondió: “¿Y para qué eso, si hallo gracia a los ojos de mi señor?” 16Volvióse, pues, a Seir Esaú aquel mismo día. 17Jacob partió para Sucot, y se hizo allí una casa y apriscos para ganados; por eso se llamó Sucot aquel lugar. 18Llegó Jacob en paz a la ciudad de Siquem, en tierra de Canaán, de vuelta de Padán Aram, y acampó frente a la ciudad. 19Compró a los hijos de Jamor, padre de Siquem, el trozo de tierra donde había asentado sus tiendas por cien “quesitas,” 20y alzó allí un altar, que llamó “El-Elohe-Israel.”
Al oír Jacob que su hermano se acercaba con gran acompañamiento de gente, distribuyó en grupos la familia, según la condición y el afecto que por ella sentía. Primero pone delante las dos esclavas con sus hijos, luego a Lía con los suyos, y en último lugar a Raquel con José. Pero él, que es padre de todos, se adelanta para ser el escudo protector contra cualquier incidente previsible. Llegado Esaú con ánimo muy diferente del que Jacob temía, pero según parecía anunciar los presagios divinos, todos por orden le rinden homenaje, adelantándose Jacob, que siete veces se prosterna en señal de sumisión ante su hermano1. Es una satisfacción por la injuria que le había hecho al suplantarle en la bendición de su padre. No tuvo que hacer muchos esfuerzos para ganar la voluntad de su hermano, el cual, como si quisiera vencer en nobleza y generosidad a Jacob, rehusa los obsequios que se le ofrecen, aunque al fin los acepta ante las instancias de éste, y por que éste no tomase la negativa por una falta de sinceridad en las muestras de afecto que le daba. Viene después la presentación de la familia de Jacob. Esaú está emocionado, porque Dios ha bendecido tan largamente a su hermano, que vuelve rico de Siria. Rehusa los presentes con reiterada ceremonia oriental. Jacob se excede también en sus gestos de humillación, prosternándose ante Esaú como si fuera un rey y adulándole: he visto tu faz como si fuera la de Dios (v.10); es decir, Jacob se acercó atemorizado, como si se acercase a la divinidad; pero al fin ha sido recibido con toda benevolencia, como si Dios mismo se le apareciera para ayudarle en su camino. La expresión “contemplar la faz de Dios” equivale a ser bien recibido por El y colmado de favores2. Parece que hay un juego de palabras entre pene El (ohim) (“faz de Dios”) y Peni ‘El o Penuel, lugar donde Dios se le apareció y luchó con él3. Esaú acorta las distancias; no es un rey para que se prosterne, y así le llama cariñosamente “hermano mío.”(v.9) La reconciliación es completa. Al fin acepta el don o berakah (bendición, porque iba acompañada de bendiciones al destinatario). Esaú quiere acompañarle en su marcha con la numerosa escolta que lleva, pero Jacob la rehusa, pues teme que las cosas se compliquen y se pierda la paz con que hasta ahora caminaba. Tiene una buena disculpa: lleva niños y ganado con cría y no puede forzar la marcha (v.13). Esaú al fin se marcha hacia su tierra de Seir y no vuelve a aparecer en la historia de Jacob. Según lo convenido, éste debía seguir al país de Esaú; pero cambia la ruta hacia Siquem, sin duda para estar más libre. Se detiene en Sucot, y allí construyó cabañas (en heb. sucot) para su ganado y gente. Es también una explicación popular del nombre de Sucot, que estaba en el valle del Jordán, no lejos del Yaboq4, la actual Tell Aksas, a 11 kilómetros de Damiye5. No se dice cuánto tiempo vivió Jacob en esta localidad con su familia, pero debió de ser bastante tiempo, pues sus hijos van a actuar en Siquem como si fueran ya adultos. Después pasó el Jordán y se estableció junto a Siquem. Allí vive una tribu llamada de los Bene Jamor (hijos del asno)6. Jacob les compra un trozo de terreno por “cien quesitas,” que los LXX traducen por “cien corderos” (άμνάς), que parece era la unidad de cambio, como entre los latinos (pecus: pecunia). Se ha calculado en 10 siclos el valor de una quesitah. Y en aquel terreno erigió un altar a El-Elohe-Israel (v.20). Abraham había erigido allí también un altar7 en memoria de la primera promesa hecha por Dios de que habría de poseer aquella tierra. Junto al altar debía de estar la famosa encina de que se habla en otros lugares8. Seguramente existía allí un santuario cananeo. En Jue 9:4 se habla de un santuario dedicado a Baal Berit (“señor de la alianza”), que equivale al Ζεύςορκιος de los griegos, la divinidad que presidía los juramentos9. La advocación de Jacob El Elohe quizá deba traducirse por “Elohim es fuerte” (Vg: “Fortissimum Deum Israel”), Israel sería aquí equivalente a Jacob, supuesto el cambio de nombre antes descrito. En aquel lugar será enterrado más tarde José10. La tradición ha vinculado a Jacob la existencia del célebre pozo, que iba a ser famoso por el coloquio de Jesús con la samaritana11.
l En las cartas de Tell Amarna, los vasallos de Palestina escriben al faraón en estos términos: “A los pies de mi rey, mi señor, mi dios, mi sol, siete y siete veces sobre el vientre y sobre el dorso.” Cf. Dhorme: DBS I 219. – 2 Cf. Gen 43:3; Gen 43:5; 2Sa 14:24; 2Sa 14:28; Job 33:26; Sal 11:7. – 3 Gen 32:31. – 4 Cf. Jos 13:27; Jue 8:5. – 5 Abel, Géog. II 470. – 6 El P. R. de Vaux sugiere la posibilidad de relacionar estos Bene Jamor (hijos del asno) con los moradores de Mari, donde, para decir “concluir una alianza,” se decía “matar el asno de la alianza.” Ahora bien, según Jue 4:6, en Siquem existía el “baal de la alianza.” Así los Bene Jamor serían los “hijos de la alianza.” Cf. RB (1949) 24. – 7 Gen 12:6s. – 8 Gen 12:6; Gen 35:4; Jos 24:26s; Jue 9:6. – 9 Cf. A. vincent, La religión des judéo-areméens d’Eléphantine 919. – 10 Jos 24:32. – 11Jn 14:4s.
Fuente: Biblia Comentada
he aquí venía Esaú. Jacob distribuyó apresuradamente su familia en tres grupos (cp. Gén 31:7) y emprendió el camino a la cabeza de ellos al encuentro de su hermano. La división y situación relativa de su familia con respecto al peligro que se percibía da una clara indicación de a quién favorecía Jacob.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
La genealogía de Isaac.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Gén 31:33.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
33.1-11 Fue alentador ver cómo había cambiado el corazón de Esaú cuando él y Jacob se encontraron otra vez. La amargura que le causó haber perdido su primogenitura y la bendición (25.29-34) parecía haberse desvanecido. Vemos a Esaú contento con lo que tenía. Hasta Jacob exclamó que era maravilloso ver a su hermano sonreír amistosamente (33.10).La vida nos puede proporcionar algunas situaciones desagradables. Nos podemos sentir engañados, como se sintió Esaú, pero no debemos permanecer amargados. Podemos desarraigar la amargura de nuestra vida expresándole con sinceridad a Dios nuestros sentimientos, perdonando a los que nos han hecho daño y contentándonos con lo que tenemos.33.3 Inclinarse a tierra siete veces era señal de respeto a un rey. Jacob estaba tomando todas las precauciones al encontrarse con Esaú, esperando con esto disipar cualquier idea de venganza.33.4 Esaú recibió a su hermano Jacob con un gran abrazo. Imagínese qué difícil debió ser esto para Esaú, el que una vez pensó matar a su hermano (27.41). Pero el tiempo había sanado las heridas. Con el tiempo cada uno por su cuenta comprendió que sus relaciones eran más importantes que todo lo demás.33.11 ¿Por qué Jacob envió regalos a Esaú? En los tiempos bíblicos, se daban regalos por varias razones: (1) Como soborno. Aún hoy día se dan regalos para ganar a alguien o comprar su apoyo. Quizás Esaú rechazó al principio los regalos de Jacob (33.9) porque no quería o no necesitaba aceptar un soborno. Ya había perdonado a Jacob, y era muy rico. (2) Como una expresión de afecto. (3) Quizás era costumbre hacerlo antes de una reunión entre dos personas. Por lo general, los regalos se acomodaban a la ocupación de la persona. Esto explica por qué Jacob envió a Esaú, que era ganadero, ovejas, cabras y otras piezas de ganado.33.14-17 ¿Por qué Jacob dijo como que iba a ir a Seir y luego se detuvo en Sucot? No lo sabemos, pero tal vez Jacob decidió parar allí porque Sucot era un hermoso sitio al este del río Jordán. Cualquiera que haya sido la razón, Jacob y Esaú se fueron en paz. Pero siguieron viviendo bastante cerca hasta después de la muerte de su padre (36.6-8).
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
REFERENCIAS CRUZADAS
a 1460 Gén 14:14; Gén 32:6
b 1461 Gén 32:22