Comentario de Salmos 31:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
(Al músico principal. Salmo de David) En ti, oh Jehovah, me he refugiado; no sea yo avergonzado jamás. Líbrame en tu justicia.
Año 1061 a.C.
En ti, oh Jehová, he esperado. Sal 22:4, Sal 22:5; Sal 25:2; Sal 71:1, Sal 71:2; Isa 49:23; Rom 5:5; Rom 10:11.
Líbrame en tu justicia. Sal 7:8, Sal 7:9; Sal 43:1; Sal 143:1, Sal 143:11, Sal 143:12; Dan 9:16.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
David, muestra su confianza en Dios, ansía su ayuda, Sal 31:1-6.
Se regocija en su misericordia, Sal 31:7, Sal 31:8.
En su calamidad ora, Sal 31:9-18.
Ora a Dios por su bondad, Sal 31:19-24.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
es un salmo de lamentación, pero tiene une elemento de confianza tan fuerte que también se puede clasificar como un salmo de confianza (p. ej. Sal 23:1-6). Los salmos de confianza nacen de la confianza que se da en los de lamentación. En este salmo, la relación entre las dos clasificaciones es evidente. Hay dos secciones principales:
(1) la presentación del lamento en el contexto de confianza (vv. Sal 31:1-18);
(2) la presentación de alabanza en el contexto de lamento (vv. Sal 31:19-24).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
La frase he confiado retrata la acción de un ave que busca refugio bajo las alas de su madre (Sal 11:1; Sal 17:7; Sal 91:1-4). En los (vv. Sal 31:6, Sal 31:14) hay otra palabra para confiar, que tiene la connotación de apoyarse en alguien o en algo (Pro 3:5, Pro 3:6). La imagen de Dios como la roca y fortaleza para el creyente se repite a menudo en los Salmos (Sal 91:1-3).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
OH JEHOVÁ… LÍBRAME. Este salmo es una oración profundamente personal que expresa angustia y lamento a causa de los enemigos (Sal 31:4, Sal 31:8), la enfermedad (Sal 31:9-10) y el abandono de los amigos (Sal 31:11-13). Jeremías empleó una frase de este salmo (Sal 31:13) para expresar su dolor y temor (cf. Jer 6:25; Jer 20:10); también Jesús citó parte de él (las palabras de apertura del Sal 31:5) mientras estaba en la cruz (Luc 23:46). Esta oración expresa el sincero clamor de todos los creyentes que sufren aflicción por causa de enfermedad, aflicción u opresión del mundo o de los enemigos de la justicia. Revela que en los momentos de profunda aflicción, los creyentes pueden esconderse «en lo secreto de [la] presencia [de Dios]» (Sal 31:20).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
Salmo 31 (Vg 30): Plegaria de un Justo Angustiado.
T res partes comprende este salmo: a) cántico de confianza en Yahvé (2-9); b) descripción en tono elegiaco de la situación angustiada del justo (10-19); c) acción de gracias por haber conseguido la salvación ansiada. Los críticos no concuerdan al determinar si estas tres partes integran una composición salmódica única o bien si ésta está constituida por la yuxtaposición de tres fragmentos diversos, agrupados por razones prácticas del culto litúrgico. La primera y tercera parte contienen frases que se encuentran en otros salmos, y tienen por ello un carácter antológico de mosaico literario, como el cántico de Joñas l. La segunda parte tiene muchos conceptos similares a los expresados en el libro de Jeremías; de ahí el problema de la mutua dependencia: ¿quién es anterior? La generalidad de los críticos; supone que e! salmista depende conceptualmente del profeta de Anatot; por ello se considera el salmo como posterior al destierro babilónico2. No faltan autores que suponen que la segunda parte del salmo (10-19) es del propio Jeremías, que lo habría insertado a las otras dos, que serían de origen davídico 3.
Desde el punto de vista de la unidad literaria del salmo es difícil mantener que la segunda parte (2-9) sea del mismo autor; más bien las otras dos se ensamblan con regularidad lógica. Así, el v.20 puede seguir normalmente al V.9: plegaria confiada y acción de gracias. Los v. 10-19 parecen inserción artificial posterior. Desde el punto de vista de la inspiración poética, el salmo, en su conjunto, aunque no es muy original por las ideas expuestas, es de gran piedad religiosa.
Confianza en Yahvé (1-6).
1 Al director del coro. Salmo de David. 2 En ti, ¡oh Yahvé! confío; i no sea yo nunca confundido, líbrame en tu justicia. 3 Inclina a mí tus oídos, apresúrate a librarme; sé para mí roca inexpugnable, ciudadela para mi salvación. 4 Pues tú eres mi roca, mi ciudadela; por mor de tu nombre tú me guiarás y conducirás. 5 Me sacarás de la red que me han tendido, porque tú eres mi fortaleza, 6 En tus manos encomiendo mi espíritu. Tú me has rescatado, Yahvé, Dios fiel.
El salmista dirige una oración confiada a Yahvé apoyándose en los atributos de la misericordia y justicia divinas. Para él, Yahvé es su protector; y multiplica las metáforas – corrientes en muchos salmos – para expresar la seguridad que le otorga la amistad con su Dios. Invoca a la justicia divina, lo que implica en él una conciencia de propia inocencia; no quiere ser confundido o avergonzado ante sus adversarios al ser desatendido en su súplica. Los justos basaban su conducta en la idea de que Dios premia en esta vida la virtud; por tanto, si Yahvé le abandona en este instante de angustia, daría la razón a sus enemigos, que creen que Dios no se preocupa de los que siguen sus mandatos4. No quiere, pues, el salmista ser descalificado en su camino de la virtud ante sus adversarios 5. Por eso pide a Yahvé que por amor de su nombre, es decir, por su fama de justicia y rectitud, reflejada en su nombre, le guie en estos momentos difíciles de su vida6. Yahvé es su roca inexpugnable, en la que encuentra su salvación como en ciudadela segura7. Sus enemigos son como cazadores que tienen su red para tomarlo; pero Yahvé le saca de esta situación de peligro 8. Seguro de la protección divina, el salmista encomienda a Yahvé su espíritu, como si fuera un tesoro precioso 9; aquí se alude al deseo de conservar la vida, que se manifiesta en el espíritu o hálito vital (rúaj), Nuestro Señor en la cruz pronunció estas palabras, dándoles un sentido de entrega de su vida al Padre, una vez cumplida su trayectoria terrestre 10. El salmista tiene experiencia de la protección que Yahvé le ha dispensado en circunstancias análogas, en las que le rescató del peligro, mostrando así su carácter de Dios fiel a sus promesas de auxilio a los justos que confían en El.
Yahvé, Salvador del justo (7-9).
7 Tú aborreces a los servidores de los vanos ídolos ll, pero yo a Yahvé me confío. 8 Me alegraré y me gozaré en tu piedad, pues has visto mi aflicción y has considerado las aflicciones de mi alma. 9 No me entregaste en manos del enemigo, afirmaste mis pies en la anchura.
El salmista, en conformidad con la voluntad divina, no admite el culto a los vanos ídolos, que, como tales, son algo sin consistencia, en contraposición a Yahvé, el Dios viviente 12; por ello sólo confia en Yahvé, que es el único que puede auxiliarle en los momentos de angustia y de peligro. Seguro de la protección divina, el salmista prevé su futura alegría por ser testigo de la piedad de su Dios, que ha visto su aflicción, salvándole del peligro, pues no lo entregó al poder de sus enemigos 13. De la aflicción y situación comprometida – a causa de la hostilidad de sus enemigos – ha pasado, por el auxilio divino, a la libertad plena de movimientos y a la seguridad total: afirmaste mis pies en la anchura (v.6). Su situación desahogada después de la liberación del peligro le parece una gracia inestimable de su Dios 14.
Situación angustiada del salmista (10-14).
10 Ten piedad de mí, ¡oh Yahvé! porque estoy angustiado. La tristeza consume mis ojos, mi alma y mis entrañas. Pues mi vida se consume en el dolor, y mis años en gemidos. 11Mi vigor enflaquece por la aflicción, y mis huesos se consumen. 12 Soy el oprobio de todos mis opresores, objeto de terror para mis vecinos y de espanto para cuantos me conocen. Los que me ven en la calle, huyen de mí. 13 Como muerto he sido olvidado en los corazones, soy como una vasija de desecho. 14 Pues he oído el murmurar de muchos, espanto en derredor, cuando a una se confabulaban contra mí y tramaban arrebatarme la vida.
La perspectiva alegre de liberación y de acción de gracias se cambia aquí en sentimiento de abatimiento y de aflicción. La situación es totalmente diferente; por eso podemos suponer que nos encontramos con un nuevo fragmento que ha sido incrustado en este salmo por exigencias del culto en el templo. Por el tono se parece esta composición al salmo 6 y a las lamentaciones de Jeremías o de Job. El salmista se consume en el dolor; sus ojos languidecen, y su salud física se desvanece; hasta sus huesos sienten la consunción por tanto dolor 15. Al lado de sus debilidades físicas – agotamiento por la enfermedad – están los sufrimientos morales: in-comprendido de todos, es la befa y el oprobio de sus enemigos y opresores, y hasta sus vecinos y conocidos huyen de él como si fuera un objeto maldito, que inspira terror y espanto 16. Los enemigos le insultan como un maldito de Dios, y sus convecinos le consideran como algo contagioso, del que hay que separarse. Es el caso del justo Job, aislado de la sociedad, consumiéndose en el dolor, incomprendido de sus amigos, que le consideran maldito de Dios 17. Tan aislado está de la sociedad, que es como un muerto, al que, por no verle, se le olvida en la estimación de los corazones (v.13) 18. Es como una vasija de desecho, que por inútil se la arroja, sin parar ya mientes en ella 19.
El v.14 parece calcado en los escritos de Jeremías: “Oigo maldiciones, y por todas partes me amenazan: ¡Delatadle!”20; y la frase “espanto por doquier” aparece reiteradamente en sus oráculos cuando alude a la oposición violenta de sus enemigos contra él 21. El salmista utiliza estas mismas frases para expresar su situación de abandono por efecto de la hostilidad y desprecio de sus enemigos. No contentos con aislarle, tramaban arrebatarme la vida, frase que encuentra su paralelo en Jer 11:19 : “Habían tramado una conjura contra mí:… le raeremos de la tierra de los vivos.” El salmista, consciente de estas confabulaciones (el murmurar de muchos…), se dirige a Yahvé en espera de auxilio.
Confianza en Dios del justo perseguido (15-19).
15 Pero yo a ti me confío, oh Yahvé! yo digo: Tú eres mi Dios. 16 En tus manos están mis destinos 22. Líbrame de las manos de mis enemigos y de mis perseguidores. 17 Haz resplandecer tu faz sobre tu siervo y sálvame en tu piedad. 18 Yahvé, que no sea yo confundido, pues te invoco. Confundidos sean los malvados, y mudos (bajen) al seol. 19 Que callen los labios mentirosos, que, soberbios y despectivos, dicen insolencias contra el justo.
Despreciado y hostigado de todos, al salmista no le queda, sino confiar en Yahvé, que ahora más que nunca es su Dios. Es en los momentos difíciles cuando se debe probar la fidelidad a Yahvé. A pesar de que está como.abandonado de su Dios, el justo reacciona con su fe, sabiendo que, al fin, su Dios le ha de hacer Justina frente a sus enemigos. En realidad, la Providencia divina es misteriosa, y en sus manos están los destinos de los hombres, y sobre todo del que les es fiel. Las vicisitudes de la vida están bajo su control directo, y por eso el justo, que vive de la fe, debe esperar ser rehabilitado por el que es Dios de justicia. El salmista, confiado en los designios salvadores de su Dios, le pide que le Ubre de sus enemigos, que impudentemente le hostilizan y persiguen (v.16). Ansiosamente le pide que haga resplandecer su faz sobre él, es decir, mostrar su rostro radiante y protector al que ahora está abandonado y perseguido. Cuando Yahvé abandona a alguno, “oculta su faz de él,” mientras que, cuando le dispensa ayuda y protección, le muestra su rostro benevolente; es un modo antropomórfico de hablar 23. Esta manifestación de su rostro sobre su siervo debe tener la contrapartida de confundir a sus enemigos; éstos esperaban que el salmista quedara confundido y avergonzado al quedar huérfano de la asistencia divina, como él esperaba; pero el justo atribulado está seguro de que será asistido en su necesidad, y además desea y pide que sean confundidos y avergonzados ante la sociedad los impíos, ateos prácticos, que se atreven impudentemente a burlarse de los planes de la Providencia divina. En su deseo de ver el cumplimiento de la justicia divina, el salmista desea que desaparezcan y, mudos y cabizbajos, bajen a la región tenebrosa del seol, morada de los muertos 24. Sus labios son mentirosos y reflejan un espíritu despectivo y altanero, manifestado en insolencias contra el justo 2.
Acción de gracias por la liberación (20-25).
20 Qué grande es tu bondad, oh Yahvé!26, que guardas para los que te temen, que muestras a los que a ti se acogen delante de los hijos de los hombres. 21 Tú los guardas, al amparo de tu rostro 27, de las altanerías de los hombres, y como en una tienda los pones a cubierto de las lenguas pendencieras. 22 ¡Bendito sea Yahvé, que en mí hace admirable su piedad como en ciudad fortificada! 23 Pero yo dije en mi turbación: “He sido arrojado de ante tus ojos,” Pero tú has oído mi voz suplicante cuando a ti clamé, 24 Amad a Dios vosotros, todos sus piadosos; a los fieles guarda Yahvé, y paga con creces a los soberbios. 25 Esforzaos y fortaleced vuestro corazón todos cuantos esperáis en Yahvé.
La última parte del salmo es un himno de acción de gracias por haber salido de una situación angustiosa. En la vida del salmista se ha revelado especialmente la bondad de Yahvé, que siempre está a disposición de los que le temen. Esa bondad divina es como un tesoro cuidadosamente guardado para ponerlo al servicio de los fieles en el tiempo oportuno; y Yahvé lo muestra en favor de ellos delante de los hijos de los hombres, para hacer brillar su providencia y la virtud de los suyos 2y. Bajo el amparo del rostro de Yahvé se hallan seguros, pues están como bajo una tienda protectora, al abrigo de las calumnias de las lenguas pendencieras 29. El salmista ha comprobado personalmente la protección divina, pues gracias a su piedad y benevolencia se halla seguro como en ciudad fortificada, inaccesible a las maquinaciones de sus enemigos30.
Pero confiesa que en un momento se sintió como abatido y abandonado en medio de la aflicción: he sido arrojado de ante tus ojos (v.23). Por unos momentos, impresionado por el dolor, creyó estar fuera de la providencia protectora de Yahvé, fuera de su órbita bienhechora31. Pero a su súplica respondió Yahvé librándolo. Por ello hace una invitación a los piadosos, o fieles a la Ley divina, a confiar en Yahvé, pues los guarda con amoroso cuidado, mientras que paga sobreabundantemente las demasías de los soberbios y altaneros, que creen poder trazar su vida sin dependencia de Dios y oprimen a los fieles 32. La exhortación termina invitando a los que esperan en Yahvé a mantenerse firmes en el camino de la virtud, pues nunca serán desamparados a la hora de la aflicción, como prueba la experiencia del propio salmista. 31
1 Cf. Isa 3:34; Isa 3:4L3. Jon c,a, – 2 Cf. E. Podechard, O.C., I 147. – 3 Así opina J. Calés, o.c., I 346. – 4 Cf. Sal 7:1; Sal 11:1; Sal 16:1; Sal 25:20. – 5 Cf. Sal 25:2.20; Sal 22:5. – 6 Cf. Sal 23:2.3. – 7 Cf. Sal 18:2. – 8 Cf. Sal 9:15; Sal 25:15. – 9 Cf, Job 10:12; Job 17:1. – 10 Luc 23:46 – 11 Así siguiendo a los LXX, Vg, Sir., San Jerónimo. El TM: “yo he «diadna los servidores “ Pero la contraposición del estico siguiente exige nuestra lectura; etc. – 12 Cf. Deu 32:4-21; Jer 8:19; Ose 4:10. – 13 Cf. Deu 32:30; Sam 23:11.12. – 14 Cf. Sal 4:1; Sal 18:19; Sal 26:12. – 15 Cf. Sal 13:2; Jer 8:18; Sal 6:6. – 16 Cf. Sal 22:6.7; Jer 20:7-8. – 17 Cf. 22:6-7; Jer 20:7-8. – 18 Cf. Job 19:14. – 19 Cf. Jer 22:28. – 20 Cf. Jer 20:10. – 21 Cf. Jer 6:25; Jer 20:3; Jer 46:5; Jer 49:29; Lam 2:22. – 22 Lit. en heb. “mis tiempos.” – 23 Cf. Sal 4:6; Sal 80:3-7-19. – 24 Cf. Sal 25:2.3; Jer 17:18. – 25 Cf. Sal 12:3; Sal 94:4 – 26 En el ΎΜ falta “¡oh Yahvé!” pero es exigido por el contexto y está en las versiones. – 27 Lit,:los escondes en el secreto de tu faz.” – 28 Cf. Sal 23:5. – 29 Cf. Sal 27:5. – 30 Cf. Sal 28:6, – 31 Cf. Sal 30:6; Sal 116:11; Jon 2:4. – 32 Cf. Sal 10:2; Sal 31:19; Sal 36:12; Sal 73:6. – 33 Cf. Exo 34:7; Sal 30:4; Exo 27:14; Exo 32:11.
Fuente: Biblia Comentada
Este salmo contiene más de los problemas de David, y de sus oraciones y alabanzas. David volverá a andar la senda que lo llevará de la angustia a la certidumbre. Dentro de los dos trasfondos del Sal 31:1-24, los testimonios del salmista celebran apasionadamente la suficiencia de Dios.
I. El trasfondo originalmente privado (Sal 31:1-18)
A. Su testimonio acerca de la seguridad y de la salvación (Sal 31:1-5)
B. Su testimonio acerca del discernimiento y de la liberación (Sal 31:6-8)
C. Su testimonio acerca del oprobio y del desahogo (Sal 31:9-18)
II. El trasfondo público último (Sal 31:19-24)
A. Sus testimonios y la exaltación divina (Sal 31:19-22)
B. Sus testimonios y la exhortación humana (Sal 31:23-24)
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Salmo 31 (30): Salmo de súplica individual de una persona injustamente perseguida y acusada. A esta circunstancia se añaden la enfermedad y el abandono como causas que desencadenan la petición de auxilio a Dios, el Dios en quien pone toda su confianza y a quien agradece su intervención salvadora.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
— en ti confío: En esta primera sección del salmo (Sal 31:1-9), la petición de ayuda (Sal 31:1-4) se refuerza con distintas motivaciones que subrayan la confianza del orante y reflejan la certeza de que su ruego será escuchado.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Sal 7:1; Sal 71:1-3.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Salmo 31. El Dia de la Fatiga, el Lugar de la Oracion
Dos veces (1-8, 9-17b) David hace memoria de cómo en una prueba muy difícil recurrió a la oración y consagración de fe y cómo el Señor escuchó y actuó a su favor (21, 22), dándole razón de llamar a otros a tener una esperanza similar (23, 24). El Salmo, por lo tanto, no sólo nos instruye para que enfrentemos las crisis con oración (1-18), sino que también nos asegura que hacerlo será eficaz (19-24).
1-8 La fortaleza versus la trampa. Los enemigos pusieron una red (trampa, 4) pero el Señor es una fortaleza en la cual David ha entrado con confianza, oración y lealtad comprometida. Aquí en principio está el antídoto de la crisis; en buscar a Dios orando, confiando y consagrándonos a él. 2, 3: Roca fuerte … fortaleza … roca … fortaleza. … : un lugar bien cimentado sobre el cual pararse, un lugar seguro donde entrar y un lugar inaccesible para el enemigo. Nombre. La oración descansa en todo lo que Dios ha revelado de sí, quien, como Dios de verdad (5), nunca puede negar. 5 Redimido, provee lo que se requiera para mi rescate (25:22; 26:11). 6 La confianza auténtica y la lealtad total al Señor son inseparables. 7 De la confianza y la oración brota la seguridad: todo resultará para bien porque desde el principio el Señor ha visto y conocido (Exo. 2:25; 3:7). 8 No me entregaste, “has determinado”, tiempo perfecto expresando seguridad para el futuro.
9-18 “Tus manos” versus “la mano” de ellos. David entra ahora en detalles relacionados con su difícil situación: la crisis lo ha debilitado (9, 10), sus adversarios lo odian y sus amigos lo han abandonado (11); se ha convertido en un hombre del pasado (12) rodeado por conspiraciones aterradoras (13). Pero su reacción es, una vez más, confianza (14, 15) y oración (16, 17). Porque la seguridad de que en tus manos están mis tiempos lo capacita para orar (15), lit. “líbrame de la mano de mis enemigos”. La mano de Dios no es el lugar en donde somos inmunes a las dificultades de la vida; es el lugar donde nos suceden (Juan 10:28, 29); nuestra seguridad no es aparte de la dificultad sino en la dificultad. 10 Dolor, “culpa”. Este no era un caso donde David podía alegar inocencia. En alguna manera que no declara, el pecado era un factor que contribuyó a sus problemas, pero aun así podía volverse al Señor en confianza, oración y consagración. Podemos clamar a Dios no sólo por lo que él es (3) y sabe (7), sino por lo que nosotros somos (10-13); podemos esperar que la oración reciba respuesta sencillamente porque ha sido expresada (17). Es más, cuando el justo, el “que anda bien con Dios”, el pueblo del Señor, es amenazado, es correcto orar por la derrota de sus adversarios (17, 18). Los Salmos niegan la acción vengativa pero afirman la oración pidiendo venganza, la derrota de los perseguidores impíos a mano de la acción justa de Dios. En dichas situaciones nuestra acción es gobernada por Lev. 19:18; 1 Sam. 26:10, 11; Prov. 20:22; 25:21, 22; Rom 12:18-21.
19-24 Alarma versus esperanza. David ahora mira hacia la crisis pasada y llega a sus conclusiones. El Señor protege a los que confían (19, 20), responde a los que llaman (21, 22) y está a disposición de todos … sus santos (los que él ama y que corresponden a su amor), preservándoles y dándoles seguridad en su esperanza (23, 24).
Notas. 21 En ciudad fortificada. Una situación como la de 1 Sam. 23:7-29. Pero la referencia no es a aquella ocasión porque David no tuvo entonces ninguna necesidad de aludir a alguna iniquidad propia (10). La “ciudad fortificada” es metafórica (ver 13), de estar sitiada por todos lados, no sabiendo qué más hacer. 24 Esperáis, la esperanza en la Biblia es seguridad de lo que sucederá sumada al desconocimiento del factor “cuándo”.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
31.1 David clamó a Dios para que lo librara. Quería que Dios detuviera a aquellos que injustamente le estaban causando problemas. Por lo tanto, David hizo su petición basado en lo que él conocía del nombre o carácter de Dios. Como Dios es justo y amoroso, El quiere liberar a su pueblo.31.1-6 Decimos que tenemos fe en Dios, pero, ¿confiamos realmente en El? Las palabras de David, «En tu mano encomiendo mi espíritu», transmiten su completa confianza en Dios. Jesús utilizó esta frase cuando estaba muriendo en la cruz, mostrando su absoluta dependencia en Dios el Padre (Luk 23:46). Esteban repitió estas palabras cuando estaba siendo apedreado (Act 7:59) confiando que en la muerte, simplemente estaba pasando del cuidado terrenal de Dios a su cuidado eterno. Debemos comprometer nuestras posesiones, nuestras familias y nuestras vocaciones a Dios. Pero en primer lugar y más importante aun, debemos comprometernos totalmente con Dios.31.6 ¿Por qué trajo David repentinamente el tema de la idolatría? Quería hacer un contraste entre su total devoción a Dios y la adoración diluida ofrecida por muchos israelitas. Los rituales religiosos paganos nunca fueron completamente borrados de Israel ni de Judá, a pesar de los esfuerzos que llevó a cabo David y otros pocos reyes. Obviamente, una persona que se inclinaba ante los ídolos no podía depositar su espíritu en las manos de Dios. Cuando colocamos los ídolos actuales (riqueza, posesiones materiales, éxito) en el primer lugar de nuestra vida, no podemos esperar que el Espíritu de Dios nos guíe. Dios es nuestra autoridad suprema y requiere nuestra primera lealtad.31.8 En los días de David, los ejércitos necesitaban espacios abiertos en los que pudieran llevar a cabo sus maniobras militares. David alabó a Dios por el «lugar espacioso», lugares amplios que le había dado la libertad de moverse dentro de los límites de Dios. Si se siente restringido por los límites morales de Dios, recuerde que le ha dado mucha libertad, mucha más de la que necesita para moverse dentro de esos límites. Utilice las oportunidades que Dios le ha dado para tomar decisiones apropiadas. Uselas con sabiduría y lo conducirán a la victoria.31.9-13 Al describir sus propios sentimientos, David describió la impotencia y la desesperación que siente cada uno cuando es odiado o rechazado. Sin embargo, la adversidad es mucho más fácil de aceptar cuando reconocemos nuestras verdaderas relaciones con la soberanía de Dios (31.14-18). A pesar de que pueda parecer que nuestros enemigos tengan el dominio, son finalmente ellos los que están desamparados y desesperanzados (31.23). Aquellos que conocen a Dios tendrán la victoria final (31.22). Podemos animarnos hoy porque Dios nos protegerá.31.14, 15 Al decir, «en tu mano están mis tiempos», David estaba expresando simplemente su creencia de que todas las circunstancias de la vida están bajo dominio de Dios. Saber que Dios nos ama y tiene cuidado de nosotros nos permite mantenernos firme en nuestra fe a pesar de las circunstancias. Nos guarda de pecar tontamente al tomar los asuntos en nuestras propias manos o resentirnos por los tiempos de Dios.
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
NOTAS
(1) Véase Ap. 1C, sec. 10.
REFERENCIAS CRUZADAS
a 893 Sal 18:2
b 894 Sal 22:5; Isa 49:23; Rom 5:5; Rom 10:11
c 895 Sal 143:1
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Salmo 31 Este Salmo es una petición personal expresando la confianza del salmista en el Señor en cuya salvación él espera. El clamor del salmista es desesperado. Hombres idólatras (vers. 6) le han llevado a las puertas de la muerte (vers. 9, 10). La conspiración es tan poderosa que algunos de sus amigos le abandonan (vers. 11). Es como un vaso roto (vers. 12) y en su aflicción le ha invadido la desesperación pensando que Dios se ha olvidado de él (vers. 22). Sin embargo, se vuelve a Dios ofreciendo una de las oraciones más poderosas y personales que encontramos en el salterio. El Salmo tiene tres estrofas: 1) Comienza con una expresión inicial de confianza (vers. 1-8); 2) continúa con un lamento (vers. 9-18); 3) concluye con un himno de alabanza a Dios quien ha escuchado el clamor de ayuda (vers. 19-24). La nota de confianza personal es aparente en cada estrofa. La primera estrofa consiste de confianza (vers. 1-4) y gozo (vers. 5-8). En el centro de la estrofa el autor confiesa su seguridad al orar en tu mano encomiendo mi espíritu (vers. 5). La segunda estrofa consiste de una descripción de la situación (vers. 9-13), un verso central expresando confianza en el Señor (vers. 14) y una petición de ayuda (vers. 15-18). La tercera estrofa consiste de ciertos elementos himnológicos (vers. 19-21), una conclusión al lamento personal del Salmo (vers. 22) y un apéndice llamando a los fieles a resistir con valentía las pruebas (vers. 23, 24). El Salmo tipifica proféticamente la pasión de Cristo: rodeado de una poderosa y malvada conspiración (Sal 22:7-8, 12-18), sus amigos esparcidos (cp. Mr 14:27) y al borde de la muerte, El exclamó En tus manos encomiendo mi espíritu (vers. 5, Lc 23:46).
Fuente: La Biblia de las Américas
En este salmo de lamentación, David primero dirige su oración a Dios (vv. Sal 31:1-8), deplora su angustia física y su peligro (vv. Sal 31:9-13), pide al Señor que lo libre y que haga callar a sus enemigos (vv. Sal 31:14-18), alaba al Señor por librar a los Suyos (vv. Sal 31:19-22), y exhorta a los santos a amar al Señor y a esforzarse (vv. Sal 31:23-24).
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
SALMO 31 (30)[22] 1 Sam 27, 6.