No me desampares, oh Jehovah. Dios mío, no te alejes de mí;
Dios mío, no te alejes de mí. Sal 22:1, Sal 22:11, Sal 22:19, Sal 22:24; Sal 35:21, Sal 35:22.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
no te alejes de mí: Estas palabras repiten el sentimiento de Sal 22:1. Todo lo que le queda a David es confiar en Dios. En este sentido, David estaba en el lugar correcto, porque confiar en alguna persona o cosa que no sea el propio Dios es depositar la confianza en quien no lo merece.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
NO TE ALEJES DE MÍ. Una terrible consecuencia del pecado voluntario es la pérdida de la comunión con Dios y la sensación de su presencia (cf. Sal 22:19; Sal 35:22; Sal 71:12). Es una experiencia penosa y amarga cometer pecado voluntario después de conocer la misericordia de Dios y experimentar la presencia del Espíritu Santo.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
Sal 22:1; Sal 22:11; Sal 35:22-23.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
i 1288 Sal 22:11; Sal 35:22