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Comentario de Salmos 78:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Salmos 78:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

(Masquil de Asaf) Escucha, oh pueblo mío, mi ley; inclinad vuestro oído a las palabras de mi boca.

Año 930 a.C. (Título).

Maskil, o un Salmo para Asaf, para instruir. Sal 74:1 Este Salmo probablemente fue escrito, por Asaf en los días de Asa, quien obtuvo, por la ayuda de los sirios, una gran victoria sobre los israelitas, y trajo de vuelta en culto verdadero a Dios muchos de las tribus de Efraín, Manasés, y Simeón. 2Cr 15:1-19; 2Cr 16:1-14 Véase en Sal 49:1-3; Sal 51:4; Jue 5:3; Pro 8:4-6; Isa 51:4; Isa 55:3; Mat 13:9.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Una exhortación a aprender y enseñar, la ley de Dios, Sal 78:1-8.

La historia de la desobediencia a Dios, Sal 78:9-66.

Los israelitas son rechazados, y Dios escoge a Judá, a Sión y a David, Sal 78:67-72.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

es un salmo de sabiduría que relata la primitiva historia de Israel en una dramática alternación poética entre exposiciones de la fidelidad de Dios hacia su pueblo y de los periódicos estallidos de tozudez, premeditación y rebelión de ellos contra Él. Sólo el Sal 119:1-176 es más largo que este. Con su gran dominio de las Escrituras, Asaf expresa un intenso deseo de que la actual generación no repita los errores de tantas generaciones pasadas. La estructura del poema es la siguiente:

(1) la lección de las pasadas obras de Dios en la historia de Israel (vv. Sal 78:1-4);

(2) una exhortación para que cada generación instruya a la siguiente (vv. Sal 78:5-8);

(3) rebelión del pueblo de Efraín (vv. Sal 78:9-11);

(4) la maravillosa salvación de Israel por Dios en el Éxodo (vv. Sal 78:12-16);

(5) las demandas del pueblo (vv. Sal 78:17-20);

(6) la ira de Dios contra el pueblo desagradecido (vv. Sal 78:21-25);

(7) el juicio de Dios por medio de la codorniz (vv. Sal 78:26-31);

(8) la continua incredulidad del pueblo (vv. Sal 78:32-33);

(9) el recuerdo del pueblo del verdadero carácter de Dios y el recuerdo de Dios de la debilidad del pueblo (vv. Sal 78:34-39);

(10) fidelidad de Dios y falta de fe del pueblo (vv. Sal 78:40-55);

(11) los pecados de Israel durante el período de los jueces (vv. Sal 78:56-64);

(12) la victoria de Dios sobre los enemigos de Israel (vv. Sal 78:65, Sal 78:66);

(13) Dios elige a Judá, Jerusalén y David (vv. Sal 78:67-72).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

El salmista usa el vocabulario de la escuela de sabiduría para imponerse.

mi ley es la conocida palabra Torá. Los escritores de sabiduría usan esta palabra para dar la connotación de entendimiento; sus instrucciones concuerdan siempre con la «instrucción» de Moisés (Pro 1:8Pro 3:1Pro 4:2). Los términos proverbios y cosas escondidas o adivinanzas indican dichos con «significados más profundos» o «enseñanzas con un tema» (Pro 1:6). Con las palabras pueblo mío el salmista muestra que él mismo es uno de ellos, aunque sobresale como su maestro.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

ESCUCHA, PUEBLO MÍO. Se escribió este salmo para recordarle a Israel por qué a lo largo de su historia vinieron sobre ellos tantos juicios devastadores de Dios.

(1) La canción les advierte que aprendan de los fracasos espirituales de sus antepasados y que se esfuercen diligentemente por evitar la misma incredulidad e infidelidad.

(2) El actual pueblo de Dios debe prestar profunda atención a este salmo, ya que muchas iglesias y denominaciones han perdido la presencia y el poder de Dios por la incredulidad y la desobediencia a la palabra de Dios. Al dejar de hacer de las normas y las experiencias bíblicas el fundamento de la verdad y la manera de proceder, se han desviado poco a poco de la senda y se han vuelto a sus propios caminos (cf. Isa 53:6)

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

Salmo 78 (Vg 77): La Historia de los Padres, Enseñanzas para los Hijos.
E ste salmo es un poema sapiencial de tipo didáctico, sin grandes pretensiones líricas. La historia maravillosa de Israel es una gran lección para las generaciones presentes: los portentos obrados por Yahvé en favor de su pueblo, de un lado, y el espíritu recalcitrante y rebelde del pueblo israelita, del otro, deben hacer pensar a las nuevas generaciones para no incurrir en las manifestaciones punitivas del Omnipotente. La historia del éxodo, el establecimiento de Israel en Canaán y después la historia de las tribus deben aleccionar al pueblo para vivir en conformidad con la Ley divina. Entre todas las tribus se distinguió por su rebeldía la belicosa Efraím. El salmista declara que Dios ha abandonado el santuario de Silo para trasladarlo a Jerusalén en beneficio de la tribu de Judá, a la que pertenecía el admirable rey David. En realidad, fue un castigo de Efraím por sus infidelidades. Estas son las lecciones de este poema sapiencial que resume la historia de Israel.
No concuerdan los autores al determinar la fecha de composición del salmo, y así, mientras unos lo ponen en tiempos de David! y otros bajo Salomón 2, la mayor parte de los críticos suponen que es de época posterior al exilio 3. Sin embargo, no hay ningún indicio claro para rebajar tanto la fecha de composición. Quizá, dado el espíritu deuteronomístico que se refleja en el salmo, la época más apropiada para su composición sea la de Josías, a fines del siglo VII a. C. 4

Introducción: el pasado, lección para el presente (1-8).
1 MaskiL De Asaf5. Atiende, pueblo mío, a mi enseñanza, dad vuestros oídos a las palabras de mi boca. 2Abriré en sentencias mi boca, evocaré los arcanos del pasado: 3lo que hemos oído y sabemos, lo que nos contaron nuestros padres, 4No lo encubriremos a sus hijos, contando a las generaciones posteriores las glorias de Yahvé y su poderío y los nuestros padres enseñar a sus hijos, 6para que las conociese la generación venidera, y los hijos que habían de nacer se las contasen a sus propios hijos; 7para que éstos pusieran en Dios su confianza, y no olvidasen las gestas de Dios, y guardasen sus mandatos, 8y no se hiciesen como sus padres, gente contumaz y rebelde, generación de corazón inconstante y de espíritu infiel a su Dios.

El poeta quiere emplear el lenguaje sentencioso de los libros sapienciales para atraer la atención y fijar mejor sus ideas. Con todo énfasis llama la atención de su pueblo, al que quiere dar una lección de historia religiosa y de bien vivir 6. Moisés había ordenado que los padres transmitieran a los hijos las maravillas de que habían sido testigos en la azarosa vida del desierto 7. Conocía la propensión al olvido y la indocilidad de su pueblo, y por eso invita a hacer memoria sobre el pasado. El salmista quiere, según este espíritu mosaico, descifrar a las generaciones de su tiempo los arcanos del pasado, los misterios de las gestas de Yahvé en favor de su pueblo, que, lejos de corresponder con fidelidad, se mostró siempre contumaz y rebelde. En realidad, el poeta-sabio no hace sino hacerse eco de la tradición: lo que hemos oído (v.5).
Israel es un pueblo excepcional que gira en torno a una ley establecida por el propio Dios (v.5): el deber de transmitir a las generaciones venideras los grandes hechos de la historia de Israel 8. La nación hebrea gira sobre el quicio de unas revelaciones históricas de Dios, y, por tanto, no puede volver las espaldas al pasado si quiere permanecer como pueblo elegido entre todas las naciones. Sin embargo, la historia prueba que Israel ha sido infiel a su Dios, y las generaciones pasadas han sido de corazón contumaz y versátil. El salmista quiere, por ello, adoctrinar a la presente para que no vuelva a reincidir en los yerros del pasado.

La apostasía de los efraimitas infieles a Yahvé (9-16).
9Los hijos de Efraím, muy diestros arqueros, volvieron la espalda el día del combate. 10No guardaron la alianza de Dios y rehusaron seguir su ley. 11 Dieron al olvido sus gestas y las maravillas que les hizo ver. 12 Ante sus padres habría obrado portentos en la tierra de Egipto, en el campo cíe Tanis. 13Hendió el mar para darles paso, y paró las aguas corno si les pusiera un dique. 14Los guiaba de día en la nube, y durante toda la noche con resplandor de fuego. 15 Hendió las rocas en el desierto y les dio a beber copiosas aguas9. 16Hizo salir arroyos de la piedra, hizo correr las aguas como ríos.

Los antepasados de Israel han sido versátiles; como los arqueros de Efraím, volvieron la espalda en el momento del combate. No sabemos a qué hecho alude el salmista, aunque quizá piense en la falta de decisión de los efraimitas en la expulsión de los cananeos, conviviendo con ellos 10, quedando así en plan de inferioridad respecto de la tribu de Judá, que expulsó a los habitantes de la región a ella asignada n. En el salmo hay una preocupación por anteponer la tribu de Judá – de la que era oriundo David – a la de Efraím, que con su espíritu belicoso había logrado prevalecer sobre las tribus del norte. Por eso pone a los efraimitas como ejemplo de desobediencia a Dios, por lo que no se hicieron dignos de conservar el arca en el santuario de Silo. Por eso dice de ellos que fueron infieles a la alianza de Dios, viviendo al margen de su Ley (v.10) y olvidando las gestas de Yahvé en Egipto y en el desierto. El campo de Tanis o de Soan, según el TM (la actual San, al NE. del Delta), aparece en los documentos egipcios; era la residencia del faraón del éxodo 12.
El poeta describe después el paso del mar Rojo conforme a la narración tradicional13; Yahvé los siguió acompañando en forma de nube y de fuego 14, proporcionándoles milagrosamente agua de la roca 15.

El maná y las codornices (17-31).
17 Y, con todo, volvieron a pecar contra El y a rebelarse contra el Altísimo en el desierto. 18 Tentaron a Dios en su corazón y pidieron comida a su gusto. 19 Hablaron contra Dios, diciendo: “¿Podrá Dios preparar mesa en el desierto?” 20 Hirió la peña, y brotaron las aguas y fluyeron torrentes. “Pero ¿podrá también darnos pan y preparar en el desierto carne a su pueblo?” 21 Oyólo Yahvé y se indignó, y fuego se encendió contra Jacob y subió la ira contra Israel. 22 Porque no creían en Dios y no confiaban en su salvación. 23 Dio orden a las nubes en lo alto, abrió las puertas del cielo. 24 Y llovió sobre ellos el maná para que comieran, dándoles trigo de los cielos. 25 Comió el hombre pan de fuertes 16, y les dio comida hasta la saciedad. 26 Hizo soplar en el cielo el viento solano, y con su poder hizo venir el austro, 27 y llover como polvo sobre ellos la carne, como arenas del mar aves aladas. 28 Hízolas caer dentro del campamento y en derredor de las tiendas de éste. 29 Y comieron y se hartaron del todo, y así les dio lo que ansiaban. 30 Pero apenas habían acabado de saciar su avidez y aún tenían en su boca la comida, 31 cuando montó en cólera Dios contra ellos, e hirió de muerte a los robustos y abatió a la flor de Israel17.

Sigue el salmista contando los incidentes de la estancia en el desierto, con los consiguientes portentos divinos y las rebeldías de Israel. A pesar del agua milagrosa, volvieron los israelitas a dudar de la omnipotencia divina18, tentándole descaradamente.
El v.21 parece traspuesto y alude al castigo de Dios narrado en Num 11:1-3. El relato sobre el mana y las codornices se inspira en Ex :1 y Num 11:15s. Se llama a aquél trigo del cielo porque procede de lo alto 19, y pan de los fuertes o de los “ángeles” (según los LXX) porque por su procedencia se suponía poéticamente que era el alimento de los seres angélicos 20. La carne de las codornices – traídas por viento solano del sudeste de Arabia – sació su voracidad, pero fue ocasión del castigo divino, por no haber reconocido la intervención divina y haberse entregado a la glotonería21. El salmista recuerda estas terribles correcciones de Yahvé para que el pueblo se percate de que no debe tentar a Dios, olvidándose de sus beneficios y dudando de su omnipotencia.

La Inconstancia de los Israelitas en el Desierto (32-39).
32 Con todo, volvieron a pecar y no dieron crédito a sus maravillas. 33 Y consumió en un soplo sus días, y sus años con súbitos terrores. 34 Cuando los hería de muerte, le buscaban, se convertían y se apresuraban hacia Dios, 35 acordándose que era Dios su roca, y el Altísimo su redentor. 36 Y le halagaban con su boca, pero con su lengua le mentían, 37 y su corazón no era constante hacia El, ni eran fieles a su alianza. 38 Pero es misericordioso y perdonaba la iniquidad, y no los exterminó, refrenando muchas veces su ira para que no se desfogara su cólera. 39 Se acordó de que eran carne, un soplo que pasa y no vuelve.

Por haber sido rebeldes a Yahvé a pesar de los prodigios obrados por Yahvé, los israelitas fueron condenados a morir en el desierto 22 hasta que surgiera una nueva generación. Sólo cuando Dios los castigaba le reconocían como Soberano, pero después se alejaban de El 23. Sobre todo no había sinceridad en su conducta, ya que, mientras le halagaban y reconocían su soberanía con la boca, su corazón estaba lejos de ello 24. Si se salvaron algunos, fue debido a la pura misericordia divina, que refrenó su ira 25; por otra parte, tuvo Yahvé en cuenta la debilidad innata del ser humano que es por temperamento carnal 26. La fragilidad humana es un atenuante para el hagiógrafo cuando se trata de enjuiciar la conducta contumaz de las generaciones del desierto.

Ingratitud y rebelión obstinada: las plagas de Egipto y entrada en Canaán (40-55).
40 ¡Cuántas veces le provocaron en el desierto y le contristaron en la soledad! 41 Volvieron a tentar a Dios y enojaron al Santo de Israel. 42 No se acordaban de su mano ni del día en que los redimió de la opresión, 43 ni de cómo obró en Egipto sus prodigios, y sus portentos en la región de Tanis, 44 mudando sus ríos en sangre para que no pudieran beber de sus canales; 45 mandando contra ellos tábanos que los devorasen y ranas que los infestasen; 46 dando sus cosechas al pulgón, y los frutos de sus fatigas a la langosta; 47 devastando con el granizo sus viñas, y sus sicómoros con la piedra; 48 dando al pedrisco sus ganados, y al rayo sus rebaños. 49 Derramó sobre ellos el ardor de su cólera, la ira, el furor, la angustia, como un tropel de malignos espíritus. 50 Dio vía libre a su enojo; ni substrajo sus almas a la muerte, y abandonó sus vidas a la peste, 51e hirió a todos los primogénitos de Egipto, a las primicias viriles en las tiendas de Cam. 52En cambio, sacó a su pueblo como un rebaño y los condujo como grey por el desierto, 53 guiándolos seguros y sin temor, mientras cubría el mar a sus enemigos. 54 Los llevó hasta su santa frontera, al monte este que su diestra conquistó. 55 Arrojó ante ellos a las naciones, y, dividiendo en lotes su heredad, hizo habitar en las tiendas de aquéllos a las tribus de Israel.

El salmista repite que la generación del desierto no fue digna de los portentos de que fue testigo, porque se mostró constantemente con espíritu recalcitrante e incrédulo; todo lo cual contristaba a Dios en la soledad del desierto (v.40). Con toda intención, el poeta da a Yahvé el título de Santo de Israel, expresión corriente en Isaías, que se encuentra en algunos salmos 27, y que destaca, de un lado, el carácter trascendente e incontaminado de Yahvé, y del otro, su vinculación histórica al pueblo de las promesas. Pero esa su misma santidad – que implica separación e incontaminación – exigía el castigo severo de los transgresores. Los israelitas del desierto pronto se olvidaron de la prodigiosa liberación de la opresión faraónica obrada por la mano poderosa de Yahvé (v.42) y de los prodigios obrados en Egipto para convencer al faraón de que dejara salir a los hebreos.
Después el salmista enumera alguna de las plagas, si bien no según el orden del relato del éxodo. La primera es la de la conversión del -agua en sangre 28, después la de los tábanos 29, la de las ranas 30, la de la langosta 31, la del granizo, si bien el poeta, que vive en Canaán, describe sus efectos sobre los productos característicos de esta región, como la viña y los sicómoros (v.47). La última plaga mencionada es la de las ñebres de los ganados 32.
Fueron tantas las calamidades enviadas contra los opresores egipcios, que el salmista presenta a Yahvé enviando un tropel de malignos espíritus sobre ellos. Según la mentalidad popular antigua, las enfermedades y desgracias eran enviadas por espíritus malignos, aunque aquí bien pueden ser simples personificaciones poéticas de los mismos flagelos (v.49). En el libro de Job se presenta a Satán enviando personalmente las calamidades sobre el varón de Hus 33, y en Exo 12:23 se habla del ángel “exterminador.” La décima plaga y la más terrible es la de la muerte de los primogénitos 34. Cam es una designación poética de Egipto 35. El salmista contrapone la terrible suerte de los castigados egipcios y la de los israelitas salidos bajo la protección de Yahvé, Pastor de su rebaño 36. Los poetas idealizan el pasado conforme a la tradición épica nacional, y, en vez de describir a los israelitas como fugitivos amedrentados, escapando del ejército del faraón, los presenta caminando tranquilamente bajo el cayado pastoril de Yahvé, que los conducía a mejores pastos. Así, los llevó hasta la frontera santa, la tierra de Canaán, la tierra prometida, donde estaba el monte Sión, conquistado por la diestra de Yahvé (v.54). Es el eco del cántico de Moisés: “Tú los introdujiste y los plantaste en el monte de tu heredad, ¡oh Yahvé! en el santuario que fundaron tus manos.”37 Para asentarlos en la tierra de Canaán, Yahvé expulsó antes a sus habitantes, repartiendo la heredad en lotes, como se dice en Jos 23:4.

Las infidelidades de los efraimitas (56-64).
56 Pero tentaron e irritaron al Dios Altísimo y no guardaron sus mandatos. 57 Se extraviaron y fueron infieles como sus padres, y se volvieron como arco engañoso. 58 Le irritaron con sus altos y le provocaron con sus esculturas. 59 Lo oyó Dios y se indignó, tomando gran aversión a Israel. 60 Y abandonó el tabernáculo de Silo, la tienda de su morada entre los hombres. 61 Entregó a la cautividad su fuerza, y su magnificencia a las manos del opresor. 62 Entregó su pueblo a la espada y se enfureció contra su heredad. 63 Devoró el fuego a sus jóvenes, y sus vírgenes no tuvieron canto nupcial. 64 Sus sacerdotes cayeron bajo la espada, sin que los lloraran sus viudas.

Los israelitas establecidos ya en la tierra de promisión no se comportaron mejor que la generación del desierto. Durante la época de los jueces, Israel se dejó contaminar con los cultos cananeos, olvidándose de Dios y de sus mandatos (v.56). Los santuarios en los lugares altos o bamot tenían poco del yahvismo tradicional. El deuteronomista reprocha estos mismos pecados a Israel en los tiempos de la monarquía 38. Aquí el salmista se refiere a las prevaricaciones de los israelitas de las tribus septentrionales, entre las que destacaba la de Efraím. Silo estaba enclavado en el territorio de esta belicosa tribu y era el santuario en que estaba el arca de la alianza, y, por ende, era lugar de peregrinación de las otras tribus 39. En la guerra contra los filisteos fue capturada el arca, lo que se consideró como la mayor catástrofe para los hebreos40. El salmista atribuye esta desgracia nacional a la protervia de los efraimitas, que fueron como arco engañoso, que hace que la flecha se vuelva contra el que la dispara (v.57). Yahvé permitió que su fuerza y magnificencia – el arca – fuera entregada a los filisteos (v.61)41. En ella se manifestaba sensiblemente a su pueblo. Desengañado de su pueblo, lo entregó a la espada, permitiendo que su heredad – Israel – fuera conculcada42. La guerra devoró a la flor de la juventud, y las ceremonias de duelo y las nupciales quedaron desterradas por mucho tiempo de su pueblo (v.63)43. él v.64 parece aludir a la suerte de los hijos de Helí, sumo sacerdote, que murieron trágicamente, sin recibir honores funerarios de sus esposas.44

La elección de Sión como centro religioso de Israel (65-72).
65 Mas despertóse entonces el Señor corno quien duerme, corno el valiente dominado por el vino, 66 e hirió a sus opresores por la espalda, cubriéndoles de eterna ignominia. 67 Y tomó aversión a la tienda de José, y no eligió a la tribu de Efraím, 68 sino que escogió a la tribu de Judá, el monte de Sión, monte de su predilección. 69 Edificó su santuario alto como los cielos y (firme) como la tierra, que cimentó por los siglos. 70 γ eligió a David, su siervo, y le tomó de las majadas de las ovejas; 71 de tras de las ovejas de cría le tomó para que apacentase a Jacob, su pueblo; a Israel, su heredad. 72 Y él con corazón íntegro los apacentó, y las condujo con la prudencia de sus manos.

Cuando la situación de Israel había llegado a un punto crítico y angustioso, interviene Yahvé para salvarlo, como en otro tiempo, de la esclavitud egipcia. Dios estaba como dormido, despreocupado de la suerte de su pueblo por sus infidelidades, pero sus promesas son eternas; y por eso, cuando llegó el momento en que se comprometía la existencia de Israel, salió en su defensa, derrotando a los enemigos y cubriéndolos de ignominia sin par45. Yahvé salió de su pasividad como el valiente o gigante que está adormilado por el vino, el cual reacciona violentamente al despertar. El símil es atrevido y no exento de vigoroso frescor arcaizante.
Aunque Yahvé salvó a su pueblo, quitó la hegemonía de Efraím sobre las otras tribus, pasándola a la de Judá. Aquélla – como directora – era la principal responsable de la catástrofe nacional, y con sus desvarios idolátricos se había atraído la aversión divina (v.67). En adelante, el centro religioso no será Silo, sino la colina de Sión, lugar predilecto de Yahvé por establecer en ella su morada: el templo46. El poeta idealiza la situación del santuario de Yahvé, que presenta tocando a los cielos y firmemente establecido y cimentado en la tierra, de forma que no se conmoverá47. Permanecerá, pues, como subsistirán los cielos y la tierra por los siglos de los siglos. Por otra parte, Yahvé está vinculado con una promesa a la familia davídica: de ella salió el gran pastor de Israel, David, objeto de las predilecciones divinas, elegido inesperadamente cuando guardaba los ganados de su padre48. Esto prueba el carácter gratuito de la elección, la omnipotencia divina, que escoge lo más humilde para las misiones más elevadas, como la de apacentar a Jacob como “heredad” suya49. David fue el rey ideal, por haberse conformado a las directrices divinas en su gobierno, haciendo uso de su prudencia y de la rectitud de corazón (v.72)50.

1 Así opina Zorell. – 2 Opinión de Herkenne. – 3 Así opinan Kittel, Gunkel y Baethgen – 4 Opinión de Schmidt y de Podechard. – 5 Sobre el sentido de los títulos véase com. a Sal 74:1; Sal 73:1. – 6 Cf. Provs.i; S,i í 13:6. – 7 Cf. éxo 10:2; 12:26-27; 13:8; 14-15. – 8 Cf. Deu 4:9; Deu 6:205; 2Ti 2:2. – 9 Lit. “abismos en abundancia.” – 10 Cf. Jüe 1:29. – 11 Cf. Jue 1:33. No pocos autores consideran este verso como glosa que anticipa lo del v.57 sobre Efraím. – 12 Cf. Num 13:22; Isa 19:11.13; Jue 30:4. Tanis o Soan, embellecida por Ramsés II, fue residencia de los faraones de la dinastía xxi (s.X a.C.) y xxm (s.VIII a.C.). – 13 Cf. Exo 15:8; Exo 14:22. – 14 Cf. Exo 13:21-22. – 15 Cf. Exo 17:1-7; Núm 20,2-11. – 16 Los LXX: “pan de ángeles.” – 17 Lit. “a los jóvenes de Israel.” – 18 Cf. Exo 17:3-4; Num 20:2-11. – 19 Véase Sab 16:20; 1Co 10:3; Jua 6:31-33. Sobre el milagro del desierto véase Biblia comentada I (Madrid 1960) p.469-474. – 20 Cf. Sab 16:20. – 21 Cf. Num 11:33; Sal 106:15. – 22 Cf. Num 14:21-23.26-38. – 24 Cf. Isa 29:13; Jer 12:2. – 23 Cf. Eze 20:18-19; Amo 5:25-26, – 25 Cf. Num 14:18-19; Sal 103:8; Eze 20:21-23. – 26 Qf. Sal 103:14-16; Gen 6:3; Job 7:75. – 27 Cf. Isa 1:4; Sal 71:22; Sal 89:19. – 28 Cf. Exo 7:17-24. – 29 Cf. Exo 8:16-38; Sal 105:31. – 30 Cf. Ex 7:26-8:11; Sal 105:30. – 31 Cf. éxo 10:1-20. Sobre el sentido de todas estas plagas véase Biblia comentada I (Madrid 1960) p.424-441. – 32 Cf. Exo 9:15. – 33 Cf. Job 1:53; Job 33:22; 2Sa 24:165; 2Re 19:35. – 34 Cf. Exo 11:1-10; Exo 12:29-30; Sal 105:36. – 35 Cf. Sal 105:23.27; Gen 5:32; Gen 10:6. – 36 Cf. Exo 12:42; Exo 13:17-18. – 37 En Deu 3:25, la montaña designa simplemente Canaán, región montañosa. Quizá tenga aquí este sentido y no el de colina de Sión. – 38 Cf. Deu 32:15-18. – 39 Cf. Jos 18:1; Jos 19:51. – 40 Cf. 1 Sam 4:1s. – 41 Cf. Sal 132:8; Sal 96:6. – 43 Cf. Jer 16:4; Eze 24:16-24; Job 27:15. – 42 Cf. Deu 32:9. – 44 Cf. Sam 4:11-19-22. – 45 Probable alusión irónica a la vergonzosa enfermedad de los filisteos de que se habla en Sam 5:6-12. – 46 Cf. Sal 47:5; Sal 87:22. – 47 Cf. Sal 89:30; Sal 68:17; Sal 104:5; Sal 125:1. – 49 Cf. 1Re 8:51; Sal 15:6; Jer 12:8; Est 10:12. – 48 Cf. Sam 16:6-13; 2Sa 7:8. – 50 Cf. 1Re 9:4; Eze 34:23; Zac 11:1s.

Fuente: Biblia Comentada

Este salmo didáctico fue escrito para enseñar a los niños cuán lleno de gracia había sido Dios en el pasado a pesar de la rebelión e ingratitud de sus antecesores. Si los niños aprendían bien la interpretación teológica de la historia de su nación, se podía tener la esperanza de que “no sean como sus padres” (v. Sal 78:8). El salmista se concentra de forma especial en la historia del éxodo.

I. Exhortación a la instrucción de los niños (Sal 78:1-11)

II. Exposición de la benignidad de Dios (Sal 78:12-72)

A. Narración de la historia de Israel (Sal 78:12-39)

B. Reiteración de las lecciones de la historia (Sal 78:40-72)

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Salmo 78 (77): Salmo de naturaleza sapiencial. Desarrolla una amplia reflexión sobre la historia de Israel presentada como una secuencia de infidelidades frente a las actuaciones y prodigios de Dios a favor de su pueblo. Remontándose a los tiempos del éxodo, el salmista recuerda distintos episodios que acompañan la salida de Egipto, la travesía del desierto y la entrada en Canaán, subrayando la actitud de rebeldía y desconfianza de sus antepasados en contraste con las acciones liberadoras de Dios. Con una clara intención didáctica, se trata así de justificar el rechazo de Israel y la elección divina de Judá y la dinastía davídica, al tiempo que se instruye y se invita a confiar en Dios y a serle fiel.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Salmo 78. El Poder Del Recuerdo

La introducción (1-8) prepara la escena para este Salmo largo y maravilloso. Habla de (i) una obligación: cada generación debe pasar a la próxima su tradición sagrada (3, 4) de acuerdo con la voluntad de Dios (5, 6); (ii) el contenido de la tradición es doble: las obras (4) y las palabras (5) del Señor; (iii) siendo el objetivo que las generaciones venideras pusiesen en Dios su confianza (7, la frase sugiere sencillez de la fe), tuvieran presentes sus obras y sus mandamientos (7) y evitaran los errores del pasado: la rebelión que surge por fallar en su consagración y por su inconstancia (8). Pero (iv) si todo esto ha de suceder tiene que haber una comprensión auténtica del pasado, una “enseñanza” (ley), expresada en la conversación común (palabras, 1), que explica (2) lo que sucediera en el pasado: una parábola es un relato o dicho instructivo, aquí el uso de incidentes del pasado (9-72) para ilustrar la verdad; cosas escondidas, “adivinanzas”: si se considera aisladamente, el registro del pasado es una mezcla de eventos, un enigma, o adivinanza, que necesita ser interpretado.

Esto, entonces, es el propósito del Salmo: aclarar la adivinanza del pasado a fin de que se convierta en una lección para el presente y el futuro. El salmista ve un solo propósito en toda la complejidad de la historia de Israel y lo ofrece como una portentosa clave para vivir la vida. Da dos repasos de la historia (12-39, 43-72), cada uno presentado por un prefacio (9-11, 40-42). Los prefacios son la esencia del Salmo. El primero declara que el pueblo del Señor (Efraé n) fue derrotado porque olvidaron (11); el segundo dice que el origen de las repetidas rebeliones contra el Señor es el hecho de que no se acordaron (42). Si no se hubieran olvidado, el enemigo no habría triunfado; si hubieran recordado, habrían vivido obedientemente. Este es el poder del recuerdo; y esta es la razón por la cual, al dejarnos, el Señor Jesús instituyó una cena recordatoria (1 Cor. 11:23-25). Traer a la mente lo sucedido a lo largo de la historia puntualiza las verdades sobre las cuales la memoria se debe alimentar y de esta manera hacer posible el poder para vivir victoriosa y obedientemente.
cada y en toda situación, sea ante la amenaza de enemigos exteriores (9-11) o la presión interna de una naturaleza inconstante (40-42), supongamos que hubieran dicho: “Pero nos redimió en el pasado y proveerá también ahora”; supongamos que ¡hubieran vivido en un temor correcto de su ira y en un sentido adecuado de su amor! Y con nosotros es lo mismo. Este es el poder de una memoria activa, constantemente renovada, viviendo con un sentido inmediato de redención (12-14, 42-53. Nos libró de la esclavitud), providencia (15 y 16, 54 y 55). En cada situación puede proveer y lo hará), juicio (17-33, 56-64). Los que lo conocen como Padre deben vivir en piadoso temor (1 Ped. 1:17) y amor (34-39, 65-72). Nunca nos rechazará cuando nos acercamos a él porque conoce lo frágiles que somos, 32-39, y siempre permanece activo buscando nuestro bienestar (65-72).

9-11 Derrota porque olvidaron. 40-42 Rebelión porque no se acordaron. Vea 1 Sam. 31. Saúl el benjamita (1 Sam. 9:1, 2) se asocia particularmente con las tribus del “norte”, llamadas Efraé n o Israel. Su casa estaba en Gabaa (1 Sam. 10:26), 1 Sam. 9:4 sugiere que estaba en los montes de Efraín. Después de la muerte de Saúl fue en Efraín que la monarquía sin fundamento de Isboset estableció un reino (2 Sam. 2:8) y donde al rebelde Absalón le fue fácil juntar a las tribus de Israel bajo su bandera (2 Sam. 15:2, 6, 10, 13). Es así que el repaso de la historia comienza con la caída de la casa de Saúl y pregunta cómo puede haber sucedido; porque (9) los hijos de Efraín eran lit. “los arqueros mejor equipados”. Para el pueblo de Dios la victoria no procede de recursos materiales sino de la lealtad y la obediencia (10) motivadas por el recuerdo (11). 41 Sobre probar a Dios ver el comentario sobre el v. 56.

12-14, 43-53 La redención de Dios. Estos versículos comparten el tema de la salida de Egipto (12, 43, 51), o sea la gran obra divina de redención (42). 12-14 enfatizan el cruce del mar Rojo: el poder del Señor sobre toda circunstancia adversa; 43-53 se concentran en las plagas que cayeron sobre Egipto: el poder del Señor capaz de destruir el poder del enemigo. Tanis (12, 43), una antigua capital de Egipto. Cada sección termina con un pensamiento que da sentido de dirección y seguridad (14, 52 y 53). El poder del Señor está en contra de circunstancias adversas y potencias adversas, pero siempre a favor de su pueblo.

15 y 16, 54 y 55 La providencia de Dios. El primer repaso de la historia se desplaza desde Egipto al desierto (15, 16) como escenarios de la providencia divina (providencia para el peregrinaje). El segundo repaso saltea el desierto para recordar la providencia de la tierra prometida (provisión para regresar a casa). Nótese cómo los vv. 54 y 55 comienzan con territorio de su santuario y terminan con sus tiendas. Así actúa Dios, toma lo que le pertenece y nos lo da.

17-33, 56-64 El juicio de Dios. La historia del pueblo estaba manchada por pecado, rebelión y por poner a prueba a Dios (17, 18, 56-58). El énfasis en 17 y 18 está en probar su fidelidad; en Exo. 16, 17 no creyeron en su poder de proveer comida y agua, suspendiendo su fe hasta que él les diera pruebas; en 56-58 probaron su paciencia, no creyeron en su santidad y juicio. Ambas fueron ocasiones de furor divino (21, 31, 59, 62). Las tragedias de la vida (31, 33, 61-64), tanto como sus bondadosas providencias (15, 16, 54, 55) son actos de Dios. 29-31 (cf. Exo. 16; Núm. 11; Sal. 106:15). Lo que pedían no era alimento para satisfacer su necesidad en un espíritu de fe, sino satisfacción de su avaricia clamando en un espíritu de incredulidad. Dios respondió dando airadamente lo que pedían, para destrucción de ellos. Cuántas veces nos quejamos cuando encontramos oposición a nuestros deseos, sin detenernos a pensar si el Señor está deteniendo lo que puede ser dañino. 32 se refiere a la generación del desierto (Núm. 14:28-33). Percibiendo, sin duda, que estaban viviendo bajo el desagrado de Dios, sentían terror ante la cercanía de la muerte. 60-64 (1 Sam. 4).

34-39, 65-72 El amor de Dios. El Señor conoce el corazón de su pueblo (34-39), engañoso, inconstante, no obstante su amor apasionado (38, misericordioso) lo expía, domina su ira y recuerda lo frágil que es (39); el Señor sabe qué necesidades tiene su pueblo (65-72) y espontáneamente enfrenta a sus enemigos (65, 66), viene a morar entre ellos (68, 69) y coloca sobre ellos al rey que ha escogido (70-72). 35 Roca en sí es una figura de estabilidad que no cambia, pero a la luz de Exo. 17:5, 6 también describe una acción salvadora, que da vida (cf. 95:1). Redentor, el pariente más cercano que hace suyas las necesidades de su pueblo. 38 Perdonaba. El verbo tiene un significado básico de “cubrir”, pero en relación con el pecado nunca significa simplemente quitar de la vista sino siempre “cubrir una deuda pagando el precio suficiente”. 65 Una comparación importante para recalcar la consagración entusiasta del Señor a la tarea de solucionar los problemas de su pueblo.

67-72 El repaso histórico se inicia (ver 9-11) con la derrota de la monarquía de Saúl; termina con el dominio de Judá y la ascensión de David por elección divina (68, 70). El hecho de que el santuario ya había sido edificado (69) sugiere que el Salmo pertenece a las postrimerías del reinado de Salomón cuando comenzara a hacerse evidente la infidelidad al Señor por parte del rey (1 Rey. 11:1-13). Esto explicaría el abrupto final. La monarquía de Saúl no podría sobrevivir, a pesar de su poderío militar (9); ¿duraría la de David? Demostrando gran talento, el poema se detiene con la ascensión de David, dejando que la familia gobernante llegue a sus propias conclusiones, dejándonos a nosotros también llegar a las nuestras. Porque ahora como entonces, el secreto de la vida es la confianza y obediencia motivadas por el recuerdo.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

78.1ss El pueblo de Israel se rebeló y no fue fiel a Dios (78.8), se olvidó de las maravillas que hizo (78.11, 12), puso a prueba a Dios al hacerle demandas (78.18), mintieron y trataron de adularlo (78.36) y siguieron olvidándolo aun cuando hizo grandes obras en su beneficio (78.42-56). Esto aparece en la Palabra de Dios para que no cometamos los mismos errores. En 1Co 10:5-12, Pablo usa esta clásica historia de la infidelidad de Israel para advertir a los primeros cristianos a ser fieles.78.5 Dios ordenó que sus leyes y estos hechos poderosos en la historia de Israel se trasmitieran de padres a hijos. Esto muestra el propósito y la importancia de la educación religiosa: ayudar a cada generación a obedecer a Dios y a depositar su esperanza en El. Es importante evitar que los niños repitan los mismos errores que sus antepasados. ¿Qué hace usted para trasmitir a la próxima generación la historia de la obra de Dios en el mundo?78.9, 10 Efraín era la tribu más prominente de Israel desde los días de Moisés hasta la época de Saúl. El tabernáculo se colocó en su territorio. No existe otra narración bíblica que diga que los soldados de Efraín salieron huyendo de la batalla, así que tal vez sea una metáfora referente al fracaso de Efraín al no poder proveer un liderazgo firme en esos días. Cuando David subió al trono, la tribu de Judá ganó prominencia. Debido a la fe y la obediencia de David, Dios escogió a Jerusalén en Judá para ser el lugar del nuevo templo y rechazó a Efraín (78.67) ocasionando tensiones entre las dos tribus. Tal vez este salmo se escribió debido a esa tensión a fin de demostrar una vez más el porqué Dios eligió a Judá. Dios obra mediante aquellos que le son más fieles.78.36, 37 Una y otra vez los hijos de Israel decían que seguirían a Dios, pero después se apartaban de El. El problema era que seguían a Dios con palabras y no de corazón, así su arrepentimiento estaba vacío. Las palabras son huecas. Dios quiere que nuestras vidas apoyen nuestras afirmaciones espirituales y promesas.78.51 Esta era la Pascua descrita en Exo 12:29-30 cuando murieron todos los primogénitos de Egipto. Con las tiendas de Cam se hace referencia al segundo hijo de Noé, quien fue ancestro de los egipcios. Algunas veces se menciona a Cam como sinónimo de Egipto.78.71, 72 A pesar de que David reinaba cuando se escribió este salmo, se le llama pastor y no rey. Ser pastor, una profesión común en los tiempos bíblicos, era un trabajo de mucha responsabilidad. Los rebaños dependían completamente de la guía, protección y provisión de los pastores. David pasó sus primeros años como pastor (1Sa 16:10-11). Esto fue una especie de preparación para las responsabilidades futuras que Dios le tenía preparadas. Cuando estuvo listo, Dios lo sacó de cuidar ovejas para cuidar a Israel, el pueblo de Dios. No tome a la ligera ni con insensatez su situación actual. Quizás sea el campo de entrenamiento en el que lo puso Dios para su futuro.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

NOTAS

(1) Enc. Véase Sal 32:1 Enc, n.

REFERENCIAS CRUZADAS

a 2616 Sal 74:0

b 2617 Isa 51:4

c 2618 Sal 49:3

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Salmo 78 Este Salmo de sabiduría presenta la historia de Israel como una parábola para vivir sabiamente. El sabio mira a la historia de Israel para advertir a la comunidad del pacto a que no sea como sus padres, incrédulos y rebeldes, que olvidaron los grandes hechos de Dios y así sufrieron el castigo divino; por el contrario debían ser como los padres espirituales y así participar en su reino eterno. Efraín (vers. 9-11, 66, 67) representa al Israel rebelde. Judá (vers. 68a), Sion (vers. 68b-69) y David (vers. 70-72) representan al Israel creyente y la esperanza para el futuro. Fidelidad a Dios y obediencia a sus leyes están basadas en escuchar y recordar los hechos milagrosos y salvíficos de Dios. Por tanto, la infidelidad a Dios resulta cuando se olvida lo que Dios ha hecho en la historia. El poema consiste de una introducción presentando al autor como un sabio (vers. 1, 2) y el tema que los padres espirituales transmitieron los hechos salvíficos de Dios y sus leyes para que las generaciones sucesivas pudieran confiar en Dios y obedecerle (vers. 3-7). La sección principal (vers. 9-72) consiste de dos partes casi iguales (vers. 9-39 y 40-72). Las dos resumen la rebelión de Israel (vers. 9-11, 40-42), repasan los actos maravillosos de Dios (vers. 12-16, 43-55), presentan la rebelión de Israel (vers. 17-20, 56-58), la ira y el castigo de Dios (vers. 21-31, 59-64) y ofrecen la gracia de Dios, preservando a su elegido a pesar del pecado de Israel (vers. 32-39, 65-72). Ambas partes recuentan los eventos desde el éxodo y el período de los jueces. Los últimos ocho vers. (vers. 65-72) son paralelos a los vers. 1-8, de este Salmo. A pesar de la rebelión de Israel, Dios permanece fiel (vers. 32-39). El poema de Asaf contiene la revisión más larga de las tradiciones históricas de Israel en el salterio (Sal 44, 77, 89). Los vers. 42-55 presentan la historia nacional: el movimiento del pueblo de la opresión en Egipto, por el desierto a la tierra prometida. El poema del éxodo aparece en dos secciones similares (vers. 1-12 y 13-18), mostrando la victoria divina sobre el ejército de Faraón en el mar Rojo y la procesión guiada por Dios hasta el monte Santo de Dios.

Fuente: La Biblia de las Américas

Asaf recita la historia temprana de la nación para advertir a futuras generaciones en contra de la repetición de la infidelidad. Invita al pueblo (vv. Sal 78:1-11) a recordar cómo provocaron a Dios en el desierto (vv. Sal 78:12-39), su ingratitud durante el éxodo (vv. Sal 78:40-55) y su infidelidad durante el período de los jueces (vv. Sal 78:56-72).

Masquil. Véase nota en el Sal 32:1-11.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

* Posiblemente, Salmo didáctico, o contemplativo

O, ley

Fuente: La Biblia de las Américas

SALMO 77 (76)[4] El salmista pasa por emociones que van desde el pesar y la nostalgia hasta la exaltación y la alabanza.[6] Cuando obraste tantas maravillas.[17] Alude a las aguas del mar Rojo y a la gran victoria del Exodo.

Fuente: Notas Torres Amat