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Comentario de Salmos 84:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Salmos 84:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

(Al músico principal. Sobre Guitit. Para los hijos de Coré. Salmo) ¡Cuán amables son tus moradas, oh Jehovah de los Ejércitos!

Año 535 a.C. (Título).

Gitit. Sal 8:1; Sal 81:1 Un Salmo. Probablemente escrito durante el inicio de la construcción del segundo templo.

¡Cuán amables son tus moradas! Sal 36:8; Sal 27:4; Sal 48:1, Sal 48:2; Sal 87:2, Sal 87:3; Sal 122:1; Heb 9:23, Heb 9:24; Apo 21:2, Apo 21:3, Apo 21:22, Apo 21:23.

oh Jehová de los ejércitos. Sal 103:20, Sal 103:21; 1Re 22:19; Neh 9:6; Isa 6:2, Isa 6:3.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

El profeta, anhelando la comunión en el santuario, Sal 84:1-3,

Muestra cuán bendecido es el que habita dentro, Sal 84:4-7.

Ora para ser restaurado en él, Sal 84:8-12.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

es uno de los salmos de Sion. Este salmo celebra la presencia de Dios en Jerusalén, la cuidad donde se construyó su Templo. Hoy no es necesario ir a Jerusalén para acercarse a Dios, porque Dios está cerca de todos los que creen en su Hijo (Mat 28:18-20). Este salmo fue compuesto por los hijos de Coré (Sal 42:1-11; Sal 44:1-26; Sal 45:1-17; Sal 46:1-11; Sal 47:1-9; Sal 48:1-14; Sal 49:1-20; Sal 85:1-13; Sal 87:1-7; Sal 88:1-18). Tiene seis movimientos:

(1) la expresión del deseo de estar en casa en Sion (vv. Sal 84:1, Sal 84:2);

(2) las bendiciones de estar en casa en Sion (vv. Sal 84:3, Sal 84:4);

(3) las bendiciones de aquellos que hacen peregrinajes a Sion (vv. Sal 84:5-7);

(4) una oración pidiendo la atención de Dios en Sion (vv. Sal 84:8, Sal 84:9);

(5) la alegría de estar en casa en Sion (Sal 84:10, Sal 84:11);

(6) la bendición de confiar en Dios (v. Sal 84:12).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

moradas se usó aquí como término poético para el Templo que construyó Salomón.

Anhela … ardientemente desea: Véase Sal 42:1Sal 42:2 para una expresión similar del deseo de un salmista de la presencia de Dios.

al Dios vivo: Todos los otros «dioses» son insignificantes, pero Aquél que creó el universo, que eligió a Israel como su pueblo, y que dio la salvación al mundo, vive por siempre en inmensa gloria.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

¡CUÁN AMABLES SON TUS MORADAS…! Este salmo describe a creyentes que están tan apegados a Dios que más que cualquier otra cosa ellos anhelan estar en la casa y la presencia de Dios (cf. Sal 42:1-11). El mayor deseo de ellos es experimentar la cercanía de Dios, adorarlo a El con otros fieles creyentes (v. Sal 84:10) y recibir sus bendiciones (véase v. Sal 84:4, nota).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

Salmo 84 (Vg 83): Presencia de Dios en el Templo.
E l yahvista fervoroso tenía toda su ilusión en vivir a la sombra del templo, participando de la familiaridad con su Dios en la asistencia a las funciones litúrgicas. Este salmo es similar a los salmos 42 y 43. En éstos se refleja la nostalgia del levita que no puede asistir a la vida de culto del templo; en este salmo 84 se dan gracias a Dios y se entona un himno de alabanza por haberle otorgado el inmenso beneficio de poder tener acceso al santuario. Es la voz agradecida del peregrino que puede acercarse a la morada de Yahvé y vivir en intimidad espiritual con su Dios.
El salmo es lírico y no didáctico, y canta a Yahvé corno Dios viviente, Señor de las jerarquías angélicas. Soberano de los ejércitos astrales, Israel es el pueblo escogido por este Dios omnipotente, y tiene su morada en el templo de Sión. El peregrino que llega a él se siente feliz, pues más vale un día en la casa del Señor que mil fuera de su recinto sagrado. Con toda ingenuidad muestra envidia de los sacerdotes y levitas, que pueden vivir permanentemente en los atrios del Señor. Consciente de su vinculación a la nación privilegiada, el salmista ruega por el ungido de Yahvé, el rey, que es el eslabón que conduce al Ungido por excelencia: el Mesías. Así, la oración del salmista es colectiva, pues se asocia a los intereses generales de la nación.
Por las alusiones al templo y al rey hemos de suponer que el salmo es anterior al exilio. Los reyes Ezequías y Josías, profundamente piadosos, habían fomentado las peregrinaciones al templo con motivo de la Pascua *. Quizá el salmista refleje aquí una de estas circunstancias históricas de los tiempos gloriosos de la monarquía israelita.

La dicha del que habita en los atrios del Señor (1-5).
1 Al maestro del coro. Sobre la “getea.” Salmo de los hijos de Coré 2. 2¡Cuan amables son tus moradas, oh Yahvé de los ejércitos! 3 Mi alma ha suspirado hasta desfallecer por los atrios de Yahvé, mi corazón y mi carne saltan de júbilo por el Dios vivo. 4 Halla una casa el pájaro, y la golondrina donde poner sus polluelos; cerca de tus altares, ¡oh Yahvé de los ejércitos, Rey mío y Dios mío! 5 Bienaventurados los que moran en tu casa y continuamente te alaban. Seldh.

El salmista ansia vivir junto a las moradas de Yahvé, el templo de Jerusalén. Todo su ser – alma, corazón y carne – se estremece ante la perspectiva de poner los pies en los atrios del recinto sagrado, santificados por la presencia del Altísimo. Bajo este aspecto, el poeta siente envidia de los paj arillos, que pueden anidar cerca de los altares del tabernáculo de Yahvé, el Dios viviente, que como tal infunde vida espiritual – fe y esperanza – al que se acerca a El. Por eso considera bienaventurados a los que habitualmente pueden tener su morada en su casa y alabarle incesantemente, viviendo en una atmósfera de santidad.

El peregrino de Yahvé (6-8).
6 Bienaventurado el hombre que tiene en ti su fortaleza y anhela tus senderos 3; 7 aun pasando por el valle de las balsameras 4, lo convertirán en fuente, como cubierto de las bendiciones de la lluvia otoñal; 8 y marcharán cada vez más animosos para ver al Dios de los dioses en Sión.

Ahora el salmista piensa en el peregrino que avanza penosamente hacia el santuario bendito. A pesar de su duro caminar, el. poeta siente envidia de él, pues se acerca a la morada de Dios, y este pensamiento endulza su camino. Aunque tenga que pasar por lugares áridos donde nacen las balsameras, el pensamiento de que se acerca a Jerusalén convertirá el lugar en delicioso, como si fuera un oasis en el que no falta la fuente y el verde césped surgido a merced de las ansiadas primeras lluvias otoñales. El pensamiento de ver al Dios de los dioses – asistir a las manifestaciones del culto de Yahvé – en el templo de Sión le hace caminar más animoso.

Súplica final (9-13).
9 Oye mi oración, ¡oh Yahvé de los ejércitos! apresta el oído, ¡oh Dios de Jacob! Selah. 10 Escudo nuestro, Dios, mira y contempla el rostro de tu ungido; J1 porque más que mil vale un día en tus atrios, y prefiero estar en el umbral de la casa de mi Dios a morar en las tiendas del impío. 12 Porque sol y escudo es Yahvé, Dios, y da Yahvé la gracia y la gloria y no niega los bienes a los que caminan en integridad. 13 ¡Oh Yahvé de los ejércitos! ¡Bienaventurado el hombre que en ti confía!

Los V.9-10 intercalan una oración por el ungido de Dios, el rey 5. El salmista piensa en el representante de Yahvé y se siente vinculado espiritualmente a él, porque, en su concepción teocrática, el rey representa los intereses de su pueblo y la garantía de continuidad hacia los tiempos mesiánicos. Yahvé es el escudo protector de su pueblo, y, en calidad de tal, debe tener especial solicitud por su ungido. Su protección no se limita a defender, sino que es fuente de vida y energía como el sol, pues de El proviene la gracia – manifestación benevolente hacia, sus fieles – y la gloria: el honor y la prosperidad 6. El salmista termina declarando dichoso al que se entrega incondicionalmente a su Dios.
El v.11 está desplazado y tiene su lugar propio después del v-3, donde se habla de la felicidad del que mora en los atrios del Señor. El permanecer un día en la casa de Yahvé compensa las penalidades de la dura peregrinación; y es preferible estar en el umbral del templo, expuesto a las inclemencias del tiempo, a morar confortablemente en las tiendas del impío 7.

1 Cf. 2Cr 30:1; 2Cr 35:1. – 2 Cf. Sal 16:8; Sal 73:26; 1Te 5:23. – 3 Así el TM. Los LXX: “las subidas,” la ascensión hacia Jerusalén. Cf. Sal 120. – 4 El TM: “pasando por el valle de Baca, hacen un lugar de fuente. Aun de bendiciones la reviste la lluvia otoñal.” Los LXX: “valle de las lágrimas.” Cf. Juc 2:5. Se supone que este valle estaba cerca del de la Gehenna en Jerusalén, siendo así la última etapa de la peregrinación. La alusión a las lluvias otoñales parece suponer que se trata de los peregrinos que suben con motivo de la fiesta de los Tabernáculos. Cf. Exo 23:14. – 5 Cf. Sal 28:8-9; Sal 61:7-8; Sal 2:2; Sal 18:51; Sal 89:39.52; Sal 132:10. La expresión “Dios de Jacob” aparece en Sal 20:2; Sal 24:6; Sal 46:8.12; Sal 75:10; Sal 76:7; Sal 81:2; Sal 84:9; Sal 94:7; Sal 132:2.5. – 6 Cf. Sal 85:8; 1 Re 3,Π· – 7 Cf. Sal 120:4.

Fuente: Biblia Comentada

¡Cuán amables son tus moradas … ! El centro de culto de adoración del templo era “amable” por cuanto permitía al santo del AT acudir ante la presencia de Dios (cp. Sal 27:1-14; Sal 42:1-2; Sal 61:4; Sal 63:1-2). Jehová de los ejércitos. “Ejércitos” designa los ejércitos angelicales de Dios, y con ello la omnipotencia de Dios sobre todos los poderes en los cielos y en la tierra (cp. vv. Sal 84:3; Sal 84:8; Sal 84:12).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Salmo 84 (83): Canto de Sión puesto en boca de un peregrino que, camino de Jerusalén, expresa su anhelo por llegar a la morada de Dios y proclama la dicha de los que allí habitan y de quienes, como él, dirigen sus pasos al Templo para gozar de la presencia divina. Ver salmos Sal 46:1-11; Sal 48:1-14; Sal 63:1-11; Sal 87:1-7.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Salmo 84. “ser Peregrino”

En lo profundo de su anhelo por Dios mismo (2), su sentido de eficacia del sacrificio que Dios ha provisto (3), lo decidido de su fe (5-7), su feliz contentamiento con Dios (10, 11), este Salmo es un reto a nuestra pobre espiritualidad.

1-4 Anhelo. El alma es el ego esencial, corazón y carne son aspectos internos y externos de la personalidad: así la persona total está involucrada en un anhelo consumidor por la casa de Dios y por Dios mismo. El pensamiento de la seguridad de los pájaros que hacen sus nidos sobre y alrededor de la casa del Señor lleva a pensar en quién protege la seguridad de todos los que allí moran (4), el altar donde los pecadores se reconcilian con el santo Dios y él con ellos. 3, 4 La secuencia es: “Los pájaros están seguros en su casa; es el lugar del altar de Dios; nosotros estamos seguros en su casa.” Los altares son la clave de nuestra seguridad.

5-8 Peregrinaje. La bendición no se limita a la casa. También hay bendición en el peregrinaje, donde los peregrinos (i) viven en el poder de Dios, (ii) mantienen firmes sus corazones (5; Luc. 9:51-53), (iii) encaran las adversidades con una fe inamovible (6, ver más adelante) y así (iv) encuentran más y más fuerza hasta (v) que son ellos mismos aceptados para estar en la presencia de Dios (7) y para tener una relación en que pueden conversar con él (8). 6 El valle de lágrimas, “árboles de bálsamo”, posiblemente un lugar real (2 Sam. 5:22-25), tipifica aquí el aspecto árido, hosco del peregrinaje. Lo convierten en manantial involucra encarar su aridez con la seguridad de que, pese a todo, contará con agua (contraste Exo. 17:1-3); y así sucede: la lluvia de Dios lo cubre de bendición.

9-12 Descanso. La continuidad de la casa depende del rey y de la estabilidad del reino bajo su mando. De esta manera, era el garante de los deleites espirituales. En consecuencia, el peregrino ora por el rey (9). Para nosotros, Jesús, con un reinado sacerdotal inmutable, es el garante eterno de nuestra seguridad, aceptación y bendición (cf. Heb. 4:14-16; 7:23-25; 1 Jn. 2:1, 2). 9 Escudo … ungido. Por ser “ungido” ha sido nombrado y dotado por Dios; como “escudo” él nos cubre. 10 Empieza con “porque”, explicando la oración en el v. 9. El peregrino ora por el rey “porque” quiere que los beneficios de la casa estén asegurados. 11 Explica el v. 10: la vida con Dios es preferible a cualquier otra vida porque él es sol, la fuente de luz (27:1) y vida (56:13), escudo, protector de toda amenaza; gracia, nos atrae y luego comparte con nosotros su gloria (2 Ped. 1:3, 4). Pero no incondicionalmente: el bien que otorga libremente (11) es para quienes andan (tanto el estilo de vida y las motivaciones que lo generan) en integridad (Mat. 5:48). A la vez, no son sus logros sino (12) su fe lo que los hace benditos.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

84.1, 4 El escritor anhelaba salir pronto del mundo y encontrarse con Dios en sus moradas, su santo templo. Podemos encontrarnos con Dios en cualquier parte en cualquier momento, pero sabemos que asistir al lugar donde se congrega la iglesia nos ayuda a alejarnos del bullicio de la vida pues entramos donde podemos meditar y orar con tranquilidad. Encontramos gozo, no en el hermoso edificio, sino en la oración, el canto, la enseñanza, la predicación y la comunión.84.5-7 La peregrinación hacia el templo pasaba a través del árido valle de lágrimas. No se ha identificado ningún valle en especial y quizás sea uno simbólico por los tiempos de luchas y lágrimas a través de los cuales el pueblo debió pasar en su camino para encontrarse con Dios. El fuerte crecimiento ante la presencia de Dios a menudo lo precede el viaje a través de los áridos lugares que hay en nuestra vida. La persona que se deleita en pasar tiempo con Dios verá su propia adversidad como un motivo para volver a experimentar la fidelidad de El. Si usted anda por su valle de lágrimas en el día de hoy, tenga la seguridad de que lo conducirá hacia Dios y no lejos de El.84.11 Este versículo no promete que Dios nos dará todo lo que nosotros pensemos que es bueno, sino que no detendrá lo que es siempre bueno. Nos dará los medios para andar por sus caminos, pero nosotros somos los que tenemos que caminar. Cuando lo obedecemos, no detendrá nada que nos pueda ayudar a vivir para El.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

NOTAS

(1) Enc. Véanse Sal 8:1 Enc y n.

REFERENCIAS CRUZADAS

a 2936 Sal 81:0

b 2937 Sal 43:3; Sal 46:4

c 2938 Sal 27:4

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Salmo 84 Este Salmo es un canto de Sion dirigido a Dios (Sal 46, 48, 76, 87). El Salmo celebra a Sion (vers. 1-4) porque es la morada del Señor de los ejércitos (vers. 10-12), y a Dios para que mire con favor al salmista y a su rey. Era cantado por los peregrinos (Sal 121,122) o por alguien que deseaba hacer un peregrinaje a Jerusalén (Sal 42) durante la fiesta de los Tabernáculos, cuando Israel celebraba el gobierno de Dios y oraba por su rey davídico, el Mesías. El canto tiene dos secciones: 1) Una introducción alabando a la casa del Señor de los ejércitos (vers. 1-4); y 2) el cuerpo del Salmo que está enmarcado por la frase Cuán bienaventurado es el hombre (vers. 5, 12). La segunda sección consiste de cuatro estrofas: 1) Una celebración de la bendición de los peregrinos que viajan a la casa de Dios (vers. 5-7); 2) sus oraciones en la casa de Dios para que mire con benevolencia al rey (vers. 8, 9); 3) una canción de alabanza por el poder supremo de Dios (vers. 10, 11); y 4) una caracterización del peregrino como una persona de confianza (vers. 12). Las dos secciones del Salmo se unen cronológicamente por el deseo de estar en el templo (vers. 1-4), hacer el viaje allí (vers. 5-7), orar en el templo (vers. 8, 9) y el gozo de permanecer allí aunque sea por sólo un día (vers. 10, 11). Otras conexiones verbales incluyen Cuán bienaventurados son (vers. 4) y Cuán bienaventurado es el hombre (vers. 5); referencias a las moradas y atrios de Dios en vers. 1, 2, 10; y el uso del pronombre de primera persona mío y prefiero (vers. 3, 10). El Salmo está enmarcado por referencias a Dios como S eñor de los ejércitos (i.e., supremo jefe del universo).

84 Título: los hijos de Coré. El primer grupo de Salmos de los hijos de Coré (Sal 42-49) usa el nombre de Dios (Elohim) y en el segundo grupo (Sal 84-88) corresponde al tercer libro y usa S eñor (YHWH). La mayor parte de los Salmos de Sion son de los hijos de Coré. En general estos Salmos expresan un deseo de adorar en el templo y la confianza que el Señor, entronizado en Jerusalén, cuida a su pueblo.

Fuente: La Biblia de las Américas

guittit… Sal 8:1 nota.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

* O, según

O, amables

Fuente: La Biblia de las Américas

Tit g Sal 8:1.

Fuente: La Biblia Textual III Edición

SALMO 84 (83)[7] Jue 2, 1-5.

Fuente: Notas Torres Amat