Comentario de Salmos 90:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

(Oración de Moisés, hombre de Dios) Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.

Año 1490 a.C. (Título).

Oración de Moisés. Se supone que este Salmo fue escrito por Moisés, cuando toda la generación de los israelitas que ofendieron a Dios, fueron sentenciados a caer en el desierto, entre las edades de setenta y ochenta años, salvo Moisés, Josué y Caleb. Núm 13:1-33; Núm 14:1-45.

varón de Dios. Éxo 33:14-19; Deu 33:1; 1Re 13:1; 1Ti 6:11.

Señor. Sal 71:3; Sal 91:1, Sal 91:9; Deu 33:27; Isa 8:14; Eze 11:16; Jua 6:56; 1Jn 4:16.

de generación generación. Sal 89:1.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Moisés, se pone ante Dios, Sal 90:1, Sal 90:2.

se queja de la fragilidad humana, Sal 90:3-6,

los castigos divinos, Sal 90:7-9,

y la brevedad de la vida, Sal 90:10, Sal 90:11.

Ora por conocimiento y experiencia de la buena providencia Dios, Sal 90:12-17.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

es un salmo de lamentación en el cual la comunidad lamenta el juicio de Dios y la brevedad de la vida. Pero, aún en medio del dolor, el pueblo reconoce la seguridad que tiene en el Señor y ruega pidiendo la renovación. Este es el único poema del libro de los Salmos atribuido a Moisés, quien escribió otros dos poemas que se registran en el Pentateuco (Éxo 15:1-27; Deu 32:1-52). El salmo Sal 90:1-17 tiene cuatro secciones:

(1) una aseveración de la seguridad de una vida vivida junto al Señor (vv. Sal 90:1, Sal 90:2);

(2) un lamento sobre la brevedad de la vida (vv. Sal 90:3-6);

(3) un lamento sobre el juicio de Dios a su pueblo (vv. Sal 90:7-12);

(4) una plegaria pidiendo restauración (vv. Sal 90:13-17).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Aquí Señor no es solo el nombre personal de Dios (Éxo 3:14Éxo 3:15), sino una palabra hebrea que celebra su majestuosa autoridad. La palabra sugiere un título similar a «mi supremo Maestro».

refugio se refiere al Señor como el «refugio» de su pueblo (Sal 71:3Sal 91:9).

De generación en generación: A través de la historia, el pueblo se ha dado cuenta de que el Señor es su refugio en la vida.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

SEÑOR, TÚ NOS HAS SIDO REFUGIO. Es probable que se escribiera esta oración, atribuida a Moisés, durante los cuarenta años que Dios hizo que Israel anduviera errante por el desierto como castigo por su infidelidad (Deu 8:15). Una generación de israelitas desobedientes murió durante ese tiempo (cf. vv. Sal 90:7-11; véase Núm 14:22-33). Después de reconocer sus iniquidades y el castigo de Dios, Moisés ora por la restauración de la gracia y la bendición de Dios.

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

Salmo 90(Vg 89): Meditación Sobre la Vida Humana.
C omúnmente se admite la existencia de dos poemas, originalmente diversos, en este salmo: a) contraposición de la eternidad de Dios y brevedad de la vida humana; b) relaciones de Dios e Israel: plegaria pidiendo la rehabilitación de la nación, postrada en la aflicción.
En estilo bellísimo y pintoresco, con abundancia de metáforas, el salmista canta en la primera parte la grandeza de Dios, Señor del universo, anterior a la formación de los montes, para quien mil años son como un día. Frente a esta grandeza divina está la pequenez e indigencia del hombre, hecho de la tierra, sin consistencia, y cubierto de pecados, que excitan la ira divina. Por sus faltas, la vida humana transcurre triste y en constante turbación. “Es un canto emotivo, de elevación casi único. A la seriedad del pensamiento sobre la pequenez de la vida humana corresponde la solemnidad y tonalidad grave de expresión. Pero, aunque esté bajo el golpe del dolor y de una punzante melancolía, el poeta no se deja arrastrar por ella fuera de Dios ni de la confianza en El… Su manera es demasiado viril para entregarse a estériles lamentaciones…” 1
Según el título, este salmo es de Moisés, al que se le llama “varón de Dios,” como en Deu 33:1 2. Entre los antiguos Padres ya se discutió la verosimilitud del título, y aunque la mayoría de ellos lo atribuyen a Moisés 3, San Agustín cree que es de David, puesto en labios de Moisés por ficción literaria 4, Los críticos modernos piensan que el salmo es de composición múltiple, y en el fragmento de los v.8-12 descubren un marcado sello sapiencial con no poco parecido con Job 4:17-21 5. El último fragmento (13-17) es considerado generalmente como posterior al exilio, mientras que el primer poema tiene un marcado sello arcaizante, que nos lleva a los tiempos primeros de la monarquía.

La eternidad de Dios y la pequenez del hombre (1-6).
1 Oración de Moisés, varón de Dios. Señor, tú has sido refugio para nosotros de generación en generación. 2 Antes de ser engendrados los montes y de ser formada la tierra y el orbe eres tú, ¡oh Dios! desde la eternidad y para siempre. 3 Haces volver al hombre al polvo, diciendo: “Volved, hijos de Adán!” 4Porque mil años son a tus ojos como el día de ayer, que pasó; como una vigilia de la noche. 5 Los arrebatas; son como un sueño mañanero, como hierba que se marchita: 6 a la mañana florece y crece, a la tarde se corta y se seca.

El ν. ι parece adición redaccional del compilador, que ha pretendido unir el contenido del primer poema (2-12) con el segundo (13-17), en que se trata de Israel bajo la protección divina.
A Dios es anterior a la misma constitución de los montes, que en la literatura bíblica son símbolo de la máxima estabilidad y antigüedad6. A esta eternidad aplastante de la divinidad, el poeta opone la realidad de la vida humana, efímera, y ello por decreto del mismo Dios (v.3). Por imperativo superior, el hombre tiene que volver al polvo, lo que es un eco del castigo divino impuesto a la primera pareja humana después del pecado 7. El salmista no alude a la tragedia del pecado original, pero supone que la muerte ha sido impuesta al hombre por la voluntad del Creador.
La eternidad de Dios se mide por milenios, que para El cuentan como un día 8, o aún menos, como una vigilia de la noche: un tercio de la misma 9. La vida del hombre, en cambio, es pasajera, como un sueño mañanero 10, o como musgo, que brota por la mañana y por la tarde se seca 11. Las metáforas son bellas y reflejan bien el carácter efímero de la vida humana, que no es más que una ilusión.

La cólera divina y los pecados del hombre (7-12).
7Pues nos consume tu ira y nos conturba tu indignación. 8 Has puesto nuestras iniquidades frente a ti, nuestros (pecados) secretos a la luz de tu faz, 9Pues todos nuestros días transcurren bajo tu ira, y acaban nuestros años como un suspiro. 10La duración de nuestros años es de setenta, y óchenla en los más robustos; pero en su mayor parte no son más que penas y vaciedad, porque pasan veloces, y volamos. 11¿Quién conoce el poder de tu cólera y tu indignación en lo que debes ser temido? 12 Enséñanos, pues, a contar nuestros días para que lleguemos a tener un corazón sabio.

La brevedad de la vida es un misterio, y el salmista encuentra la razón de ello en los pecados del hombre, que excitan la ira divina. Las iniquidades del hombre están siempre desafiando a la justicia divina, y aun los pecados más secretos resaltan ante su faz. Por eso, la vida del hombre no sobrepasa los ochenta años 12, y aun éstos están llenos de amarguras y penalidades, en las que se siente la vaciedad y el disgusto. Por otra parte, los hombres no miden el alcance de la cólera divina, y así se entregan alegremente al pecado, sin pensar que en ello les va la vida. El salmista suplica, en este supuesto, que Dios le dé a entender la brevedad de la vida para saber vivir con la conciencia de su limitación, y, en consecuencia, organizándola conforme a las exigencias del temor de Dios, que es el principio de la sabiduría 13.

Ansias de rehabilitación nacional (13-17).
13 Vuélvete, ¡oh Yahvé! ¿hasta cuándo?., y ten compasión de tus siervos. 14 Sacíanos, desde la mañana, de tu gracia, para que exultemos y nos alegremos todos los días. 15 Alégranos por tantos días que nos humillaste, por tantos años como probamos la desgracia. 16 Que tu obra sea vista de tus siervos, y tu magnificencia (brille) sobre sus hijos. 17 Sea sobre nosotros la suavidad de Yahvé, nuestro Dios, y confirma la obra de nuestras manos a nuestro favor. Sí, afianza la labor de nuestras manos.

En la sección anterior, el salmista trataba de las relaciones de Dios con el ser humano en su proyección humana, sin restricción alguna; en cambio, ahora la perspectiva se estrecha y se consideran las relaciones de Yahvé con sus siervos, los pertenecientes al pueblo elegido. El tono es más confiado: desaparece el Dios lejano, sumido en la eternidad, para aparecer el Yahvé providente que se preocupa de los problemas de su pueblo. El salmista se hace eco de una tragedia nacional: los que forman el pueblo de Dios han sido humillados y afligidos. Y, en un arranque de impaciencia, el poeta exlama: ¿Hasta cuándo?14 No concibe que su Dios permanezca mucho tiempo apartado de su pueblo, y con tono confiado le dice: Vuélvete. Siente el vacío de su presencia, y por eso pide que muy pronto, desde la mañana, haga sentir su gracia, es decir, su comunicación benevolente y protectora, sembrando así la alegría y la confianza en sus siervos, que están desolados. No comprende el alejamiento sistemático del que es su Protector desde los tiempos antiguos.
Los años de humillación y de postración nacional exigen ahora una compensación proporcionada de alegría en la intimidad con Yahvé (v. 15). No concreta las circunstancias de la desgracia nacional, pero bien puede ser el exilio babilónico o la penosa situación que siguió a la repatriación. Llevado de su fe ciega en Dios, le pide que manifieste su obra, es decir, su intervención milagrosa en favor de ellos, brillando así su magnificencia como Dios omnipotente y Señor de la historia’. La oración termina con el deseo de que la suavidad o benevolencia de Yahvé bendiga y confirme el trabajo cotidiano de los que luchan por salir de una difícil situación económica como consecuencia de una postración nacional.

1 R. Kittel, citado por J. Calés, o.c., II 155. – 2 Cf. Jos 14:6. – 3 Así opinan Eusebio: PG 23:1124; San Atanasio: PG 27:396; San Jerónimo: PL 22:1169. – 4 San Agustín: PL 38:1141.1149. Siguen esta opinión San Belarmino y Calmet. – 5 Cf. Sal 111:10; Pro 1:7; 2:1s. – 6 Cf. Deu 33:155; Sal 65:7; Sal 104:8; Job 15:7; Pro 8:255. – 7 Cf. Gen 3:16. – 8 Cf. 2Pe 3:8; Sal 102:13.25-28. – 9 Cf. Jue 7:19. – 10 Cf. Sal 76:6; Jer 51:39 – 11 Cf. Isa 40:6-8; Sal 103:15; Job 14:1-2; Eco 14:18. – 12 Cf. 2Sa 19:33. En Eco 18:8 se eleva el tope a cien años. – 13 Sal 111:10; Pro 1:7; Tob 4:17-21. – 14 Cf. Sal 6:4.

Fuente: Biblia Comentada

nos … refugio. Dios es nuestro santuario como protección, sostén y estabilidad (cp. Deu 33:27; Sal 91:9).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Salmo 90 (89): Salmo de súplica comunitaria con temática sapiencial que desarrolla una reflexión sobre la eternidad de Dios y la caducidad de la vida (90,2-11) cuya fragilidad se acrecienta a causa del pecado.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Salmo 90. Preservacion de Una Especie en Peligro de Extincion

El texto heb. de Sal. es claro al consignar que ésta es una oración de Moisés y los que lo niegan no pueden dar razones convincentes que justifiquen su postura. No hay situación que encaje mejor con este Salmo que la de Moisés durante los años agobiantes de alejamiento divino (Núm. 14:34). Es un Salmo hermoso, conmovedor y realista, que encara nuestras inseguridades y nos ofrece una solución y una esperanza.

1, 2 Una dirección fija en el tiempo y la eternidad. Estos versículos comienzan con una referencia al tiempo en que se fija la vida humana, de generación en generación, y termina con la extensión eterna de la vida de Dios desde la eternidad hasta la eternidad. Con este panorama del tiempo y la eternidad contamos con una dirección fija. El “ha probado ser nuestra morada”. Unidos a él, gozamos de permanencia. ¡Con cuánto sentimiento pudiera Moisés haber dicho esto!

3-11 La especie en peligro de extinción. Durante 40 años Moisés observó con tristeza cómo el tiempo, cual arroyo que constantemente se lleva el agua, se ha ido llevando a todos sus hijos (3-6; Núm. 14:23, 29; Deut. 2:14-16) y reconoció detrás de lo que vio la temible realidad de la ira de Dios contra el pecado (7-11). Pero la verdad que expresó se aplica a toda la humanidad: amenazada por la inestabilidad (3-6) y destrozada por la ira (7-11). Es por la acción de Dios que sufrimos la inseguridad de lo transitorio. Es por su mandato (Gén. 3:19) que volvemos al polvo, un destino inescapable, pues (4) aun los que vivían cerca de un milenio (Gén. 5) morían como los demás y para todos por igual el pasto nuevo de la mañana es la vegetación seca del atardecer (5, 6). ¿Por qué debe ser así? ¿Por qué una especie destinada a comer del árbol de la vida y vivir para siempre (Gén. 2:16; 3:22) se deshace en polvo y duerme en la muerte? El porque al principio del v. 7 da la respuesta: ¡furor … ira divina contra maldades … pecados secretos (8), ira (9)! ¿Es sencillamente el producto de un espíritu incurablemente melancólico decir que la vida termina con un suspiro (9) y que la prolongación de la vida sólo significa la prolongación del mal, de las aflicciones (10)? Por supuesto que hay otros aspectos de la vida, pero cuando nos detenemos a analizar, el común denominador de la humanidad es la triste realidad de vidas arruinadas por el pecado, que deben ineludiblemente rendir cuentas al Dios que odia el pecado.

12-15 Preservación de la especie en peligro de extinción. El resto del Salmo es una serie de seis oraciones. Es por medio de la oración que podemos vencer el poder desintegrador del pecado, por medio de la oración que volamos al Dios a quien hemos ofendido, por medio de la oración hacemos nuestro refugio (1) en él. Esta era la manera de actuar de Moisés (p. ej. Exo. 15:25; 17:4; 32:31, 32; Núm. 13-19). Existen cuatro aspectos de la oración para preservar la especie en peligro de extinción: reconocer lo limitado de nuestro tiempo de manera que lo usemos con sabiduría (12); clamar pidiendo la compasión de un Dios reconciliado (13); contrarrestar el marchitarse de la vida (la mañana de 5, 6) con una nueva mañana llena de su misericordia que no cambia en todos nuestros días (14); esperar en él para que llene la vida de alegría que de otra manera hubiera sido de aflicción (15). Estos son los cuatro muros fuertes de nuestro refugio eterno en Dios: él es nuestra sabiduría (12; 1 Cor. 1:30), nuestro perdón (13; Isa. 55:7), nuestra estabilidad a lo largo de nuestros días (14; 73:26), nuestra renovación (15; 6:4-8).

16, 17 Partícipes de la naturaleza divina. El Salmo finaliza como comenzara refiriéndose al Señor, “el Soberano” (1; Jehovah, 17) y a las generaciones que van pasando (1, 16). Empezó afirmando que podemos encontrar permanencia refugiándonos en él (1); termina orando que visite a nuestros hijos en su esplendor (16) y a nosotros en su “hermosura” (17, gracia). No sólo se brinda él a nosotros (1); se da a sí mismo a nosotros (16, 17). Nosotros que estamos atrapados en el pasar de las generaciones, en lo transitorio de la vida, en los sombríos vaivenes de la ira divina, somos hechos partícipes de la naturaleza divina (2 Ped. 1:2-4) en toda su gloria y hermosura.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

90.4 Moisés nos recuerda que mil años son como un día para el Señor. El tiempo no limita a Dios. Es muy fácil desalentarse cuando pasan los años y el mundo no mejora. Debido a que no podemos ver hacia el futuro, a veces nos preguntamos si Dios lo puede ver. Pero no cometa el error de suponer que Dios tiene las mismas limitaciones que nosotros. A El no lo limita el tiempo de ninguna manera. Podemos depender de Dios porque El es eterno.90.8 Dios conoce nuestros pecados como si los tuviera extendidos ante El, incluso los pecados secretos. No necesitamos ocultar nuestros pecados ante El porque podemos hablarle abierta y sinceramente. Pero aun cuando conoce toda esa terrible información de nosotros, sigue amándonos y quiere perdonarnos. Esto, en lugar de asustarnos y llevarnos a encubrir nuestros pecados, nos debería alentar a acercarnos más a El.90.12 Percatarnos de que la vida es corta nos ayuda a utilizar el poco tiempo que tenemos de una manera sabia. Nos ayuda a centrarnos en usar la vida para un bien eterno. Dedique tiempo para contar sus días al preguntar: «¿Qué quiero que suceda en mi vida antes de morir? ¿Qué pequeño paso puedo dar hoy hacia ese propósito?»90.17 Porque nuestros días están contados, queremos que nuestro trabajo cuente. Queremos ser eficaces y productivos. Deseamos ver revelado ahora el plan eterno de Dios y que nuestra obra refleje su permanencia. Si nos sentimos insatisfechos con esta vida y todas sus imperfecciones, recuerde que nuestro deseo de ver nuestra obra establecida está delante de Dios (véase la nota a Ecc 3:11). Pero nuestro deseo puede satisfacerse únicamente en la eternidad. Hasta entonces debemos seguir amando y sirviendo a Dios.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

NOTAS

(1) Uno de los 134 cambios de YHWH a ’Adho·nái que hicieron los escribas. Véase Ap. 1B.

REFERENCIAS CRUZADAS

a 3186 Deu 33:1

b 3187 Deu 33:27; Sal 91:1; Rev 21:3

c 3188 Sal 89:1

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Salmo 90 Este Salmo es una petición por la renovación del favor divino a la luz de una profunda reflexión sobre la duración, carácter y significado del tiempo (cp. Sal 39). Nótese la mención de días (vers. 9, 12, 14, 15) y años (vers. 9, 10, 15). Dentro del marco de la naturaleza eterna de Dios (vers. 1, 2) y sus obras (vers. 16), el Salmo se mueve de la mañana al atardecer (vers. 6) y nuevamente a la mañana (vers. 14). El Salmo tiene tres secciones: 1) Una reflexión introductoria sobre la bondad eterna de Dios (vers. 1, 2); 2) una reflexión y oración acerca de la transitoriedad humana (vers. 3-12); y 3) cinco peticiones finales basadas en la misericordia de Dios y sus obras eternas (vers. 13-17). La sección media se divide en tres partes: Una reflexión sobre la brevedad de la vida humana (vers 3-6); una reflexión que su pecado termina en muerte (vers. 7-10) y una petición para que el ser humano se ocupe de estas cosas (vers. 11, 12). Las reflexiones melancólicas y oraciones que enfatizan la brevedad humana y su pecado (vers. 3-12) se enmarcan por una reflexión confortadora y una oración que enfatiza la eternidad y la bondad de Dios (vers. 1, 2, 13-17). Conforme al título, Moisés posiblemente usó esta oración para la nueva generación que estaba para entrar en la tierra prometida (vers. 13) después de 40 años de peregrinaje por el desierto (Nm 14:26-35).

Fuente: La Biblia de las Américas

Se sigue LXX: nuestro refugio… TM: nuestra morada.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

* Véase Deu 33:1

Heb., Adonai

Así en algunos mss. y la versión gr. (Sept.); en el T.M., una morada

Fuente: La Biblia de las Américas

LXX: un refugio.

Fuente: La Biblia Textual III Edición