Comentario de Salmos 96:7 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Dad a Jehovah, oh familias de pueblos, dad a Jehovah la gloria y el poder.
Dad a Jehová. Sal 29:1, Sal 29:2; Sal 68:32-34; Luc 2:14; Jud 1:25.
oh familias de los pueblos. Sal 22:27; Sal 66:1, Sal 66:2; Sal 67:3, Sal 67:4; Rom 15:9, Rom 15:10; Apo 5:9; Apo 19:6.
Dad a Jehová la gloria y el poder. 1Cr 29:11-13; Mat 6:13; 1Pe 5:11; Jud 1:24, Jud 1:25; Apo 5:13; Apo 7:12; Apo 14:7; Apo 19:1.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
familias de los pueblos: Continúa la alusión al pacto de Abraham (vv. Sal 96:2, Sal 96:3; Gén 12:1-3). Un día la alabanza a Dios vendrá gustosa de los pueblos de todas las naciones.
Dad a Jehová: Las palabras de los vv. Sal 96:7-9 están citadas de Sal 29:1, Sal 29:2, con la sustitución de «oh, hijos de los poderosos» por «oh, familias de los pueblos».
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EN CONTEXTO
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Rechazo a los «dioses»
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Los himnos de alabanza del Cercano Oriente a menudo afirmaban que el dios que se estaba alabando era superior a todos los demás dioses. En ocasiones, la Biblia usa ese tipo de lenguaje, pero con mayor frecuencia va más allá y dice que Jehová es el único Dios.
Una forma de rechazar a otros dioses era decir que solo eran estatuas. Los supuestos «dioses de los pueblos» no son más que ídolos inanimados de ellos mismos (Sal 96:5). Se afirma que Jehová es la verdadera deidad porque creó al mundo, «Jehová hizo los cielos» (Sal 96:5). Todos los demás dioses son impotentes e indignos de adoración; deben ignorarse. La gente que confunde la piedra, el metal o la madera con un dios real es insensata.
Una segunda forma de rechazar a otros dioses era dejar abierta la posibilidad de que existieran, pero expresando que no tenían ningún poder y que por lo tanto no se les debía tomar seriamente. El profeta Jeremías, por ejemplo, dice que otros dioses no crearon el mundo y por lo tanto dejarán de existir (Jer 10:11). Su insignificancia queda subrayada al colocarlos bajo la divina autoridad de Jehová.
Así, los poetas hebreos podían adaptar el lenguaje común de los himnos del Cercano Oriente al culto de Jehová. Para Israel y Judá solo importaba Jehová. Las otras deidades o no existían o, si existían, eran tan insignificantes que eran irrelevantes. Jehová debía «ser temido por sobre todos los dioses».
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Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Sal 29:1-2.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
— familias de los pueblos: Superando las fronteras del pueblo de Israel, las naciones de la tierra son ahora invitadas a reconocer el poder de Dios y a rendirle culto en su Templo (Sal 96:7-10). Como el Segundo Isaías (Isa 40:1-31; Isa 41:1-29; Isa 42:1-25; Isa 43:1-28; Isa 44:1-28; Isa 45:1-25; Isa 46:1-13; Isa 47:1-15; Isa 48:1-22; Isa 49:1-26; Isa 50:1-11; Isa 51:1-23; Isa 52:1-15; Isa 53:1-12; Isa 54:1-17; Isa 55:1-13), el salmista se convierte así en portavoz de un mensaje de universalismo religioso poco frecuente en el AT. Ver, entre otros pasajes, Isa 45:22-24; Isa 55:3-5.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
NOTAS
(1) O: “Den”, heb.: ha·vú.
(2) Véase Ap. 1C, sec. 8.
(3) Véase Ap. 1C, sec. 8.
REFERENCIAS CRUZADAS
m 3387 Sal 29:1
n 3388 1Cr 29:11
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Lit., Dad