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Comentario de Salmos 101:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Salmos 101:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

(Salmo de David) De la misericordia y el derecho cantaré; a ti cantaré salmos, oh Jehovah.

Misericordia y juicio cantaré. Sal 89:1; Sal 97:8; Sal 103:6-8; Sal 136:10-22; Rom 9:15-18, Rom 9:22, Rom 9:23; Rom 11:22; Apo 15:3, Apo 15:4; Apo 19:1-3.

A ti cantaré yo. Sal 71:22, Sal 71:23.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

David hace un voto y profesa piedad, Sal 101:1-8.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Este es un salmo real. El rey David declara sus propósitos y pide ayuda a Dios para mantenerse en rectitud. Este breve salmo tiene un tono de juicio fuerte, indicando no solo el deseo de proteger al inocente y al necesitado, sino también de mantener la reputación de Dios contra los ataques de sus enemigos. La idea del poema es:

(1) una determinación a alabar a Jehová (v. Sal 101:1);

(2) una determinación a comportarse con sabiduría (v. Sal 101:2);

(3) una determinación a abstenerse de la maldad (vv. Sal 101:3-5);

(4) una determinación a discriminar entre el que es justo y el que es inicuo (vv. Sal 101:6-8).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Misericordia y juicio se puede expresar de otro modo como «justicia compasiva». Hay cierta dureza en el tono del salmo que puede enfatizar el elemento de justicia de esta frase; pero bajo la justicia de Dios subyace su «misericordia» o «amor leal».

En la integridad … andaré: Esta frase significa actuar con destreza. La forma fuerte de este vocablo indica una determinación intensa, no solo un deseo pasajero.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

MISERICORDIA Y JUICIO. Este salmo describe la clase de corazón que el rey de Israel debe tener si desea gobernar de acuerdo con la voluntad de Dios. También se aplican las actitudes expresadas en este salmo a los que dirigen en la iglesia de Dios (cf. Hch 20:28; Hch 24:16).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

Salmo 101 (Vg 100): Normas de Vida de un Principe Ideal.
E ste salmo ha sido saludado como el “espejo del príncipe y de los magistrados.” En él se traza el programa de un gobierno equitativo y honesto, refrenando los desmanes de los impíos y promoviendo el bien a base de seleccionar buenos y fieles consejeros, evitando el fraude y ejerciendo la justicia de modo severo contra los obradores de iniquidad. En el salmo podemos distinguir dos partes: a) normas de conducta en la vida privada (1-4); b) en las relaciones de la vida pública (5-8).
El título atribuye el salmo a David, y en ese supuesto se insinúa la circunstancia del traslado del arca de la alianza a Jerusalén con ocasión de su composición; pero nada en el salmo garantiza esta suposición. Los críticos modernos prefieren una fecha de composición más tardía, sin que exista unanimidad de apreciaciones al concretarla, y, así, las opiniones se escalonan desde los tiempos de Ezequías hasta los Macabeos.

Normas de conducta en la vida privada (1-4).
1 Salmo de David. Quiero cantar tu piedad y justicia; a ti, ¡oh Yahvé! voy a entonar salmos. 2 Quiero entender el camino de los íntegros. ¿Cuándo vendrás a mí? Andaré yo en integridad de corazón en mi casa. 3 No pondré ante mis ojos cosa vil *; aborrezco el proceder de los apóstatas, no se me pegará. 4 Lejos de mí estará el corazón perverso; no conozco al malvado.

Las características de la conducta divina son la piedad hacia los que le son fieles y la justicia para con los rebeldes a su ley. El salmista inicia su poema declarando estos atributos divinos, para después amoldarse a sus exigencias en la vida moral. Algunos autores han querido suponer que este primer verso es una adición litúrgica, pero puede entenderse como preludio general del salmo, conforme al estilo de otras composiciones del Salterio.
En su conducta privada quiere seguir el camino de la integridad moral, ansiando poder convivir en comunidad afectiva con Yahvé: ¿cuándo vendrás a mi? En su vida no prestará atención a nada vil o indigno de su calidad de fiel yahvista; por eso no puede aprobar el proceder de los apóstatas o ateos prácticos, que viven al margen de su ley y desprecian a Dios. En su deseo de mantenerse íntegro, vivirá alejado del malvado con un corazón recto y sumiso a los preceptos divinos.

Conducta en su vida pública (5-8).
5 Reduciré al silencio al que en secreto detrae a su prójimo; no toleraré al de altivos ojos y corazón soberbio. 6 Pondré mis ojos en los fieles de la tierra para hacerlos morar conmigo. Los que andan por el camino de la rectitud serán mis ministros. 7 No habitará en mi casa el que comete fraude; el que habla mentirosamente no permanecerá ante mí. 8 De mañana haré perecer a todos los impíos de la tierra, y exterminaré de la ciudad de Yahvé a todos los obradores de iniquidad.

Como gobernante, excluirá de su confianza a los calumniadores, orgullosos y fraudulentos, procurando rodearse sólo de los hombres probos o fieles de la tierra. Sólo los rectos tendrán.acceso a.él en el gobierno en calidad de ministros. Con energía procurará cada día hacer desaparecer de la sociedad a los impíos, que inficionan el ambiente con sus perversidades. En la ciudad de Yahvé – Jerusalén – no pueden habitar los inicuos, pues es la capital de la teocracia, donde mora el propio Dios de Israel 2.

1 Lit. “cosas de Belial.” Cf. Deu 15:9; Deu 13:14; Sam 1:16; 2:12. En la literatura apócrifa judía posterior, “Belial” es el nombre que se da al príncipe de los demonios. Cf. 2Co 6:5. – 2 Cf. Sal 46:5; Sal 48:2.9; Isa 1:26.

Fuente: Biblia Comentada

Este salmo davídico expresa la justa consagración del rey mediador (David) a su rey eterno (Jehová) con respecto a 1) su propia vida personal y 2) la vida de cada uno de los que habitan en el reino. Es posible que este salmo fuera usado posteriormente en las coronaciones de futuros reyes de Israel. En último término, solo el Rey Jesús cumpliría perfectamente estas santas resoluciones (cp. Isa 9:6-7; Isa 11:1-5).

I. La vida personal del Rey (Sal 101:1-4)

II. Resultado personal para los habitantes del reino (Sal 101:5-8)

A. El justo (Sal 101:6)

B. El injusto (Sal 101:5; Sal 101:7-8)

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Salmo 101 (100): Canto real, probablemente vinculado a la ceremonia de entronización. El rey expone ante Dios, a modo de promesa, los principios de buen gobierno que han de guiar su actuación tanto en la vida pública como privada.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Sal 71:22.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Salmo 101. El Rey: Espejo de la Verdad

El orador debe ser el propio rey que contempla su alto rango, porque ¿quién más podría consagrarse a la tarea de eliminar a los impíos del país (8)? La estructura de las estrofas es así: en las primeras tres estrofas (1 a 2b, 2c a 3b, 3c a 4) él afirma las normas personales con las cuales se compromete; en las próximas tres (5, 6, 7) declara las normas que promoverá entre los oficiales de su corte y, en la última estrofa (8), enfoca las obligaciones públicas de su rango como cabeza del poder judicial.

1-4 Compromisos personales. Estas tres estrofas cubren, por turno, la vida del rey con el Señor, su vida en el hogar y la vida de santidad personal. 1 El Señor es caracterizado por su misericordia, fidelidad amorosa inmutable y derecho, la verdadera sabiduría que siempre puede tomar la decisión correcta. El rey canta de estos atributos divinos como quien se deleita en ellos. 2 Camino de la integridad, una manera de vivir o estilo de vida que demuestra integridad absoluta. ¿Cuándo vendrás a mí? Una apelación para contar con el apoyo sociable del Señor para con el rey. De mi casa aquí se refiere al ambiente doméstico como el primer lugar donde mostrar (andaré) un corazón íntegro (camino de integridad). 3 Ojos. El órgano del deseo, lo que uno quiere o espera lograr. El rey promete que sus emociones y objetivos serán sin reproche en su hogar. Indigna, quizá una combinación de “sin valor” y “destructiva”, o sea metas sin valor que, cuando se alcanzan, destruyen. La obra de los que se desvían. Quizá más lit. “actividad que involucra decadencia”. El rey apunta a las más altas normas de santidad. 4 Dichas normas deben aplicarse también al corazón (“un corazón torcido”) y a la mente (no reconoceré, lit. “conocer, o reconocer personalmente a”).

5-7 Normas en la corte. La escena toma forma con habiten conmigo, ése me servirá y delante de mis ojos. La casa (7, cf. 2) es ahora la corte real donde, bajo el rey como principal ejecutivo, otros realizan el servicio de él. (i) Negativamente (5, 7): el rey purga al ambicioso egoísta listo para destruir a otros con insinuaciones, al arrogante, al inconstante y al que no es veraz. (ii) Positivamente (6) quiere a los fieles, “los que son dignos de confianza” y al que (como él) “anda en camino de integridad”.

8 Jurisdicción pública. La escena ahora es la tierra y la ciudad donde el rey, como Señor del poder judicial, es responsable por las normas públicas, entre ellas “el castigo de los impíos”. Personalmente considera las promesas del Señor (1) para manejar fielmente en público los asuntos del Señor. Por las mañanas. Es la primera prioridad, un verdadero Moisés (Exo. 18:13). Cortaré de la tierra, silenciará con el silencio de la muerte. En esto los ministros de la corona no están exentos ni se les conceden libertades especiales. La ley se aplica tanto en la corte como en la calle.

No podemos ignorar las lecciones de este poderoso Salmo. Tiene una respuesta para el argumento que se escucha muchas veces de que siempre que un ministro del Estado haga bien su trabajo, su vida personal no importa. Pero David no pensaba así: su obligación real empezaba con su propia persona, su propio hogar y sus normas de vida. Si no es digno de confianza en su vida privada, ¿qué garantía hay de su integridad pública? El hogar fue el lugar de su colapso más trágico y sus ojos fueron la causa (2 Sam. 11:2). La administración pública de justicia fue la razón por la cual el descontento público abrió la puerta a la gran rebelión (2 Sam. 15:1-6). En consecuencia, al igual que todos los salmos que tratan sobre el rey, hay aquí un ideal que expone lo inadecuados que eran David y sus sucesores y clama por el David venidero y perfecto.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

101.1ss Tal vez David escribió este salmo al comienzo de su reinado cuando estableció las normas que quería seguir. Sabía que si quería andar por el camino de la perfección, necesitaría la ayuda de Dios (101.2). Podemos andar por este camino intachable si evitamos: (1) mirar la maldad («no pondré delante de mis ojos cosa injusta» 101.3), (2) asociarnos con malvados («corazón perverso se apartará de mí» 101.4), (3) difamación (101.5), (4) vanidad (101.5). Si bien debemos evitar todo lo enumerado anteriormente, también debemos permitir que la Palabra de Dios nos enseñe a vivir en rectitud.101.6 David dijo que mantendría sus ojos en «los fieles de la tierra». En otras palabras, escogería como modelos y amigos a quienes son veraces y piadosos. Nuestros amigos y socios tienen una profunda influencia en nuestra vida. Asegúrese en mantener su mirada en los que son fieles a Dios y su Palabra.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

REFERENCIAS CRUZADAS

a 3489 Sal 89:1; Rev 19:2

b 3490 Sal 71:22

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Salmo 101 Esta visión de la soberanía real consta de tres secciones: 1) Un himno introductorio celebrando los atributos de Dios en los cuales consiste el código de la conducta del rey: la misericordia y justicia de Dios (vers. 1); 2) la parte principal que consiste en el código de conducta para la administración del rey (vers. 2-7); 3) una conclusión que expresa su determinación de realizar la justicia en el reino (vers. 8). La segunda sección tiene dos estrofas. La primera consiste de un código de conducta para el rey mismo donde se compromete (vers. 2) a evitar ciertas clases de personas y cosas (vers. 3-5). La segunda estrofa expresa el código de conducta para sus ministros, pidiendo que ellos también anden en camino de integridad (vers. 6), y describe la clase de ministros que no morarán en su casa (vers. 7).

Fuente: La Biblia de las Américas

Un manifiesto de normas éticas que el Rey David se impuso a sí mismo (vv. Sal 101:1-4) y a su administración (vv. Sal 101:5-8), únicamente practicado de manera perfecta por el Mesías en Su reino futuro.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

O, del juicio

Fuente: La Biblia de las Américas

SALMO 101 (100)[8] Propósito de una justicia total e ideal. Rom 13, 4.

Fuente: Notas Torres Amat