Biblia

Comentario de Salmos 103:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Salmos 103:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

(De David) Bendice, oh alma mía, a Jehovah. Bendiga todo mi ser su santo nombre.

Año 1034 a.C.

Bendice alma mía. Sal 103:22; Sal 104:1; Sal 146:1, Sal 146:2; Luc 1:46, Luc 1:47.

y bendiga todo mi ser. Sal 47:7; Sal 57:7-11; Sal 63:5; Sal 86:12, Sal 86:13; Sal 111:1; Sal 138:1; Mar 12:30-33; Jua 4:24; 1Co 14:15; Flp 1:9; Col 3:16.

su santo nombre. Sal 99:3; Isa 6:3; Apo 4:8.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Una exhortación a bendecir a Dios por su misericordia, Sal 103:1-14,

y por la fidelidad, Sal 103:15-22.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Este salmo de sabiduría atribuido a David también es un salmo de alabanza. El salmista comienza el poema hablando en singular (v. Sal 103:1), pero después llega a incluir a la comunidad, tanto a los ángeles como a las personas (vv. Sal 103:20-22). La estructura del salmo es:

(1) alabanza a Jehová por sus muchos beneficios (vv. Sal 103:1-5);

(2) alabanza a Jehová por su continua misericordia (vv. Sal 103:6-10);

(3) alabanza a Jehová por su trascendental gloria y cuidado amoroso (vv. Sal 103:11-14);

(4) una comparación entre la naturaleza transitoria de la humanidad y la gobernación eterna de Dios (vv. Sal 103:15-19);

(5) una petición al cielo y la tierra para que bendigan a Jehová (vv. Sal 103:20-22).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Bendice … a Jehová quiere decir recordar que Él es la fuente de todas nuestras bendiciones. El salmista bendice a Jehová con todo su ser (Sal 146:2).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

BENDICE, ALMA MÍA, A JEHOVÁ. El verbo «bendecir» tiene el sentido de «alabar». De modo que este salmo expresa acción de gracias y alabanza al Señor por los beneficios y las bendiciones que El le concede al pueblo creyente del pacto. Nunca se debe olvidar la bondad de Dios hacia los que le obedecen (cf. Deu 8:12-14; 2Cr 32:25) ni dejar de estar agradecido por sus bendiciones derramadas en abundancia sobre sus hijos por medio del Espíritu Santo (véase la nota siguiente; cf. Hch 2:38-39; Hch 9:17-18; véase Jua 14:16, nota).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

Salmo 103 (Vg 102): Alabanza de la Misericordia Divina.
E n este bellísimo salmo se canta la benevolencia de Yahvé, que se muestra indulgente y comprensivo con el pecador. Las exigencias de su misericordia se sobreponen a las de su justicia, y el corazón arrepentido encuentra siempre el perdón de parte del Dios que conoce la fragilidad de la naturaleza humana. No es un Juez acusador, sino un Padre benévolo con sus hijos.
Fundamentalmente es un himno de acción de gracias y de alabanza; por su elevación de ideas y por su elegancia literaria, este salmo es considerado como una de las obras maestras del Salterio. El espíritu del salmista se refleja en toda su transparencia, muy cerca ya de las perspectivas cristianas: el Dios paternal y providente se sobrepone al Dios justiciero del Sinaí.
También se atribuye esta composición a David. No obstante, los comentaristas modernos insisten en los arameísmos y en las posibles reminiscencias de otros textos bíblicos posteriores a los tiempos davídicos 1. Por estas razones se supone que la redacción de este bellísimo salmo es de los tiempos postexílicos,

Yahvé, misericordioso y clemente (1-10).
1 De David. ¡Bendice, alma mía, a Yahvé, y bendiga todo mi ser su santo nombre!2 2 ¡Bendice, alma mía, a Yahvé y no olvides ninguno de sus favores 3El perdona todas tus faltas y sana todas tus dolencias; 4 El rescata tu vida del sepulcro y te corona de piedad y de misericordia; 5 El sacia de bienes tus deseos 3, renueva tu juventud como la del águila. 6 Hace Yahvé justicia, y juicio a todos los oprimidos. 7 Dio a conocer a Moisés sus caminos, y sus proezas a los hijos de Israel. 8 Es Yahvé misericordioso y benigno, tardo a la ira y muy benevolente. 9 No está siempre acusando ni guarda rencor eternamente. 10 No nos trata a la medida de nuestros pecados ni nos paga conforme a nuestras iniquidades.

Consciente de los múltiples favores que debe al Señor, el salmista invita a toda su personalidad – espiritual y corporal – a reconocerlos y a bendecir su benevolencia, que se muestra en el perdón de las faltas y en la curación de sus dolencias físicas 4. En los momentos de perder la vida es también El quien la rescata de las fauces amenazadoras de la fosa o sepulcro 5. El poeta juega con la metáfora de la fiera que ataca y está a punto de engullir la presa. El salmista tiene experiencia de haber sido milagrosamente liberado de la muerte inminente, y por eso lo declara abiertamente en reconocimiento de protección salvadora. Pero su benevolencia no se limita a salvarlo del peligro, sino que después le colma de bienes conforme a sus deseos; bajo este aspecto puede decir que su juventud se renueva constantemente como la del águila, que cambia de plumaje cada año (v.5). Quizá haya una alusión a la leyenda antigua del águila, que, volando hacia el sol, cae después en el mar para salir renovada de sus aguas, o a la fábula del ave fénix, que renace de sus cenizas.
Yahvé, en su proceder con los hombres y los pueblos, se amolda a las exigencias de su justicia y equidad, y por eso despliega su protección sobre los oprimidos 6. Su misericordia se manifestó especialmente en la azarosa historia de Israel cuando se formaba como colectividad teocrática. Llevado de su amor al pueblo elegido, mostró los caminos de su Ley a Moisés, y exhibió su poder en no pocas proezas deslumbradoras para protegerlo y auxiliarlo en momentos críticos 7. En todas sus actuaciones se mostró tardo a la ira, perdonando las transgresiones del pueblo rebelde y de dura cerviz y mostrándose siempre benevolente (v.8) 8. No es un fiscal que está siempre acusando y procurando litigios con los seres humanos, y menos con los fieles de su pueblo; y si se irrita contra él, depone pronto su cólera, sin guardar rencor alguno permanente. En realidad, Dios castiga siempre menos de lo que los seres humanos merecen por sus pecados 9.

La compasión paternal de Dios (11-18).
11 Sino que cuanto sobre la tierra se alzan los cielos, tanto prevalece su piedad sobre los que le temen; 12 cuan lejos está el oriente del occidente, tanto aleja de nosotros nuestras culpas; 13 cuan benigno es un padre para sus hijos, tan compasivo es Dios para con los que le temen; 14 pues El conoce de qué hemos sido hechos, se acuerda de que no somos más que polvo. 15 Los días del hombre son como la hierba; como flor del campo así florece, 16 pero sopla sobre ella el viento, y ya no es más; ni se sabe siquiera su lugar. 17 Pero la piedad de Yahvé es eterna para los que le temen, y su justicia para los hijos de los hijos, 18 para los que guardan su alianza y recuerdan sus mandamientos para ponerlos por obra.

La protección divina sobre los fieles a la Ley se manifiesta de modo inconmensurable, parecida a la distancia de los cielos a la tierra 10; pero esta actitud divina se muestra también en la facilidad de perdonar las culpas de sus protegidos 11. Es la conducta del padre para con sus hijos 12. En realidad, nadie mejor que Dios conoce la fragilidad humana 13, pues sabe que el hombre ha sido formado del polvo 14. Justamente por ello, su vida es efímera como la de la hierba y la flor, que se agostan con los primeros vientos solanos 15. En contraste con el carácter transitorio y fugaz de la vida humana está la piedad divina, que se extiende a los que le temen durante generaciones, y su justicia protege a los suyos de padres a hijos (v.17). Pero esto está condicionado a la observancia de su alianza, concretada en los mandamientos 16.

Doxología final (19-22).
19 Ha establecido Yahvé en los cielos su trono, y su reino domina todo (el universo). 20 Bendecid a Yahvé vosotros, sus ángeles, que sois poderosos y cumplís sus órdenes, prontos a la voz de su palabra. 21 Bendecid a Yahvé vosotros, todas sus milicias, que le servís haciendo su voluntad. 22 Bendecid a Yahvé todas sus obras en cualquier lugar de su imperio. ¡Bendice, alma mía, a Yahvé!

El salmista ha ido escalonando sus ideas: primero se invita a sí mismo a reconocer la benevolencia divina, después invita a sus compatriotas, recordando los beneficios de Yahvé en su historia, y, finalmente, se dirige a los seres angélicos, a los astros y a todas las criaturas para que se asocien a la alabanza del Creador. El poema, pues, ha ido ensanchando su panorama, siempre “in crescendo,” para terminar a toda orquesta con una gran “finale,” digna de la maravillosa composición. Dios mora en los cielos, y junto a su trono están los ángeles; por eso les invita en primer lugar a reconocer los atributos divinos, pues ellos – poderosos y a sus órdenes inmediatas – han sido los privilegiados entre todos los seres de la creación. Son por ello los más obligados a reconocer la grandeza del Creador 17. A su homenaje deben asociarse las milicias del cielo, la constelación de astros que ciegamente se mueven como un ejército cumpliendo la voluntad divina. Finalmente, todas las obras de Dios, que como tales llevan el sello del Creador, deben bendecirle, pues en ellas se ha mostrado su magnanimidad y riqueza infinitas. El cántico de los niños en el horno de Babilonia desarrolla esta idea del salmista, pasando revista a todas las obras de la creación 18.

1 Cf. v.16b y Job 7:10; v.1ss e Isa 40:63. – 2 Lit. “todo mi interior.” – 3 Deseos: así siguiendo a los LXX. Targ.: “los días de tu anciaidad”; Sir.: “tu cuerpo” – 4 Cf. Sal 33:22; Sal 105:4; Sal 106:48; Sal 145:22. – 5 Cf. Sal 16:11. – 6:8; Jue 5:11. – 7 Cf. Exo 33:13; Exo 34:6. – 8 Cf. Joe 2:13; Neh 9:17; Sal 86:16; Sal 145:9. – 9 Cf. Esd 9:13. – 10 Cf. Sal 36:6; Sal 57:11; Isa 55:9. – 11 Cf. Isa 38:17; Miq 7:19. – 12 Cf. Sal 27:11; Isa 49:15; Lev 15:20. – 13 Cf. Sal 78:39; Sal 89:47. – 14 Cf. Gen 2:7. – 15 Cf. Sal 90:5-6; Isa 51:12; Job 14:2. – 16 Cf. Ex 20:1s. – 17 Cf. Sal 29:2; Sal 148:3. – 18 Cf. Dan 3:245.

Fuente: Biblia Comentada

Bendice … a Jehová. cp. Sal 103:2; Sal 103:22; Sal 104:1; Sal 104:35.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

El Sal 103:1-22 y el Sal 104:1-35 parecen ser un par intencionadamente pensado para fomentar la bendición y exaltación de Dios. Este salmo representa un soliloquio en el que David explora la bondad de Dios y alienta a los ángeles y a las obras de la creación de Dios a unirse a él en la alabanza a Dios.

I. Llamamiento a la alabanza humana (Sal 103:1-19)

A. Personalmente (Sal 103:1-5)

B. Colectivamente (Sal 103:6-19)

II. Llamamiento a la alabanza de parte de la creación (Sal 103:20-22 b)

A. De los ángeles (Sal 103:20-21)

B. De las obras de la creación (Sal 103:22 a b)

III. Un estribillo de alabanza personal (Sal 103:22 c)

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Salmo 103 (102): Himno a la misericordia divina. El salmista, tras invitarse a sí mismo a la alabanza, celebra agradecido todo lo bueno que Dios hace por él y el amor sin fin que muestra hacia sus fieles, débiles y pecadores. La experiencia personal y comunitaria de esta ternura y compasión llevan al orante a abrirse a la creación entera exhortándola a cantar junto a él al Señor, rey y soberano del universo.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Sal 104:1; Tob 12:6.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Salmo 103. “tu Dios Es Rey, Tu Padre Reina”

La combinación del cuidado paternal inmutable y el gobierno soberano eterno es lo que recalca distintivamente este Salmo. Los versículos centrales (6-18), entre el paréntesis de la justicia divina, abundan en los atributos del Señor: su gracia, compasión, paciencia, tolerancia, perdón y paternidad, pero, sobre todo, misericordia; el amor que expresa su consagración a nosotros, su siempre inmutable fidelidad amante. El Salmo comienza (1-5) con una nota personal: cómo estos atributos de gracia han actuado en mi vida; la conclusión concordante (19-22) cierra un paréntesis alrededor del Salmo en esta nota personal pero su propósito es elevarnos a las alturas donde podemos examinar toda realidad, espiritual y física, y adorar al único Señor que es el Rey eterno.

1-5 Las bendiciones personales del Señor. 1, 2 Bendice (cf. 20-22). Cuando el Señor nos “bendice”, examina nuestras necesidades y responde a ellas; cuando nosotros “bendecimos” al Señor, examinamos sus excelencias y respondemos a ellas. Santo nombre. “Bendecimos” a Dios mismo cuando hacemos un recuento de sus bendiciones. Todo lo que él hace nace de quien es él (nombre): nunca actúa fuera de lo que ha revelado y de lo que es. Beneficios, mejor “suficiencias”: el verbo correspondiente en el v. 10 (pagado) significa “actuar totalmente”. 3 Perdona y sana aunque, la Escritura cuidadosamente indica, no en maneras paralelas: en 2 Sam. 12:13-23, el perdón fue instantáneo, la sanidad fue negada; el pecado y la enfermedad fueron llevados igualmente a Jesús (Mat. 8:16, 17) pero así como en esta vida presente, aunque perdonados todavía sufrimos la plaga del pecado, la enfermedad es todavía nuestro destino según su voluntad soberana hasta que, en el cielo, toda incapacidad y toda enfermedad moral, desaparezcan. 4 Rescata, actúa como el pariente más cercano que hace suyas nuestras necesidades. Hoyo, no sólo metafórico de peligros mortales en esta vida sino indicativo también de una temible posibilidad en la venidera (cf. 49:7-9, 13-15). Favores y misericordia. Los primeros son el amor centrado en la voluntad, el amor de la consagración, inmutable; la última: el amor del corazón, apasionado y emocional. 5 Anhelos. Esta palabra es dudosa y posiblemente debiera ser “tu continuación”, o “mientras vivas”. Aguila, la representación de una fuerza vital, incansable (Isa. 40:30).

6-18 La naturaleza misericordiosa de Dios. Esta poesía tiene como “eje” el v. 11 con su afirmación de una misericordia que da sombra, que lo domina todo (grande se traduce “prevalecieron” en Gén. 7:24), que es “eternamente inmutable”. Sigue hacia la verdad central en pasos parejos: (i) 6 y 17, 18 declaran la justicia del Señor, o sea su compromiso inflexible a su propia naturaleza y sus propósitos justos: nunca ama como resultado de algún cambio en su santidad o relajamiento de sus normas. Su justicia es el sello de todas sus acciones. Al ojo humano muchas injusticias no reciben justicia y muchas opresiones no reciben alivio: el v. 6 dice que el Señor se encarga de que esto no suceda (Gén. 18:25); y motivado por su misericordia, el Señor se encarga de que el bien prevalezca para quienes viven obedientemente dentro de su pacto (17, 18); (ii) 7, 8 y 14-16 equilibran lo que el Señor dio a conocer con lo que el Señor conoce. Podemos estar seguros de que el v. 6 es verdad porque es la revelación de Dios mismo a Moisés, principalmente (cf. Exo. 34:6) que tiene una predisposición emocional hacia nosotros (compasivo), se brinda a nosotros a pesar de que no lo merecemos (clemente), retiene su justa ira (lento) y tiene abundancia de la misericordia que nunca cambia. Se revela a sí mismo de esta manera porque nos conoce (14-16) en nuestra fragilidad y transitoriedad. (iii) 9, 10 y 12, 13 son respectivamente el lado negativo y el positivo del manejo divino de nuestro pecado. 10 Pecados, faltas específicas; iniquidades, la perversión de nuestra naturaleza interior. 12 Rebeliones, rebelión intencional contra la voluntad conocida de Dios. El v. 9 indica que Dios el Juez (contenderá es un verbo relacionado con el tribunal de justicia) es una modalidad pasajera de su relación con nosotros, mientras que el v. 13 revela que su paternidad es permanente. Este es el único versículo que usa específicamente padre junto con el verbo “tener compasión”. (Cf. uso de amor maternal, Isa. 49:15, y para su intensidad emocional, 1 Rey. 3:26.)

19-22. El trono eterno del Señor. ¿Cuál es la reacción correcta al que lo gobierna todo? La respuesta de la realidad angelical, celestial y cósmica es: “Hacemos lo que él quiere”, su palabra y su voluntad. ¿Y yo? Si realmente respondo a las excelencias del Señor como indican los vv. 1-5, ¿no obedeceré también su palabra?

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

103.1ss La alabanza de David se centró en los actos gloriosos de Dios. Es fácil quejarse de la vida. Sin embargo, la lista de David nos da muchas cosas por las que debemos alabar a Dios: perdona nuestras iniquidades, sana nuestras dolencias, nos rescata de la muerte, nos corona de favores y misericordias, sacia de bien nuestra boca y nos hace justicia y derecho. Recibimos todas estas cosas sin merecer ninguna de ellas. Por difícil que sea su vida, siempre podrá contar sus bendiciones pasadas, presentes y futuras. Cuando se sienta como si no tuviera nada por lo que alabar a Dios, lea la lista de David.103.7 La Ley de Dios se dio primero a Moisés y al pueblo de Israel. La Ley de Dios presenta una clara descripción de la naturaleza de Dios y su voluntad. Preparar a su pueblo para servirle y seguir sus caminos eran el manual de preparación de Dios. Repase los Diez Mandamientos (Exodo 20) y la historia de cómo se dieron y pídale a Dios que le muestre su voluntad y sus caminos a través de ellos.103.12 El oriente y el occidente nunca se encontrarán. Esta es una ilustración simbólica del perdón de Dios. Cuando perdona nuestro pecado, lo aparta de nosotros y ni siquiera lo recuerda. Ya no necesitaremos revolcarnos en el pasado, puesto que Dios perdona y olvida. Tenemos la tendencia a arrastrar el horrible pasado, sin embargo, Dios ha dejado limpia nuestra cuenta. Si vamos a seguir a Dios, debemos imitar su perdón. Cuando perdonamos a otros, también debemos olvidar el pecado. De otra manera, no hemos perdonado de verdad.103.13, 14 Nosotros somos frágiles, pero el cuidado de Dios es eterno. Demasiado a menudo miramos a Dios como Juez y dador de la ley, olvidando su compasión y preocupación por nosotros. Cuando Dios examina nuestras vidas, recuerda nuestra condición humana. Nuestras debilidades nunca deberían usarse como justificación para pecar. Su misericordia toma todo en cuenta. Dios le tratará con compasión, confíe en El.103.20-22 Todas las cosas en todo lugar deben alabar al Señor: ¡los ángeles (los poderosos y sus ejércitos celestiales) y sus obras! Alabar a Dios significa recordar todo lo que El ha hecho por nosotros (103.2), temerlo, obedecer sus mandamientos (103.17, 18) y hacer su voluntad (103.21). ¿Es su vida una alabanza al Señor?

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

NOTAS

(1) Véase Ap. 1C, sec. 8.

REFERENCIAS CRUZADAS

a 3569 Sal 104:1

b 3570 Sal 86:12; Sal 145:2; Mar 12:30

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Salmo 103 Este Salmo es un himno alabando a Dios por los beneficios del pacto, especialmente su misericordia y compasión que resultan en el perdón de sus santos, que aunque cometen errores, le temen y tratan de seguir el pacto. La primera sección (vers. 1-5) incluye la exhortación a sí mismo (vers. 1, 2) de alabar al Señor junto con el motivo de la alabanza (vers. 3-5). La segunda sección (vers. 6-9) expresa la celebración comunal de la misericordia y compasión del Señor (vers. 8, 11, 13, 17). La tercera sección (vers. 20-22) concluye el Salmo con un himno imperativo que exhorta a toda criatura a que alabe al S eñor . La sección principal consiste de vers. en pares (7-8, 9-10, 11-12, 13-14, 15-16, 17-18) que celebran el carácter justo y recto del reinado universal de Dios dentro del cual trata con misericordia y compasión (que son ilimitadas) a sus santos. En los vers. 7-12 se celebra la misericordia y compasión de Dios en relación con la iniquidad del hombre y en los, vers. 18-19, se hace referencia a la transitoriedad del hombre (cp. Sal 90).

Fuente: La Biblia de las Américas

Bendice… a Jehová. Adórale y dale gracias por todos sus beneficios.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

Este espléndido himno alaba a Dios por Sus bendiciones personales (vv. Sal 103:1-5), por Sus bendiciones nacionales (vv. Sal 103:6-7), por Su amor perdonador (vv. Sal 103:8-14), por Su amor eterno (vv. Sal 103:15-18), y concluye con un llamado universal a la alabanza (vv. Sal 103:19-22).

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

Lit., todas mis entrañas

Fuente: La Biblia de las Américas

SALMO 103 (102)[15] Símbolos de transitoriedad. Is 40, 7; Job 7, 10; 14, 2.

Fuente: Notas Torres Amat