Comentario de Salmos 118:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

¡Alabad a Jehovah, porque es bueno; porque para siempre es su misericordia!

Año 1042 a.C. (Título) Este Salmo fue probablemente compuesto por David después de la amonestación profética de Natán, y cantada por coros suplentes en algún festival público. Posee en gran medida el espíritu de David, mostrando la mano de un maestro en todo lugar; el estilo es grande y sublime; el tema es noble y majestuso. Sal 118:29; Sal 103:17; Sal 106:1; Sal 107:1; Sal 136:1; 1Cr 16:8, 1Cr 16:34; Jer 33:11.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Una exhortación a alabar a Dios por su misericordia, Sal 118:1-4.

El salmista en su experiencia muestra lo bueno que es confiar en Dios, Sal 118:5-18.

Bajo el prototipo del salmista se expresa la venida del Mesías en su reino, Sal 118:19-29.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

es un salmo de alabanza declarativa, es el punto culminante del grupo de salmos llamados pascuales o Hallel (la palabra hebrea que se traduce alabanza es hallelhallelujah viene de esta palabra). Probablemente el Salvador cantó estos salmos la noche antes de su muerte. La estructura del poema es:

(1) un llamado para alabar a Dios en la comunidad de redimidos (vv. Sal 118:1-4);

(2) un informe de confianza en Jehová (vv. Sal 118:5-9);

(3) un informe de la liberación divina en tiempos difíciles (vv. Sal 118:10-14);

(4) la alabanza de Jehová por los justos (vv. Sal 118:15-18);

(5) la declaración del salmista de que él entraría por las puertas de la ciudad para alabar a Jehová (vv. Sal 118:19-21);

(6) la representación de la piedra rechazada (vv. Sal 118:22-24);

(7) el grito de salvación «Hosanna» por el pueblo en alabanza a Dios (vv. Sal 118:25, Sal 118:26);

(8) la continua determinación del salmista de traer su alabanza a Jehová (vv. Sal 118:27, Sal 118:28);

(9) la petición renovada para alabar a Dios (v. Sal 118:29).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

La instrucción litúrgica Diga ahora Israel aparece de vez en cuando en los salmos (Sal 124:1-8Sal 129:1-8). Este salmo se recita en respuesta antifonal. El estribillo alaba la misericordia de Dios: para siempre es su misericordia.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

SALMOS DE LA PASCUA. Los judíos usaban estos salmos en la celebración anual de la pascua. Los primeros dos se cantaban antes de la comida y los cuatro restantes después de la comida. Así que estas fueron probablemente las últimas canciones que Jesucristo cantara antes de su muerte. Como estos salmos comienzan en hebreo con la palabra «aleluya» (Sal 113:1), los judíos llegaron a llamarlos Hallel (Alabanza).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

PARA SIEMPRE ES SU MISERICORDIA. Este salmo alaba al Señor por su amor eterno por su pueblo. Pudieran haber sido las últimas palabras cantadas por Jesús y sus discípulos antes que Él fuera al huerto de Getsemaní, donde fue arrestado y conducido a la muerte (cf. Mat 26:30; Mar 14:26). Se cantará también antes del retorno de Cristo en los postreros tiempos (compárese v. Sal 118:26 con Mat 23:39). Cuando se lee este salmo, se debe meditar en lo que pudiera haber estado en la mente de Cristo cuando lo cantó por última vez.

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

Salmo 118 (Vg 117): Himno Triunfal.
C on ocasión de una gran solemnidad pública, el salmista entona un himno de acción de gracias por una victoria recientemente obtenida contra los enemigos de Israel. La distribución estrófica tiene un aire procesional, y parece que intervienen todos los estamentos de la sociedad israelita: los sacerdotes, los laicos y aun los prosélitos o adheridos al culto del pueblo escogido. Desde el punto de vista literario se debe notar el aire antifonal del salmo: una voz recita un verso, y el coro responde con una letanía de frases rimadas en consonancia con la idea principal expuesta por el solista que dirige el coro.
Este salmo es el último del grupo aleluyático (“Gran Hallel”) y rezuma un profundo sentido eucarístico. El salmista habla en nombre de la nación (v.10): Yahvé ha liberado milagrosamente al pueblo de un gran peligro nacional, y el poeta, recogiendo el sentir colectivo, expresa, durante una procesión al templo para ofrecer las víctimas eucarísticas, los sentimientos de gratitud hacia el Dios nacional. En el salmo se respira un “exuberante espíritu de independencia y de ardor marcial.” 1
No pocos autores suponen que esta composición salmódica fue redactada con ocasión de la fiesta de los Tabernáculos del 444 a.C., celebrada después de la reconstrucción de los muros de Jerusalén 2. No obstante, por el contenido ideológico del salmo no podemos determinar con certeza la fecha de su composición. Algunos autores retrasan su datación hasta los tiempos de los Macabeos: la purificación del templo por Judas Macabeo en el 165 a.C. 3; en cambio, otros sugieren como ocasión del mismo la dedicación del segundo templo en tiempos de Zacarías4. Pero ciertamente el salmo es posterior al destierro babilónico.

Yahvé, Salvador de su pueblo (1-14).
1 Alabad a Yahvé, porque es bueno, porque es eterna su piedad. 2 Diga la casa de Israel: porque es eterna su piedad. 3 Diga la casa de Aarón 5: que es eterna su piedad. 4 Digan los temerosos de Yahvé: que es eterna su piedad. 5En la angustia invoqué a Yahvé, y me escuchó, poniéndome en salvo6. 6Está por mí Yahvé: ¿Qué puedo temer? ¿Qué podrá hacerme el hombre? 7 Está Yahvé por mí como socorro mío; contemplaré (despectivamente) a los que me odian. 8 Mejor es confiar en Yahvé que confiar en los hombres; 9 mejor acogerse a Yahvé que fiar en los príncipes. 10 Todas las gentes me cercaban, y en nombre de Yahvé las he descuartizado. 11 Me rodeaban, me cercaban, y en nombre de Yahvé las trituraba. 12 Me rodeaban como (enjambre de) abejas, quemaban como fuego las espinas, pero en nombre de Yahvé las trituraba. 13 Fui fuertemente empujado para que cayera, pero fue Yahvé mi auxilio. 14 Yahvé es mi fortaleza y a El le canto salmos; fue para, mí la salvación.

Organizada la procesión, un salmista invita a todos los componentes del pueblo elegido a cantar los beneficios de su Dios. El pueblo responde: porque es eterna su piedad. Después el director de coro se dirige a cada uno de los estamentos de la sociedad israelita: a la casa de Israel, es decir, la representación del elemento laico de la teocracia israelita. El pueblo contesta con el estribillo anterior. A continuación se dirige el salmista a la clase sacerdotal – la casa de Aarón -, y el coro general contesta con el mismo estribillo. Finalmente, el salmista se dirige a los temerosos de Yahvé – los espíritus religiosos más selectos o quizá los “prosélitos” adheridos al culto yahvista, aunque de procedencia gentílica -, y el coro sigue repitiendo el refrán que ensalza la piedad de su Dios 7.
A continuación el salmista declara cómo Yahvé ha mostrado su piedad con él – -habla en nombre de la colectividad nacional -, pues le ha librado de una situación angustiosa 8. En realidad, teniendo a su favor a Yahvé, nada puede temer de sus enemigos 9. Los auxilios humanos son insuficientes y aun falaces; por eso, sólo debe confiarse en Yahvé, que no engaña y es omnipotente 10. La situación de Israel atacado por sus enemigos fue desesperada, pues lo cercaban y punzaban como enjambre de abejas, o como espinas ardientes de fuego; pero Israel, confiado en su Dios, los trituraba y vencía. En los tiempos de Nehemías, los árabes, amonitas y demás pueblos circunvecinos hostilizaban despiadadamente a los repatriados israelitas 11. Ante tal confabulación de enemigos no quedaba sino invocar el nombre de Yahvé, cuyas resonancias en la historia de Israel implicaban una garantía de victoria. El v.14 está tomado del cántico de Moisés 12 y recuerda las grandes gestas del éxodo, lo que es una garantía de liberación para el pueblo israelita, perseguido de todos los tiempos.

Manifestaciones de exultación y agradecimiento (15-29).
15 Voces de júbilo y de victoria (resuenan) en las tiendas de los justos; la diestra de Yahvé ha hecho proezas; 16la diestra de Yahvé ha sido ensalzada; la diestra de Yahvé ha hecho proezas. 17No moriré, sino que viviré para poder narrar las gestas de Yahvé. 18Castigóme rigurosamente Yahvé, pero no me entregó a la muerte. 19Abridme las puertas de la justicia, y entraré por ellas para alabar a Yahvé. 20 Esta es la puerta de Yahvé: entran por ella los justos. 21 Te alabo porque me oíste y fuiste para mí la salvación. 22La piedra que rechazaron los constructores ha sido puesta por cabecera angular. 23Obra de Yahvé es ésta, y es admirable a nuestros ojos. 24Este es el día que hizo Yahvé. ¡Alegrémonos y jubilemos en El! 25¡Oh Yahvé, sálvanos! ¡Oh Yahvé, haznos prosperar! 26 ¡Bendito quien viene en el nombre de Yahvé! Nosotros os bendecimos desde la casa de Yahvé. 27 Yahvé es Dios; El nos ilumina. Ordenad la procesión con frondas, (trayéndolas) hasta los cuernos del altar. 28 Tú eres mi Dios, yo te alabaré; mi Dios, yo te ensalzaré. 29 Alabad a Yahvé, porque es bueno, porque es eterna su piedad.

Después de la victoria sobre los obstinados enemigos, los israelitas, agradecidos, entonan himnos jubilosos de triunfo, pues se ha manifestado la diestra poderosa de Yahvé como en los tiempos antiguos. Quizá la expresión tiendas de los justos aluda a las chozas en que vivían los israelitas los días de la fiesta de los Tabernáculos, aunque puede ser – y esto es lo más probable – una frase poética para designar las moradas de los fieles yahvistas. La estructura procesional parece mantenerse en la repetición del estribillo, la diestra de Yahvé ha hecho proezas. El pueblo entra solemnemente en el templo de Jerusalén y canta las nuevas gestas de su Dios, no inferiores a las del éxodo.
El salmista, recogiendo el sentimiento popular, declara los sentimientos de la nación. El pueblo elegido entra en una nueva fase y promete continuar narrando las proezas de Yahvé. Las humillaciones pasadas fueron un castigo enviado por El para corregirle y hacerle entrar por las vías de la Ley. Gracias a sus antiguas promesas no le ha entregado a la ruina total13. Los designios salvadores de Yahvé se mantienen a través de la historia, e Israel es objeto de su especial providencia.
Una vez llegados al umbral del recinto sagrado, una voz pide que se abran las puertas del templo, que representan la justicia; ellas guardan al Dios justo 14, y en su morada santa se muestra su espíritu de justicia para con su pueblo 15. Los guardianes del templo declaran que ésta es la puerta de Yahvé (v.20). Por eso, por ella deben entrar sólo los justos, que conforman su vida a las exigencias de la ley divina 16. De nuevo una voz declara el motivo de la actual exultación colectiva: el pueblo de Dios, minúsculo en apariencia, ha sido despreciado por los grandes imperios, pero ahora se ha convertido, según los planes divinos, en piedra cabecera angular del edificio de todas las naciones (v.22). Los constructores del edificio de la historia humana no habían reparado en una piedra despreciable por su tamaño, pero que en los designios de Dios ocupa el lugar central de la vida espiritual de los pueblos 17, ya que es la clave en el proceso del establecimiento del reino de Dios en la tierra.
Israel es, en efecto, la piedra angular en el edificio de la salvación de la humanidad, pues es el vehículo de transmisión de los designios salvadores de Dios en la historia. Jesucristo se aplicó este texto a sí mismo, pues las clases dirigentes de Israel no le han querido reconocer como Mesías, cuando es la piedra angular del mesianismo 18. En efecto, Cristo es el punto de conjunción del Israel de las promesas y el de las realizaciones mesiánicas universalistas. El salmista, entusiasmado ante los destinos de Israel, dice: obra de Yahvé es ésta; la actual victoria y liberación forma parte de un proceso providencialista de Dios, que es realmente admirable a nuestros ojos (v.23). La resurrección de Israel después del exilio babilónico prueba su elección entre todos los pueblos. Yahvé es fiel a sus antiguas promesas, y ello es prenda del glorioso futuro que espera al pueblo elegido.
Este día de la liberación de Israel es el día que hizo Yahvé. En Neh 8:17 se habla del gran día de fiesta en honor de Yahvé después de la reconstrucción de la ciudad. En una situación análoga debemos entender estas frases del salmista, invitando a la alegría general por el éxito logrado. Entusiasmado ante el espectáculo de júbilo, pide a Yahvé que continúe protegiendo a su pueblo (v.25). Al hacer su entrada en el templo el presidente del cortejo procesional, una voz proclama enfáticamente: ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! 19 Las turbas de Jerusalén saludan con estas palabras del salmo a Jesús al entrar triunfante en la ciudad santa 20. El grito de “¡Hosanna!” está también tomado del v.25 de este salmo procesional 21, que debía de ser muy recitado por los peregrinos al entrar en la ciudad santa.
El jefe del coro declara que su bendición hacia el pueblo, que avanza con su jefe al frente, procede de la casa de Yahvé, que es el Dios que ha mostrado su poder ahora de modo esplendente, como en otro tiempo en la liberación de Egipto 22. Con sus intervenciones salvadoras ilumina a su pueblo, espantando las tinieblas de la noche de la calamidad y favoreciéndole constantemente. Durante la travesía del desierto, Yahvé iluminaba a su pueblo en una columna de fuego por la noche 23. En la bendición de Moisés sobre Aarón y sus hijos se dice: “que Yahvé haga resplandecer su faz sobre ti y te otorgue su gracia, que vuelva a ti su rostro y te dé la paz” 24. él salmista – probablemente un levita – juega con todas estas reminiscencias bíblicas para declarar la protección salvadora y luminosa de Yahvé sobre su pueblo en este momento de triunfo y liberación. Quizá también se aluda a la costumbre de iluminar con antorchas el atrio de las mujeres, mientras se danzaba, en la noche de la fiesta de los Tabernáculos25.
Finalmente, se invita a todo el pueblo a desplegarse procesio-nalmente en el templo con los ramos o frondas en las manos. Según la Mishná, el día de los Tabernáculos se descendía a un valle vecino a Jerusalén a recoger ramos de sauce, que se llevaban, con ramos de mirto y palmas, al templo, dejándolas en el lado del altar 26. El salmista parece aludir a una costumbre similar, al invitar a poner los ramos en los ángulos o cuernos del altar (v.27) 27.
El salmo se cierra con la antífona inicial repetida por el pueblo: Alabad a Yahvé, porque es bueno. La distribución coral y procesional de las distintas partes del salmo parece necesaria para poder entender los cambios de personas y de ideas del mismo.

1 Gheyne, citado por A. F. Kirkpatrick, o.c., 694· – 2 Cf. Neh 8:13-18. – 3 Cf. 1Ma 4:37-59; 2 Mac 10:1s. – 4 Cf. Esd 3:8; Esd 6:15. – 5 Casa: falta en el TM, pero está en la versión de los LXX, y es exigida por el contexto. – 6 Lit.: “En la apretura invoqué… y me puso en lugar amplio.” – 7 Cf. Sal 115:9-13. – 8 Cf. Sal 18:20; Sal 31:9. – 9 Cf. Sal 56:10; Heb 13:6. – 10 Cf. Sal 146:3; Sal 116:11; Sal 62:13. – 11 Cf. Neh 4:73; Esd 4:7-23. – 12 Cf. Exo 15:2; Isa 12:2. – 13 Cf. Jer 30:11; Isa 46:28; Hab 1:12. – 14 Cf. Jer 31:23. – 15 Cf. Sal 65:6. – 16 Cf. Sal is,2s; Sal 24:43; Isa 26:2. – 17 Cf. Jer 51:26; Job 38:6; Isa 28:16; Zac 4:7. – 18 Cf. Mat 21:42; Mar 12:10-11; Luc 20:17. Lo cita también San Pedro:Hch 4:11; 1Pe 2:7. – 19 Cf. Sal 129:8; Deu 21:5; 2Sa 6:18. – 20 Cf. Mat 21:9. – 21 El Hóshí cah-nná (“Salva, por favor”) del salmo se ha convertido en el hosanna de los Evangelios (pronunciación dialectal aramaica). La expresión El que viene se convirtió en título mesiánico (cf. Mat 11:3). – 22 Cf. Exo 15:2. – 23 Cf. Exo 13:21; Neh 9:12.19. – 24 Num 6:25. – 25 Cf. Mishná, Sukka IV 2-4. – 26 ibíd., IV 5- – 27 Sobre los cuernos del altar véase Lev 4:7; 1Re 1:50. Constituían la parte más sagrada del altar, y eran ungidos con la sangre de la víctima (cf. Lev 8:15). No pocos autores traducen el v.27b del siguiente modo: “Ligad con cuerdas la víctima festiva a los cuernos del altar.” La palabra hebrea jag puede significar “peregrinación festiva” o “sacrificio festivo.” De ahí la diversidad de interpretaciones. La Bib. de Jér.: “Cerrad vuestros cortejos, con los ramos en la mano, hasta los cuernos del altar.” Así también Calés. NP: “Ordinate pompam cum frondibus densis, usque ad cornua altaris.”

Fuente: Biblia Comentada

Alabad. Cp. los Sal 105:1-45; Sal 106:1-48; Sal 107:1-43; Sal 136:1-26. El salmo acaba en el v. Sal 118:29 como ha comenzado aquí.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Vea la nota sobre el Sal 113:1-9. Este salmo, junto con el Sal 110:1-7, es intensamente mesiánico y por ello el más citado en el NT (Mat 21:9; Mat 21:42; Mat 23:39; Mar 11:9-10; Mar 12:10-11; Luc 13:35; Luc 19:38; Luc 20:17; Jua 12:13; Hch 4:11; Heb 13:6; 1Pe 2:7). No se identifican ni el autor ni las circunstancias específicas del salmo. Se podrían suponer dos posibilidades razonables: 1) Se escribió durante la época de Moisés, en el éxodo, o 2) fue escrito algún tiempo después que los judíos regresaran a Jerusalén desde el exilio. Probablemente fue lo primero, debido a 1) la naturaleza del Hallel egipcio (esp. Sal 114:1-8); 2) su uso por la comunidad judía, especialmente en la Pascua; 3) la estrecha semejanza con la experiencia de Moisés en el Éxo 4:1-31) la notable semejanza en lenguaje (Sal 118:14 con Éxo 15:2; Sal 118:15-16 con Éxo 15:6; Éxo 15:12; Sal 118:28 con Éxo 15:2), y 5) el sentido específicamente mesiánico en relación con la redención llevada a cabo por Cristo nuestra Pascua (1Co 5:7). Parece razonable proponer que Moisés posiblemente escribió este hermoso salmo para contemplar con adoración la Pascua histórica y para mirar adelante con maravilla a la Pascua espiritual en Cristo.

I. Llamamiento a la adoración (Sal 118:1-4)

II. Alabanza personal (Sal 118:5-21)

III. Alabanza colectiva (Sal 118:22-24)

IV. Consagración a la adoración (Sal 118:25-29)

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Salmo 118 (117): Salmo de acción de gracias que desarrolla una liturgia comunitaria celebrada tras la liberación de un grave peligro. Alternando las intervenciones corales con la voz de un miembro destacado de la asamblea (probablemente el rey), se proclama la confianza en Dios quien, en momentos de angustia, escuchó la súplica de su pueblo concediéndoles una victoria que, llenos de gozo, le agradecen en el Templo.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Sal 106:1.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

— es eterno su amor: Estribillo inclusivo de aclamación que se repite al final del salmo (Sal 118:29).

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Salmos 113-118. El «hallel» Egipcio: Una Cantata de Salvacion

Cualquier cosa que se relaciona con el Señor Jesucristo es de valor y atractivo supremos para el cristiano. En consecuencia, por ser muy posible que este grupo de salmos formara parte de las celebraciones de la Pascua les da especial interés e importancia. En la última Pascua, la primera Cena, él y sus acompañantes habrán cantado los Sal. 113, 114 antes de la comida y 115-118 sería el «himno» que cantaron al final (Mat. 26:30). Es indudable que cada salmo en el grupo tuvo su propia historia literaria, pero juntos eran llamados «el Hallel egipcio, un acto de alabanza», un comentario cantado de Exo. 6:6, 7.

El Sal. 113 adjudica todo el suceso al Señor; cómo es intrínseco a su dignidad exaltada, el exaltar al pobre y al necesitado. El 114 registra majestuosamente el éxodo mostrando cómo el Creador administra su creación para beneficio de su pueblo. Los Sal. 115 y 116 se equilibran uno con el otro al ser rescatados de la muerte espiritual (115) y física (116), respectivamente, la comunidad y el individuo. El 117 amplía la verdad del éxodo a sus límites mundiales: lo que fue hecho para Israel fue hecho para todos. Por último, el 118 nos permite unirnos a la gran procesión que pasa por las puertas hasta la presencia de Dios mismo.

(f) Salmo 118. Las puertas de justicia

El propósito del Señor en el éxodo iba más allá de liberación a redención y de tomar a los ex esclavos para ser “su pueblo”. El Sal. 118 representa simbólicamente este propósito definitivo. Su movimiento general es una procesión hasta las puertas del templo (19), luego pasando por las puertas hasta el altar (27). Pero al ir avanzando la procesión hay una antífona o “diálogo” entre un grupo y un individuo. Toda la asamblea habla en el v. 1 y en el 29; el grupo y su líder de adoración hablan respondiendo uno al otro en los vv. 2-4. Pero en el resto del Salmo el grupo actúa como un eco que responde a lo que el individuo dice y la secuencia “real” del Salmo es la historia de sus experiencias en medio de sufrimientos (5-7), hostilidad internacional (10-14) y castigo divino (17, 18) hasta llegar al punto cuando afirma su derecho de entrar por las puertas de la justicia (19), mientras trae consigo a una compañía de los que responden aprobando su posición de fe (6 y 7 con 8 y 9) y avalan su victoria en el nombre del Señor (10-14 con 15 y 16).

Después del v. 19 el tono cambia: hablar del Señor se convierte en hablar al Señor; y las voces también cambian: los guardias de la puerta (sacerdotales) declaran las condiciones para entrar (20) y sus colegas del santuario reciben como la piedra (22) al individuo que va entrando, aclaman su llegada como el día que hizo el Señor (24), lo bendicen como el que viene en el nombre del Señor (26) e invitan a toda la compañía que va entrando a reunirse en el altar y celebrar la fiesta (27).
“atmósfera” del Salmo sugiere una ocasión real, posiblemente una celebración anual (¿Pascua?) dentro del templo. O quizá una ceremonia en la cual el rey representaba un papel central, expresando de una manera individual el peregrinaje de todo el pueblo desde la angustia (5) y oposición del mundo (10), aun el peligro de muerte (17) a la luz (27) y a la presencia divinas. Pero hay elementos en el Salmo que miran más allá del recuerdo de las misericordias de Dios, sobrepasando lo que el pueblo o ningún rey haya soportado y demandando más de lo que ellos o él pudiera cumplir. ¿Cuándo sucedió que todas las naciones los rodearon y amenazaron y ellos las vencieron debiendo emprender la retirada? ¿Quién podría venir a las puertas de justicia y ser recibido como la piedra y el que viene en el nombre del Señor (22, 26)?
Salmo es expectante tanto como conmemorativo. Espera a Uno en quien todos sus detalles todavía habrían de cumplirse. El NT definitivamente da la respuesta, pero lo hace únicamente porque el AT hace la pregunta, porque la idea del Mesías en el NT no es un injerto (artificial) hecho al AT sino un brote (natural) de él.

1-4 Convocatoria y respuesta. 1 El Sal. 136 explica las implicaciones de esta convocatoria: era un recordatorio sucinto de todos los grandes actos de Dios (cf. Jer. 33:11). 2-4 Ver notas sobre 115:9-11.

5-7, 8, 9 Angustia, oración, seguridad, confianza. Sin introducción, se oye una voz individual (5-7). La angustia (cf. 116:3) es realzada aquí por un artículo definido sugiriendo “angustia suprema”. En sí, la palabra sugiere “presión, o constrición” y contrasta con la libertad que surgió como respuesta a la oración. En lugar espacioso, no confinado. Una experiencia así genera seguridad para el futuro; en relación con la oposición humana como tal (6; 56:11; Heb. 13:6) y en relación con el resultado. 7 Yo veré mi deseo (vea 112:8). 8, 9 El grupo acompañante comenta sobre el testimonio del individuo, declarando la eficacia de la vida de fe llena de confianza.

10-14, 15, 16 Enemigos alrededor, nombre suficiente, diestra fuerte. El individuo revela más sobre su angustia (5): estaba acorralado por la hostilidad unida de todas las naciones pero aunque el asalto había sido tan determinado como el de abejas agresivas, fue aniquilado tan rápidamente como el fuego entre espinos (12), por medio de la eficacia de actuar en y por el nombre del Señor (10-12). No obstante, el peligro fue real y pudo obtenerse la victoria únicamente por medio de la intervención divina (13), que dio fuerza y salvación liberadora (14). 15, 16 Hacen pareja con 8 y 9; los que andan bien con Dios (justos) experimentan júbilo, salvación (como en el v. 14). Diestra simboliza la fuerza personal en acción y, especial por ser la “mano derecha”. En la victoria del individuo ven un ejemplo supremo del Señor en acción.

17-21 Castigo divino, justicia, entrada. Mientras el individuo presenta un tercer testimonio (17, 18) va llegando a la puerta del templo (19) y, aunque éstas son las puertas de justicia (puertas que pueden ser franqueadas a condición de justicia), demanda entrada. Los guardias de la puerta responden (20), afirmando la condición para entrar y al pasar por la puerta (21) el individuo da gracias por su experiencia de oración contestada y por la liberación divina. 17 en su contexto original hace pareja con 6, 7: el orador afirma que él, no sus enemigos mortales, tendrá la última palabra. Pero cuando observamos al Salmo a través del espectro del Señor Jesús, el significado es que la muerte misma no tendrá la última palabra (Juan 10:18). 18 (Isa. 53:5, 6, 10). Detrás de la enemistad humana, el individuo ve la mano de Dios (Hech. 2:23). 19 Nótese la naturaleza personal de su reclamo (Abridme) de haber llenado el requisito de justicia (Isa. 53:11; Juan 16:10; 1 Jn. 2:1).

22 y 23, 24 y 25, 26-29 La piedra, el día y el que vendrá. Facilita nuestra comprensión de estos versículos si, una vez más, escuchamos voces antifonales. Los sacerdotes del templo saludan al individuo que entra como la piedra y los que lo acompañan responden (22, 23); los sacerdotes aclaman el día de su llegada y el grupo ora pidiendo experimentar las bendiciones del día (24, 25); los sacerdotes pronuncian una bendición sobre el individuo y el grupo (26, os, plural) y el grupo responde; los sacerdotes los invitan a la fiesta (27); el individuo (28) y el grupo (29) se suman a la adoración. La piedra es un símbolo mesiánico (cf. Isa. 28:16; Zac. 3:9). En Mat. 21:42-44 Jesús conecta el v. 26 con Isa. 8:14 (ver también 1 Ped. 2:6-8; cf. Rom. 9:33). En su contexto original este Salmo puede haber sido un proverbio describiendo un cambio extraordinario de la opinión humana: ¿Quién hubiera pensado que el pueblo esclavo fuera el pueblo escogido, la clave de la historia y del destino humano? O si el Salmo es una demostración ritual de la derrota del rey davídico ante las naciones y su subsecuente “resurrección” gracias a la intervención del Señor; ¿quién hubiera pensado que alguien llevado a tan extrema humillación hubiera resultado ser la cumbre de los propósitos divinos? ¡Pero cuánto opaca la realidad en Jesús a todos los tales cumplimientos preliminares! ¿Hubo alguna vez alguien que fuera rechazado con tanto desprecio por los grandes de la iglesia y el Estado? ¿Hubo otro que fuera tan humillado, tan abatido, bajo el peso de una oposición internacional (Hech. 4:27), otro que realmente fuera bajado al polvo de la muerte, otro a quien se le diera el lugar más alto que hay en el cielo, muy por encima de los principados y potestades y todo nombre que pueda nombrarse? Y (23) quién sino el Señor mismo puede haber hecho esto (Isa. 53:10; Hech. 2:23; Fil. 2:9-11).

24 El día: el día cuando uno oró bajo presión suprema y encaró todo lo malo seguro en Dios (5-7); el día cuando se encaró y venció a las fuerzas unidas del mundo (10-12); el día cuando se experimentó la hostilidad de un enemigo individual (13, lit. “Tú empujaste … ”, Juan 12:31) y salió cantando y victorioso (13, 14); el día cuando salió vivo del peligro mortal y del castigo del Señor (17, 18) y, en completa justicia personal, pasó por las puertas a la presencia de Dios (19-21); el día cuando la piedra rechazada se convirtió en cabeza de ángulo (22); ¡un gran día en la mano creativa de Dios!

El v. 27 es un trozo de heb. muy oscuro. Atad ramas festivas puede quizá significar “Preparad la fiesta”, pero sea como sea (especialmente teniendo en mente la última Pascua y la primera Cena) el significado es “venid y compartid en la fiesta que descansa en la obra de salvación divina” 28 ¿Refleja esto lo que dijo Jesús cuando, en la plena realidad de su humanidad victoriosa, glorificada, fue a su Padre y al nuestro, su Dios y el nuestro (Juan 20:17); ¿y cómo mejor podríamos responder que con el v. 29?

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

118.8 Los pilotos depositan su confianza en los aviones. Los pasajeros en los trenes, automóviles u ómnibus. Todos los días debemos poner nuestra confianza en algo o en alguien. Si está dispuesto a confiar en un avión o en un automóvil para llegar a su destino, ¿confiará también en Dios para que lo guíe aquí en la tierra y hacia su destino eterno? Cuán vano es confiar en algo o en alguien más que en Dios.118.22, 23 Jesús se refirió a este versículo cuando habló del rechazo de su pueblo (Mat 21:42; Mar 12:10-11; Luk 20:17). Si bien lo rechazaron, Jesús es ahora la «cabeza del ángulo», la parte más importante de la Iglesia (Act 4:11; Eph 2:20; 1Pe 2:6-7). La cabeza del ángulo es la piedra principal en la parte superior de un arco que lo mantiene unido.118.24 Hay días cuando lo menos que queremos hacer es alegrarnos. Nuestro ánimo está decaído, nuestra situación no está al alcance de nuestras manos, la tristeza o culpabilidad es abrumadora. Podemos identificarnos con los salmistas que a menudo se sentían así. Sin embargo, no importa cuán deprimidos se sintieran los salmistas, siempre fueron sinceros con Dios en cuanto a cómo se sentían. Y cuando hablaban con Dios, sus oraciones terminaban en alabanzas. Cuando no sienta deseos de regocijarse, dígale a Dios cómo se siente realmente. Descubrirá que Dios le dará una razón para hacerlo. Dios nos ha dado este día para vivir y servirlo: ¡alégrese!118.27 Los «cuernos del altar» eran la proyección de las cuatro esquinas del altar.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

REFERENCIAS CRUZADAS

a 4248 1Cr 16:8; Sal 107:1; Mat 19:17

b 4249 Sal 136:1

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Salmo 118 Este Salmo es una liturgia procesional de acción de gracias por la misericordia de Dios al dar una victoria militar a su rey. Fuera de la puerta del templo (vers. 1-18), un sacerdote establece el tono de alegría al llamar al pueblo a que alabe a Dios por su misericordia (vers. 1-4). El rey hace una declaración sobre la liberación de Dios (vers. 5) y una declaración de acción de gracias con el motivo de demostrar que recurrir a aliados humanos es inferior a la fe en el poderoso nombre del Señor (vers. 6-9). Los vers. 10-13 recuentan el alcance y el tamaño de las fuerzas que se le oponían. También explica cómo el Señor lo libró de un intento de asesinato y concluye el informe en vers. 14 con el lenguaje tradicional de los cánticos de victoria (cp. Ex 15:2; Is 12:2). Luego se desborda con nueva resolución a alabar, primero repitiendo el clamor jubiloso de su ejército (vers. 15, 16), y en segundo lugar cómo salió victorioso de las pruebas (vers. 17, 18). Ahora la procesión triunfante pasa por las puertas (vers. 19-21). El rey pide entrar (vers. 19) y los guardias sacerdotales obedecen porque la victoria es la aprobación de Dios, que garantiza la justicia del rey (vers. 20). El rey da las gracias a Dios (vers. 21). Una vez dentro del recinto del templo (vers. 22-29) la congregación se alegra porque milagrosamente Dios dio una posición de honor al humilde rey, que los sabios y poderosos de este mundo habían desechado (vers. 22-24). Los sacerdotes piden a Dios que establezca un nuevo orden en el mundo que empezó con la victoria del rey (vers. 25), le pronuncian bendiciones (vers. 26) y llaman a la adoración (vers. 27). El rey responde con alabanza (vers. 28) y llama a la congregación a que le acompañe (cp. vers. 29). El Salmo fue validado el primer domingo de ramos por Jesucristo, que lo aplicó a su pasión y resurrección (v. Mt 21:9; Mr 11:9-10; Lc 19:38; Jn 12:13).

Fuente: La Biblia de las Américas

Este salmo de jubilosa acción de gracias era cantado por los adoradores cuando se dirigían al Templo. Contiene una aclamación de alabanza (vv. Sal 118:1-4), un reconocimiento de angustia pasada, petición y liberación por Dios (vv. Sal 118:5-21), y una previsión del día futuro cuando la Piedra Angular traerá salvación (vv. Sal 118:22-29).

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie