PARA VIVIRLO

Buscar el bien de todos

El Sal 122:1-9 es otro canto de alabanza sobre el tema del monte Sion, ubicación del Templo en Jerusalén. Peregrinar a la casa de Jehová no era solo una obligación regular para los israelitas, también eran ocasiones de regocijo. La marcha a través de las puertas y después al Templo era edificante en sentido espiritual y unía a la comunidad.

Pero uno de los momentos determinantes de la adoración era la oración por la paz y prosperidad de Jerusalén (Sal 122:6-9). Esta oración mediaba por todos los que estaban implicados en la vida de la ciudad santa. Esencialmente era una petición para que Dios bendijera a quienes tomaban decisiones en el gobierno y sus políticas y programas.

Sin embargo, el interés de los peregrinos por Jerusalén no terminaba con la oración. Ellos también prometían buscar el bien de la ciudad (Sal 122:9). Esto indica que los creyentes de hoy hacen bien en orar y trabajar por el bien de sus propias ciudades de forma que beneficien a todas las personas de su comunidad. Al promover «la paz dentro de los muros» y «el descanso dentro de los palacios» (Sal 122:7), el pueblo de Dios estaría cumpliendo el consejo de Pablo de «hacer bien a todos, y mayormente (esto es, no solo) a los de la familia de la fe» (Gál 6:10).