Biblia

Comentario de Proverbios 4:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Proverbios 4:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Oíd, hijos, la enseñanza de un padre; estad atentos para adquirir entendimiento.

Oíd, hijos, la doctrina. Pro 1:8; Pro 6:20-23; Sal 34:11; 1Ts 2:11, 1Ts 2:12.

y estad atentos. Pro 2:1-5; Pro 5:1; Pro 7:4; Pro 8:32-36; Pro 19:20; Pro 22:17; Heb 2:1.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Salomón persuade a ser sabio, Pro 4:1-13,

y a evitar la maldad, Pro 4:14-19.

exhorta a la santificación, Pro 4:20-27.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

En el antiguo Medio Oriente, la instrucción en la sabiduría era principalmente un asunto de entrenamiento para la corte y los maestros eran considerados los «padres» de los estudiantes. Pero en Israel, la enseñanza de la sabiduría se impartía también en el hogar.

la enseñanza de un padre: Esto implica un trabajo de amor y ternura, como también de disciplina. El v. Pro 4:1 comienza de forma similar a la primera sección paternal (Pro 1:8), pero el destinatario está ahora en plural: hijos. Como sus padres lo instruyeron a él, ahora el hijo instruye a sus propios hijos, o sea, una generación instruye a la otra. El llamado de los padres a enseñar a sus hijos las cosas de Dios es algo que nace en (Deu 6:7) y se refleja en los Salmos (Sal 78:3Sal 78:4).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

OÍD, HIJOS, LA ENSEÑANZA DE UN PADRE. De su padre Salomón había aprendido de los caminos de Dios y ahora estaba trasmitiendo la instrucción a sus hijos. Dios quiere que se aprenda la genuina santidad y consagración a sus caminos primordialmente mediante la enseñanza de los padres y los ejemplos dados en el hogar; no quiere que se delegue esa responsabilidad a los programas de educación de la iglesia (Deu 6:7; véase el ARTÍCULO PADRES E HIJOS, P. 1716. [Col 3:21]).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

4. Exhortación a Conseguir la Sabiduría.

Excelencia y beneficios de la sabiduría (4:1-9).
1 Oíd, hijos míos, la doctrina de un padre, y atended bien para aprender prudencia, 2 porque la doctrina que os enseño es buena; no desdeñéis, pues, mis enseñanzas. 3 También yo fui hijo para mi padre, unigénito bajo la mirada de mi madre. 4 Y él me enseñaba diciéndome: Pon atención a mis palabras, pon por obra mis mandatos y vivirás. 5 Sabiduría ante todo, adquiere la inteligencia; no la olvides, no te apartes de los dichos de mi boca. 6 No la abandones, y te guardará; ámala, y ella te custodiará. 7 Al precio de todas las riquezas adquiere la sabiduría, al precio de cuanto posees adquiere la inteligencia. 8 Tenia en gran estima, y ella te ensalzará y te honrará si tú la abrazas. 9 Pondrá en tu cabeza corona de gracia, te ceñirá espléndida diadema.

En esta primera estrofa del capítulo cuarto, el sabio hace la presentación de su persona y doctrina. Cuando todavía era niño, aprendió de sus padres, que lo querían como se quiere a un hijo único, las enseñanzas de la sabiduría. El quiere ahora repetir a sus discípulos, adoptando la actitud del padre solícito de la instrucción de sus hijos, lo que él aprendió de labios de su padre. La enseñanza era en este tiempo familiar y oral; no hay indicios de que existieran entonces escuelas para niños.
La doctrina que él enseña es buena. Son máximas que le indican el sendero de la virtud y le apartan de los vicios, conduciéndole a una vida larga y feliz. Es oportuno recordar también aquí la observación hecha a 3:1: mientras que el profeta se presenta al pueblo como llamado por Dios y le habla en su nombre, el sabio habla con su propia autoridad, se presenta como un padre que enseña a su-hijo y asegura a veces haber adquirido la doctrina que enseña mediante la experiencia y el esfuerzo 1.
En la segunda parte de la estrofa (v.6-9) indica, en medio de una apremiante y continuada exhortación, los requisitos para alcanzar la sabiduría y los frutos que de ella derivan. Ante todo es necesaria una estima e interés grandes por ella, a los que han de seguir el esfuerzo preciso por conseguirla y poner en práctica sus consejos. Una vez conseguida, hay que unirse a ella con lazo fuerte, como el que une a los parientes más próximos 2; con lazo indisoluble, como el que une al esposo a la esposa 3. “La sabiduría consiste no en la lectura y especulación, sino en su ocupación y posesión; si, pues, comienzas a poseerla, tienes el principio de la sabiduría; si vas progresando en su posesión, cuanto en ésta, otro tanto progresarás también en la sabiduría; si la posees plenamente, tendrás también plena y perfecta sabiduría; ahora bien, esta posesión consiste en el uso y práctica de la sabiduría o virtud” (A Lapide) 4.
Los beneficios de la sabiduría que indica son maravillosos: guarda de todo mal como fiel compañera (v.6), proporciona una vida feliz y dichosa (v.4), alcanza estima y aprecio ante los demás, confiriendo una belleza moral más apreciable que las coronas y las diademas. Salomón la abrazó, hizo de él el rey sabio por excelencia, cuya sabiduría se hizo admirar en el Oriente 5. La costumbre de llevar coronas y diademas sobre la cabeza, sobre todo en ocasiones de júbilo, pudo sugerir la imagen del v.8 6.

La recta senda (4:10-19).
10 Oye, hijo mío, y recibe mis palabras, y se multiplicarán los años de tu vida. 11Que te enseño el camino de la sabiduría y te encamino por el recto sendero. 12 Así, cuando anduvieres, no se enredarán tus pasos, y aun corriendo no tropezarás. 13 Retén firmemente la disciplina, no la dejes; guárdala, mira que es tu vida. 14 No te metas por las sendas del impío, no vayas por el camino de los malos. 15 Esquívale, no pases por él, tente apartado de él, pasa de lejos. 16 Esos no duermen tranquilos si no han hecho el mal; huye de ellos el sueño si no han hecho alguna ruina. 17 Comen el pan de la maldad y beben el vino de la violencia. 18 Mas la senda de los justos es como luz de aurora, que va en aumento hasta ser pleno día. 19 Al contrario, el camino del impío es la tiniebla y no ven dónde tropiezan.

Esta segunda estrofa comienza sus exhortaciones con la promesa, ya varias veces repetida, de la longevidad 7, la vida feliz y próspera, con tanta frecuencia prometida a Israel si permanecía fiel a Yahvé, que los sabios aplican al individuo en particular. La sabiduría enseña la recta senda a su discípulo, de modo que podrá caminar con seguridad a través de la vida. Fácilmente tropieza y cae el que anda en tinieblas, privado de la luz de la sabiduría; pero quien sigue la luz de sus consejos no tropezará aunque la vida se le presente complicada y difícil, porque ella le enseña cómo debe comportarse en todas las circunstancias, en las prósperas y en las adversas.
Y para mantenerse firme en ella, un doble consejo: retener firmemente la instrucción (v.13) o disciplina, que capacita para practicar la virtud, la cual supone espíritu de abnegación y sacrificio, dominio de sí mismo; y mantenerse alejado de los malvados (v.1s), que de tal modo se han habituado a hacer el mal, que no duermen contentos el día que no han perpetrado alguna ruina; aquél viene a ser para ellos algo así como su comida, de la que no pueden prescindir. El influjo de las malas compañías ha sido ya puesto de manifiesto por el autor8. El célebre predicador Lacordaire decía: “Creedme: toda la vida depende de las personas a las que hayamos tratado con familiaridad. Esta habitúa a las acciones, al mismo tiempo que a las personas, y lo que antes nos parecía odioso y abyecto, poco a poco pierde su aspecto impresionante…; el espíritu se entenebrece, el oído se corrompe, el corazón pierde el pudor, y terminamos por amar lo que nos parecía repugnante.” 9
Concluye la estrofa con una hermosa antítesis entre la senda del justo y la del impío, que presenta bajo la metáfora de la luz y las tinieblas. La vida del justo está iluminada por la luz de la sabiduría, que lo libra de todos los peligros exteriores, que va creciendo con el cumplimiento de sus consejos e ilumina a los demás, señalándoles el camino a seguir. San Juan presenta a la Sabiduría encarnada como la luz que ilumina a todo hombre con su doctrina 10. Y Jesucristo exhortaba a sus oyentes a que fueran hijos de la luz, recibiendo su palabra y viviendo conforme a ella 11; y de sus discípulos quería que fuesen, con su predicación y sus obras, luz del mundo 12. Los caminos del impío, por el contrario, están envueltos en tinieblas. Quienes en ellas caminan sin la luz y consejos de la sabiduría, terminan por tropezar y caer víctimas de sus propios vicios y crímenes; cuando ellos menos lo esperen, pierden sus bienes terrenos o una muerte prematura acaba con sus perversos planes 13.

Evitar la senda de la iniquidad (4:20-29).
20 Hijo mío, atiende a mis palabras, inclina tu oído a mis razones. 21 No se aparten nunca de tus ojos, guárdalas dentro de tu corazón; 22 que son vida para quien las acoge y sanidad para su carne, 23 Guarda tu corazón con toda cautela, porque es manantial de vida. 24 Lejos de ti toda falsía de la boca, y aparta de ti toda iniquidad de los labios. 25 Mira siempre de frente con tus ojos, vayan tus párpados derechos ante ti. 26 Mira bien dónde pones el pie y sean rectos todos tus caminos. 27 No te desvíes a la derecha ni a la izquierda y aparta del mal todos tus pasos. 28 “Pues el Señor conoce los caminos que están a la derecha; mas los que están a la izquierda son perversos. 29 El mismo dirigirá tu carrera y guiará tus caminos en la paz” (LXX).

Con una introducción análoga a la de las estrofas precedentes comienza el sabio la tercera. No se cansa de recomendar una y otra vez el estudio y aplicación a la sabiduría y de poner de relieve sus benéficos frutos. Quiere que su discípulo aplique a ella todos sus sentidos, que lleve sus consejos en su corazón. Pues son vida en el sentido material de salud y bendiciones terrestres 14; el influjo de una vida recta en la salud corporal es manifiesta, como el de ciertos vicios en enfermedades repugnantes. Y lo son también en el sentido de vida moral a que lleva su cumplimiento.
Para no incurrir en la senda de la iniquidad, el discípulo de la sabiduría ha de guardar ante todo su corazón, porque él es la fuente de la vida material y también moral. Por lo que a ésta se refiere, Jesucristo hizo el mejor comentario cuando enseñaba que “el hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca cosas buenas, y el malo saca cosas malas de su mal tesoro”15. De los sentimientos del corazón depende toda la conducta 16. Y como “de la abundancia del corazón habla la lengua”17, la guarda de aquél facilita el buen gobierno de ésta; el sabio ha de detestar toda mentira y toda detracción y calumnia. Nada más opuesto a la sabiduría, compañera inseparable de la verdad. La Sabiduría encarnada se presentaría en los tiempos mesiánicos como la Verdad 18, y San Pedro afirmaría que “en su boca no fue hallado engaño.”19
También la vigilancia de los ojos es precisa a quienes no quieran incurrir en el mal. Son las ventanas del corazón, por las que éste puede entrar. El ser humano virtuoso ha de tener fija su mirada en el camino que le señalan los consejos de la sabiduría y nada debe distraérsela de él. Finalmente, los pies son los ejecutores de los deseos del corazón, los que llevan al mal o al bien. El hombre inteligente, antes de mover su pie, mira dónde pisa; el virtuoso, antes de obrar, ha de reflexionar sobre lo que va a hacer, consultando a la sabiduría, y seguir la senda que ésta le señale, sin desviarse de ella.
Los LXX añaden los versos 28-29, que vienen a ser un comentario a los versos precedentes, atribuyendo a Dios la obra asignada antes a la sabiduría. Se encuentra también en la Vulgata. No es fácil decidir si provienen de un original hebreo o si son una adición de un escriba o un cristiano de los primeros siglos.

1 Job 15:17. – 2 7:4 – 3 18:22; 19:14; 31:10. – 4 g.c., p.107). – 5 1Re 4:29-34; 1Re 10:1-9 – 6 Ez 16:12; 23:42. – 7 2:21; 3:2.16.18. – 8 1:8-19; 2:12-19. – 9 Cf. Conferencias 24 y 25 de 1844. – 10 1:9 – 11Jn 12:35-36, – 12 Mt 5:14-16. – 13 1:18; 2:22. – 14 Lev 26:3-13; Deu 11:7-15; Deu 28:2.6.8.11, etc. – 15 Lev 6:45; Mat 15:18-19. – 16 Ptah-hotep tiene unas expresiones semejantes: “El corazón es lo que hace a los hombres atentos o desatentos a la sabiduría. Vida, dicha, salud para los hombres es el corazón” (J. B. Pritghard, Ancient Near Eastern Texts [New Jersey 1955] p.414). – 17 Luc 6:45 – 18 Jua 14:6. – 19 1Pe 2:22.

Fuente: Biblia Comentada

Esta larga sección presenta la alabanza paterna de la sabiduría en forma de discursos didácticos. Estos capítulos preparan al lector para los proverbios propiamente dichos que comienzan en Pro 10:1 ss.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Pro 4:1-9 : Entre las fuentes de la sabiduría tienen parecida importancia tanto el esfuerzo personal como la experiencia de los mayores y la tradición familiar. Por eso, en su exhortación a la adquisición de la sabiduría, el padre invoca su propia experiencia filial.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Un llamado a buscar la sabiduría y promesas respecto a sus dádivas

Este pasaje instándonos a prestar atención a la sabiduría es semejante a 3:13-20 al ver a la sabiduría como una persona, pero es semejante a otros pasajes al darnos instrucciones respaldadas con promesas de los beneficios de la sabiduría. Se dirige al lector a la atención, aplicación, obediencia, dedicación, consistencia, sacrificio y entusiasmo (nótese la repetición de adquiere). La motivación promete vida, protección y honor.

Aquí se desarrolla el énfasis sobre la enseñanza de estilo familiar (1-4). En tanto que la actitud de los padres puede oscilar entre ser demasiado autoritaria y la falta total de dirección, Prov. urge una tercera manera, la cual ofrece enseñanza firme pero siempre bajo Dios. (¡Aunque en eso hay el peligro de manipular a las personas!)

La atrayente señora Sabiduría (8, 9) proporciona una contraparte positiva a la seductora señora Insensatez encarnada en la “mujer ajena” de, p. ej. 2:16-19. La mujer astuta que puede usar su femi neidad para lograr sus metas puede actuar como sabia consejera de su marido y protegerle de la insensatez. No hay precio demasiado alto a pagar por la mujer apropiada, tanto metafórica como lit. (7).

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

4.3, 4 Una de las más grandes responsabilidades de los padres es la de alentar a sus hijos a ser sabios. Aquí Salomón dice cómo su padre, David, lo alentó a buscar la sabiduría cuando era joven («tierno de edad») (véanse 1Ki 2:1-9 y 1 Crónicas 28, 29 para la recomendación completa de David hacia su hijo). Esto quizás motivó a que Salomón pidiera a Dios sabiduría por encima de cualquier otra cosa (1Ki 3:9). La sabiduría puede trasmitirse de padres a hijos, de generación en generación. Finalmente, por supuesto, toda sabiduría procede de Dios. Los padres solo pueden exhortar a sus hijos para que se vuelvan a El. Si sus padres nunca se lo han enseñado, la Palabra de Dios actúa como una madre o un padre amoroso y compasivo para usted. Puede aprender de las Escrituras y así crear un legado de sabiduría a medida que enseñe a sus hijos.4.5-7 Si quiere sabiduría, debe decidirse a ir en pos de ella. Una vez comenzado el camino, no importa cuán difícil se torne, se necesita determinación para no abandonar la búsqueda. Este no es un paso que se da una sola vez en la vida, sino un proceso diario de elección entre dos caminos: el del mal (4.14-17, 19) y el del bien (4.18). Nada es más importante o de mayor valor que esto.4.7 David le enseñó a Salomón cuando era niño que buscar la sabiduría de Dios era lo más importante que podía hacer. Salomón aprendió bien la lección. Cuando Dios apareció ante el nuevo rey para concederle cualquier petición, Salomón eligió la sabiduría por encima de cualquier otra cosa. Nosotros también debemos hacer que la sabiduría de Dios sea nuestra primera opción. No tenemos que esperar a que El aparezca ante nosotros. Con valor podemos pedirle sabiduría hoy mediante la oración. Jam 1:5 nos asegura que Dios concederá dicha petición.4.13-17 Incluso los amigos pueden hacerle caer. Para muchos les resulta difícil aceptar que los amigos y conocidos quizás los tienten a hacer algo malo. Los jóvenes desean aceptación, por lo tanto, no quieren confrontar ni criticar a un amigo por planes o acciones erróneas. Muchos otros incluso no quieren ver cómo las acciones de sus amigos los meten en problemas. Si bien debemos aceptar a otros, necesitamos un saludable escepticismo acerca de la conducta humana. Cuando se dé cuenta de las malas influencias, proceda con cuidado. No permita que sus amigos lo hagan caer en pecado.4.23-27 Nuestro corazón, nuestros sentimientos de amor y deseos, dicta en gran manera cómo vivimos debido a que siempre encontramos el tiempo para hacer lo que disfrutamos. Salomón nos dice que tengamos cuidado con nuestros afectos, que nos aseguremos y concentremos en esos deseos que nos mantendrán en el buen camino. Asegúrese de que sus afectos lo lleven hacia la dirección correcta. Ponga límites a sus deseos: no vaya detrás de todo lo que vea. Mire hacia adelante, mantenga sus ojos fijos en la meta, no se desvíe en lo que le puede conducir a peESTRATEGIA PARA UNA VIDA EFICAZComienza con: Sabiduría de Dios. Respetar y apreciar a Dios por lo que El es. Reverenciar y temer al Dios todopoderoso en agradecimiento.Requiere: Aplicación moral . Confiar en Dios y su Palabra. Permitir que su Palabra nos hable personalmente. Estar dispuestos a obedecerlo.Requiere: Aplicación práctica. Actuar en la dirección de Dios en la entrega diaria.Se obtiene: Vida eficaz. Experimentar lo que Dios hace con nuestra obediencia.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

REFERENCIAS CRUZADAS

a 180 Deu 6:7; Sal 34:11; Pro 1:8; Pro 19:20; Efe 6:1

b 181 Pro 23:23

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Esta alabanza de la sabiduría está en forma de autobiografía (cp. 24:30– 34) que da énfasis al valor de la sabiduría. Esta pieza literaria contiene un vislumbre del hogar de un israelita piadoso. El poema consta de dos partes: la enseñanza del padre (vers. 1– 3) y la enseñanza del abuelo (vers. 4– 9). La enseñanza del padre consiste de una amonestación a hacer caso a la sabiduría heredada (vers. 1), porque la instrucción es buena (vers. 2) y probada (vers. 3). La enseñanza del abuelo es la amonestación de guardar (vers. 4) y adquirir sabiduría (vers. 5) porque la sabiduría es salvaguardia (vers. 6); y 2) la enseñanza de que la sabiduría es tan importante y esencial que debiera conseguirla a toda costa (vers. 7). A esta enseñanza sigue la orden de estimar la sabiduría (vers. 8) porque ensalzará al que la busque (vers. 9).

Fuente: La Biblia de las Américas

La sabiduría proporciona muchos beneficios: cuidado y honra (vv. Pro 4:1-9); guía por el camino de justicia (vv. Pro 4:10-19) y vida, salud e integridad (vv. Pro 4:20-27).

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

Lit., conozcáis

Fuente: La Biblia de las Américas