Comentario de Proverbios 6:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Hijo mío, si diste fianza por tu prójimo y estrechaste la mano con un extraño,
si salieres fiador. Pro 11:15; Pro 17:18; Pro 20:16; Pro 22:26; Pro 27:13; Gén 43:9; Gén 44:32, Gén 44:33; Job 17:3; Flm 1:18, Flm 1:19; Heb 7:22.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Máximas contra la confianza en sí mismo, Pro 6:1-5;
la ociosidad, Pro 6:6-11;
y el mal comportamiento, Pro 6:12-15.
Siete cosas que Dios aborrece, Pro 6:16-19.
Las bendiciones de la obediencia, Pro 6:20-24.
Las consecuencias de la prostitución, Pro 6:25-35.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Estos versículos nos advierten de salir como fiador (Pro 11:15). Esto no significa que nunca debamos ser generosos ni que no ayudemos si contamos con los medios, sino que no debemos prometer algo que nunca cumpliremos. Durante los días de Salomón, una persona que no pagaba lo que debía, podía llegar a perder todas sus posesiones y además, ser reducida a la esclavitud. Aunque pensemos que las leyes actuales difieren un tanto de las anteriores, la inhabilidad para pagar una deuda termina siendo una forma de sujeción y puede llegar a ser un serio problema para el deudor.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
SI SALIERES FIADOR POR TU AMIGO. Este versículo es una advertencia contra el convertirse en un «fiador» de un amigo (cf. Pro 11:15; Pro 17:18; Pro 22:26). Ser fiador quiere decir aceptar la responsabilidad por la deuda de alguien si esa persona deja de pagarla. Eso hace la situación económica de un fiador dependiente de la conducta del amigo y sujeta a sucesos más allá de su control. Puede conducir a la pobreza (cf. Pro 22:26-27) y a la pérdida de amistades de toda la vida. No significa esto, sin embargo, que se deba negar la ayuda a alguien que de veras necesite satisfacer las necesidades básicas de la vida (Éxo 22:14; Lev 25:35; Mat 5:42). Pero se les debe dar a los pobres más bien que prestarles (cf. Mat 14:21; Mar 10:21; véase Pro 19:17, nota).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
6. Advertencias Sobre Temas Varios y e l Adulterio.
E l tema del capítulo 5, la mujer impúdica, se continúa en el v.20 del presente capítulo. Los versos 1-19 interrumpen el tema, lo que podría indicar que se encuentran fuera de su lugar, desplazados tal vez de las secciones de los sabios, con cuyo contenido y estructura tienen más parecido.
La fianza (6:1-5).
1 Hijo mío, si saliste fiador por tu prójimo, si has estrechado la mano del extraño, 2 si te has ligado con tu palabra y te has dejado coger por tu boca, 3 haz esto, hijo mío, para librarte, ya que has caído en manos de tu prójimo: ve sin tardanza y asegúrate de tu amigo; 4 no des sueño a tus ojos, no des reposo a tus párpados. 5 Ponte a salvo como de la mano del cazador el corzo, como el pájaro del lazo del pajarero.
El sabro no intenta aquí condenar el acto de fiar, que en otros libros se recomienda como un acto cíe caridad 1. Intenta sólo dar una norma de prudencia humana frente a deudores insolventes: el que fía ha de tomar las precauciones debidas para evitar que aquel a quien fía pueda jugarle una mala partida, y ello con la debida rapidez, no sea que llegue tarde.
La recomendación se repite varias veces en el libro, lo que indica los peligros que la fianza entraña y tal vez abusos frecuentes en los días del autor 2.
La pereza (6:6-11).
6 Ve, ¡oh perezoso! a la hormiga, mira sus caminos y hazte sabio. 7No tiene capitán, ni inspector, ni señor, 8 y se prepara en el verano su alimento, reúne su comida al tiempo de la mies. “O ve a la abeja y aprende cómo trabaja y produce rica labor, que reyes y vasallos buscan para sí y todos apetecen. Y siendo como es pequeña y flaca, es por su sabiduría tenida en mucha estima” (LXX). 9¿Hasta cuándo, perezoso, dormirás, cuándo despertarás de tu sueño? 10Un poco dormitar, un poco adormecerse, un poco mano sobre mano descansando, 11 y sobreviene como correo la miseria y como ladrón la indigencia.
Otra cosa que puede ocasionar la ruina familiar – si alguna conexión existe entre ésta y la precedente perícopa, sería este peligro común – es la pereza. El autor de los Proverbios recomienda con frecuencia la diligencia para el trabajo y condena la pereza y desidia 3, lo que deja entender era otro mal frecuente en el también en que escribe.
Dos animalillos, maravillosos ejemplares de laboriosidad, presenta el sabio al perezoso como modelo y estímulo para que, saliendo de su indolencia, se haga activo y diligente: la hormiga y la abeja. Aquélla no tiene capitán que le imponga y controle su actividad; sin embargo, acumula con un trabajo paciente y laborioso provisiones para el invierno. La literatura antigua y el folklore popular la consideraron siempre como ejemplo de trabajo laborioso y providente. Lo que ella hace por instinto deberá hacer el perezoso por convencimiento y conveniencia personal4. No es modelo inferior de actividad diligente la abeja. Es también pequeña; sin embargo, todos admiramos la sabiduría y diligencia en la confección de sus panales y su miel, que, labrada en la oscuridad, es a todos apetecible 5.
Frente a su trabajo diligente, el sabio describe gráficamente la conducta del perezoso y le advierte las consecuencias de su indolencia. Apenas ha comenzado su trabajo, la pereza y el sueño, sus compañeros inseparables, lo vencen e inutilizan para toda actividad que exija esfuerzo y sacrificio. La consecuencia inevitable es la pobreza y la miseria, que vendrán con la rapidez del que lleva el correo y lo inesperado del ladrón armado, a quien no se puede resistir. “Si, por el contrario, eres activo – añaden los LXX -, tu cosecha será abundante como una fuente y la miseria estará lejos de ti.”
La doblez (6:12-15).
12 El hombre malo, el hombre inútil, que camina con la mentira en su boca, 13 hace guiños con los ojos, refriega los pies, habla con los dedos; 14tiene el corazón lleno de maldad y siembra siempre la discordia. 15 Por eso vendrá sobre él de improviso la ruina y será quebrantado súbitamente y sin remedio.
Describe esta pequeña perícopa los gestos que suele emplear el hombre malvado, inútil para toda obra buena, de ánimo doble. El hombre sencillo y sin malicia no capta fácilmente el significado de esas señales, pero al ojo del observador delatan la hipocresía del malvado. Simula amistad y afecto con su prójimo, mientras con las señales indicadas manifiesta a sus compañeros su mala voluntad y les hace entender cuál va a ser la próxima víctima de su perfidia6. Tiene lleno de maldad su corazón y no puede salir de él cosa buena; goza y disfruta sembrando disensiones y discordias entre los demás.
Pero, cuando menos lo piensa, viene a ser víctima de sus engaños y perfidia. El castigo es presentado como una ruina súbita e irremediable 7, sin determinar si el castigo vendrá por una intervención especial de Dios mediante una enfermedad o muerte repentina, por la acción de la justicia pública o la venganza de sus enemigos. “Cuan verdadero sea esto – comenta A Lapide -, lo enseña la experiencia. Vemos muchas veces cómo los hombres inicuos, maquinadores de maldades, perturbadores de la paz pública, son sobrecogidos por adversidades repentinas, inesperadas e inevitables, que no rara vez les causan la muerte presente y la futura. Justa y congrua pena que quienes destruyeron la paz y amistad de los otros se vean a su vez quebrantados… y que, cuando se alegran en sus maldades, súbitamente pasen de un extremo al otro, es decir, del sumo gozo al sumo dolor, lo que aumenta su pena y castigo.”8 Muchas veces, sin embargo, la realidad no es así. Los malos mueren sin haber recibido el castigo de sus acciones malas, y los buenos sin haber obtenido la recompensa de su virtud. Ello iría abriendo las mentes israelitas a la revelación posterior sobre el premio y castigo después de la muerte.
Cosas odiosas a Dios (6:16-19).
16 Seis cosas aborrece Yahvé, y aun siete aborrece su alma: 17 ojos altaneros, lengua mentirosa, manos que derraman sangre inocente, 18 corazón que trama iniquidades, pies que corren presurosos al mal, 19 testigo falso que difunde calumnias y enciende rencores entre hermanos.
El sabio emplea en esta perícopa un género literario especial que recibe el nombre de “sentencias numéricas.” Se enuncia el número total de cosas a indicar, menos una, que se presenta en seguida con cierto misterio. La manera de enunciar esta última, si no es una mera forma retórica, declara que en ella se verifica en grado mayor la cualidad afirmada de todas. Este procedimiento literario, que se encuentra también en la literatura profana, a la vez que excita la curiosidad, mantiene la atención y facilita su retención en la memoria.
1. Ojos altaneros. La soberbia es el primer pecado capital y fuente de todos los vicios, por lo que el sabio suplica a Yahvé no le haga “altivo de ojos” 9. Nada tan opuesto a la sabiduría, que exige humildad profunda y docilidad plena a sus enseñanzas. El orgulloso siente demasiado aprecio de sí mismo y desestima de los demás, para poder aceptar y someterse a sus enseñanzas. La Sabiduría encarnada, que tuvo una palabra de aliento y perdón incluso para la adúltera 10, no pudo resistir a los soberbios fariseos n.
2. La lengua mentirosa es uno de los vicios que con más frecuencia recriminan los sabios 12, lo que indica se trata de algo muy detestable. Odiosa a Dios, que es la suma Verdad – así se definió a sí mismo también Jesucristo 13 -, lo es también a los hombres, porque turba la mutua confianza y la concordia entre ellos.
3. El que derrama sangre inocente. Dios es el autor de la vida del hombre y no está en la facultad de éste quitársela a sí mismo o a su prójimo. Las Sagradas Letras inculcan, a raíz de la muerte de Abel por su hermano Caín, el respeto a la vida del hombre, porque ha sido creado a imagen de Dios 14; prohíbe el homicidio en el Decálogo 15 y proclama que será derramada la sangre de aquel que derrame la de su prójimo 16. Más aún, las mismas fieras debían pagar con su propia vida la sangre del hombre cuya muerte hubieren causado 17. Todo lo cual pone de manifiesto el respeto que Dios quiere sea tenido para con la vida del hombre.
4. El corazón que trama iniquidades, intrigas, conspiraciones contra su prójimo en cuanto a su fama, a sus bienes, resulta también desagradable en extremo al Señor, de cuyo corazón, lleno de bondad, procede todo bien.
5. Pies que corren presurosos al mal hacen a los impíos más odiosos aún a Dios, y también a los hombres, que los anteriores. El malvado que hace una y otra vez el mal, llega a crearse un hábito y a sentir una fuerte inclinación a hacer el mal a los demás 18, que los impulsa a hacerlo tan pronto como se les presenta la ocasión.
6. El testigo falso que difunde calumnias comete un doble pecado, faltando a la verdad y a la caridad contra el prójimo, ocasionándole tal vez un gravísimo daño. La Ley lo prohíbe 19 y los sabios lo condenan con mucha frecuencia 20.
7. El que enciende discordias entre hermanos es en cierto sentido más odioso que los anteriores a los ojos de Dios. Por hermanos se entiende aquí los parientes próximos y quizá también las personas unidas por vínculos de amistad. El que siembra discordias entre los parientes y amigos quita la paz y armonía entre aquellas personas entre quienes más necesaria resultan aquéllas, dando quizá ocasión a que se repitieran la historia de José y sus hermanos, la de Caín y Abel.
“Sin duda todas estas enseñanzas de la sabiduría – observa Renard – tienen un carácter negativo que no alcanza la perfección del Nuevo Testamento. Servirá, sin embargo, de base a las enseñanzas de Jesucristo, que las presentará en un espíritu nuevo: ‘Yo no he venido a abrogar la Ley y los Profetas; no he venido a abrogarla, sino a consumarla (Mat 5:17). Los sabios profanos re-prueban estos mismos vicios naturales, pero con un espíritu más formalista y una expresión más material” 21.
Huye de la mujer disoluta Actitud peligrosa Castigo del adulterio (Mat 6:20-35).
20 Guarda, hijo mío, los mandatos de tu padre y no des de lado las enseñanzas de tu madre. 21 Ten siempre ligado a ellos tu corazón, enlázalos a tu cuello. 22 Te seguirán de guía en tu camino, velarán por ti cuando durmieres, y cuando despiertes te hablarán; 23 porque antorcha es el mandato, y luz la disciplina, y camino de vida la corrección del que te enseña. 24 para guardarte de la mala mujer, de los halagos de la mujer ajena. 25 No codicies su hermosura en tu corazón, no te dejes seducir por sus miradas; 26 porque, si la prostituta busca un pedazo de pan, la casada va a la caza de una vida preciosa. 27¿Puede alguno llevar fuego en su regazo sin quemarse los vestidos? 28¿Quién andará sobre brasas sin que se le abrasen los pies? 29 Así el que se acerca a la mujer ajena: no saldrá inmune quien la toca. 30 ¿No es tenido en poco el ladrón cuando roba para saciar su hambre, si la tiene? 31Y si es cogido, tendrá que pagar el séptuplo de toda la hacienda de su casa. 32Pero el adúltero es un mentecato; sólo quien quiere arrumarse a sí mismo hace tal cosa. 33Se hallará con palos e ignominia, y su afrenta no se borrará nunca; 34porque los celos del marido le ponen furioso y no perdona el día de la venganza. 35 No se contentará con una indemnización y no aceptará dones, por grandes que sean.
Al renovar el tema del adulterio, vuelve al tono paternal, ahora más insinuante, si cabe, de las exhortaciones precedentes22, y emplea las más expresivas imágenes para inculcar las advertencias de la sabiduría sobre la conducta a seguir frente a los halagos seductores de la mujer disoluta. Si las lleva en su corazón 23, serán luz que le enseñarán el recto camino y le proporcionarán la disciplina y fortaleza para no desviarse de él.
Para no caer en los lazos de la mujer disoluta, el sabio recomienda a sus discípulos la guarda del corazón frente a la impresión que a través de sus ojos pueda ejercer en él la hermosura de la mujer ajena 24 y ponerse en guardia frente a las miradas licenciosas 25, con que fácilmente cautiva el corazón ajeno y lo inducen al pecado. El sentido del v.26, oscuro en el texto hebreo, es discutido. El más probable es que, mientras que la cortesana sólo te despoja de los bienes que te exige para satisfacer tu concupiscencia, el pecado con la casada tiene consecuencias más graves, porque te expone al castigo, que indicará después, quizá a perder la misma vida. Con la comparación del fuego pone de manifiesto lo peligroso que es el trato familiar con la mujer del prójimo. Acercarse con esa actitud a ella y no caer en las seducciones de la licenciosa es como pretender llevar fuego en el regazo sin que se quemen los vestidos o intentar andar sobre brasas sin ser quemado por ellas. Aquí vale más que en ninguna otra cosa la advertencia del sabio de que “el que ama el peligro caerá en él” 26.
También con una comparación pretende el autor declarar la gravedad del castigo del adúltero. Si un ladrón, llevado del hambre, roba con qué saciarla, tiene cierta excusa. Sin embargo, es severamente castigado, ya que pudo hacerlo con medios lícitos. Lo de “séptuplo,” que no ha de tomarse al pie de la letra, expresa que ha de restituir en gran cantidad 27. La Ley a veces exigía el quíntuplo28. ¡Cuánto más será castigado el adúltero, que roba al marido un bien tan superior a un poco de alimento y sin necesidad alguna! La Ley, como ya hemos indicado, establecía la pena de muerte para los adúlteros 29; pero en los tiempos del autor parece no se aplicaba, ya que no se hace mención, al menos expresa, de ella en estos capítulos, ni en Eco 23:21-37, en que se trata del mismo tema. Cierto que no se aplicaba en los días de Jesucristo 30. El v.33 parece indicar que en su lugar se aplicaba algún castigo corporal, con la consiguiente ignominia. Sin embargo, el v.34 deja entrever la posibilidad de la pena de muerte, si no por la ley judicial, por la venganza del esposo ofendido. La historia está llena de casos en los que éste, tomando la justicia por su cuenta, no se ha contentado con un precio inferior al de la muerte de su ofensor.
1 Eco 29:1.2.19; Exo 22:25.26. – 2 11:15; 17:18; 20:16; 22:26-27; 27:13. – 3 10,26; 11:16; 13:4; 15:10; 18:9; 19:15-24; 21:25; 22:13; 24:30-34; 26:13-16; 31:27. – 4 La lección se basa en la creencia antigua de que las hormigas carecían de jerarquía y organización social. Los autores modernos sostienen que las hormigas poseen una organización social, a veces con su rey y su reina; incluso alguna vez con una clase esclava, que capturaron y obligan a t ral tajar en beneficio de la comunidad. Cf. Aristóteles, De anima Ι,Ι-ΙΙ. – 5 Eco 11:3. Lo de la abeja falta en el TM. Se encuentra en los LXX y en antiguas versiones. La conocieron varios Padres, entre ellos San Ambrosio, Clemente de Alejandría, San Jerónimo. – 6 10:10; Eco 27:25. – 7 1:26-32; 2:22. – 8 O.C., – 9 Eco 23:5. – 10 Jua 8:1-11. – 11 3:34; 1Pe 5:5. – 12 10:18-21; 12:13-25; 18:6-8; 19:9; 26:20-28. – 13Jn 1:16 :6. – 14 Gen 4:10-16; Gen 9:6. – 15 Exo 20:13. – 16 Gen 9:6. – 17 Gen 9:5; Exo 21:28. – 18 4:16-17. – 19 éxo 20:16; 23:1. – 20 12:17; 14:5.25; 19:5.9.28; 21:28; 24:28; 25:18. – 21 O.c., p.68. – 22 1:8; 2:1, etc. – 23 3:3. – 24 Eco 9:9. – 25 Eco 26:12. – 26 Eco 3:27. – 27 24:16; 26:16.25. – 28 Exo 21:37; Exo 22:8. – 29 2:18; Lev 20:10; Deu 22:22. – 30 Jua 8:3-11; Luc 18:11.
Fuente: Biblia Comentada
fiador … empeñado. La insensatez aquí es hacerse responsable por la deuda de otro y comprometerse a pagar si el otro no paga (cp. Pro 11:15; Pro 17:18; Pro 20:16; Pro 22:26). En tanto que hay precedente para esta práctica, es mucho mejor dar a los que tienen necesidad (vea Deu 15:1-15; Deu 19:17) o prestar sin interés (vea Lev 25:35-38; Lev 27:8).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Esta larga sección presenta la alabanza paterna de la sabiduría en forma de discursos didácticos. Estos capítulos preparan al lector para los proverbios propiamente dichos que comienzan en Pro 10:1 ss.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Pro 6:1-5 : Primera unidad de las cuatro que reúne este capítulo en el que se previene contra cuatro tipos de conductas o actitudes contrarias a la sabiduría, con la inserción de un dicho numérico (Pro 6:16-19). Esta primera unidad pone en guardia contra la fianza apresurada y sin garantías que deja comprometido y malparado al fiador.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
— cerrado un trato: Lit. chocado la mano. El gesto, al igual que la palabra dada (ver Pro 6:2), se utilizaba para sellar un trato o compromiso.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Dos llamados a la acción antes que a la dilación, y dos comentarios acerca de la persona que provoca discordia
En los vv. 1-5 la persona parece haber salido como fiadora con un prójimo en favor de otra persona que luego no ha cumplido. Parece ser que la persona ha salido como fiadora en favor de un extraño que luego ha desaparecido. De cualquier manera, es una estupidez esperar que la situación se resuelva de algún modo por sí misma. Uno tiene que tomar medidas urgentes para salir del lío, aun cuando sea humillante, tomando la iniciativa de arrojarse a la misericordia de su prójimo. (Ver 11:15; 17:18; 22:26, 27 sobre cómo no caer en este enredo, y 20:16; 27:13 sobre cómo tomar la iniciativa si usted es el prójimo.) Si bien uno debe ser misericordioso hacia un miembro de su familia o aun de su comunidad local que está necesitado, esto no es una excusa para ser derrochador y arriesgar sus propias posibilidades, y así finalmente su libertad personal.
En los vv. 6-11 la persona perezosa (ver sobre 24:30-34) es instada despectivamente, y tal vez sin esperanza, a aprender sabiduría de la hormiga (ver en 30:24-28 otra lección del mundo animal).
La persona que provoca discordia es el tema de los vv. 12-15 y 16-19. La descripción en los vv. 12-14 culmina con esta frase. En un dicho numerado como los vv. 16-19 los siete asuntos pueden ser igual mente importantes, y todos por supuesto tienen significado serio, pero después de los vv. 12-15 el punto verdadero se halla en el último (comp. 30:18, 19, 29-31). Las dos observaciones son que la persona lo pagará (15) y que Dios aborrece este comportamiento (16). Con el uso de ojos, lengua, pensamiento y pies aquí, contrástese el consejo en 4:23-27.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
6.1-5 Estos versículos no van en contra de la generosidad, sino en contra de excedernos en el uso de los recursos financieros y actuar en una forma tan irresponsable que nos conduzca a la pobreza. Es importante mantener un balance entre la generosidad y la buena mayordomía. Dios quiere que ayudemos a nuestros amigos y al necesitado, pero no promete cubrir los costos de cada compromiso irresponsable que hagamos. Debemos actuar con responsabilidad para que así nuestras familias no sufran.6.6-11 Esos últimos momentos de sueño son deliciosos, los saboreamos mientras nos resistimos a comenzar un nuevo día de trabajo. Proverbios nos advierte en contra de ceder ante la tentación de la pereza, de dormir en lugar de trabajar. Esto no significa que nunca debamos descansar. Dios les dio a los judíos el día de reposo, un día a la semana de descanso y restauración. Pero no deberíamos descansar cuando deberíamos trabajar. Se usa a la hormiga como ejemplo porque utiliza su energía y recursos económicos. Si la pereza nos hace olvidar nuestras responsabilidades, la pobreza muy pronto será un obstáculo para que podamos tomar el descanso legítimo que debemos disfrutar. (Véase también el cuadro en el capítulo 28.)6.20-23 Es natural y bueno para los niños, a medida que maduran, ir independizándose poco a poco de sus padres. Sin embargo, los adultos jóvenes, deben cuidarse de no tener oídos sordos para sus padres: rechazar su consejo cuando más lo necesitan. Si usted lucha con una decisión o busca un consejo, analícelo con sus padres o con otros adultos mayores que lo conozcan bien. Los años de experiencia que le llevan de ventaja pueden haberles dado la sabiduría que usted busca.6.25 Considere la codicia de la hermosura (lujuria) como una señal de peligro en camino. Cuando nota que se siente atraído a una persona del sexo opuesto o se preocupa con pensamientos sobre ella, sus deseos pueden llevarlo a pecar. Entonces, pida a Dios que lo ayude a cambiar sus deseos antes de que el pecado lo atraiga.6.25-35 Algunas personas argumentan que no es malo quebrantar la ley de Dios en contra del pecado sexual si nadie resulta herido. La verdad es que siempre alguien resulta herido. Los cónyuges se devastan. Los hijos se hieren. Las mismas parejas, aun cuando escapen de enfermedades o embarazos no deseados, sufren las consecuencias. Pierden su capacidad de cumplir sus compromisos, sentir el deseo sexual, confiar y franquearse por completo a otra persona. Las leyes de Dios no son arbitrarias. No prohíben una diversión buena y sana. Más bien nos previenen para que no nos destruyamos cuando llevamos a cabo acciones irresponsables o al adelantarnos al tiempo de Dios.LO QUE DIOS ABORRECEEl libro de Proverbios describe catorce clases de personas y acciones que Dios aborrece. ¡Permita que esta sea una guía de lo que no debemos ser ni hacer!Pro 3:31 : Hombre injustoPro 6:16-19 : Altivez, mentira, asesinato, iniquidad, ansiar el mal, testigo falso, sembrar discordiaPro 12:22 : Los mentirososPro 15:8 : El sacrificio de los impíosPro 15:9 : El camino del impíoPro 15:26 : Los pensamientos del maloPro 16:5 : El altivo de corazónPro 17:15 : Los que juzgan injustamente
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
REFERENCIAS CRUZADAS
a 278 Gén 43:9; Pro 17:18; Pro 22:26
b 279 Pro 11:15; Pro 20:16
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
fiador. Al igual que en la ley babilónica, griega y romana, en la israelita también hay evidencia de hacerse fiador de otra persona (Gn 43:9) y de prometer pago si dicha persona no cumplía (vers. 1; 5; cp. 11:15; 17:18; 20:16; 22:26, 27; 27:13). En vez de hacerse fiador, las Escrituras abogan por dar con liberalidad a los pobres (cp. Dt 15:1– 11; Pr 19:17) y de no cobrar interés a los necesitados (Ex 22:25; Lv 25:35– 38; Pr 28:8).
Fuente: La Biblia de las Américas
El gran maestro advierte en contra de asumir las obligaciones financieras de otros. La única solución que ofrece es líbrate y escápate (vv. Pro 6:3; Pro 6:5).
fiador. Alguien que avala o asume la responsabilidad de una deuda si el que toma prestado no es capaz de pagar.
extraño. Un vocablo neutral que aquí se refiere al que toma prestado.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
darás tu mano… Lit. batiendo palmas.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
Lit., batido palmas con
Fuente: La Biblia de las Américas
Lit. batiendo palmas.
Fuente: La Biblia Textual III Edición
[6] El refrán dice Sigue a la hormiga si quieres vivir sin fatiga.[21] Deut 6, 6,-8.[32] Deut 22, 22; Lev 20, 10.