El negligente no alcanza presa, pero el hombre diligente obtendrá preciosa riqueza.
El indolente. Pro 13:4; Pro 23:2; Pro 26:15.
pero haber precioso, o la posesión más preciosa. Pro 15:16; Pro 16:8; Sal 37:16.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
El indolente trabaja, pero nunca culmina lo que alguna vez comenzó. La cura para esto es la diligencia: comenzar y seguir hasta el final.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
ni aun asará. El perezoso carece de decisión para aprovechar en algo sus oportunidades (cp. vv. Pro 12:11; Pro 12:25).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
NOTAS
(1) “Hombre.” Heb.: ’a·dhám.
REFERENCIAS CRUZADAS
x 640 Pro 13:4; Pro 26:15
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
El indolente…su presa. La persona perezosa no tiene la energía ni el espíritu emprendedor para llevar a cabo una empresa.
pero…la diligencia. El hombre diligente valúa a lo que ha adquirido.
Fuente: La Biblia de las Américas
Lit., La indolencia
O, caza