Comentario de Proverbios 27:11 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Sé sabio, hijo mío, y alegra mi corazón; así tendré qué responder al que me ultraja.
Sé sabio, hijo mío. Pro 10:1; Pro 15:20; Pro 23:15, Pro 23:16, Pro 23:24, Pro 23:25; Ecl 2:18-21; Flm 1:7, Flm 1:19, Flm 1:20; 2Jn 1:4.
y tendré qué responder. Sal 119:42; Sal 127:4, Sal 127:5.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
hijo mío: Este es el primer proverbio que usa hijo mío en esta colección; es muy similar a los que aparecen en las primera parte de Proverbios (caps. Pro 1:1-33; Pro 2:1-22; Pro 3:1-35; Pro 4:1-27; Pro 5:1-23; Pro 6:1-35; Pro 7:1-27; Pro 8:1-36; Pro 9:1-18). Un hijo que crece en sabiduría confirma que los padres que le enseñaron eran sabios (Pro 10:1).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Un hijo sabio es crédito de su padre y también lo ayuda en los momentos difíciles con respuestas apropiadas (cp. Pro 10:1; Pro 15:20). Este proverbio es cierto también a la inversa (cp. Pro 17:25; Pro 19:13; Pro 22:21; Pro 23:15).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
REFERENCIAS CRUZADAS
p 1411 Pro 10:1; Pro 15:20; Pro 23:15; Sof 3:17; 2Jn 1:4
q 1412 Job 1:8; Job 1:9; Sal 127:5
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
para que yo responda. Cuando un padre sea acusado de ser incompetente, puede defenderse señalando a su hijo sabio que enriquece y protege a la comunidad en lugar de empobrecerla y causarle problemas.
Fuente: La Biblia de las Américas
Un gran maestro desea que sus discípulos sean sabios para que nadie lo acuse de ser mal maestro.