Comentario de Isaías 1:10 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Escuchad la palabra de Jehovah, oh gobernantes de Sodoma. Escucha la ley de nuestro Dios, oh pueblo de Gomorra.

Príncipes de Sodoma. Gén 13:13; Deu 32:32; Jer 9:26; Jer 23:14; Eze 16:46; Amó 9:7; Apo 11:8.

oíd la palabra de Jehová. 1Re 22:19-23; Amó 3:1, Amó 3:8; Miq 3:8-12.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Dios desea sacrificios, pero no de personas que le desobedecen y maltratan a otros; ni siquiera si el sacrificio es el mejor. «Obedecer es mejor que el sacrificio», dijo anteriormente el profeta Samuel (1Sa 15:22, 1Sa 15:23). Los profetas que vinieron después estuvieron de acuerdo con esto (Ose 6:6; Amó 4:4; Miq 6:6-8), y así también, el Señor Jesús (Mat 23:23). Dios no sólo juzga nuestros actos piadosos externos, sino que son más importantes las actitudes de nuestros corazones (1Co 4:5).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

El profeta aplicó a Judá y Jerusalén los nombres de las ciudades pecaminosas Sodoma y Gomorra, para denunciar su formalismo vacío en el culto religioso. A Dios le causaba repulsión la forma en la que ellos cumplían los rituales prescritos por Moisés, ya que realizaban todas estas actividades con iniquidad persistente.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Isa 1:10-20 : falso culto: Este pasaje contiene una de las críticas más duras al culto dentro del AT. En un tono muy del estilo de Amós, el profeta Isaías condena, por repugnante (v. Isa 1:13) y odioso (v. Isa 1:14), un culto practicado al margen de las mínimas exigencias de justicia y de espíritu religioso.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Isa 29:13-14; Isa 58:1-14; Sal 50:8-15; Sal 50:23.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Corrupción pietista y su limpieza

10 ss. El recibir el apelativo de Sodoma implicaba en un solo acto la acusación y la sentencia. Como lugar de desastre, Sodoma significó todo lo que Pompeya e Hiroshima nos significan a nosotros; de ahí el v. 9. Por mala reputación ocupaba un sitial destacado, hasta que Isaías anunció el v. 10. Tuvo la confirmación de Ezequiel (cf. Eze. 16:48) y de nuestro Señor (cf. Mat. 11:23), que establecieron la medida de la culpa según la oportunidad. De todos los arranques proféticos sobre la irrealidad religiosa (cf. 1 Sam. 15:22; Jer. 7:21-23; Ose. 6:6; Amós 5:21-24; Miq. 6:6-8) ésta es la más poderosa y sustentada. Su vehemencia no la supera ni siquiera Amós, y se complementa en su forma y contenido. Primero se rechazan las ofrendas y luego los oferen tes (vv. 11, 12); pero a medida que el tono de Dios se agudiza yendo del disgusto al asco, su acusación específica se retiene hasta el espeluznante final del v. 15: ¡Vuestras manos están llenas de sangre!

El reproche da paso al mandato, en ocho llamadas atronadoras, a dejar de hacer lo malo (v. 16) y aprender a hacer lo bueno (v. 17). Esto es arrepentimiento en su pleno significado, absolutamente personal y totalmente práctico (cf. Dan. 4:27; Mat. 3:8; Luc. 19:8). Estas demandas profundas nos preparan para la oferta de la salvación inmerecida que sigue inmediatamente.

18 Es notable que el gran ofrecimiento, al igual que la gran acusación de los vv. 2-4, aparezca como un eco de los tribunales de justicia: Venid … y razonemos juntos, es decir, “discutamos nuestro caso” (cf. Job 23:7). Dios exige una franca confrontación; pero, dado eso, puede cambiar lo inalterable, y borrar lo imborrable (la grana y el carmesí no sólo son deslumbrantes: son colores indelebles); solamente así el llamado lavaos (16) puede ser otra cosa que una burla. 19, 20 Nos recuerda, una vez más, a Deut. 30:15-20 (cf. sobre v. 2), que casi podría denominarse el texto de la disertación.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

REFERENCIAS CRUZADAS

f 32 Amó 3:1

g 33 Isa 3:6

h 34 Gén 13:13; Deu 32:32; Isa 3:9; Lam 4:6; Jud 1:7

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

gobernantes de Sodoma…pueblo de Gomorra. Se dirige al pueblo de Judá como si ellos fueran los habitantes malvados de Sodoma y Gomorra.

Fuente: La Biblia de las Américas

Los sacrificios del pueblo (v. Isa 1:11), las fiestas solemnes (vv. Isa 1:13-14) y las oraciones (v. Isa 1:15) eran abominación. Dios no repudiaba el sistema sacrificial (que Él mismo había establecido) sino que condenaba la falsedad religiosa.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie