Comentario de Isaías 24:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
He aquí que Jehovah devastará y arrasará la tierra. Trastornará su superficie y dispersará a sus habitantes.
Jehová vacía la tierra. Isa 1:7-9; Isa 5:6; Isa 6:11, Isa 6:12; Isa 7:17-25; Isa 27:10; Isa 32:13, Isa 32:14; Isa 42:15; Jer 4:7; Eze 5:14; Eze 6:6; Eze 12:20; Eze 24:11; Eze 35:14; Nah 2:10; Luc 21:24.
y trastorna su faz. Isa 29:16; 2Re 21:13; Sal 146:9; Hch 17:6.
y hace esparcir a sus moradores. Deu 4:27; Deu 28:64; Deu 32:26; Neh 1:8; Jer 9:16; Jer 40:15; Jer 50:17; Eze 5:2; Zac 13:7-9; Stg 1:1.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Los juicios de Dios sobre la tierra, Isa 24:1-12.
Un remanente le elogiará con júbilo, Isa 24:13-15.
Dios en sus juicios avanzará su reino, Isa 24:16-23.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Isa 25:1-12; Isa 26:1-21; Isa 27:1-13
La sección que describe las «profecías del Señor sobre cualquier nación» (cap. Isa 13:1-22; Isa 14:1-32; Isa 15:1-9; Isa 16:1-14; Isa 17:1-14; Isa 18:1-7; Isa 19:1-25; Isa 20:1-6; Isa 21:1-17; Isa 22:1-25; Isa 23:1-18; Isa 24:1-23; Isa 25:1-12) se coloca ahora en una gran marco que retrata el triunfo de Dios sobre toda la tierra por su voluntad. El cap. Isa 24:1-23 se concentra en la destrucción de Dios de la tierra corrupta y el cap. Isa 25:1-12 se centra en la alabanza obediente por sus acciones. Los caps. Isa 26:1-21 y Isa 27:1-13 tratan sobre los esfuerzos de Dios por su pueblo.
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PARA VIVIRLO
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Tierra desolada
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El daño al medio ambiente parece estar en aumento hoy en día. Sin embargo, las dificultades ecológicas palidecen en comparación a lo que experimentará el mundo algún día por el juicio de Dios. Isaías visualiza prácticamente un desierto, en el cual nada queda inalterado (Isa 24:1).
¿Por qué se saqueará, se contaminará, se incendiará y se destruirá la tierra? Porque se consume por la maldición de un pacto roto (Isa 24:5, Isa 24:6). La humanidad se ha alejado de Dios, y se deberá destruir el mundo antes que se pueda renovar.
Será renovado, pero no antes de que: «se perdió el vino, enfermó la vid, [y] gimieron todos los que eran alegres de corazón» (Isa 24:7). En otras palabras, la alegría se volverá tristeza. Se desmoronarán las sociedades como las casas cerradas (Isa 24:10); un panorama deprimente que presentan muchas ciudades hoy en día. Asimismo, se destruirá la «puerta» de la ciudad (Isa 24:12), lo que significa que la vida urbana y comercial, ciertamente todo lo que sostiene a una ciudad, se arruinará. La tierra quedará como muchas áreas actuales devastadas por la guerra: sin policía, gobierno, hospitales ni comida; agobiada por las enfermedades, la desolación y la muerte.
Este panorama sombrío del mundo nos deja muy poco consuelo. Nos asegura que Dios al final reinará (Isa 24:23), pero el punto parece ser que nuestro mundo, al fin y al cabo, va rumbo al juicio. Si este mensaje nos inquieta y nos entristece, entonces las palabras de Isaías han logrado el efecto que pretendían.
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Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
El cap. Isa 24:1-23 consiste de cinco estrofas:
(1) la desolación de la tierra por su pecado (vv. Isa 24:1-6);
(2) el fin de la juerga en la ciudad (vv. Isa 24:7-13);
(3) gloria a Dios, pero pesares en la tierra (vv. Isa 24:14-16);
(4) la desesperanza de la lucha, porque toda la tierra tiembla (vv. Isa 24:17-20); y
(5) la visión del reinado de Dios en el monte Sión sobre el cosmos (vv. Isa 24:21-23).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
esparcir alude a Gén 11:9. En el pasado, el Señor esparció a los habitantes de la tierra a causa de la torre de Babel; así que podría hacerlo de nuevo.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
HE AQUÍ. Estos capítulos tratan sobre los acontecimientos de los postreros tiempos en lenguaje apocalíptico, es decir, con la terminología empleada en el libro de Apocalipsis. Se refieren al juicio de Dios contra el mundo por su pecado y a las bendiciones que Él ha preparado para su pueblo.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
JEHOVÁ VACÍA LA TIERRA. Este capítulo describe el futuro juicio de Dios sobre toda la tierra y sus habitantes. Él destruirá por completo la mayor parte de la tierra y de sus pobladores. A ese período de aflicción mundial se le llama la gran tribulación en el NT (cf. Mat 24:15-21; 1Ts 5:1-3; Apo 6:1-17; Apo 8:1-13; Apo 9:1-21; Apo 15:1-8; Apo 16:1-21; Apo 18:1-24; Apo 19:1-21; véase el ARTÍCULO LA GRAN TRIBULACIÓN, P. 1328. [Mat 24:21]). Después de ese juicio mundial, volverá Cristo para gobernar sobre los justos de la tierra (Apo 19:1-21 y Apo 20:1-15).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
24. El Día del Juicio y sus Signos Precursores.
En una descripción dramática, el autor combina las escenas de los últimos días con la situación de depravación moral de sus contemporáneos. Tiene en cuenta una situación histórica presente, pero al mismo tiempo se deja llevar por la impresión del día del juicio sobre las naciones, lo que da un carácter escatológico a sus aseveraciones históricas.
Desolación general (1-3).
1 He aquí que Yahvé devasta la tierra, la asola y trastorna su faz, dispersando a sus habitantes. 2 Y será del pueblo como del sacerdote, del siervo como de su amo, de la criada como de su señora, del que compra como del que vende, del que presta como del que toma prestado, del acreedor como del deudor. 3 La tierra será totalmente devastada y entregada al pillaje, porque Yahvé ha pronunciado esta palabra.
La perspectiva del profeta es la tierra en general, saliendo del marco de la tierra de Israel. Todas las clases sociales serán afectadas por el juicio universal punitivo de Dios (v.2). Todos serán tratados en plan de igualdad, sin que la categoría social o el dinero sirva para librar de la catástrofe: del siervo como del amo. Una de las características del género literario apocalíptico es la hipérbole para destacar la idea principal que el autor persigue, que aquí es la idea de castigo y de juicio.
Maldición de Dios sobre la tierra (4-6).
4 La tierra está en duelo, marchita; el orbe languidece y se marchita, la clase alta del pueblo se debilita. 5 La tierra está profanada bajo sus moradores, que traspasaron la ley, falsearon el derecho, rompieron la alianza eterna. 6 Por eso la maldición devora la tierra, y son culpables sus moradores. Por eso arderán los moradores de la tierra y quedarán pocos hombres.
Como consecuencia de la devastación general sobre la tierra ordenada por Dios, ésta está como en duelo y marchita (v.4), y la clase alta del pueblo sufre la primera las consecuencias, por ser la más responsable del desorden moral existente, causa del castigo de Dios. Por su conducta, la tierra está profanada (v.6) bajo sus pies y sujeta a la maldición de Dios. Es una concepción muy generalizada en el Antiguo Testamento. Así como la tierra participaba de las bendiciones de Dios si sus habitantes eran fieles a la ley, así, cuando éstos son transgresores de la ley, la tierra sufre las consecuencias de la ira divina desencadenada. Esta asociación cósmica a los hechos humanos está basada en un concepto religioso de la vida muy enraizado en la mente de los semitas 2. En el diluvio perecieron también los animales por los pecados de los hombres. Los hombres se han corrompido en todos los órdenes, rompiendo la alianza eterna. Probablemente esta frase está tomada de Gen 9:16, donde se habla de la alianza de Dios con Noé después del diluvio, especialmente en lo relativo al derramamiento de sangre humana. En todo caso, esta noción de alianza eterna puede extenderse aquí al conjunto de leyes y preceptos impuesto por Dios a la humanidad. Los transgresores han violado los postulados fundamentales de la moral humana.
Ha cesado la alegría (7-9).
1 Está en duelo el mosto, y la vid languidece, y suspiran todos los alegres de corazón. 8 Ha cesado la alegría de los tambores, se acabó el regocijo de los exultantes, ha cesado el júbilo de la cítara. 9 Ya no beben el vino entre cantares, y las bebidas son amargas al que las bebe.
La descripción es sumamente poética. Han desaparecido todas las alegrías con la ruina del campo que daba el vino, lugar de todos los jolgorios populares. Sin él tampoco hay ánimos para pulsar instrumentos músicos alegres, como la cítara y los tambores 3.
Soledad en las ciudades (10-13).
10 Ha sido quebrantada la ciudad de la confusión4, cerradas todas las casas, sin que nadie entre en ellas. 11Gritería por el vino en las calles, se oscureció toda alegría, desterróse de la tierra el júbilo. 12La desolación ha quedado en la ciudad, y la puerta, abatida, en ruinas. 13Porque así será en la tierra, en medio de los pueblos, como cuando se sacude el olivo, como cuando se hace el rebusco una vez concluida la recolección.
Sigue la descripción de la desolación del país. La ciudad de la confusión (v.10), según la traducción nuestra, puede significar sencillamente “la ciudad confusa, caótica, desierta.” Algunos autores ven aquí una alusión a la idolatría. Es posible. Parece que el profeta piensa en una ciudad determinada aunque no la nombra. Unos creen que es Jerusalén destruida por los babilonios, y otros piensan en Babilonia arruinada. La asolación ha alcanzado también al campo, y a una de las riquezas tradicionales de Palestina, el vino; por eso hay gritería por el vino, e.d., duelo por la asolación de las viñas.
El profeta se proyecta ahora sobre toda la tierra, en medio de los pueblos. Lo sucedido a esa ciudad innominada acaecerá a todos los pueblos, y la asolación será tal, que quedarán pocos, como cuando después de la recolección quedan algunas aceitunas en los olivos.
Júbilo prematuro (14-16).
14 Aquéllos alzan sus voces, lanzan gritos de alegría, desde el mar cantan la majestad de Yahvé. 15 Por eso en el oriente glorifican a Yahvé en las costas del mar, el nombre de Yahvé, Dios de Israel. 16 Desde los confines de la tierra oímos cantar: ¡Gloria al justo! Pero yo digo: ¡Desgraciado de mí, desgraciado de mí, ay de mí! 5 Los pérfidos han obrado pérfidamente, los pérfidos han obrado pérfidamente.
El profeta describe un contraste gozoso con lo anterior, pero que lo es sólo aparentemente. Aquéllos, en oposición al o del v.12, son los que adoran a Yahvé en el occidente, desde el mar; en las costas (v.15), e.d., del Mediterráneo. Los adoradores de Yahvé exultan por el castigo de Dios sobre los impíos, con lo que se ha manifestado su majestad (v.14). En ello han visto la señal de la liberación próxima. Pero el profeta, que conoce los planes de Dios, no participa de esta alegría prematura de los dispersos de Israel (v.16), no puede exultar al oír el clamor general de gloria al justo, sino que se siente sobrecogido por la perfidia de los impíos.
Catástrofe cósmica (17-20).
17 Terror, hoya, red sobre ti, habitante de la tierra. 18 Y sucederá que el que huya de la voz de pánico caerá en la hoya, y el que salga del medio de la hoya se enredará en la red, porque ábrense las cataratas en lo alto y tiemblan los fundamentos de la tierra. 19 La tierra se rompe con estrépito, la tierra retiembla, se conmueve. 20 La tierra vacila como un ebrio, es sacudida como una choza. Pesan sobre ella sus pecados, y caerá para no volver a levantarse.
Las frases con que se describe la conmoción cósmica son muy parecidas a las de Amo 5:19 y Jer 48:4355, quedando como estereotipadas en la literatura apocalíptica. Habrá una ola de terror, en tal forma que el que no caiga en un peligro caerá en otro (hoya, red.), y los mismos elementos cósmicos se asociarán a la conturbación general. Sus cataratas, e.d., las compuertas (Gen 7:11; Gen 8:2) de los cielos, que Dios abre a voluntad cuando quiere enviar una inundación con las aguas de arriba (Gen 1:4), que estaban sobre el firmamento, concebido como una masa sólida. Y los fundamentos de la tierra son los pilares en los que se asienta la tierra sobre el abismo. Los hebreos concebían la tierra asentada sobre cuatro columnas que a su vez se sumergían en el abismo de aguas, el tiamat de la literatura asiro-babilónica. El profeta describe aquí un tremendo terremoto, en virtud del cual la tierra vacila como un ebrio y es sacudida como una choza (v.20). El símil está tomado de las chozas en forma de hamaca que se ponían en las viñas para guardarlas, que solían ponerse a veces en la copa de un árbol. Por eso aquí, al temblar la tierra, es hamada por el viento. Y todo esto no tiene otra causa que los pecados (v.20) que la cubren y pesan sobre ella como un vestido de maldición.
Juicio sobre los poderes del mal (21-23).
21 Y será en aquel día que visitará Yahvé la milicia de los cielos en la altura, y abajo a los reyes de la tierra, 22 Y serán encerrados presos en la mazmorra, encarcelados en la prisión, y después de muchos días serán visitados. 23 Y la luna se sonrojará, y avergonzaráse el sol, porque Yahvé de los ejércitos reinará en el monte de Sión y en Jerusalén y (resplandecerá) su gloria ante sus ancianos.
Dios castigará (visitar tiene este sentido punitivo en el lenguaje bíblico) a la milicia de los cielos (lit. “la milicia de lo alto”), e.d., o bien los astros, considerados por los paganos como divinidades, o bien los espíritus que, según las creencias de la época, presidían las diversas regiones celestes con sus esferas. Los castigará juntamente con los reyes de la tierra como instigadores del mal 7. Y Dios los encerrará en la mazmorra o abismo por algún tiempo, hasta que los visite de nuevo para darles el castigo definitivo. En la Epístola de San Judas (v.6) encontramos una concepción parecida: “Los ángeles que no guardaron su dignidad y abandonaron su propio domicilio, los tiene reservados en perpetua prisión, en las tinieblas, para el juicio del gran día.” Y en 2Pe 2:4 : “Porque Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que, precipitados en el tártaro, los entregó a las prisiones tenebrosas, reservándolos para el juicio.” Estos dos textos del Nuevo Testamento parecen depender del libro apócrifo de Henoc8. Nos hallamos, pues, ante concepciones escatológicas en las que la imaginación y el ambiente folklórico tienen gran importancia. Y el profeta cierra el cuadro con un horizonte esperanzador, pleno de luz: En Sión será Yahvé entronizado, y ante su gloria sentirán sonrojo y vergüenza el sol y la luna. Yahvé será como una luz que brilla manifestando su gloria ante los ancianos. Indudablemente que el profeta alude a la teofanía del Sinaí, presenciada por los setenta ancianos (Exo 24:9.10). Es notable este cortejo de ancianos formando la escolta de Yahvé en la nueva teocracia redimida, sin decir nada de los reyes, como lo hace en 32:1, o de los sacerdotes, como lo hace Ezequiel en la visión del templo. Los profetas juegan en sus imágenes con diferentes planos históricos, sin ligarse demasiado a uno de ellos. La escena de la teofanía del Sinaí era muy apropiada para ilustrar la futura gloria de Yahvé. El autor del Apocalipsis también hablará de veinticuatro ancianos que forman la corte de Dios y del Cordero (Rev 4:4). En la nueva Jerusalén, Yahvé será la luz de la ciudad (Isa 60:19).
1 Cf. L. Dennefeld, Les granas prophétes 95. – 1 Literalmente el texto hebreo dice: “la altura del pueblo.” Otros prefieren leer cambiando la vocalización: “el cielo con la tierra,” lo que sería una asociación cósmica a lo anterior. Así, Gondamin, O.C., 165. – 2 Cf. Jer 3:9; Num 35:33; Deu 21:1-9. – 3 Cf. Isa 5:11-12. – 4 El texto griego dice “toda ciudad” en vez de “ciudad de confusión.” – 5 El texto griego dice “¡ay de los impíos!” en vez de “¡desgraciado de mí!” del texto hebreo. – 7 Cf. Jer 33:22; 1Re 22:19; Neh 9:6; Dan 10:13; Dan 10:20-21; Dan 12:1; Eco 17:17.
Fuente: Biblia Comentada
vacía … desnuda … trastorna … hace esparcir. El profeta generalizó y amplió la destrucción acerca de la cual había escrito de forma más específica en los capítulos Isa 13:1-22; Isa 14:1-32; Isa 15:1-9; Isa 16:1-14; Isa 17:1-14; Isa 18:1-7; Isa 19:1-25; Isa 20:1-6; Isa 21:1-17; Isa 22:1-25; Isa 23:1-18. El Señor trata con más severidad a la tierra entera que como lo hizo con la torre de Babel o por medio del diluvio de Noé.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Estos cuatro capítulos dan alabanza a Dios por su victoria futura sobre todos los enemigos y la liberación final de Israel en el Día del Señor. Los juicios de este capítulo (Isa 24:1-23) anticipan la tribulación descrita a partir de Apo 6:1-17.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Isa 24:1-23; Isa 25:1-12; Isa 26:1-21; Isa 27:1-13 : Apocalipsis de Isaías: Este título, que ya es tradicional en las traducciones y comentarios al libro de Isaías, no hace del todo justicia al contenido de los cps. Isa 24:1-23; Isa 25:1-12; Isa 26:1-21; Isa 27:1-13. En realidad no se trata de apocalíptica en estado puro, pues faltan los elementos más característicos de este género literario. A lo sumo, el lector se encuentra de vez en cuando con imágenes, fórmulas y expresiones recogidas posteriormente por la literatura apocalíptica.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
— tierra: Es decir, Jerusalén concebida como el centro del cosmos (ver Isa 24:13).
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
La humanidad en el caos. Utilizando el recurso de las repeticiones, las rimas y los juegos de palabras, se refuerzan los vigorosos trazos verbales. 1 Trastornará su superficie es una excelente traducción de la RVA. 5 La razón de ser del juicio surge (obsérvese la repetición de por esta causa del v. 6) del desprecio del hombre por las leyes y obligaciones. No hay certeza absoluta de que el pacto eterno se refiera a la promesa divina a todos los seres vivientes de Gén. (9:9-11), desde que la expresión del v. 5 podría significar simplemente “la más permanente de las empresas”; pero obsérvese la referencia al diluvio en el v. 18b. 7 ss. El énfasis sobre la tristeza es un sorprendente comentario a lo que Heb. 11:25 llama “los placeres del pecado”, y el término la ciudad del caos (heb. tohu, v. 10; cf. Gén. 1:2) es un testigo a la acción regresiva del pecado, volviendo el orden de Dios al caos. El único rayo de esperanza es la mención de los rebuscos (v. 13), el permanecer algunos pocos (v. 6) como en 17:6 y los explícitos pasajes referidos a “remanentes”, 10:20-23.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
24.4, 5 El pueblo no solo sufrió por sus pecados, incluso la tierra padeció los efectos de la maldad y el quebrantamiento de la Ley. En la actualidad vemos los resultados del pecado en nuestra tierra: contaminación, crimen, adicción, pobreza. El pecado afecta cada aspecto de la sociedad a tal grado, que incluso sufren los fieles a Dios. No podemos culpar a Dios por estas condiciones, ya que el pecado humano las provocó. Mientras los que somos creyentes renunciemos más al pecado, hablemos en contra de las prácticas inmorales y anunciemos la Palabra de Dios a otros, más lentamente se deteriorará nuestra sociedad. No debemos rendirnos: el pecado se ha difundido por todas partes, pero podemos distinguirnos.24.14-16 Los creyentes que queden después que Dios juzgue a Judá cantarán glorias a su justicia. Isaías estaba apesadumbrado por el dolor que le causaba la condición de su mundo. Quizás nosotros nos deprimamos por el mal que nos rodea. En esos momentos necesitamos asirnos de las promesas de Dios para el futuro y anhelar cantar alabanzas para El cuando restaure el cielo y la tierra.24.21 «Ejército de los cielos en lo alto» se refiere a la fuerzas espirituales que se oponen a Dios. Nadie, ni siquiera los ángeles caídos, escaparán al merecido castigo.
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
NOTAS
(1) O: “el país”. Heb.: ha·’á·rets.
(2) O: “desconcertado”.
REFERENCIAS CRUZADAS
a 993 Deu 28:63; Isa 1:7; Isa 5:5; Jer 4:6; Eze 6:6
b 994 2Re 21:13
c 995 Deu 28:64; Neh 1:8; Jer 9:16
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
En los cap. 24– 27 (llamados el Apocalipsis de Isaías) el profeta habla de un futuro lejano y presenta el juicio de todo el mundo por el Mesías. A tal juicio le sigue la bendición del Mesías a un Israel arrepentido (24:21; 26:1; 27:1, 2, 12, 13).
Fuente: La Biblia de las Américas
La sección que comienza aquí (caps. Isa 24:1-23; Isa 25:1-12; Isa 26:1-21; Isa 27:1-13) constituye el Apocalipsis de Isaías, puesto que trata de los juicios de la Tribulación y las bendiciones de la era milenial.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
rtf1fbidisansiansicpg1252deff0fonttblf0fromanfprq2fcharset2 Wingdings 3; N asola.
Fuente: La Biblia Textual III Edición
[2] Os 4, 9.[6] Deut 28, 28; Luc 21, 26.[10] Ciudad idólatra, por oposición a la Ciudad de Dios.[13] Alude a los pocos fieles que permanecerán constantes a la alianza.[17] Todos los males.[21] 1 Cor 6, 3.[23] Joel 2, 31; Mat 24, 29.