Comentario de Isaías 43:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Pero ahora, así ha dicho Jehovah, el que te creó, oh Jacob; el que te formó, oh Israel: “No temas, porque yo te he redimido. Te he llamado por tu nombre; tú eres mío.

Creador tuyo. Isa 43:7, Isa 43:15, Isa 43:21; Isa 44:2, Isa 44:21; Sal 100:3; Sal 102:18; Jer 31:3; Jer 33:24, Jer 33:26; Efe 2:10.

No temas, porque yo te redimí. Isa 43:14; Isa 35:9, Isa 35:10; Isa 41:14; Isa 44:6, Isa 44:22-24; Isa 48:17; Isa 54:4, Isa 54:5; Isa 62:12; Isa 63:16; Éxo 15:13; Jer 50:34; Tit 2:14; Apo 5:9.

te puse nombre, o te he llamado por tu nombre. Isa 42:6; Isa 44:5; Isa 45:4; Isa 49:1; Éxo 33:17; Hch 27:20, Hch 27:25.

mío tú eres. Éxo 19:5, Éxo 19:6; Deu 32:9; Eze 16:8; Zac 13:9; Mal 3:17; 2Ti 2:19; Heb 8:8-10.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

El Señor consuela a su pueblo con sus promesas, Isa 43:1-7.

Apela al pueblo como testigo de su omnipotencia, Isa 43:8-13.

Les pronostica la destrucción de Babilonia, Isa 43:14-17,

y la maravillosa liberación de su pueblo, Isa 43:18-21.

reprueba al pueblo como inexcusable, Isa 43:22-28.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Ahora, así dice Jehová resalta al autor de esta profecía y la certeza de que la misma se cumplirá (Isa 49:8Isa 50:1Isa 56:1). Las palabras Creador y Formador aluden a la creación de la raza humana en Gén 1:2. El verbo hebreo que se traduce como creador quiere decir «formar algo nuevo», un acto divino que usa la misma palabra clave de Gén 1:1 (Isa 40:26Isa 41:20Isa 45:12Isa 45:18Isa 57:19Isa 65:17Isa 65:18). El verbo que se traduce como formador significa «dar forma» o «moldear algo» como un alfarero, tal como se usa en Gén 2:7, donde Dios moldea el cuerpo de un hombre con el polvo de la tierra. El uso de estas palabras en este versículo sugiere la idea de que la creación de Israel como pueblo fue tan deliberada como la creación de los seres humanos en el principio. Del mismo modo, el Nuevo Testamento describe a los cristianos como una nueva creación en Cristo (2Co 5:17Efe 2:10).

Te puse nombre: El uso del nombre manifiesta una íntima relación con los israelitas. Él les ha revelado su identidad (Éxo 6:2-8) y le ha declarado el nombre de ellos al Faraón (Éxo 4:22).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

CONSOLAOS. Se escribieron estos capítulos durante los últimos años de la vida de Isaías. Dios reveló estas profecías a fin de brindar esperanza y consuelo a su pueblo durante su cautividad en Babilonia ciento cincuenta años después de la época de Isaías (véase Isa 39:5-8). Están llenas de revelaciones proféticas acerca del Mesías venidero y su reino futuro en la tierra. Algunos acontecimientos profetizados se cumplieron en el cautiverio babilónico y en la restauración de Judá, muchos se relacionan más específicamente con la manifestación de Jesucristo en la tierra, y otros todavía esperan su cumplimiento. En general, los caps. Isa 40:1-31; Isa 41:1-29; Isa 42:1-25; Isa 43:1-28; Isa 44:1-28; Isa 45:1-25; Isa 46:1-13; Isa 47:1-15; Isa 48:1-22 hacen hincapié en la liberación, los caps. Isa 49:1-26; Isa 50:1-11; Isa 51:1-23; Isa 52:1-15; Isa 53:1-12; Isa 54:1-17; Isa 55:1-13; Isa 56:1-12; Isa 57:1-21 en la redención, y los caps. Isa 58:1-14; Isa 59:1-21; Isa 60:1-22; Isa 61:1-11; Isa 62:1-12; Isa 63:1-19; Isa 64:1-12; Isa 65:1-25; Isa 66:1-24 en la gloria.

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

AHORA… NO TEMAS. Este capítulo trata de la liberación de Israel del cautiverio babilónico debido al amor de Dios por su pueblo.

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

ASÍ DICE JEHOVÁ. En esta sección, Dios expresa su amor por Israel y los beneficios de ese amor. Todas las bendiciones mencionadas aquí corresponden aún más a los que son hijos de Dios mediante la fe en Cristo. Dios ha creado y redimido a los creyentes; ellos le pertenecen, y Él lo conoce a cada uno por su nombre (v. Isa 43:1). Cuando pasen por la angustia y la aflicción, no serán destruidos, porque Él está con ellos (vv. Isa 43:2; Isa 43:5). Son de gran estima y honorables a sus ojos, objetos de su gran amor (v. Isa 43:4).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

43. Yahvé, Salvador de Israel.
A pesar de que Yahvé ha sido quien los ha entregado a sus enemigos por sus pecados, no obstante, no los ha rechazado, y les asegura un futuro lleno de gloria bajo la protección del mismo Dios.

Yahvé, protector de Israel (1-7).
1 Ahora, pues, así dice Yahvé, que te creó, Jacob; que te formó, Israel: No temas, porque yo te he rescatado, yo te llamé por tu nombre y tú me perteneces. 2 Porque, si atraviesas las aguas, yo seré contigo; si por ríos, no te anegarás. Si pasas por el fuego, no te quemarás; las llamas no te consumirán. 3 Porque yo soy Yahvé, tu Dios, Santo de Israel, tu Salvador; yo doy a Egipto por rescate tuyo, doy por ti a Etiopía y Seba. 4 Porque eres a mis ojos de muy gran estima, de gran precio y te amo, y entrego por ti hombres y pueblos a cambio de tu vida. 5 No temas, porque yo soy contigo; yo traeré tu descendencia desde oriente y te reuniré desde occidente. 6 Diré al septentrión: Entrega, y al mediodía: No retengas. Trae a mis hijos desde lejos, y a mis hijas desde los confines de la tierra, 7 a todos cuantos llevan mi nombre, que yo los creé, formé e hice para mi gloria.

Yahvé, después de haber permitido que su pueblo fuera entregado al pillaje y llevado en cautividad, se presenta ahora como su redentor: yo te he rescatado (v.1), y la razón de ese interés de Dios es que Israel le pertenece, ya que le llamó por su nombre al escogerlo como pueblo suyo en medio de todos los otros. Los lazos de la antigua teocracia establecida en el Sinaí aún perduran a pesar de la catástrofe nacional del exilio. Yahvé no los abandonó totalmente a su suerte. Yahvé es el goel de Israel, su rescatador, e.d., el que por lazos de familia muy estrechos tenía que salir por los intereses de su protegido1; y el hecho futuro de liberación de su pueblo se presenta como pasado: yo te he rescatado, para destacar más la voluntad salvífica de Dios sobre Israel. Dios se encargará de librarle de todos los peligros (aguas., ríos, fuego, llamas, v.2) y de todas las situaciones críticas, no sólo rescatándole de la cautividad, sino aun después en su vida nacional, ya que, en la mente del profeta, la liberación del exilio significa la aurora de los tiempos mesiánicos. Falta la perspectiva del tiempo y los planos históricos se superponen.
Y es tal el amor que Yahvé tiene a Israel, que está dispuesto a entregar a su libertador Ciro vastos imperios como pago: Egipto, Etiopía y Seba (probablemente una región cercana a Etiopía, cf. Gen 10:7). Según Jenofonte 2, Ciro tomó Egipto, pero en realidad lo ocupó su hijo Cambises. La estima que Dios tiene de Israel hace que entregue hombres y pueblos como precio de su rescate (v.4). El hará que los desterrados (descendencia) vuelvan de oriente (Babilonia) y del occidente (la diáspora en general). El profeta quiere hacer resaltar que los israelitas dispersos por toda la faz de la tierra serán reintegrados a su patria por especial intervención divina (v.5): diré al septentrión: Entrega, y al mediodía: No retengas; e.d., obligará a la devolución de sus hijos e hijas (v.6), dispersos por doquier, y todo ello porque llevan el nombre de Yahvé, que los creó para su gloria (v.7). La razón de ser de Israel es la glorificación de Dios, la manifestación de sus maravillas y beneficios entre los demás pueblos por medio del pueblo escogido, que, por estar vinculado de un modo especial a Yahvé, llevaba su nombre.

Desafío a las naciones (8-13).
8 Que salga el pueblo ciego, aunque tiene ojos; los sordos, aunque tienen oídos. 9 Los pueblos se han reunido a una y se congregaron las naciones. ¿Quién de entre ellos anuncia esto y nos hace oír cosas antiguas? Que presenten sus pruebas para justificarse, y, oyéndolas, se diga: Verdad. 10 Vosotros sois mis pruebas, dice Yahvé; mi siervo, a quien yo elegí para que aprendáis y me creáis y comprendáis que soy yo. Antes de mí no fue formado dios alguno, y ninguno habrá después de mí. n Yo, yo soy Yahvé, y fuera de mí no hay salvador. 12 Soy yo el que he anunciado, he salvado y he hecho oír, y no hay otro entre vosotros; vosotros sois mis testigos, dice Yahvé. 13 Yo soy Dios (desde la eternidad) 3, y también desde ahora lo soy 4. Nadie puede librar de mis manos; lo que hago, ¿quién lo volverá?

De nuevo el litigio de Yahvé con las naciones, como en 41:1-4.21-28. Aquí se presenta a Israel como testimonio viviente del cumplimiento de las profecías. Así, pues, invita a que se presente, ante los pueblos reunidos en juicio, a Israel, pueblo ciego, aunque tiene ojos (v.8); e.d., un pueblo que, si bien no ha sabido captar el sentido de los hechos según los designios de la divina Providencia, no obstante, tiene ojos, porque ha sido testigo de los hechos materiales que en su historia han ocurrido. Por eso está capacitado para dar un testimonio en este juicio entre Yahvé y las naciones (v.8), que para este acto judicial se han reunido. Dios quiere que Israel confiese públicamente las predicciones antiguas que se le comunicaron para resolver el litigio judicial en cuestión. Dios se dirige directamente a sus contrincantes en el juicio: ¿quién de entre ellos (los adoradores de los ídolos) anuncia. esto? (v.9), es decir, la redención y liberación de Israel de la cautividad y su repatriación. Nos hace oír cosas antiguas (v.8), los hechos ocurridos que habían sido profetizados (cf. 11:22), que deben ser las pruebas para probar la veracidad de los ídolos, es decir, los vaticinios sobre el futuro, señal inequívoca del conocimiento sobrenatural, propio de la divinidad. Los hechos deben comprobar las profecías. Los gentiles deben presentar sus pruebas históricas del cumplimiento de las supuestas profecías de sus dioses, para que, una vez razonadas, puedan todos decir convencidos: es verdad. Al ver que los idólatras no pueden aportar pruebas de este género, se dirige Yahvé a sus propios testimonios, que son los mismos israelitas. Israel es el siervo de Yahvé (v.10), y con su historia excepcional, salpicada de intervenciones divinas, es la mejor prueba de la divinidad de Yahvé, Dios único. Mientras que los ídolos son obra de sus adoradores: ninguno fue formado antes de Yahvé (cf. 40,19). No se declara con esto que Yahvé fuera “formado,” sino que los ídolos no son eternos y no pueden pretender la antigüedad de Yahvé, pues son fabricación de sus adoradores. Por otra parte, ninguno habrá después de Yahvé (v.10) es la afirmación de la eternidad divina. Yahvé solo es el Salvador (v.11). Ningún dios puede anunciar el futuro y salvar a su pueblo como Yahvé (v.12), y los israelitas son testigos de esto por su historia, llena de intervenciones milagrosas de Dios. Pero este carácter de Dios no sólo lo mantuvo desde la eternidad (v.13), sino que lo mostrará en adelante (desde ahora, ν.13), liberando a su pueblo oprimido. Con ello se manifestará realmente salvador. Y nadie podrá torcer un designio de Yahvé si El se propone realizarlo: lo que hago, ¿quién lo volverá? (v.13).

Caída de Babilonia (14-21).
14 Así habla Yahvé, vuestro redentor, el Santo de Israel: Por vosotros envié yo a Babilonia, y rompí los cerrojos de vuestra cárcel 5. y los caldeos sobre las naves de su jolgorio 6. 15 Yo soy Yahvé, vuestro Santo; el creador de Israel, vuestro rey. 16 Así habla Yahvé, el que abre caminos en el mar y senderos en la muchedumbre de las aguas; 17 el que hace salir carros y caballos, a los ejércitos y los fuertes guerreros; se echan a tierra juntamente, sin que se levanten,extinguidos como mecha que se apaga. 18 No os acordéis de las cosas anteriores ni prestéis atención a las cosas antiguas, 19 pues he aquí que voy hacer una obra nueva, que ya está germinando; ¿no la conocéis? Ciertamente voy a poner un camino en el desierto, y ríos en la estepa, 20 y me glorificarán las bestias del campo, los chacales y los avestruces, porque di agua en el desierto, y torrentes en la estepa, 21 para abrevar a mi pueblo, a mi elegido, al pueblo que hice para mí, que cantará mis loores.

Yahvé, por amor a Israel, envió un instrumento de su ira sobre Babilonia, a saber: a Ciro el conquistador7, el ejército persa invasor, que en 13:3 es llamado “el consagrado,” en cuanto que cumplía una misión de Dios. Por medio de éste, Dios rompió los cerrojos (v.14.) que aprisionaban a los cautivos (o, según otra traducción no exenta de probabilidad, “los hice huir”), teniendo los caldeos que marchar en sus naves, que antes utilizaban para sus jolgorios (v.14), como lo hizo Merodacbaladán al huir de Senaquerib 8. Y todo esto es obra de Yahvé, creador de Israel (v. 15) como pueblo, y les recuerda las gestas pasadas en el mar Rojo: el que abre camino en el mar (v.16), hecho que quedó como tipo de la liberación en Israel. Yahvé fue el que hizo salir carros y caballos (v.17) de los egipcios en persecución de su pueblo para anegarlos en el mar. Es el modo oriental de explicar las cosas prescindiendo de las causas segundas y atribuyendo directamente a Dios lo que pudo ser obra de determinadas circunstancias históricas. Todos los fuertes guerreros del faraón desaparecieron, extinguidos como mecha que se apaga.
Pero todas las gestas pasadas no son nada en comparación con una obra nueva (v.18) que Yahvé va a realizar. Será una maravilla tal, que pueden olvidar las cosas anteriores y antiguas, e.d., las maravillas del éxodo. El retorno de la cautividad será un hecho mucho más trascendental. La obra nueva (v.16) que Yahvé va a cumplir es la liberación de los cautivos para ser repatriados, y esa gesta está ya germinando, e.d., ha empezado a cumplirse con los primeros éxitos de Ciro, a punto de caer sobre los opresores babilónicos. Todas sus conquistas no tienen otro autor que al mismo Yahvé, que le ha tomado como instrumento de su justicia. El profeta presenta esto como inminente (¿no la conocéis? v.19) para levantar la fe y esperanza de los exilados. Ellos no se dan cuenta de que los éxitos del ejército persa culminarán en su liberación próxima. Yahvé se dispone a realizar la obra nueva preparando un camino en el desierto, transformando en frondosa vegetación sus estepas con abundantes ríos. En 40:4 se decía que Yahvé prepararía una avenida libre de obstáculos para que avanzase su pueblo. Aquí se fija más bien en la parte de la vegetación (cf. 41:19). Total, que hasta la naturaleza se transformará para hacer más agradable la travesía de Israel por el desierto. Será tal la transformación de éste, que sus moradores habituales, los chacales y avestruces (v.20), darán gloria a Dios. En realidad, toda esta transformación es para gloria del mismo Yahvé, ya que Israel, reconocido a sus beneficios, cantará sus loores (v.21) después de ser abrevado en las aguas cristalinas milagrosamente dadas por Dios, su liberador.

Misericordia de Yahvé para con Israel (22-27).
22 Pero tú, Jacob, no me invocaste, ni te has fatigado por mí, Israel. 23 No me ofreciste ovejas en holocausto, no me honraste con tus sacrificios; yo no te he abrumado con ofrendas ni te importuné con el incienso. 24 No me compraste caña aromática con plata ni me saciaste con la grosura de tus sacrificios, sino que me atormentaste con tus pecados y me apenaste con tus iniquidades, 25 Soy yo, soy yo quien por amor de mí borro tus pecados y no me acuerdo más de tus rebeldías. 26 Hazme recordar, entremos juntos en juicio, habla tú para justificarte. 27Pecó tu primer padre, y tus mediadores faltaron contra mí, y tus príncipes profanaron mi santuario 9, y entregué a Jacob al anatema, y a Israel al oprobio.

Dios, en este fragmento, hace resaltar el carácter gratuito de su intervención en favor de Israel, pues sus obras no merecían la benevolencia divina. Israel no buscó a Yahvé ni se molestó en serle grato (v.22). Con la destrucción del templo, Israel no pudo ofrecerle ofrendas cruentas (v.23). Y Yahvé no le importunó demasiado exigiendo nuevos sacrificios y holocaustos: No te he abrumado con ofrendas ni te importuné con el incienso (v.23). Como Señor de su pueblo, pudo haberlas exigido, juntamente con las ofrendas olorosas de caña aromática (v.24), con la que se preparaba el óleo de la unción (Exo 30:23). A pesar de estas pocas exigencias de parte de Yahvé, Israel sólo hizo continuar pecando. El profeta piensa sobre todo en las transgresiones de la época del exilio. Antes, en Jerusalén, los sacrificios eran un cierto contrapeso a los pecados del pueblo; pero ahora, además de no poder ofrecer sacrificios a Yahvé, le ofenden impunemente. Todo esto hace resaltar más el carácter gratuito de la liberación del exilio por parte de Dios (v.25). Sólo el amor de Yahvé para con su pueblo explica el que borre sus pecados. La historia de Israel es tan negra, que Dios no duda en invitar a Israel a que le recuerde las buenas acciones que tenga (hazme recordar, v.26) en un litigio entre los dos: habla tú para justificarte. Israel tiene pleno derecho a presentar sus pruebas. Pero su historia es tan calamitosa, que no podrá presentar nada meritorio. La frase, pues, tiene un carácter irónico. Bien sabe Yahvé que la historia de Israel es la historia de sus transgresiones desde el principio de su existencia como nación: pecó tu primer padre (v.27). Parece que se refiere a Jacob, que varias veces es llamado “padre de Israel” 10, y su nombre es el sinónimo de pueblo escogido. Por otra parte, en el Génesis se habla de algunos pecados de Jacob. Y lo mismo pecaron tus mediadores (lit. “intérpretes”); quizá se refiera a los falsos profetas, que presumían de recibir revelaciones especiales de Yahvé para comunicarlas al pueblo, condescendiendo con sus egoísmos materialistas Quizá los mediadores sean los jefes político-religiosos de Israel en general: sacerdotes, reyes, ministros, etc.
Si mantenemos la lección de los LXX arriba expuesta, la frase tus príncipes profanaron el santuario (v.2 8) aludiría al culto pagano introducido por los reyes y clase social alta en el templo (2Re 21:3-7). Leyendo con el TM, “profanaré los príncipes santos,” la frase indicaría, como en Lam 2:2, la humillación de los sacerdotes y clase aristocrática 12.

1 Cf. Job 19:25. – 2 Cf. Jenofonte, Chop. VIII 6:20. Flavio Josefo identifica Seba con Meroe (Ant. 11:249), al norte de Etiopía. Cf. Skinner, o.c., II 41. Sobre este nombre de Seba véase también Gen 10:7; Sal 72:10. – 3 “Desde la eternidad” falta en el hebreo, pero está en los LXX. – 4 “Desde ahora” está en el hebreo, pero falta en los LXX, Targ. y Vg. – 5 Este versículo es sumamente oscuro en el original; de ahí las diversas traducciones: “Los he puesto en fuga a todos” (Condamin, Skinner, Dennefeld). – 6 También oscuro. La traducción que damos es la literal del hebreo. – 7 Este parece ser el sentido, pues el texto parece incompleto, faltando el complemento del verbo envió; pero el contexto parece indicar que se trata del ejército invasor persa. – 8 Cf. Herod., 1:194. Véase Skinner, o.c., II 45. – 9 Así traducen los LXX y la versión siríaca. Y se adapta mejor al contexto. Es adoptada, entre otros, por Condamin. El texto hebreo dice literalmente: “profanaré ios príncipes santos o del santuario.” Así Skinner. – 10 Cf. Isa 48:1; Isa 58:14; Isa 63:16; Ose 12:3. – 11 Cf. Gen 42:23; Job 33:23; 2Cr 32:31; Jer 23:1155. – 12 Cf. Eze 13:19; Lam 2:2; 1Cr 24:5.

Fuente: Biblia Comentada

Creador … Formador. La única explicación de la existencia continua de la nación de Israel es la gracia soberana de Dios, quien le hizo existir de la nada (cp. Deu 7:6-11) y la sustenta hasta hoy. Puesto que es una nación creada por Dios, debe hallar consuelo en saber que nada ni nadie puede destruirla, ni siquiera su propia maldad (cp. Isa 43:18-25; Rom 11:1-2; Rom 11:25-27). Jacob … Israel. Esta designación doble (cp. Gén 32:28) para la nación escogida de Dios es empleada por Isaías en veintiuna ocasiones, dieciséis de ellas en los capítulos Isa 40:1-31 al Isa 49:1-26 (Isa 9:8; Isa 10:20; Isa 14:1; Isa 27:6; Isa 29:23; Isa 40:27; Isa 41:8; Isa 41:14; Isa 42:24; Isa 43:1; Isa 43:22; Isa 43:28; Isa 44:1; Isa 44:23; Isa 44:23; Isa 45:4; Isa 46:3; Isa 48:1; Isa 48:12; Isa 49:5-6). Esto manifiesta el apego especial del Señor a la simiente física de Abraham. No temas. El Señor reiteró su Palabra para aliviar el temor de Israel (Isa 35:4; Isa 41:10; Isa 41:13-14; cp. Isa 7:4). te redimí. La redención de Dios para su pueblo del exilio no será completa hasta que su siervo regrese para reinar sobre el remanente fiel en la tierra de Israel que ha creído en Jesucristo (cp. Zac 12:10-14; Zac 13:1; Rom 11:25-27; Apo 11:13). El regreso limitado de Babilonia fue una simple ilustración del regreso definitivo. Vea la nota sobre Isa 43:14.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Las profecías de los capítulos Isa 1:1-31 al Isa 39:1-8 iban dirigidas a Judá en medio de su situación durante el ministerio de Isaías (739 a.C. hasta ca. 686 a.C.). Las profecías de los capítulos Isa 40:1-31 a Isa 66:1-24 van dirigidas a Judá como si el cautiverio en Babilonia (Isa 39:5-7) ya fuera una realidad presente, aunque ese cautiverio no sucedió hasta 605-586 a.C. Las palabras «No hay paz para los malos, dijo Jehová» (Isa 48:22; Isa 57:21) marcan la división de esta sección en tres partes: capítulos Isa 40:1-31 a Isa 48:1-22, capítulos Isa 49:1-26 a Isa 57:1-21 y capítulos Isa 58:1-14 a Isa 66:1-24.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Esta sección trata la esperanza y el consuelo de un futuro bienaventurado después del juicio de Dios en el cautiverio babilónico que está por venir.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Isa 41:10; Isa 44:2.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

— No temas: Propone ahora el profeta un oráculo de salvación, que contrarreste la angustiosa perspectiva del oráculo anterior. Esta invitación a la confianza se repite en el v. Isa 43:5. Y como es habitual en el Segundo Isaías, una vez mas se yuxtaponen teología de la creación y salvación histórica, pasado, presente y futuro.

— te llamo por el nombre: Esta expresión tiene dos connotaciones: bien “dar existencia a una cosa o a una persona”, bien “enviar a alguien a una misión”.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Gracia abundante. El Pero ahora (v. 1) es un rasgo distintivo de estos capítulos, así como el amor de Dios, permanentemente rechazado, vuelve una y otra vez con la iniciativa. Se halla la misma expresión heb. en 44:1; 49:5; 52:5; 64:8 (7, heb).

1-7 Estos versículos le dan a Israel, en elocuente detalle, la seguridad que Cristo le da a la iglesia, que las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Ni el fuego ni las aguas, ni los pueblos, ni la distancia, pueden cobrar sus víctimas: cada uno (v. 7) está invitado a escuchar atentamente, a quien Dios llama mío (v. 1) llegará en seguridad (cf. 40:26). A continuación se enumeran varias de las cuerdas que los atan a Dios, tales como la creación, la redención, el llamado (v. 1), el amor (v. 4), la adopción (v. 6) y el honor de su nombre (v. 7). Se pone énfasis en esta relación, única en su género, recurriendo a la figura de un rescate humano (vv. 3, 4; cf. v. 14), es decir, que han caído y caerán grandes naciones, para dar lugar a Israel. Prov. 21:18 habla en términos similares; el otro lado de la cuestión es que las naciones se beneficiarán de Israel mucho más de lo que pierdan (cf. 42:1-9), y que su último rescate tendrá que ser una víctima muy diferente (cf. 53:5, 6).

8-13 Estos versículos enfrentan de nuevo a Israel con sus pecados contra la luz (v. 8; cf. 42:18-20); no obstante, se le considera, según su altísimo llamado, como siervo escogido (v. 10) tanto para su propia instrucción (para que me conozcáis y me creáis, y entendáis) como para el mundo. Su propia historia testificó por Jehovah (vv. 10-12); un día el título mis testigos obtendría su pleno vigor (cf. Hech. 1:8), pero por el momento Israel aparece en su carácter pasivo y renuente. La escena forense es la de 41:1-4, 21-23; el punto en cuestión es que, aparte de Yahweh no hay otro Dios, tanto en los tiempos pasados, como en el presente y en el porvenir (vv. 10b, 11, 13).

14-21 Se nombra a Babilonia por primera vez desde 39:7. Y aunque el texto heb. del v. 14 es oscuro, la principal fuerza del pasaje es la clara promesa de un éxodo aun mayor, en el cual las maravillas que Dios obrará en el desierto (vv. 19, 20) superarán a las del mar Rojo (vv. 16-18). Nuevamente la promesa está arraigada en el pacto: obsérvense los términos de relación en los vv. 14, 15 y de elección en los vv. 20c, 21.

Para su pleno cumplimiento debemos mirar más allá de los modestos retornos al hogar desde Babilonia de los siglos VI y V a. de J.C., si bien éstos se tienen en cuenta, al éxodo que el hijo de Dios realizó en Jerusalén (Luc. 9:31; cf. 1 Cor. 10:4, <11), que por sí solo justifica el lenguaje utilizado en éste y similares pasajes. Ver también sobre caps. 35 y 40:3-5.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

43.1ss El capítulo 42 termina con la tristeza de Dios por la decadencia espiritual de su pueblo. En el capítulo 43, Dios dice al pueblo que, a pesar de su fracaso espiritual, El les mostrará misericordia, los traerá de regreso del cautiverio y los restaurará. Les derramaría amor y no ira. Entonces el mundo sabría que únicamente Dios había hecho esto.43.1-4 Dios creó a Israel haciéndolo especial para El. La redimió y la llamó por su nombre para que fueran de El. Dios protegió a Israel en tiempos difíciles. Nosotros somos importantes para Dios, ¡también nos llama por nombre y nos da su nombre (43.7)! Cuando llevemos su maravilloso nombre, nunca debemos hacer nada que le avergüence.43.2 Al pasar por aguas de tribulación quizás lo ahoguen o lo obliguen a crecer más fuerte. Si va con su fuerza, es muy probable que se ahogue. Si invita al Señor a ir con usted, El lo protegerá.43.3 Dios entregó a Persia a otras naciones a cambio de dejaran partir a los judíos a su tierra natal. Egipto, Etiopía y partes de Arabia (Seba) atacaron a Persia y fueron derrotados.43.5, 6 Isaías habla sobre todo del regreso de Israel desde Babilonia. Pero hay un significado más amplio: todo el pueblo de Dios se reunirá cuando Cristo venga a gobernar en paz sobre la tierra.43.10, 11 La tarea de Israel era la de ser testigo (44.8), decir al mundo quién era Dios y lo que había hecho. En la actualidad todos los creyentes tienen la misma responsabilidad de ser testigos de Dios. ¿Sabrá la gente cómo es Dios al ver la forma en que usted habla y actúa? Ellos no pueden ver a Dios directamente, pero lo pueden ver reflejado en usted.43.15-21 Esta sección describe un nuevo éxodo para un pueblo una vez más oprimido, como lo fueron los israelitas durante el cautiverio en Egipto antes del éxodo. Clamarían a Dios y una vez más los escucharía y liberaría. Un nuevo éxodo se llevaría a cabo por un nuevo desierto. Los milagros pasados no fueron nada en comparación con lo que Dios haría por su pueblo.43.22-24 La caña aromática quizás era un ingrediente del incienso usado en la adoración. Un sacrificio requería renunciar a un animal valioso y clamar por el perdón de Dios. Pero el pueblo se presentaba ante Dios con pecados en vez de sacrificios. ¿Puede imaginarse llevando lo mejor de sus pecados ante al altar de Dios? Esta ilustración irónica muestra lo bajo que cayó Israel. ¿Qué presenta ante Dios: sus pecados o una súplica para obtener su perdón?43.25 ¡Cuán tentador resulta recordar a otro una ofensa pasada! Sin embargo, cuando Dios perdona nuestros pecados, los olvida totalmente. Nunca debemos temer que El nos los recuerde más tarde. Puesto que Dios hizo esto por nosotros, necesitamos hacer lo mismo por los demás.LA IDOLATRIA ACTUALIsaías nos dice: «¿Quién formó un dios, o quién fundió una imagen que para nada es de provecho?» Pensamos en los ídolos como figuras de madera o piedra, pero en realidad un ídolo es cualquier cosa natural a la que se le da un valor y un poder sagrados. Si su respuesta a cualquiera de las siguientes preguntas es otra cosa u otra persona que no sea Dios, tendrá que analizar a quién o a qué adora en realidad.Quién me creó?– ¿En quién confío siempre?– ¿En quién busco la verdad suprema?– ¿En quién busco la seguridad y la felicidad?– ¿Quién está a cargo de mi futuro?

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

REFERENCIAS CRUZADAS

a 2077 Sal 100:3; Isa 43:15; Efe 2:10

b 2078 Isa 44:2; Isa 44:21

c 2079 Isa 35:9; Isa 44:23; Jer 50:34

d 2080 Isa 45:4

e 2081 Deu 32:9; Sal 135:4

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Mas ahora. Las palabras de consuelo que siguen han estado precedidas de palabras de reproche y forman un lógico y efectivo contraste con ellas. Al combinar tu Creador, el que te formó, yo te he redimido, te he llamado por tu nombre, y mío eres tú en un solo vers., Isaías pone énfasis en el poder del S eñor para crear, recuerda al pueblo de la liberación de Israel de Egipto, y alude al proceso de adopción en el monte Sinaí (v. coment. en Ex 19:5).

Fuente: La Biblia de las Américas

Aunque Israel era infiel. Dios todavía la ama y le promete liberación del cautiverio babilónico. Como galardón por dar la libertad a los cautivos de Israel, los persas bajo Cambises, hijo de Ciro, ocuparon a Egipto, partes de Etiopía y Seba (SO de Arabia). A la postre (en la segunda venida de Cristo), Israel regresará de todas partes de la tierra (Mat 24:31).

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

[3] Cuando Sennaquerib estaba para devastar toda la Judea y poner sitio a Jerusalén, Dios hizo que en vez de ir contra la Judea, fuera contra Egipto, Etiopía y el país de los sabeos. Así estos pueblos fueron el precio con que quedó libertado Israel.[10] Is 42, 1; Ap 1, 5; 3, 14.[11] Os 13, 14.[16] Ex 16, 21.[16] Jos 3, 15.[24] Jer 6, 20.[26] Rom 3.[28] Lev 10, 1-2.

Fuente: Notas Torres Amat