Comentario de Isaías 49:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
¡Oídme, oh costas, y atended, oh pueblos lejanos! Jehovah me llamó desde el vientre; desde las entrañas de mi madre mencionó mi nombre.
Oídme. Isa 41:1; Isa 42:1-4, Isa 42:12; Isa 45:22; Isa 51:5; Isa 60:9; Isa 66:19; Sof 2:11.
y escuchad. Isa 55:3; Isa 57:19; Efe 2:17; Heb 12:25.
Jehová me llamó desde el vientre. Isa 49:5; Sal 71:5, Sal 71:6; Jer 1:5; Mat 1:20, Mat 1:21; Luc 1:15, Luc 1:31; Luc 2:10, Luc 2:11; Jua 10:36; Gál 1:15; 1Pe 1:20.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
El siervo de Dios enviado a su pueblo, se queja de ellos, Isa 49:1-4.
Es enviado a las naciones con promesas de gracia, Isa 49:5-12.
El amor de Dios es perpetuo para su pueblo, Isa 49:13-17.
La amplia restauración de de su pueblo, Isa 49:18-23.
La liberación poderosa del cautiverio, Isa 49:24-26.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Este segundo cántico dedicado al sufrimiento del Siervo (Isa 42:1-13) contiene dos partes: el soliloquio del Siervo (vv. Isa 49:1-6) y las predicciones que el Señor hace para Él (vv. Isa 49:7-9). Le sigue al cántico un análisis de Isaías (vv. Isa 49:9-12) y concluye con un himno de alabanza (v. Isa 49:13).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
costas: La misión del Siervo le atañe a toda la tierra (Isa 41:1). Otro sinónimo para vientre puede ser matriz (Gén 25:23; Rut 1:11).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
CONSOLAOS. Se escribieron estos capítulos durante los últimos años de la vida de Isaías. Dios reveló estas profecías a fin de brindar esperanza y consuelo a su pueblo durante su cautividad en Babilonia ciento cincuenta años después de la época de Isaías (véase Isa 39:5-8). Están llenas de revelaciones proféticas acerca del Mesías venidero y su reino futuro en la tierra. Algunos acontecimientos profetizados se cumplieron en el cautiverio babilónico y en la restauración de Judá, muchos se relacionan más específicamente con la manifestación de Jesucristo en la tierra, y otros todavía esperan su cumplimiento. En general, los caps. Isa 40:1-31; Isa 41:1-29; Isa 42:1-25; Isa 43:1-28; Isa 44:1-28; Isa 45:1-25; Isa 46:1-13; Isa 47:1-15; Isa 48:1-22 hacen hincapié en la liberación, los caps. Isa 49:1-26; Isa 50:1-11; Isa 51:1-23; Isa 52:1-15; Isa 53:1-12; Isa 54:1-17; Isa 55:1-13; Isa 56:1-12; Isa 57:1-21 en la redención, y los caps. Isa 58:1-14; Isa 59:1-21; Isa 60:1-22; Isa 61:1-11; Isa 62:1-12; Isa 63:1-19; Isa 64:1-12; Isa 65:1-25; Isa 66:1-24 en la gloria.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
OÍDME. Estos capítulos contienen muchas profecías acerca del «Siervo de Jehová», que en definitiva es Jesucristo. Su ministerio resulta en la expiación por el pecado, la salvación para todas las naciones, la restauración de Israel y el juicio sobre los impíos.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
JEHOVÁ ME LLAMÓ. Se describe el llamamiento mesiánico de Jesucristo como que es «desde el vientre», es decir, el vientre de la virgen María (véase Luc 1:31-33).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
49. El Siervo de Yahvé. Gloria de Israel. Consolación de Sión.
Elección del Siervo de Yahvé (1-4).
Este fragmento, que versa sobre un misterioso Siervo de Yahvé, encuentra su relación lógica en el otro Deu 42:1-4. Ese Siervo de Yahvé tiene un mensaje que transmitir a las naciones.
1Oídme, islas; atended, pueblos lejanos: Yahvé me llamó desde el seno materno, desde las entrañas de mi madre me llamó por mi nombre. 2Y puso mi boca como cortante espada, me ha guardado a la sombra de su mano, hizo de mí aguda saeta y me guardó en su aljaba. 3El me ha dicho: Tú eres mi siervo, en ti seré glorificado. 4Yo me dije: Por demás he trabajado, en vano y por nada consumí mis fuerzas; pero mi causa está en manos de Yahvé, mi recompensa en mi Dios.
La introducción es enfática y solemne. Lo que el profeta va a proclamar es tan importante que se invita a las islas (v.1) a prestar atención a las palabras del Siervo de Yahvé, el cual tiene una misión universal que desempeñar (v.6). Las islas son los países costeros del Mediterráneo en general (cf. 41:1). Todos los pueblos van a recibir un mensaje inaudito de parte de un enviado de Dios, cuya misión se extiende hasta los confines de la tierra (pueblos lejanos, v.1). Y su condición es tan excepcional, que no ha sido elegido, como Moisés y otros profetas, durante su vida, sino que desde el seno materno le ha llamado Yahvé para confiarle una misión única. Jeremías había sido designado para “profeta entre los pueblos” (Jer 1:5); aquí el Sierro de Yahvé ha recibido una misión más concreta y sublime, ya que por su misión hará que la salvación llegue hasta los confines de la tierra (19-5). Por su entrega total a esta misión divina merecerá el nombre por antonomasia de Siervo de Yahvé. Para ello le ha dotado de cualidades excepcionales de predicador. Tendrá tal penetración su palabra en el auditorio, que será como espada (Heb 4:12; Rev 1:16). Este símil también insinúa el efecto doloroso de su palabra, en cuanto creará una situación de angustia y de contradicción en los corazones de los oyentes, sobre todo en los que se opongan a ella. Además, en la imagen del profeta parece contraponerse el modo de conquistar los corazones por parte del Siervo de Yahvé, por la persuasión, la modestia y la palabra, y el de los conquistadores orientales, por la espada y la violencia. El Siervo de Yahvé no tendrá otra espada que su palabra insinuante e incisiva. Y sigue el símil militar: me ha guardado a la sombra de su mano (v.2), e.d., como el guerrero acaricia la empuñadura de la espada y la protege para que no se la arrebaten, así Dios protege y acaricia al Siervo de Yahvé, instrumento de su especialísima providencia en un momento dado de su historia, convirtiéndole en aguda saeta. en su aljaba, dispuesta a lanzarla para ganar los corazones de las gentes para su causa. A continuación explica, sin metáforas, lo anterior: me ha dicho: Tú eres mi siervo (v.3), e.d., el instrumento por el que Yahvé será glorificado, aludiendo al resultado favorable de la misión de dicho Siervo, la cual, por otra parte, será ardua y llena de obstáculos. En 44:43 se dice que Yahvé será glorificado en Israel por la liberación portentosa que Yahvé va a realizar en el pueblo elegido. En cambio, aquí Yahvé es glorificado por la prodigiosa obra realizada por el misterioso Siervo objeto de sus complacencias.
El v.4 nos transporta ya a otra fase de la actividad del Sierro, pues ya ha cumplido en parte su misión. Su obra ha sido tan ardua, que por un momento parece desfallecer. El fruto conseguido en la conversión de Israel ha sido tan escaso que parece que su labor ha sido un fracaso: en vano consumí mis fuerzas (v.4); pero reacciona inmediatamente ante el pensamiento de que su causa está en manos de Yahvé. Ha cumplido la voluntad de éste, y, por tanto, al ser juzgado (mi causa) recibirá la recompensa del mismo Yahvé 2.
La misión del Siervo de Yahvé (5-7).
5 Y ahora dice Yahvé, el que desde el seno materno me formó para siervo suyo, para devolverle a Jacob, para congregarle a Israel 3, pues soy honrado a los ojos de Yahvé, y mi Dios es mi fuerza. 6 Dijo: Ligera cosa es para mí que seas tú mi siervo, para restablecer las tribus de Jacob y reconducir a los salvados de Israel. Yo te he puesto para luz de las gentes, para llevar mi salvación hasta los confines de la tierra. 7 Así dice Yahvé, el Redentor de Israel, su Santo, al menospreciado de alma, abominado de las gentes, al esclavizado por los soberanos: Reyes verán y se levantarán, príncipes se prosternarán a causa de Yahvé, que es fiel; el Santo de Israel, que te ha elegido.
La primera misión del Siervo de Yahvé es hacer retornar a Jacob-Israel a Yahvé, convirtiéndolo (cf. Mat 15:24). Dios responde a la reflexión del Siervo (yo dije: Por demás he trabajado v.4) con una nueva intimación (Y ahora dice Yahvé) : su misión no se limitará a devolver a Jacob, sino que es de mucho más alcance: yo te he puesto para luz de las gentes (v.6). Para Dios, la restauración de Israel es cosa ligera (v.6) en comparación con la otra de ser misionero de los gentiles. Lejos de sentirse decepcionado por la obra realizada en su pueblo, considerándola infructuosa, debe prepararse para otra obra de mayor envergadura, como es la de llevar la luz a las gentes. hasta los confines de la tierra (v.6). Dios tiene unos planos salvíficos sobre todos los hombres (llevar mi salvación hasta los confines de la tierra, v.6). Los salvados de Israel son los que se han librado de las sucesivas pruebas a que Dios sometió al pueblo elegido, lo que en la literatura profética aparece bajo la denominación de resto de Israel (cf. 10.20; Eze 6:12).
La misión del Siervo de Yahvé, cuando logre todo su fruto, será objeto de la admiración de los reyes y príncipes, que se levantarán y se prosternarán (v.7), reconociendo su calidad de enviado de Dios. Y todo esto será obra de Yahvé, que es fiel., que te ha elegido. Es la recompensa (v.4) a toda su obra misionera4.
Liberación de los exilados (8-13).
8 Así habla Yahvé: Al tiempo de la gracia te escucharé, el día de la salvación vendré en tu ayuda y te formaré y te pondré por alianza de mi pueblo, para restablecer al país, para repartir las heredades devastadas. 9 Para decir a los presos: Salid, y a los que moran en tinieblas: Venid a la luz. En todos los caminos serán apacentados 5 y en todas las alturas peladas tendrán sus pastos. 10 No padecerán hambre ni sed, ni les afligirá el viento solano ni el sol, porque los guiará el que de ellos se ha compadecido, y los llevará a manantiales de agua. n Yo transformaré todos los montes en caminos, y se levantarán mis calzadas. 12 He aquí que vienen ellos de lejos, éstos del septentrión y del mar, aquéllos de la tierra de Sinim. 13Exultad, cielos, y salta de gozo, tierra; que los montes prorrumpan en júbilo, porque ha consolado Yahvé a su pueblo, ha tenido compasión de sus afligidos.
Yahvé se muestra complaciente al tiempo de gracia (v.8), el día de la salvación del pueblo elegido como fruto de la misión del Sierro de Yahvé. Este será la alianza de un pueblo (cf. 42:6), e.d., el intermedio en las nuevas relaciones entre Dios e Israel, en la nueva teocracia que seguirá al retorno del exilio, es decir, en la era mesiánica. La misión del Siervo de Yahvé aquí vuelve a centrarse en torno a Israel: para restablecer al país (v.8) y repartir las heredades devastadas, hacer una nueva redistribución de Tierra Santa después del exilio, como en otro tiempo al entrar Israel en Canaán. Para ello, la labor primera es liberar a los presos (v.8), que están en las tinieblas, e.d., cárceles tenebrosas. Después sigue la descripción ideal del retorno con las imágenes conocidas de Israel volviendo bajo la protección de Dios. Hasta las alturas peladas (v.8) se cubrirán de pastos como los caminos para que el rebaño de Israel no sufra hambre (v.10) ni sed, pues Yahvé los llevará a manantiales de aguas (v.10), los dos grandes peligros para los que atraviesan los desiertos. Tampoco el siroco, o viento solano, los atormentará. Incluso Dios les facilitará el camino tortuoso (tornaré todos los montes en caminos, v.11). Dios establecerá rutas nuevas, mis calzadas (v.11), para que la marcha se facilite en todo lo posible. La descripción es totalmente ideal. En realidad, el retorno que conocemos por la historia fue bien penoso; pero ya hemos indicado que los profetas suelen simplemente conocer el hecho futuro sin las circunstancias concretas. Con su mente oriental idealizan las situaciones para despertar anhelos e ilusiones en el pueblo.
Y el profeta asiste asombrado al espectáculo del retorno. Vienen de todas partes, no sólo de Babilonia. La dispersión ha sido muy amplia, y ahora llega el momento de volver al hogar patrio. Vienen del norte y del oeste (el mar, e.d., Mediterráneo, v.12) y de la tierra de Sinim6. Son diversas las opiniones sobre la localización de esta región. Para unos sería la lejana China (Sina: “Sinim”), opinión generalmente abandonada, pues esa región parece fuera del alcance de los conocimientos geográficos de la época del autor. La opinión más generalizada es la que identifica Sinim con Syene o Asuán actual, en el alto Egipto (cf. Eze 29:10). Algunos identifican Sinim con Sin (Pelusium), en la frontera nordeste de Egipto, o con Fenicia (Gen 10:17 : “Sin”)7.
Por fin, el profeta prorrumpe en una explosión lírica, semejante a la Deu 44:23, ante el horizonte luminoso de la próxima liberación, ya que Yahvé se ha compadecido de sus afligidos (v.13) israelitas, trayéndoles un mensaje de consolación.
Especial solicitad de Dios sobre Israel (14-19).
14 Sión decía: Yahvé me ha abandonado, y mi Señor se ha olvidado de mí. ¿Puede acaso una mujer olvidarse de su mamoncillo, no compadecerse del hijo de sus entrañas? 15Aunque ellas se olvidaran, yo no te olvidaría. 16 He aquí que te tengo grabada sobre las palmas de las manos, y tus muros están siempre delante de mí. 17 Vienen aprisa tus reconstructores8, y tus aseladores y destructores se van de ti. 18 Levanta en torno tus ojos y mira, todos se reunieron para venir a ti. Por mi vida, dice Yahvé, que te revestirás de ellos como de ornamento, y te ceñirás de ellos como novia, 19 Porque tus ruinas y devastaciones y tu país asolado serán estrechos para los moradores, y se alejarán los que te devoraban.
El profeta se considera en la situación de Sión, deprimida por el espectáculo de la desolación, pensando en que Yahvé la había abandonado (v.14), y se considera como una madre sin hijos, y no-puede creer en las esperanzas gloriosas precedentes que le anuncia, el profeta. A esto contesta el mismo Yahvé que no puede olvidar a Sión, pues le profesa un amor más fuerte que el maternal, el amor más sincero y profundo: ¿puede una mujer olvidarse de su mamoncillo? (v.14); y con acento enfático le dice confidencialmente que la tiene grabada en las palmas de sus manos (v.16), aludiendo con ello a los tatuajes que los devotos se hacían en señal de consagración a sus divinidades, por lo que se consideraban como propiedad de éstas (Deu 44:5). Yahvé lleva en las palmas de sus manos grabado en el plano de la ciudad de Sión, de modo que pueda tenerla siempre presente para no olvidarla; por eso sus muros están siempre delante de él, como una invitación constante a la reconstrucción. Y, en efecto, anuncia ya la llegada de la cuadrilla de reconstructores (v.17), que no son otros que los mismos israelitas, que vienen a sustituir a los aseladores y destructores, que debían salir definitivamente de la ciudad. Quizá se refiera a los caldeos, que tenían aún sus destacamentos en la Ciudad Santa.
Y el profeta invita enfáticamente a Sión a que contemple el fascinador espectáculo de los que vienen en masa: levanta en torno tus ojos. (v.18). Es una descripción similar a la Deu 60:4. Dios jura (por mi vida.) que se cumplirán las promesas de repatriación de sus exilados, que constituirán el ornamento de Sión. Antes ésta se consideraba como una madre sin hijos; ahora debe exultar, pues se ve, como nueva desposada, rodeada de numerosos hijos (y te ceñirás de ellos como novia), que constituirán su orgullo y alegría, como lo son para la novia sus aderezos nupciales.
El v. 19 está incompleto. El sentido parece ser la contraposición de la actual situación de Sión, asolada, llena de ruinas (v.19), y su próxima restauración, pictórica de moradores; resultará estrecha para alojar a todos los que vienen a sustituir a los que antes la devoraban.
Maravillosa fecundidad de Jerusalén (20-21).
20 Aún dirán a tus oídos los hijos de tu orfandad: El lugar es demasiado estrecho para mí,hazme sitio para que habite en ella. 21 Y tú dirás en tu corazón: ¿Quién me ha parido éstos? Yo no tenía hijos y era estéril. A éstos, ¿quién los ha criado? Yo había quedado sola; ¿de dónde vienen éstos?
El profeta presenta a la madre admirada al ver tantos hijos, ella que se había considerado sola. Los nuevos hijos, al verse en Jerusalén, se sentirán en un lugar demasiado angosto. Se les llama hijos de tu orfandad (v.20) porque han nacido lejos, en un tiempo en que Sión se sentía sola, y sin hijos. La época del destierro fue época de orfandad para Sión. Por eso ella se extraña de encontrar nuevos hijos que no ha criado: ¿Quién me ha parido éstos? (v.21). Quizá con esta frase se aluda a la antigua costumbre oriental de que las esclavas pudieran tener hijos del marido de la verdadera esposa, considerándolos como nacidos de ésta para los derechos de herencia, como Agar respecto de Sara, y las esclavas de Raquel y Lía (cf. Gen 16:15; Gen 30:1s). En el código de Hammurabi encontramos la misma costumbre. Los israelitas, pues, nacidos en el exilio, son considerados por Sión como hijos suyos, aunque se maravilla de su procedencia: ¿de dónde vienen? (v.21).
Los reyes de las naciones, al servicio de Israel (22.-23)
22 Así habla el Señor, Yahvé: He aquí que tenderé mi mano a las gentes y alzaré mi bandera a las naciones, y traerán en el seno a tus hijos, y en hombros a tus hijas. 23 Reyes serán tus ayos, y sus princesas tus nodrizas; postrados ante ti, rostro a tierra, lamerán el polvo de tus pies. Y sabrás que yo soy Yahvé y que los que en mí confían no serán confundidos.
Yahvé hace un gesto de mando a las naciones (tenderé mi mano a las gentes, v.22) para que dejen volver a los israelitas, y levanta su bandera (cf. 5:26), señalando el punto de concentración de los rescatados en Sión. Los gentiles obedecerán dócilmente a la indicación de Yahvé, llevando a los exilados israelitas en el seno, como las madres llevan cuidadosamente a sus niños pequeños (cf.Núm 11:12), y se ofrecerán a ser domésticos de los componentes del pueblo elegido (v.23), dispuestos a lamer el polvo de sus pies (v.23). Sión será como una reina soberana, y sus hijos, todos príncipes, superiores a los reyes de otros pueblos.
La omnipotencia de Yahvé, causa de la liberación de Israel (24-26).
24 ¿Se le quita al guerrero el botín? ¿Se le escapan al poderoso los cautivos?9 25Porque así habla Yahvé: Si aun al guerrero se le quitaran los cautivos, si el botín del poderoso le fuera arrebatado10, con tus adversarios lucharé 11y salvaré a tus hijos. 26Y a tus opresores haré comer su propia carne, y se embriagarán de su sangre como de mosto, y reconocerá toda carne que yo soy Yahvé, tu salvador y tu redentor, el Fuerte de Jacob.
La omnipotencia divina es la garantía de que se cumplirán las promesas de la liberación de Israel. Dios tiene un poder sobrehumano, y lo que parece imposible a los hombres (¿se le quita al guerrero su botín? v.24) es muy posible tratándose de Dios, que es capaz de vencer todos los obstáculos. Los israelitas pensaban que sus opresores eran demasiado fuertes para que se les obligara a dejarlos libres. Cómo es difícil quitar a un guerrero fornido (es el sentido de gibora del original hebreo), así es muy difícil hacer que los poderosos babilonios suelten su presa (¿se le escapan al poderoso los cautivos? v.24). Yahvé recoge la objeción con la misma imagen y le da otro sesgo: Yahvé es en realidad el gran guerrero y poderoso, y no permitirá que le arranquen de sus manos los enemigos de Israel (v.25). Yahvé sale fiador de la causa de los israelitas: con tus adversarios lucharé (v.25); Para ello esta dispuesto a desencadenar la guerra civil entre los enemigos y opresores de Israel: y a tus opresores haré comer su propia carne, v.26); la sangre correrá a torrentes (se embriagarán de su sangre como de mosto) 12, en tal forma que todos (toda carne) reconocerán que Yahvé ha realizado la salvación de su pueblo y ha sido su redentor o valedor de sus derechos (su go’el en hebreo, con el sentido técnico de abogado) como Fuerte de Jacob, expresión que ya hemos visto en 1:24 (cf. Gen 49:24).
1 El texto hebreo y griego añaden Israel, aunque falta en algunos manuscritos hebreos. En los v.5-6, este Siervo de Yahvé es diferente de Israel. – 2 Cf. Mat 23:37s; Jua 17:1. – 3 En hebreo se dice “Israel no será reunido.” Es la usual confusión de la vocalización de lo’ (“no”) y id (“para él”). – 4 Algunos consideran el v.? como introducción a la sección siguiente, en la que se habla de Israel. – 5 Con los LXX añadimos iodos. – 6 Los LXX leen, “de la tierra de los persas,” y la Vg. “de térra australi.” – 7 Cf. Skinner, o.c., II 104. – 8 Así con LXX, Vg. y Targum. El hebreo tiene otra vocalización y lee “tus hijos.” – 9 Así siguiendo a la Vg. y a la Peshitta. En hebreo, en vez de poderoso, dice “justo,” lo que no hace sentido. La corrección es generalmente admitida por los autores modernos, Skinner, Condamin, etc. – 10 Otros traducen: “a un valiente puédesele arrancar los cautivos, y a un poderoso se le puede escapar la presa” (Cantera, siguiendo a Dennefeld y a Skinner). – 11 Otros, como Duhm, traducen, haciendo un ligero cambio de letras, “querella, tu causa,” en vez de tus adversarios del texto masorético actual. – 12 Esta imagen es corriente en la literatura apocalíptica: Eze 38:21; Age 2:22; Zac 14:13.
Fuente: Biblia Comentada
desde el vientre, desde las entrañas de mi madre. El mundo entero, incluidos los gentiles («costas», «pueblos lejanos»), es llamado a reconocer dos puntos significativos: (1) el Mesías y siervo será un ser humano, nacido como los demás de una mujer, pero nacido de una virgen (cp. Isa 7:14; Luc 1:30-33), y (2) Él será un individuo que debe distinguirse de un grupo como la nación de Israel que también ha sido personificada como siervo de Jehová (Isa 41:8-9; Isa 42:19; Isa 43:10; Isa 44:1-2; Isa 44:21; Isa 44:26; Isa 45:4; Isa 48:20; Isa 50:10).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Las profecías de los capítulos Isa 1:1-31 al Isa 39:1-8 iban dirigidas a Judá en medio de su situación durante el ministerio de Isaías (739 a.C. hasta ca. 686 a.C.). Las profecías de los capítulos Isa 40:1-31 a Isa 66:1-24 van dirigidas a Judá como si el cautiverio en Babilonia (Isa 39:5-7) ya fuera una realidad presente, aunque ese cautiverio no sucedió hasta 605-586 a.C. Las palabras «No hay paz para los malos, dijo Jehová» (Isa 48:22; Isa 57:21) marcan la división de esta sección en tres partes: capítulos Isa 40:1-31 a Isa 48:1-22, capítulos Isa 49:1-26 a Isa 57:1-21 y capítulos Isa 58:1-14 a Isa 66:1-24.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Esta sección define las funciones proféticas y sacerdotales del Mesías y siervo de Jehová, así como los recursos que tiene para cumplir su misión, sus sufrimientos y humillación, y su exaltación final. La palabra «siervo» ocurre unas veinte veces en esta porción, lo cual ratifica a Jesucristo como el Cordero de Dios quien fue sacrificado para redimir a los elegidos de Dios.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Segundo canto del siervo: A tenor de las imágenes que se emplean y que están relacionadas con la función maternal del Señor: vientre, seno materno, aquí el Siervo parece ser el propio pueblo de Israel como, por lo demás, se afirma explícitamente en el v. Isa 49:3.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Isa 44:2; Jer 1:5; Gál 1:15.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Isa 42:1-9+.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
El segundo “Cántico del Siervo”
Los límites de este pasaje han sido fijados de manera variada, pero hay acuerdo compartido por la mayoría, que ello ocurre en los vv. 1-6. Pero cada uno de los vv. 5-8 muestra parte de la respuesta de Dios en cuanto a la misión que le corresponde a su siervo; y el v. 8, eco de 42:6, no puede ser tronchado de su secuela.
Después del cap. 42, con sus semblanzas recíprocamente incompatibles de “mi siervo” (42:4, 18-21), se hace cada vez más aguda la ineptitud de Israel. Los próximos capítulos resolverán la tensión, no por el descarte o la mejora de este siervo, sino por el surgimiento de un verdadero Siervo cuya misión será en beneficio, en primer lugar, de Israel mismo.
Esto se deja ver de inmediato, en esta pasaje, ante la clara conciencia del Siervo. Aquí no demuestra contrición alguna por los pecados deplorados en 48:1-6, o por la ceguera de 42:18-20; sólo una sensación de estar preparado para el momento de Dios (vv. 1-3; cf. 48:16). La falta de respuesta de Israel es algo contra lo cual ha luchado, no compartida (v. 4) y si bien se le designa como “Israel” (v. 3), su campo misionero es “Israel” (v. 5) antes que serlo del mundo (v. 6).
Esta paradoja de un Israel enviado a Israel es parte del poderoso empuje del AT hacia el NT, dado que ni aun el “remanente” de israelitas verdaderos (Rom. 9:6, 27) puede cumplir las expectativas sin límites de los vv. 1-13. Somos impulsados a buscar una materialización más perfecta de la luz y salvación (v. 6) y del pacto (v. 8) en Cristo como la cabeza de su iglesia, “el Israel de Dios” (Hech. 13:47; Gál. 6:16). Además, el tema de la conquista por medio del servicio, engarzado en 42:1-4, ha comenzado a tañer la nota de sufrimiento y rechazo (vv. 4, 7), que aumentará en agudeza y significación en los “Cánticos” tercero y cuarto.
8 Pablo cita el v. 8a en 2 Cor. 6:2 como algo ya cumplido (cf. la utilización que de Isa. 61:1, 2a hace nuestro Señor en Luc. 4:18-21). Sobre la expresión te pondré por pacto para el pueblo, ver comentario en 42:6. 9 ss. A los presos que retornan al hogar en los vv. 8-13 se los visualiza como a israelitas dispersos por todo el mundo, no solamente en Babilonia (cf. v. 12 con v. 22); pero la alusión al v. 10 en Apoc. 7:17 nos dice que se incluye también a los gentiles que se dirigen a su nuevo hogar (cf. 44:5). 12 Sevene, es decir Asuán, sobre el Nilo (ver nota de la RVA). Algunos ms. leen “Sinim” (cf. nuestro término “sinólogo” del gr. para los chinos). Pero lo más que podemos decir con seguridad es que el v. 12 preve convertidos traídos de tierras distantes, de las cuales “Sinim” podía ser evidentemente un ejemplo notable.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
49.1-7 Antes de que el Siervo, el Mesías, naciera, Dios lo eligió para llevar la luz del evangelio (el mensaje de salvación) al mundo (véase Act 13:47). Cristo ofreció salvación a todas las naciones y sus apóstoles comenzaron el movimiento misionero para llevar el evangelio hasta los confines de la tierra. La obra misionera en la actualidad continúa la Gran Comisión de Jesús (Mat 28:18-20), llevando la luz del evangelio a todas las naciones.49.12 La región de Sinim está al sur de Egipto (véase Eze 29:10).49.14, 15 El pueblo de Israel sintió que Dios lo había abandonado en Babilonia. Pero Isaías señaló que El nunca se olvidaría de ellos, así como una madre no olvidaría a su hijito. Cuando sintamos que Dios nos ha abandonado, debemos preguntarnos si los que lo abandonamos u olvidamos somos nosotros (véase Deu 31:6).49.24, 25 Dios probaría al mundo que El es Dios al obrar lo imposible: hacer que los guerreros liberaran a sus cautivos e incluso a devolverles el botín que les quitó. Dios lo hizo antes en el éxodo y lo haría una vez más cuando los cautivos volvieran a Israel. Nunca debe dudarse de que Dios cumplirá sus promesas. El aun hará lo imposible para hacerlas realidad.
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
NOTAS
(1) O: “tierras costaneras”.
REFERENCIAS CRUZADAS
a 2470 Isa 41:1; Isa 42:4; Isa 51:5; Isa 60:9
b 2471 Isa 43:9; Isa 55:4
c 2472 Isa 1:1
d 2473 Sal 71:6; Isa 44:2; Isa 46:3
e 2474 Sal 139:16
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Escuchadme. Dios encarga a las naciones que escuchen porque El ha nombrado a su Siervo para ser luz para las naciones (vers. 6; cp. 42:6; 51:4).
me llamó desde el seno materno. También Jeremías habla de haber sido llamado a ser profeta antes de nacer (v. Jer 1:5; cp. Lc 1:41).
Fuente: La Biblia de las Américas
siervo. Aquí se refiere al Mesías (cp. Isa 41:8; Isa 42:1) llamado Israel porque sólo en El se cumplen todas las promesas de Dios (Isa 49:3). Su misión es restaurar a Israel a Dios y traer luz a los gentiles (v. Isa 49:6). Si bien fue menospreciado en Su primera venida, será adorado cuando venga la segunda vez (v. Isa 49:7).
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
O, costas
Fuente: La Biblia de las Américas
[1] Jer 1, 5; Gal 1, 15.[2] Hebr 4, 12; Ap 1, 16.[6] Hech 13, 47.[7] 1 Cor 6, 9-13.[24] Mat 12, 29.[25] Ef 4, 8.