EN PERSONA

El Siervo sufriente

En medio de la declaración de la salvación de Dios (Isa 52:7-12; Isa 54:1-10), Isaías describe los sufrimientos del Siervo (Isa 52:13-15; Isa 53:1-12). Despreciado y rechazado (Isa 53:3), herido y lastimado (Isa 53:5), este Siervo poco atractivo conocería de penas y de angustias. ¿Cuál es entonces la razón de su sufrimiento? En su vida no se podría encontrar la razón ya que era sin pecado, hablaba sólo la verdad (Isa 53:9). Pero sin embargo, el Siervo sería llevado a prisión y luego muerto por nuestros pecados (Isa 53:6-11).

Otros tres pasajes del libro de Isaías se concentran en el Siervo por lo que se llaman: «los cánticos del Siervo» (Isa 42:1-4; Isa 49:1-6; Isa 50:4-9). El primero de ellos celebra al Siervo como el que establecerá la justicia para todos (Isa 42:4). El segundo destaca la liberación que otorgará el Siervo. Él restaurará a Israel y se convertirá en «la luz de los gentiles». El tercero hace hincapié en la sabiduría que Dios le dio a su Siervo. Todo esto culmina con la descripción del sufrimiento y la muerte del mismo en el capítulo Isa 53:1-12, el último cántico del Siervo.

Aunque en algunos momentos Isaías denomina siervo al pueblo de Israel (Isa 49:3), el Siervo sublime del Señor era claramente una persona única, el Mesías sufriente que está por venir (Isa 53:6). Los autores del Nuevo Testamento, tales como Mateo, comprendieron las enseñanzas de Jesús y las predicaron como los cumplimientos directos de Isa 42:1-4 (Mat 12:15-21). Felipe utilizó uno de los cánticos del Siervo como el punto de partida para su evangelización (Isa 53:7, Isa 53:8). Un eunuco etíope le pidió que le explicara el pasaje que dice «como cordero fue llevado al matadero» (Isa 53:7, Isa 53:8; Hch 8:31-34). Felipe le presentó a Jesús, el elegido que fue muerto por los pecados de la humanidad.