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Comentario de Isaías 59:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Isaías 59:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

He aquí que la mano de Jehovah no se ha acortado para salvar, ni su oído se ha ensordecido para oír.

He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová. Isa 50:2; Gén 18:14; Núm 11:23; Jer 32:17.

para salvar. Isa 63:1; Heb 7:25.

ni se ha agravado su oído para oir. Isa 6:10; Mat 13:15.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Las calamidades de los judíos no se deben a la falta de poder de Dios, sino a sus propios pecados, Isa 59:1-15.

La salvación es sólo de Dios, Isa 59:16-19.

El pacto del Redentor, Isa 59:20-21.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

no se ha acortado la mano de Jehová: Pasajes relacionados se ven en Isa 40:10Isa 50:2. El oído del Señor, a diferencia de Israel (Isa 6:10), es muy capaz de oír.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

CONSOLAOS. Se escribieron estos capítulos durante los últimos años de la vida de Isaías. Dios reveló estas profecías a fin de brindar esperanza y consuelo a su pueblo durante su cautividad en Babilonia ciento cincuenta años después de la época de Isaías (véase Isa 39:5-8). Están llenas de revelaciones proféticas acerca del Mesías venidero y su reino futuro en la tierra. Algunos acontecimientos profetizados se cumplieron en el cautiverio babilónico y en la restauración de Judá, muchos se relacionan más específicamente con la manifestación de Jesucristo en la tierra, y otros todavía esperan su cumplimiento. En general, los caps. Isa 40:1-31; Isa 41:1-29; Isa 42:1-25; Isa 43:1-28; Isa 44:1-28; Isa 45:1-25; Isa 46:1-13; Isa 47:1-15; Isa 48:1-22 hacen hincapié en la liberación, los caps. Isa 49:1-26; Isa 50:1-11; Isa 51:1-23; Isa 52:1-15; Isa 53:1-12; Isa 54:1-17; Isa 55:1-13; Isa 56:1-12; Isa 57:1-21 en la redención, y los caps. Isa 58:1-14; Isa 59:1-21; Isa 60:1-22; Isa 61:1-11; Isa 62:1-12; Isa 63:1-19; Isa 64:1-12; Isa 65:1-25; Isa 66:1-24 en la gloria.

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

NO SE HA ACORTADO LA MANO DE JEHOVÁ. Este pasaje describe pecados adicionales que han impedido que el pueblo reciba las prometidas bendiciones de Dios (véanse las dos notas anteriores).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

59. Invectiva Contra Israel Pecador.
La razón de que la salvación de Dios se retrase estriba en los pecados de Israel. Yahvé es omnipotente; por tanto, si no ha salvado a su pueblo, no es por impotencia, sino que esa salvación está condicionada a la conducta del mismo pueblo escogido. Yahvé no es infiel ni indiferente a sus promesas. Son los pecados de Israel los que retardan su intervención salvadora, pues son como un muro que se interpone entre ambos, en tal forma que las relaciones quedan totalmente interrumpidas. Pero, al fin, Dios se decide a intervenir, al ver tanta injusticia y maldad, con su mano justiciera.

La corrupción moral, obstáculo para la salvación de. Yahvé (1-8)
1 He aquí que 110 se ha acortado la mano de Yahvé para salvar ni se ha hecho duro su oído para oír, 2 sino que vuestras iniquidades han hecho una separación entre vosotros y vuestro Dios; vuestros pecados hacen que El oculte su rostro para no oíros; 3 porque vuestras manos están manchadas de sangre, y vuestros dedos de iniquidad; vuestros labios hablan mentira y vuestra lengua susurra impiedad. 4 No hay quien clame por la justicia, nadie que juzgue con verdad. Confían en vanidades y hablan falsedades, conciben fatigas y paren desventuras. 5 Incuban huevos de áspides y tejen telas de araña, y el que come de sus huevos muere; si se los rompe, sale un basilisco. 6 Sus telas no sirven para vestir, ni con sus obras puede uno arroparse; sus obras son obras de iniquidad, y en sus manos hay obra de violencia. 7 Corren tras el mal sus pies y se dan prisa a derramar sangre inocente. Sus pensamientos son pensamientos de iniquidad, y a su paso dejan el estrago y la ruina. 8 No conocen el camino de la paz, no hay en sus sendas justicia; sus veredas son tortuosas; quien por ellas va no conoce la paz.

Las iniquidades e injusticias han hecho que la mano del Señor no se manifieste, no porque ésta sea corta o impotente para salvar (v.1); ni tampoco se ha hecho duro de oído, mostrándose indiferente a las súplicas de Israel. La culpa reside en la conducta de los israelitas, que se han hecho indignos de participar de las bendiciones divinas (v.2); por eso oculta su rostro y los abandona. Y el profeta detalla las razones de este alejamiento de Dios: las manos están manchadas en sangre (v.3); la avaricia no se ha detenido ante el homicidio y el atropello de los débiles, ni sus Zabios ante la mentira. Todos los medios, la difamación, la violencia, parecían lícitos para los avaros israelitas de las altas categorías sociales. La situación es tal, que no hay quien clame por la justicia (v.4); y los derechos más elementales se conculcan con falsedades y argumentaciones sofísticas ante los tribunales. Todo es un cavilar moroso contra el prójimo: conciben fatigas y paren desventuras. No tienen otra obsesión que hacer daño a los débiles, valiéndose de todas las artimañas. Su conducta es como la de los que incuban huevos de áspides y tejen telas de araña (v.5). Sus maquinaciones son tan peligrosas como los huevos de áspides, que llevan dentro de su cáscara un ser maligno y venenoso, y sus artimañas son tan sutiles como las telas de araña, que hacen caer a los insectos. Los incautos son capturados en sus hilos sin poder sacar ningún provecho, aunque aparentemente sus planes parezcan excelentes para el bien social; por eso nadie con sus obras puede vestirse (v.6), pues no sirven más que para perjuicio de la sociedad. Sus actos no tienden a conservar la paz social ni la justicia (v.8). Todo el que se asocie con ellos no conoce la paz (v.8).

Ansias de salvación en el pueblo (9-11).
9 Por eso se alejó de nosotros el juicio, por eso no nos alcanza la justicia. Esperamos luz, y he ahí tinieblas; resplandor, y caminamos en la oscuridad. 10Vamos palpando, como ciegos, la pared, y andamos a tientas, como quien no tiene ojos. Tropezamos en pleno día como en el crepúsculo; habitamos en tinieblas, como muertos16. 11Gruñimos todos como osos y gemimos como palomas. Esperamos el juicio, pero nada; la salvación, pero está lejos de nosotros.

El fragmento es patético y bellísimo, como expresión del estado ansioso de espera en que está el pueblo por la salvación y la justicia. El pueblo reconoce el estado de desolación espiritual en que se halla alejado de su Dios y siente sed de juicio y de justicia (v.8). El sentimiento de equidad ha desaparecido de la sociedad, y suspiran por que Dios haga un juicio discriminatorio para que reine la justicia, fuente de la paz social. Anhelar ese horizonte luminoso de justicia, a la que llama luz y resplandor, pero la realidad es un ambiente de tinieblas y de oscuridad moral. Andan todos a ciegas en medio de la confusión reinante (v.10). Los valores morales están subvertidos, y no hay dirección en la sociedad. Como consecuencia de no haber directrices justas y claras impuestas por las clases dominantes, todos andan a tientas, como el que no tiene ojos, tropezando en pleno día. Por otra parte, los fieles israelitas andan buscando remedio a la situación, esperando la manifestación de Dios para que aclare la situación. Hambrientos de justicia y de salvación, dan gritos de desesperación como los animales en busca de comida (gruñimos como osos, gemimos como palomas, v.11). Todos ansían la intervención salvadora de Yahvé, esperando el juicio, la salvación (v.11), la liberación de ese estado de confusión social; pero esa manifestación justiciera de Dios se aleja cada día más. La causa son los muchos pecados que invaden la sociedad, como dirá a continuación.

Confesión de los pecados del pueblo (12-15).
12 Porque son ante ti numerosas nuestras iniquidades, y nuestros pecados dan testimonio contra nosotros. Con nosotros están nuestros crímenes, y conocemos nuestras iniquidades: 13 rebelarse y renegar de Yahvé, alejarse de nuestro Dios, hablar perfidia e insurrección, concebir y meditar en el corazón palabras de mentira; 14y se ha alejado el derecho, y se ausentó la justicia, y tropezó la buena fe en las plazas, y no halla lugar la rectitud17. 15La fidelidad ha sido desterrada, y el que evita el mal es expoliado.

El cuadro no puede ser más sombrío, ya que los males sociales invaden todos los estratos de la sociedad. El profeta hace en nombre del pueblo una confesión de los pecados contra Yahvé, los cuales son el obstáculo para que la anhelada salvación se manifieste. Al principio, la confesión se dirige directamente a Yahvé: ante ti nuestras iniquidades dan testimonio contra nosotros (v.12). Los pecados son considerados como testimonio acusador en el juicio ante Dios. El profeta enumera primero los pecados directamente dirigidos contra Dios. Entre ellos está la rebelión, que en los profetas muchas veces significa el pecado específico de idolatría, pero también el simple incumplimiento de los mandatos de Yahvé. En la concepción teocrática israelita, toda inobservancia de la Ley era una rebelión, y entre ellas está sobre todo la apostasía religiosa (v.13). Toda la vida del pueblo está basada en la doblez y en la perfidia e insurrección. Aunque externamente se proclama la verdad religiosa, la conducta práctica está en oposición a las exigencias religiosas de Yahvé (concebir y meditar en el corazón palabras de mentira, ν.13). La religión es, pues, meramente ritualista y aparente. A esta práctica superficial e inconsecuente de los deberes religiosos para con Dios se junta la falta de escrúpulos morales en las relaciones con el prójimo: se ha alejado el derecho, la justicia (v.14), las virtudes fundamentales en la vida social. Aquí aparecen personificadas como entidades que han sido desterradas de las plazas, o lugares de transacciones, y de los tribunales de justicia. En ambos sitios, la rectitud y buena fe, o fidelidad, no tienen acceso, pues son considerados como seres extraños. Y los pocos que aún hacen honor a sus sentimientos de rectitud moral son preferidos y ultrajados: el que evita el mal es expoliado (v.15).

Intervención justiciera de Yahvé (15-19).
15b Violo Yahvé, y no plugo a sus ojos que no existiese justicia. 16Y vio que no había ningún hombre, y le asombró que no hubiera intercesor. Entonces salvóle su brazo y vino en su ayuda su justicia. 17Y se revistió de la justicia como de coraza, y puso en su cabeza el casco de la salvación, y se vistió de vestiduras de venganza, y se cubrió de celo como de manto. l8Como son las obras, así es su retribución; ira contra sus enemigos, represalia contra sus adversarios. A las islas dará la paga 15. 19Y temerán desde el poniente el nombre de Yahvé, y desde el nacimiento del sol su gloria, porque vendrá como torrente impetuoso, empujado por el soplo de Yahvé.

Algunos creen que este fragmento constituye un nuevo poema en el que se contrapone la suerte de los malos y los buenos. Pero parece perfectamente lógico considerarlo como continuación de lo anterior, ya que la intervención justiciera de Dios sería normal consecuencia de tantos crímenes de tipo moral y social.
Esa falta de justicia es un desafío a la ira divina (v.15b). Es tal la situación, que hasta Yahvé se asombró de que no hubiera intercesor, o alguno que interviniera en favor de los derechos de la justicia. Esta situación desoladora hizo que se moviera a intervenir personalmente: salvóle su brazo (v.16) u omnipotencia. Al no ver auxiliar humano, decidió intervenir personalmente para arreglar la situación. Su justicia estuvo a su disposición para llenar el vacío dejado por la falta de justicia humana. A continuación el profeta presenta a Yahvé como un guerrero armado dispuesto a intervenir en la historia. Su coraza es la justicia, y su casco, la salvación; su vestidura, la venganza, y su manto, el celo de su justicia. San Pablo aplicará este texto a la armadura del cristiano. 19
Los pecados del pueblo recibirán su retribución (v.18), que no será otra que ira y represalia. La frase a las islas dará la paga (v.18), si es que es auténtica, aludiría a un castigo sobre los pueblos paganos, simbolizados en las costas e islas del Mediterráneo. La consecuencia de la intervención justiciera de Yahvé es una atmósfera de temor desde el poniente al nacimiento del sol (v.19). Las expresiones el nombre de Yahvé y su gloria son sinónimas, ya que nombre en el Antiguo Testamento suele designar la manifestación gloriosa de Yahvé entre los pueblos. El castigo de Dios sobre los pecadores será ocasión de un temor y reverencia en todo el mundo. La manifestación justiciera de Yahvé es presentada como un torrente impetuoso desbordado por el soplo o viento huracanado salido de la boca de Dios.

Yahvé, liberador de Sión (20-21).
20 Mas para Sión vendrá como redentor, y para los convertidos del pecado en Jacob, dice Yahvé 20. 21 En cuanto a mí, he aquí mi alianza con ellos, dice Yahvé: El espíritu mío que está sobre ti, y mis palabras, que yo pongo en tu boca, no faltarán de tu boca ni de la de tu descendencia, ni de la boca de los hijos de tus hijos, dice Yahvé desde ahora para siempre.

La intervención justiciera de Yahvé se refería a los culpables de la situación deplorable antes descrita, pero al mismo tiempo ella servirá para acelerar la liberación ansiada de Sión, que aquí parece símbolo del núcleo fiel israelita: los convertidos en Jacob. Yahvé es siempre su redentor (v.20). San Pablo aplica esto a Israel después de la manifestación mesiánica de Cristo. Llegará un tiempo en que será también redimido21.
El v.21 es considerado, por su carácter no poético, como glosa posterior por muchos críticos. No obstante, existe ilación lógica con el versículo anterior. Como consecuencia de esa redención de Sión, vendrá una nueva alianza (v.21) que tendrá como característica un profundo sentido religioso de sumisión a Yahvé, en contraposición a las infidelidades descritas en los versículos anteriores. El espíritu de Yahvé y sus palabras, o leyes, estarán siempre presentes en Israel de generación en generación, como objeto de meditación para ponerlas en práctica. 22 Las expresiones son similares a las aplicadas al Siervo de Yahvé en 42:1 y 51:16. De ahí que algunos crean que sea una glosa desplazada de aquel fragmento.

1 Cf. Lev 16:29. Para la práctica más generalizada del ayuno cf. Jue 20:26; 1Sa 7:6; 1Re 21:12; Jer 36:9; Joe 1:14; Zac 7:3; Zac 8:19. – 2 Los musulmanes durante el ramadán están en un estado psíquico de irascibilidad y mal humor por estar desnutridos. – 3 Lit. el texto hebreo dice “no ocultarte de tu propia carne,” expresión hebrea que equivale a “prójimo israelita” (Deu 22:1.3.4; Neh 5:5). – 4 Lit. en hebreo “romperá tu luz como la aurora.” – 5 Lit. “germinará tu carne nueva,” que se forma en una herida cicatrizada. – 6 Cf. Eze 18:7. – 7 Cf. Mat 5:7; Mat 6:12; Mat 18:35. – 8 Lit. el hebreo dice “extender el dedo” en señal de acusación o de desprecio, señalando al inculpado. En el Código de Hammurabi encontramos la misma expresión para “acusar” ante el tribunal cf. Leyes, 127 y 132. – 9 Lit. “Yahvé te conducirá continuamente.” – 10 Lit. “como aguas que no mienten,” e.d., no dejan defraudado al sediento, sino que corren con abundancia. – 11 Así según los LXX. El hebreo es oscuro: “de ti edificarán.” – 12 Cf. Isa 40:11; Mat 43:20; Mat 48:21; 55:13- – 13 Lit. en hebreo: “cuando apartes tu pie del sábado*. – 14 Lit. “absteniéndote de encontrar lo que te gusta, tratando de negocios.” – 15 Cf. Isa 1:20; 40:5 – 16 Así siguiendo a la Vg. y al Targum, pues el texto hebreo es ininteligible. – 17 Lit. en hebreo: “y la rectitud no puede entrar.” – 18 Este último estico falta en los LXX, y muchos autores lo suprimen por entender que recarga el ritmo. – 19 Cf. Efe 6:14ss; 1Te 5:8; Sab 5:17ss. – 20 Los LXX leen: “para alejar el pecado de Jacob.” – 21 Rom 11:26. San Pablo sigue la lección de los LXX, y, además, lee “de Sión” en vez de “para Sión.” – 22 Cf. Deu 6:6s; Sal 1:2.

Fuente: Biblia Comentada

la mano de Jehová para salvar … su oído para oír. La fortaleza del Señor es más que adecuada para traer liberación al Israel cautivo (Isa 50:2). Su oído siempre es sensible al llamado de su pueblo arrepentido (Isa 58:5; Isa 65:24).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Las profecías de los capítulos Isa 1:1-31 al Isa 39:1-8 iban dirigidas a Judá en medio de su situación durante el ministerio de Isaías (739 a.C. hasta ca. 686 a.C.). Las profecías de los capítulos Isa 40:1-31 a Isa 66:1-24 van dirigidas a Judá como si el cautiverio en Babilonia (Isa 39:5-7) ya fuera una realidad presente, aunque ese cautiverio no sucedió hasta 605-586 a.C. Las palabras «No hay paz para los malos, dijo Jehová» (Isa 48:22; Isa 57:21) marcan la división de esta sección en tres partes: capítulos Isa 40:1-31 a Isa 48:1-22, capítulos Isa 49:1-26 a Isa 57:1-21 y capítulos Isa 58:1-14 a Isa 66:1-24.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Esta sección describe la gloria futura para el pueblo de Dios, Israel.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Isa 50:2.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Mutua separación. Este pasaje es, en gran parte, la oscura contraparte del cap. 58. Existe el mismo problema de las oraciones no contestadas y una respuesta similar (vv. 1, 2). Pero mientras el cap. 58 describe la verdadera justicia y sus bendiciones, el cap. 59 describe el pecado (vv. 3-8) y su anulación de todos los valores (vv. 9-15) (cf. v. 10 de cada capítulo). El final es el caos, con la vida humana (en la expresión de Hobbes) “solitaria, pobre, sucia, brutal y corta”.

2 Explica, en forma clásica, la aparente inactividad de Dios como consecuencia de la separación; no desarrollada aquí en términos de su cambio repentino (como en 1:15) sino como el propio producto del pecado mismo. 3 ss. La anarquía que se expande, pone los puntos sobre las íes; si esto es pecado, ni siquiera la sociedad podrá sobrevivirlo, menos aun la comunión del hombre con Dios. 5, 6 Los huevos de víboras y las telas de arañas hablan con toda claridad, primero, de la ponzoñosa influencia de los impíos, propagada justamente por los intentos de eliminarla (v. 5b; cf. los esfuerzos para prohibir el arte obsceno) y, segundo, la inutilidad de confiar en sus políticas o en sus promesas (v. 6) débiles como una telaraña.

7, 8 Pablo se inspiró en estos versículos en Rom. 3:15-17 para alcanzar el clímax de su exposición referente a la universalidad de nuestra culpa. 9 Con su por esto, nos revela las consecuencias progresivas de escoger la maldad. 10 El andar palpando las paredes a plena luz es el juicio que los contemporáneos de Jesús cortejaban (cf. Juan 3:19) y sufrieron (cf. Juan 12:35-40). 14 Las cuatro figuras personificadas, con la verdad (es decir la integridad) postrada que es siempre “la primera víctima” en tiempos desordenados, pueden haber contribuido en algo a la figura retórica de Apoc. 11:7, 8. 15a Tal vez el toque más revelador es el hombre decente convertido en víctima, único que marcha con el paso cambiado. Es un desbaratarse peor que el de Amós 5:13; es decir, no sólo se ha torcido la justicia pública, sino también la opinión pública con ella.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

59.1-14 El pecado ofende a nuestro Dios santo y nos separa de El. Debido a que El es santo, no puede pasar por alto, disculpar ni tolerar el pecado como si no importara. El pecado separa a la gente de Dios, forma un muro que aísla a Dios de la gente que El ama. No nos cabe duda por qué esta larga lista de pecados despreciables provoca la ira de Dios y lo obliga a mirar hacia otro lado. La gente que muere con pecados sin perdonar se aparta para siempre de El. Dios quiere que vivan con El para siempre, pero no puede llevarlos ante su santa presencia a menos que sean limpios de sus pecados. ¿Ha confesado sus pecados a Dios permitiéndole que lo limpie de ellos? El Señor puede salvarlo si usted se vuelve a El.59.15 Debido a la rebelión intencional y persistente de Israel (capítulos 56-59), la nación se volvió incapaz de tomar medidas en contra de sus pecados. El pecado llena el vacío dejado cuando la verdad de Dios ya no satura nuestras vidas. Solo Dios puede derrotar el pecado.59.16, 17 Dios rescataría a la nación de los ejércitos enemigos (Asiria y Babilonia) y también castigaría a los israelitas malvados. Además, rescataría a su pueblo del pecado. Ya que esta es una tarea imposible para cualquier humano, Dios mismo, como el Mesías, vendría personalmente para ayudarlos (Rom 11:26-27). Ya sea que pequemos una sola vez o muchas veces, por rebelión o desconocimiento, nuestro pecado nos separa de Dios y seguirá así hasta que El nos perdone y lo borre.59.21 Cuando el Espíritu Santo habita en su pueblo, este cambia. Sus deseos anteriores ya no los seducen, ahora su meta principal es agradar a Dios. Los cristianos de hoy somos herederos de esta profecía. Somos capaces de responder a la voluntad de Dios y distinguir entre el bien y el mal. Se nos ha dado el discernimiento entre el bien y el mal debido a que el Espíritu Santo mora dentro de nosotros (Joh 14:26; Phi 2:13; Heb 5:14).

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

REFERENCIAS CRUZADAS

a 3030 Gén 18:14; Núm 11:23; Isa 50:2

b 3031 Sal 55:1; Sal 71:2; Sal 116:1

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

[4] Job 15, 35; Sal 7, 15; Miq 2, 1.[7] Rom 3, 15.

Fuente: Notas Torres Amat